Arco iris en mi Corazon

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EL ARCO IRIS EN MI CORAZÓN Por KENT BICKNELL

Memorias de los primeros años de la Misión de Sant Ajaib Singh Ji



EL ARCO IRIS EN MI CORAZÓN Memorias de los primeros años de la Misión de Sant Ajaib Singh Ji

Por:

KENT BICKNELL

Sant Bani Ashram, Samborton, N.H. Febrero del 2002


Impreso por Keystone Press, Manchester, NH. Primera edición Septiembre de 2007, 2000 copias. ISBN: 978-0-89142-051-4 Número de control de la Biblioteca del Congreso: 2007929269 Título original en inglés: Rainbow On My Heart Traducción del inglés al español hecha por: María Victoria Montoya Edición en español hecha por: Juan Gabriel Cerón 11 de Septiembre del 2013. Bogotá, Colombia.


ÍNDICE Página PREFACIO ................................................................... INTRODUCCIÓN ................................................................... PRÓLOGO ................................................................... CAPÍTULO I ENCUENTRO CON EL SANTO...................... CAPÍTULO II NI LA HOJA DE UN ÁRBOL SE MUEVE SIN LA VOLUNTAD DE DIOS ............................... CAPÍTULO III RECIBIENDO A SANT JI PARA EL PRIMER TOUR EN 1977............................................ CAPÍTULO IV LA PRIMERA GIRA. SANT JI EN AMÉRI- CA 1977.................................................... CAPÍTULO V SANT JI EN SURAMÉRICA, 1977................... CAPÍTULO VI EL RETORNO A NEW HAMPSHIRE................ CAPÍTULO VII VANIDAD ESPIRITUAL................................. CAPÍTULO VIII CIRUGÍA ESPIRITUAL, MARZO DE 1978...... CAPÍTULO IX EL OCÉANO DE AMOR................................ CAPÍTULO X EPÍLOGO.....................................................

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PREFACIO “La historia del Amor del Maestro no puede ser contada” Sant Ajaib Singh Ji, “Takale Mane Oe Kirpal” El siguiente recuento es una narración personal de los primeros años de la misión de Sant Ajaib Singh Ji, desde 1976 hasta 1979. A través de lo que Sant Ji describió como “suerte”, me fue dada la oportunidad de viajar con Él en las giras a Sur América, y permanecer en Su casa cuando Él residía en Sant Bani Ashram en New Hampshire. Desde el comienzo, Sant Ji me animó para que aprendiera hindi, y aunque nunca llegué a tener fluidez en la palabra hablada, podía escribirle directamente y leer Sus cartas. Cuando la misión de Sant Ji estaba en sus fases iniciales, aún antes de que pensáramos que era una “Misión”, yo tenía mucho acceso a Él. Con los años he compartido algunas de estas experiencias, pero muchas las he guardado para mí. Yo estaba muy feliz de tener la oportunidad de servir a Sant Ji, y no quería estar en la posición de divulgar algo que Él hubiera preferido que no se hiciera. Egoístamente, me gustaba poder viajar y vivir con Sant Ji, y no quería ser reemplazado por ser indiscreto. La narración no es una historia per se, ya que se enfoca en mi crecimiento y desarrollo. Esto, en sí mismo es de interés limitado. La manera como Sant Ji, el Maestro Profesor, me enseñó las lecciones que yo necesitaba es lo que los lectores pueden encontrar instructivo e inspirador. El Maestro Kirpal Singh y Sant Ajaib Singh nunca han dejado de derramar Su amor e infinito cuidado sobre mí. En la rutina de mi día a día, puede ser muy fácil perder de vista lo mágico del universo, de las fuerzas divinas que trabajan detrás de escena. Un enfoque del libro es el extraordinario poder y alcance de los Maestros, que vienen a este mundo para despertarnos derramando Amor y Gracia sobre nosotros. El libro es un testimonio de ello, no solo en mi vida, sino en las vidas de mi familia, amigos, tanto en el Ashram de Sant Bani como en el Colegio Sant Bani.


El Arco Iris en mi Corazón Hay abundancia de detalles en el libro, pero la fuente no es decididamente una memoria prodigiosa. En los últimos años he estado transcribiendo horas y horas de casetes personales y varios diarios guardados que fueron escritos en ese tiempo, todo lo cual sirvió como base para este recuento. Cualquier error u omisión es mío por ello pido el perdón de los lectores. El título del libro, El Arco Iris en Mi Corazón, fue sugerido por un incidente específico ocurrido en junio de 1977, en Vermont, descrito en el capítulo IV. Yo creo que también fue por el Colegio Sant Bani, cuyos comienzos fueron sellados por un doble arco iris. Este verano, mientras yo estaba inmerso en el trabajo del libro, una tormenta inesperada pasó por nuestra cabaña en el lago Newfound. Tan rápido como llegó, se fue, dejando detrás un doble arco iris que colgaba casi a nuestro alcance. Yo tomé esto como una manifestación más que física del mundo natural. Son despliegues visibles de los pactos de Dios. La narración describe el encuentro con Sant Ji en 1976, la visita al Ashram en la India, y la primera gira mundial de 1977, (capítulo I al VI). Los capítulos VII y VIII hablan sobre mis intentos erróneos para llegar a ser verdaderamente espiritual, y la guía amorosa de Sant Ji dirigiéndome de nuevo a mi antigua forma de ser. El capítulo IX se centra en dos áreas: El despliegue de la traducción al inglés del Anurag Sagar (El Océano de Amor), el gran texto espiritual de Sant Kabir Sahib, y la maravilla de todo esto compartido con un niño de 9 años, mi hijo Chris. El capítulo X es un corto epílogo. Si este trabajo brinda alguna inspiración, el crédito se lo debo dar a las presencias extraordinarias de los Maestros Kirpal Singh Ji Maharaj, y Sant Ajaib Singh Ji. Mi gratitud hacia Ellos dos es infinita. Gracias también a mi familia, Karen, Christopher y Nicholas que vivieron esto conmigo y me apoyaron todo el tiempo. Raaj Kumar Bagga (“Pappú”) ha sido un amigo infalible desde el primer día, y su servicio traduciendo todos los Satsangs, Darshans, sesiones de preguntas y respuestas, entrevistas, etc. es legendaria. Él puede no desear nuestra gratitud, pero la tiene en abundancia. Sus sugerencias, así como las del señor A.S. Oberoi, fueron gratamente recibidas e incorporadas a través del texto. (Recalco, los errores son míos). Russell Perkins fue también muy amable al leer el libro, ofrecer comentarios y escribir una Introducción. Russell y su esposa Judith, vivieron estos tiempos conmigo también, como puede verse en la narración. Gracias. Y a todos los otros lectores y oyentes que me dieron ánimo a través de toda la jornada, Robert y Wendy Schongalla, 8


Prefacio Jonathan Powell, Catharine Farkas, Lori Budington, Linda Turnage, Karen Gregg, Richard Hawley, Lane Zachary, Joe Gelbard y Richard y Susan Shannon, así como a todo futuro lector, un sincero “gracias y vayan con Dios”.

KENT BICKNELL

6 de noviembre, 2001 Sant Bani Ashram Sanborton, N.H.

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INTRODUCCIÓN Ha sido una experiencia memorable y conmovedora, leer este libro de Kent y revivir aquellos días maravillosos cuando el Maestro era joven y el mundo era nuevo, porque esto era lo que nos parecía a todos los que tuvimos el privilegio de estar vivos en aquellos gloriosos días. En los días y meses siguientes a la partida de nuestro Bienamado Maestro Kirpal, el sangat (o hermandad de discípulos) tocó fondo, muchos, incluido yo, sucumbimos al partidismo y polarización durante el cual olvidamos completamente quiénes éramos y lo que realmente queríamos. Luego nuestro Maestro nos dio a Sant Ji, y de pronto estábamos volando, las prioridades enderezadas, el destino reafirmado, la sobrecogedora realidad y alegría del Darshan experimentados una vez más. Kent ha captado todo esto, y el intenso enfoque personal que él mantiene todo el tiempo refleja exactamente el intenso enfoque personal con el cual todos nosotros nos aproximamos al Maestro, no hay otra manera de aproximarse a Él. Realmente, Kent fue privilegiado al hacer enormes cantidades de seva y le fue dada una inmensa bendición personal por Sant Ajaib Singh Ji, y su libro llega tan cerca de hacer justicia a la realidad de esto como ningún libro puede. La enseñanza esotérica que en la India es conocida como Sant Mat o “El Sendero de los Santos” es resumida con frecuencia por los Maestros de esta enseñanza en tres palabras, y Sant Ji con frecuencia las usó para anclar Sus Satsangs. Las tres palabras son: Satnaam, Satgurú y Satsang. Si nosotros las entendemos y su significado, los supuestos y la visión del mundo que pone de manifiesto la narración de Kent serán mucho más claros para nosotros, y seremos capaces de apreciar sus aventuras más completamente.


El Arco Iris en mi Corazón Satnaam: Esta es la palabra que los Maestros usan para el hecho fundamental del universo, el poder que lo trajo a la existencia y lo sustenta aún ahora. La expresión de Dios a través de la cual Su Amor llega a nosotros. Es en realidad el Verdadero Nombre de Dios (Satnaam literalmente se traduce como nombre “verdadero” u “original”), el Verbo como es llamado en el Evangelio de Juan por la cual Él se llama a sí mismo. Otras tradiciones y escrituras tienen otros nombres, pero todas la conocen: Los Chinos lo llaman Tao, los sufís Kalma o Saute Sarmad, las escrituras hindús se refieren a este como Nad o Udgit, etc. A esta se hace referencia en el principio de la Biblia: “Y Dios dijo: hágase la Luz.” El “hablar” de Dios es Su Palabra, El Verbo o Su Nombre, pero este “hablar” no es una abstracción, es un Sonido real el cual puede ser oído. Y la Luz, la cual produjo El Verbo puede ser vista. El Verbo no es algo que solamente sucedió hace mucho tiempo porque, como lo aclara el Evangelio de Juan, es la realidad esencial básica de todo ser humano, realmente de toda vida: En el comienzo era El Verbo, y El Verbo estaba con Dios, y El Verbo era Dios. Estaba en el principio con Dios. Todas las cosas llegaron a la existencia a través de Él, y sin Él ninguna cosa llegó a existir. Lo que llegó a la existencia fue la vida, y la vida era la luz de todo el mundo. La luz brilla en la oscuridad, y la oscuridad no prevalecerá sobre Él. (Juan 1: 1-5). La luz brilla en la oscuridad aún ahora, y la oscuridad aún no prevalece sobre Él y este es un drama eterno que todo ser humano puede experimentar dentro de sí mismo. Y los Maestros dicen que el experimentar esto es en efecto resolver el misterio de la vida. Satgurú: ¿Pero cómo acercarnos a esto? ¿Si esta es la Realidad ultérrima de nosotros mismos, como dice el Maestro, por qué nosotros no lo sabemos? ¿Por qué no vivimos en la Luz? Bikha, un Santo indio del siglo XVI, lo explica de esta forma: Nadie es pobre, oh Bikha. Cada quien tiene rubíes en su atado, pero cómo desatar el nudo él no sabe, por eso es un mendigo.

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Introducción Aún, como el Maestro Kirpal solía decir: “Es nuestro derecho de nacimiento llegar a ser Dios”. Como seres humanos somos sus hijos, hechos a su imagen, y Él no puede menos que amarnos, independiente de lo que merezcamos o lo malos que seamos. En Lucas 15, Jesús cuenta tres historias para ilustrar el infinito y desinteresado amor de Dios: La oveja perdida, la moneda enterrada y el hijo pródigo. Porque Dios nos ama por virtud de nuestra existencia, y porque Él quiere llevarnos hasta Su presencia y mostrarnos cuál es nuestra herencia para que podamos verla por nosotros mismos. Él hará esto no importa cuánto tiempo le tome, cuántas repeticiones de la rueda, y cuánta resistencia nosotros opongamos. Él eventualmente nos llevará hasta Su presencia porque eso es lo que quiere decir: “Dios es amor”. Rabia, la gran mística sufí, dijo: “El amor es el corazón del universo”. Ella quiso decir exactamente esto: El Amor que es el corazón del universo nos traerá hacia Sí Mismo, y nosotros felizmente vendremos. Y el Maestro (Satgurú) es el medio que Dios utiliza para alcanzarnos. Satsang: Pero para que el Maestro nos alcance, debe haber algo que alcanzar, como C.S. Lewis lo expresó: “No podemos esperar encontrarnos con los dioses cara a cara hasta que nosotros tengamos cara.”. Y esta interacción entre el Maestro y el discípulo, el alcanzar del Maestro al discípulo y la respuesta del discípulo, es el significado esotérico de “Satsang”, o asociación con la verdad. El Maestro verdadero es la verdad personificada, y la asociación con Él, no importa cuáles parezcan ser los términos de esta asociación, producirán crecimiento, profundización y aprendizaje por parte del discípulo. Los métodos del Maestro aquí pueden ser altamente no ortodoxos, existen muchas historias que ilustran ente punto, por ejemplo la de Rabbi Nachman de Bratislava: Un príncipe enfermó mentalmente y creía que se había convertido en un gallo, él insistía en sentarse “desnudo debajo de la mesa para comer pedazos de pan y hueso”. El rey y sus médicos perdían la esperanza de curarlo, pero un sabio pasó por allí y ofreció curarlo. Se quitó su ropa y se sentó debajo de la mesa con el príncipe. Cuando el príncipe le preguntó qué estaba haciendo, el hombre sabio le dijo que él también era un gallo. “Y los dos se sentaron juntos hasta que se acostumbraron el uno al otro”. Finalmente, el sabio pidió una camisa, diciéndole al príncipe: “¿Tú piensas que un gallo no puede usar una camisa? Aunque es un gallo, puede usar una camisa”. Y ambos se pusieron camisas. Después de un rato, pidió unos panta13


El Arco Iris en mi Corazón lones y pronto ambos estaban usando pantalones. Usó el mismo proceso para conseguir que el príncipe comiera comida normal y finalmente se sentara a la mesa. Nachman concluye su historia diciendo que cada hombre que desea acercarse a la adoración de Dios es como un “gallo”, es decir, está envuelto en tosquedad. Con la técnica descrita, sin embargo, el Izadik (Hombre Santo o Maestro), puede gradualmente elevar al hombre y traerlo por el camino correcto de servicio a Dios. (Herbert Weiner: 9 ½ Mystics: The Kabbala Today, pag. 219). Si tenemos esta historia en mente, mientras leemos este libro, muchos de los eventos que Kent describe se entenderán más claramente. *** Yo viví muchos de estos acontecimientos con Kent y su familia, aunque claro está los experimenté desde mi particular e intenso foco personal, el cual no es necesariamente el mismo de Kent. De todos modos yo puedo atestiguar la verdad de la narración, así como su valor espiritual. Me gustaría comentar especialmente el capítulo VII: “Vanidad Espiritual” y el capítulo IX, sobre el Anurag Sagar. Las experiencias de Kent durante su ataque de vanidad espiritual nos tomó a todos, incluyéndolo a él por sorpresa en aquella época, y fue ciertamente un tiempo difícil para mi esposa Judith y para mí, y para el Ashram de Sant Bani en su totalidad. Es un error asumir que Kent haya sido el único y total responsable de esto. Era mi trabajo monitorear cualquier cosa que estuviera sucediendo en el Ashram e intervenir, si era necesario, comunicándome directamente con el Maestro, como Él me lo dejó bien claro cuando Lo vi en Septiembre de 1978. No hice esto ni nada semejante, yo básicamente me rendí y me refugié en una especie de furia continua combinada con una completa rendición, cediendo el terreno. Fue una reacción infantil e inútil, que empeoró todas las cosas. Desde entonces, he tenido muchas experiencias con este tipo de asunto, es realmente muy fácil caer presa de esto. Cuando uno comienza a experimentar el fruto de una meditación regular prolongada por primera vez, esto puede ser muy embriagador. La tentación de compararse con otros es muy difícil de evitar. Y aunque, como Kent lo señala, Sant Ji nos hizo una advertencia muy específica (en la charla: “El enemigo Interno”, dada a los sevadares de Sant Bani en mayo de 1977), éramos todos muy novatos para enca14


Introducción rarla y reconocerla cuando se presentó. Sant Ji ha descrito el proceso exactamente en el primer capítulo de La Joya de la Felicidad, en la historia del cisne y la garza, y el Maestro Kirpal con frecuencia se refirió al hecho de que el ego era el último enemigo en irse, entonces cualquier poder o habilidad que adquiramos en el curso de nuestras meditaciones es apto para que el ego se lo apropie y se fortalezca en vez de ser usado para elevarnos sobre este. (Una razón muy importante por la cual la “construcción del hombre”, o el crecimiento espiritual tiene que acompañar o aún preceder a las experiencias espectaculares en meditación). Así, aunque la falla estuvo allí, no fue la falla de un solo individuo. El recuento honesto y sin reservas de Kent debería beneficiar a muchos otros que podrían de otra forma caer en la misma trampa. En cuanto al Anurag Sagar, mi experiencia con este gran libro comenzó cuando Pappú y Kent terminaron, y el punto de vista de Kent, de que parecía como si el seva estuviera haciéndolos a ellos, lo experimenté verdaderamente también. Sant Ji me entregó el manuscrito traducido, el fruto de la labor que Kent describe tan vívidamente en el capítulo IX, en el primer día de nuestra estadía en Quito, Ecuador, (el primer día en la parte suramericana de la gira de 1980), y me dijo que tendría mucho tiempo para trabajar en esto, ya que yo no hablaba español y así tendría muy poco que hacer en Sur América. Él me dijo que yo debería editar el manuscrito cuidadosamente desde el punto de vista del idioma inglés. Anotar cada punto que un occidental podría encontrar difícil de entender, y escribir una nota explicativa sobre ese punto. Él añadió que yo podría consultarle los temas que fueran difíciles para mí. Durante las próximas semanas, tuve muchas preguntas, y fui donde Él 2 o 3 veces a la semana. El Darshan que recibía mientras hacía esto me hacía muy feliz. Él me dio respuestas completas, las cuales están todas incorporadas en las notas del libro (publicado como El Océano de Amor: el Anurag Sagar de Kabir). Pero un día Él dijo: “No. Tú no puedes continuar haciéndome estas preguntas. Sé receptivo. Tú sabrás las respuestas, no necesitarás preguntarme a mí. No me hagas más preguntas sobre esto”. Yo me puse triste, pero pronto supe que Él tenía razón: Llegó problema tras problema, y cada vez, con reflexión, supe que yo sabía la respuesta. El trabajo entero tomó muchos meses, extendiéndose mucho más allá de la terminación de la gira de 1980. Yo terminé finalmente en agosto de 1981. Al final había una pregunta para la cual yo no sabía la respuesta, y sin importar cuánto medité 15


El Arco Iris en mi Corazón sobre ella, cuánta receptividad pudiera lograr, esta no llegaba. Quise escribirle al Maestro y preguntarle, pero ¡Él me había dicho que no! Finalmente, desesperado, cogí el lápiz y empecé a escribir, algo, cualquier cosa, pero en el momento en que el lápiz tocó el papel, supe la respuesta. Y comprendí entonces lo que debería haber aprendido mucho antes, y que he experimentado muchas veces desde entonces, y a lo cual Kent da tan elocuente testimonio en el curso de este libro: El Maestro no da órdenes sin dar la Gracia para obedecerlas. Esto es lo que hace del Sendero una Realidad.

RUSSELL PERKINS

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PRÓLOGO Con la lectura de este libro se puede hacer una remembranza muy profunda de la vida del Maestro Ajaib Singh. Uno de los regalos más grandes que le dio el Maestro Kirpal al autor del libro fue el haberse encontrado con Ajaib Singh y para nosotros el haber podido compartir sus experiencias. Uno se da cuenta de que se recibe mucha Gracia al encontrarse con el Sucesor del Maestro Perfecto y en este caso el de Kirpal Singh. En nuestra ignorancia creemos que es fácil conseguir un Maestro Perfecto, porque tal vez la Misericordia de Dios permitió que en corto tiempo el Maestro Ajaib Singh fuera encontrado, pero con la espera actual del Nuevo Maestro (El Sucesor de Ajaib Singh) nos damos cuenta de lo afortunados que fuimos cuando San Ajaib Singh nos encontró, pues como Él dice: “El Maestro es El que encuentra al discípulo”. Este libro fue publicado en el 2001 en inglés, pero hasta ahora tenemos el regalo de cumpleaños del Maestro al dárnoslo en español. Que los Maestros bendigan al autor, a los traductores y demás personas que hicieron posible su publicación, pues todo nos llega a su debido tiempo. Vivamos con amor cada experiencia narrada, pues es el Maestro mismo enseñándonos a través de Su relación con el autor. El nombre de este libro “El Arco Iris En Mi Corazón”, me recuerda la armonía y la belleza que Dios regala a través de la luz cuando se forma el arco iris y cómo esa luz atraviesa el agua pura para hacernos sonreír y cómo esa luz penetrando los cuarzos nítidos se refleja para que los niños jueguen. A ellos les encanta jugar con la luz del sol y atraparla con espejos y cajitas. Hagamos que la Luz del Naam penetre en nuestra Alma pura y refleje el Arco Iris


El Arco Iris en mi Corazón del Amor del Maestro. EN SU SANTO NOMBRE,

Lucila Mariño R. Sant Bani Ashram Rajasthán Palonegro Septiembre 11 de 2013

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CAPÍTULO I ENCUENTRO CON EL SANTO El 21 de Agosto de 1974, los discípulos del gran Maestro Espiritual, Kirpal Singh Ji Maharaj recibieron la profunda noticia que el Alma de su querido Maestro había partido de Su cuerpo por medio del fenómeno que el mundo llama “la muerte”. Los que vivíamos en el Ashram de Sant Bani, en el centro de New Hampshire pasamos por todos los estados de pena conocidos y, como no había un claro Sucesor del Trabajo Espiritual entramos en un período de meditación y espera. Algunos otros en el país, y también alrededor del mundo empezaron a seguir a una u otra persona que subió (o fue empujado) a reclamar el Reino Espiritual de Sant Mat, la Ciencia del Alma. El tiempo pasó y en febrero de 1976 varios eventos convergieron y sugirieron que el momento estaba maduro para que apareciera el Maestro. Russell Perkins y su esposa Judith habían entregado su casa y tierra en New Hampshire al servicio del Maestro y recibieron una orden clara del Maestro Kirpal internamente. El inmortal Maestro Interno le ordenó a Russell viajar a la India a encontrar a un discípulo el Maestro KIrpal llamado Ajaib Singh1. Con anterioridad habíamos escuchado que Ajaib Singh era muy avanzado en la práctica de la meditación2. Russell, que contó su historia en detalle en el libro “El Impacto de un Santo”, respondió a su llamado interno y después de un viaje arduo con muchas trabas, halló a Sant Ajaib Singh (Sant Ji) en la aldea rural 77 R.B. en la desierta provincia del Rajastán. Russell nos envió un cable que decía: “HE ENCONTRADO A AJAIB SINGH, ÉL 1- Russell Perkins, El Impacto de un Santo, pg. 149. 2- Ver: “Una Posibilidad”, en la revista Sat Sandesh de Octubre de 1974. Un recuento por Arran Stephens, de cómo buscó y encontró a Sant Ajaib Singh Ji en Septiembre de 1974.


El Arco Iris en mi Corazón ES VERDADERO, NOSOTROS LO AMAMOS” y nosotros quedamos embriagados con ilusión y esperanza. Después de meses de confusión, esto parecía claro y correcto. Russell pasó pocas horas con Sant Ji y luego en Marzo, tres personas lo visitaron y se quedaron una noche.3 Ellos trajeron testimonios similares en cuanto a la calidad de Sant Ji y Su Vida. Esta saga de mi viaje realmente comienza en la noche en que Russell regresó de la India. Mientras él contaba la historia de su visita, de la alegría de ver los danzantes y fulgurantes ojos de Kirpal en Ajaib, algo en mi corazón comenzó a cantar y deseé ir. Hasta ese momento no había sentido ninguna necesidad de encontrar al Sucesor. Mi vida personal corría suave sin ningún trauma y yo me sentía contento. La idea de ir comenzó como un latido emocional y gradualmente se transformó en un impulso frío y racional. Aunque no tenía dinero, no obstante dirigí mi atención hacia el Poder Maestro Interno y otra vez comencé a meditar tres (en vez de dos) horas diarias. Yo fui recompensado, lo suficiente como para poder resignarme a la idea de no ir a la India. Cuando Jane Counter del grupo de los tres regresó, hablé con ella y me sentí más inclinado que nunca a viajar. Al siguiente día algo totalmente inesperado en las finanzas llegó (de los padres de mi esposa) y la puerta para mi viaje se abrió. En el momento en que yo estaba listo para salir, otras dos personas también estuvieron listas, Robert y Wendy Schongalla. Robert enseñaba en el Colegio Sant Bani y Wendy ayudaba en el Ashram y todavía lo hacen. Las dos hijas de Wendy asistían al colegio en aquel tiempo. Wendy había solicitado la Iniciación del Maestro Kirpal Singh Ji, pero Él dejó el cuerpo antes de responder su pedido. Después de las usuales prisas de último minuto, con dificultades y retardos imposibles de los cuales Él se ocupó, salimos para Delhi y llegamos en la mañana del jueves, primero de Abril de 1976. Raaj Kumar Bagga, “Pappú”, que nos había estado esperando casi 3 horas, ya que nuestro vuelo estuvo retardado, nos recogió en el aeropuerto. Nosotros teníamos miedo de que no pudiéramos reconocernos, pero instantáneamente ambas partes supimos quiénes éramos. Así comenzó una larga y fructífera amistad con la persona que iba a servir como traductor de Sant Ji y que sería un dedicado sevadar a través de toda Su Misión. 3- Los visitantes fueron Jane Counter y James Russell, discípulos del Maestro Kirpal y Ronnie Yow, un buscador espiritual que llegó a ser uno de los primeros discípulos occidentales de Sant Ji.

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Encuentro con el Santo Viajamos a través del complejo laberinto que es Nueva Delhi y llegamos a la casa de los Bagga. Pudimos asegurar tiquetes de tren esa noche para Ganganagar, la ciudad en el Rajastán más cercana de la aldea 77 R.B. donde Sant Ji estaba residiendo. Yo estaba emocionado con el pensamiento de ir pronto, aún en mi mente y tenía un deseo de visitar el Sawan Ashram, para ver algunos viejos amigos que aún residían en aquella sagrada casa del Bienamado Maestro Kirpal. Yo había pasado varias semanas allí en 1970 y 1974 y pensaba que algunas personas eran verdaderas amigas. El bibliotecario amablemente nos había permitido, a mi hijo de 4 años, Christopher y a mí visitarlo en su habitación en el Ashram. Otro hombre, un devoto discípulo que vivía en el Sawan Ashram, también había sido muy dulce conmigo. Su hija había desarrollado un marcado interés en asistir al Colegio Sant Bani y nosotros habíamos correspondido a esta posibilidad un año y medio después de la partida del Maestro Kirpal. Pappú y yo pasamos por el Sawan Ashram en la tarde, pero por una variedad de razones no me sentí cómodo. Nuestra estadía no duró siquiera 5 minutos, ya que nunca pasamos del pórtico del Ashram. Nos fuimos sin haber visto a alguien que yo conociera. Pappú comentó cuánto habían cambiado las cosas y yo estuve de acuerdo. Para mí no quedaba ni una señal del Poder Maestro en un lugar que había sido tan encantador en mis visitas anteriores. Regresamos a casa de los Bagga y yo me sentía algo turbado. Después del interminable vuelo hasta la India es muy fácil sentirse negativo hasta que se tiene la oportunidad de realmente descansar. Pappú me sugirió que le escribiera una carta a mis amigos pero yo estaba determinado a regresar más tarde ese día a verlos. Les hablé mucho de mis sentimientos a Robert y Wendy y ellos fueron muy dulces y de mucha ayuda. En ese momento yo había convertido todo en mucho más de lo que realmente era, pero con la Gracia del Maestro medité y me quedó muy claro que Pappú tenía razón. Simplemente escribiría una carta a mis compañeros discípulos diciéndoles que iría a verlos a mi regreso a Delhi la próxima semana. Esto fue lo que hice y luego pude dormir dos horas. Apenas me desperté me sentí fresco, descansado y más receptivo a Su Voluntad. Mientras reflexionaba sobre todo el incidente, llegué a sentir que mucha de la negatividad que experimenté en el Sawan Ashram esa tarde era debida a mi propia paranoia y a mis miedos. Como escribí en ese momento: “Ahora siento que envié vibraciones negativas y recibí lo que merecía o necesitaba. Cuando vaya otra vez 21


El Arco Iris en mi Corazón les diré quién soy y por qué he venido. Debo ser abierto, honesto y amoroso con todos”. Como Sant Ajaib Singh me mostró más tarde, sin embargo, era simplemente mejor continuar con mi viaje. En el final de mi estadía con Sant Ji, este viaje al Sawan Ashram (y mis planes de regresar) había jugado un dramático papel en la demostración de que la protección (raksha) del Maestro es infinita. Antes de salir para Ganganagar tuve varias y buenas conversaciones con el hermano mayor de Pappú: Kulwant y su esposa Linda.4 Yo me había preguntado cómo debía comportarme con el papá de Pappú, Papa Ji, ya que sentía miedo de cometer algún error a nivel cultural. Le pregunté a Linda (la nuera de Papa Ji) sobre ésto y su consejo fue: “Haz lo que te dicte el corazón”. Este consejo me sirvió mucho en la casa de los Bagga y se convirtió en un principio fundamental para muchas de mis acciones en este viaje. Sant Ji le había dicho a Kulwant que si nosotros queríamos, podríamos hacer arreglos para que él se mudara más cerca de una ciudad, si esto hacía las cosas más fáciles para aquellos que querían venir a visitarlo. Kulwant se sintió preocupado por los aldeanos por el efecto de una corriente permanente de visitantes. Tuve la sensación de que estábamos al comienzo de algo muy grande, una gran misión. Pensando en esto, así como en el amor y amabilidad brindada a los tres por cada uno de los miembros de la familia Bagga, me sentí conmovido hasta lo más profundo. El viaje de Delhi a Ganganagar fue una nueva experiencia. Subimos a bordo de un tren nocturno tirado por una máquina de vapor y entramos a nuestro coche cama de primera clase. Así tuvimos por lo menos en apariencia la privacidad tan querida por los corazones occidentales. El ritmo de los rieles se mezclaba con la repetición interna de los nombres de Dios y salimos a la deriva. Primer Día. Viernes 2 de Abril de 1976 A la siguiente mañana nuestros ojos se abrieron en un terreno completamente diferente, el semblante arenoso de un desierto despertado para la agricultura a través de un elaborado sistema de canales. La plaza afuera de la estación del tren en 4- Kulwant y Linda habían acompañado a Russell a ver a Sant Ji en Febrero.

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Encuentro con el Santo Ganganagar estaba llena con toda clase de vehículos, animales y gente, y nosotros nos sentimos aliviados al llegar a la droguería de un satsangui desde donde podríamos conseguir que un jeep nos llevara a nuestro destino final a dos horas y media. Mirando hacia atrás del jeep, había poco que ver más allá de la constante nube de polvo producida por nuestro vehículo. Y fue solo cuando paramos en el camino, para recoger a un hombre mayor y su hija o para visitar a un satsangui, el jefe de estación de una pequeña estación del tren, que la vista de los alrededores hizo pleno impacto en mi cansada conciencia. De pronto llegamos al complejo de adobe, y entramos a través de la puerta en arco de doradas paredes de barro y paja. El lugar era muy hermoso y pacífico y lleno del servicio y dulce amor de Dios. Todos corrieron para darnos la bienvenida, y una pequeña tropa nos trajo té, llenó nuestras tazas y abanicó las moscas para que no nos molestaran. Sant Ji no había aparecido. Alguien sugirió que miráramos la nueva área de baño, justamente terminada para nuestra conveniencia, y mientras estábamos allá, Sant Ji llegó. Lo conocimos en el patio y fuimos recibidos muy calurosamente. Él palmeó el hombro de Robert y Wendy y le dio una palmadita a Pappú en la espalda cuando él se inclinó para tocar los pies de Sant Ji. Como si esto fuera la cosa más natural en el mundo (lo cual realmente llegó a ser) yo me incliné y toqué Sus Pies. En los años por venir esto llegó a ser importante para mí en muchos niveles, y con frecuencia me sentía incapaz de “comenzar” el trabajo espiritual de una peregrinación hasta Sant Ji a menos que hubiera tocado Sus Pies. Cuando Karen y yo fuimos a ver al Maestro Kirpal Singh Ji en Febrero de 1974 entramos a Su sala para saludarlo y un amigo occidental con el que estábamos se inclinó y tocó Sus Pies. Yo quise hacer eso, pero por alguna razón, no pude. Seis semanas más tarde, en la noche en que nos íbamos el Maestro Kirpal nos invitó a sentarnos con Él en un patio mientras Él se despedía de los viajeros. Yo estaba sentado exactamente enfrente de Él, mirando fijamente su cara radiante con una luna llena brillando sobre sus hombros. En un momento Él empujó su pie derecho hacia mí de tal manera que estaba casi sobre mi regazo. Yo miré hacia abajo, dudé y luego con el dedo índice de mi mano derecha suavemente hice contacto con aquel zapato de cuero negro. Él no reaccionó bruscamente (yo tenía miedo de que gritara o que retirara su pie de un tirón) y sentí que una cálida ola de bondad me recorría. Sin ninguna duda fue bueno que yo lo hiciera en ese momento. Y dos años más tarde sentí que estaba bien tocar los pies de Sant Ajaib Singh Ji. 23


El Arco Iris en mi Corazón Sant Ji estaba vestido de rosado claro con un turbante blanco. Cuando estábamos tomando el té (antes de verlo) yo había decidido que lo mejor sería ser escéptico y cuidadoso. Cuando entramos del patio para sentarnos, yo encontré mi mente atrapada en el síndrome del “Es o no Es”. ¿Es realmente el sucesor de mi Maestro, Kirpal Singh Ji Maharaj? Esto fue difícil porque Él seguía mirándome directo a mis ojos y sentí como si Lo tuviera a prueba. Yo solo oré: “Oh Dios, Tú puedes ver todos mis pensamientos así que no tengo nada que ocultar”. Él fue muy amoroso y dulce. Después de un corto periodo mi cuestionamiento interno cesó. Él realmente se parecía mucho a lo que yo recordaba de mi Maestro Kirpal. Y de pronto no hubo ninguna duda, tanto su cara como sus ojos eran los del Maestro Kirpal. Yo le dije que aunque yo sabía que la forma externa cambiaba mientras el Poder Maestro permanecía, a mí me parecía que la forma externa era la misma. Las primeras fotos no trasmitían apropiadamente el parecido físico. Este era muy fuerte, como era la sensación de estar en presencia de un alma realizada. Alguien le mostró a Sant Ji una foto del Maestro Kirpal. Después de mirarla largo rato Él preguntó: “¿Dónde conseguiste esta foto mía?”. Más tarde en el viaje yo le dije que aunque habíamos oído que Él había dejado de usar el turbante blanco para que el parecido con el Maestro Kirpal no fuera tan grande, esto no había funcionado. Él comentó que había tratado de esconderse, pero ¿qué podía hacer si el Poder Maestro estaba dirigiendo todo? Fue interesante que Él estuviera usando un turbante blanco en este primer encuentro, en el cual no tomé fotos. Más tarde Él usó un turbante rosado. El preguntó quiénes éramos Iniciados y desde cuándo. Le preguntó a Wendy porqué no había recibido el Naam y ella explicó que ella lo quería, pero que el Maestro Kirpal había dejado su cuerpo antes de que ella pudiera recibirlo. Ella añadió que aunque no era iniciada, todos sus deseos habían sido respondidos. Ella contó que era la compañera de Robert y se iba con él al Ashram. También dijo que sabía que Sant Ji no estaba dando Iniciación, pero que ella había venido por Su ayuda. Después de cerrar Sus ojos durante varios segundos, Él le dijo que ella podría tener el Naam en un año contando desde el 13 de marzo anterior, ya que Él estaría meditando tiempo completo hasta entonces. Añadió que todos sus deseos serían satisfechos. Le mostramos la carta de Russell y Pappú la tradujo en voz alta. Sant Ji la tomó y la puso en Su bolsillo. En algún momento yo le dije que estábamos confundidos 24


Encuentro con el Santo porque nosotros queríamos verlo, pero a la vez no queríamos perturbar su meditación. Él dijo que esto no era molestia y que alguien que se ha elevado no puede ser molestado por nada. Más tarde indicó que nuestra venida era parte del plan del Maestro Kirpal. Primero, un amado de occidente había venido en 1974, después de lo cual Sant Ji le pidió a la gente no dar su dirección a nadie. Luego vino Russell, y luego el grupo de tres, y ahora nosotros estábamos allí. Él dijo que esto todo era el desenvolvimiento del plan del Maestro. Los que van a Sach Khand ven al Maestro cara a cara y lo reconocen. Él se acordó del Shabad de un Maestro Musulmán, e hizo que Pathi Ji el cantante lo entonara. Este tenía que ver con la siembra de una semilla que hace el Gurú en la mente, la cual cuando es regada con la meditación y el Satsang se convierte en un fragante árbol florecido. Contó la historia de Sawan Singh. Un día Él estaba caminando y de pronto una suave fragancia entró en su Ser. Entonces Él encontró un Sadhu y supo que venía de él. El Sadhu dijo que la fragancia estaba allí pero que muy pocos la sentían. La implicación es clara que el Poder Maestro está aquí para aquellos que lo deseen. Él contó muchas historias sobre los hijos físicos de los Maestros del pasado que trataban de convertirse en gurús a través de testamentos escritos, a través de la fuerza, y por otros medios. Ellos están realmente tras el dinero y la propiedad. Él dijo que cuando el Gurú viene para hacer Su misión, una organización surge y el dinero empieza a entrar. Cuando el dinero llega en más cantidad del que se necesita, la avaricia penetra la organización y el Gurú se va. Él contó sobre los hijos de carne y hueso del Gurú Nanak en relación con el Gurú Angad, el Gurú Amardas y el Gurú Ramdas. Una historia especialmente conmovedora en relación con los hijos de Nanak, que fueron donde el Gurú Ramdas y Le preguntaron: “¿Por qué se deja crecer esa barba tan larga, está tratando de ser el Gurú?”. Su respuesta fue que Él había dejado crecer Su barba para limpiar el polvo de los zapatos de ellos, porque ellos eran los hijos del Gurú Nanak. Él dijo que una vez el Maestro Kirpal iba a ir en un carro a Ganganagar, e insistió en que Sant Ji también fuera. Ellos estaban solos y el Maestro le explicó muchas cosas sobre lo que sigue después de que un verdadero Gurú deja el cuerpo. El Maestro le contó a Sant Ji la historia del sol que sale sobre Jullundur, y que ninguno de los que rodeaban al Maestro Sawan Singh pudo reconocer la importancia espiritual de lo que Él estaba diciendo5. El Maestro Kirpal relató cómo alguien escribió un 5- Durante su última enfermedad física Hazur Sawan Singh dijo una noche: “Un fuerte sol ha salido. ¿Puede la gente de Jullundur verlo?”. Todos los parientes que estaban alrededor de Él pensaron

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El Arco Iris en mi Corazón nuevo testamento cuando Sawan Singh estaba críticamente enfermo. Sant Ji nos dijo que cuando el Maestro Kirpal dejó el cuerpo, la gente que estaba alrededor de Él inicialmente dijo que nadie había sido escogido para el trabajo espiritual, pero en pocas horas la misma gente estaba riñendo sobre esto.6 que estaba en un estado de delirio… Cuando Sant Kirpal Singh vino a ver a Hazur, este soltó una carcajada y repitió la pregunta. Sant Kirpal Singh contestó: “Señor, no solo la gente de Jullundur sino aún los habitantes de América y otros lugares pueden ver ese sol en este momento si Su Santidad abriera su visión interna”. Hazur estuvo muy feliz de oír la respuesta correcta y dijo: “Kirpal Singh, Tú has contestado mi pregunta correctamente”. Según cita de Bhadra Sena, en El Bienamado Maestro: Algunos vislumbres de la vida de Sant Kirpal Singh Ji Maharaj (1963), pg. 49. 6- En una extraordinaria sesión de Preguntas y Respuestas dada en la India una década más tarde, el 26 de febrero de 1986, Sant Ji se refirió a ésto y dijo:«Ustedes saben que todos los Santos Perfectos que han venido a este mundo hasta ahora, siempre han ido a los Pies de Su Maestro, han sacrificado mucho, se han hecho Ellos mismos muy puros y se han dedicado totalmente a Su Maestro. Aquellos discípulos que van internamente y pueden tomar la carga del trabajo, cuando a Ellos se les “da el trabajo de la continuación de la Misión, siempre han suplicado a Su Maestro: “Maestro, ésta es una carga muy pesada. Tú haz este trabajo, nosotros no podemos hacerlo”. Nunca han dicho que son los Sucesores de Su Maestro y no desean hacer el trabajo después de que el Maestro deja el cuerpo. Pero por otro lado ustedes encontrarán también la gente que no ha perfeccionado su meditación, que no ha hecho su vida pura. Después de que el Maestro deja el cuerpo reclaman la sucesión del Maestro. Ellos incluso van a la corte y pelean por las propiedades del Maestro. Porque no han hecho meditación, no saben lo pesada que es la carga que quieren tomar. No quiero criticar a nadie diciendo esto. Solamente les digo cosas que la historia ha presenciado y lo que ha sucedido con los Santos del pasado y con Sus Sucesores. Cuando Bhai Lehna, que más tarde llegó a ser el Gurú Angad, vino donde el Gurú Nanak y el Gurú Nanak le preguntó: “¿Cuál es tu nombre?”. Él dijo: “Lehna”. En punjabi esto significa “tengo que recibir”. El Gurú Nanak dijo: “Si tu nombre es Lehna y tienes que recibir, entonces mi trabajo es dar”. Él abrazó a Bhai Lehna y después Él lo convirtió en el Gurú Angad. Angad significa “de mi propio cuerpo”. Cuando el Gurú Nanak le dijo al Gurú Angad: “Después de mí, Tú tendrás que continuar este trabajo”, Él lloró y dijo: “Maestro, ésta es una carga muy pesada. Yo no puedo llevarla”. Pero el Gurú Nanak insistió y le dijo al Gurú Angad que Él tendría que ser Su Sucesor. Sus hijos Sri Chand y Lakhmi Das se molestaron con el Gurú Nanak y Le dijeron: “¿Él es nuestro sirviente y Tú le estas dando la Sucesión y todas nuestras cosas?”. El Gurú Nanak le dijo al Gurú Angad: “Deja toda esta propiedad aquí en Kartarpur para ellos. Vete a tu pueblo de Kadur Sahib y haz tu trabajo allá”. Cuando el Gurú Amardas fue donde Su Maestro Gurú Angad, Él también le sirvió muy desinteresadamente y moldeó Su vida de acuerdo a las instrucciones de Su Maestro. Cuando el Gurú Angad estaba a punto de dejar este mundo, le dijo al Gurú Amardas: “Después de mi Tú tendrás que hacer el Trabajo de dar la Iniciación en el Naam”. El Guru Amardas también dijo: “Esta es una cosa muy pesada y yo no puedo hacerla”. Pero cuando el Gurú Angad insistió, Él también tuvo que hacerlo. Pero aquí también Dasu y Datu, los hijos del Gurú Angad Dev, se oponían al Gurú Amardas. Cuando el Gurú Amardas se sentó a hacer el Satsang vinieron, lo patearon y dijeron: “¿Está usted en sus cabales? Usted era el sirviente y ahora usted se ha convertido en el propietario de nuestra casa”. En ese momento el Gurú Amardas no se molestó con ellos. Él era la morada de la paz y era muy humilde. Él les dijo: “Perdónenme, pues yo soy un hombre viejo y mis huesos son muy duros, es posible

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Encuentro con el Santo que cuando ustedes me patearon se hayan podido lastimar, por favor perdónenme”. Y Él dejó toda esa propiedad y se fue para el sitio llamado Goindwal, donde comenzó Su Trabajo. De la misma manera cuando el Maestro Sawan dio la orden al Maestro Kirpal de hacer el Trabajo, Él le pidió a Sus amados que le trajeran el registro y contaran cuántas personas había Iniciado. Cuando ellos Le contestaron, Él dijo: “Kirpal Singh, He hecho la mitad de Tu Trabajo, la otra mitad tendrás que hacerla”. Así que el Maestro Kirpal gimió y Le dijo: “No, Tú deberías hacer la otra mitad también”. Pero cuando el Maestro Sawan Singh dijo: “No, este es Tu Trabajo y tendrás que hacerlo”, el Maestro Kirpal dijo: “Bien, lo que quiera que Tú me digas eso haré yo. Yo solo soy la tubería. Tú tendrás que enviar el agua. De la forma en que Tú quieras que baile, así bailaré”. El Maestro Kirpal había hecho una muy hermosa casa en el Dera del Maestro Sawan Singh y cuando el Maestro Sawan Singh dejó este plano terrenal, el Maestro Kirpal no pudo siquiera mirar la casa que Él mismo había hecho, Él simplemente se inclinó ante este lugar y pacíficamente dejo el Dera y en la remembranza de Su Maestro se fue a los bosques de Rishikesh donde hizo Su devoción. En cuanto a mí, ustedes pueden haber leído en el libro del Sr. Oberoi que cuando el Maestro Kirpal vino a mi Ashram, Él me dijo que Yo debería venir con Él a Su Ashram y encargarme de las cosas allí. Yo lloré y dije: “¿Toda mi vida desde mi infancia, he estado esperándote y ahora cuando Tú me has encontrado quieres que vaya y me involucre con los ladrillos?”. En mi Ashram teníamos muchos ladrillos y yo Le dije: “Si quieres golpearme en la cabeza con ladrillos, aquí están, puedes golpearme. Yo te quería solamente a Ti y por eso estoy contento contigo y no quiero nada más”. Con frecuencia les he contado esta historia: cuando el Maestro Kirpal Singh debía ir de Kunichuk a Ganganagar Él hizo que me sentara en el carro con Él durante dos o dos horas y media. En ese momento Él no estaba físicamente bien y yo quería que Él se recostara en el asiento trasero y yo iría en mi propio carro. Pero Él dijo: “No, ven conmigo en mi carro porque quiero hablar algunas cosas muy importantes contigo”. Yo le supliqué que se recostara cómodamente y yo iría en mi carro, pero Él insistió. Me llevó en su carro con Él y entonces comenzó a hablar sobre las cosas que su Maestro Sawan Singh le había dicho cuando Baba Sawan Singh le dio la orden de hacer el trabajo de la Iniciación en el Naam. Me dijo que hay muchas órdenes que el Maestro da a los discípulos y los discípulos las obedecen, aun cuando no quieran, porque es por el bien de la gente. Él dijo: “Cuando mi Maestro me dijo que diera la Iniciación, yo Le dije que yo no podría hacerlo, pero Él insistió y dijo que yo tendría que hacerlo”. Me dijo: “Muchos podrán explicar la teoría de un modo mejor, pero será muy difícil encontrar a alguien que medite y haga a otros meditar. No quiero que mis enseñanzas se pierdan en el mundo, Te estoy dando este trabajo a Ti para asegurarme de que Mis enseñanzas permanezcan vivas y sean dadas a la gente. Te estoy dando este trabajo a Ti y Tú tendrás que hacerlo”. Cuando el Maestro me estaba contando todas las cosas que su Maestro le había dicho, yo tuve la impresión de que Él iba a decirme lo mismo y sentí el deseo de abrir la puerta y saltar fuera del carro. Pero Él me sostuvo fuertemente y lo dijo, aunque yo me había rehusado con anterioridad. Pero cuando Él me lo dijo esta vez. Tai Ji, que estaba sentada en el asiento delantero, dijo: “Imagínate cuánto perderá el Sangat si Tú rehúsas hacer esto y permaneces en lo Interno”. Yo dije: “Sí, yo sé. Los amados perderán mucho”. Entonces el Maestro me dijo que yo tenía que hacer este trabajo. En ese momento le supliqué al Maestro Kirpal: “Maestro, la gente te criticó y al Maestro Sawan también aunque Ustedes son competentes. Tú tienes mucho conocimiento del mundo y eres competente y Todopoderoso. De la misma manera la gente me criticará también, pero yo no tengo ningún conocimiento del mundo ni de nada. ¿Cómo podré enfrentar esto? ¿Cómo haré esto?”. El Maestro

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El Arco Iris en mi Corazón Después de un rato Sant hizo que nos trajeran cojines y yo tuve la oportunidad de deslizarme al piso. Él insistió en que me sentara en una silla. Entonces nos contó, cómo Él siempre intentó sentarse a los Pies del Maestro, pero el Maestro Kirpal insistía en que Sant Ji se sentara cerca de Él, incluso en el estrado. Yo protesté que Él era limpio y yo era sucio y el comentó que es fácil encontrar a Dios pero difícil convertirse en Hombre. Dios está en la búsqueda de un Verdadero Hombre. Él dijo que sería nuestro amor el que Lo llevaría a América y que Russell Sahib haría los arreglos. En algún momento de este primer encuentro le entregamos todo el material impreso que habíamos traído. Había un grueso volumen de Sat Sandesh: fotos del Maestro Kirpal en la piedra de Sant Bani Ashram, un prospecto del colegio, el programa de la Tercera Gira Mundial y otras cosas. Él miró todo muy cuidadosamente. Le explicamos sobre la casa del Maestro, el salón del Satsang y otras edificaciones en New Hampshire. Le pregunté si podía grabar lo que Él dijera y tomar fotografías, y respondió: “Como quieras”. Él acordó dar Satsang a las 8 PM esa noche. Habló de la nueva sala de baño para nosotros y que la próxima vez que viniéramos habría un sanitario (en ese momento estábamos usando los campos al otro lado del camino). Él mencionó que poco antes de que llegáramos el nuevo establo se había colapsado sobre un sevadar. Aunque tomó cinco horas sacarlo de debajo de los escombros, estaba ileso. Y Él observó, que nosotros estábamos viniendo aquí en la mitad del desierto, aunque podríamos estar disfrutando de magníficas comodidades en otra parte. Sant Ji dijo que deberíamos tomar khanna (comida) y al escuchar esta palabra, yo repetí “khanna” e hice un ademán hacia Él, indicando que Él era la única “comida” que necesitábamos. Todo el mundo se rió. Mientras la hora y media volaba Él se parecía más y más al Maestro Kirpal que yo recordaba, hasta que se convirtió en Él. Sus ojos eran sorprendentes. Al principio tuve algunos rápidos pensamientos horribles, aún cuando nos mirábamos el uno al otro, pero yo le pedí ayuda al Maestro y en silencio dije lo sucio que yo era. Sant Ji dijo que Él apreciaba nuestro viaje hasta allá y que ahora Él podía tener nuestro darshan. me dijo: “¿Si la gente mala no deja de hacer sus malas obras por qué debería la gente buena dejar de hacer sus buenas obras? Tú tendrás que hacer este trabajo”. Sant Bani Magazine, Julio - Agosto de 1986. “En las Manos de Kirpal”, pg.58.

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Encuentro con el Santo

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El Arco Iris en mi Corazón Escuchamos nuestro primer Satsang esa noche, el 2 de Abril. Después del Satsang Sant Ji preguntó sobre nosotros, cómo fue nuestra llegada a Delhi, quién estaba cuidando a nuestros niños, etc., habló de Russell y le pidió a Pappú que escribiera la traducción de la carta de Russell al respaldo de la hoja. Él dijo que la gente estaba viniendo por la verdadera paz, por Shanti. Por Su Gracia nos permitió sentarnos en el piso esa noche y de ahí en adelante Sant Ji siempre se preocupaba mucho y se aseguraba de que estuviéramos sentados sobre cojines. Segundo Día. Sábado 3 de Abril de 1976 “¡Wow! 7. Pensé. Ésto se está volviendo cada vez más asombroso”. Me fui a dormir a las 11:15 PM y me desperté a las 4:15 AM para la meditación. Muchos indios estaban acostados en nuestro cuarto. Más tarde descubrimos que los compañeros de cuarto eran Sardar Rattan Singh y sus amigos, que nos habían traído comida de sus casas en un tractor desde la aldea 16 P.S. que estaba a 20 millas de distancia. En la mañana hicimos un tour a los jardines de Babu Ji, visitamos la escuela de la aldea, y vimos el lugar donde Arran Stephens se encontró por primera vez con Sant Ji. Sant Ji vino para el Darshan y yo estuve tan listo como pude. Él estaba tan misericordioso y hermoso, vestido con un turbante rosado con destellos relucientes. Yo le dije cuán agradecido estaba por estar allí y Él dijo que todo era el Maestro trabajando detrás de la cortina. Nosotros estábamos destinados a ser llevados allí. Más tarde yo dije que no podía entender por qué Dios le estaba dando tanto a alguien sin valor como yo, y Él lo explicó con una palabra: “Suerte”. Él estaba muy complaciente y divertido con mi toma de fotos (y todas salieron). En un momento, mientras yo lo miraba, Él estaba rebosante como el Maestro Kirpal y Baba Sawan Singh Ji. Sant Ji dijo que después del baño deberíamos venir a verlo para planear Su gira a nuestro país. Él estaba tan lleno de Amor. El tapete estaba hecho de bolsas de arpillera cosidas entre sí, las sillas de mimbre y escabeles ajustadas con llantas viejas de bicicleta. Ese mobiliario se hacía grácil por el Amor del Señor. 7- Se pronuncia “uau” en español. (Nota del editor).

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Encuentro con el Santo Nosotros grabamos aquella primera sesión de la mañana con Él y fue publicada en el número inaugural de la revista Sant Bani bajo el título: “La Esencia es la Meditación”8. Él habló sobre la Castidad y Su consejo fue firme y directo. Básicamente dijo, cuando comiencen a sentir la inclinación hacia kam (lujuria) entonces comiencen a meditar. Ustedes tienen la mente de un lado y al Satgurú del otro. Si ustedes dirigen su atención hacia la mente, entonces serán esclavos de la mente. Si ustedes la dirigen hacia el Satgurú, entonces pueden conseguir al Maestro. Meditar es como encender una luz en su interior y si se dirigen hacia esa luz, ésta irá creciendo. En un lugar que está lleno de luz, ningún ladrón va a venir. Kam el ladrón no vendrá si están meditando apropiadamente. Si ustedes meditan regularmente esto traerá más Amor del Maestro... donde hay kam, el alma baja en el cuerpo y cuando hay ira, el alma se dispersa hacia afuera. Alguien que está deseoso de la lujuria, ira, avaricia, etc. no puede hacer la meditación. LA MEDITACIÓN ES HECHA SOLAMENTE POR GENTE VALIENTE. Nosotros tenemos que entregar nuestro corazón al Maestro. Si ustedes quieren ser verdaderos discípulos del Maestro, entonces aléjense de kam. Y la manera de alejarse es a través de la meditación. Si uno dedica dos y media a tres horas en la mañana y lo mismo en la noche, entonces uno será feliz y no tendrá estos deseos. Si hacen la meditación apropiadamente, no perderán su fluido vital en los sueños tampoco. ¿Si no pueden ser estables en este plano, entonces qué van a hacer cuando vayan a los planos internos, donde hay hermosas hadas y muchas otras distracciones? Yo había escuchado mi título: “Principal Sahib”, varias veces cuando Sant Ji había estado hablando con Sardar Rattan Singh y sus amigos. Más tarde le pregunté a Pappú qué estaba diciendo. Pappú dijo que Él había presentado a Robert como un profesor y a mí como el Principal9. Luego le dijo a los aldeanos que nada podría ser ganado por leer libros, porque nosotros también habíamos leído los libros del Maestro pero aún así estábamos ansiosos y con ganas de tener la radiancia de un Hombre Santo. Él también mencionó que los políticos y dignatarios como Indira Gandhi habían sido traídos a este Sendero. Pappú me contó que Indira Gandhi recibió el Naam dos meses antes de la partida del Maestro Kirpal, que Sant Ji también había dicho esto.

8- Revista Sant Bani, Julio de 1976, pg. 33. 9- En español quiere decir rector. (Nota del Editor)..

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El Arco Iris en mi Corazón Primera Reunión en el Cuarto de Sant Ajaib Singh ji Es imposible trasmitir la experiencia de sentarse con Él en el cuarto donde había meditado por tanto tiempo. Estuvimos allí una hora y media. Comenzamos a hablar sobre una organización, Sant Ji había preguntado: “¿Qué necesitan para este fin?”. Y mi respuesta fue un poco incoherente. Robert y Wendy pudieron trasmitir mejor algunos problemas y asuntos que nosotros preveíamos, además Sant Ji adivinó tras de qué estábamos y entró en una muy larga explicación. Sant Ji dijo que dependía de nosotros si queríamos hacer una organización en los Estados Unidos o en otros sitios y que lo que nosotros hiciéramos sería de beneficio para los que vinieran después. Dijo que uno de nosotros podría permanecer en la India y organizar todo. Hicimos varias sugerencias y Él dijo que lo hiciéramos como nosotros quisiéramos. El punto era que no quería estar involucrado en la organización, en lo relativo al dinero o cualquier cosa de estas. Dijo que los del comité deberían ser gente en la que confiáramos. Habló de cuán apenado estaba por no poder servirnos mejor. Dijo que después de que Russell se fue, Él lloró y le dijo al Maestro que Él (Sant Ji mismo) era un hombre tan bajo e insignificante y que se sentía triste de que no hubiera podido servir mejor a Russell porque él era el hombre enviado por el Maestro. Él dijo que estos pobladores son agricultores y son incomodados por tener que servirnos. Yo pregunté sobre las leyes indias en lo relacionado con enviar dinero desde los Estados Unidos. Él dijo que no conocía las leyes y que eso dependía de nosotros. También dijo que, si nosotros queríamos, podría mudarse a un Ashram más cerca a una ciudad, dependía de nosotros arreglar las cosas como viéramos que convenían. Más tarde se vio claramente que el lugar más lógico era exactamente allí, en el 77 R.B. Esto era ciertamente lo que los aldeanos deseaban. Ellos habían hecho la solicitud para tener electricidad y tenían planes de construir un salón de Satsang y otras cosas, así nosotros sinceramente le recomendamos esto. Dijimos que teníamos un lugar en los Estados Unidos, Sant Bani Ashram y Él dijo que vendría cuando nosotros preparáramos todo, que nosotros sabíamos más sobre el clima y otros detalles. Dijo que Él no podría vivir con nosotros por el problema del idioma. Le pedimos que viniera un año y Él respondió que vendría cuatro o seis meses tan pronto como quisiéramos después del 13 de Marzo de 1977. Wendy sugirió el 16 de Marzo, porque era su cumpleaños y Sant Ji se rió mucho.10 10- Aunque tratamos de que Sant Ji viniera antes de esa fecha, esto no sucedió. Su primer viaje a los Estados Unidos fue en la primavera de 1977, como Él había sugerido desde el principio.

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Encuentro con el Santo Sant Ji dijo que no iniciaría aún a Ronnie11 y a Wendy porque entonces ellos querrían quedarse y meditar por largo tiempo y no había las facilidades para hacerlo. Dijo que daría la Iniciación en presencia de Russell. Añadió que Pappú debería también obtener el Naam y estar disponible para ir a los Estados Unidos para traducir, si sus padres estaban de acuerdo. Le pregunté si sería mejor aprender hindi o punjabi. El respondió que cualquiera de los dos estaba bien, ya que hablaba ambos idiomas. Y añadió que el hindi sería mejor porque es más universal. Algunas cosas eran difíciles de discernir. Era claro que estábamos desorganizando su rutina y de esta forma su vida. Ordinariamente, Él estaba saliendo de la meditación solamente una vez al mes y ahora nosotros estábamos cambiando esto. Él reiteró que estaba planeando meditar tiempo completo hasta el 13 de marzo del año siguiente. Explicó que mucha gente querría que fuera aquí y allá. Después de haberle dado el Naam a más de 200 almas, había habido tanta propaganda en contra, que Él vino a este lugar y resolvió permanecer escondido durante un año. Todo ésto me hizo sentir que debíamos dejarlo solo. Entonces otra vez, recordé que Él había dicho que el Maestro Kirpal nos había traído allí. Él le había dicho a la gente que no diera la dirección, pero sí ocurrió. Era definitivamente el despliegue del plan del Maestro. Mientras hablaba Él subrayó algunos puntos para el futuro. Dijo que los que vinieran deberían estar preparados para atenderse ellos mismos, específicamente mencionó que la gente necesitaba preparar la comida. Los devotos deberían venir a mediados del mes, ya que Él estaría saliendo a dar el Satsang. La gente debería venir en grupos. Todos nos preguntábamos si un jeep haría las cosas mucho más eficientes. Sant Ji dijo cuánto había sentido que nosotros tuviéramos que pagarle al conductor 40 rupias por día para que nos esperara. Él reiteró que el hermano de Babu Ji, que vivía cerca de Gajsinghpur tenía un jeep y que nosotros deberíamos tomar el tren a ese lugar en vez de Ganganagar. Sant Ji también mencionó que el jefe de estación de ese lugar tenía el Naam. Nosotros habíamos conocido a ese discípulo cuando veníamos para el 77 R.B. Mientras hablábamos, Sant Ji mencionó que cuando Él tuvo que ver al doctor para el tratamiento de sus ojos, prefirió tomar una carreta de camello en vez de un jeep, para que no le costara tanto. En vez de una hora fueron cinco horas de viaje. Su humildad era sobrecogedora. Él comentó que nosotros podríamos haber tenido magníficas instalaciones en el Sawan Ashram, pero en vez de esto nosotros estábamos resignados a las incomodidades 11- Ronnie You era uno de los tres miembros del grupo que visitó a Sant Ji en Marzo de 1976.

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El Arco Iris en mi Corazón del 77 R.B. Esto era porque nosotros queríamos la Verdad, queríamos el Satgurú. Él nos había dado una responsabilidad tan grande de establecer una organización y yo estaba asustado. Le conté que algunas veces el Maestro nos daba tareas y luego nosotros pensábamos que eran nuestras y las hacíamos según nuestra voluntad. Le pedí que nos detuviera si alguna vez hacíamos algo en contra de Su voluntad. Él dijo que podríamos consultar con Él antes de tomar decisiones, podríamos discutir las cosas con Él. Dijo que comenzar una organización era duro y a la vez no, porque nosotros recibiríamos ayuda del Maestro. Sant Ji nos contó que los aldeanos estaban asustados de que nos lo lleváramos para el occidente. Él relató que en un reciente Satsang de otro gurú en Ganganagar se había hablado de Sant Ji en forma negativa. A los aldeanos del 77 R.B. no les gustó esto, e hicieron un chiste diciendo que “los perros estaban ladrando”. Luego ellos hicieron un segundo chiste y dijeron que aquellos mismos perros deberían ser enviados a ladrar en el occidente y ¡así nosotros no desearíamos que Sant Ji fuera allá! Sant Ji nos contó sobre un hombre que vivía cerca y que tenía tanto amor que cuando el anterior grupo de tres personas vino, él trajo comida y otras cosas necesarias para su confort. Este no era otro que Sardar Rattan Singh. Anoche él vino otra vez en su tractor y trajo cosas para nosotros. Nuestro telegrama le avisó que vendríamos. Sant Ji explicó que Sardar Rattan Singh construyó el lugar donde Sant Ji meditó los dos años anteriores a la partida del Maestro Kirpal, en la aldea 16 P.S. Él entonces nos preguntó si queríamos visitar ese lugar mañana, que quedaba a 20 millas. Yo le pregunté si Él iría también, sonrió y dijo que sí. Él es tan misericordioso. Parecía que estábamos terminando, entonces pregunté si podría decir una cosa más. Él dijo que sí. Yo me preguntaba si Él querría decir algo, enviarle algún mensaje a mi esposa. Ella se quedó en casa haciendo todo el trabajo y yo estaba con Él recibiendo el beneficio de Su presencia. Él se quedó pensando y después preguntó: “¿Ella es iniciada? Yo dije que sí, entonces dijo: “¡MEDITA!”. Y todos nos morimos de la risa. Esto fue muy hermoso. Preguntó cuántos años tenían mis hijos y yo le dije que uno y seis. Él apartó sus manos mostrando cuán largo es un bebé y dijo: “Yo tengo Amor por tus hijos”. Se dirigió a Wendy y le dijo lo mismo. Más tarde dijo que vería a nuestros niños cuando viniera al Ashram. En este momento ya no pude 34


Encuentro con el Santo distinguir en frente de quién estaba sentado, Ajaib o Kirpal y no me importaba. Le pregunté a Sant Ji si Él también visitaría el Colegio Sant Bani (después Él dijo que vería a nuestros niños) y dijo: “¿Cómo podría no hacerlo?”. El corazón habla al corazón. ¿Cómo podría rehusar nuestro amor? Él fue tan dulce con respecto a las fotos. Yo había notado (después de la sesión en la mañana) que había estado esperando tomar las fotos hasta que Sant Ji se pareciera al Maestro Kirpal a través del visor de la cámara. Pensé lo agredido que me hubiera sentido si un iniciado de Baba Sawan estuviera esperando tomar las fotos hasta que el Maestro Kirpal se pareciera a Baba Sawan. Y decidí simplemente tomar fotos de Sant Ji, dándome cuenta que no sería sorprendente si luego se pareciera más al Maestro Kirpal. Todo lo que sabía era que ante mis ojos físicos realmente era así. Satsang de la noche del Sábado 3 de Abril Yo grabé el Satsang de la noche y Él me hizo colocar la cinta de las niñas de Rajastán cantando los Bayanes (cantos devocionales). Dijo que los aldeanos nunca habían oído o visto una grabadora. Él estuvo riéndose todo el tiempo. Suavemente reprendió a una niña por acercarse a la grabadora cuando yo la puse a reproducir. Este Satsang fue el comienzo de una serie de acontecimientos que me asombraron. Mi receptividad fue aumentando hasta tal punto que me llegué a asustar del efecto que esto podría tener sobre mi ego. Se sentía como si en todo congeniáramos. Había muchas ideas en las que yo había pensado (especialmente en los asuntos relacionados con la organización) que o bien Sant Ji me preguntaba al respecto y estábamos 100% de acuerdo o si no, Él mismo las decía sin que yo hubiera dicho nada. Por ejemplo, una idea me llegó mientras Sant Ji estaba dando el Satsang: Ya que Russell tenía las instrucciones de la Iniciación en inglés del Maestro Kirpal y ya que también él había sido autorizado para dar las instrucciones de la Iniciación, yo me preguntaba ¿si Sant Ji lo autorizaría para dar las instrucciones a las almas hambrientas antes de que Sant Ji viniera el próximo año? Esto estaba en mi mente cuando, en una larga discusión después del Satsang, Él mismo hizo la sugerencia. Después del Satsang continuamos sentados en el área de comedor, disfrutando de la radiancia. Pappú le entregó a Sant Ji la copia de la traducción al inglés de Su carta de respuesta a Russell. Mientras Él estaba mirándola yo tome una foto con flash, Él 35


El Arco Iris en mi Corazón se rió y todos se rieron. Yo dije: “Para Russell Sahib”, ellos rieron más y Él verdaderamente rió. Pasó tanto tiempo mirando cada una de las palabras de la carta, que fue algo asombroso. Cuando llegó el momento de firmar, Robert sacó un esfero, pero Babu Ji le ganó. Sant Ji tomó el bolígrafo de Babu Ji, le quitó la tapa, jugó un momento con él, decidió no usarlo, entonces aceptó el bolígrafo de Robert y me entregó la carta para que se la llevara a Russell. Él nos preguntó qué tan lejos quedaba el colegio del Ashram. Le dijimos que estaba precisamente dentro del Ashram. Luego preguntó cuántas familias estaban viviendo allí y le dijimos que seis o siete, 27 personas en total. Preguntó si Russell era el líder del Ashram y le dijimos que sí. Yo añadí que el Maestro Kirpal le había dado esta autoridad, esta responsabilidad a Russell, pero que muchas veces él había tratado de devolvérsela al Maestro. El Maestro siempre había rehusado aceptar. Sant Ji comentó: “El Maestro es el que más sabe”. Yo le expliqué que Russell y Judith habían comprado el lugar para estar lejos de las multitudes y estar en el campo. Ellos deseaban criar sus hijos en un lugar retirado, y ahora estaban rodeados de gente y ni siquiera vivían en la Casa Grande original. Ellos vivían en una pequeña casa al lado. Sant Ji dijo: “Russell es un hombre muy amoroso, él de verdad ama al Maestro”. Luego habló de lo triste que estuvo ya que Russell vino solo unas pocas horas, por culpa del conductor del jeep. El hombre tenía que regresar el mismo día. Sant Ji se sintió muy desilusionado de que no se hubiera quedado al menos un par de días. Añadió que la próxima vez que viniera debería quedarse una semana. Pasó luego a revelar que cuando Russell viniera iniciaría a los extranjeros que lo acompañaran y que después Russell sería autorizado para dar las instrucciones del Naam en nombre de Maestro a la gente que lo deseara a su regreso a los Estados Unidos. Allí estaba toda mi idea, las bases de lo que yo había pensado era “mi” plan, el cual (claro está) era del Maestro. Le conté a Sant Ji que en vida del Maestro Kirpal, Russell ya había sido autorizado para dar las instrucciones del Naam en nombre del Maestro y que en Sant Bani teníamos una copia de las instrucciones de la Iniciación escritas en Inglés por el Maestro Kirpal. Yo me preguntaba si, quizás… bueno, mi sugerencia estaba clara: ¿Podría Él posiblemente autorizar a Russell para comenzar ya mismo? Sant Ji pensó que esto era muy gracioso y yo también. Me sentía como un abogado de los que no habían recibido el Naam y Sant Ji sabía exactamente lo que yo estaba tratando de hacer. Él amorosa y humorísticamente repitió que Russell sería autorizado para 36


Encuentro con el Santo hacer esto después de que viniera. Anteriormente Él nos había mencionado que el problema era que Pappú no era iniciado y por eso algo de la traducción se perdería. En esta sesión Él añadió que Pappú tendría que ser iniciado muy pronto. Sant Ji declaró de nuevo que Russell vendría y que Él iniciaría las personas que vinieran con él. Yo anoté que a Russell le gustaría venir pronto. Él repitió que Russell era un hombre amoroso y añadió que le agradaría mucho verlo. Medio riendo, Él concluyó: “¿Russell dijo que yo no debería esconderme, entonces, por qué Russell se está escondiendo?”. Yo no podía creer que yo continuaría, pero me dije para mis adentros: “Un paso más” y dije: “Pero Sant Ji, Russell es un hombre muy pobre y acaba de venir a la India”, implicando que sería difícil que pudiera conseguir un tiquete para volver. Cuando Pappú tradujo, Sant Ji quedó atónito. Él extendió Su mano hacia mí como diciendo: “¿Qué está tratando de hacer este hombre?”. Esto fue muy, muy chistoso y me sentí embriagado, me sentí como un títere. Él añadió que cuando Russell quisiera venir, el dinero le sería dado. Cuando Russell vino en mayo, Sant Ji le contó que Él se había divertido tanto con lo que yo había dicho, porque el Maestro Kirpal ya le había informado a Sant Ji que Russell vendría. Dije que a Judith, la esposa de Russell, le gustaría mucho venir lo mismo que a su hijo Eric y añadí que Eric era iniciado. Sant Ji dijo que, como Él nos lo había dicho, era bueno venir en grupos, deberían venir a mediados del mes y planear una estadía de dos o tres días a una semana. Después de todo esto Él dijo: “Yo creo que cuando Russell escuche todo lo que he estado diciendo, él vendrá muy pronto” y todos reímos a carcajadas. Él dijo que Él estaba mencionando todas estas cosas sobre Russell debido a nuestro amor por Russell y que él nos había alabado en la carta diciendo que éramos co-trabajadores, queridos amigos y discípulos devotos. En este momento yo me sentía tan embriagado de amor y felicidad que ya no sentía el piso. Sant Ji estaba riéndose como nunca. Él decidió salir y en un abrir y cerrar de ojos se fue. Todos, los 50 indios y los cuatro, estábamos simplemente sentados mirándonos fijamente unos a otros. Yo estaba riendo y las lágrimas rodaban por mis mejillas. Pappú finalmente dijo: “Miren, si no nos movemos toda esta gente permanecerá aquí”, así que nos levantamos. Después de charlar un rato retornamos al mismo salón, ahora arreglado con las clásicas camas de lazos indias para los cuatro. Había sido un día extenso y exhaustivo, en el más maravilloso de 37


El Arco Iris en mi Corazón los sentidos. Nos quedamos dormidos inmediatamente, emocionados de que a la mañana siguiente nos levantaríamos temprano para viajar con Sant Ji (y muchos otros) en el jeep. Tercer Día. Mañana del Domingo 4 de Abril Yo me levanté a las 2:00 AM sintiéndome un poco enfermo. Pasó por mi mente que quizás sería mejor quedarme, descansar, recuperarme y no hacer el viaje a la aldea 16 P.S. Y luego comprendí que me sentiría mejor en la presencia de Sant Ji que enfermo lejos de Él. Tomé la decisión de ir, me tomé una aspirina y me sentí inmediatamente mucho mejor. Al desayuno comí solo fruta. El paseo en el jeep estuvo sorprendentemente agradable teniendo en cuenta que íbamos diez personas en el vehículo. Sant Ji, el conductor, Wendy y Pappú se sentaron adelante, mientras que Robert, Babu Ji, Pathi Ji, su hija, Balwant (“Bant”), su sobrina y yo nos apretamos en la parte de atrás. Conducimos a través de canales, polvo, selva, ciudades, jaurías de perros salvajes e hicimos esto en una hora y media. Cuando nos aproximábamos a nuestro destino, pasamos por el lugar especialmente construido para Sant Ji, donde Él permaneció y meditó durante dos años. Poco después, llegamos a la casa de Sardar Rattan Singh, justo en medio de la sencilla aldea denominada 16 P.S.12 En la casa de Sardar Rattan Singh descansamos un poco y luego Sant Ji nos llevó a caminar al lugar donde Él había meditado tanto. Pocos años más tarde Sant Ji escogió este lugar para ser Su casa permanente y convertirla en el lugar sagrado del cual muchos derivamos gran cantidad de beneficio espiritual. En este momento sin embargo, había solo una pequeña edificación de dos pisos que cubría el cuarto subterráneo donde Sant Ji había hecho devoción constante. Sant Ji impuso un paso muy rápido para la caminata, de media milla. Nosotros habíamos descansado y yo me sentía en buena forma. Al pasar a través de los campos arados tuve mi primera experiencia de caminar literalmente sobre las huellas del Señor. Aunque en los últimos años he tratado de no hacer esto (y hasta el día de hoy no puedo decir por qué hacerlo o por qué no), yo lo hice en aquel entonces porque me salió del corazón. 12- Los nombres de las aldeas se basan aparentemente en el número del canal que trae agua a estas zonas del Rajastán que antiguamente eran muy áridas.

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Encuentro con el Santo Sant Ji nos bajó al salón donde Él se sentó a meditar tiempo completo. Este era muy pequeño y había solamente una banca de madera. Nos dijo que la madera era muy buena para sentarse en meditación. También sugirió que a otros americanos les gustaría visitar este lugar13. Yo dije que estaba seguro de que Russell querría venir, especialmente cuando viera nuestras fotos. Tomé una foto de Él en la banca y mientras subía las escaleras. Mientras estábamos allá abajo, Robert que también se había sentido enfermo, desfalleció y tuvo que subir. Cuando todos subimos él estaba tendido en un cuarto y estaba recibiendo masajes de los hijos de Sardar Rattan Singh. Sant Ji se acercó a mirar y yo tomé una foto, para gran regocijo de todos. La puerta del cuarto subterráneo fue trancada otra vez, subimos y nos sentamos en el cuarto donde Sant Ji había vivido cuando no estaba meditando. Él señaló que había dejado todo atrás, aún los utensilios de cocina. Durante la posterior sesión de tres horas Él contó muchas historias chistosas, relató incidentes de su vida temprana y entretejió muchas instrucciones amables en la conversación. Sant Ji dijo que sus padres habían muerto muy pronto después de su nacimiento14. Él quedo huérfano y unos tíos abuelos que vivían en el pueblo se hicieron cargo de Él y lo criaron como su propio hijo. Vivió con ellos hasta los 20 años. Su tía abuela le pidió a Sant Ji que aceptara todas las tierras y propiedades cuando ella muriera, pero Él rehusó. Entonces se le pidió que escogiera alguna persona que heredara todo, lo cual hizo. En algún momento antes de que dejara a sus “padres”, ellos lo llevaron a conocer a su primer Maestro: Baba Bishan Dass15. El Maestro de Baba Bishan Dass se llamaba Amoluk Dass y tuvo solo dos iniciados: Baba Bishan Dass y el Príncipe Bhupinder del estado de Patiala. Baba Bishan Dass por otro lado, tuvo solo un Iniciado: Sant Ajaib Singu Ji. Baba Bishan Dass le dio los dos primeros Nombres y la instrucción en el Sonido del Sendero de la Devoción Verdadera. Cuando le pregunté a Sant Ji 13- El grupo de mayo visitó el cuarto subterráneo pero los viajes al 16 P.S. no se hicieron más. Por lo que Sant Ji había dicho, yo asumí que cada grupo iría a verlo, pero esto no parecía estar sucediendo. En 1981 Sant Ji trasladó el Ashram del 77 R.B. al 16 P.S. y bajar a ver este Sagrado lugar después de 10 días de devoción, llegó a ser algo muy importante para los devotos de muchos países, incluyendo América.. 14- Ver: “Un Breve Bosquejo de la Vida de Sant Ajaib Singh”, publicado como cuadernillo separado por el Ashram de Sant Bani como parte de la revista Sant Bani Magazine de Septiembre de 1981. 15- Ver la revista Sant Bani Magazine de Febrero de 1981. Pgs. 23-24.

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El Arco Iris en mi Corazón sobre algunas fechas, ya que yo quería ser exacto en mi reporte, Él me dijo que no era bueno con las fechas. Sant Ji nos dijo que Baba Bishan Dass una vez le mostró el sitió de Su cremación (de Sant Ji) en su última vida. Sant Ji le preguntó cómo podía Él estar seguro de que ese era el sitio correcto y Baba Bishan Dass le dijo: “Cava y encontrarás los huesos”. Sant Ji pagó diez rupias para cavar y encontró los huesos a un nivel bastante profundo.16 Baba Bishan Dass le dijo a Sant Ji que Él le debía algo a una mujer en su pueblo natal, así que Sant Ji le sirvió tres años, desde que tenía diecisiete hasta los veinte años. Ella era una mujer adinerada, que poseía muchos caballos, ponis y carretas, pero Sant Ji siempre cargaba pesadas cargas sobre su cabeza en vez de usar los carros. La gente se preguntaba por qué Él hacía esto. Una vez un Sadhu pasó y pudo ver que no era realmente Sant Ji el que estaba llevando la carga, sino que este era el pago de Su deuda y que Dios estaba ayudando. Sant Ji contó la historia de una mujer sin escrúpulos que vivía en el mismo pueblo de Baba Bishan Dass. Ella deseaba a Sant Ji y ofreció 40 rupias para obtenerlo, usando a otro hombre como intermediario. Pocos días más tarde la mujer sufrió una grave lesión. Aquel hombre se convirtió en un gran crítico de Sant Ji, Lo maltrató verbalmente y subsecuentemente perdió toda su propiedad y su riqueza. Sant Ji dijo que Él vio a este hombre después de 20 años y que el pobre estaba arrepentido y avergonzado. En este momento Sant Ji nos recordó que es muy importante no criticar, ni injuriar a otros y nos pidió que le diéramos este mensaje a Russell para que revisara el contenido de lo que se publicara en las futuras revistas. Cuando el Maestro Kirpal abandonó su cuerpo físico, Sant Ji salió del 16 P.S. y se fue a la aldea 77 R.B. Él estuvo llorando todo el tiempo. Un discípulo del occidente vino y Lo encontró y luego Sant Ji salió de este lugar otra vez llorando. Él vagó por todas partes despeinado, sin zapatos y sin turbante, algunas veces envuelto en una simple tela que era su único vestido. En esta época los ojos de Sant Ji se afectaron. Un Oficial de Subdivisión (SDO) y otra persona Lo encontraron y le dieron una habitación en una casa de reposo. Los aldeanos del 77 R.B. lo extrañaban muchísimo, así que Pathi Ji salió a buscarlo y finalmente lo encontró después de mucho 16- Pequeños pedazos de hueso, conocidos como “flores” en la India, permanecen mezclados con las cenizas después de la cremación.

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Encuentro con el Santo trabajo17. Fue muy difícil para Pathi Ji conseguir que el SDO le diera información sobre Sant Ji, pero al fin Pathi Ji Lo encontró. Sant Ji regresó al 77 R.B. donde los aldeanos le habían construido el recinto donde nos estábamos quedando. Y luego vino Russell al 77 R.B. Sant Ji también mencionó que el Maestro Kirpal Le había dado la orden de meditar tiempo completo durante nueve años. Sant Ji se refirió otra vez al discípulo occidental que lo había encontrado primero, diciendo que era un hombre fuerte. Sant Ji se reía mientras contaba que esa persona estaba listo para caminar desde Sri Ganganag si hubiera tenido que hacerlo. Sant Ji contó que el Maestro Kirpal le había dicho a ese hombre desde lo interno que el Sucesor sería soltero, y entonces el discípulo le preguntó a Sant Ji si era casado. Sant Ji continuó, afirmando que Russell y aquel amigo habían sido valientes para encarar todas las dificultades por las que tuvieron que pasar cuando vinieron en Su búsqueda. Todos rieron cuando Sant Ji relató que cuando Russell finalmente había llegado con Kulwant y Linda. Kulwant se confundió y había presentado a Linda como la esposa de Russell, en vez de su esposa. Sant Ji procedió a narrar varias historias hilarantes sobre uno de los hijos de Sardar Rattan Singh que estaba presente en el salón. Este hijo Sathi, era muy bien parecido, era un muchacho alto, bien afeitado. Sant Ji nos contó que a Sathi realmente le gustaba dormir. Una vez un sadhu vino y Sathi y el sadhu hicieron un concurso de dormir, el hijo de Sardar Rattan Singh fue el ganador después de haber pasado dos 17- La historia de Pathi Ji fue contada por el Sr. Oberoi en Apoyo al Sangat Conmovido: “Y fue en este lugar donde el señor Gurdev Singh conocido como Pathi Ji, más tarde lo encontró después de esperar durante mucho tiempo su regreso en el 77 R.B. Sin tener noticias sobre Él, fue empujado por su Ser Interno a buscarlo y no regresar hasta encontrarlo. Pathi Ji me recordó las tremendas dificultades que tuvo que encarar, porque Sant Ji no había dejado la más mínima pista de dónde había ido. Dónde buscar en la vasta tierra fue un problema grande, pero el Poder Interno que lo impulsó a ir, le ayudó y le dio confianza de que sus esfuerzos no serían en vano. De acuerdo a esto, cuando Pathi Ji fue conducido al lugar por el Poder Interno, Sant Ji expresó mucha sorpresa al encontrarlo allí y dijo que Él había tenido un sueño unos días antes, viendo que el Sangat del 77 R.B. estaba construyendo un lugar para Él y estaba haciendo buen seva, pero que estaban peleando algunas veces. Esto era exactamente lo que había sucedido en algún momento antes de que Pathi Ji saliera. Pathi Ji me contó que después de verlo, Sant Ji le dijo que se fuera, ya que Él estaba verdaderamente poco dispuesto a ir allí. Pero cuando Pathi Ji le dijo que el Sangat entero estaba llorando debido a Su ausencia, pasando momentos difíciles y que no lo molestarían para nada si regresaba, Sant Ji se ablandó y accedió a ir y le dijo a Pathi Ji que regresara y que Él iría allí solo, indicando la fecha y hora aproximada cuando Él llegaría. De acuerdo a lo que había dicho, Sant Ji llegó mientras el Sangat estaba sentado esperándolo ansiosamente y dio inmediatamente un Satsang a su llegada (pgs. 291, 92).

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El Arco Iris en mi Corazón días enteros durmiendo. Con muchas risas y muy buena voluntad provenientes de las personas sentadas en el piso, Sant Ji explicó que gran parte del Poder Maestro había sido “gastado” para traer a Sathi al Sendero, pero que ahora él había servido muy devotamente durante ocho o nueve años. Él también contó como Sathi había entrado a la Gurdwara dos veces con la cabeza descubierta y solo salió a conseguir algo para ponerse en la cabeza después de que Él se lo ordenara. Nos contó que cuando Sathi venía a visitarlo, si el tractor tenía problemas mecánicos, Sathi usaba el Poder Maestro para hacerlo funcionar. Sant Ji concluyó: “Es verdad, pregúntenle a Él”. Nosotros volteamos a mirar a Sathi, que solamente sonrió mostrando sus dientes tímidamente y asintió con su cabeza. Estaban reunidos allí algunos devotos que habían estado en Sri Ganganagar cuando los seguidores de otro gurú habían criticado a Sant Ji. Se contó otra vez la historia sobre los “perros ladrando” y que ellos deberían ser enviados al occidente para que de esa forma nosotros no quisiéramos llevarnos a Sant Ji. Se afirmó que es la naturaleza de los perros, que ladren. Yo dije: “Un árbol se conoce por el fruto que produce” y la gente fue rápida en señalar que las injurias hacia Sant Ji vinieron antes de que el gurú hubiera llegado. Esta gente tenía mucho amor y respeto por ese gurú, de manera que mi comentario fue inoportuno por decir lo menos. Sant Ji comentó que si un hombre tiene un perro y el perro enloquece, entonces el dueño es culpado. Sant Ji contó la historia del mercader, Mackan Shah y el Gurú Teg Bahadur (1612 - 1675), el noveno Gurú en la línea Sikh. Una vez Mackan Shah estaba en un barco y fue atrapado en una fuerte tormenta. El mercader le prometió a Dios que él daría muchas monedas de oro al Santo viviente si su vida fuera salvada y así fue. Más tarde Mackan Shah fue a ver a todos los así llamados sucesores y finalmente fue a ver al Gurú Teg Bahadur, el Verdadero. Después de que el mercader le entregó solo una moneda, el Gurú le mostró las marcas en su espalda y le pidió lo que había prometido, solo para mostrarle a Mackan Shah quién era Él realmente. Yo le mencioné a Sant Ji que Russell había usado esa misma historia muy recientemente como medio para darnos esperanza. Luego Wendy relató la historia del retorno de Russell después de encontrar a Sant Ji. Ella dijo que Russell habló del viaje en la noche y otra vez al día siguiente en el Satsang y que había sido muy inspirador para todos nosotros. Sant Ji refiriéndose a estas frases, añadió que Russell no debería tener miedo de hablar la verdad como él la ve. 42


Encuentro con el Santo Sant Ji dijo que iba a enviarle a Russell una cita del libro del Sr. H. Chadda Sahib Pita Poot (Padre e Hijo) que explica cómo el Poder Maestro no puede llegar a los hijos físicos a través de testamentos u otros instrumentos. Él sugirió que esto ayudaría en el artículo que Russell iba a escribir para la revista Sat Sandesh o para un artículo separado si esto iba a ser publicado. En este punto yo hablé sobre algo muy confuso, que yo había escuchado que al menos dos de los así llamados Sucesores estaban dando experiencias en la Iniciación. La respuesta de Sant Ji fue fuerte: “No creas lo que escuches, mira por ti mismo”. Él dijo que Akbar una vez le pidió a Birbal definir la diferencia entre lo verdadero y falso y Birbal dijo que esta es la diferencia entre los ojos y las orejas. Lo que veas puedes aceptarlo como verdadero. Lo que escuches como falso. Él añadió: “Si tú ves alguna verdad acá, puedes hablar sobre esto. Es un servicio para el Maestro para que continúe este trabajo. Concluyó que no deberíamos preocuparnos por lo que oyéramos, sino ignorarlo. Comencé a preguntarme si yo debería o no visitar el Sawan Ashram a mi regreso a Delhi. Decidí no preguntarle, pero Él se volvió hacia mí y me dijo: “¿Tienes una pregunta?”. Yo le conté que había querido visitar a los amigos discípulos del Maestro Kirpal que vivían en el Sawan Ashram y que los conocía desde 1974, por no mencionar que Pappú y yo ya habíamos intentado visitarlos. Sant Ji me dijo que podía ir a verlos si quería. Este consejo cambiaría para el final del viaje basado en varias dinámicas que se desarrollaron, incluyendo un sueño vívido que tuve temprano en la mañana siguiente. Sant Ji contó otra historia sobre el Oficial de Subdivisión. Él y Sant Ji estaban juntos cuando un intolerante funcionario del pueblo los confrontó. Él quería que Sant Ji admitiera que “Radhasoami” era el nombre más alto de Dios. Sant Ji se quedó callado, pero el SDO recibió “vibraciones” de Él y habló por Él. Sant Ji dijo que esto era lo mismo para Russell, si él se siente movido a hablar por Sant Ji, es el Poder Maestro trabajando. También dijo otra vez, que Él comenzaría a iniciar a las almas hambrientas cuando Russell llegara. Añadió que los que vinieran no deberían preocuparse por el calor en mayo, que estaría bien que vinieran cuando pudieran. Sant Ji entonces nos preguntó si nos gustaban los mangos y estuvimos muy entusiastas. Él dijo que enviaría algunos a Sant Bani cuando estuvieran en cosecha. Yo conté la historia (empezando por decir que no tenía idea si esto era verdad o no) del Maestro Kirpal, Bibi Hardevi (Tai Ji) y los mangos. Yo había escuchado que el Maestro una vez había tomado algunos mangos de un frutero que Tai Ji había 43


El Arco Iris en mi Corazón apartado en una mesa para unos dignatarios. Él procedió a hacer un pequeño hueco a cada uno, chupó el jugo, los infló nuevamente y los colocó en el frutero. Sant Ji dijo simplemente que comer los mangos en esta forma era algo común y corriente y luego añadió que el Maestro Kirpal había resucitado los mangos. Él dijo: “Yo también era un cuerpo muerto hasta que el Maestro insufló vida en mí”. Él afirmó otra vez, como con frecuencia lo hacía, que Él era: “El limpia polvo de los pies del Sangat”. Él habló en detalle sobre Su viaje al Sawan Ashram después de la partida del Maestro. Mencionó que Chadda Sahib le dio algunas frutas y el libro Pita Poot18. Él habló sobre lo mal tratado que fue en residencia del Maestro. Él deseaba hablar con la gente allí, pero le dijeron que todo el mundo estaba meditando. Se sentó afuera del lugar de meditación y podía escuchar a la gente hablando, mientras otros iban y venían. Finalmente, Él preguntó ¿qué clase de meditación estaban haciendo estos discípulos, ya que Él podía escucharlos hablar todo el tiempo? Después de tres horas alguien salió y le pidió que se fuera. En este momento Él estaba llorando constantemente. Fue a una Gurdwara cerca del Red Fort. Los sacerdotes pensaron que Él era muy santo y le preguntaron por qué estaba llorando y Él respondió que estaba recordando a los Santos. Salió y fue acogido por alguien y luego regresó al 77 R.B. En este momento Sant Ji mencionó que Él siempre comió con el Maestro Kirpal cuando estaban juntos. En alguna ocasión el Maestro Kirpal le preguntó Su edad, pero Sant Ji tuvo miedo de responder porque Él sabía que esto guarda un profundo significado, cuando un Santo le pregunta a alguien su edad. El Maestro Kirpal se rió y dijo: “¿Por qué te asustas de mi pregunta cuando vendrá gente de América que también preguntará?”. ¡Y en el grupo de marzo un visitante le preguntó su edad! Cuando el Maestro Kirpal le dijo a Sant Ji que tendría que hacer el trabajo espiritual, Sant Ji replicó que tenía miedo. Él no quería las injurias que recibiría de manos de los discípulos de los así llamados “sucesores”. El Maestro Kirpal lo abrazó y dijo: “¿Si un hombre malo no deja sus malos hábitos, por qué debería un hombre bueno dejar sus buenos hábitos?”. Tai Ji, la devota discípula del Maestro Kirpal, le dijo a Sant Ji en ese momento que Él tenía que hacer este trabajo para el beneficio de otros que vendrían después.19 18- Este era el Sr. Chadda Sahib que reconoció en los ojos de Sant Ji los ojos del Maestro Kirpal, cuando Sant Ji fue al Sawan Ashram. Ver A.S. Oberoi. Apoyo al Sangat Conmovido. Pg. 28. 19- En el verano de 1976, Tai Ji le pidió a Sant Ji que por favor viniera al Sawan Ashram. Antes ella le había preguntado a Sant Ji, sí Él estaba consciente de la pérdida que había sufrido el Sangat porque

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Encuentro con el Santo Yo mencioné que Mildred Meeh, una devota profesora en el Colegio Sant Bani, había tenido un sueño con Sant Ji en el cual Él dijo: “Yo no quiero multitudes”. Él respondió afirmando: “Esto es verdad”. Él también dijo que si los sueños y las visiones estaban llegando al occidente, entonces era el Poder Maestro enviándolas. Volviendo atrás y refiriéndome a la primera larga sesión que tuvimos con Él, nos recordó que, para protegernos de Kam (lujuria) deberíamos correr detrás del Maestro en meditación. Salimos de ese sagrado salón, bajamos las escaleras y salimos al jardín donde Sant Ji nos señaló el bosquecillo de los mangos, después de lo cual nos dirigimos de nuevo a la casa de Sardar Rattan Singh. En el camino un discípulo detuvo su jeep y preguntó a Sant Ji si deseaba que lo llevara, pero Él declinó la oferta. Mientras caminábamos Sant Ji hizo una broma, echó hacia atrás Su cabeza, dio una palmada y rió a carcajadas. Regresamos a la casa a las 7:15 PM y el Satsang de la noche se programó para las 8:00. Yo estaba muerto de cansancio y contento por la oportunidad de descansar. Apenas me había dormido cuando varias personas entraron en el cuarto y dijeron que Sant Ji los había enviado porque el “Principal Sahib” debería también recibir un masaje así como Robert lo había recibido. Recibí un masaje muy apreciado. En el Satsang nosotros nos sentamos en frente de Él y yo estaba tan cansado que cabeceé dos o tres veces y posando mi quijada sobre mis rodillas, de golpe me despertaba y Él estaba mirándome con la más amable y amorosa de las sonrisas, la de un padre para su pequeño hijo. Durante el Satsang, dado en punjabi sin traducción, yo escuché los términos “Sardar”, “Sat Sri Akaal”, “Musalman” y “Salaam, Salaam”; repetido varias veces, así que le pregunté a Pappú sobre esto antes de irnos a dormir. Él dijo que Sant Ji había contado una historia del encuentro entre un Sikh y un Musulmán. Para saludarse el Sikh dijo: “Sat Sri Akaal”, pero el Musulmán dijo: “Salaam, Salaam”. El Musulmán insistió que el Sikh dijera “Salaam” y afirmó que él era superior. El Sikh preguntó en qué sentido y el Musulmán dijo que su sangre era de leche. El Sikh lo invitó a bajarse de su camello para ver si esto era verdad y comenzó a darle una golpiza hasta que la sangre del Musulmán corrió. ¡Esta no era de leche! Este también fue un día muy intenso y nos fuimos a la cama muy cansados. Sant Ji no visitaba el Sawan Ashram. Apoyo al Sangat Conmovido. Pg.281.

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El Arco Iris en mi Corazón Cuarto Día. Lunes 5 de Abril Me desperté y medité muy alerta desde las 4:30 AM hasta las 6:30 AM, luego me recosté en mi cama y me dormí. Tuve el siguiente sueño: Nosotros regresamos al 77 R.B. para encontrar que una camioneta V.W. (Volkswagen) había venido mientras nosotros estábamos fuera. Varias personas, algunas de las cuales yo conocía habían llegado. Las cosas eran muy confusas, ya que estas personas estaban haciendo muchas peticiones a los aldeanos. En el sueño sentí la necesidad de tener una organización sobre la cual habíamos estado hablando con Sant Ji en su cuarto. Luego el sueño cambió y yo estaba llegando al valle Doon cerca de la ciudad de Dehradun, buscando la torre del agua que era la edificación más visible del divino proyecto del Maestro Kirpal: el Manav Kendra.20 En vez de esto yo veía humo. Pregunté dónde estaba la torre y la gente me dijo que estaba en medio del humo. Finalmente, yo vi la torre que una vez fue brillante, ahora era desteñida y gris. Pedí ver a Miss Sati (una buena amiga, la rectora del colegio del Maestro Kirpal, Manav Vidya mandir) y me encontré con resistencia por parte de dos hombres grandes, afeitados que no usaban turbante. Ellos comenzaron a presionarme verbalmente para que aceptara a otra persona como el “verdadero” sucesor y luego cuando yo insistí solamente en ver a miss Sati, cada uno me agarró por un brazo y lo torció hacia arriba detrás de mi espalda. En este momento me desperté. Fue todo tan vívido y yo lo relaté en detalle a Robert y Wendy. Después del desayuno comenzamos un día de muchas visitas a casas cercanas, con té y Satsang en cada una. De la casa de Sardar Rattan Singh nos dirigimos primero a la casa de un inspector de policía retirado, el señor Khushi Ram. El itinerario incluyó paradas en las casas de Khushi Ram, Chiman Lal y muchos otros parientes de Sardar Rattan Singh. Había llovido durante la noche, lo cual fue maravilloso porque mantuvo el polvo asentado. Sant Ji dijo que el Maestro estaba celebrando nuestra venida con lluvia. Yo tomé las fotos usuales de grupos en la casa de Sardar Rattan Singh y luego una foto del grupo alrededor del jeep. Salimos, comenzamos a bajar por el camino y 20- El Manav Kendra fue un proyecto de servicio comenzado durante los años del ocaso de la Misión del Maestro Kirpal. Localizado en el valle Doon (con los Himalayas al fondo) era una comunidad modelo que incluía una hermosa piscina reflectiva para inspirar la meditación, una residencia para los ancianos, colegio para los jóvenes, una biblioteca con literatura de todas las religiones del mundo, un centro médico y una hacienda de trabajo donde los animales eran tratados con bondad.

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Encuentro con el Santo una vez más pasamos por “el lugar de Sant ji”. El jeep no tenía espejo retrovisor, ni espejos laterales tampoco. De pronto Sant Ji habló brevemente y los que estábamos atrás volteamos la cabeza y miramos el camino por donde acabábamos de venir. Pathi Ji y su hija comenzaron a hablarle en voz alta al conductor, que detuvo el jeep. Cuando él comenzó a retroceder, yo vi a dos muchachos que corrían detrás del jeep. Se me ocurrió que Sant Ji había sido el primero en hablar mientras Él estaba mirando hacia delante, entonces le pregunté a Pappú qué había dicho Sant Ji. Él había afirmado: “Hay dos muchachos corriendo tras el jeep, deberíamos parar y llevarlos”. Unos minutos más tarde le conté a Sant Ji sobre el pozo en Sant Bani Ashram, porque el Maestro Kirpal había dicho en 1972 que deberíamos agrandar el pozo y luego en 1974, Él había explicado que había querido decir que lo hiciéramos más grande y más profundo. Él añadió que nosotros “podríamos encontrar un manantial”. Cuando le dije a Sant Ji que nosotros en verdad habíamos encontrado un manantial, Él replicó que los Santos conocen todo, pero es muy raro que Ellos lo revelen. Yo comprendí que simplemente nos estaba dando un destello de su omnisciencia al parar el jeep para llevar a los muchachos. Cuando pasamos al frente de Su lugar, Él me preguntó si había tomado una foto. Yo no la había tomado, hizo que paráramos y yo tomé una hermosa foto. Mientras continuamos, Sant Ji nos contó muchas otras cosas sobre su vida. Después de que Él mencionó que había hecho la austeridad de sentarse en los cinco fuegos, sentándose en un anillo de cuatro fuegos mientras el sol del verano caía directamente sobre su cabeza, yo anoté que esto me recordaba la historia de Baba Kahan como nos la relató el Maestro Kirpal. Yo conté la historia que el Maestro Kirpal nos contó. Envió a Su hermano y luego a un amigo a ver al asceta Baba Kahan. Baba Kahan insultó al amigo, lo golpeó, lo empujó con un madero encendido, pero el amigo no se fue. Finalmente Baba Kahan le preguntó: “¿Qué quieres?”. Y luego Baba Kahan “lo hizo escuchar la Corriente de Sonido21”. Yo mencioné que el Maestro Kirpal guardaba una foto de Baba Kahan en su casa en el 207 de la calle Rajpur, en Dehradun y también que el Maestro había dicho que Baba Kahan era “un hueso duro de roer”. Sant Ji nos contó más experiencias con Baba Bishan Dass. Él dijo que una vez fue donde Bishan Dass con su barba atada (que era de moda de 21- De las charlas del Maestro Kirpal Singh: “Cómo conocí a mi Maestro”, ver: Apoyo al Sangat Conmovido, pgs. 97 y 98 para tener una transcripción de la sección relevante.

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El Arco Iris en mi Corazón los caballeros Sikhs). Bishan Dass lo agarró de la barba y se la soltó de un tirón hacía abajo y luego le dio dos cachetadas, aún así, Él siempre amó a Baba Bishan Dass por haber construído su vida. Baba Bishan Dass le dijo: “¡Yo era un hueso duro de roer, pero Tú eres más duro porque Tú me has roído!”. Sant Ji mencionó que Él pasaba 10 meses del año en el ejército y dos meses con Baba Bishan Dass. Le entregaba toda su paga a Baba Bishan Dass, y con ese dinero este último construyó un Ashram. Baba Bishan Dass ni siquiera permitía que Sant Ji viera el Ashram que había pagado Sant Ji, menos que pensara que era de su propiedad. La gente llamaba “loco” a Sant Ji y se burlaba de la manera como Él era tratado por Baba Bishan Dass. Había siempre un hombre viejo afuera de la casa de Baba Bishan Dass, y él cantaba un verso sobre el diamante escondido dentro de cada uno de nosotros. Esto le dio a Sant Ji la inspiración para continuar viniendo donde Baba Bishan Dass para encontrar ese precioso tesoro. Baba Bishan Dass le dio la Iniciación en las Dos Primeras Sagradas Palabras, y había echado las bases de Su vida espiritual. Finalmente Baba Bishan Dass le dijo a Sant Ji que Él debería permanecer en Su casa y que recibiría el resto (de la Iniciación) allí. Mientras Sant Ji hacía Sus prácticas devocionales, la Divina y Radiante Forma Interna del Bienamado Soami Ji comenzó a llegar en la meditación. Después de algún tiempo, el cabello de Soami Ji creció y se convirtió en el Maestro Kirpal. En algún momento el Maestro Kirpal internamente abrazó a Sant Ji y le dijo que vendría a verlo externamente al día diguiente, y así lo hizo. El Maestro Kirpal vino solo a ver a Sant Ji. Le pregunté a Sant Ji cuándo había sucedido esto. Después de pensarlo un momento, Él dijo que no podía recordarlo, pero que Él lo tenía escrito en el 77 R.B. y añadió que esto fue en algún momento antes de la Tercera Gira Mundial (1972). Sant Ji dijo que el Maestro había sido muy específico, que Él estaría trabajando con Russell, inclusive Él tenía el nombre de Russell escrito en un pedazo de papel antes de siquiera conocerlo. Yo estaba tomando notas en mi libreta mientras rebotábamos en el jeep. En un momento yo jocosamente le pedí a Pappú que le dijera a Sant Ji que Él debería tener cuidado con lo que decía, porque yo estaba escribiendo el libro de Su vida, y Él se rió a carcajadas. Él añadió que era una lástima que no hubiera una cámara cuando el Maestro Kirpal había venido a verlo, porque así podríamos ver las fotos de los encuentros22. Él se rió otra vez y repitió que igual 22- Al menos dos fotografías existen del Maestro Kirpal y Sant Ji juntos. Aparentemente una fue tomada en el Ashram de Kunichuk en 1972 y la otra en una droguería en Sri Ganganagar. Ver el primer número de Sant Bani Magazine, Julio de 1976, pg. 11 y la portada de Noviembre de 1976.

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Encuentro con el Santo que un hombre loco, Él no tenía cabeza para las fechas. Él mencionó que había construido un Ashram de tres pisos bajo las órdenes de Baba Bishan Dass, y que un viejo amigo y socio de Sant Ji, Bachan Singh, había tratado de derribarlo para que la gente no dijera que Sant Ji estaba loco. Comenzaron a decir que Él estaba de verdad loco después de que el Maestro Kirpal vino. La gente verbalmente trato de forzarlo para que “dejara a ese Kirpal”. Con mucho regocijo Sant Ji nos contó que Él le había dicho a Bachan Singh: “Si yo te diera solo el 1% del trato que recibí de Baba Bishan Dass, a estas alturas ¡tú ya me habrías dejado!”. Entonces añadió que era una bendición del Maestro que nosotros hubiéramos llegado hasta allí. El último recuento que recuerdo del corto paseo en jeep hasta la casa de Khushi Ram fue una historia de “espantos”. En algún lugar donde Sant Ji se había estaba quedando, fue molestado por la gente, especialmente las mujeres que comenzaron a mimarlo excesivamente porque Él no tenía mamá, papá, hijos, etc. Él se fue a meditar en un cementerio. Una niña que pasaba y vio que Sant Ji estaba sentado sin moverse, creyó que era un fantasma y salió corriendo. Khushi Ram vino en un carro a encontrarse con el jeep y nosotros lo seguimos hasta su casa en 16 P.S., en la oficina de correos de Raisinghnagar. Cuando llegamos a la casa yo tomé el té más increíble de mi vida. La mesa estaba colmada con platos de nueces de marañón, uvas pasas amarillas, cascos de naranja, galletas y bizcochitos en forma de diamantes. Los hijos e hijas de Khushi Ram nos mimaban ágilmente espantando las moscas y sirviendo el té. Sant Ji estuvo pasando platos de acá para allá a Robert, Wendy y para mí. En un momento me pasó por la mente pedirle dulce de roca para mi familia, pero Wendy tuvo el mismo pensamiento y lo pidió antes. Él dijo que ya tenía reservados algunos para nuestras familias en el 77 R.B. Después del té posamos para varias fotos de grupo y luego tuvimos un corto Satsang. Mientras esperábamos a que regresara el chofer del jeep que había ido a cortarse el cabello, nos presentaron a muchas otras personas de la familia de Sardar Rattan Singh. Ellos se habían montado en el tractor y nos siguieron hasta la casa de Khushi Ram. Wendy y yo inmediatamente simpatizamos mucho con una mujer llamada Gangi, que era la hermana de Sardar Rattan Singh. Nos divertimos mucho presentándonos y haciendo pequeñas charlas que eran menos que ininteligibles. Antes de que saliéramos, hubo un chiste sobre Khushi Ram y su esposa. “Khushi” significa “feliz” y el nombre de su esposa también significaba “felicidad”, así que 49


El Arco Iris en mi Corazón a ellos los llamaban la doble felicidad. Khushi Ram había sido iniciado por Sant Ji hacía pocos meses y ciertamente era un hombre feliz. La próxima parada fue en la casa de Chiman Lal, en un pequeño pueblo. Allí tuvimos un Satsang en un salón. Estos Satsangs siempre comenzaban con unos pocos Bayanes cantados por Bant y una prima, y luego cantaba Pathi Ji. Después nosotros éramos conducidos a un salón muy pequeño donde a Sant Ji, Pappú, Robert, Wendy y a mí nos servían té y variados condimentos. Como yo había estado enfermo el día anterior, estaba tratando de comer menos, pero en cada parada nos ofrecían mucha comida, y Pappú nos había indicado que sería mejor que comiéramos algo cuando nos sirvieran. En la casa de Chiman Lal yo comí lo que pude, pero sabía que no debería comer un solo bocado más. Wendy tomó el resto y lo compartió con Pappú para que no dejáramos nada y no ofendiéramos a los amables anfitriones. Yo estaba ligeramente preocupado y le dije a Sant Ji que ahora yo estaría en deuda con Pappú y Wendy. Le dije que yo tenía miedo de comer más por que había estado enfermo, pero que ahora me sentía como un hombre nuevo. Él me dijo muy directamente: “¡Come menos!”. El anfitrión le trajo a Sant Ji Su té en un recipiente de metal con un cuello muy grácil, y Sant Ji volteó la tapa para usarla como taza. Él sirvió Su té y sonriente preguntó si nosotros le serviríamos el té en un recipiente como este en Sant Bani Ashram. Yo le dije que sí, que lo haríamos. Yo tomé nota para comprar uno en Delhi (más tarde en el 77 R.B., el tema salió otra vez y Él me dijo que no tenía que comprar eso). Había un pequeño abanico ventilándonos en este salón. Algo hizo que le relatara a Sant Ji la historia del telegrama de Russell. Los que vivíamos en el Ashram, estábamos ansiosos por tener noticias de Russell y de pronto el cable llegó: “HE ENCONTRADO A AJAIB SINGH, ÉL ES VERDADERO, NOSOTROS LO AMAMOS”. Yo le conté que nos pusimos a bailar. Sant Ji respondió: “Ese lugar (Sant Bani) es la base del Maestro” y luego añadió, Russell no halló a Ajaib, él halló al Maestro”. Fuimos por lo menos a dos sitios más, ambos conectados con Sardar Rattan Singh. El último era muy pobre antes de entrar en contacto con Sant Ji, pero desde entonces había prosperado. En el primer lugar hicimos una corta parada, solo para un Darshan. Semillas de cardamomo tostadas fueron distribuidas como Parshad23 y 23- El Parshad es algo que ha sido bendecido por el Gurú y lleva una Gracia o carga especial. El Gurú puede distribuir Parshad a sus discípulos de muchas formas, incluyendo (y quizás lo más frecuente) en forma de algo comestible. La génesis del Parshad yace en que el Hombre Dios comparte la comida sobrante con sus discípulos.

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Encuentro con el Santo mientras Sant Ji comía sus semillas, Robert y yo guardamos las nuestras en los bolsillos debido al estado de nuestros estómagos. En nuestro camino de salida murmuré que yo pensaba que el cardamomo podría ser un estimulante y Robert dijo: “Sant Ji probablemente nos está dando justo lo que necesitamos”. Hicimos nuestra última parada (para ver al cuñado de Sardar Rattan Singh) y tuvimos Satsang en un pequeño salón donde Sant Ji se sentó en un sofá hermosamente adornado. Yo estaba sentado en una silla al fondo del salón, y otra vez empecé a sentir que se me cerraban los ojos. De pronto el comentario de Robert sobre el cardamomo llegó y me comí una semilla con cáscara y todo. Estuve muy despierto el resto del Satsang. Después del Satsang salimos a una terraza donde pronto se iba a servir la comida. Yo ví a Gangi (la hermana de Sardar Rattan Singh) y la saludé por su nombre. Sant Ji verdaderamente lo celebró y repitió su nombre (Gangi) varias veces. Yo había colocado el acento en la sílaba incorrecta y Él la llamó como yo lo hice.24 En este momento, con mi corazón lleno de amor yo le dije a Sant Ji: “Yo escuché que Tú estás usando un turbante de color para no parecerte mucho al Maestro Kirpal, pero para mí esto no funciona”. Él se rió y dijo: “Yo traté de esconderme, pero si el Maestro interno te está dirigiendo, yo no me puedo esconder”. Esta última parada fue especial para todos porque aquí nos permitieron servirle la comida a los que nos habían servido. Salimos con lágrimas en los ojos de la casa de Sardar Rattan Singh y su amorosa familia. Estaba oscuro cuando el jeep arrancó, alrededor de las 8:45 PM del lunes 5 de abril, el cuarto día de nuestra estadía. El camino a casa fue silencioso, las dos muchachas cantaban ocasionalmente trozos de Bayanes. Llegamos a las 10:15 PM, lo cual significa que habíamos estado en Su presencia doce horas seguidas. Aunque parezca mentira, pasamos otras 4 horas con Él. Entramos al recinto en el 77 R.B. y yo me quedé asombrado al ver, iluminados por los faros a varios discípulos del Maestro Kirpal de Delhi, los cuales habían estado promoviendo al hijo físico del Maestro Kirpal, Sardar Darshan Singh, como el próximo Gurú. Robert, que estaba sentado en el otro lado del jeep dijo: “¡Miren! Allá está Charles Feinman”. Charles era un discípulo del Maestro Kirpal que vivía cerca de Sant Bani y cuyo hijo asistía al Colegio Sant Bani. Yo había sabido cuando salí de New Hampshire, que Charles había tenido la idea de venir a la India para reunir a 24- Más tarde, en el 77 R.B., Él me enseñó la forma correcta de decirlo, el sangat se divirtió mucho: Sant Ji: Gan, gi... Yo: Gan, gi... Sant Ji: Gan—gii... Yo: Gan—gii y hubo mucha risa.

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El Arco Iris en mi Corazón todos los discípulos dispersos del Maestro Kirpal, y yo me preguntaba si esto era lo que estaba pasando. Llegué a la conclusión de que Charles había traído esta gente desde Delhi. Pronto descubrí que estaba equivocado, y me sentí aliviado al saber que Charles había llegado solo. El grupo de visitantes de Delhi era muy distinguido e incluía a un discípulo occidental y dos indios que habían sido importantes durante la Conferencia para la Unidad del Hombre en Delhi en febrero de 1974. Yo conocía a estas personas. Con ellos estaba también una mujer y un satsangui anciano, ambos de Sri Ganganagar que yo no conocía. Así que la primera parte de mi sueño, la inesperada llegada de un grupo de gente, algunos de los cuales yo conocía y otros no, se hizo realidad, ¡aun cuando ellos no habían llegado en un V.W.! El contingente de Delhi había llegado temprano en la mañana y pasó el día hablando a los aldeanos sobre los sucesores haciendo una relación con Sant Ji. Sant Ji más tarde nos contó que estos aldeanos no sabían nada de toda esta controversia. La mujer, que conocía bien a Sant Ji, había cuestionado a los aldeanos muy de cerca, preguntándoles en nombre de quién Sant Ji estaba dando el Naam (Iniciación). Bachan Singh, el devoto sevadar sabía que esta mujer estaba presente cuando el Maestro Kirpal había autorizado a Sant Ji a dar el Naam. Cuando Bachan Singh le preguntó si su memoria era tan corta que no podía recordar la orden recibida por Sant Ji del Maestro Kirpal, ella se quedó callada. Los aldeanos se habían reunido en el salón donde se había hecho el Satsang (y donde nosotros habíamos dormido y comido) y todos los seguimos. Sant Ji me pidió que me sentara justo al lado Suyo. Él se excusó y se fue media hora con la mujer. Durante este tiempo los aldeanos estuvieron cantando Bayanes. Cuando Sant Ji regresó, sobrevino una larga discusión. Él estuvo callado la mayor parte, mientras la mujer hablaba sobre Él. Yo pude sentir en mi corazón que Sant Ji estaba siendo criticado, y esto fue tan doloroso que las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas. Sant Ji mantenía sus ojos cerrados, pero asentía con la cabeza de vez en cuando mientras ella hablaba. Después de un rato mi pena fue aliviada y comenzó a lavarse con el conocimiento de que el Satgurú sabía todo. Pronto, yo estuve seguro de que debía alejarme. Mi papel en el drama había cambiado, entonces me fui al fondo del salón y me senté en una silla. Tomé mi libro de notas y en ese momento el occidental comenzó a hacer sus preguntas. 52


Encuentro con el Santo La primera, qué podría recomendar Sant Ji para “remediar la división artificial en el sangat”, Sant Ji dijo que Él no sabía lo suficiente de lo que estaba sucediendo para comentar sobre esto. El hombre dijo que había un grupo en el occidente que estaba tratando de usar a Sant Ji para crear una facción. Sant Ji le pidió que explicara, y el hombre dijo que en el occidente había esperanzas de encontrar un nuevo Satgurú, y la esperanza era Sant Ji. El occidental preguntó: “¿Está Sant Ji consciente de que ellos Lo están usando como un instrumento para crear una división?”. Sant Ji dijo que Él se mantenía alejado de ambas tendencias y no permitía que lo empujaran en el occidente, ni en el oriente. En su respuesta Él hizo referencia a una carta de un discípulo de Los Estados Unidos que hacía alguna crítica y que había sido traducida al hindi y había circulado en la India. Al mencionar esta carta, los visitantes tuvieron la oportunidad para culpar a Russell Perkins por el actual estado de división en el sangat. Ellos señalaron que la carta había sido una crítica de Russell, no de Sant Ji. La carta dejó de lado un punto débil en la historia de Sant Ji, que Él no había visitado el Sawan Ashram durante el tiempo de vida del Maestro Kirpal. Así, ellos explicaron que la carta era una crítica de Russell no de Sant Ji. Sant Ji decentemente, no estuvo de acuerdo. La gente de Delhi pidió ver la copia que tenía Sant Ji de esta carta en particular, entonces Él envió a alguien para que la trajera. El resultado fue encantador desde mi perspectiva, porque cuando la persona regresó y entregó el sobre a Sant Ji: ¡no había ninguna carta dentro! Sant Ji jugó con el sobre durante 15 minutos o más, mirando ocasionalmente dentro como para ver si la carta se había vuelto a materializar. Uno de los visitantes comenzó a hacer otra pregunta, pero en este momento era ya pasada la medianoche. Sant Ji le pidió a todos los aldeanos que se retiraran. Nosotros nos quedamos para escuchar otras dos horas de charla. Inicialmente había pensado que yo no debía grabar, pero en cierto momento cambié de idea. Encendí la grabadora 15 minutos. Luego presioné “STOP“, pues estaba seguro que no había necesidad de grabar. En la mañana los 15 minutos que grabé estaban en blanco. Sant Ji había mencionado su viaje al Sawan Ashram después de la partida del Maestro Kirpal. La gente de Delhi estaba criticando a los que en ese momento estaban en poder del Sawan Ashram, y Sant Ji les dijo que Él había estado muy apenado cuando escuchó que alguien más estaba ahora en el Sawan Ashram. Él dijo que la persona con más derecho para estar a la cabeza del lugar del Maestro era el hijo del Maestro Kirpal, Sardar Darshan Singh. 53


El Arco Iris en mi Corazón En algún momento salió a relucir que Sant Ji había dado Iniciación y había alguna confusión. No estaba claro si esta era una referencia de las 200 personas que Sant Ji inició unos meses antes, o a las almas que Sant Ji había traído a Sant Mat durante el tiempo de vida del Maestro Kirpal25. De todos modos el occidental estaba muy acalorado y exigió saber en nombre de quién Sant Ji había hecho esto ya que, según él, el Maestro Kirpal delegó esa autoridad en el occidente solamente, y no en la India. Cuando supo que había sido por autorización del Maestro Kirpal, se puso frenético para saber si Russell sabía esto, porque desde su punto de vista: “Russell esta obviamente esperando el momento para anunciar que Sant Ji es el Gurú”. Sant Ji dijo que Él no podía recordar si Él le había dicho esto a Russell o no. El visitante occidental también añadió que la gente había notado que Russell se había vuelto más humilde y cuidadoso desde que había regresado de su visita al 77 R.B. Sant Ji explicó que Él le había dicho a Russell que no publicara comentarios críticos y que Russell había escrito una carta de disculpa. Él nos contó que Él equivocadamente pensó que Russell había escrito una carta que parecía de tono crítico y lo amonestó por la murmuración. Los visitantes recibieron esto con sonoras risas. Sant Ji dijo que Él se había disculpado con Russell cuando se enteró de que Russell no había escrito esa carta.26 Sant Ji entonces preguntó: “Cuando el autor de esa carta estaba hablando sobre mí, ustedes no vinieron para que lo detuviera. Así que si Russell está hablando sobre mí: ¿por qué vienen ustedes para que yo detenga a Russell?”. No hubo ninguna respuesta. Hubo más charla unida a más risas y la opinión de ellos sobre Sant Ji pareció cambiar. Los indios ancianos estaban muy alegres en Su presencia. Uno de ellos trató de inclinarse para tocar los Pies de Sant Ji que estaban extendidos, pero sus Pies se movieron como un relámpago y el hombre no pudo hacerlo. Varias veces yo pensé: “El Satgurú es el conductor”, sonreí con felicidad y luego Sant Ji me miró a través del salón y sonrió.27 25- Sant Ji había, en efecto, dado las Sagradas Instrucciones para la Iniciación a un grupo en presencia del Maestro Kirpal en 1972. Ver A.S. Oberoi, Apoyo al Sangat Conmovido, pg. 281: “...en 1972, cuando el Supremo Padre Kirpal visitó su lugar (de Sant JI) e hizo que Él iniciara a 50 personas en Su presencia, le ordenó distribuir la Verdad y también manejar el Sawan Ashram. Y Él (Sant Ji) respondió: “Te quiero a Ti, no quiero Ashrams ni Deras. ¿Si Tú no estás feliz en el Sawan Ashram, cómo puedo estarlo yo?”. Después de escucharlo a Él (Sant Ji), Hazur Maharaj Ji (el Maestro Kirpal) guardó silencio y no dijo una palabra. 26- Sant Bani Magazine, Julio de 1976. El Impacto de un Santo, pg. 16. 27- Veinticinco años más tarde Wendy Schongala, participante del drama observó: “Cuando éramos bebés o niños pequeños, fuimos unidos con nuestros padres inconscientemente. Simplemente

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Encuentro con el Santo La sesión se levantó en las horas de la madrugada, alrededor de las 2:15 AM, pero yo estaba totalmente despierto. Pappú vino a verme y me expresó preocupación porque él recibiría la Iniciación al día siguiente. Sant Ji le había dicho que así sería, pero Pappú pensaba que la presencia de esos visitantes inesperados podría interferir. Yo dije: “No te preocupes, ¡tú la obtendrás!”. Y en el momento exacto que completé mi frase, ambos escuchamos a Sant Ji llamar a Pappú al pasar frente a la puerta. Pappú corrió tras de Él, después de dirigirme una rápida mirada. ¡Nuestras caras sonrientes reflejaban nuestro amor recíproco y por Él! En media hora Pappú regresó, y estaba muy feliz ya que Sant Ji le había dicho que recibiría el Naam como se había planeado. Nos retiramos con una sonrisa de oreja a oreja. Quinto Día. Jueves 6 de Abril Al día siguiente el grupo de Delhi estuvo en el cuarto de Sant Ji durante una hora y grabó un mensaje de Él sobre el Maestro Kirpal, para un libro conmemorativo que iba a ser publicado en hindi. El discípulo occidental pidió que yo llevara su amor a la familia Perkins, diciendo que Russell ahora parecía más dispuesto a trabajar en conjunto. Él continuó diciendo que todo lo que necesitábamos era sentarnos juntos en amor. Luego ofreció hacer cualquier cosa que pudiera para ayudar a la unión de todos nosotros, y yo respondí cautelosamente que todos estábamos muy ocupados. Él puso el brazo encima de Sant Ji y dijo: “Prem, prem, prem. (Amor, amor, amor)”. Ellos tomaron un bus en algún sitio cercano y se fueron a las 8:30 AM. Pappú recibió la Iniciación completa tan pronto como los visitantes salieron. Él estuvo con Sant Ji solo, desde las 9 hasta las 11:30 AM. Regresó flotando, trayendo muchas naranjas como Parshad para todos. Él comentó que Sant Ji le había dado mucha riqueza. Pappú más tarde me comentó que Sant Ji lo había tratado como a un hijo en la Iniciación. Él añadió: “Sant Ji me dejó entrever que yo debería estar aquí y compartir la vida con estos aldeanos“.Sant Ji le dijo que aprendiera a conducir. Le pidió a Pappú que consiguiera un libro de Bayanes y aprendiera a cantarlos para el viaje al occidente. Pappú y yo fuimos a dar un paseo largo, y nuestra emoción crecía mientras anticisucedió. Pero allí sentados en esa habitación con Sant Ji, hemos sido capaces de experimentar los acontecimientos de esa construcción de confianza conscientemente, lo cual fue una gran alegría y consuelo”. De una conversación personal con el autor, el 4 Marzo del 2001.

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El Arco Iris en mi Corazón pábamos otra sesión con Sant Ji. Robert, Wendy y yo íbamos a verlo otra vez esa tarde. Yo había hecho una transcripción para Sant Ji sobre el horario que el Maestro Kirpal usaba en el Sawan Ashram, y estábamos intentando revisarlo. Además Pappú y yo habíamos discutido otras ideas que queríamos revisar con Él. Específicamente nos preguntábamos si los arreglos para futuros viajes deberían ser manejados a través de Russell por ahora, y si Pappú debería ser el intermediario para toda la correspondencia. Con todo esto en mente fuimos a Su cuarto a las 3:00 PM y pasamos cuatro horas con Él. Durante este tiempo cubrimos una sorprendente variedad de temas. Yo leí la carta que le había escrito a Él, el texto había fluído de mí en la casa de Sardar Rattan Singh. Esta tenía que ver primordialmente con el horario para la meditación, la alimentación y horas de las comidas. Se ofrecía como una descripción del funcionamiento del Sawan Ashram para los occidentales, y no era de ninguna manera una crítica del 77 R.B. Él me pidió que lo escribiera y así lo hice. El horario fue copiado y dejado con Babu Ji. Yo esperaba que los que vinieran después (Judith Perkins estaba muy en mi mente) podrían ayudar a desarrollarlo más. No habíamos mencionado aún que Russell debería hacer los arreglos para los futuros viajes, cuando Sant Ji me pidió que grabara “un mensaje para Russell”. Él procedió a establecer que Russell debería ser responsable de los arreglos para la venida de los futuros grupos. Para que Pappú fuera el intermediario, Sant Ji me envió a traer la carta que Él había escrito para Russell para añadirle una postdata. Él escribió que Pappú sería Su “secretario personal”. Apenas le había explicado a Pappú el significado de “P.S.”28 (que yo había usado en la carta a Sant Ji), Pappú ahora sonriendo me dijo que P.S. también significaba: “¡Personal Secretary!”.29 Sant Ji amorosamente aconsejó: “No deberías tratar de recordar todas las palabras, lo importante son los sentimientos en el corazón”. Wendy me contó más tarde cuán aliviada se había sentido al escuchar a Sant Ji decir esto, porque ella había estado tratando de recordar todo pero no pudo, y consecuentemente se sentía mal. Yo sentí como un tañido en mi corazón, porque yo había estado tratando tan duramente de recordar lo más que podía. Yo le pregunté cuándo había dicho esto Sant Ji, ya que yo definitivamente no lo había escuchado. Ella respondió: “En Su cuarto, esta tarde”, y yo pensé que Él debió decir esto cuando yo fui a traer la carta. 28- Postdata (Nota del Editor). 29- Secretario personal (Nota del editor).

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Encuentro con el Santo Yo concluí que Él no me había dicho esto, y yo debería continuar mi esfuerzo para recordar lo más que pudiera. Esta sesión maratónica con Sant Ji fue absolutamente increíble y todos nos esforzamos al máximo maravillosamente. Es difícil describir los diferentes sentimientos por los que pasé, no fueron menos que momentos de éxtasis. Yo estaba funcionando a un nivel de conciencia en el que jamás había funcionado antes. En un momento pensé que todos éramos como Frodo: Nos habían dado el anillo y solamente podíamos hacer esto con Su ayuda30. Y en este momento Sant Ji tachó el “Sant” de su firma en su respuesta a Russell y escribió “Dass” o “Sirviente”. Mientras continuamos, parecía como si nos moviéramos entre lo sublime y lo ridículo. Entre otras cosas nosotros discutimos cómo hacer panqueques. Esto comenzó cuando llegamos a Su cuarto y Él distribuyó Parshad. Él nos dio nueces de marañón, uvas pasas y luego trajo una enorme bolsa de dulce de roca (rock candy) y dijo: “¡Para sus familias!”. Nosotros nos reímos de verdad. Él nos dio manzanas enteras. Pappú salió a traer algo que Sant Ji le había pedido y Él comenzó a hablarme en hindi. Decía una palabra y yo la repetía, y luego otra palabra. Estuvimos riéndonos como nunca. Cuando Pappú regresó, Sant Ji me dijo: “Tú aprenderás hindi, yo creo que esto será fácil para Ti. Para mí, creo que sería difícil aprender inglés”. Él preguntó si queríamos comer y yo dije: “Sí, lo que Tú quieras”. Él dijo: “No, no. ¿Quieren comer?”. Y yo dije: “Sí”. Entonces Wendy partió unas manzanas, Él tomó los pedazos y los repartió. Muchas veces fue muy claro que Él nos estaba sacando las cosas que necesitábamos decir o que Él estaba simplemente leyendo la mente de cada uno y yendo directo al asunto. Yo mencioné que la próxima vez que viniera traería a mi esposa y Él preguntó: “¿Vas a volver?”. Yo pensé: “Oh Dios, me he invitado yo mismo”. Yo estaba buscando una respuesta positiva y no la había obtenido. Después de sentirme tan acorde, era deprimente pensar que me había impuesto e ido contra Su Voluntad. Pero en ese momento yo tenía grandes deseos de que mi esposa, Karen, pudiera estar allí compartiendo esto conmigo. 30- En la saga maestra de J.R.R. Tolkien: El Señor de los Anillos, la tremendamente importante tarea de llevar el poderoso anillo de regreso a su fuente es dada al personaje más humilde, Frodo. Frodo no es un mago, guerrero o elfo, sino una de las criaturas comunes conocidas como Hobbits.

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El Arco Iris en mi Corazón Él continuó hablando más que todo con Robert y Wendy, diciendo cosas sorprendentemente hermosas. Giré la conversación y quise saber cuándo iba a venir y yo dije: “Recuerda, Tú vas a venir para el cumpleaños de Wendy, el 16 de marzo”, y Él se rió de buena gana. Le preguntó qué hacía para su cumpleaños y ella le habló sobre los ponqués. Ella contó que esta vez sus hijas y Myriam Perkins habían preparado una torta para ella. Luego le preguntó a Robert qué hacía para su cumpleaños. Robert respondió que ellos no habían celebrado juntos el cumpleaños de ella todavía, pero que hace un año se reunieron para su cumpleaños. Él estaba hablando sobre el amor que se tenían, el uno por el otro y otra vez mi corazón se entristeció por la ausencia de Karen. Sentía que solamente una mitad estaba allí. Sant Ji miró a Wendy y dijo: “Siento en mi corazón, que tú eres como mi querida hija”. Y yo pensé: “Oh, espero que Él diga esto refiriéndose a Karen algún día”. Él inmediatamente se volvió hacía mí y dijo: “Tú esposa está enviándome su amor a través de Wendy y yo estoy enviándole Amor a ella también”. Yo comencé a llorar y me incliné delante de Él. El amor que fluía entre Él y nosotros era maravilloso. Este fluía de Él y nosotros se lo devolvíamos. Él nos dio otra pista, que podría estar en Sant Bani antes del 13 de marzo, a tiempo para celebrar el cumpleaños de Wendy el 16. Preguntó cosas tan dulces como: ¿Dónde paraba el avión, qué clase y cuántos sacos debería traer, qué clase de cultivos sembraban en los Estados Unidos, y si usábamos canales de irrigación? Sant Ji preguntó sobre el Comité de Manejo del Ashram. Específicamente quería saber quiénes lo integraban, entonces yo le dije que cinco personas (Russell, Judith, Gerald Boyce, Karen y yo) lo integraban. Sant Ji deseaba saber si podría estar seguro de que nadie en el comité sería parte de una facción para dividir al Sangat y nosotros le dijimos que no se preocupara. Él estuvo complacido y dijo que cuando Él viniera iría únicamente a los lugares que nosotros quisiéramos. Si otra gente lo invitaba a lugares diferentes, como había sido ya invitado a Delhi, Él no iría. Él deseaba saber dónde estaban situados los centros del Maestro Kirpal en los Estados Unidos y quería saber sobre las relaciones con el Canadá también. Sant Ji mencionó que el Maestro Kirpal le había contado que algunos de los sevadares que estaban más cercanos al Maestro Kirpal habían abusado de sus posiciones. Una vez el sevadar que estaba con Él visitó a unos amigos en una casa fresca mientras el Maestro permaneció varias horas sentado dentro de un carro en el calor del día. Escuchando esto, yo comenté que Sant Ji nos contaba todas esas 58


Encuentro con el Santo historias sobre el maltrato al Maestro Kirpal y ahora yo sentía temor, porque Él nos estaba colocando en la misma posición con relación a Él. Sant Ji dijo: “Sí, por eso les estoy contando todo. Ustedes deberían aprender de esto”. Decidí que tenía que contarle a Sant Ji sobre el sueño que yo tuve en la casa de Sardar Rattan Singh. Yo observé, que justo como en mi sueño, cuando nosotros regresamos a la aldea había en realidad muchos visitantes, algunos de los cuales yo conocía y otros no. Sant Ji comentó: “Cuando ustedes están viajando con un Santo o están cerca de Él, los sueños que ustedes tienen predicen el futuro”. Luego, Él añadió: “100%”. Él dijo que eso era lo que había sido ese sueño. Yo continué: “Cuando yo estaba sentado a Tus pies, yo estaba llorando porque pensé que ellos estaban maltratándote, pero luego yo supe que Tú eres el Satgurú y me puse muy feliz y supe que Tú podrías encargarte de esto”. Él dijo que yo estaba llorando porque en mi corazón yo estaba sintiendo que ellos (la gente de Delhi) estaban hallando faltas en Él, y ciertamente ellos lo estaban haciendo. Pero la opinión de ellos sobre Sant Ji cambió, y por eso yo dejé de llorar y pude sentir paz en mi corazón. Él explicó que la gente de Delhi había venido a promover a su candidato a la sucesión del Maestro Kirpal. Antes de que hubiéramos regresado al 77 R.B., los visitantes estuvieron hablando con los aldeanos hallando faltas en Sant Ji y en Russell. Aunque su opinión sobre Sant Ji había cambiado después de que Lo conocieron y hablaron con Él, ellos también se dieron cuenta que no conseguirían que Él hiciera lo que ellos querían: apoyar su elección para un sucesor. Ellos tenían miedo de lo que iba a ocurrir cuando Russell comenzara públicamente a apoyar a Sant Ji. Pensaron que si Sant Ji iba a reunirse con el hombre que ellos estaban promoviendo, el apoyo de Russell a Sant Ji sería el apoyo para su elegido también. Sin embargo, a medida que la noche transcurría, se hizo más y más claro que Sant Ji no cooperaría con sus planes. Durante la sesión tarde en la noche, Sant Ji les había contado a los visitantes muchas historias de un discípulo de Baba Sawan Singh llamado Mastana Ji, que le dio toda su riqueza a los hijos de Baba Sawan Singh y se fue sin un centavo. Baba Sawan Singh no dejaba de darle riqueza, sin embargo, Él siempre regalaba todo, motocicletas, tiendas de ropa, etc. Él tenía tanto dinero que la gente del gobierno vino a ver si él tenía una imprenta para hacer billetes falsos. Cuando necesitaba dinero, él simplemente metía su mano al bolsillo y el dinero estaba allí. Las risas durante la noche provenían de las narraciones de Sant Ji sobre las divertidas histo59


El Arco Iris en mi Corazón rias de Mastana Ji.31 Los visitantes habían preguntado si Sant Ji al menos vendría a sentarse en el estrado con la persona que ellos estaban apoyando cuando su gurú viniera a la ciudad de Ganganagar. Sant Ji amablemente dijo que no lo haría. Ellos ofrecieron mandarle un vehículo para que lo llevara, pero Sant Ji les dijo que no. Cuando Él rehusó todas estas opciones, ellos le pidieron otra vez que fuera a Delhi. Sant Ji les dijo que Él tenía mucho Amor por el hombre que ellos estaban siguiendo. Y añadió que 31- Sant Ji habló de Mastana Ji muchas veces en las dos décadas siguientes. En un Satsang el 14 de Agosto de 1.977, en Sant Bani Ashram en New Hampshire, Él explicó muchos detalles de la vida de este devoto discípulo de Baba Sawan Ji: “Mastana Ji acostumbraba a distribuir mucho dinero entre la gente pobre, todo el día distribuía billetes nuevos”. Aquella riqueza seguía llegando y él diría: “Este es el tesoro de Baba Sawan Singh”. Muchas veces la gente del gobierno lo cogía y buscaba el dinero y ellos pensaban: “Quizás, tiene una imprenta”, pero cuando ellos buscaban encontraban solamente piedras y cojines llenos de piedras y nada más”. (Revista Sant Bani, Octubre y Noviembre de 1.977, pgs. 11, 12). En una charla dada en el Refugio SKA en Sampla, India, el 13 de Diciembre de 1995, Sant Ji relató lo siguiente: “Yo me reuní con Mastana Ji muchas veces a los Pies de Baba Sawan Singh. Durante los Satsangs tuve muchas oportunidades de estar con Mastana Ji. Él fue mi viejo amigo: Teníamos mucho Amor el uno por el otro. Él era un Amante en el verdadero sentido. Él acostumbraba llamar al Maestro Sawan Singh: Sawan el Emperador y Lo recordaba con cada una de sus respiraciones... (Sant Ji habla largamente del Amor de Mastana Ji, revelando también que Él, el propio Sant Ji escribió los cantos atribuidos a Mastana Ji. Ver nota de página en el capítulo VI). Así que amados, Mastana Ji acostumbraba decir: “Todo lo que ustedes ven aquí es la bendición, la Gracia del Maestro Sawan Singh”, porque Mastana Ji acostumbraba distribuir dinero a la gente. Cuando Él hacía esto empezaba en la mañana y continuaba distribuyendo dinero a la gente hasta que acababa la tarde. Muchas veces los oficiales del gobierno indio intentaron averiguar dónde conseguía todo el dinero y aún lo pusieron en prisión. Ellos esculcaron todas Sus pertenencias, pero no pudieron encontrar ningún dinero. Pero seguía distribuyendo a todos. Entonces decía: “Todo lo que ven aquí es solo la Gracia y la bendición del Maestro Sawan Singh”. Él decía y tenía esto escrito también: “Si alguien dice que le ha dado siquiera una rupia a Mastana Ji, le devolveré 1000 rupias”. Sus vestidos estaban siempre rotos y yo vi que Él usaba zapatos rotos también. Él decía: “El pobre Mastana solo tiene esto”. Mostraba sus vestidos y sus zapatos rotos y decía: “Esta es la obra del Maestro Sawan Singh: El pobre Mastana no tiene nada más que estos zapatos y vestidos rotos”. Un día muy amorosamente Él me contó: “Mira acá, todo lo que ves aquí es la Gracia del Maestro Sawan Singh. Yo tengo las bendiciones del Maestro Sawan Singh, pero el Poder que va a venir a Ti por Sí mismo, Él ha hecho la meditación. Sawan Singh es Dios Todopoderoso y Aquel que va a venir a Ti, Él es el Hijo de Dios. Él ha hecho tanta meditación, Él es un Poder tan grande, que si Él pone su mano así enfrente de un cañón, los cañones se detendrán. Cuando el tiempo llegue este Poder irá a tu casa por Sí mismo y tú lo apreciarás”. (Tomado de “Para llegar a ser el Niño del Maestro”. Revista Sant Bani, de Febrero de 1996).

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Encuentro con el Santo si ese gurú venía al 77 R.B., Sant Ji le daría todo. El gurú de ellos era el hijo físico del Maestro Kirpal, después de todo, Sant Ji lo amaba. Sant Ji fue amable pero decididamente había rehusado cooperar y los visitantes se fueron a dormir sin esperanza de lograr sus planes. Sant Ji hizo una pausa para preguntarnos si el inglés británico era diferente del americano, porque Él había tenido dificultad para entender al occidental. Él dijo que Él podía entender el 25% de lo que Robert y yo le decíamos, pero que Él no podía responder en inglés. Él también dijo que había podido entender el 25% de lo que Russell le había hablado. De Wendy y Linda, sin embargo, Él podía entender más, casi el 30%. Sant Ji continuó. Como los visitantes no habían podido convencerlo la noche anterior, ellos subieron a su cuarto durante una hora en la mañana. Sant Ji explicó que Él había pensado invitarnos, pero que pensó que ellos podrían criticar otra vez a Russell, y Él se preguntó por qué nosotros teníamos que oír todo eso. Además, pensó que Él podría resolver todo esto y que podría defender a Russell. Cuando la mujer se quejó de que Russell comerciaba en el “mercado negro”, Sant Ji respondió: “Bien, ustedes han estado beneficiándose de Él durante años, ahora permítanme beneficiarme a mí”. Sant Ji luego le dijo a los visitantes que Él podía mostrarles internamente quién era el Satgurú, y les preguntó si alguno podría mostrarle lo mismo. Ellos no respondieron. Cuando ellos vieron que Él no cedería, lo invitaron una vez más a Delhi, esta vez ofreciéndole proclamarlo a Él y al elegido de ellos como “los verdaderos sucesores”. Sant Ji les preguntó si ellos ahora tenían el poder y la autoridad para hacer Gurús. Sant Ji nos recordó que el Señor Kal, el Poder Negativo, era muy capaz de crear experiencias ilusorias internas. Pappú sacó a colación nuestra pregunta que si Sant Ji debería ser presentado en la revista Sat Sandesh, o separadamente. Sant Ji respondió: “Dejémoslo separado hasta que con el tiempo llegue el momento en el que el cambio parezca correcto32”. Él dijo que aún aquellas personas que ahora están diciendo que no necesitan un Sucesor, que el Maestro Kirpal Singh interno es suficiente, Él dijo que aún ellos 32- Sat Sandesh era la publicación mensual para la misión del Maestro Kirpal y Russell Perkins era el editor. El consejo de Sant Ji dio nacimiento a la Revista Sant Bani.

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El Arco Iris en mi Corazón tendrán que reconocer al Sucesor algún día. Yo comenté que los visitantes habían quedado preocupados de que Russell comenzara a decir que Sant Ji había sido autorizado para hacer el Trabajo Espiritual del Maestro Kirpal. Sant Ji me pidió que explicara, entonces yo continué. Yo mencioné que Russell vendría pronto, y luego Sant Ji comenzaría a dar Iniciación a los occidentales. La misión en el occidente comenzaría ¡realmente ya había comenzado! Cuando la gente escuchara más sobre esto, los críticos dirían que Sant Ji era un simple granjero que estaba siendo explotado por gente como Russell, y que Sant Ji realmente no sabía nada. Sant Ji me escuchó muy amablemente y dijo: “Sí, en mi corazón siento que eso mismo sucederá”.33 33- Diez años más tarde, en una sesión de Preguntas y Respuestas dada el 26 de febrero de 1986, Sant Ji habló de estos primeros días así: “Yo había pasado toda mi vida sentado bajo tierra haciendo la meditación y no conocía a nadie en el mundo. Pueden preguntarle a Kulwant (Bagga), que está sentado aquí. Yo no conocía la familia Bagga. Nunca los había visto. Todo fue un arreglo del Maestro Kirpal que los puso en contacto conmigo y todo sucedió. Al principio vino Kulwant, y él no hablaba inglés muy bien. Luego él trajo a Pappú, que en ese momento tampoco hablaba muy bien el inglés, y no tenía ni idea de traducir. Yo le dije que él recibiría la Iniciación y todas las cosas marcharían correctamente. Más tarde, recibió la Iniciación y con la Gracia de Kirpal todo estuvo bien. Él comenzó a hacer el trabajo de la traducción y lo hizo muy bien. Cuando Kulwant lo trajo, él me dijo: “Todos fuimos iniciados por el Maestro. Él es la única oveja negra en la familia y no recibió la Iniciación”. Entonces yo le dije que recibiera la Iniciación, y cuando con la Gracia del Maestro Kirpal él la recibió, ustedes saben como sucedió todo. Cuando empezamos a pensar en la primera gira, una persona vino aquí, una persona muy letrada, y me preguntó: “¿Por qué vas a llevar a Pappú? Él es apenas un muchacho, no habla inglés muy bien, ¿cómo puede hacer una buena traducción?”. Yo le dije: “Todo está en las manos de Kirpal: El que haya escogido para ir conmigo irá, yo no tengo ninguna elección”. Luego otro caballero vino de Delhi. Él era un hombre muy letrado y hablaba buen inglés y dijo la misma cosa: “Tú ni siquiera sabes sobre los occidentales, aún Dios le teme a los occidentales, ellos son tan astutos, ellos te venderán así que deberías tener mucho cuidado”. Lo que quiero decir es que ellos trataron de intimidarme de todas las maneras posibles. Yo le dije: “Ve internamente y pregúntale al Maestro Kirpal que ha hecho todos estos arreglos. Yo no puedo ir en contra de Sus deseos. Todo lo que el Maestro quiere, eso estoy haciendo”. Así que ellos trataron de detenerme. Ellos no querían que yo saliera y diera el mensaje de mi Maestro. Pero yo tenía Su apoyo y les dije: “Yo no puedo ir en contra de los deseos de mi Maestro. Cualquier arreglo que Él haya hecho yo me atendré a Él”. También les dije: “Ustedes han dicho que en el occidente cuando alguien va a dar una charla, si a la audiencia no le gusta, ellos comienzan a decir: “Detente, cállate, deja de decir tonterías”. Si la gente hace eso, entonces tendré que enfrentarlo, y ¿qué haré yo? Sencillamente me callaré y regresaré”.

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Encuentro con el Santo Sant Ji luego nos contó algunas cosas realmente hermosas y personales. Nos dijo cuánto iba a sentir en su corazón nuestra partida y que su corazón no estaría feliz hasta que regresáramos con Él, o Él regresara con nosotros. Y Él de verdad pensaba esto, realmente quiso decirlo. Dijo que deseaba que nos quedáramos veinte días. Él dijo también que prepararía todo la próxima vez para que conociéramos a muchos otros discípulos devotos como Sardar Rattan Singh y compartiéramos su amor. Wendy, Robert y yo pensamos que Él sería muy feliz si viniera a vivir en Sant Bani Ashram un tiempo. En la noche hubo un Satsang maravilloso, después del cual Charles Feinman mostró fotos de su familia. Las frutas secas y las nueces que Charles había traído fueron distribuidas como Parshad, y Sant Ji hizo una broma, debido a que un amigo con sobrepeso logró una rica cita. Sant Ji me miró y dijo lentamente: “Sat... Sri…” y dejó que yo terminara: “¡Akaal!”. Todo el mundo rió y Sant Ji me pidió que pusiera la grabación de las niñas cantando Bayanes, que todos disfrutamos. Entonces aquel amado se fue, porque él no quería que yo saliera sino que simplemente permaneciera aquí. Quiero decir que todo esto es la Gracia del Maestro Kirpal, Él hizo todos estos arreglos. Ahora ustedes saben que aquí está Pappú y él está haciendo un muy buen trabajo de traductor, él puede explicar las cosas muy bien a los amados. Así que todas estas cosas fueron arregladas y hechas por el mismo Maestro Kirpal. Cuando ese amado vino de Delhi y estaba hablando conmigo sobre todas estas cosas, Kent Bicknell también estaba aquí y se sintió muy molesto, a él no le gustaron las cosas que ese amado me estaba diciendo. Porque él estaba diciendo que los occidentales pueden “vender” la gente y cosas por el estilo. Entonces cuando Russell Perkins vino la segunda vez, yo le dije: “Algunos amados han venido y me han dicho que debería tener cuidado con los occidentales porque ellos aún pueden vender a una persona”. Russell Perkins dijo: “Sí, ellos tienen razón. Yo Te venderé. Ahora depende de Ti decidir si quieres venir conmigo o no”. El propósito de decirles todas estas cosas es justamente hacerles entender que Dios, nuestro Perfecto y Todopoderoso Maestro, perdona nuestros karmas solo cuando hacemos algún sacrificio, cuando nosotros tomamos alguna iniciativa para obtener Su Gracia. Cuando renunciamos al nombre, a la fama y a las cosas del mundo, cuando vaciamos nuestro corazón para que el Maestro pueda venir a residir allí, solo entonces Él reside dentro de nosotros. Y cuando Él viene dentro de nosotros. Él trae todas las prosperidades del mundo. El Gurú Ramdas Ji Maharaj dice que aún si el Maestro ofrece todo lo material del mundo, todo el oro y las cosas preciosas, a tal discípulo, ese discípulo no mirará nada de eso, Él solamente pedirá la intoxicación del Señor, y el Darshan y el Naam del Maestro. Con frecuencia les he dicho que yo siempre le pedía el Darshan al Maestro. Yo solo pedía Su amor. Siempre desde mi niñez fui el devoto del amor. Y Él me dio amor. Yo no le pedí ninguna cosa del mundo”. (Revista Sant Bani, julio, agosto de 1986: “En las Manos de Kirpal”).

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El Arco Iris en mi Corazón El Sexto y último Día. Miércoles 7 de Abril Charles, Wendy, Robert, Pappú y yo estuvimos con Él desde las 8:00 AM hasta las 10:00 AM, antes de que nuestro jeep saliera a las 11:00 AM. Yo había dejado algunos bolígrafos BIC para el trabajo de oficina, y cuando entramos al cuarto de Sant Ji, Él tenía uno en su bolsillo. Él nos miró con aquellos ojos centelleantes y dijo, señalando su bolígrafo: “¡Ahora yo soy un hombre educado!”. Charles tenía una bolsa de juguetes que él había traído, que su familia ya no necesitaba, y le pidió a Sant Ji que los distribuyera según le pareciera conveniente. Sant Ji miró cada cosa cuidadosamente y después de devolverle casi todo a Charles, le dio unos pocos a algunos sevadares. A una persona le dio un conejo de felpa amarillo y a la esposa de Pathi Ji, nuestra cocinera, le dio un rodillo de cocina de juguete. Sant Ji le dio a Pappú un imán. Este fue un momento muy alegre, al final del cual él distribuyó más Parshad. Sant Ji tenía un mensaje para el Ashram de Sant Bani. Dijo que deberíamos llevar a cabo el trabajo exactamente en la misma forma como se hacía cuando el Maestro Kirpal estaba vivo. Habló algo más sobre la castidad e hizo énfasis en la importancia de hacer armonioso el hogar: “Tengan amor y respeto por el compañero de sus vidas, si ustedes se hacen compañeros de la vida en el verdadero sentido, entonces ese amor es inmortal”. Él se refirió a un Bayán del Gurú Nanak dirigido al valor de la castidad, los beneficios de preservar el fluido vital. Cien gotas de sangre se necesitan para hacer una gota de fluido vital, y cien gotas de fluido vital son necesarias para hacer una gota de Oyas, de la cual podemos derivar gran beneficio espiritual. Pensando en Su comentario de llevar a cabo las cosas en la misma forma, yo me pregunté si nosotros estábamos haciendo algo diferente en Sant Bani. Y me llegó algo sobre el diario, yo ya no se lo estaba mostrando a Russell. Pregunté si debería y Él dijo: “Sí, es bueno mostrar el diario a alguien más”. Luego Charles preguntó si podía vivir en el Ashram en New Hampshire. Sant Ji dijo que primero él debía amar y seguir a Russell. Él continuó: “Cuando regreses, abrázalo para mostrarle cuánto amor tienes por él”. Charles preguntó que cuando fuera a hablar con Russell sobre problemas, si podría llevar a un tercero, y Sant Ji dijo que no había ninguna necesidad de hacer eso. Sant Ji nos dijo a cada uno de nosotros que amáramos y cooperáramos con Russell. Sant Ji envió Su amor a nuestras familias. Dijo que estaría muy contento de verme 64


Encuentro con el Santo en el colegio. Le pedí un mensaje para los niños del colegio, y Él dijo que Él enviaba su Amor para todos, que ellos deberían esperar que Él fuera y se encontrarían allí. “Amor es el verdadero Sandesh (Mensaje)”, añadió Él. Me preguntó cuándo vendría Russell y le dije que a mediados de abril o mayo, probablemente este último. Él le dijo a Charles que no se reuniera con la gente en Delhi sino que se fuera a casa con nosotros. Como Sant Ji tenía puestas sus gafas durante toda la sesión, yo expresé mi preocupación por sus ojos, pero Él dijo que estaban siendo tratados y estaban muy bien. Hacia el final de nuestra charla, Charles preguntó: “¿Se fue el Maestro Kirpal tempranamente?”. Pappú no entendió, así que yo parafraseé la pregunta: “Algunas personas dicen que el Maestro Kirpal dejó el cuerpo 14 años antes de lo que se suponía era su término de vida, porque aquellos que lo rodeaban no Lo amaban, ¿es esto verdad?”. Cuando Sant Ji respondió: “Es verdad”. Yo sentí como si un cuchillo me atravesara el corazón. Lo único que me evitó disolver en un enorme mar de emociones y culpa, fue saber que estaba sentado en la presencia de mi Viejo Amigo (el Maestro Kirpal) en Su Nuevo Abrigo (Sant Ji)34. Charles también preguntó si Sant Ji todavía tenía miedo del Trabajo y Él dijo: “Sí”. En silencio me pregunté: “¿Por qué no habría de estarlo? Los discípulos del Maestro Kirpal fallaron en su amor ¿por qué sería esto de alguna forma diferente para Sant Ji?”. Y Entonces yo oré: “Dios ayúdanos”. Después de un par de horas salimos de su habitación para alistarnos para salir. Yo garrapatee algunas notas en mi cuaderno, cerrando con esta anotación: “P.S. No puedo operar a este nivel por mucho más tiempo, estoy muy fuera de contacto con mi cuerpo”. Después de escribir esto, comencé a arreglar mis maletas. Yo estaba empacando frenéticamente, literalmente como un loco. Wendy me preguntó si ella podía ayudarme, pero yo le dije que no y continué. Justo cuando estaba terminando Charles me preguntó qué horas tenía, porque él tenía las 10:25. Yo le dije que tenía la misma hora y él señaló que teníamos 35 minutos para salir, así que ¿por qué estaba yo tan frenético? Yo aún estaba aturdido, simplemente reí y dije: “Oh Sí”. Cerré mis maletas y las dejé sobre la cama, salí del cuarto directo al encuentro con Pappú, que tenía afán de encontrarme. “Vamos, Sant Ji quiere verte”, dijo él. Yo pasé el resto de la hora hasta las 11:00 con Sant Ji y cuando bajé mis 34- Como el Maestro Kirpal una vez comentó en relación sobre la forma de reconocer a Su Sucesor: “Mira, ¿cuando tu amigo viene con un abrigo diferente, no lo reconocerías?”. Sat Sandesh, septiembre de 1974.

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El Arco Iris en mi Corazón maletas estaban en el jeep. Una de las primeras cosas que noté al entrar en el cuarto de Sant Ji fue que Él estaba sentado sobre Su cama y no sobre el piso. Esto fue realmente dulce, ya que podía mirarlo a la cara todo el tiempo. Él tampoco tenía Sus gafas puestas, así que Él estaba vertiendo Sus ojos en los míos todo el tiempo. Él me dijo muy dulcemente que desde que aquella gente de Delhi había venido, Él pensaba que quizás sería mejor si yo no iba a visitar el Sawan Ashram después de todo. Yo inmediatamente dije: “No, yo no iré”, pero había también ese dolor en mi corazón, porque yo había escrito una carta a algunos conocidos diciéndoles que yo los visitaría el martes o miércoles. Pero yo le dije a Él exactamente que no iría, y estaba dispuesto a resolver esto con claridad más tarde. Él me hizo hablar más, sin embargo, yo le dije que yo solo haría lo que Él quisiera y que no iría al Sawan Ashram, pero que mi corazón todavía sentía dolor porque aquellas personas esperaban verme, y habían sido buenos amigos. Le pregunté si estaría bien escribirles una carta desde Delhi e incluir algunas fotos de mi familia, y a Él le pareció muy bien. Él dijo: “Sí, una carta estaría bien... eso sería bueno”. Y luego yo le conté que yo había ido antes, cuando Pappú y yo fuimos. Yo le conté toda la historia, y le dije que cuando fuimos allá, alguien estaba sentado en el estrado dando Satsang, pero yo no pude mirar a esa persona. Yo le dije que ni siquiera pude permanecer porque... y en este punto rompí a llorar a sus Pies. Lo que yo estaba tratando de decir era que yo no pude permanecer porque la casa del Maestro Kirpal había cambiado. No era la misma, hasta el punto de que se sentía como si el Poder Maestro hubiera salido de ese lugar. Finalmente encontré las palabras: “…todo cambió”. Él me animaba mientras Pappú traducía. Él simplemente miraba y miraba en mis ojos. Él respondió que había tenido la misma experiencia cuando Él fue allí después de que el Maestro había dejado el cuerpo. Ellos lo echaron. Cuando Él dijo esto mi corazón se sintió bastante aliviado. De pronto yo recordé que Él me había dicho que mi sueño predijo el futuro 100%. Esto significaba que el maltrato físico y verbal que yo había soñado estaban aún por venir. Pero hasta que Él me hizo ver, yo no había relacionado mi proyectada visita con el sueño. Me sentí sobrecogido de tanta protección. Yo recordé que había planeado ser muy honesto en Delhi, y decir en el Sawan Ashram quién era yo realmente y que simplemente quería ver a mis amigos y no a la persona que estaba sentada a la cabeza del Ashram y también recordé que en la casa de Sardar 66


Encuentro con el Santo Rattan Singh Sant Ji me había dicho que yo podía visitar el Sawan Ashram si lo deseaba. Obviamente en ese momento yo no estaba preparado para escuchar que no debería ir. Él me preguntó si todas estas cosas le serían comunicadas a Russell Sahib, y yo le dije que sí, que le contaría todo a Russell. Todo ha sido aclarado y las cosas están muy bien enfocadas. Yo le conté que estaba feliz de que Él hubiera explicado tanto, porque antes de venir, muchos estábamos algo confundidos. Las personas del occidente estaban visitando a varias personas que reclamaban la sucesión espiritual del Maestro Kirpal, y regresaban con historias de mucha dulzura, meditaciones muy buenas, y ningún rencor en los diferentes lugares. Y sin embargo yo no encontré nada en el Sawan Ashram, el sitio que había significado tanto para mí cuando el Maestro Kirpal tenía su residencia allí. Sant Ji observó que fue por la visita de la gente a varios sucesores que los visitantes habían venido desde Delhi. Cuando esos visitantes recién llegaron, ellos tenían una mala opinión de Sant Ji. Después su posición cambió, ellos trataron de asustarlo para alejarlo de Russell. Sant Ji les informó que su corazón estaba en sintonía con el de Russell desde el momento en que se conocieron. Él tuvo que pedirles que dejaran de criticar a Russell, porque esto le hacía sentir como si ellos estuvieran atacando Su propio cuerpo. Sant Ji les dijo que si ellos lo amaban tenían que amar a Russell también. Señaló que es posible matar a alguien con una espada que es dulce. Yo traje a colación un tema más, sobre los discípulos que querían vivir en el Ashram de New Hampshire. Algunas veces las personas sentían que ellos tenían derecho a vivir en el Ashram, argumentando que pertenecía al Gran Maestro Kirpal, y a ninguna otra persona. Así que ellos se ofendían si Judith y Russell les decían que no podían vivir allí. Yo le conté a Sant Ji que nosotros organizamos el comité administrativo por esta razón, para decidir quiénes podrían vivir en el Ashram. Esto alivió la carga de Russell y Judith. Ahora, si tenemos que decirle a una familia que no puede vivir allí, esta no es una decisión personal de Russell, sino una decisión del comité. Sant Ji dijo: “¡Ah, hah… ahhh, chah!”. Le pregunté si era bueno continuar con el comité administrativo para este propósito, y Él dijo: “¡Sí, es bueno!”. Dijo que nosotros teníamos que mirar la familia y decidir si ellos podrían vivir allí y contribuir con el Ashram de una manera armoniosa. Deberíamos pensar no solo en el presente, sino pensar si podrían ellos continuar en la misma forma en el fu67


El Arco Iris en mi Corazón turo también”. Concluyó que cualquier cosa que el comité decidiera estaría bien. Mi última sesión estaba casi finalizando. Yo le dije a Sant Ji que estaba planeando escribir un recuento en español de este viaje para el Dr. Molina. Nos pusimos de pie para salir. Él me dijo cuánto me amaba y lo contento que estaba de que yo hiciera parte del comité administrativo. Mientras bajábamos las escaleras Él me dijo que si Él hubiera sabido sobre el comité administrativo con anterioridad, habría usado su nombre en vez de usar el de Russell. Yo le dije: “Es la misma cosa” y nos reímos. Y este fue el fin de los seis días en el 77 R.B. Tomamos las fotos de grupo de costumbre y yo estaba tan feliz simplemente mirándolo a Él. Desde que en Su cuarto yo emocionalmente me desmoroné y Él tuvo que reconfortarme, yo estaba seguro de que esto no sucedería otra vez, así que simplemente me entregué al éxtasis. Él me miró y yo me incliné delante de Él. Me levantó y me dio un fuerte y apretado abrazo por largo rato. ¡Me dijo que me subiera al jeep y yo lo hice de inmediato! Pronto salimos y mi último recuerdo es que Él se apartó de la multitud de modo que Su figura rosa estaba sola contrastando contra las paredes de barro del lugar. Regreso a Delhi: de nuevo en el “Mundo Real” 8 de Abril en adelante Salimos el miércoles para Delhi y llegamos en el tren nocturno el jueves 8 de abril. Yo estaba seguro de que volaríamos esa noche, pero en la oficina aérea del centro los funcionarios observaron las fechas de nuestros pasajes, y dijeron que no podríamos volar hasta el lunes. Me sentí momentáneamente perdido hasta que salí a la calle y escuché a un hombre decirle a otro cuando pasaban por mi lado: “Sant Ji Kirpal”, tan claro como una campana. Eso me reanimó, y me instalé por cuatro días más en la maravillosa casa de los Bagga. Pappú me sugirió que podía llamar o poner un cable a mis conocidos en el Sawan Ashram, pero Sant Ji me había dicho que escribiera una carta, así que la escribí. Le pregunté a Pappú si podía dar la dirección de los Bagga y él me dijo que sí. En la carta no decía dónde había estado, solo que estaba en la casa de los Bagga hasta el lunes. El domingo, Robert, Wendy y Jawahar el hermano de Pappú, y las hermanas 68


Encuentro con el Santo Vimal y Boya se fueron para el Taj Mahal, así que me quedé solo. Mi estadía allí fue de mucha paz, y este día todavía más. El padre de Pappú, Papa Ji me invitó a ver televisión, y lo acompañé por un rato, y luego me excusé. Me tendí en la cama, escuchando y luego oí que tocaban en la puerta de atrás. Yo me asomé al balcón y vi a mis amigos del Sawan Ashram. Respondiendo a mi carta habían venido en bicicleta desde Shakti Nagar. Al principio me sentí apenado, ¿eran estos dos queridos amigos los dos hombres de mi sueño? Mi pena luego se tornó en precaución, y estaba seguro de que el Satgurú se estaba encargando de todo, y que estos hombres habían venido por amor. Estuvimos hablando más o menos una hora, y ellos visitaron a Papa Ji también. Me contaron muchas historias sobre la vida en el Sawan Ashram, básicamente que lo que una vez fue el cielo se había convertido en un infierno. Mientras hablaban sus ojos se llenaban de lágrimas. Yo les dije solo lo que Russell había dicho en Sat Sandesh, que yo había estado en el Rajastán para ver a Sant Ji, que Él era un Hombre Santo y que yo lo amaba. Yo les di la revista Sat Sandesh de Marzo, mi última copia, que no se ve más. Esa emisión tenía el reporte de la última reunión de la mesa directiva del Ruhani Satsang. Se estaba dejando creer que la mayoría de los discípulos del occidente estaban siguiendo al hombre que estaba a la cabeza del Sawan Ashram, y la revista aclaraba que la verdad estaba lejos de esto. Hay poca importancia de relatar las historias que ellos contaron, pero el amor que ellos expresaron para mí y los demás hermanos y hermanas en el occidente fue lo que sentí verdadero. Ellos se fueron y nunca más los volví a ver. Yo estaba rebosante de felicidad al haber estado tan inmerso en la presencia de un Alma Realizada, y ansioso de compartir esto con cualquiera que estuviera dispuesto a escucharlo. Mi primer pensamiento fue intentar llamar a Karen desde Delhi, tarea que no era fácil en abril de 1976. Con mucha perseverancia y una gran dosis de suerte uno era conectado con una operadora que tomaba la llamada. Horas más tarde podría salir. Uno necesitaba gritar, pues la calidad del audio era realmente mala, y con frecuencia uno podría escuchar la persona del otro lado o viceversa, pero los dos sucesos raramente coincidían. El único teléfono privado al cual se podría tener acceso estaba en la casa de un pariente de los Bagga, al otro lado de Delhi. Papa Ji y yo atravesamos la ciudad en moto para ir al teléfono y ahí comenzó el proceso. Después de varias horas me logré comunicar, y entendiendo que Karen podía escucharme, hice lo mejor posible para contarle rápido la esencia 69


El Arco Iris en mi Corazón de aquellos cinco días mágicos. Le conté que Sant Ji estaba esperando que Russell volviera pronto, y que Él había confiado mucho trabajo al Sant Bani Ashram. Yo tenía otro trabajo que hacer en Delhi en aquellos cuatro días, incluyendo el comienzo de un curso relámpago de hindi con mis complacientes profesores, las jóvenes hermanas y hermano de Pappú. El lunes en la tarde, Robert, Wendy y yo nos despedimos con risas, lágrimas y amor de la siempre querida y amable familia Bagga, y nos dirigimos al aeropuerto para nuestro largo viaje de regreso a nuestro hogar físico, Sant Bani Ashram. Llegando al fin de nuestro tiempo en la India, el libro fue cerrado. Si yo no podía estar más en la presencia física de un Hombre Dios, estaba listo para regresar a mi hogar.

Sant Ajaib Singh Ji, 77RB

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CAPÍTULO II “NI LA HOJA DE UN ÁRBOL SE MUEVE SIN LA VOLUNTAD DE DIOS”

Wendy, Robert y yo, retornamos a Sant Bani y compartimos el placer de habernos sentado a los Pies de la Nueva Forma del Todopoderoso Sat Purush. Nosotros hablamos informalmente en los Satsangs y durante una presentación de diapositivas un sábado en la noche, dos semanas después de nuestro regreso. Se hicieron planes para el regreso de Russell, esta vez acompañado por Judith y su hijo Eric, que tenía 14 años en ese momento. Algunos otros también deseaban ir a mediados de mayo, una caravana de siete adultos y dos niños partió. A la familia Perkins se unieron algunos residentes de Sant Bani Ashram, Susan Shannon, Mathew, su hijo de 1 año y Susan Dyment, Susan Winn y Alex Weiss y su pequeño hijo. Un recuento de este viaje fue publicado en la emisión de Julio de 1976 de la Revista Sant Bani (Vol. 1, No. 1), con reminiscencias a cargo de Russell, Susan Winn y Susan Dyment. Yo estaba enamorado de Sant Ji y con el grupo le envié una breve carta en inglés, pidiéndole que por favor permitiera a toda mi familia ir a verlo tan pronto como fuera posible. Su respuesta, escrita en letras mayúsculas (por Su secretario personal: Pappú) y firmada por Sant Ji, era dulce y decía:


El Arco Iris en mi Corazón

77 R.B. P.O. Sangrana Dist. SriGangaNagar 23 de Mayo de 1976

Bienamado del Satgurú Kirpal

Querido Kent (Principal Sahib), Recibí tu amorosa carta. Tú has escrito que: “O Tú vienes o le permites a mi familia ir pronto”. Así que mi querido Principal Sahib, con Su Orden yo viajo en julio. Aparta más tiempo para la meditación. Este es el Servicio Real y Verdadero Seva. Con Su Amor para ti y tu familia, Vuestro, Dass Ajaib Singh

Esta fue la primera de muchas cartas que Sant Ji me escribiría durante los próximos 21 años. Con amor, respeto, humildad y un toque de humor (¡devolviendo mis peticiones!). En muy pocas palabras Él me dio exactamente lo que yo necesitaba. Es tan emblemático de lo que Él Era y Es.1 Se hicieron los planes para la venida de Sant Ji a América en el verano, y los que vivíamos en el Ashram o cerca de este, y muchos de los estudiantes del colegio Sant Bani estabamos muy alegres. Alrededor del país, un creciente número de discípulos del Maestro Kirpal, así como nuevos buscadores eran atraídos hacia Sant Ji por varias rutas. Algunos fueron llamados por experiencias internas. Otros fueron atraídos al oir sobre las cualidades puras y directas de Su Vida. Los que se habían reunido con Él traían una imagen vibrante de un Verdadero Hombre Dios, humildemente sentado en el desierto del Rajastán, cuyo deseo más grande era estar en el Regazo de Su Gurú. El efecto total, positivo y magnético, llegó a los corazones de la gente, y nosotros hicimos preparativos para la gira que se aproximaba. 1- Me siento bendecido de haber recibido más de cien cartas de Sant Ajaib Singh entre 1976 y1997. La mayoría de ellas estaban escritas en hindi.

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Ni la hoja de un àrbol se mueve sin la Voluntad de Dios Sant Ji, acompañado por Pappú para la traducción y Pathi Ji para el canto y la cocina estaban programados para que llegaran en Julio, pero al encontrarnos con varios obstáculos, la fecha fue movida para Agosto. Asegurar las visas para la entrada a los Estados Unidos fue uno de los muchos desafíos. Después de una conversación telefónica con Pappú, decidimos que yo debería volar a la India para ayudar. Yo llevaría las cartas de invitación necesarias para una reunión cara a cara con los oficiales de la embajada, así como suficiente dinero para cualquier incidente que se pudiera presentar. Cuando yo estuve seguro de que las solicitudes para la Visa estaban completas, llamé a la embajada de los Estados Unidos en Delhi para ofrecer todo el apoyo que pudiera. Anne y Bob Wiggins proporcionaron la requerida multitud de documentos financieros para una declaración juramentada de apoyo financiero, y el Ashram consiguió todos sus papeles oficiales (tales como los artículos de incorporación). Anne Wiggins y yo pasamos el día lunes 9 de agosto, en un frenesí de actividades que incluyeron visitas a bancos, al abogado y la diligencia de un montón de formatos. Yo empaqué rápidamente y Robert y Wendy me llevaron al aeropuerto esa noche. Nos dimos cuenta que no habíamos hecho lo suficiente en cuanto a los preparativos legales para Su llegada, y mis esperanzas comenzaron a nublarse con sentimientos de culpa y remordimiento. En el camino al aeropuerto Wendy comentó: “Esto tiene que enseñarnos que no podemos seguir siendo niños, simplemente sentándonos y esperando que el Poder Maestro haga nuestro trabajo. Si Su Voluntad pide acción, entonces tenemos que hacerlo de la mejor manera según nuestra capacidad”. Yo tuve el sentimiento profundo de que no habíamos hecho esto. Primer día: Miércoles 11 de Agosto de 1976 La Gracia del Maestro definitivamente trabajó en el aeropuerto de Londres. Yo viajé solo en tres asientos de Boston a Londres y como ya había visto la película, no había nada que me distrajera de la remembranza y el sueño. Me estiré y la voz del Maestro vino a mí a nivel mental: “¿No crees que Yo estoy contigo?”. En mi cabeza respondí: “Sí, Maestro”. Y recibí una respuesta: “Yo estoy contigo a cada paso en tu camino”. De alguna forma en paz, quedé profundo, y me desperté de pronto cerca de Londres, sintiéndome enfermo, con mucha nausea y dolor de cabeza. Yo salí directo del avión al baño en Heathrow, me sentía mal. Fui a la estación médica y una enfermera amablemente me dijo que “me conseguiría algo para sentar el 73


El Arco Iris en mi Corazón estómago” y me dijo que podría descansar en la sala de tránsito. Un doctor vino a verme no obstante y preguntó cuál era el problema. Me llevó a un pequeño salón privado con una cama, y allí me dijo que me recostara y descansara. Y así lo hice durante cinco horas en Heathrow. Cuando me levanté me sentí mucho mejor, y más tarde me preguntaba si todo el asunto no habría sido alguna clase de proceso de limpieza. Sentado en el avión estuve revisando una y otra vez mis líneas para el oficial en la Embajada de los Estados Unidos. Pude meditar algo también y me fui sintiendo más y más positivo sobre las posibilidades de éxito. ¡Estaba decidido a no regresar sin Él! Aterrizamos en Delhi y yo fui uno de los primeros en salir del avión. Caminé rápidamente por el dormido aeropuerto hacia el área de inmigración. Sintiéndome confiado y seguro fui directo hacía un hombre sonriente que, después de echarle una mirada a mi pasaporte, me dijo que no tenía permiso para entrar a la India, ¡y punto! ¡Mi corazón se desplomó! Yo supliqué, rogué, gemí, pero él dijo sencillamente que no podía entrar a la India sin una visa, debido a una nueva norma que requería una visa si un extranjero deseaba entrar más de una vez en un período de seis meses (y yo había ido justamente en abril). Ellos me dijeron que tenía que regresar a Londres inmediatamente. A estas alturas yo estaba reuniendo un grupo de funcionarios además del oficial de inmigración original, y continuamos hablando. Por un momento hubo una pequeña esperanza para un permiso de 72 horas que me permitía entrar, pero no dio resultado. Casi entro en pánico, pero continué tratando de recordar al Maestro, pensando todo el tiempo que esto debía ser parte del plan. Mi cabeza se llenó de preguntas. Pappú estaba afuera esperándome, podría enviarle un mensaje, podría entregarle los papeles vitales que yo traía, e intentaba encontrar la solución en medio de este mar de confusión. Mi equipaje se había perdido en tránsito. Ambas cámaras (la de video y la otra), mi ropa, y lo más importante, algunos documentos de soporte sobre el Ashram se habían quedado aparentemente en Londres. El Maestro Kirpal acostumbraba decir que: “El hombre propone y Dios dispone” y esto era lo que realmente sentía en este momento. Finalmente, alguien sugirió que yo podría ir a Katmandú, Nepal y conseguir una visa en la embajada india allí. (Uno no puede conseguir una visa dentro del país para el cual la necesita) aún podía ser posible hacer esto y regresar a Delhi el mismo día. Conté mi dinero y me di cuenta que tenía justo lo suficiente, US$200 para el tiquete de ida y regreso a Katmandú y US$900 para regresar a Nueva York 74


Ni la hoja de un àrbol se mueve sin la Voluntad de Dios en Air India si se requería.2 Hice la reserva para Katmandú y luego pude telefonear a Pappú.3 Pappú no había recibido nuestro telegrama y por eso no estaba afuera esperándome. Por el contrario, él quedó muy sorprendido al saber que yo estaba en Delhi. Realmente dijo Pappú, ellos ya habían conseguido sus visas con la ayuda de Dennis Huntington, un americano que estaba en Dalhousie haciendo el trabajo de grado. Sucedió que mientras yo estaba en el teléfono con la Embajada desde New Hampshire, intercediendo por su caso, Sant Ji, Pathi Ji, Pappú y Dennis estaban en otro salón hablando con alguien más. La mujer con la que hablé firmó sus visas, así que quizás la llamada había ayudado, pero estaba claro que las razones externas que me habían obligado a venir ya no existían. British Airways estaba dispuesto a regresarme a Boston ese mismo día, pero yo sentí que debería estar en la India así que decidí irme a Katmandú. Telefoneé nuevamente a Pappú y le pedí que me reservara cupo para América el domingo en la noche con ellos. Sant Ji quería saber si podía venir al aeropuerto para ayudarme pero yo dije que estaría bien. Les dije que estaría de regreso ese mismo día o al siguiente, y que yo llegaría a la casa de los Bagga en el vecindario de Bali-Nagar. Yo aún pensaba que debía estar allí. Pero no podía evitar preguntarme por qué. Si yo hubiera sabido que esta vez, necesitaba una visa para entrar a la India, se hubiera retrasado mi salida de Boston, porque tomaba varios días conseguir una visa para la India en 1.976. Aunque estaba muy contento de que Sant Ji y sus acompañantes habían conseguido sus visas para los Estados Unidos, todo parecía indicar que mi presencia ya no se requería. Mientras tomaba asiento calladamente en la sala de espera de la Royal Nepal Airlines, tres cosas me llegaron claramente. Primero, yo debía estar allí. Segundo, el Maestro estaba conmigo a cada paso del camino. Finalmente, el tiempo aclararía cualquier confusión que aún tuviera. Mientras subía los peldaños portátiles en la pista de embarque, un sentimiento de rectitud, dulzura y paz descendió sobre mí. Al entrar al avión yo me sentía radiante de alegría, este era tan limpio y pequeño con amorosos auxiliares de vuelo y azafatas nepaleses. Y claro está la Agencia de Viajes del Maestro me colocó en una cómoda sección delantera con ventanilla para ver la grandeza de los Himalayas. Yo estaba 2- Aunque yo ya tenía un tiquete de regreso en British Airways, si los indios tenían reservas en una aerolínea diferente, entonces necesitaría comprar un nuevo tiquete para acompañarlos. 3- Los Bagga se habían mudado a una nueva casa entre Abril y Agosto y un vecino tenía un teléfono al cual podría llamar.

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El Arco Iris en mi Corazón en Sus manos y me sentía muy feliz por esto, y me reí cuando me vi sentado en un avión con destino a Katmandú, tan cerca del Everest. ¿Quién lo hubiera pensado? El vuelo sobre Nepal fue una fiesta visual. Volamos sobre valles, terraplenes, pequeñas casas conectadas por senderos carreteables, y todo esto mucho más verde y exuberante que en la India. ¡Aterrizamos en Katmandú y me enteré de que tenía que tener una visa para entrar a Nepal! Sin embargo, uno puede obtener una visa allí mismo en el mostrador, pero obviamente se necesitaba una fotografía. Firmando un papel en el que decía que presentaría la foto cuando saliera, pude salir del aeropuerto. Cuando la multitud de pregoneros de taxis se acercaban puse mi mano en el hombro de uno y le dije: “Tú, yo voy contigo” y pasamos por entre la multitud. Él era, cuando se presentó, un joven muy simpático llamado Naren, que hablaba suficiente inglés para poder comunicarnos. Llegué a la embajada india y el hombre encargado me dijo: “Sí señor, no hay problema. Usted puede tener una visa”. Le dije que deseaba tenerla en una hora para poder regresar y tomar mi avión a Delhi. Él respondió: “No es posible, ni siquiera lo considere, no sueñe con eso. En una hora no es posible. Esta tarde… de pronto”. Así, volaron todas mis esperanzas. El oficial indio luego me preguntó cuál era mi propósito al ir a la India. Yo sabía que la respuesta más segura era simplemente decir que turismo, pero algo me impulsó a ser más comunicativo. Yo le dije que había venido a ayudar a tres amigos de la India a obtener sus visas para los Estados Unidos. (Sin mencionar que ya las habían obtenido, ya que esto era a lo que yo había venido). Le mostré la carta del abogado, el folleto del colegio y otro material, todo esto diciéndome a mí mismo: “Creo que esto es lo que el Maestro quiere que yo haga”. De pronto toda la escena cambió, ya no era un turista, sino algo más. El encargado del mostrador tuvo que ir a hablar con su superior. Yo quedé preguntándome si conseguiría la visa, no cuándo. En este momento mi nivel de angustia era otra vez alto. Yo no sabía si los 200 dólares extras que había gastado en mi viaje de ida y vuelta a Katmandú me dejarían muy corto de efectivo para mi tiquete de Delhi a los Estados Unidos. Todo esto era muy confuso. El hombre se fue media hora. El teléfono sonó en el otro salón y me pidieron que entrara y dijera mi nombre. El hombre del teléfono repitió mi nombre en el auricular y colgó. Yo pensé. “Caramba, ellos tienen mi pasaporte y todo”. Regresé a la sala de espera. Después de un rato me llamaron nuevamente a la oficina del 76


Ni la hoja de un àrbol se mueve sin la Voluntad de Dios superior y lo que siguió fue esta increíblemente lúcida discusión (desde el final) sobre las diferencias en la educación y la cultura de la India y los Estados Unidos. Él era una muy dulce y bella persona, y hablamos un buen rato. Yo me dije: “Oh, así que esto era lo que tenía el Maestro bajo su manga”, porque el intercambio fue muy positivo. Pude explicarle por qué yo sentía que era esencial viajar 10.000 millas en busca de guía espiritual. Él expresó aprecio por la milenaria cultura de la India y la curiosidad y honestidad de los buscadores occidentales. Al final dijo que no había problema para mi visa y estaría lista a las 4 en punto esa tarde. Tenía que conseguir tres fotos para la solicitud de la visa y una para la salida del país, así que mi conductor del taxi me llevó a un lugar donde tenían una cámara Polaroid y me tomaron 4 fotos inmediatamente. Me detuve en una agencia de viajes para ver si podía conseguir un vuelo en la tarde, pero no fue posible. Yo ingenuamente pregunté por los trenes y me dijeron que los trenes no llegaban a Katmandú. Dándome cuenta que tenía que pasar la noche en Nepal, le pedí a la agente que me hiciera una reserva en el vuelo del mediodía a Delhi para el día siguiente. Ella llamó al aeropuerto y cuando me dijo que el avión de mañana tenía 90 sillas y 130 personas querían abordar, casi me caigo, no podía creer esto. Como una alternativa ella me hizo una reserva en un vuelo que terminaba en Delhi después de una serie de cortas paradas. La primera era de Katmandú a Benarés, y esa era la única que estaba confirmada. Todo el resto estaba “sin confirmar”. Esta fue realmente una prueba para mí. Yo estaba muy cansado, completamente aturdido, y no sacaba absolutamente nada en claro de todo este asunto, no lo entendía. Naren, el conductor y yo miramos una cantidad de hoteles, con precios que oscilaban desde uno que era una bolsa de pulgas, que costaba 3.50 dólares (40 rupias) la noche hasta uno muy bonito por un poco más de 10 dólares. Este último tenía servicio de teléfono, y pensé: “Bien, al menos puedo llamar a Karen esta noche y contarle que ellos ya tienen sus visas y que yo estoy en Katmandú, ¡no había nada de qué preocuparse!”. Cuando me había sentido más asustado con respecto a mi tiquete de retorno, la idea de llamar a mi agente de viajes en los Estados Unidos para que me enviara por cable un tiquete era también atractiva. La ilusión por el teléfono desapareció cuando descubrí que desde Nepal no se podían hacer llamadas “por cobrar”, uno debía pagar ahí mismo. Me hospedé en un hotel menos lujoso, el Mt. Malaku, y luego me dirigí a la oficina de Air India para averiguar el costo exacto de un nuevo tiquete de regreso a los Estados Unidos desde Delhi. 77


El Arco Iris en mi Corazón Yo trataba desesperadamente de hacer el mejor uso de mis inquietantes finanzas. Entré a la oficina de Air India y uno de los dos empleados, amablemente me dijo que estaba cerrado de 1 PM a 2 PM. Hora de almuerzo. Eran las 12:55 y él no estaba comiendo. Sin embargo él insistió, entonces salí. Se me ocurrió hablar con British Airways, y la amable asistente de British alivió mis temores. Yo tenía suficiente para comprar un tiquete en caso de que no pudiera transferir mi retorno por British Airways a Air India. Estaba a punto de salir cuando algo me inspiró a contarle mi difícil situación, y ella dijo: “Oh, tengo que montarlo en ese avión mañana”. Mis emociones subían y bajaban como un yo-yo, y se dispararon otra vez. Yo estaba muy emocionado, pensando que tal vez el Maestro iba a llevarme en el vuelo directo después de todo. Pensé sobre lo rápido que aprende uno a aceptar. Yo me sentí muy mal en primer lugar por haber tenido que venir a Katmandú, luego casi no podía creer que no pudiera volar de regreso esa misma tarde, ni siquiera el día siguiente. A medida que todos mis planes se iban desmoronando, yo retrocedía y aceptaba lo que antes parecía impensable. De pronto tuve la ilusión de que de verdad pudiera conseguir un cupo en el vuelo directo a Delhi del día siguiente. Pero no, ella no pudo conseguirme un cupo, pero vio otra posibilidad, pensó que mi agencia de viajes podría ubicarme el día siguiente en un vuelo que iba a Patna, luego a Lucknow, y finalmente a Delhi. Ella creía que podría estar confirmado todo el itinerario para las 5 de esa tarde. Aunque había una escala en Patna de 5 horas, al menos podría estar relativamente seguro de llegar a Delhi mañana en algún momento. Regresé a la agencia de viajes e hice que ella me reservara para Delhi en el vuelo de Indian Airline via Patna y Lucknow. Esto era cerca de US$50 más barato que el vuelo directo, así que había una pequeña compensación.4 Pasé por la embajada india y recogí mi pasaporte, el cual brillaba con su flamante visa. Me dolían los pies cuando llegué a mi cuarto del quinto piso del Hotel Mt. Malaku. Me senté en la cama y miré por la ventana las fantásticas montañas coronadas de nubes. En primer plano había grandes edificios budistas coronados por una pagoda brillando por todas partes. Era visualmente un magnífico escenario, pero yo no sabía qué estaba haciendo allí. En este momento yo estaba tan confundido que, aunque sabía que el Maestro estaba trabajando algo, estaba todo fuera de mi alcance. Mientras trataba de entender que el Maestro me estaba enviando donde 4- De este modo pude llegar a los Estados Unidos con US$20 en mi billetera.

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Ni la hoja de un àrbol se mueve sin la Voluntad de Dios yo lo necesitaba, sencillamente no le encontraba sentido a la mayor parte de esto. Estaba realmente contento de que no había telefoneado a nadie, ya que habría sido imposible no transmitir un sentimiento de preocupación. Una gran cosa fue que ensayé mi elemental hindi con todo el mundo con un muy buen grado de éxito. El único problema era cuando ellos me contestaban y yo me perdía en la velocidad de las respuestas.

Segundo Día. Jueves 12 de Agosto de 1.976 Me desperté y me senté en meditación en las tempranas horas de la mañana siguiente, el jueves. Faltando 20 minutos para las 4 abrí mi ventana y me embebí en los sonidos del despertar de la ciudad de Katmandú. Los monjes budistas tocaban tambores y sonaban tintineantes campanas de oración mientras pasaban en su camino a pujas, oraciones matinales y los perros salvajes aullaban en la distancia. Yo continué con mi diálogo interior. Me preguntaba si no había sido demasiado agitado en mi papel de ser la persona que vendría a la India para ayudar con las visas. ¿Me creía el Llanero Solitario que “salvaría el día”? Como el orgullo verdaderamente viene antes de la caída, ¿sería esto lo que estaba pasando? ¿O era esta misma una caída? Vi que tenía un concepto de mi papel basado en mi primer viaje a Sus Pies. Había pensado que iba a estar metido en todo, grabando todo, tomando notas y tenía la esperanza de ser utilizado como una marioneta una vez más, y Dios mío, ¡aquí estaba yo en Nepal! Me di cuenta que es erróneo suponer cualquier cosa, y que sería terrible forzar todo, como lo estaba tratando de hacer. Concluí que realmente no sabía mucho, y como Baba Sawan Singh Ji había dicho, el Gurú puede conseguir que cualquiera haga el trabajo que Él necesita, inclusive las piedras. Yo no contribuí en nada especial a la tarea. Más tarde, después de más horas de sueño y una ducha de agua caliente, recordé aquella maravillosa oración del Jap Ji del Gurú Nanak: “Si yo puedo complacerlo a Él, este peregrinaje valió la pena”. Yo pensé: “Bien, si yo vuelo a Patna y me quedo atrapado allí dos días, o si yo vuelo a Delhi y ellos ya han salido y me quedo varado allí dos semanas, o cualquier cosa que pase, yo oro para que yo haga lo mejor que pueda, oro para yo aproveche esto para mi crecimiento, porque para esto he sido enviado”. En este momento yo estaba definitivamente sintiéndome mucho mejor, 79


El Arco Iris en mi Corazón más en paz y ansioso de ver qué sería lo próximo en develarse. Quedé con muchas preguntas (¿habría llegado mi equipaje a Delhi?).5 Pero yo sentía que me estaban enseñando algo que podría tardar mucho tiempo en develarse. Estaba listo para salir. Antes de que saliera de la habitación del hotel, eché un último vistazo a las docenas de techos cubiertos con jardines floridos y las muchas pagodas coronadas de oro. Más allá estaban las montañas irrumpiendo a través de la niebla y yo de verdad me despedí con mucho afecto de Katmandú. Me dirigí al aeropuerto para lo que podría ser otro día de frustraciones y riñas. No tuve ningún problema con los oficiales de inmigración en Katmandú, y abordé el avión para Patna a las 2 PM. Fue un vuelo increíble, ya que nos transportó un avión turbo prop que volaba tan bajo que pudimos tener espléndidas vistas de los valles, las montañas, y luego de las llanuras y ríos de la India (incluyendo el sagrado Ganges). Justo al lado mío iba una mujer de Alemania Occidental que había estado viviendo en la India durante un año, y luego los últimos 4 meses en Katmandú. Ella iba de regreso a la India para pasar algún tiempo con su Gurú. Yo fui cauteloso. (Hablar sobre el Maestro Espiritual de uno con un discípulo de otro gurú puede rápidamente convertirse en un intercambio de “mi Gurú es mejor que su gurú”), pero tuvimos una muy agradable conversación. Hablamos mucho sobre estar en un sendero espiritual, sus vueltas, y cuando nos separamos en Patna, gustosamente se llevó una copia de la Revista de Sant Bani. De algún modo, la experiencia le dio más significado a mi tortuosa ruta. Volando sobre el panorama de “La Madre India”, recordé que no hay nada como la distancia para tener una mejor perspectiva. Se sentía cómo la frustración y la confusión se diluían y se volvían relativamente insignificantes. Comprendí que mientras los Santos siempre miran desde una buena distancia, porque su asiento está bien arriba, para los mortales como yo, la exacta perspectiva venía con mayor frecuencia a través de una distancia más horizontal: el paso del tiempo. Aterrizamos en Patna y me sentí muy aliviado al pasar la inmigración y posar mis pies legítimamente en la India. Me sentía muy contento de poder deambular durante mi larga escala, y probar mi hindi con inocentes almas desprevenidas. La gente realmente apreciaba el esfuerzo aunque el idioma que salía de mi boca era 5- Mi equipaje había llegado, aunque reclamarlo en el aeropuerto de Delhi fue en sí mismo una aventura, requirió numerosas visitas a varias autoridades, y cada vez firmé varias veces en gigantescos libros de contabilidad.

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Ni la hoja de un àrbol se mueve sin la Voluntad de Dios más bien “imperfecto”. Nos dirigimos a Lucknow en un Boeing 737, y todo lo que había escuchado sobre las aerolíneas indias (en comparación con Air India) parecía manifestarse. Fue el más corto y rápido despegue que yo haya experimentado. La nariz se levantó tan rápido que parecía como si la cola fuera a raspar la pista y la pareja que estaba al lado mío emitió un grito ahogado. A los 500 metros de altura nos ladeamos 30 grados a la izquierda. (La señal de ajustarse los cinturones se apagó después de 10 segundos) y luego hicimos un giro de 30 grados hacia el otro lado. De pronto la señal de los cinturones se encendió otra vez mientras nos elevábamos a través de una pared de nubarrones y el avión se movía mucho. Llegamos a Lucknow y luego, después de otro despegue apresurado salimos para Delhi. Con la Gracia de Dios llegué a la casa de los Bagga el jueves en la tarde. Cuando llegué a la casa, el Satsang estaba terminando, y Sant Ji me llamó directo a Su cuarto. Él me dijo que había estado pensando en mí. Cada vez que Él escuchaba el motor de un carro pensaba si sería yo. En cierto momento, envió a Pappú y a Pathi Ji al camino una hora para que me esperaran. Estaba muy amoroso. Me dijo que había recibido mi carta de América justamente ese día y que mi caligrafía era muy buena, y mi hindi fácil de leer. ¡La carta Lo hizo desear tener alas y volar directamente hasta nosotros, pero no pudo porque hubiera tenido que llevar a Pappú y a Pathi Ji! Le relaté las aventuras del largo viaje que tuve que hacer para llegar a Sus pies, riéndome de la locura de todo esto. Sin embargo necesitando una noticia tranquilizadora, yo pregunté si mi viaje no había sido inútil. Él dijo que el Maestro quería que Dennis Huntington ayudara con lo de las visas, y que el seva de los demás no era inútil. Más tarde Él añadió que yo debía estar ahí, lo cual me alivió mucho. Él dijo que la demora del tour (de Julio para Agosto) no era culpa de la gente de Sant Bani, sino que Él se había enfermado como consecuencia de la vacuna que le habían puesto. Sugirió que en el futuro alguien debería estar en la India para ayudar con los preparativos, ahora que ya sabíamos qué se requería. Los preparativos se podrían hacer cuando Russell o yo estuviéramos allí. Esta fue una sesión muy dulce, sin embargo yo salí pensando que algo dentro de mí no estaba funcionando. Después de ver a Sant Ji, fui a la sala e inmediatamente sentí el amor proveniente de la familia Bagga. Ellos me saludaron muy efusivamente y me atendieron con comida deliciosa y la inevitable taza de chai, el dulce y delicioso té indio. La madre 81


El Arco Iris en mi Corazón de Pappú, Chai Ji, dijo que ella también había estado muy preocupada por mí. Sobra decir que yo estaba muy feliz de haber llegado. Me fui a la cama a las 11:30 ese jueves en la noche y me desperté a las 2:00 AM para la meditación. Pensando que tendríamos que ir al centro de Delhi para los arreglos finales de los pasajes y así mismo al aeropuerto por mi equipaje que por fin había aparecido, yo estaba muy seguro de que nos esperaba un largo día. Tercer Día. Viernes 13 de Agosto de 1976 Nuestro primer viaje a las oficinas de la aerolínea fue suave y estábamos ansiosos por regresar para reunirnos con Sant Ji a la 1:30 PM. Entramos a Su cuarto, acompañados por el padre de Pappú y Papa Ji, y nos sentamos en el piso. Yo me sentí mal al notar que mi mente estaba como un semental. Aquí estaba yo, sentado en frente del Ser que yo amaba pero no me sentía en mi hogar en Su augusta presencia. Estuve tan feliz de ver a Sant Ji cuando llegué la tarde anterior, aun cuando me había dado cuenta que no estaba completamente en sintonía. Lo que sucedió fue que yo había dado mucho por hecho. Llegué asumiendo un nivel de relación que no era para mí el apropiado. Mientras Él actuaba como si yo fuera un viejo amigo, tratándome con infinito cariño y amor, yo me sentía fuera de lugar y era muy doloroso. Mi mente sin suficiente contacto físico o interno con el Maestro se había replegado en sí misma. Mis pensamientos se encabritaban y corcoveaban como caballos salvajes. Mientras Sant Ji me miraba y me hablaba, todo me daba vueltas como loco. Surgieron pensamientos como: “¿Por qué no te levantas y te vas de aquí ahora?”. Todo era muy extraño y difícil de soportar. No era que yo no amara a Sant Ji o creyera que Él no era verdadero, era solo que me estaba torturando a mí mismo. Sant Ji entendió esto. Él volteó a mirar a Papa Ji, y en ese momento era justo lo que mi alma necesitaba, un descanso de Su intensa mirada, y de la tremenda culpa y tormento que yo estaba sintiendo porque no estaba correspondiendo en la forma que yo deseaba. Cuando Lo miré, las olas de Su amor comenzaron a fluir hacia mí y comencé a sentirme mucho, mucho mejor. Después de un rato, Sant Ji se volvió hacia mí. Aunque yo no dije nada sobre estar confundido, yo obviamente vi esto porque Él 82


Ni la hoja de un àrbol se mueve sin la Voluntad de Dios procedió a hablarme largamente que no debería estar confundido. Él dijo: “No te sientas confundido ni preocupado, este es el Plan del Maestro trabajando detrás de todo, el Poder Maestro está trabajando detrás de la cortina, por eso no es correcto estar confundido ni preocupado cuando estás haciendo un servicio”. Repitió que yo debía venir a la India, añadiendo que estaba escrito en mi destino ir a comer y beber en aquellos sitios específicos, exactamente con aquellas personas. Era todo parte del plan del Maestro desde detrás del velo. Luego pasamos casi media hora viendo el mapa de Sant Bani Ashram en gran detalle. Algo me había inspirado a traer una copia (quizás sus anteriores preguntas sobre la distancia de las casas del salón del Satsang). Yo le señalé todo y Él me preguntó mucho más. Le señalé cada una de las casas por nombre, así como el colegio y los jardines. Le conté que recientemente se habían visto osos en el bosque. Había olvidado la casa de los Shannon, así que Él me preguntó donde vivía Susan Shannon. Se preguntaba qué cultivábamos en los jardines. Cuando preguntó si había algunos árboles frutales, le dije que habíamos plantado unos cuarenta este año. Él comentó: “Ellos se desarrollarán pronto” y preguntó quién había dibujado el mapa y cuando le dije que yo, dijo que yo era “competente”. Entramos a una charla sobre el Seva (servicio desinteresado) y el Ashram y los huéspedes. Me dijo que sería bueno tener un horario diario de meditación así como un período de seva organizado para los huéspedes. Si estos no podían meditar, y en vez de hacer seva empleaban el tiempo en conversaciones, entonces se les debería pedir que se fueran. Se sugirió un período de seva de una hora después del almuerzo.6 Al término de esta primera sesión del viernes yo le expresé mi gratitud y Él dijo que todo esto era la Gracia del Maestro. Nosotros Lo dejamos solo en Su cama. Pappú y yo teníamos que regresar a las oficinas tanto de la agencia de viajes como del aeropuerto para intentar, una vez más, finalizar el itinerario. El grupo planeaba viajar por Air India y el agente de viajes pensó que podría cambiar mi tiquete de British Air a Air India. Al salir de la casa para localizar una motoneta de 3 ruedas para el viaje a Connaught Circle, el bullicioso complejo central donde las aerolíneas tenían sus oficinas, alcanzamos una visión fugaz de Sant Ji. Le dije a Pappú que todo lo que necesitaba era una vislumbre momentánea, yo no tenía que estar siempre 6- Pappú más tarde me contó que cuando él fue al 77 R.B. para traer a Sant Ji a Delhi, Sant Ji, en ropa de trabajo estaba trabajando con los aldeanos preparando la tierra para el nuevo Salón de Satsang.

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El Arco Iris en mi Corazón en Su Presencia. Superficialmente este parecía un buen argumento, que mostraba la clase de amor respetuoso que los Maestros apreciaban. Después de todo Sant Ji le había dicho a Pappú que él y yo deberíamos solo ir a hacer nuestras cosas. Tan pronto como esto salió de mi boca, me di cuenta que este era solamente el orgullo hablando. No pude menos que preguntarme a dónde se había ido mi desbordante amor. Yo me sentía diferente al viaje de Abril en alguna forma y de verdad deseaba aclarar esto. Sentado en la parte trasera de la moto le conté a Pappú que aunque me sentía mejor, parecía que había algo más, algo que me estaba apartando del amor de Sant Ji. Me preguntaba otra vez si había tomado demasiado por hecho. Sentado en la oficina de Air India y tratando de desenredar todos los nudos, me encontré otra vez pensando: “Oh Dios, todo esto es tan confuso”. Inmediatamente Sus palabras llegaron a mí: “No estés confundido”, y me sentí mejor. Hablamos un poco más y parecía que todo había quedado claro, y regresamos en medio del frenético tráfico de Delhi. Cuando llegamos a la casa estábamos muy cansados. Yo me recosté en la cama y estaba a punto de dormirme, cuando Pappú entró y me preguntó por las cartas que había traído para Sant Ji. A pesar de mi orgulloso pensamiento que solo necesitaba una mirada de Él de vez en cuando, de pronto sentí una gran urgencia de acompañar a Pappú cuando tomó las cartas para Sant Ji. Sentí que esto era lo que debía hacer y lo hice. Pappú leyó todas las cartas a Sant Ji. Después de leer la carta de una señora de edad de Sanbornton, Sant Ji quiso saber si había una foto de ella en la revista. Yo le comenté lo devota que era y añadí que aunque ella decía que no era una buena satsangui, ella lloró la primera vez que escuchó Su nombre. Ella de verdad Lo amaba y había trabajado muy duro embelleciendo los terrenos del Ashram. Había cartas de otros devotos incluyendo una de Colombia. Sant Ji nos explicó que tenía fiebre como consecuencia de la vacuna que le habían puesto. Él indicó que lo había hecho por nosotros para poder venir a la gira. Al escuchar esto mis ojos permanecían secos, y yo me preguntaba ¿dónde estaban mis lágrimas? Entendí que había dormido solo dos horas, así que estaba definitivamente exhausto, pero me preguntaba si mi corazón era demasiado duro para que estas cosas lo conmovieran. Y sin embargo estaba comenzando a sentir más felicidad en su presencia. Sant Ji nos indicó que la enfermedad había ocasionado la demora en los planes. Ahora, no obstante, nos dijo en términos muy ciertos que todo sobre la “política 84


Ni la hoja de un àrbol se mueve sin la Voluntad de Dios de sucesión” que tuvo que vivir en Delhi había sido muy desagradable para Él. Nos contó mucho sobre esto y habló al respecto con mucha delicadeza, suavizando todo con risas y sonrisas. No tocaba leer mucho entre líneas para imaginar que había sido algo muy penoso lo que Él había tenido que pasar. Me sentí apesadumbrado por cualquier papel que hubiéramos tenido en esto. Fue muy claro para mí que no deberíamos llevar a Sant Ji a algún lugar donde pudieran surgir disputas sobre la sucesión. Es más, sería un gran error llevarlo a alguna parte donde la gente no lo amara de verdad. Pappú me contó que Sant Ji le había dicho que sería muy feliz de permanecer en Sant Bani todo el tiempo. Él había dicho que se sentiría muy mal si no iba a otros lugares, si como resultado las gentes de esos lugares no pudieran verlo. Sant Ji explicó que la mayoría de los occidentales que habían venido a verlo tenían la pregunta en sus corazones si el “Sucesor” que estaban siguiendo era competente o no. Él se preguntaba por qué venían a preguntarle si estaban seguros de sus convicciones. ¿Por qué simplemente no permanecían en otro lugar y sacaban provecho? Dijo que cuando los occidentales vinieron por primera vez a ver a los Sucesores, estaban llenos de amor y no criticaban a ninguno. Luego la gente que rodeaba a los así llamados “Sucesores” comenzó a trabajar sobre los occidentales, entonces estos últimos vinieron aquí y querían una declaración por escrito demostrando la autoridad de Sant Ji. Como ejemplo Él mencionó el caso de una pareja que era discípula del Maestro Kirpal. Cuando vino donde Sant Ji explicó que en los Estados Unidos sus meditaciones habían sido buenas, pero que desde que habían llegado a la India a visitar a uno de los sucesores (no a Sant Ji), sus meditaciones se habían ido al piso. Preguntaban qué deberían hacer. Sant Ji les dijo: “Regresen a los Estados Unidos, no esperen siquiera ponerse los zapatos. ¡Regresen!”. Un discípulo occidental, el mismo que había acompañado al grupo de Delhi a ver a Sant Ji en Abril (ver Capítulo I), había regresado y sacando un ejemplar de la Revista Sant Bani, señaló cómo Russell había distorsionado varios eventos y hechos. Otro discípulo occidental del Maestro Kirpal había pedido ver las cartas intercambiadas entre Sant Ji y el Maestro. Pappú había leído cada palabra de la primera emisión de la Revista Sant Bani a Sant Ji tan pronto como ésta fue recibida en Delhi. Y luego los discípulos occidentales de otros gurús vinieron y rompieron pasajes subrayados de la revista en frente de Él. Ellos le habían explicado a Sant Ji que Russell Perkins era un periodista, y por eso proclive a la exageración. Hicieron comentarios como: “El Maestro Kirpal escribió 85


El Arco Iris en mi Corazón que los Santos tenían tres signos físicos de Santidad: 1- Líneas especiales en la frente. 2- Un hermoso lunar en la mejilla y 3- Una marca de loto en el pie. Nosotros solo vemos las dos primeras en ti, así que ¿podrías mostrarnos la tercera?”. Sant Ji respondió: “No estoy aquí para exhibirme”. Él me contó que vinieron buscando certificados de prueba de Su Maestría. Repitieron las mismas preguntas muchas, muchas veces. Sant Ji silenciosamente dijo que las visitas de tales occidentales habían sido muy penosas para Él. En ese momento estaba tan cansado que me encontré en silencio preguntándome: “¿Oh Dios, Sant Ji por qué me estás contando todas estas cosas? Estoy tan cansado. ¿Por qué tengo que saber todo esto?”. Pensamientos como estos rondaban mi cabeza cuando la verdad me golpeó. Yo me sentía tan incómodo teniendo que escuchar una sinopsis de 5 minutos de lo que Él había pasado. Él había estado sentado en Delhi el mes pasado tratando con estas situaciones diariamente. Imaginando cómo tuvo que haber sido todo esto para Él, yo vi cuán pequeñas eran mi fe y mi fuerza y esto comenzó a penetrar con una resonancia comprensiva tal, que hizo que mucho del viejo amor en mi corazón comenzara a brotar. En ese momento le entregué a Sant Ji una manzana que Wendy y Robert me habían dado para que se la entregara. Él me pidió que la partiera y luego distribuyó los pedazos como Parshad. Él indicó: “Tú, Robert y Wendy tienen tanto amor para mí que me han enviado esta manzana”. En referencia a la necesidad de varias pruebas y cartas de autoridad que algunos pedían, Sant Ji explicó: “Si tú conoces a alguien, entonces no necesitas preguntarle a otros sobre esa persona. Si yo te conozco, Principal Sahib y eres mi amigo, necesito ir donde otra persona y decirle: “¿El Principal Sahib es un buen muchacho? ¿Es él esto? ¿Es él aquello?”. No, yo no tendría que ir a buscar la confirmación de que tú eres una buena persona, me gustas, eres mi amigo”. En ese instante, en vez de absorber la realidad de lo que Él estaba dando, yo estúpidamente me preguntaba si Él alguna vez se referiría a mí como Kent, o ¿siempre me iba a llamar “Principal Sahib?”. El deseo de que Él dijera mi nombre brotó, y de pronto estaba harto de mí mismo. Intenté deshacer mi deseo, diciendo mentalmente: “No, koi bat nahi” (esto no importa) y en cinco segundos Él estaba diciendo mi nombre duro y claro, y luego por segunda vez Él dijo: “Kent y Russell Sahib”. Pappú tradujo que del occidente había venido una persona furiosa a ver a Sant Ji. El hombre le comentó a Sant Ji que estaba recibiendo la confirmación interna de que otra persona, no Sant Ji era el Sucesor, pero que “Kent y Russell” estaban 86


Ni la hoja de un àrbol se mueve sin la Voluntad de Dios proclamando que Sant Ji era el próximo Gurú. El hombre preguntó qué debería hacer. Él estaba literalmente lleno de ira mientras hablaba. Sant Ji se reía mientras relataba cómo el comportamiento furioso del hombre finalmente lo alcanzó, porque al final de todas sus preguntas, preguntó: “¿Y qué puedo hacer con la ira?”. Sant Ji me contó que Sardar Rattan Singh y Khushi Ram estuvieron recordándome, y yo pude decir en hindi: “Yo también recuerdo a Sardar Rattan Singh y a Khushi Ram”. Él de verdad se reía cuando yo decía cualquier cosa en hindi, parecía que lo disfrutaba. Me preguntó cuántos amados estaban aprendiendo punjabi o hindi. También preguntó si Eric Perkins y yo estábamos cantando los Bayanes, y Pappú explicó que nosotros le habíamos dado copias de varios cantos al Sangat para que los aprendieran. Me sentí feliz con la noticia de que la vaca de Pathi Ji había dado a luz inesperadamente y que su cría estaba muy bien. Ponerme al día con los “chismes” de la aldea era mucho más suave que escuchar sobre los muchos esfuerzos para resolver todos los problemas del dividido Sangat. Y otra vez me di cuenta que Él me estaba enseñando algo. ¿Podría ser así exactamente como Él se sentía? Durante el último viaje Sant Ji había explicado mucho, a través de sus palabras y sus acciones, cómo usar el poder del amor para manejar la adversidad. Nos mostró cómo comportarse, pero al llevarlo a Delhi, sin saberlo, Lo habíamos colocado en medio de esto una vez más. ¿Y yo estaba desinteresado? “Wow”, pensé: “Él también está totalmente desinteresado, pero debido a que nos ama, ¡está aquí teniendo que enfrentar esto todos los días!”. Con la Gracia del Maestro manifestándose a través del arrollador amor y paciencia de Sant Ji, esta se convirtió en una hermosa sesión que me ofreció una gran oportunidad para crecer. Recordé que había volado tan alto como una cometa en mi viaje pasado, excepto por el breve tropezón del final cuando tuvimos que permanecer en Delhi cuatro días más. Este viaje comenzó con un estrellón, no pude ni siquiera entrar a la India, me había pasado medio día en motonetas, y me sentía tan rendido que me dormía una y otra vez sobre la moto en el viaje de regreso a casa ¡justo en medio de la agobiante hora pico del tráfico! Y aquí estaba sentado a Sus Pies otra vez, fatigado y cansado, pero comenzando a animarme en Su presencia al fin.7 7- Después de esta sesión con Sant Ji, Pappú me explicó más sobre lo que había estado sucediendo desde que Sant Ji había llegado a Delhi pocas semanas antes de mi llegada. En una actitud muy positiva, el señor Oberoi, el devoto iniciado de Baba Sawan Singh, que había servido al Maestro Kirpal desde la niñez, había venido a ver a Sant Ji y ahora lo estaba ahora visitando diariamente. El señor Oberoi estaba íntimamente conectado con el hijo físico del Maestro Kirpal, Sardar Darshan

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Ni la hoja de un àrbol se mueve sin la Voluntad de Dios Cuarto Día. Sábado 14 de Agosto de 1976 Fuimos a verlo otra vez el sábado y discutimos muchas ideas sobre la gira que se avecinaba. Basado en algunas cosas que Él me había contado, comencé a pensar que podríamos idear una especie de proceso selectivo de las preguntas cuando Sant Ji visitara el occidente. Yo no quería que fuera expuesto a toda clase de preguntas políticas, como había sucedido allí en Delhi. Quizás sería una buena idea hacer anuncios cada vez que solo se permitirían las preguntas que tenían que ver con Sant Mat. Yo tenía también algunas ideas sobre la manera en que se debería conducir el Satsang. En cuanto a la forma para el Satsang, todos (Sant Ji, Pappú y yo) pensábamos que Pappú debería traducir mientras Sant Ji daba el Satsang, era mejor que esperar hasta el final. Pensamos que sería mejor para Pappú traducir después de dos o tres minutos. Sant Ji le dijo a Pappú que tuviera una libreta y apuntara y así nada se perdería. Esto se desarrolló y Sant Ji escogía desde el día anterior el Bayán que iba a presentar, y de esa forma Pappú podía tener la traducción lista. Esto introduciría el Satsang y le daría coherencia. Singh. Como el señor Oberoi recientemente explicó: “Cuando por primera vez me encontré con Sant Ji, estaba buscando a alguien que fuera de alguna forma similar a Hazur Kirpal en todos los aspectos vitales. Al conocer a Sant Ji, encontré que el poder de Hazur Kirpal estaba trabajando en Él y a través de Él. En ese momento yo me sentía muy molesto y culpable de lo que estaba sucediendo entre varios grupos y deseaba profundamente que la situación pudiera mejorar. Yo abordé el tema con Sant Ji, pero Él no deseaba involucrarse en eso, ya que sentía que los asuntos relacionados con la propiedad, posesiones y posición no se resolvían normalmente en forma pacífica. (Correspondencia personal con el autor, 7 de Abril del 2001). El señor Oberoi inmediatamente se convirtió en un devoto de Sant Ji y expresó el deseo de servir en todo lo que pudiera, pero Sant Ji no aceptaba nada de él en ese momento. Las visitas del señor Oberoi y su señora duraban horas. (Apoyo al Sangat Conmovido, por A.S. Oberoi pg. 201). Representantes de los “posibles” sucesores venían a ver a Sant Ji, incluyendo a los que representaban al hombre que estaba sentado en el estrado del Sawan Ashram, así como los que estaban tras el hijo físico del Maestro Kirpal, Sardar Darshan Singh. Una vieja discípula de Baba Sawan Singh, la misma mujer que había visitado a Sant Ji con el grupo de Delhi en Abril, (ver capítulo I), le envió una nota a Sant Ji diciéndole que se encontraba moribunda en cama. Él fue a verla y ella se sintió instantáneamente mejor, tomó el teléfono para arreglar una visita con Sardar Darshan Singh. Sant Ji se encontró con Darshan Singh y le aseguró que cuando (Sant Ji) fuera al occidente, no hablaría contra nadie y mucho menos contra Darshan Singh. La devota discípula del Maestro Kirpal, Bibi Hardevi, (conocida afectuosamente como “Tai Ji”) vino a la casa de los Bagga a ver a Sant Ji unas pocas veces. Ella le pidió a Sant Ji que fuera al Sawan Ashram, pero otra vez, muy amablemente rehusó de la mejor manera. (Ver A.S. Oberoi: Apoyo al Sangat Conmovido, pg. 280).

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El Arco Iris en mi Corazón Yo debería haber pensado más cómo se vería si tratábamos de proteger a Sant Ji de las preguntas no espirituales. Él comentó que si no se permitía que la gente hiciera preguntas, se iría insatisfecha. Él mismo les diría si las preguntas tenían o no que ver con Sant Mat. Él no creía que ese tipo de preguntas surgirían en Sant Bani. Además, Russell o yo estaríamos allí para manejar la situación si fuese necesario. Con completa humildad Él entonces me preguntó si esta apreciación me parecía correcta. Sant Ji continuó diciendo que algunas personas estaban involucradas con la religión como un negocio. Para ellos, si un competidor abre su tienda, el objetivo es tratar de socavar la competencia a través de medios como la calumnia y la difamación. Nos dijo que había estado en Sant Mat desde que era un niño y que la Espiritualidad era Su único interés. Explicó que otros grupos le tenían miedo a Sant Bani Ashram en América, y no a Él. Él estaba sentado en una esquina a millones de millas, entonces ¿por qué deberían temerle? “¿No es así?”. Me preguntó. Yo me quedé callado, y Pappú tuvo que decir: “Él te está haciendo una pregunta, contéstale”. Yo todavía no había podido comprender todo esto. Entonces solamente dije que Él era Sant Bani. Luego añadí que la gente se preocupaba por la influencia de Russell. Sant Ji continuó diciéndome que no todos los que habían venido habían ofendido y criticado a Russell, que muchos lo habían alabado. Yo le conté que en New Hampshire mucha gente nueva iba al Satsang y que las charlas para futuros iniciados las estaba dando Russell. Mi insensibilidad sobre las consecuencias de protegerlo de las preguntas, unida a mi confusión sobre mi papel, me condujeron a preguntar algo, a lo que Pappú no podía encontrar ningún sentido. Era una pregunta profunda y sutil y era fundamental para las lecciones que me estaban dando, pero yo no podía establecerlo claramente. Tenía que ver con el hecho de que aunque el Maestro está en control de todo, no está también en poder del discípulo complacer o disgustar al Maestro, ¿y por eso hacerlo sufrir? En gran parte la pregunta fue comunicada satisfactoriamente ya que Él respondió que nosotros deberíamos hacer lo mejor que pudiéramos y olvidarnos del pasado. Sant Ji repitió que el Maestro Kirpal deseaba que Dennis Huntington hiciera el seva de ayudar con las visas, pero que el amor y seva de otros como Anne Wiggins no eran en vano, también serían recompensados. Él continuó, diciendo que si hubiera sabido que se requerían visas para ir a los Estados Unidos, hubiera hecho que nosotros lo arregláramos. Él había pensado que esto era como un tren, uno simplemente compra el tiquete y se sube. Yo recordé que Él nos había contado en Abril que no sabía nada sobre esta clase de asuntos, y que por eso 90


Ni la hoja de un àrbol se mueve sin la Voluntad de Dios los arreglos dependían completamente de nosotros. El comentario de Wendy en el camino al aeropuerto nunca había sonado más cierto: “Esto debe enseñarnos que nosotros no podemos seguir siendo como niños, simplemente sentarnos y esperar que el Poder del Maestro haga nuestro trabajo. Si Su Voluntad pide acción, entonces nosotros tenemos que hacerlo de la mejor manera posible”. Sant Ji dijo otra vez que en el futuro Russell o yo deberíamos venir a la India durante estos momentos para arreglar las cosas. Yo me disculpé una vez más por mis fallas, y prometí hacerlo mejor la próxima vez. Le mostré a Sant Ji una foto de mi familia, Karen, Chris (de 6 años) y Nick (de 1) en la puerta de nuestra casa y con nieve. Él miró la foto un rato con mucho agrado. Me hizo muchas preguntas sobre mi educación y cómo me ganaba la vida. Muy dulcemente Él pidió un álbum de fotos con todas las familias de Sant Bani Ashram, para recordarnos cuando no estuviéramos con Él. Le mostré la carpeta publicitaria de Sant Bani Ashram y se interesó mucho, tomando nota de las fotos de Robert Schongalla y Eric Perkins en el periódico. Sant Ji parecía muy intrigado con la foto de Russell saludando de mano al presidente de la India en 1974. Él pidió una copia para el Ashram del 77 R.B. simplemente diciendo: “Esto ayudará”. Y luego, Él realmente me sorprendió. Comenzó a leer la anotación debajo de la foto: “Russell Perkins de Sanbornton, N.H. conoce al presidente de la India…”. Yo hubiera deseado tomar una foto del diámetro de mis ojos, estaba tan sorprendido de que Él pudiera leer el inglés. Todos soltamos la carcajada cuando Él terminó y yo pensé: “Por qué, Tú, viejo zorro astuto”. Él leyó en voz alta el título de mi artículo sobre el colegio en el Manav Kendra: “Kent Bicknell, rector del Colegio de Sant Bani Ashram, informa sobre el…”. Él tuvo que leer la palabra “humano” varias veces, con la ayuda de Pappú y la mía. Pappú salió del cuarto por un momento y Sant Ji me dijo en hindi que Él quería una foto de mi familia en la cual estuviera yo también. Cuando Pappú regresó, Sant Ji dijo que estaba complacido por la forma en que nosotros mostrábamos tanto amor por nuestra familia, y que en la India un hombre se sentiría muy azorado de hablar del amor de su esposa e hijos tan abiertamente. Estaba encantado con las fotos de Wendy y su familia, y de la boda de Robert y Wendy. Estaba muy contento de ver que yo tuviera tanto amor por mi familia. Dijo que en Abril había estado muy feliz en la casa de Khushi Ram cuando nosotros habíamos pensado en llevar dulce de roca a nuestras familias. Él añadió que había reprendido a los indios porque ellos no se atrevían a hablar del amor por sus familias como nosotros lo hacíamos. 91


El Arco Iris en mi Corazón En este momento Sant Ji comentó que había hippies vagando por toda la India, y que parecían no tener amor por sus familias. Hablando de sus cabellos desgreñados y descuidado vestuario, Él dijo que los hippies ahora tenían mala fama en la India. Él mencionó que cuando Dennis Huntington fue a la embajada de los Estados Unidos, él iba muy bien vestido. Dennis fue muy bien recibido, mientras que los hippies eran ignorados, entonces Sant Ji imitó a un hippy dándole una fuerte chupada a un cigarrillo. Él dijo: “Dennis era un león en medio de las ovejas”. Otra vez dijo que era una lástima que no hubiera películas del Maestro Kirpal con Él. Relató que a la gente en el Rajastán no le gusta las fotos, pero que ahora los estaba animando para que las guardaran para la remembranza. Yo le señalé que si yo viviera con Él no habría necesidad de que tuviera mi foto. Él dijo: “Ya veremos”, y luego preguntó: “¿Qué sería del colegio?”. Yo me reí y le dije que el Poder Maestro lo cuidaría, y Él dijo: “No, tú tienes que cumplir con tus deberes”. Hablé entonces sobre un tiempo futuro, por decir en unos pocos años, cuando pudiera hacer algún trabajo para mi doctorado sobre el sistema de educación en la India. ¿Podría venir unos pocos meses? Él fue cauteloso diciendo: “Y qué será de tu familia, ¿cómo vivirá?”. Sugerí que ellos también podrían venir. Sant Ji notó que yo estaba cansado y le pidió a Pathi Ji que me hiciera un masaje, y él lo hizo. Más tarde esa noche, subí a la azotea de la casa de los Bagga para reflexionar. Sentía que aún faltaba algo, que algo estaba mal dentro de mí. La última vez que vine, había abierto mi corazón inmediatamente a Sant Ji, le había contado todos mis problemas. Ser tan honesto con Él fue realmente maravilloso. Esta vez yo sentía que estaba guardando algo, pero no sabía qué. Traté de descifrarlo pero pude hacer poco progreso y darme cuenta que estaba físicamente agotado y que muchas cosas podían haber contribuido a mi estado. Quinto Día. Domingo 15 de Agosto de 1.976 Me levanté temprano y me senté para la meditación, pero aún me sentía angustiado. Al comienzo de la tarde estaba francamente malhumorado. Al revés de lo que había pensado, que solo necesitaría una mirada de Sant Ji de vez en cuando, estaba sintiendo que de verdad deseaba estar cerca de Él lo más posible, aunque sabía que Él estaba enfermo y necesitaba descansar, ya que la tarde anterior había tenido que cancelar el Satsang. Me senté mirando a la gente que iba y venía de Su habitación, y deseaba verlo más y más. Cuando Pappú trajo té para Sant Ji, él se 92


Ni la hoja de un àrbol se mueve sin la Voluntad de Dios demoró un rato. Sintiendo lástima por mí mismo me puse furioso. Yo quería estar allí adentro, y eso era todo. Un poco aburrido y sin saber qué hacer, saqué la cámara de video. Utilizando briznas de hierba sobre un paño blanco con un bordado azul de fondo, Jawahar, el hermano de Pappú y yo hicimos el título del video y lo filmamos: “La Primera Gira Mundial, Sant Ajaib Singh, Delhi, 16 de Agosto de 1.976”. Estábamos trabajando en el pórtico del frente, justo al lado de la habitación de Sant Ji. De pronto la puerta de su cuarto de abrió de par en par y Él estaba allí de pie. Me miró y luego cerró la puerta realmente rápido. ¡Bang! Eso fue todo. Un agudo dolor me atravesó y no estaba seguro qué hacer. Cuando terminé las fotografías del título del video, me senté en una silla directamente en frente de Su puerta. Aún disgustado, tenía planes de decirle a Pappú cosas como: “Mira, ponte en mis zapatos. Imagínate que yo estuviera allá adentro todo el tiempo y tú estuvieras aquí afuera, ¿cómo te sentirías?”. Pappú salió finalmente y me preguntó si quería té, pero yo le dije que ya había tomado exactamente dos tazas de café negro, y me sentía cansado de estar dormitando e inactivo a medio día mientras la mayoría tomaba una siesta. Pappú amablemente sugirió que yo debería tomar el té, y así lo hice. Sentado allí bebiendo el dulce chai, mi mente se agitaba con zalameros pensamientos egoístas de auto-piedad. Entonces Sant Ji tosió y lo escuché, Lo sentí por los cuatro costados. Me senté en la silla, mirando fijamente a su puerta, y la caja cerrada dentro de mí comenzó a abrirse. Mientras estaba sentado, la musa parecía hablar, entonces cogí mi diario y escribí lo siguiente sin ningún esfuerzo, ni premeditación: Ahora estoy viendo de cerca el sufrimiento de un Santo. Sé que los Santos sufren, pero ahora lo estoy viendo, escuchando la tos seca, viendo acrecentarse las líneas en la cara radiante. Y sé que yo he contribuido a este sufrimiento. No he hecho lo mejor que podía, y hacer lo mejor es lo que se requiere para que Él no viva en dolor. La última vez Él estaba activo y yo pasivo, Él me colmó de felicidad. Esta vez se esperaba que yo actuara, Él está esperando. ¿Quién no ha sido negligente? Recuerda las palabras de Hazur Kirpal después de su operación pidiéndonos introspección y cambio para que esto no volviera a pasar. Y Él partió 14 años antes de que llegara Su hora.8 8- El Maestro Kirpal, después de sufrir una seria operación en junio de 1971 pidió a todos Sus discípulos incrementar el tiempo de meditación y poner las Enseñanzas Espirituales en práctica diariamente. Y de todas maneras, debido al menos en parte a nuestras fallas, Sant Ji confirmó que

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El Arco Iris en mi Corazón Él da SOLO AMOR. Esto es SANT MAT, y como Él me dijo ayer, Sant Mat es un Sendero de Amor, en el cual Él había estado desde la niñez. Él pide que devolvamos amor. En vez de eso obtiene que los viejos discípulos del Maestro Kirpal vengan a rasgar Su revista en frente de Él. Él me sorprende lleno de pensamientos de compasión por mí mismo, de importancia propia y demandas egoístas. ¿Por qué Dios mío, no puedo AMARLO simplemente? El amor sabe de servicio y de sacrificio, El amor sabe dar, DAR, DAR Y DAR. Sería mejor que me fuera y nunca volviera a verlo si continúo en mi sendero de recibir, recibir y recibir. Él es el Satgurú, Él no necesita nada. Su amor para Kirpal es suficiente por siempre, y lo mismo puede ser dicho de Cristo, Mansur,9 etc. ¿Pero quién clavaría los clavos y rasgaría la piel? Este es el misterio en mi corazón, la paradoja de paradojas que intenté preguntarle pero no lo logré, y este es también el tema central de mi viaje: El Todopoderoso, Todo conciencia, Satgurú sin límite de tiempo depende del amor de Sus discípulos, Shardik.10 Hay tantas maneras de enviarlo al infierno, bien sea a través de acciones conscientes o inconscientes, o aún simplemente haciendo menos de lo que podemos. Él espera, Él sonríe, Él ríe, Él pronuncia palabras de consuelo y ánimo, y Él sufre. Oh Dios, Kirpal, y Sant Ji, que yo nunca olvide esta lección que me has dado. Eso era lo que yo estaba aprendiendo en ese viaje. Yo había estado muy cerca del Gurú y lo había visto sufrir, y era muy diferente de mi viaje anterior. En Abril yo era un receptáculo para ser llenado con toda clase de felicidad proveniente del Satgurú, que continuó llenándolo. En esta ocasión, sin embargo, algo más había sido pedido, más confianza y compasión. Y yo me preguntaba dónde estaban. Mi Él había dejado el cuerpo físico 14 años antes de Su hora. Ver la revista Sat Sandesh, septiembre de 1971: “La historia de la enfermedad del Maestro”. En Su primera charla al Sangat después de la operación el Maestro Kirpal dijo: “La enfermedad que estaba allí ahora ha sido curada, y yo le doy las gracias al Dr. Mahajan por su ayuda… El ajuste del restante 1% está siendo hecho. Mi Hazur (Baba Sawan Singh Ji) ha prestado gran cantidad de servicio a través de mí hasta ahora, y puedo decirles que hay mucho más aún por hacer en el futuro. Yo le pido a todos ustedes que lleven una buena vida de ahora en adelante, una vida casta, especialmente los que viven en nuestros Ashrams. ¡Yo sé que ustedes tratan, pero ahora de verdad HÁGANLO! Tengo mucho amor por ustedes. También sé que ustedes tienen amor por mí, pero quizás no se dan cuenta de la extensión de mi amor por ustedes”. (Pag. 8). 9- Manzur Al- Hallaj (858- 922 D.C.) fue un místico Sufí que fue torturado y ejecutado como hereje, en parte por su anuncio de Intoxicación Divina: “Yo soy la verdad”, que pudo haber sido interpretado como: “¡Yo soy Dios!”. 10- Shardik es una novela escrita por Richard Adams en 1974 en la cual el Poder de Dios encarna en un oso: Shardik. Los que salva inicialmente adoran a Shardik, y más tarde se acercan para destruir al oso.

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Ni la hoja de un àrbol se mueve sin la Voluntad de Dios oración es que no deberíamos causarle sufrimiento al Gurú. Finalmente, después de escribir esto en mi diario, mis ojos comenzaron a empañarse. En mi corazón de verdad quería entender qué podría hacer. Cerré mis ojos y oré profundamente a Dios y al Maestro Kirpal para que por favor aliviaran el sufrimiento de Sant Ji. Yo me di cuenta que la mejor acción que podría realizar era hacer más Simran. Oré tan fuerte como pude para que ningún beneficio del Simran que yo estaba haciendo fuera para mí, y que fuera para ayudar a Sant Ji. En retrospectiva, yo veo que mi deseo era impertinente, pero eso era lo que estaba en mi corazón. Más tarde, cuando me senté al frente de su puerta, cada vez que lo escuchaba toser, esto se clavaba en mi corazón como una flecha. Entonces, me vino un pensamiento: “¿Oh Dios, y qué pasa si Él está muy enfermo y dice que no puede ir?”. Entonces, pensé que todos diríamos: “Oh, debes ir, ya compramos los pasajes, todos están esperándote. Te sentirás mejor”. Cuando me di cuenta que podríamos responderle así, inmediatamente recordé la historia del sirviente del rey que, no como los sabios ministros, estaba tan decidido a seguir las órdenes de su rey que aplastó el tesoro invaluable, una copa de oro, cuando se le ordenó que lo hiciera. Yo pensé: “¡No! Si Sant Ji dice que no puede ir”, entonces nosotros, Pappú, Pathi Ji y yo definitivamente diremos: “Está bien, no puedes ir, lo que Tú desees”. Yo me preguntaba si secretamente debería poner un cable o telefonear a Russell. Pensé: “Sin decir nada a Sant Ji o Pappú, quizás yo debería escabullirme y enviar un mensaje a Sant Bani que Sant Ji está muy enfermo y que todo el Sangat necesita orar”. Todo esto era tan doloroso, especialmente mirando en las oscuras esquinas de mi ser tan claramente, pero esto me inspiró a dar lo que pidiera. Yo si quería cambiar mi sendero de recibir por aquel de dar. Comencé a sentir que un propósito había llegado para mi viaje. Después de un rato unas personas indias llegaron a visitar a Sant Ji. Pappú me pidió que los atendiera mientras ellos hacían la espera para verlo, y lo hice muy fácilmente. Entraron al cuarto de Sant Ji y permanecieron allí mucho tiempo. Se me ocurrió que unas pocas fotos en blanco y negro podrían servir para la Revista Sant Bani, y fui por mi cámara. Cuando regresé los visitantes estaban de salida. Había alcanzado el punto donde yo no estaba esperando nada, no quería que Sant Ji sintiera que debería hacer algo por mí. Pero cuando la puerta del cuarto de Sant Ji se abrió, Pappú dijo: “Vamos, entra”. Una de las primeras cosas que Sant Ji hizo fue preguntar por mis brazos. Me había levantado el sábado en la mañana, simplemente cubierto de manchas en 95


El Arco Iris en mi Corazón mis brazos, manos, pies y pecho, y realmente rascaba. Todos sugirieron que eran picaduras de insectos. Sant Ji durante una breve caminata esa mañana, había dicho que Él pensaba que eran debido al calor. Él estaba sentado en la cama y yo estaba en el piso en frente de Él. Tomó mi brazo izquierdo y suavemente lo dobló para verlo. Suavemente me sobó con dos dedos a lo largo del área que estaba más mala. Luego tomó mi brazo derecho e hizo lo mismo. Yo lo miré, sintiéndome feliz, pero en medio de esta alegría había una sensación de lo que puede únicamente ser descrito como una total reverencia por este Ser Celestial sentado al frente, que se veía exactamente como el Maestro Kirpal en la foto bien conocida reproducida en el libro La Rueda de la Vida. Y le dije: “¿Tú no estás tomando mi sufrimiento, verdad?”. La respuesta vino, muy suavemente y en voz baja: “Deberías haber dicho eso antes de que te tocara”. Desde mi corazón le dije que yo era ruin, y le había causado sufrimiento. Él dijo: “Oh no, nunca sientas que yo estoy tomando tu sufrimiento. Te estoy sirviendo con amor”. Entonces Él estaba diciendo que en verdad estaba tomando mi sufrimiento, porque eso era lo que Él había venido a hacer a la tierra. Además de dar Amor para nosotros, Él había venido a servir. Yo me preguntaba, ¿cómo podíamos tratarlo mal, aún sin darnos cuenta? Sant Ji procedió a contarme que se sentía mejor en ese momento, comentó que quizás los preparativos no habían sido buenos. Él había estado en Delhi durante un mes, y hubiera sido mucho mejor si hubiera llegado del Rajastán directo al avión el mismo día. Repitió esto dos veces, añadiendo que esa hubiera sido la programación ideal. Explicó por qué Su salud se había deteriorado. Él no había tenido un horario adecuado, porque los visitantes llegaban todo el tiempo. Debió permanecer despierto hasta muy tarde en la noche hablando con muchas personas. Él estaba acostumbrado a tener dos comidas al día a la hora exacta, de lo contrario se enfermaba. No había podido hacer suficiente ejercicio (y yo recordé que Él estaba trabajando la tierra en el 77 R.B. cuando Pappú llegó a recogerlo). Además, había estado tomando quinina para Su enfermedad, y había presentado reacción a la vacuna. Por todas estas razones, se enfermó. Yo sentí que podríamos haber hecho mucho mejores arreglos. Yo me pregunté si deberíamos arrastrarlo a una gira que significaría constantes cambios en horario y otras desorganizaciones. Y decidí que esto era algo sobre lo que realmente necesitábamos pensar. Más adelante dijo que cuando yo, Kent, había llegado con un corazón preocupado y confuso, esto lo confundió y preocupó. Realmente se sintió mal por mí, porque yo 96


Ni la hoja de un àrbol se mueve sin la Voluntad de Dios había tenido que pasar por todo esto y gastar dinero en pasajes y viajes. Sin duda mi mente había estado confundida, como un caballo salvaje, pero el otro factor fue que no había podido ser completamente honesto con Él, contarle exactamente sobre mi estado. En ese momento me abrí y me entregué. Le conté lo ruin que había estado mi mente cuando llegué, y que mi corazón se sentía como una piedra. En relación a esa tarde cuando Él abrió la puerta y luego la cerró rápidamente, Él recalcó: “Cuando yo abrí la puerta y te vi, quería hablarte”. Añadió que se había sentido confundido y había cerrado otra vez. Yo pensé: “Dios mío, Él recuerda esto. Recuerda haberme mirado”. Después de esto estaba sintiéndose tan enfermo que tenía miedo simplemente de que no sería capaz de ir a la gira. Pero la enfermedad se suavizó y Él dijo que a partir de ese momento se sentía bien y podría ir. Mi mente estaba pasmada ante todo esto. ¿Mi oración a Dios y al Maestro Kirpal había ayudado a aliviar su sufrimiento? Aunque yo sabía que Él sabía esto, le pregunté: “¿Quieres que te cuente qué estaba pasando por mi mente cuando te vi abrir la puerta?”. Él amablemente respondió: “Puedes, si quieres”. Así le conté todo. Le expliqué que yo me sentía disgustado con Pappú y me sentía muy apenado por mí mismo, pensando que Pappú estaba adentro contigo tomando té. Le conté que cuando Él abrió y cerró la puerta yo pensé que estaba disgustado conmigo. Luego le relaté que cuando lo escuché toser, comencé a ver lo egoísta que yo era. Le conté que le pedí a Dios y al Maestro Kirpal que aliviaran Su sufrimiento, y que había orado para que mi Simran fuera para Él. Le dije que me había pasado por la mente el pensamiento de que Él podría estar muy enfermo para hacer la gira, y había recordado la historia del sirviente fiel que había obedecido las órdenes de su rey y destruido el precioso tesoro. Desnudé mi corazón, solo guardando que había pensado en escabullirme para enviar un cable y telefonear a Sant Bani. Sant Ji respondió: “Sabes, este día no le di té a Pappú. De vez en cuando él toma de mi taza, pero este día no le di nada, ni siquiera invité a Pathi Ji a tomar té”. Y luego me contó que había estado sintiendo el aire muy pesado en Su cuarto, había tratado de abrir las ventanas pero no había podido, así que abrió la puerta, me vio y cerró la puerta otra vez, porque según explicó, Su mente se sentía confusa. En ese momento comprendí que me había sido dado un regalo extraordinario. En algún nivel más allá de mi conciencia diaria, Él me hizo estar en sintonía con Él. Pensé: “¡Wow! ¿Esto era lo que te estaba pasando? ¡Era paralelo a lo que me estaba pasando a mí!”. Y no necesité más confirmación, ya que yo sabía que Él sabía. 97


El Arco Iris en mi Corazón Yo reiteré que mi corazón estaba como una piedra cuando había llegado. Tuve que escuchar Su tos y sufrimiento, y esta fue la forma en que Él había tenido que romper la roca, para que yo pudiera comenzar a amarlo otra vez. Me sentí terrible, pero al menos había quedado limpio. Él aceptó todo esto. Me contó que cuando no está enfermo, le encanta ver y servir a todos. Pero que no es lo mismo cuando está enfermo. Me dijo que antes cuando abrió la ventana y me vio, tuvo el pensamiento de hacerme entrar y hablar hindi conmigo, pero no estaba sintiéndose bien. Dijo que su corazón realmente anhelaba el día cuando pudiéramos conversar cara a cara en hindi. Y luego dijo que había dolor en Su corazón, porque yo estaba sufriendo. Me dijo que mis preocupaciones eran Sus preocupaciones, añadiendo que Soami Ji Maharaj había dicho eso también: “Tu carga, tus preocupaciones son mías”. Él dijo que no me debería preocupar por nada, que no tenía por qué preocuparme. Yo le pregunté cómo podría ayudar con Su sufrimiento y me dijo: “Bayán”. Esta fue una sesión profundamente conmovedora y embriagante y cuando salimos del cuarto, Pappú muy consciente de mi reciente angustia espiritual y mental, se volvió hacia mí y preguntó: “¿Feliz?”. Más adelante le pregunté a Sant Ji si yo podría tomar una foto de Él con su pelo suelto cayendo sobre sus hombros y espalda. Él se preguntaba por qué querría yo una foto de Él sin su turbante. Cuando le conté que era para mi propio regocijo y remembranza, no para publicarla, bondadosamente aceptó mi pedido. Tomé tres extraordinarias fotografías de Sant Ji, de frente y de lado, y con Pathi Ji y Pappú sentados a Sus Pies.11 Después de la comida de la noche, Sant Ji, Pathi Ji, Pappú y yo salimos para una caminata de media hora que, tras los acontecimientos anteriores, me pareció realmente hermosa. Pathi Ji y yo nos comunicamos un poco en mi cortado hindi y él me enseñó el coro de un nuevo Bayán: “Tu amor ha dado vista a mis ojos, oh Satgurú”. En un determinado momento mientras caminábamos, un extraño nos 11- La mayoría de los discípulos que vieron las fotos me pidieron que hiciera copias para ellos, pero yo fui muy cuidadoso y cumplí con lo que le había dicho a Sant Ji. Eventualmente un buen amigo me persuadió de que le prestara una foto para un proyecto artístico, y yo acepté con la condición de que fueran para él solamente. El amigo olvidó mi pedido e hizo postales de la foto para distribución general. Yo me disgusté y le pedí que no las distribuyera más, y así lo hizo. Quince años más tarde, mientras estaba parado fuera de la casa de Sant Ji en Subachoque, el centro de retiro espiritual cerca de Bogotá, Colombia, un discípulo llegó para una entrevista usando una camiseta con una versión de mi foto privada de Sant Ji reproducida en ella. Recordé otra vez cómo yo había permitido que un acuerdo tan simple como aquel se me hubiera escapado de las manos, silenciosamente pedí perdón y sacudí mi cabeza para aclarar la bruma de vergüenza que me envolvía.

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Ni la hoja de un àrbol se mueve sin la Voluntad de Dios gritó: “Baba Ji”.12 El hombre se acercó y comenzó a hablar excitadamente y haciendo gestos hacia un canal cercano. Pathi Ji fue a ver. Mientras nos acercábamos, yo inicialmente pensé que habría un cuerpo en el canal, ya que estaba oscuro y vi que el hombre sostenía algo carnoso y brillante. Pensé: “¿Oh Dios mío, voy a ver ahora la escena de un muerto?”. Pero no, el hombre estaba sosteniendo la cabeza de un ternero que había caído en una zanja angosta y profunda. El ternero estaba muy asustado. Ayudé, y los tres lo jalamos hacia fuera. Disfrutamos el resto de nuestra caminata. Todos, incluyendo a Sant Ji, estábamos en el mejor de los ánimos cuando regresamos a la casa. Después de que Sant Ji se retiró, Pathi Ji, Pappú y yo estábamos tan animados ¡que nos reímos y hablamos e incluso tocamos algunos “ragas” en tablas artesanales! Me fui muy feliz a la cama. Mi corazón se había ablandado otra vez, y me sentía al fin listo para acompañar al Santo al occidente. Sexto y Último Día. Lunes 16 de Agosto de 1976 Durante el mes de Agosto en Delhi, sin aire acondicionado, uno duerme afuera cada vez que es posible. En algún momento durante la noche comenzó a caer una suave lluvia y yo corrí mi cama junto a la puerta de Sant Ji, que estaba abierta. Me desperté a las 2:00 AM, medité un par de horas y luego dormí un rato. Pappú me trajo chai a las 4:45 y yo volví a mi meditación. Estaba decidido a sentarme sin moverme, bien hasta que el reloj diera las seis o hasta que Sant Ji saliera a aclarar su garganta. Permanecí sentado y me sentía bien, aunque tenía que arreglármelas con cosas como las moscas que caminaban sobre mi cara. Después del té pensé, ya que mi corazón estaba cantando, que si terminaba mi meditación antes de que Él saliera, iría a cantarle un Bayán bajo su ventana. Lo escuché toser un par de veces y esto me preocupó. De pronto lo escuché toser realmente fuerte y luego escuché sonidos de vómito, lo cual sucedió un par de veces. Pappú y Pathi Ji comenzaron a correr para dentro y fuera del cuarto. Yo intenté fuertemente pensar que Sant Ji se sentiría mejor ahora, que esto era simplemente la liberación última de las cargas que Él llevaba por nosotros en preparación para el viaje. Intenté continuar con mi meditación, pero después de un momento comencé a cantar suavemente para mí. En un momento todo esto me sobrecogió y enterré mi 12- Mientras los discípulos occidentales llaman a Sant Ajaib Singh “Sant Ji”, Sus devotos en la India lo llaman “Baba JI”.

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El Arco Iris en mi Corazón cabeza en mis brazos y sollocé profundamente. Pappú vino casi inmediatamente y dijo: “Sant Ji quiere verte”. Entré a Su cuarto. Hizo que me trajeran una almohada y me dijo que me sentara muy cerca de Él. Continuó diciendo que se sentía muy enfermo. Dijo que necesitaba descanso. Estaba pensando que quizá sería mejor que no hiciera el viaje. Estuve de acuerdo inmediatamente, sin duda alguna gracias a todo lo que había sucedido el día anterior. Alguien (no Pappú ni Pathi Ji) entró al cuarto, y esa persona estaba decidida a traer un doctor. En mi corazón todo lo que pude pensar fue: “¡Doctor! Lo que Sant Ji necesita es salir de Delhi, y el Sangat debe hacer Bayán y Simran, más, más, más Bayán y Simran”. Sant Ji dijo que no necesitaba un doctor. Yo dije (y Él ya había dicho esto) que pensaba que Él debería ir al Rajastán y descansar unos pocos días. Él dijo: “Sí, con diez días en el Rajastán con la comida correcta, probablemente estaría bien”. En ese momento supe que yo debería regresar esa noche porque sentí que debía comunicar todos estos eventos al Sangat. Alguien sugirió que yo no tenía que regresar inmediatamente, señalando que si esperaba hasta la fecha de regreso del pasaje de British Airways podría ahorrarme US$850.13 Sant Ji dijo que estaría bien que yo esperara, lo que yo deseara. Yo le dije que yo sentía que debía regresar, pero que yo quería hacer Su voluntad. Añadí que aunque anhelaba regresar con Él al Rajastán, algo por dentro me decía que debía regresar a América. Pappú tradujo, y Sant Ji fue muy enfático en que yo debería tomar el vuelo esa misma noche. Dijo que era de mucha importancia hacer la Voluntad del Maestro, y que era mi deber regresar y explicar la situación al Sangat para que nadie se preocupara. En ese momento Él dictó una carta para Russell, dando detalles de toda la situación. Esto tomó un buen rato ya que le dedicó mucha atención a esto. Sant Ji se sentó con Sus ojos cerrados y Su cabeza en Sus manos, fue muy obvio que estaba recibiendo el mensaje de la carta desde Su interior. El pesar en mi corazón en este momento no era porque Él no venía sino porque estaba sufriendo y porque yo había contribuido a ello, yo había fallado en dar lo mejor de mí. Él comenzó a contar otra vez cómo había venido a Delhi y había pasado tanto tiempo allí. De manera profunda y dulce, el repasó todo otra vez. En Delhi la atmósfera no había sido buena, no hubo un horario para las comidas, la gente llegaba a todas horas y por eso Él se había enfermado. Dijo que la Voluntad del Maestro era que Él no viajara ahora y que no quería hacer nada en contra de 13- Mi pasaje de regreso por British Airways no era válido hasta dentro de varios días. Si yo deseaba regresar inmediatamente tendría que usar mi pasaje de Air India, en vez de cancelarlo y obtener el reembolso.

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Ni la hoja de un àrbol se mueve sin la Voluntad de Dios la Voluntad del Maestro. En ese momento yo comencé a llorar y llorar. Él extendió Su mano y la colocó sobre mi brazo y dijo: “Kent, Kent no te vayas llorando. No me dejes así. Quiero que estés feliz cuando te vayas, no llorando. No me des más aflicción”. Y yo sencillamente lloré, me sentía tan mal de haberle causado sufrimiento, seguía y seguía, y no pude controlarlo. Él continuó con Su tierno, amoroso y dulce mensaje de que no le causara más sufrimiento. Como yo no podía hacerlo, otra vez me ayudó. Tomó mi pena. De pronto yo sentí que todo mi sufrimiento pasaba a Él a través de Su mano y mi brazo, había una sensación física de energía viajando, como la de una esponja absorbiendo agua. Después de un rato pude volver a hablar. Le dije que mi corazón estaba tranquilo, y que tenía muchas cosas que contarle al Sangat. Me dijo que tuviera un corazón fuerte, que no debería estar confundido ni preocupado. Es necesario tener un corazón fuerte ya que se necesita fortaleza para hacer la Voluntad del Maestro. Me dijo que no desfalleciera. Preguntó: “¿Si tú desfalleces, entonces qué van a hacer los otros?”. Me dijo que Él de verdad tenía mucho amor por mí. Indicó que sería mejor comunicarle todo al Sangat en persona y no tratar de decirlo por teléfono. Sin coraje para volar solo a un aeropuerto lleno de satsanguis, le pregunté si sería correcto al menos pasar la noticia de que la gira había sido cancelada. Él dijo: “Sí”, y sugirió que le leyera la carta a Russell por teléfono. Me preguntó sobre mis finanzas para el regreso, y me ofreció dinero si lo necesitaba.14 Le agradecí y le dije que todo estaba bien. Había un teléfono nuevo en una casa vecina pero después de intentarlo varias veces no pude conseguir comunicación. A las 4:15 PM. Sant Ji me llamó a Su habitación otra vez. Yo tenía que salir para el aeropuerto a las 7:30, Él estaba recostado y parecía muy enfermo. Me dijo que había vomitado otra vez, y me pidió que sintiera lo frías que estaban sus muñecas. Me dijo que cuando se sentó y habló, sentía como fuego subiendo hasta Su cabeza, y que Su audición fue bloqueada y Su voz era muy débil.15 Me dijo otra vez que cuando me despidiera de Él no debía estar triste, ya que eso lo afectaba a Él. Había estado tan preocupado por mí cuando yo había tenido que ir a Katmandú, y eso le había afectado Su corazón. Me dijo que los Sadhus tienen Corazones Débiles, que se afectaban fácilmente, y que esto no 14- Aquí por primera vez supe que Él tenía ahorros de sus días como granjero. 15- A nivel externo en el plano físico es obvio que Sant Ji estaba sufriendo de un ataque de malaria, a eso se debía la naturaleza cíclica de los episodios de enfermedad y recuperación. Él iba a sufrir otra vez de esta enfermedad durante Su estadía en Sant Bani en 1977.

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El Arco Iris en mi Corazón es bueno para Ellos.16 Yo me mordí los labios, tratando de controlar aquello que había estado fluyendo todo el día y continuaba fluyendo. En toda mi vida no había sollozado tanto, y Sant Ji procedió a decirme que no lo dejara en un estado de tristeza. Esta es una de las cosas más duras que yo he tenido que hacer, pero dije que lo intentaría, porque Él realmente deseaba que yo lo hiciera. En ese momento una llamada errada del teléfono me interrumpió y fui a sentarme a la casa de los vecinos tratando de sobreponerme. Decidí a preguntarle a Sant Ji: ¿Cómo no iba a sentirme triste? Cuando regresé le hice la pregunta y me pidió que escribiera Su respuesta. Y dijo que este era un mensaje para Russell y para mí. A la verdad siempre se le oponen. No sucumban a ninguna presión, y lleven a cabo las tareas del Maestro. Mediten y díganle a los demás que mediten también. La tarea de dar las instrucciones de la Iniciación ha sido encomendada a ti (Russell) y tú debes cumplir con Esto. Mi salud se deterioró debido a mi estadía en Delhi. Mi cuerpo se debilitó y la fiebre y el vómito no han disminuido. Debido a mi estado de debilidad y la necesidad de descansar, me di cuenta que no debía ir a los Estados Unidos ahora. Y todo esto está en la Voluntad de Kirpal. Si el Maestro lo desea, me dará la fuerza para servirles. Le pregunté a Sant Ji si sería correcto que yo dejara un pequeño espacio en mi corazón para estar triste. Respondió que Él esperaba que yo tuviera pronto una tristeza porque mis pecados se habían ido. También le pregunté si podía llorar un poco en el avión. Él dijo que estaría bien ya que Él no estaría conmigo en el avión. Le respondí: “Pero Tú siempre estás conmigo”. Y Él se rió con gana. Todo el tiempo estuvo palmeando mi brazo y hombro. Me dijo que no me apresurara a regresar a la India porque yo estaba preocupado por Él. Me aconsejó llevar a cabo mis tareas, incluyendo el Bayán y el Simran. Yo dije: “No te fíes de mí ahora, porque tengo un tiquete de ida y vuelta: “Él de verdad se rió, y dijo que yo podía hacer lo que quisiera, incluido regresar. Me dijo que le escribiera inmediatamente 16- Cuando esta frase de Sant Ji: “Los Sadhus tenían Corazones débiles” fue publicada originalmente en la segunda emisión de La Revista Sant Bani (vol. 1, No. 2), un viejo discípulo del Maestro Kirpal le escribió a Russell Perkins (el editor) objetando esto. Veinticinco años más tarde Russell comentó: “Los Santos son muy vulnerables. Este mundo no es Su Hogar y cuando Ellos toman un cuerpo para venir a salvarnos, ese cuerpo sufre. El comportamiento de los discípulos puede y de verdad afecta al Maestro. Los Evangelios están llenos de esas historias” (Conversación con el autor, 1 de Marzo de 2001).

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Ni la hoja de un àrbol se mueve sin la Voluntad de Dios a mi llegada a los Estados Unidos, y le contara qué le había dicho al Sangat. Él envió Su amor para todos en el Ashram. Le dijo a Pappú que fuera a traer algo, y yo me imaginé que sería la foto de mi familia. Cuando Pappú regresó con ella, pasamos un largo rato hablando sobre la nieve, cómo se calientan las casas durante la estación fría, la electricidad, la ropa de invierno y otras cosas. Me dijo que esperaba conocer a mi familia, pero que mientras tanto llevaría esta foto al Rajastán, para poder recordarlos. Yo le dije que me estaba sintiendo más fuerte, y que haría mi mayor esfuerzo para salir en un estado feliz. Me dijo que si yo lo dejaba o me despedía en un estado de tristeza, esto haría que Él se demorara más en recuperarse. Finalmente la llamada entró, poco antes de que yo saliera para el aeropuerto. Hablé con Karen y le pedí que ella trasmitiera la noticia que yo llegaba solo porque Sant ji estaba enfermo y necesitaba descansar. Le dije que el Sangat debía estar feliz y no debería confundirse o preocuparse y que todos deberían hacer más Bayán y Simran. Finalmente, le pedí que les dijera a todos que deberíamos orar para que la Voluntad del Maestro se hiciera, en vez de pedir que Sant Ji viniera en la Gira. Russell estaba trabajando en el jardín del Ashram cuando la llamada entró a mi casa, así que yo le había trasmitido lo esencial a Karen mientras alguien fue a llamar a Russell. Cuando él llegó al teléfono, la conexión se había deteriorado tanto que no podía escuchar mucho de lo que yo le decía, aunque yo lo escuchaba muy bien. Colgué el teléfono, le agradecí a los vecinos y regresé al cuarto de Sant Ji. Me sentí maravillado de que Él me hizo hacer esa llamada y así había desviado mis pensamientos. Me senté otra vez a Sus Pies y le relaté lo que le había dicho a Karen. Añadí: “¡Tú me has hecho tan fuerte, que ahora yo les estoy diciendo a ellos que estén fuertes y felices!”. Él se incorporó y dijo enfáticamente: “Escuchando esto, me recuperaré muy pronto”. Notó mi grabadora y le pidió a Pappú que trajera un casete de Bayanes del Sangat de 77 R.B. cantando: Dane Dane Sateguru (¡Salve, Salve mi Satgurú, que reúne las almas separadas!) y así lo dejamos, sentado en Su cama, sonriendo mientras escuchaba a los aldeanos cantando los Bayanes. Yo salí tres cuartos de hora más tarde. Dije adiós rápidamente. Él estaba viéndome ir desde Su ventana, y dije: “Sat Sri Akaal” y salí en el taxi. En el avión, escribí y escribí, y dormí y escribí. Llegué a casa y no me sentí confundido ni preocupado. En vez de eso simplemente me sentía sobrecogido por la profundidad y realidad del Satgurú. La “caja” del entendimiento que había estado cerrada para mí se había 103


El Arco Iris en mi Corazón abierto, y me fue revelado tanto como pude comprender. Por mí mismo no hubiera podido conocer a fondo la verdad sobre Su enfermedad, ni podría haber sacado el mejor provecho de mis fallas. Oré para que mi corazón nunca más estuviera tan duro que fuera necesario Su sufrimiento para despertar el amor en Él, y le di gracias a Dios por Él y la Realidad de los Santos. **** Cuando regresé a América traté de hacer lo que Sant Ji me había pedido. Me había dicho que le comunicara todo al Sangat, para que no hubiera confusión ni duda o preocupación en la mente de nadie. Leímos Su carta a Russell y compartí mis notas. La gente entendió que Su mensaje era que deberíamos ser fuertes y estar felices, y que deberíamos tener completa fe en la Voluntad y Protección del Maestro. Preocuparse es no confiar. Sant Ji había indicado que Su sufrimiento sería aliviado si pudiéramos mantener los estados mentales de fortaleza, felicidad y confianza en la Voluntad del Maestro. La forma de alcanzar esto era por medio de más y más meditación. Él había dicho muy claramente que lo que se requería era el seva de la meditación. Sant Ji me había pedido que Le escribiera inmediatamente y le contara lo que yo le había trasmitido al Sangat. En el avión yo había escrito de prisa una nota rápida y la envié por correo desde Londres. Una vez en casa le envié una copia de mis notas, las cuales fueron editadas y publicadas más tarde como un artículo en la segunda entrega de la Revista Sant Bani.17 En mi paquete para Sant Ji incluí dos fotografías del Sangat, y una carta separada en hindi que decía: 19 de Agosto de 1976 Amado Sant Ji, Yo estoy fuerte, estoy feliz y no estoy confundido. Estoy viendo la Luz. Estoy escuchando el Sonido. Todo el Sangat está feliz. Te amamos. Yo te amo. Tú eres mi querido padre. Mira la foto del Sangat, todos están felices. Nadie está llorando. Con amor, Kent. Sant Ji respondió con una carta del 3 de Septiembre de 1976: 17- Ver la Revista Sant Bani de Agosto de 1976. (Vol.1 No.2).

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Ni la hoja de un àrbol se mueve sin la Voluntad de Dios Mi Más Querido Kent Principal Sahib, Mucho amor para ti y para tu familia. Estuve feliz de leer la carta que escribiste en Londres y también recibí una carta certificada junto con tu foto, la foto del Sangat y la foto de los niños. Mi querido Principal, haz Bayán y Simran diariamente con amor. Desde el 27 de Agosto no he tenido fiebre, pero aún tengo un poco de debilidad. Todo lo demás está bien con la Gracia del Maestro. Pienso que eres más querido que mi vida, Yo de verdad aprecio tu amor y verdadera devoción. Oro al Maestro Kirpal para que te de fuerza interior para el Bayán y el Simran. Nunca faltes con tu meditación. Así como se requiere el alimento para mantener los pranas (aires vitales). De la misma forma, la meditación, el alimento del alma también es esencial. Trasmite mis saludos a todos los amados en Sant Bani Ashram. Con mucho Amor para ti, Dass Ajaib Singh Hubo otro debate sobre la gira que sería en el otoño pero que finalmente no se realizó. En su lugar, Sant Ji vino hasta nosotros la siguiente primavera. Mientras tanto mantuve una vigorosa correspondencia con Él, recibiendo dos cartas más en septiembre de 1976. Estas cartas fueron enviadas directamente desde el 77 R.B. habiendo sido traducidas primero a un original pero encantador inglés por Babu Ji, un sevadar que vivía en la aldea.18 Carta No.1 13 de Septiembre de 1976 Amado de Mi Satgurú Kirpal Kent Bicknell Principal Sahib, La amorosa carta escrita en hindi por ti el 24 de Agosto fue recibida. Estuve muy feliz después de leerla. Cuéntame si puedes leer el hindi así como está escrito en esta carta, para poder escribirte cartas en hindi. Escribiste que has visto esferas y escuchado el Sonido de campanas internamente. Mi amado, si intentas más continuamente entonces verás muchas más cosas 18- En ambas cartas, yo añadí unas pocas palabras entre corchetes “[]”como aclaración.

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El Arco Iris en mi Corazón internamente. El Simran es la escoba que limpia la Casa del Corazón. El Simran con la lengua es la devoción del verbo por la lengua. El Sonido (la Corriente) es la devoción de la lengua de Dios. El alma y la mente son cautivadas y controladas por el Sonido del Verbo. El Verbo Verdadero sale de la Boca de Kirpal Shah. Si alguien lo escucha se libera de ambos mundos (inferiores) y se convierte en el dueño del Tesoro. Todo el mundo ha sido teñido con la devoción del Verbo. Alguien recuerda a Dios como Sohang, alguien como Allah. Alguien [recuerda] a Dios como Bhagwan, alguien como Wahi Gurú. Ellos no pudieron conseguir a Dios o Él no se les apareció. Comparado con el Simran estas otras palabras de devoción son nada. El Sonido de Dios [Dhun] es conocimiento, remembranza y devoción. El verdadero conocimiento y remembranza es conseguir el Sonido de Dios [Dhun]. Este se gana, no viene por hablar. El Sonido Ilimitado de Dios [Dhun] está siempre viniendo y Él nos conecta con Dios. Esta es la verdadera devoción de Dios. Esto llega a la mente de acuerdo a la suerte. La riqueza de este Sonido de Dios [Dhun] no se encuentra en escrituras, en las escrituras hay sugestión. La remembranza por el Simran de la lengua es la escoba para limpiar el corazón… Este Sonido de Dios [Dhun] está dentro del ser humano, y el hombre de rectitud [el Gurú] puede contarnos sobre este. Nosotros podemos obtenerlo conforme a Su Bondad. Nosotros podemos escuchar el Sonido de Dios [Dhun] por la Gracia de los Santos. Debido a esto nosotros deberíamos mantener los Sagrados Pies de Kirpal Shah en nuestros corazones. Todas las preocupaciones del Poder Negativo serán removidas. Cuando alcancemos los Sagrados Pies de los Santos el Poder Negativo no puede comernos. El Poder Negativo es muy fuerte y no puede ser suprimido. Cuando nosotros escuchamos el Sonido de Dios [Dhun], este [el Poder Negativo] se va. El Naam Dhun, el cual no es variable, está viniendo día y noche a nuestros corazones. Nosotros tenemos este regalo dentro, pero no lo recordamos. Esta riqueza nos sustenta por dentro y se irá con nosotros. La gente duerme, pero los amantes están despiertos en el recuerdo de su Satgurú y se funden en Él. Este poder es querido por los que aman a Kirpal Sha… Mi salud está ahora muy bien. Solo tengo debilidad. No he tenido más fiebre desde el 27 de Agosto. Dale mi gran amor a los amados de Sant Bani Ashram. Por favor lee esta carta en el Satsang, para que así todos los amados den más y más tiempo al Bayán y al Simran. Para todos los amados de Sant Bani Ashram y sus familias envío más y más amor. Dass Ajaib Singh 106


Ni la hoja de un àrbol se mueve sin la Voluntad de Dios Nota: Esta carta fue traducida por Babu Ji. Cuéntame si es clara y así pueda enviarte las cartas directamente. Carta No. 2 20 de Septiembre de 1976 Amado y Puro de Corazón de mi Satgurú Kirpal Kent Bicknell Principal Sahib.19 La carta que escribiste fue recibida por Pappú en Delhi. Él ha escrito muchas charlas sobre ti. Como has pedido venir a la India, puedes hacerlo muy felizmente. Yo estoy muy contento contigo. También has preguntado sobre el número de devotos que podrían venir en el grupo. Mi amado, mi mente desea llamarlos a todos hacia mí. Pero en lo concerniente al mundo como tú sabes de mí, yo puedo manejar grupos de solo 12 o 15 devotos al mismo tiempo. Yo soy un pobre sevadar mendicante (sirviente). El Satgurú Kirpal me ha dado la tarea de servir a los amados como ustedes. Los amados que vengan acá deberán traer la ropa de cama. Yo te escribí una carta antes, ojalá haya sido recibida. Si quieres la traducción de Babu Ji por favor envía las cartas directamente al 77 R.B. con el fin de que no haya demora al enviarla primero a Delhi y luego de Delhi al 77 R.B. Los amados del grupo llegarán aquí fácilmente si tú los acompañas. No permitas que el orgullo entre en ti. Deberíamos actuar de acuerdo a las palabras del Satgurú Kirpal. El Satgurú Kirpal ayuda a todos los satsanguis desde lo interno. Pero solamente el satsangui que va internamente se beneficia. Mientras no alcancemos lo interno la mente siempre nos engaña. Es necesario escapar de los engaños de la mente. Uno solo puede escapar 19- Como se notará finalmente en otro capítulo, Sant Ji dejó claro que cuando Él usaba términos como “Puro de corazón” o “Rubí de Rubíes” refiriéndose a mí, Él estaba hablando de mi potencial, según Él veía lo que yo podría llegar a ser, no según lo que yo era a nivel de día a día. Como Henry David Thoreau (1817 – 1862) escribió en su primer libro, Una Semana en los ríos Concord y Merrimack (1849): “Algunas veces somos conscientes de la bondad de un pasado lejano, y nos damos cuenta que ha habido momentos cuando los pensamientos de nuestros amigos sobre nosotros fueron tan puros y elevados que ellos pasaron sobre nosotros como los vientos del cielo sin ser notados. Cuando ellos nos trataron no como éramos sino como nosotros aspirábamos ser”. Del capítulo del miércoles, pgs. 208-209 en la Edición Clásica Pinguin 1998. Yo lo escribí en negrilla.

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El Arco Iris en mi Corazón yendo por encima del estado de la mente. Mi salud ahora está bien, solo hay debilidad, no hay fiebre. Estoy listo para servirles si vienen. Si algunas personas que vengan acá desean el Sagrado Naam (recibir Iniciaciòn), por favor arreglen con Russell para que traigan una copia de las palabras que son enseñadas a la gente del occidente para que no haya ninguna dificultad para hacerles entender. A todos los occidentales se les deben decir las mismas palabras.20 El trabajo es hecho por la atención de un Santo. Pero es necesario que las palabras externas sean las mismas. El cable enviado por ti fue recibido. Con mucho amor para ti, tu familia, y todos los amados de Sant Bani Ashram. Dass Ajaib Singh Así comenzó la maravillosa era de peregrinajes con regularidad a los Santos Pies de Sant Ajaib Singh Ji. Grupo tras grupo de devotos ansiosos hizo el largo viaje al Bendito Oasis Espiritual en el desierto del Rajastán. En la India y en los Estados Unidos, estábamos todos ocupados preparándonos para la primera gira mundial que finalmente se llevaría a cabo.

20- Sant Ji aquí se refiere a las Instrucciones de la Iniciación en inglés usadas por el Maestro Kirpal y sus representantes.

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CAPÍTULO III RECIBIENDO A SANT JI PARA EL PRIMER TOUR EN 1977 En el otoño de 1976, yo comencé a recibir cartas escritas en un papel azul muy delgado desde la India, Sagradas Misivas del Maestro. Algunas estaban en inglés, otras en hindi. La última traía una especie de bendición prolongada y tuve que pasar un buen tiempo, diccionario en mano, solo para entender el contenido. Los grupos mensuales que iban al Rajastán también llevaban correspondencia, y traían de regreso muchas respuestas anticipadas para el creciente número de devotos ansiosos de estar en contacto con Sant Ji. Yo le envié a Sant Ji un paquete de dibujos y mensajes de los estudiantes del Colegio Sant Bani a través de un grupo de discípulos que se disponía a visitar a Sant Ji en Octubre. Sant Ji respondió con el que sería el primero de muchos mensajes escritos para los estudiantes del colegio: Octubre 17 de 1976 Mis queridos niños del Colegio Sant Bani: Yo les envío Su Amor y Saludos. Aprecio su amor que recibí a través de los dibujos. Queridos hijos de la Luz, sean obedientes con sus profesores y leales a sus padres. A los niños iniciados se les aconseja poner más amor en sus prácticas, y permanecer junto a Él. A los no iniciados se les aconseja tener buenos pensamientos. Amen a todos. Recuerden, Amor es Dios y Dios es Amor. Los


El Arco Iris en mi Corazón amo a todos. Con todo Su Amor, De ustedes afectuosamente, Ajaib Singh Los grupos continuaron viajando a la India cada mes. Los discípulos pasaban 10 días con Sant Ji en el sitio extremadamente simple pero cargado de Gracia de la aldea desértica, 77 R.B. Sant Ji llamó a Su lugar “Sant Bani Ashram”, así ahora había dos, uno oriental y otro occidental. Mi familia esperaba ansiosamente nuestra programada visita para ver a Sant Ji en Marzo. Karen, mi hijo Christopher y yo habíamos ido a ver al Maestro Kirpal dos veces (en 1970 y en 1974) pero ahora, con la llegada de Nicholas en 1975, éramos cuatro. El Maestro Kirpal acostumbraba decir que la vida es una serie de interrupciones, y la felicidad consistía en adaptarse a estas. En Enero a nuestra familia llegó una prueba grande. Una forma de disfrutar los fríos inviernos de New Hampshire es salir y jugar en la nieve. En el colegio, esto significaba inundar un área del parqueadero para hacer una pequeña pista de patinaje. Nuestra tecnología no era la mejor, pues utilizábamos una manguera de jardín a diez grados bajo cero en una noche de invierno y el hielo a veces se rompía en algunos sitios. Patinando hacia atrás durante un recreo en el colegio, Karen golpeó un pedazo de hielo áspero y se cayó rompiéndose ambas muñecas.21 Los doctores, en un acto de “amabilidad”, enyesaron completamente un solo brazo desde la mano hasta su bíceps. El otro lo enyesaron solo hasta el codo, para que pudiera tener alguna movilidad mientras sus muñecas sanaban durante las próximas semanas. En un parpadeo, nosotros pasamos de una completa independencia a la necesidad de toda la ayuda posible. La comunidad del Ashram fue maravillosa, amigos y vecinos acudieron a ayudarnos en todo lo que necesitábamos. Evelyn Sanborn, una estudiante del colegio, se mudó con nosotros y nos brindó un cuidado muy especial el cual fue muy apreciado. Por supuesto, nosotros le contamos a Sant Ji sobre el accidente y el grupo que fue en Enero nos trajo esta carta de Él:

18-1-77 Amada Joya de mi Satgurú Kirpal Querido Kent (Principal Sahib):

21- Realmente ella se fracturó los terminales de ambos huesos, el radio y la ulna, en ambos brazos.

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Recibiendo a Sant Yi para el primer Tour en 1977 Pappú me ha contado sobre el accidente de Karen, que se fracturó las muñecas de sus dos manos. Querido mío, como tú ya sabes, la felicidad y los sufrimientos son las reacciones de karmas pasados. Todo está en la voluntad de Hazur. Él derramará Gracia y ella se recuperará pronto. No te entristezcas en las penas y sufrimientos. Los sufrimientos conducen a la Felicidad Eterna. Dile a Karen que haga más Simran. Ella recibirá fortaleza para su alma y, venga lo que venga en Su Voluntad, es nuestro deber aceptarlo. Escríbeme cuando vengan los próximos grupos. Estar en Su Voluntad es Su Devoción. No te preocupes, Se Fuerte. Transmítele mi amor a Karen, Chris y Nicky. Con todo Su Amor, Dass Ajaib Singh Nunca se nos ocurrió que deberíamos volver a considerar nuestros planes de viaje en Marzo. Para este momento, casi todas las personas que vivían en Sant Bani Ashram habían ido a la India a ver a Sant Ji excepto Karen, y teníamos toda la intención de hacer el viaje. Un par de semanas antes de salir, sin embargo Sant Ji nos envió la siguiente carta:

18-2-77 Mi Bienamado del Satgurú Kirpal. Mi querida joya entre joyas, querido Kent, Principal Sahib: Recibí tu carta llena de amor fechada el 8 de Febrero, y tomé nota de su contenido. Fue toda Su Gracia y Su Voluntad que Karen pasara por estos sufrimientos. Los que te han ayudado en este momento son buenas personas. El amigo es el que ayuda en la necesidad. Karen tenía que pagar un karma muy pesado, pero con la Gracia del Maestro este fue reducido a un pequeño sufrimiento. Hazur cambió la horca por el pinchazo de un alfiler. Él es muy bondadoso contigo. Espero que ella se recupere muy pronto. Pero no debería trabajar con sus manos hasta que se recupere completamente, porque se trata de la unión de los huesos. Si usa sus manos, esto no será bueno para ella. No debe apresurarse a hacer ningún trabajo. Ella no debe venir al Rajastán en marzo, porque necesita mucho descanso ahora. Me agradará mucho verla allí en Sant Bani. Ella deberá esperar hasta entonces. Espero visitarla en Mayo. 111


El Arco Iris en mi Corazón Pienso que deberías venir en Mayo para que nos lleves a nosotros. Pappú te escribirá más sobre esto. Me siento feliz de que Karen haya hecho más Simran. El Maestro es muy bondadoso contigo. Transmítele mi amor. Mucho, mucho amor para ti, Chris, Nicky y Karen, Con todo Su amor, Dass Ajaib Singh Aunque inmediatamente entendimos la sabiduría del consejo de Sant Ji, tuvimos que adaptarnos. Karen, Chris y Nick no irían a conocer al Ser que se estaba convirtiendo en alguien tan importante para nuestras vidas. Aunque fue requerido que yo fuera en Mayo para acompañar a Sant Ji y su comitiva en su viaje a los Estados Unidos, Karen fue la más benévola y cambió de planes con sorprendente serenidad. A mediados de Marzo, ella recibió una carta extraordinaria de Sant Ji: 17 de Marzo de 1977 Querida hija Karen: Recibí tu amorosa carta. Estoy muy agradecido con Hazur Kirpal, ya que Él te ha curado muy pronto. Estoy escribiendo en Su Amor, ya que necesitas aún mucho descanso, no debes hacer ningún trabajo pesado con tus manos. La felicidad y el dolor vienen y se van. El tiempo pasado en dolor es el más precioso, ya que recordamos mucho a Dios en esos momentos. Gracias a Hazur Kirpal que redujo tus penas, de la horca al pinchazo de un alfiler. Tu venida al Rajastán sucederá solo con Sus Órdenes, con Su Gracia. Espero llegar a Sant Bani Ashram en la primera semana de mayo. Sant Bani Ashram es mi hogar. Los amados del Ashram son más queridos por mí que las partes de mi cuerpo. Si ustedes están sufriendo yo experimento su dolor. Su felicidad es mi felicidad. Su pena es mi pena. Nuestro Verdadero Señor Hazur es muy bondadoso contigo. Emplea todas y cada una de tus respiraciones en Su Dulce Simran. Las penas y la felicidad son como los vestidos que el cuerpo usa un día y se los quita al otro. En cualquier caso uno debería permanecer devoto al Maestro. La Devoción da fuerza para soportar el dolor. El alma recibe fuerza del Simran constante. Uno no siente el tiempo en el dolor. Les envío mucho mucho amor a ti a Chris y a Nick. 112


Recibiendo a Sant Yi para el primer Tour en 1977 Con todo Su Amor, Dass Ajaib Singh Yo me preparé para viajar a la India otra vez. Alguien que regresó de la visita de Marzo al 77 R.B. me contó que una noche Sant Ji habló brevemente sobre los brazos de Karen, y terminó diciendo que Él vendría a los Estados Unidos “solo cuando Kent venga a llevarme”. ¡Qué misterio! Yo estaba emocionado que me lo pidiera, y que me diera el honor, pero el por qué, no lo sabía. Mi pensamiento era que la invitación era la dulce forma de Sant Ji para perdonar todos mis errores cuando fui a colaborar y respaldar la consecución de las visas para Él, Pappú y Pathi Ji en el mes de agosto anterior, para el tour que no se realizó. Habiendo aprendido la lección el año anterior, conseguí una visa y me dispuse a volar a Sus pies una vez más. Los grupos estaban yendo mensualmente, hasta Abril (más tarde fue suspendido por ser un mes demasiado caliente para visitar el Rajastán). El plan era que yo saliera para la India cuando el grupo estuviera en la mitad de su estadía, arreglar los boletos de avión en Delhi, y viajar al Rajastán por tren. Pappú y yo entonces acompañaríamos al grupo hasta Delhi, permaneceríamos en la ciudad hasta que todos hubieran salido para sus casas. Nosotros regresaríamos al 77 R.B. y acompañaríamos a Sant Ji y a Pathi Ji a Delhi, y después de un día de descanso, saldríamos para el occidente. Primer día en la India. Jueves 14 de Abril de 1977 Decidí viajar con todo lo que necesitaba en un morral grande. Dadas las dificultades que había tenido para entrar a la India en Agosto pasado, sentí que lo último que necesitaba era tener que preocuparme por “chequear equipaje”. Apenas el avión salió en la noche del martes 12, yo sentía una profunda calma que se fue acentuando cada vez más. Me di prisa en Roma para lograr una conexión inmediata, pero mi vuelo de Alitalia había sido cancelado. Hice Simran, sin preocuparme y en una hora estaba en un vuelo de Air India que me pondría en Delhi a las 2 AM. El personal de la aerolínea no me hubiera permitido hacer la transferencia si no hubiera tenido todo mi equipaje conmigo, entonces me sentí bien cuidado. Aterrizamos en Delhi y para mi total alivio, mi pasaporte fue estampillado y con toda rapidez me dirigí hacia los conductores de taxi y rikshas que esperaban a los pasajeros que fluían del 113


El Arco Iris en mi Corazón terminal principal. Yo arreglé con un taxi y me acomodé en la silla de atrás para el largo camino a través del laberinto de avenidas de Delhi, salpicadas con muchas pequeñas antorchas a lo largo de cada curva en estas horas previas al amanecer. Cada antorcha estaba rodeada por dos ó tres figuras cubiertas con chales, sentadas en cuclillas para calentarse, y cada antorcha ofrecía incienso con olor a tierra de “La Madre India”, y humo a la neblina del Delhi moderno. Yo llegué a la casa de los Bagga a las 3:15 de la mañana. Estuve haciendo visita a la familia hasta las 4 a.m. (Pappú estaba con el grupo en el Rajastán), dormí dos horas, me desperté y me senté en meditación. Después del desayuno, Jawahar y yo nos dirigimos a la ciudad para un día de lucha con los arreglos de viaje para la Gira. Los tropiezos eran aparentemente interminables. Se me explicó que, como americano, yo no podía comprar tiquetes para nacionales indios, y otra vez, ¡que no me sería permitido viajar con los indios! Pero todos estos obstáculos fueron cayendo rápida y suavemente sin ningún esfuerzo de mi parte, excepto una sonrisa, y silencioso Simran con “la lengua del pensamiento”, como solía decir el Maestro Kirpal. Aunque yo esperaba llevar los tiquetes aéreos al Rajastán, hubo un requisito que “benévolamente” no desapareció. Se requerían formas nuevas del Banco de Reserva de la India, y estos tenían que ser firmados en triplicado por Sant Ji, Pathi Ji y Pappú. Era claro que yo debería llevar aquellas formas al Rajastán para las firmas, pero como esto era solo una formalidad y todo parecía en orden, yo reservé un tiquete para el tren nocturno a Sri Ganganagar para esa noche, jueves 14 de Abril. Viernes 15 de Abril de 1977 Llegué a la bulliciosa ciudad de Sri Ganganagar y en un jeep viajamos dos horas a través de los polvorientos caminos y dormidas aldeas hasta mi meta física, Sant Bani Ashram en la aldea 77 R.B. Entramos a través de la puerta de doble arco en las paredes de adobe, me bajé y cogí mi morral. Cuando entré al área del comedor escuché a alguien decir: “Kent... Kent”, yo me devolví al patio y allí estaba Sant Ji con Pappú, mirando hacia abajo desde la terraza. Ambos estaban riendo. Sant Ji me hizo ademán de que subiera y así lo hice. Él realmente estaba maravilloso, todo resplandeciente en su ropa blanca y sonriendo tan calurosamente con sus centelleantes ojos brillando tan vívidamente. Toqué Sus pies y Él me dio un gran 114


Recibiendo a Sant Yi para el primer Tour en 1977 abrazo, luego puso Su brazo alrededor de mis hombros y apretó. Entramos y nos sentamos 10 ó 15 minutos. Me dijo que Él y Pappú habían estado justamente hablando de mí, preguntándose cuándo llegaría. Esa mañana algunos satsanguis indios estaban regresando a Sri Ganganagar y Sant Ji les había dicho que esperaran mi jeep, pero los satsanguis no estaban seguros de que yo vendría entonces no quisieron esperar. Luego oyeron el motor del jeep en la distancia. Sant Ji relató que Él escuchó a los sevadares corriendo y diciendo: “¡Llegó Kent, llegó Kent!”. Me preguntó sobre las muñecas de Karen inmediatamente: ¿se estaban fortaleciendo? Le dije que aún estaban algo débiles. Me preguntó si ella podía usarlas, hacer que sus manos funcionaran. Y le dije: “Oh sí”. Entonces, Él dijo que estaba sintiendo mucho dolor en nuestro dolor, que hubo mucho dolor para Él. Pero el karma estaba allí y tenía que ser pagado. Se levantó y cogió la foto de toda la gente que estaba viviendo en Sant Bani Ashram en New Hampshire y la acercó. Colocó enseguida su pulgar directamente sobre Karen, y levantó la mirada y preguntó: “¿Aquí?”. Y yo dije: “Sí, es ella, y Tú ves que la foto del Maestro Kirpal aparece sobre sus hombros dándole protección”.22 Él me dijo que se sentía de feliz de verme. Yo le dije que estaba muy feliz de estar allí, y muy agradecido de que Él me amara. Le dije que no entendía por qué Él me amaba, pero que estaba verdaderamente feliz de que así fuera. Él respondió que cuando un Santo ama, es por conexión del pasado. Y luego dijo que si una persona entendiera por qué un Santo lo amaba, esa alma alcanzaba la meta. Él continuó diciendo que dependía de mí mantener el Amor que se me había dado. Todo el asunto fue hermoso. Le dije en hindi que yo era ruin, que era Su humilde perro. Él respondió que el Maestro me haría fuerte como un luchador. Luego me preguntó si todos eran felices en Sant Bani Ashram. “¿Cómo están los amados?”. Y respondí: “¡Bahot aacha!, muy bien”. Me preguntó si había terminado el trabajo de conseguir los tiquetes, y le expliqué que necesitábamos nuevas firmas en los formatos. Él confirmó que Pappú y yo deberíamos ir con el grupo, terminar los arreglos, y regresar tan pronto como pudiéramos. 22- Casi toda la gente en aquella aldea, joven, viejo, hombre o mujer me preguntó sobre los brazos de Karen. También, yo escuché a Bant, la hija de Pathi JI, explicarle a otra chica cómo Karen se partió sus brazos, con una elaborada descripción de cómo patinó hacia atrás, se golpeó contra un pedazo duro de hielo y estiró ambos brazos para amortiguar la caída.

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El Arco Iris en mi Corazón Le conté que había podido leer Sus cartas en hindi muy bien, pero que me había tomado por lo menos una hora leerlas, ya que tenía que buscar muchas palabras en el diccionario. Él rió con gana y dijo que mi escritura era tan sencilla que Él pudo leer mis cartas en un minuto. En algún momento yo comenté: “Si no regreso Contigo esta vez, creo que el Sangat va a matarme”. Y Él dijo: “No, el Maestro no permitirá que esto pase”. Luego dijo que recordaba el problema que yo tuve el Agosto pasado, y añadió: “¡Fue mía la idea de que tú deberías venir y acompañarme!”. Esto fue realmente dulce. Varias veces mencionó lo feliz que estaba y que yo estuviera allí. Aunque no podía entender esto, ciertamente sentía que me invadía un regocijo de la cabeza a los pies. Sant Ji preocupado como siempre por el bienestar de todos, me envió abajo para que me dieran khanna (comida). Yo obedientemente fui al área del comedor, pero inmediatamente percibí que todo el “tema” de la comida con los discípulos occidentales parecía confuso y triste. La gente estaba quejándose sobre la comida, opinando que tenía mucha azúcar, mucha grasa, muchos condimentos, etc. Había mucho cuchicheo sobre una gran variedad de temas. Como alguien comentó, había mucha conversación y no suficiente meditación y remembranza. Varias personas estaban enfermas y culpaban a la comida que les habían servido. Mi reacción poco caritativa (y personal) fue: “Caramba, que gran lata”. En los primeros días la gran mayoría de buscadores que venían a ver a Sant Ji eran iniciados del Maestro Kirpal Singh, y muchos sentían una necesidad de “probar” si Él era, según sus mentes, el Verdadero Sucesor. Yo estaba presente cuando una mujer colombiana le dijo muy dulcemente a Sant Ji que, aunque a ella le gustaban sus ojos, no veía en ellos a su Maestro Kirpal Singh. Sant Ji respondió muy amorosamente que Él lo sentía por ella, porque Él veía a Su Maestro en toda dirección en la que Él miraba, incluso en los ojos de ella. En mi caso Sant Ji me había hecho enamorar locamente de Él desde el primer momento en que nos encontramos. Algunos discípulos del Maestro Kirpal lo llamaban “hermano”, y se sentían muy bien pidiendo pruebas, rebuscando preguntas y a mi modo de ver, sentía que lo trataban como un simple ser humano. Por otro lado, todos los Grandes Maestros habían enfatizado en la importancia de verificar la validez de un Maestro antes de entregarse a Él. Intenté suspender mi actitud juzgadora hacia ellos. Un incidente de lo que podría ser llamado “la duda de Thomas” ocurrió justo antes de mi llegada. 116


Recibiendo a Sant Yi para el primer Tour en 1977 En la meditación de la mañana del día en que yo llegué, alguien se había quejado del ruido de una máquina durante la meditación. Sant Ji respondió que ninguna máquina había estado funcionando. Algunas personas se molestaron y dijeron que ellos definitivamente habían escuchado un ruido. Yo pensé que debía haber sido el canto de un pájaro en particular, que suena bastante parecido al sonido rítmico de una máquina para el oído no acostumbrado. Una persona me contó que Sant Ji parecía “algo furioso” durante la discusión. Esa tarde cuando salimos para una caminata, Sant Ji mencionó el sonido de una máquina distante, indicando la diferencia con el sonido de la mañana. Una pareja murmuró que, realmente la máquina era lo que ellos habían escuchado en la mañana. Me dolió el corazón y sentí ganas de volverme hacia ellos y decirles: “Caramba, traigamos la cruz y los clavos”. Sant Ji procedió a contar historias sobre los Santos que no se preocupan cuando la gente los irrespeta. Dijo que en el corazón de un Santo no había lugar para la ira, y cuando un Santo muestra ira hay Gracia fluyendo, ya que la ira es por alguna razón. Entonces si el Santo está furioso con ustedes hay una Gracia que está fluyendo. En un momento Él volteó, me miró y dijo: “No deberíamos estar orgullosos de nuestro Seva. Nosotros no deberíamos pensar: “Oh, somos importantes a los ojos del Maestro”. Algunas veces hacemos seva y esperamos ser recompensados por el Maestro”. Luego dijo que el verdadero Seva era la meditación. Para ser exactos, el grupo parecía suelto. Había mucha desarmonía, mucha enfermedad y el gran salón era como un hospital, con diez o doce personas durmiendo en las tempranas horas de la mañana debido a su enfermedad. Había mucha charla irrelevante a todas horas en el salón, y yo me mudé a la sección de sevadares hindús el resto del tiempo. Me parecía que la mente estaba haciendo absolutos estragos en algunas personas. Más de una persona me dijo: “Sant Ji tiene los ojos del Maestro Kirpal, pero mi mente tiene dudas”. Mi llegada esa vez parecía no haber sido por error, ya que varias personas me tomaron como confidente de sus preocupaciones. Sant Ji continuó haciendo Su Magia y la atmósfera comenzó a cambiar. El último día (y para muchos solo el último día) las dudas habían desaparecido y todos estaban experimentando gran amor. En un momento durante el día, yo estaba sentado a la sombra del mango, y una alta e imponente figura pasó alrededor de la esquina. Me vio y preguntó: “Kent Bicknell ¿qué estás haciendo aquí?”. Yo respondí: “¿Neil Wolf, qué haces aquí?”. 117


El Arco Iris en mi Corazón Y ambos nos reímos de lo absurdo de todo esto. Neil y yo asistimos a la misma escuela privada de secundaria en central New Hampshire doce años antes y no nos habíamos vuelto a ver desde entonces. No sabíamos que el otro estaba “en el Sendero”. Sin embargo yo recordé que Neil, que iba un año más adelante que yo, se había interesado muchísimo en los escritos de Henry David Thoreau. Con poca adulación, Neil recordó que en ese tiempo yo lo había tratado de “preppie”23 una y otra vez. Estábamos felices de reencontrarnos en el desierto del Rajastán. Más tarde esa noche, todos asistimos al Satsang, iluminado como siempre por dos potentes linternas de kerosene que había que ajustar continuamente. Yo me sentí dichoso cuando Sant Ji comenzó pidiendo que yo cantara un Bayán, y luego invitó a otros que deseaban cantar. Al final, me pidió que cantara otra vez. Yo estaba saciado y cansado cuando me recosté en la sencilla cama de lazos que me habían preparado y quedé profundo inmediatamente. Entrevista en el Cuarto de Sant Ji, Sábado 16 de Abril de 1977 Brazos partidos y Doctorado A la mañana siguiente Sant Ji me llamó para una larga entrevista. En esa época todos meditábamos en un salón que le servía de alojamiento a Sant Ji, al final de un tramo de escaleras. Las entrevistas y los grupos de Darshan tenían lugar allí también. Cuando Pappú y yo subimos para hablar con Él, yo alcancé a ver un chinche justo en el lugar donde un amigo de New Hampshire se había sentado en la meditación temprano en la mañana. Yo lo recogí y se lo di a Sant Ji y le dije que ese discípulo estaba sentado sobre él porque era un asceta. Yo reí y Pappú tradujo, explicando que yo estaba haciendo un chiste, ya que el chinche estaba allí más bien por accidente. Más tarde, cuando todos subieron para la meditación, los primeros en entrar al salón fuimos ese discípulo y yo, mientras nos sentábamos allí, Sant Ji tomó el chinche del quicio de la ventana y se lo extendió a este amigo. Entonces yo le conté a él lo que yo le había dicho a Sant Ji. Él se rió, recibió el chinche de Sant Ji y lo clavó debajo de su cobija y Sant Ji dijo: “No, no, no hagas eso”. Y luego tuvimos realmente una hermosa sesión de meditación donde Sant Ji dijo muchas cosas incluyendo que no deberíamos ser perezosos y que era “ilegal” descansar. Cuando 23- Son los alumnos del colegio de preparatoria. (Nota del Editor).

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Recibiendo a Sant Yi para el primer Tour en 1977 nos estábamos levantando para salir, Él le dijo a mi amigo: “No te vuelvas a sentar sobre clavos”. Y todos reímos con gran corazón. En mi entrevista tuvimos una discusión chistosa sobre la bolsa de dormir que yo había traído para Su uso en el Ashram. Él se preguntaba si yo había usado mis propios fondos para comprarla, o si había usado la cuenta que Sant Bani había abierto para proveer algunas cosas para la organización en el 77 R.B. Si había sido lo primero entonces Él deseaba pagarla de verdad. Le mostré mi libro de lecciones de hindi, un dibujo de mi hijo Chris y fotos de la familia. Él comentó que cuando la familia Bicknell no pudo venir en Marzo, especialmente después del dolor y sufrimiento por el que estábamos pasando: Su corazón se sintió triste. Le pregunté si podía hablar más sobre esto después de encender la grabadora, porque quería enviarle una carta detallada a Karen. Él benévolamente asintió y grabé lo siguiente: Kent: … Ella me pidió que le escribiera una carta sobre todo lo que está sucediendo y que se la enviara con el grupo. Lo que sucede es que ella es muy, muy fuerte, es muy independiente. No le gusta que nadie le sirva, ni la atienda y fue muy difícil tener que aceptar todo ese servicio. Pero no tenía otra opción, entonces de alguna forma, yo creo que esto fue bueno, ser puesta en una posición en la que tiene que recibir el servicio. Pero todos los días pensábamos que el momento para irnos al Rajastán se estaba acercando, ya faltaban solo dos semanas y ya nos estábamos yendo. Y entonces llegó Tu carta diciendo que no deberíamos venir, y lo aceptamos inmediatamente como Tu voluntad. Pero yo creo que ella sentía como si no pudiera contar con nada externamente, entonces de muchas maneras pensó que solo le quedaba su Simran. Esto ha sido muy bueno para ella y su Simran se ha hecho más fuerte, y le está dedicando cada día más tiempo. Pero también estaba preocupada, yo creo que hizo algo malo, o que quizás el Maestro no la ama. Y yo no puedo decirle: “Oh, tan pronto como veas a Sant Ji, Él derramará Amor sobre ti y todo será maravilloso”. Porque yo no sé qué está escrito en su destino. Pero pensé si pudiera escribirle algunas palabras de aliento... ya que ella está preguntándose si alguna vez podrá venir al Rajastán. Sant Ji: El consejo que le di a ella de hacer Simran provenía de Hazur. Porque al hacer Simran el alma recibe mucha fuerza para soportar el dolor. La carta que escribí sobre no venir, también fue por órdenes de Hazur. Porque en ese momento 119


El Arco Iris en mi Corazón sus brazos estaban muy débiles para venir aquí. Si subimos a un bus o a un tren puede que otra vez se resienta. Entonces cualquier cosa que yo haya hecho es todo para su beneficio. Su bienestar se da solamente al que Lo ama por completo. Yo quiero su bienestar porque la amo. Y el que ustedes aceptaran la carta que escribí, eso fue muy bueno para ustedes, eso fue muy bueno para el bienestar de ustedes. Si entendemos las cosas de los Santos, entonces nada es difícil en este mundo. Y yo espero que cuando nos encontremos con ella, su amor será aún más grande. (Hay una pausa, yo comienzo a decir algo, pero Sant Ji me interrumpe). Sant Ji: Y cuando yo oí sobre sus brazos, que ambos brazos se habían roto, estuve muy preocupado cómo ella iba a hacer todas las cosas que uno necesita para cuidar de sí mismo. Estuve más preocupado por ella que por mi propio cuerpo. Y mi pedido a Hazur fue que enviara a alguien, una niña o una muchacha, para que les ayudara. Cuando tú me escribiste en la carta que una niña del High School, (Evelyn Sanborn) había ido a ayudarles, entonces me sentí muy agradecido porque Hazur había aceptado mi pedido. Kent: Y ahora esa niña ha recibido el Naam. Sant Ji: ¡Aacha! Bien. Servir a un satsangui es lo mejor. Ella ha recibido el fruto de eso. Si cualquier otra parte del cuerpo es lesionada al menos la persona puede hacer su trabajo diario, bañarse, ponerse los pantalones, ponerse la camisa, todo esto. Pero cuando las manos se lesionan uno no puede pensar en hacer nada. Kent: No, ella no puede. Nosotros teníamos que vestirla y ayudarla con todos los asuntos, ella ni suquiera podía bañarse los dientes. Sant Ji: Siempre que yo estaba sentado solo y pensando en ella también sentía cómo la estaría pasando todo el tiempo. Porque en esa condición uno no puede siquiera comer sin ayuda. Kent: Nosotros teníamos que alimentarla. Sant Ji: Yo entendía todos sus problemas. Por eso mi corazón esta tan agobiado. Si ella hubiera intentado venir al Rajastán y si se hubiera lastimado otra vez, ¿cómo podría yo soportarlo? 120


Recibiendo a Sant Yi para el primer Tour en 1977 Kent: El día que Tú carta llegó, ella había hecho que le quitaran los yesos el viernes, y sus manos estaban mucho más débiles de lo que ella pensó que estarían. Pero el martes, cuando el grupo regresó, ese día ella había estado trabajando muy duro, lavando platos y cosas como esa. Y cuando leímos la carta sus manos comenzaron a dolerle mucho. Y nosotros entendimos que estaba tratando de trabajar muy pronto. E inmediatamente también entendimos que no deberíamos venir. Por un lado nuestros corazones estaban rotos, pero por otro lado no queríamos hacer nada que no estuviera en la Voluntad del Maestro. Entonces no deseamos venir al Rajastán. Sant Ji: Ahora Russell ha mencionado que ella irá en el carro conmigo, y yo estoy muy feliz por esto. Él me ha escrito una carta. Kent: Russell la está cuidando muy bien. Sant Ji: Yo le pedí a Russell que hiciera esto (Sant Ji se ríe). Kent: Cuando él regresó, primero fue a nuestra casa y durante dos horas nos contó todas las novedades a Karen y a mí. Sant Ji: Porque Yo te amo de verdad, tu pena es mi pena. En este mundo he aprendido solo a Amar y nada más. Y tengo el amor de Hazur. Cualquier cosa que yo estoy hablando en el exterior, proviene de mi interior. Y cuando escuché que ella viajaría conmigo en el carro estuve muy feliz. Y de inmediato llegó a mi mente que ella recibiría el mismo beneficio como si hubiera venido al Rajastán. Kent: Yo creo, al estar abajo en ese gran salón, puedo ver cómo hubiera sido de difícil. Mi hijo de dos años es muy ruidoso y se levanta varias veces durante la noche, muchas veces, cinco o seis veces, y pienso que fue mucho mejor que no hubiéramos venido. Sant Ji: Hay déficit de alojamiento. Llegará el momento cuando esto también estará bien. Planeo hacer algunos cuartos pequeños en los cuales una persona, parejas o tres personas puedan quedarse. Kent: Sería muy bueno que me pudiera quedar, para mi hindi. Ahora yo solo voy tres horas una vez a la semana, y luego de vez en cuando durante la semana yo 121


El Arco Iris en mi Corazón estudio algo, pero es duro aprender suficiente cuando uno no está escuchándolo todo el día. Sant Ji: Es correcto. Cuando el momento llegue todo estará muy bien. Ahora hay déficit de alojamiento aquí y nosotros también sentimos la falta de espacio aquí. En este momento hice una pregunta personal que rondaba mucho mi mente. Yo había estado luchando para cortar algunas responsabilidades en mi vida y esperaba que Él me aconsejaría dejar de lado una o dos tareas. Su respuesta, como sucedía siempre, me sorprendió. No solamente es una fuerte manifestación de cómo Sant Ji sentía respeto por la educación superior, sino tanto el contenido y la manera como este fue expuesto sirvió de ancla en mi larga (y finalmente exitosa) búsqueda por un doctorado. Kent: ¿Tenemos tiempo para hacer otra pregunta personal? Pappú: Sí, Sí. Kent: No me gusta molestarte con preguntas que no son espirituales por un lado, pero por otro lado, Tú eres mi Padre. Entonces algunas veces necesito ayuda. Hay una cosa. De verdad me gusta tener tiempo para mi familia. Me gusta tener tiempo para meditar. Me gusta aprender mi hindi. Y amo mi trabajo. Y eso ocupa mi día, durmiendo cuatro o cinco horas en la noche. Pero también estoy consiguiendo mi doctorado en educación. Y yo no sé si debería terminarlo o no. Algunas veces pienso que sería una buena idea para el Colegio Sant Bani que yo termine, sería bueno para mí terminar el programa de doctorado en el que estoy. Y en otros momentos pienso que esto no es necesario, que es inútil. Especialmente si me aleja de mi meditación. Yo no quiero que esto suceda. Sant Ji: Obtener un grado es bueno. Kent: Yo ya tengo dos. (Pappú explica en su traducción que yo tengo un B.A. y un M.A.). Sant Ji: No es malo estudiar más. Esto es una buena cosa en este mundo, es necesario. Yo estoy a favor de esto. 122


Recibiendo a Sant Yi para el primer Tour en 1977 Kent: ¡Teek hai! (De acuerdo) Pero mi idea... (Sant Ji se ríe, y luego interrumpe). Sant Ji: Tú deberías conseguir ese grado de doctor, aún a costa de estudiar hindi. Kent: Pero Tú me dijiste que un día sería un experto en hindi. Entonces mi idea es que sería muy bueno para mí hacer un estudio de educación india, para mi tesis. Y yo podría escoger una escuela sencilla de una aldea india, el 77 R.B., y redactar una tesis. Porque yo pienso que en el occidente estarían muy interesados. No mucha gente habla hindi, entonces muy poco se ha hecho sobre educación de la India para occidentales. Sant Ji: Esto se verá de acuerdo a la Voluntad. Kent: Ahora mismo el curso de hindi que estoy tomando en la universidad de Boston cuenta para mi grado de doctor. Sant Ji: Tu hindi es bueno. Yo puedo leerlo muy fácilmente. Y he escuchado los Bayanes que has cantado y tu pronunciación también es buena. Kent: Balwant (la hija de Pathi Ji, Bant) ha copiado de forma completa Mere Satguru Pritam y si Sant Ji lo quiere, esta noche lo cantaré. Porque ahora yo sé las palabras para cantar en hindi. Sant Ji: Sí, Sí. Mañana, de tres a cuatro. Te llamaré otra vez si hay tiempo. Salí del cuarto en el feliz estado de intoxicación espiritual que con frecuencia había experimentado en la presencia del Maestro Kirpal y ahora con la Gracia de Dios: con Sant Ji. Esa noche yo canté Mere Sateguru Pritam Piara (Oh, mi Bienamado Satgurú, he olvidado Tu Nombre) pero yo pronuncié mal una palabra. Sant Ji me detuvo e hizo que lo cantara otra vez. Y cometí el mismo error, entonces Él tuvo que corregirme una vez más. Después de la meditación Él me pidió que cantara, Apana Koi Naji (Nadie en este mundo nos pertenece, excepto nuestro Amado Satgurú), yo luchaba con el último verso, sin embargo Sant Ji tuvo que ayudarme con las palabras. Me incliné, toqué sus Pies y dije: “Mere Pita Ji” (Mi Respetado Padre). 123


El Arco Iris en mi Corazón Domingo 17 de Abril de 1.977 El domingo 17, yo escribí las primeras palabras de cada verso del Dane Dane Sateguru (Salve, Salve mi Satgurú, que reúnes a las almas separadas) las tenía escritas en mi mano en caso de que Sant Ji me pidiera que cantara después de la meditación. Él cantó primero y luego pidió: “¿Quién está preparado para cantar?”. Alguien cantó una hermosa canción y luego alguien más cantó, por lo cual yo estaba feliz, ya que en ese momento no me sentía con ganas de cantar24 y entonces yo recordé: “Oh, Él pidió: “¿Quién está preparado para cantar?”. Y aquí yo estoy preparado para cantar y no estoy diciendo nada”. Antes de ofrecerme de voluntario eché una mirada a mi mano, y escasamente pude ver los restos de la tinta. Había sudado mucho durante la meditación de modo que casi todas las palabras estaban totalmente borradas. Le expliqué exactamente lo que había sucedido, que yo me había preparado de manera que Él no tuviera que ayudarme como había tenido que hacerlo antes, pero que el escrito, había desaparecido. Él dijo que era consciente de mi preparación, pero que yo estaba reservado para la tarde, que yo debería cantar esa noche. Salí de último y traté de decirle que yo era como uno de aquellos chipkalis (camaleones) que querían vivir en Su cuarto. Yo repetí la línea del Bayán: “Por favor no me eches de Tu puerta”. Él observó que aquellas palabras venían cuando el alma tenía realmente añoranza, cuando entendía qué era el Maestro y realmente Lo añoraba. De ahí vino este canto. Los dos días siguientes transcurrieron en un amoroso contorno difuso, y de pronto el tiempo del grupo se había terminado. Todos en una actitud muy alegre, ya que sabíamos que Él pronto viajaría a América, salimos a tomar el tren nocturno de Sri Ganganagar a New Delhi. Viajamos en carros coche de segunda clase. El click, clack de los rieles se confundía con mi Simran y aún los listones de madera del coche cama se sentían confortables. Llegamos a Delhi el miércoles en la mañana. Varios occidentales necesitaron ayuda organizando varias cosas en Connaught Circle (un distrito de negocios de primera en el centro de Delhi). Salí del banco con las nuevas formas y obtuve lo que necesitaba, y luego salí corriendo para la oficina de Alitalia, pero ellos dijeron que era muy tarde para hacer cualquier cosa ese día y que tomaría un par de días expedir los tiquetes. Había una posibilidad de que pudieran estar listos para al día siguiente, entonces conseguimos tiquetes de tren para devolvernos el jueves en la noche. Como yo me moría por regresar con 24- En esos días unos pocos discípulos occidentales sabían cantar Bayanes.

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Recibiendo a Sant Yi para el primer Tour en 1977 Sant Ji, se me ocurrieron varias ideas que nos permitieran a Pappú y a mí salir, aún sin los tiquetes. Si no estaban listos, yo pensé, de pronto el hermano de Pappú, Jawahar podría venir y recogerlos. Si hubiera algún problema él podría ponerle un cable a Sham Sunder (un satsangui de Sri Ganganagar) y Sham Sunder podría viajar hasta el Ashram en un jeep y contarnos lo que estaba sucediendo. Al final Pappú simplemente estableció que nosotros no deberíamos regresar al Rajastán sin los tiquetes, y yo estuve de acuerdo inmediatamente. Rápidamente escribí una carta para Karen y se la entregué a alguien del grupo para que se la llevara: ...Pappú y yo entregamos las formas hoy y no debería haber problema. Sant Ji nos dijo que pasáramos la noche. Saldremos para el aeropuerto a las 2:00 o 3:00 AM con el grupo y regresaremos al Rajastán cuando tengamos los tiquetes, posiblemente mañana en la noche. Entonces cuando tú leas esto, yo estaré probablemente en el tren de regreso o llegando a Sri Ganganagar. De esta forma será viernes cuando lleguemos al Ashram (con la voluntad de Dios). El lunes Sant Ji, Pathi Ji, Pappú, Sardar Rattan Singh y su hijo (el que utilizó el Poder Maestro para manejar el tractor) Sham Sundar y yo iremos en Segunda Clase a Delhi. Sant Ji le dijo a Pappú que si a mí no me gustaba la Segunda Clase, entonces Él y yo iríamos en Primera Clase mientras los otros irían en Segunda Clase. ¿Te puedes imaginar? Después que yo dije que no tenía ningún problema con la Segunda Clase, Sant Ji me dijo confidencialmente que su verdadero temor era que los otros, que estaban a punto de ser separados de Él por tres meses, se sentirían obligados a comprar tiquetes en Primera Clase para estar con Él y eso Le preocupaba, ¡ya que ellos no podían darse ese lujo! La Segunda Clase está bien. Yo he estado utilizando las motonetas y viajando en Segunda Clase para ahorrar el dinero del Sangat. Nosotros regresaremos a Delhi el martes y el vuelo será esa noche, llegando a Boston el miércoles 27. Como nuestra única parada larga es Bombay, yo no voy a llamar de ninguna parte, a menos que algo esté mal. Entonces asume que las cosas están correctas y en horario a menos que oigas lo contrario. 125


El Arco Iris en mi Corazón Una cosa: Pappú ha pedido que haya harina de trigo, vegetales, leche y vasijas para preparar las cosas en la casa del Maestro cuando ellos lleguen. No pensamos tomar comida en el avión, sino que comeremos chapatis, etc. Todo el viaje ha sido extremadamente positivo para mí, Él es absolutamente magnífico. Tú verás cuánto Amor llevará. Con Amor, Kent, Principal Sahib. Este es el itinerario. Con Alitalia todo el camino: 26 de Abril, Delhi a Bombay, salida a las 9 PM. #IC 184, llegada a las 10:45 PM. 27 de Abril, Bombay a Roma. Salida a la 1:25 AM. #763 27 de Abril, Roma a Boston, Salida 10:30 AM. #686, llegada 3:40 PM. He aprendido mucho sobre el servicio. Se me ha permitido servir tanto en el Ashram como en la casa de los Bagga. He visto mi propio egoísmo. Nuestro trabajo (como sevadares en Sant Bani Ashram) es DAR, DAR y DAR a todas y cada una de las personas, con AMOR, AMOR y AMOR. ¡Estas son definitivamente Sus órdenes para nosotros! De otra forma no estaremos haciendo ningún Seva. Sucedió que no todo estaba listo para el jueves, entonces tuvimos que cancelar nuestras reservaciones del tren y esperamos otro día. Yo había estado yendo y viniendo de Delhi dos veces al día (utilizando la famosa moto de tres ruedas), de modo que cuando conseguimos los sagrados tiquetes aéreos para América, fue un alivio tal que me hizo sentir muy feliz. Pensé. “Ahora puedo irme al Rajastán y sentirme en el cielo”. Tomamos el tren de regreso esa noche el viernes, pero el sábado en la mañana, yo comencé a sentirme enfermo. Cuando el tren entró en Sri Ganganagar, yo verdaderamente no me sentía bien. Pappú no paraba de preguntar: “¿Cuál es el problema? Pareces triste, no estás sonriendo”. Yo no podía responder. No estaba seguro de lo que tenía, pero era un problema estomacal que comenzó a afectarme todo. 126


Recibiendo a Sant Yi para el primer Tour en 1977 Llegamos al Ashram y no era exactamente la película que me había imaginado. Mi proyección se desmoronó. Yo había pensado que estaría en el cielo y llegué allí casi malhumorado, muy consciente de mi cuerpo, y realmente deprimido porque me sentía así. Sant Ji estaba increíblemente hermoso, pero yo me sentía “fuera de lugar”, porque yo había querido estar sano y fuerte. Cuando Sant Ji me preguntó. “¿Raji Khushi?”. (¿Sano y fuerte?). Yo dije: “Sab”, lo que significa “completamente”. “¿Estás sano y fuerte?”. Y yo dije: “¡Sí, completamente!”. Por alguna razón no toqué Sus pies cuando Él bajó. Pappú lo hizo, pero yo no. Y yo me preguntaba sobre esto. Sant Ji habló sobre el problema que tuvo en Su espalda y levantó Su camisa para mostrarle a Pappú. Babu Ji y yo miramos también. Era una llaga grande y roja cubierta por una sustancia blanca. Todo lo que pude pensar al respecto fue cuánto me había estado doliendo mi espalda en esas motos que había tomado en vez de taxis, y que muchos occidentales en el grupo habían estado incómodos debido a los dolores y molestias en sus espaldas. Yo gruñí mientras me preguntaba cuánto asume Él por todos nosotros. Sant Ji le pidió a Pappú que escribiera una carta a Sham Sunder para que arreglara el programa para nuestra llegada a Sri Ganganagar para tomar el tren, y luego nos sentamos allí y charlamos. Al final me dijo que descansara. Más tarde yo deseaba un poco de agua, pero estaba preocupado de que el agua no estuviera suficientemente hervida. Alguien en el grupo de occidente recalcó que no estaba seguro qué tan bien estaba hervida el agua, y yo comencé a pensar sobre esto. Yo le dije a otras personas que el agua podía no estar suficientemente hervida. Mi secreto, yo proclamé, era beber té, el cual había sido bien cocinado, añadiendo que por eso yo no me había enfermado. Decidí preguntarle a Pappú sobre el agua antes de tomarla. Babu Ji estaba en el salón y dijo: “Sí, fue hervida y hervida”. Me sentí bien al escuchar esto, pero cuando Pappú indicó que yo debería tomar el agua de la olla de cerámica marrón, yo me preguntaba si tendría sobras del grupo. Pappú dijo que efectivamente así era. Él entró a la cocina y le preguntó a los sevadares qué tan fresca era el agua hervida, y todos ellos, incluyendo a Sant Ji se rieron mucho. Ellos habían estado esperando nuestro regreso para el viernes en vez del sábado. Sardar Rattan Singh había venido en su tractor y había pasado la noche esperando vernos cuando llegáramos. Y luego él había salido el sábado poco antes de que nosotros 127


El Arco Iris en mi Corazón por fin llegáramos. Ellos se rieron mucho porque Babu Ji no había hervido el agua la noche anterior como usualmente lo hace, él la había hervido en la mañana del día que pensaron que nosotros estaríamos llegando, el viernes y luego pasó mucho rato tratando de enfriarla. Él estuvo pasándola de una olla a otra para tenerla lista. Entonces estaba muy fresca. Sant Ji se acercó a contarme todo esto, añadiendo: “Yo tengo mucho cuidado con el agua. Yo me aseguro de que el agua que ustedes toman sea segura”. Cuando Sant Ji se acercó a contar esto, me sentí como si fuera una mosca a la que deberían pisar, casi como si yo realmente no perteneciera allí. Luego sentí que mis lágrimas brotaban y me incliné para tocar Sus Pies. Después de esto, me sentí mejor. Él me aconsejó que me sentara en meditación, pero no más de lo que mi cuerpo resistiera. Y luego debería descansar. Medité un corto tiempo, después de que Él salió, luego me acosté y me dormí. Pappú me despertó para preguntarme si deseaba ir a una caminata con Sant Ji y yo dije que “sí”. Él toco mi frente y dijo: “Tienes fiebre”. Fue y le preguntó a Sant Ji si yo debería ir y Sant Ji regresó a verme. Sant Ji tomó mi muñeca y dijo: “Yo te dije que tuvieras cuidado con tu salud”. Respondí: “Yo medité quince minutos y luego me acosté para descansar”. Él contestó: “Todas y cada una de tus respiraciones mientras estés aquí, serán contadas como tu Bayán”. Más tarde yo le pregunté a Pappú qué había querido decir con eso, y él dijo que Sant Ji había querido decir que mi seva contaba como meditación, que estaba bien que yo descansara. No es sorprendente que Sant Ji me dijera que descansara, mejor que ir a caminar. Me preguntó si deseaba sacar mi cama y yo dije: “Sí, sería una buena idea”. Él hizo que la sacaran. Cuando me senté en mi cama, Sant Ji puso Su mano sobre mi hombro y dijo que Darshan Singh, el hermano de Pathi Ji, me daría un masaje por la noche después del Satsang. Pappú continuaba diciendo: “Tú no puedes enfermarte, si te enfermas nos retrasaremos. ¡Permanece fuerte!”. No comí nada en ese momento. Tomé un poco de agua, té sin leche ni azúcar y extrañé la caminata. Estaba recostado en mi cama y ellos salieron, luego regresaron y yo sentí que esa caminata no estaba en mi destino, eso era todo. Era importante pensar de esa manera, de otra forma, habría caído rápidamente en lo de Agosto pasado, mentalmente quejumbroso: “Aquí estoy sentado solo 128


Recibiendo a Sant Yi para el primer Tour en 1977 mientras Pappú está en el cuarto visitándolo”. Con la Gracia de Dios eso no sucedió y mi mente permaneció más tranquila, no siempre deseando conseguir algo que no era para mí (o viceversa). Sin duda esto era todo Gracia, como cuando de verdad hubiera deseado decirle a Sant Ji, que en efecto yo no estaba “sap raji khushi”. (Bien). Sin yo decir una palabra, Él había venido y me había hablado sobre el agua hervida. Yo me incliné, toqué Sus pies e inmediatamente me sentí mejor. Pappú me dijo que ellos habían reunido 3500 libras de trigo cuando recogieron la cosecha plantada para la aldea. Él mencionó que ayudando a empacar las cosas de Sant Ji para la gira, se había encontrado una carta del Maestro Kirpal para Sant Ji, fechada en Febrero de 1974. La carta estaba en punjabi. El Satsang de la noche estaba programado para comenzar a las 8:15 PM y como mi cama estaba todavía afuera y detrás del lugar del Satsang, yo me recliné y contemplé la escena sin tiempo. Yo había deseado grabar a las niñas de la aldea cantando los cantos devocionales, pero sucedió que Sant Ji ya lo había hecho en nuestra ausencia. Él había escrito Bayanes específicos en una libreta y ellas las cantaron, mientras Él usaba mi grabadora para grabar. Semanas más tarde cuando Él estaba solo en Su cuarto en Sant Bani Ashram, en New Hampshire, Él escuchó esas grabaciones. Cuando yo estaba sentado o durmiendo en la sala, algunas veces escuchaba aquellas maravillosas voces de las niñas de la aldea, a quienes afectuosamente yo llamaba “El Dúo Eléctrico de Acero”, que venían a través de la delgada puerta de Su alcoba. Durante el Satsang me fui a una silla en la parte de atrás y aunque estaba enfermo, fue extraordinario. Tenía fiebre, pero estaba sentado allí, mirando a Sant Ji y Él estaba Radiante. La vista del Maestro rodeado de los discípulos, unido al sonido de aquellas niñas cantando, me dejó flotando en éter. El Satsang fue realmente alegre, eso es, parecía haber mucho humor. Sant Ji contó muchas historias que hicieron soltar risas a los aldeanos. Yo le pregunté a Pappú sobre algunos de los temas discutidos y supe que Sant Ji había preguntado ¿qué conseguían los devotos al derramar miles de galones de aceite para que los dioses bebieran? ¿Quién bebe ese aceite? ¿Y qué consigue la gente por adorar a la Madre Kali, por hacer los sacrificios en su nombre? El Sangat se reía con gana y lo mismo Sant Ji. Fue un momento muy especial para mí, simplemente me senté atrás, mirándolo entre Sus hijos durante el penúltimo Satsang de la tarde. 129


El Arco Iris en mi Corazón Después pasaron Parshad, luego Sant Ji le dijo a Darshan Singh que me diera un masaje. Yo Lo escuché diciendo: “Pies, piernas, cabeza, todo“. Y recibí un masaje de 45 minutos. Más o menos cuando había transcurrido cerca de dos tercios del tiempo de mi “sesión”, Sant Ji en voz muy alta, comenzó a hacer comentarios chistosos directamente a los sevadares que estaban masajeándome. Él hablaba a través de la pared que separaba Su cuarto de los nuestros, y los hombres se reían y le contestaban. Mañana del Domingo 24 de Abril A la mañana siguiente mientras yo permanecía en mi camastro bajo el mosquitero, Babu Ji, el muy amigable aldeano que me había traducido al principio las cartas de Sant Ji, vino a verme con palabras de precaución para la gira que se avecinaba. Él me aconsejó lo siguiente: Babu Ji:... Y, Él (Sant Ji) va para allá. (los Estados Unidos). Yo estoy feliz. Aquellas personas que no saben, están algo tristes. Kent: Yo recuerdo que el año pasado cuando estuvimos en el 16 P.S. y Sant Ji contó la historia de algunos aldeanos que habían ido al Satsang de alguien más y las personas allí estaban insultando y criticando a Sant Ji. Entonces los aldeanos hicieron el chiste que “Los perros estaban ladrando”. Babu Ji: Sí, nuestro Pathi Ji les contó.... Kent: Y los aldeanos dijeron que los perros deberían irse a América a ladrar, para que Sant Ji no fuera. Babu Ji: Lo que yo le dije a usted ayer, por favor… Kent: Que cuidara de Sant Ji. Sí, seré muy cuidadoso. Babu Ji: Sí, permita que la gente vea. Pero la gente que está peleando, usted ve cómo estas personas están peleando unas con otras. Kent: Sí. Babu Ji: Ellos no pueden hacer cosas buenas. Ellos le dan muchas dificultades al 130


Recibiendo a Sant Yi para el primer Tour en 1977 Maestro también. Deberías recordar todas estas cosas y ser cuidadoso. Este es mi único pedido. Kent: Seremos cuidadosos. Babu Ji: Y justo ahora cuando Sant Ji me llamó y me dio estos libros, yo también le dije a Él. Pero Él no sabe inglés, y Pathi Ji no conoce otra lengua excepto el punjabi. Pappú estará muy ocupado. Y si alguien está hablando en su presencia pero ellos no pueden entender lo que esta gente está diciendo, entonces ustedes deben tener mucho cuidado con esto. En estos días, usted sabe lo que están haciendo estos grupos. Estos grupos están peleando entre sí. Kent: Correcto. Babu Ji: Y Él va a ir, pero estos grupos no están contentos de que Sant Ji vaya a los Estados Unidos. Estas personas no están contentas y la gente de Delhi es muy astuta. El reino también puede ser cambiado por estas personas. Usted sabe, esta es gente muy astuta... Por favor cuídenlo por nosotros. Este es mi único pedido. Kent: Correcto. Babu Ji: Yo también le dije a Sant Ji que fuera cuidadoso, pero Él es muy desprevenido. Él no se preocupa por estas cosas. Nosotros deberíamos cuidarlo. Kent: Mi esposa me dio el mismo consejo. Ella me dijo: “Si tú estás en Delhi y debes encontrarte con alguien de estos dos grupos, entonces sé muy cuidadoso. No digas nada”. Babu Ji: Esto es lo mismo que yo te estoy diciendo. Ya que ellos no pudieron hacer buenas cosas para el Maestro (Kirpal), entonces ¿cómo pueden hacer buenas cosas ahora? Ellos desean riqueza. Están peleando entre ellos mismos. Han puesto demandas unos a otros en las cortes. Están peleando. Pero no hay verdad. De acuerdo a mi idea no hay verdad cuando estas personas están peleando por la riqueza. Pero todas las otras cosas estarán bien. Todo estará bien. El asunto es que Sant Ji no conoce el idioma. En este lugar hay alguna dificultad de alojamiento, estamos esforzándonos para hacer cuartos. Cuando los cuartos estén listos, después de eso la gente podrá venir en la cantidad que quiera. En este momento, 131


El Arco Iris en mi Corazón usted sabe, nuestra posición es esta, podemos acomodar solo veinte, no más que esto. Y solo hay este pequeño salón para meditar. Después de eso, cuando los cuartos estén terminados, entonces todo el mundo será bienvenido. Y muchos occidentales que están viniendo, ellos le piden a Sant Ji que se quieren quedar algún tiempo. Pero nosotros les estamos diciendo que no tenemos alojamiento. Kent: Correcto. Babu Ji: Y cuando haya alojamientos ellos pueden sentarse aquí en la presencia de Sant Ji y pueden sacar mucho beneficio. Si ellos quisieran quedarse aquí, no importa. Pero en el momento debido a los alojamientos no podemos permitírselo. Esta dificultad se solucionará, pero esto será en su momento. Nosotros hicimos lo que pudimos, pero no había disponibilidad de ladrillos y tocó parar el trabajo. ¿Y ahora quiere usted comer algo? Kent: Sí, Pappú está preparando algo... ¿keeri? Babu Ji: Oh sí, kheer, arroz y leche. ¿Solo kheer? ¿Algunos vegetales? Kent: Sí, quisiera un poco de sabji (vegetales). Gracias Babu Ji. Babu Ji: Ah sí, hemos preparado khichri, arroz y lentejas mezclados para Sant Ji también. ¿Si usted quiere puedo traerle? Kent: Puede ser un poco más tarde. Babu Ji: Está bien. Sirvieron el khichri, un plato muy bien cocinado que es un remedio casero muy común en la India para estómagos enfermos. Mientras me recostaba en mi cama, comprendí que una vez más mis planes se habían desmoronado. Mis visiones de retornar al 77 R.B. y sentarme durante horas en meditación no se iban a dar. La comida caliente pronto comenzó a hacer su efecto benéfico, de manera que realmente comencé a sentirme mejor. Más tarde, después de que mi fiebre cedió, el delicioso pudín de arroz que Bant preparó era justo lo que deseaba comer. Olvidando mi “dolorido cuerpo”, comencé ansiosamente a anticipar las sesiones con Sant Ji programadas para temprano en la tarde. 132


Recibiendo a Sant Yi para el primer Tour en 1977 Entrevista en el Cuarto de Sant Ji. Domingo 24 de Abril de 1977

Yo pasé una hora y media gloriosa e instructiva con Sant Ji. Cuando llegué a Su puerta Él tenía levantada Su camisa, con Su espalda expuesta al aire. Una de las primeras cosas que yo le conté, fue que cuando llegué el día anterior y Él me preguntó si yo estaba raji khushi (sano y saludable), mi respuesta que yo estaba bien, no 133


El Arco Iris en mi Corazón había sido del todo verdad. Le expliqué que quería sentirme sano y saludable y no quería molestar a nadie. Cuando nosotros compramos los tiquetes en Delhi, me sentí realmente feliz y pensé: “Ahora solo nos queda subir y disfrutar”. Pero en el tren comencé a sentirme enfermo, lo cual no tenía nada que ver con lo que había pensado. Me sentí triste, pero no deseaba que nadie se preocupara por mí, entonces no fui sincero. Sant Ji me miró amablemente, y respondió suavemente que Él pudo ver en mi cara que yo estaba enfermo. Aceptó mis disculpas y estuve muy agradecido. Le pregunté si podía prender la grabadora y Él soltó una risita, diciendo: “La última vez te fuiste y llevaste la grabación, pero ahora vas a llevarme a mí. ¿Entonces para qué la necesitas? ¡Ahora tú llevarás mis seis pies de estatura!”. Y nos reímos. Recordé un asunto personal. En Abril de 1976 en nuestro primer encuentro, yo sentí una profunda conexión con Sant Ji desde el instante en que Lo conocí. Entre los muchos temas que hablamos, Él me dio un consejo sobre ser casto. Yo comenté con Él que yo no había seguido su consejo muy bien. Y cuando vine en Agosto y Él se enfermó tanto, al menos entonces yo debería haber aprendido a amarlo y seguir Sus mandamientos. Sin embargo continué entreteniéndome con pensamientos y actuando de tal manera que la meta de una vida marital pura y casta parecía, si no remota, por ahora ciertamente no estaba a la vuelta de la esquina. En Octubre le escribí sobre esto y esta fue la respuesta: 17 de Octubre de 1976 Mi Querido Kent “Principal Sahib”, Amado de mi Satgurú Kirpal: Recibí tu amorosa carta y tomé nota de su contenido. Ahora me encuentro bien con la Gracia de mi Satgurú Kirpal. Me has escrito que no estás mejorando. Así, querido mío, el tiempo pasa tan rápido como el aeroplano vuela. Guarda al Maestro Kirpal en tu corazón con cada una de tus respiraciones. Deja los placeres mundanos. Esto es todo el Poder de Kal. Tú eres el hijo del Satgurú Sat Purush Kirpal. Tú tienes que volverte bueno. Hazur Baba Ji está esperándote en Sach Khand. Nadie guarda la ropa sucia. De esta manera, si tú permaneces sucio, Él no estará complacido. Y si Él no está complacido, nadie excepto Él, puede 134


Recibiendo a Sant Yi para el primer Tour en 1977 perdonarte. Para complacer al Maestro, rechaza tu mente, diciéndole: “No te obedeceré, seré un discípulo verdadero”. Te envío mi Amor a ti y a tu familia, En Su Santo y Dulce Nombre, Dass Ajaib Singh La idea de ser asociado con una “ropa sucia” que “básicamente” sería rechazada me dio suficiente ímpetu, entonces escribí otra vez, sugiriendo que redoblaría el esfuerzo. Sant Ji con suma humildad y profunda bondad, respondió: 18 de Noviembre de 1976 Mi Más Amado Rubí de Rubíes, Kent “Principal Sahib”: Recibí tus dos cartas: una en hindi y la otra que llegó con el grupo. Tú eres afortunado, porque estas tratando de protegerte de la lujuria. La lujuria es una enfermedad tan mala que corta las raíces de la vida. Hay solo un camino para mantenerse protegido de ella. Recordar al Satgurú Kirpal muy profundo en tu corazón y en tus pensamientos, considérate a ti mismo como un soldado del Maestro Kirpal. Dile a tu mente que ahora obedecerás las órdenes del Maestro, del Satgurú y no las de la mente. Repite siempre: “Kirpal, Kirpal”. Mientras duermes: “Kirpal, Kirpal”. Atrás está Kirpal, en el frente está Kirpal. Mientras estás despierto repite: “Kirpal, Kirpal”. Aún en sueños di: “Kirpal, Kirpal”. Donde el Satgurú Kirpal está manifestado, la lujuria no encuentra lugar. Manifiéstalo a Él en tu interior. Este es el mejor remedio para curar la lujuria. Envío mucho, mucho Amor para ti y tu familia. Con todo Su Amor, Dass Ajaib Singh 135


El Arco Iris en mi Corazón Sentado a Sus Pies una vez más, yo le conté cuán preocupado estuve cuando Él me escribió que a nadie le gusta guardar la ropa sucia, y yo me disculpé por mi comportamiento. La respuesta de Sant Ji fue simple y directa. Él me dijo: “No hay necesidad de contarle al Santo todo, como el Santo está ya consciente de todo, yo sabía sobre todo esto. Los Santos nunca están disgustados internamente, pero externamente, ellos aconsejan a una persona para que cambie”. Él continuó: “El disfrute de la lujuria detiene el amor por parte de la mujer. No muchas mujeres desean ser no castas, pero la mayoría de los hombres sí. El órgano de la lujuria desea estas cosas y entonces, por unos pocos minutos de placer, una persona pasa por tanta pena, sufrimiento y dolor. Bramcharya (vida de castidad) te ayudará en todo. Esta hará tu vida de hogar más feliz”. Él concluyó: “Ahora tú has disfrutado la lujuria, entonces puedes dejarla. Tanta lujuria como desees tener en tu vida, la puedes tener. Y tanto como desees disminuir la lujuria, puedes hacerlo”. Yo mencioné que mis meditaciones parecían inútiles, que no había podido hacer nada por mí mismo. Él me dijo que me concentrara. Yo traje el Simran, explicando que realmente yo deseaba enfocarme en el trabajo del Simran, pero yo me sentí mal sobre el hecho de que yo deseaba Su ayuda. Cuando le pregunté qué me recomendaba, Él respondió: “La oración, la oración es una buena cosa”. Continué diciendo que algunas veces parecía ser bueno que yo me diera cuenta que no podía hacer nada por mí mismo, que Él todo lo hacía. Sin embargo, en otros momentos parecía como si no estuviera intentando lo suficiente. Sant Ji dijo que era importante intentar, que nosotros teníamos que hacer el esfuerzo y si no estábamos progresando a pesar del esfuerzo, entonces orar. Él dio el ejemplo del estudiante cuyo trabajo era ir al colegio para recibir las enseñanzas. ¿Cómo podría ser, me preguntó Sant Ji, si el muchacho se sienta a un lado del camino al colegio y ora para que el profesor por favor le dé las enseñanzas? Él mencionó que Hazur nos daría fuerza (para la gira). Dijo que yo me había enfermado por tanto viajar, pero que tenía más viajes por hacer. Me dijo que descansara más. Añadió que Él esperaba descansar hoy, pero la gente estaba viniendo a verlo a cada momento. Hablamos sobre quién manejaría el carro (desde Boston a Sant Bani) y esto fue realmente agradable. Pappú estuvo haciendo la lista de todos los nombres y en vez de decir “Karen” dijo “Bibi”. (Esposa). Sant Ji preguntó: “¿Cuál es su nombre?”. Y Pappú respondió: “Karen” y Sant Ji repitió: “Karen, Karen”. Él preguntó por los 136


Recibiendo a Sant Yi para el primer Tour en 1977 nombres de mis hijos, entonces Pappú dijo: “Christopher o Chris y Nicholas o Nicky”, y Sant Ji dijo: “Christopher, Nicholas, Chris, Nicky”. Y añadió que “Nikee” significa “pequeño” en punjabi. Él preguntó sobre la disposición física del Ashram en New Hampshire y le conté sobre muchos aspectos de su disposición. Él se preguntaba sobre la llegada del agua a la casa del Maestro, donde Él y su comitiva estarían, ¿cuál era la situación con esto?25 Yo no pensé que el Maestro Kirpal hubiera hecho hervir el agua, ya que el agua venía de muy profundo bajo tierra y era muy limpia. Sant Ji comentó que el Maestro Kirpal nunca hizo hervir el agua aquí en el Rajastán. Él preguntó cuántas casas había en el Ashram, y luego preguntó a quién pertenecía cada una. Él decía: “Larry... Fletcher… Randy… Wendy”, preguntándose dónde vivían estas personas. Preguntó qué tan lejos quedaba mi casa de Su casa, y le dije que era más o menos la distancia que hay entre su habitación y la chocita de meditación bajando por el camino destapado, (el sencillo lugar donde Él había meditado en el 77 R.B.). Añadíó que la casa de los Bicknell, era la primera casa que Él vería entrando al Ashram. Se rió con gana y dijo que eso lo hacía muy feliz, ya que ahora yo no necesitaría decirle: “¡Esta es mi casa!”. Sant Ji hizo muchas preguntas sobre el viaje en el avión, yo le conté sobre esto, y mencioné que la gente de la aerolínea pasa vendiendo alcohol y cigarrillos. Él respondió que esas cosas no lo molestaban, entonces yo no debería preocuparme. Él dijo que no odiaba a nadie. Él odia el pecado de fumar cigarrillo y beber alcohol, pero no odia a nadie que haga esto. Él no es afectado por esto. Sant Ji continuó haciendo preguntas: Qué hay para comer en el avión, cuánto duraría el viaje, qué tan lejos era, cuánto duraba la luz del día en Sant Bani, cuándo salía el sol. ¿Qué distancia hay entre Boston y Sant Bani Ashram? Él preguntó cómo funcionaba el colegio, ¿en qué horario? Se preguntaba cuándo saldrían de vacaciones, yo le dije que no estaba todavía seguro cómo arreglaríamos el horario para el colegio. A medida que la conversación avanzaba, mi emoción crecía ya que parecía que la gira, esta vez sí se iba a dar. 25- Los sevadares occidentales habían construído una casa separada para que el Maestro Kirpal se alojara cuando visitó Sant Bani Ashram durante 5 días en Octubre de 1972. La vivienda conocida como la “Casa del Maestro” y grandemente expandida con el tiempo había sido mantenida y reservada para el uso del Maestro desde entonces.

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El Arco Iris en mi Corazón Mencioné que Karen y yo habíamos estado hablando y esperábamos acompañarlo a Colombia, Sur América, pero que no estábamos seguros si nuestra situación financiera actual nos permitiría viajar a California y Vancouver, por ejemplo. Su respuesta fue de verdad amable. Él dijo: “Vamos a ver qué dispone Hazur”. Y luego añadió: “Al lugar donde vayas será por Voluntad de Hazur y esto es para tu beneficio. Al lugar a donde no vayas también será por la Voluntad de Hazur para tu beneficio”. Yo salí de Su cuarto seguro de que si era nuestro destino ir, iríamos, el dinero vendría. Y si no lo era, no iríamos. La forma en que lo expresó hizo mucho más fácil aceptar el resultado sin importar cual fuere.26 Hacia el final de la sesión yo recordé la tachuela y la pedí para entregársela a mi amigo cuando lo viera otra vez en New Hampshire. La cara de Sant Ji se iluminó y Él me ofreció la tachuela tan bondadosamente, añadiendo que Él se la daría a mi amigo, pero solo para remembranza y amor, ¡no para sentarse en ella! Añadió que yo no debería sentarme sobre esas cosas tampoco. Yo comenté que me había sentado en algo afilado, pero no una puntilla. Todos nos reímos y salí del salón, retrocediendo sin quitarle la mirada, yo junté mis manos y me inclinaba frente a Su dorada forma. Esa tarde hubo un Satsang de despedida, y en la noche otra vez hubo una sesión para los devotos. Muchos estaban desconsolados con el pensamiento de la inminente partida de Sant Ji por tres meses y medio, pero Él los reconfortó con dulces palabras, miradas amorosas y toques amables. Mucho después de que el sol se ocultó, el desierto aún enviaba oleadas de calor y era más fresco dormir afuera en el patio bajo las estrellas. Saliendo del 77 R.B. para Delhi. Lunes 25 de Abril de 1977 A la mañana siguiente nos levantamos e hicimos los preparativos finales para tomar el tren de la noche hacia Delhi desde Sri Ganganagar. Yo todavía no estaba bien, y cualquier cosa que consumía parecía salir de mi sistema momentos después 26- Como norma general, Sant Ji nos pidió a Karen y a mí permanecer encargados del Ashram en New Hampshire durante los Tours Mundiales para que otros sevadares de Sant Bani tuvieran la oportunidad de viajar a verlo. La excepción era cuando Él visitaba países de sur y centro América y me pedía ir porque yo conocía el idioma.

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Recibiendo a Sant Yi para el primer Tour en 1977 de que entraba. Siempre es duro perder el control de las funciones del cuerpo, y hacerlo mientras se viaja en un jeep en la India con el Maestro era un pensamiento que me llenaba de cierto terror, no comí mucho y esperé lo mejor. En el momento que íbamos a salir de 77 R.B. el sangat estaba aún más ansioso, y muchas almas sollozantes rodearon el jeep que iba a llevarlo a Sri Ganganagar. El vehículo se movió lentamente entre la multitud y luego nos fuimos. Nuestra primera parada fue en la remota aldea de Netewala, donde los seguidores del Maestro Le habían suplicado que parara y Les diera un Satsang en Su camino a la estación. Me habían dicho que esta era una aldea donde no habían visto una persona blanca en décadas, entonces estaban interesados en saber quién era yo. Sant Ji dio un discurso hermoso, sentado sobre una plataforma baja, con Pathi Ji a Su lado, y un pequeño ventilador que intentaba mantener alejados el calor y las moscas. La multitud era un océano de tela roja, ya que muchas mujeres eran de la secta que ocultan completamente su cara del público. Después, en Sant Bani Ashram en New Hampshire, Sant Ji nos hizo reír a todos ya que las diapositivas de este evento Lo inspiraron para relatar historias de este lugar27. Fue en Netwala donde vi por primera vez la extraordinaria foto de Sant Ji a finales de sus treintas, un retrato formal tomado a principios de la década de los sesentas donde Él se ve tan bien parecido y fuerte. Yo la fotografié para publicarla luego en los Estados Unidos, pero cuando el propietario se dio cuenta de mi deseo, él amablemente me la prestó. Fue publicada en la Revista Sant Bani (Septiembre de 1981) y posteriormente en el panfleto, Sant Ajaib Singh Ji: Un Breve Recuento de Su Vida. Después de un pequeño grupo de Darshan y un corto descanso, salimos de la aldea y procedimos hacia la estación del tren en Sri Ganganagar, acompañados ahora por aún más discípulos. Mientras la máquina de vapor lentamente salió de la estación, Sant Ji, con las manos juntas, permaneció mirando por la ventana a la gente que corría a lo largo de la plataforma, tratando desesperadamente de no perderlo de vista. Nos acomodamos en el tren, pero yo estaba aún enfermo, bastante enfermo en realidad. Mi estómago estaba muy mal. Sant Ji notando mi estado, indicó 27- Ver el capítulo IV.

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El Arco Iris en mi Corazón que deberían darme una pastilla. Era una especie de remedio casero, grande, y toscamente armado, y no había nada con qué tomarlo. No es de extrañar, que se quedó trancado en mi garganta, yo no quería hacer una escena, pero me sentía muy incómodo tratando de bajarlo. Yo miré de reojo a Sant Ji y Él me miró, y entonces vi que Él hacía un movimiento de tragar con Su garganta, suficiente para que Su manzana de Adán subiera y bajara. La pastilla se precipitó por mi esófago, y esto fue perfecto. Sant Ji sonrió y no dijo nada. Comencé a sentirme mejor y me recosté para descansar en una de las bancas del compartimento de segunda clase. Quedé fundido, hasta que una extraña presión sobre mi abdomen me despertó. Cuando abrí mis ojos Sant Ji estaba de pie junto a mí y con Su mano presionaba suavemente mi estómago. Otra vez Él sonrió y no experimenté más enfermedad durante el resto del viaje. Apenas llegó la noche, me subí a la parte superior del camarote y miré hacia abajo, a la forma reclinada de mi Amado Maestro que estaba sobre la cama de madera de abajo. Ahora sí se sentía de verdad que por fin estábamos en camino al occidente. Saliendo de Delhi para América. Martes 26 de Abril de 1977 Cuando llegamos a Delhi, la familia Bagga abrió otra vez su casa, no solo para Sant Ji y Su comitiva, sino también para los muchos discípulos que venían a tener un último Darshan y a despedirse. Esa noche nos dirigimos al aeropuerto para nuestro primer vuelo a Bombay y luego después de una espera de dos horas, continuamos rumbo a Boston vía Roma. Sant Ji, Pathi Ji, Pappú y yo viajábamos en clase económica, sentados juntos, cuatro en una fila. Inmediatamente después del despegue, yo estaba mortificado cuando una pasajera justo en frente de nosotros encendió un cigarrillo y botó el humo hacia atrás sobre su hombro en nuestra dirección. Nosotros estábamos, después de todo, en la sección de no fumadores ¡y lo mismo ella! Yo estaba totalmente decidido a hacer un escándalo, cuando Sant Ji puso su mano sobre mi brazo y gentilmente movió su dedo. Yo me relajé y todo estuvo bien. El vuelo no fue excepcional, excepto por la humildad y sencillez de Sant Ji. Cerca de Tel Aviv, Él se preguntaba si podría tomar té y yo se le pedí a la azafata. Ella trajo una taza desechable con una bolsa de té flotando en una arremolinada mezcla 140


Recibiendo a Sant Yi para el primer Tour en 1977 tibia de agua y leche. Sant Ji le echó una mirada y suavemente volteó Su cabeza al otro lado para mirar por la ventana. Me sentía inútil y me censuré por lo mal preparados que estábamos. No se necesitaba una muy profunda reflexión para ver nuestra ingenuidad. Aprendimos y para viajes posteriores hicimos reservas en Primera Clase y trajimos comida y bebidas apropiadas para Sant Ji. Con frecuencia parecía que Él tenía que aguantar muchas situaciones, aún de la gente que lo amaba. La aerolínea había programado una mala película para el tramo trasatlántico del vuelo. Justo antes de empezar la película yo localicé una fila de sillas que le permitieron a Sant Ji estirarse un poco, Lo cobijé con mi manta de meditación y luego me ubiqué en una silla cercana para montar “guardia”. Mientras cuidaba Su reclinada Forma, tenía miedo que de pronto decidiera sentarse antes de que terminara la película y habiendo pasado por tantas cosas pesadas, yo no quería que fuera expuesto a esto. Con la Gracia de Dios, Sant Ji continuó descansando hasta que la película terminó y estuve feliz al ver rodar los créditos en la pantalla. Aterrizamos en Boston a tiempo y pasamos la inmigración y aduana de los Estados Unidos relativamente sin problema. Cuando nos aproximábamos a la última salida, yo vi las puertas automáticas que se abrieron varias veces para que otros pasajeros salieran. Cada vez ellas mostraban una animada multitud de discípulos, estirándose ansiosamente para alcanzar una mirada de la Divina Forma. Cuando Sant Ji, Pathi Ji y Pappú pasaron a través de esas puertas y quedaron al cuidado de Russell y Judith Perkins, yo me recosté contra la pared y exhalé un enorme suspiro de alivio y gratitud porque Él había llegado. Después de un momento me encontré con Karen, y nos dimos prisa tras el grupo, muy felices de ser los pasajeros en el carro de Sant Ji, mientras Russell manejaba de Boston a nuestro rústico hogar: Sant Bani Ashram, Sanbornton, New Hampshire.

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CAPÍTULO IV LA PRIMERA GIRA. SANT JI EN AMÉRICA. 1977 Tuvimos un viaje delicioso a Sanbornton, Sant Ji fue muy dulce con Karen y mientras yo Lo miraba cuando le hablaba, recordé su comentario en el 77 R.B.: “Y cuando escuché que ella iría en el carro, me sentí muy feliz. E inmediatamente vino a mi mente que ella recibiría el mismo beneficio como si hubiera ido al Rajastán”. Judith había preparado un termo de verdadero té (Chai) para Sant Ji, y se lo servimos en una taza muy especial que Karen y yo teníamos, debido a una suerte infinita. Cuando Karen, Chris y yo pasamos seis semanas con el Maestro Kirpal Singh Ji en Nueva Delhi en 1974, la última noche fuimos a una comida con el Maestro y muchos otros discípulos que partían esa noche. Se sirvió Chai para todos y tanto Karen como yo notamos que el Maestro Kirpal pasaba su dedo una y otra vez alrededor del borde de la taza que Él estaba tomando. Más tarde, Edna Shinerock, una devota canadiense que vivió y sirvió en el Sawan Ashram muchos años, nos preguntó si queríamos esa taza. Quedamos sorprendidos y sobrecogidos, y ávidamente la pusimos en nuestro equipaje de mano como una preciosa posesión. Esta fue la taza que se utilizó para servirle chai a Sant Ji. Yo mencioné que el Maestro Kirpal había bebido de esa misma taza. Sant Ji hizo una pausa, contempló la taza y luego dijo de una manera seria (pero con ojos centelleantes): “Diferente caballo, el mismo jinete”. El 27 de Abril Sant Ji llegó a Sant Bani, y yo escribí ese día en mi diario: “¡La llegada de Dios!”. Las próximas semanas fueron tan intensas que no puedo hacer


El Arco Iris en mi Corazón un recuento exacto de lo que sucedía diariamente. Más bien la historia salta de evento en evento y la narración continúa con este espíritu. Reflexiones sobre la Primera Semana de Mayo de 1977 Una semana antes de que Sant Ji llegara a Sant Bani, me di cuenta que estaban sucediendo demasiadas cosas y era muy difícil recordarlas todas. Un programa regular de meditación, entrevistas y Satsangs estaba comenzando a desarrollarse y el Ashram estaba llenándose con muchos invitados y encima de todo el Colegio Sant Bani estaba aún funcionando y las clases se dictaban “como de costumbre”. Un par de días Lo vi solo brevemente, de carrera. Entraba en su habitación muy velozmente para decir “Namaste” (hola). El lunes cuando pasé a saludarlo, toqué Sus pies y Él reía y reía y me daba palmaditas en la espalda. Yo le conté que estaba cuidando a mis dos hijos y no había podido acercarme mucho a Su casa, pero yo sentía que estaba en Su voluntad. Él respondió: “Tú nunca estas lejos de mí, yo siempre estoy contigo”. Procedió a decir que Karen necesitaba esto, que era bueno para ella. Añadió que no debería nunca sentirme triste porque Karen estuviera allí en la meditación y yo no. Le dije que yo estaba muy feliz y ella también. Me dijo que yo era siempre muy bienvenido en Su casa, que siempre estaba invitado. Me reí, y cuando me levanté para salir, dijo otra vez: “Tú siempre eres bienvenido”. El martes 3, cuando Lo vi para decir: “¡buenos días!”, Pappú mencionó que yo no podría estar mucho tiempo ya que tenía que salir para el colegio antes de que abriera. Sant Ji dijo que estaba bien, que debería atender el colegio. Más tarde ese día Él vio mi libro de Bayanes hecho en casa. Me preguntó qué era y yo le conté. Le dije que estaba aprendiendo un nuevo Bayán y que probablemente lo cantaría esa tarde en el Satsang. Le mencioné que cuando se cantaban los Bayanes en hindi o en punjabi, a mí realmente me gustaban, pero que cuando se cantaban los himnos en inglés, yo casi nunca los seguía.28 Yo sentía que prefería mirarlo y hacer Simran. En el Satsang dos noches antes, Él había hablado sobre el canto en coro cuando los Bayanes eran cantados para ayudar a la mente a conseguir la intoxicación, y yo me preguntaba si estaría haciendo algo incorrecto al no cantar con los demás en inglés. Sant Ji dijo que esto era: “Teek hai” (correcto), en una respuesta muy 28- Al principio los Bayanes no se habían publicado y la gente disfrutaba cantando cantos devocionales en inglés.

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La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 animada usando al mismo tiempo Su voz y Sus manos, Él enfatizó que los Bayanes en punjabi e hindi habían sido escritos por los Santos y estaban llenos del Amor de Dios. Concluyó: “Son mejores”. Después del Satsang del 3 de Mayo, Karen y yo estábamos invitados a ver a Sant Ji. Este había sido un día muy largo para Él, de manera que no queríamos impedir que se retirara a descansar. Durante el Satsang, Sant Ji había hablado sobre el pájaro de la lluvia, contando que toma solamente el agua de lluvia y preferiría morir de sed antes que tomar otra forma de agua. Yo le conté que Karen era como el pájaro de la lluvia, que ella iba a morir de sed a menos que bebiera algo. Él me preguntó cómo iba todo en el colegio y le respondí que todo iba muy bien, mencioné que tanto los profesores como los estudiantes estaban ansiosos de que Él fuera a visitarlos, y Él dijo: “Ya veremos”. Mencionó que la gente estaba siempre afuera, esperando entrar a verlo y cuando Lo veían querían permanecer largo rato. Más adelante, dijo que verlo en el salón grande no era suficiente. La gente quería verlo a solas en el salón pequeño (la alcoba). Entonces los que estaban esperando afuera pensaban que los que estaban adentro estaban hablando cosas muy importantes con Sant Ji, pero ese no era el caso. La gente que estaba en el cuarto no tenía preguntas. Solo quería verlo. Recalqué que eso era lo que yo quería también, y añadí: “Soy muy malo”. Dije que para mí serían suficientes diez segundos al día, que yo no necesitaba una hora. Y Sant Ji rió a carcajadas. Karen y yo quedamos deslumbrados cuando lo vimos. No tenía puesto Su turbante. En su lugar tenía un pedazo de tela enrollado en Su cabeza. Pero había también el sentimiento agridulce de que estaba realmente cansado, y no estábamos seguros si deberíamos estar allí y no queríamos imponernos. Pappú mencionó que para evitar interrupciones, después del Satsang, se dijo que ellos estarían trabajando en la correspondencia. Sant Ji rió y dijo: “Por el bien de ustedes, hemos dicho que estarían trabajando en la correspondencia”. Mientras nos sentábamos allí a Sus pies, Él se rió otra vez, e indicando nuestra presencia a Sus Pies dijo: “¡Esto es escribir una carta, esto es lo que le hemos dicho a todos!”. Yo le expliqué a Sant Ji que en 1972, cuando el Maestro Kirpal Singh Ji se había quedado en Sant Bani, yo me había sentido de verdad desesperado de entrar a la casa y ver al Maestro. Yo estaba muy agradecido de no tener que sentirme así con Sant Ji. El dijo: “Esto es la Gracia de Hazur”, procedió a preguntarme cuánto tiempo había pasado el Maestro en Sant Bani y en qué otros lugares se había hospedado 145


El Arco Iris en mi Corazón durante largo tiempo durante la Gira de 1972. Al final de la corta sesión, mencionó que había estado muy feliz de ver a mi hijo Nicky montando bicicleta conmigo. (Cuando Él se acercó a Nicky, Chris y a mí en la mañana, miró a Nicky y dijo: “¡Nickeee!”), dijo otra vez que era muy bueno que yo estuviera cuidando a los niños de modo que Karen pudiera ir a la meditación con Él. Nos despedimos y silenciosamente caminamos hacia el pozo y arriba a nuestra casa. Yo me preguntaba: “¿Cuánto deseaba tomar de Él antes de comenzar a ganar lo que Él me estaba dando?” y no tuve una buena respuesta. ¿Podía yo de verdad ganar algo? Él me permitía estar cerca y yo no supe por qué, pero resolví tratar de no abusar de ese regalo. Sentía que verlo diez segundos debería ser suficiente, cada día los Satsangs eran más extraordinarios. El lunes en la noche (el segundo) el Satsang consistió primordialmente de himnos devocionales cantados por los devotos. Sant Ji había mirado fijamente a los ojos de Donna Polard cuando ella intentaba cantar. De alguna manera ella pudo continuar, esta fue una experiencia muy hermosa. El martes se cantó mucho también y mi marco mental de conciencia comenzó a alterarse. Llegó a ser como una meditación cuando yo inmovilicé mi cuerpo y me enfoqué exactamente en Él. En cierto momento volví a estar consciente de que Él estaba dando una charla. Él contó cómo el dueño del animal se encarga de todo, él alimenta y cuida al animal y si está haciendo mucho sol, lleva la criatura a la sombra, tiene cuidado de todo, de modo que ese animal no se preocupa por nada. Y luego Sant Ji dijo otra corta línea en punjabi, y me dirigió la mirada mientras decía esto. La traducción fue que Dios cuida de las necesidades de cada uno, entonces no tenemos que preocuparnos. Se cuida de cada pequeña cosa. Y así me sentía yo, sentía que Él era totalmente consciente de todo y tenía cuidado de todo esto y como le dije a Karen, Él continuó mostrando que esto era lo que estaba sucediendo, yo me sentí muy feliz y solo deseé que yo estuviera meditando más. El miércoles en la mañana yo tenía algunos detalles que discutir con Pappú, entonces corrí hacia la casa de Sant Ji antes de que comenzara el colegio. Cuando me acerqué, Pappú venía de la parte de atrás, me vio y se rió. Sant Ji, que estaba en la casa llamó y Pappú dijo: “¡Es Kent!”. Sant Ji se rió. Cuando yo entré dijo: “Te estaba esperando, es la hora en que tú vienes. Estaba mirando mi reloj preguntándome cuándo llegarías”. Y yo simplemente reí mucho. Le dije a Pappú que yo trabajaría en la correspondencia durante el día porque 146


La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 pensaba que sería mejor dormir en la noche. Pregunté si Pathi Ji me podría ayudar con los Bayanes, y Sant Ji dijo que él podría ir de 4 a 6 PM todos los días. Dijo que podríamos comenzar a las 3, si íbamos de verdad a trabajar en los Bayanes. Sant Ji se reía y estaba muy alegre todo el tiempo, luego me miró más dulcemente que nunca y dijo: “Ahora vete y dirige el colegio”. En la noche del cuarto día, Sant Ji pidió ver a todos los sevadares en el Ashram. Tomó algún tiempo reunirlos a todos, ya que no esperábamos esta invitación y algunas personas ya se habían retirado. Mientras tanto, Sant Ji miró una pila completa de fotos en blanco y negro que Jonás Gerard había traído, comentando que Jonás tenía el gran poder de hacer reír a todos. Se detuvo en una foto mía tomada en el colegio, observando que parecía como si tuviera una marca de tilak en mi frente.29 Yo miré la foto y noté un reflejo en mi frente y que también tenía una sonrisa de oreja a oreja, parecía muy intoxicado en la foto. Cuando tuvimos a todos reunidos en la sala Sant Ji se rió mientras señalaba que el hijo de Dick Shannon: Mathew estaba sentado sobre Dick y que Nicky, iba a caballo sobre mis hombros. Sant Ji explicó que Él deseaba hablarnos a todos. Comenzó diciendo que cuando uno por primera vez conoce a un hombre, uno no sabe todo de él y luego cuando uno llega a conocerlo más, uno sabe más sobre él (Implicando pienso yo, que Él ahora era consciente de que necesitábamos escuchar algo como grupo). Dijo que muy pocas personas habían conseguido el Naam y más escasos aún eran los amados a los que se les permitía hacer Seva. Añadió que éramos extremadamente afortunados. Dijo que era realmente importante que no nos desuniéramos, que nos amáramos los unos a los otros. Repitió que teníamos que desarrollar amor para todos. Explicó que el poder de Kal trataría de engañarnos, entraría y crearía desunión. Después de cinco o siete días el poder del Satgurú se haría cargo otra vez pero necesitábamos estar en guardia contra el Poder Negativo. Dijo que Kal fue echado de la corte del Señor por crear desunión. Esta fue una sesión poderosa con Sant Ji, especialmente hizo énfasis en la necesidad de aprender a perdonarnos. Vivir en comunidad no es siempre fácil, ya que ninguno se había elevado por encima de su personalidad individual. Servir al Maestro y a su comitiva, así como a cientos de visitantes fue un desafío para todos y algunos trabajos parecían más apetecibles que otros. Yo solo tuve que mirarme, para sentir exactamente lo que Sant Ji estaba hablando. (Por ejemplo mi envidia con Pappú como lo expresé antes en el capítulo II). Como el Maestro Kirpal lo señaló, es muy fácil quejarnos por las cosas que no tenemos en vez de estar agradecidos por todas 29- El tilak es el punto colocado en el centro de la frente por los devotos hindús.

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El Arco Iris en mi Corazón las que nos son dadas. Salimos de la casa recapacitando en Sus Palabras.30 El 5 de Mayo fue un día muy atareado para Sant Ji, ya que Él dió Iniciación a muchos amados en una sesión que se prolongó varias horas. Luego viajó a las cercanías de Plymouth College para visitar a unos alumnos de filosofía oriental en la cual estaban matriculados Susan Dyment, una sevadar del Ashram y un satsangui local, Kim Illowit. Sant Ji dirigió la clase y respondió preguntas de los estudiantes. Temprano en la noche, Karen se quedó con los niños y yo me fui al salón de meditación, aunque Sant Ji no estaba allí. Después de algún rato comencé a toser y tomé esto como una señal de que debería salir. Cuando salí, en la puerta estaba Pappú, que había venido a buscarme. Bajamos hacia la casa para trabajar en la correspondencia. Un poco antes de las 7 PM se abrió la puerta de Sant Ji y me llamó. Estaba sentado sobre un pequeño cojín de espuma en el piso. Habló sobre el programa de Sant Bani Ashram, diciendo que había planeado visitar las casas de los sevadares en la tarde, pero luego había necesitado descansar. Le dije que así estaba bien, añadiendo que el aseo de Su casa (que se pospuso porque Él estaba descansando) podría hacerse durante el Satsang. Él se rió. Él explicó que en el Satsang de la tarde no iba a hablar y por eso yo debería estar preparado para cantar mucho o hacer los arreglos para que se cantara mucho. Le conté que le pediría a alguien que cantara y Él dijo: “Eso está bien, no importa quién cante, solo ve preparado para copar la hora hasta las 9 PM”.31 Yo mencioné que para el fin de semana planeaba hacer copias de los Bayanes que tuvieran tanto la traducción como la transliteración lista, para que así la gente pudiera empezar a aprenderlos. Él dijo que sería muy bueno, ya que esto desarrollaría el amor dentro de ellos. En ese momento Pappú me preguntó si yo estaba siguiendo las Palabras de Sant Ji directamente y ¿si él aún debería traducir? Le respondí que algunas veces yo ni siquiera escuchaba la traducción, ¡tampoco el punjabi! Yo comenté que yo era como un discípulo occidental de Francia, que llegó a estar tan intoxicado en la Divinidad en el 77 R.B. que apenas podía funcionar y Sant Ji se rió mucho. Sant Ji miró mi libreta de notas del colegio y me preguntó qué era y yo le conté. Le dije que tenía algunas preguntas sobre el colegio, añadiendo que podrían ciertamente esperar. Él simplemente respondió: “Mañana”. Yo me preguntaba si 30- Unas pocas semanas más tarde Sant Ji elaboró una charla sobre este tema de una manera más extensa (y más fuerte). Ver: “El Enemigo Interno” en La Hora Ambrosíaca, pg. 87. 31- El Satsang de la tarde era de 8 a 9 PM en esos días.

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La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 debería irme para que Él pudiera continuar descansando, pero Él dijo: “No, estoy a punto de comer”. Pappú amablemente añadió: “Eso no significa que puedas quedarte con Él mientras come”. Y yo dije: “Sí, lo sé”. Y dejamos a Sant Ji sentado solo en Su cuarto. Esa tarde todo el Satsang consistió de cantos devocionales. El viernes 6 de Mayo, me levanté a las 3:30 AM, me bañé y me senté a meditar en mi casa, estaba luchando con el proceso, sintiéndome especialmente cansado y malhumorado, hasta el punto en que todo lo que podía pensar era lo agradable que sería regresar a dormir. Continué con la lucha mental durante un par de horas, hasta que Nicky de 26 meses se despertó porque me necesitaba. Karen ya había salido para la meditación en el salón, como lo hacía todas las mañanas. Mi rutina era hacer que Chris de 7 años y medio y Nick se levantaran y se vistieran y luego los tres íbamos a ver a Sant Ji cuando venía de su casa de camino al salón para la meditación a las 7 AM. Yo me recosté junto a Nicky y estaba tratando de hacer Simran. Él se volvió a dormir y yo hice lo mismo. Lo próximo que supe, fue que me desperté en medio de un sueño incasto, miré el reloj y eran las 7:10 AM. Habíamos perdido el Darshan cuando Él llegaba al salón, pero aún podríamos verlo cuando saliera a las 8 AM. En ese momento, sin embargo, me sentía tan ruin que mi corazón se derrumbó. Se suponía que debía estar meditando, en la presencia de un Hombre-Dios viviente y en vez de eso estaba durmiendo y teniendo malos sueños. Me pregunté: “¿Aún así iría a verlo esta mañana? ¿Debería bajar?”. Me sentía apenado de estar en frente de Él. Y luego pensé: “Bien, tengo que ir. ¿Quién más puede perdonarme?”. Hice todo de prisa, Chris decidió quedarse y asear su cuarto, porque Sant Ji podría visitarnos más tarde ese día, pero Nick estaba listo. Uno o dos días antes, Karen había comenzado a preparar yogurt fresco para Sant Ji, entonces puse el más reciente, aún a temperatura ambiente, en su olla de cerámica. Puse a Nick dentro del morral en mi espalda, agarré la olla y me encaminé hacía el complejo del Ashram. Justo cuando volteaba la esquina de la Casa Grande, vi Su turbante cruzar el campo. Habíamos llegado muy tarde para verlo salir del salón. Nick y yo continuamos hacia Su casa, pues yo necesitaba llevar el yogurt. Sant Ji se había detenido en el pórtico para hablar con Judith Perkins y Russell. Pensé: “Al menos conseguiré verlo y quizás Él me salude”. Pero esto no sucedió. En verdad, ni siquiera me miró. Él entró y yo me demoré en entregarle el yogurt a Pappú. Y luego escuché la voz de Sant Ji llamándome desde la casa: “¡Kent! Entra”. Yo le grité a Karen, que estaba parada en el puente y los tres entramos. Sentí mucho que Chris 149


El Arco Iris en mi Corazón se hubiera quedado en casa, hasta que recordé que estas cosas se desenvuelven según Él lo desee. Nos sentamos en el piso de la sala. Sant Ji salió y estaba verdaderamente interesado en el morral en el que yo llevaba a Nick y quería saber cómo funcionaba. Lo miró, lo cogió, miró los dos huecos y preguntó si estos eran para las piernas. Lo puso en frente y llamó a Nick para que viniera a meterse. En ese momento Nick estaba muy tímido. Yo le dije a Nick que cantara Apana Koi Naji y él dijo: “¡No!”. Yo traduje el “no” a Sant Ji y Él se echó a reír. Me recibió el yogurt. Yo le había pegado una etiqueta que decía: “Dhai” (yogurt) en hindi. Sant Ji leyó mi aviso, y comentó que este yogurt que estábamos haciendo era muy bueno. A Él le gustaba el yogurt, pero la calidad del yogurt comprado en la tienda que le dimos inicialmente estaba muy frío y ellos no habían podido consumirlo. Preguntó quién había preparado este yogurt y Pappú dijo: “Karen”. Él le quitó la tapa, miró adentro y luego se lo entregó a Pappú y lo llevó para la cocina. Le preguntó a Karen cómo estaban sus meditaciones y ella le respondió. Él le dijo: “Continúa haciendo las prácticas que el Maestro te enseñó. Esto será muy bueno”. Yo mencioné que desde que regresé, había tenido que luchar con el sueño y la pereza, todo lo cual parecía conectado con persistentes problemas estomacales. Sant Ji observó que en la India yo me había enfermado porque había bebido agua (no la del 77 R.B. sino de alguna otra parte), pero que ahora estaba otra vez en mi casa. Él se preguntaba porqué yo todavía tenía dificultades. Sugerí que había algo en mi sistema que aún no había aclarado y Él dijo que esto se arreglaría. Yo escogí ese momento para mencionarle a Sant Ji que a veces decía que otros devotos eran “buenos meditadores”, pero nunca había dicho esto de mí (lo cual era muy comprensible). Yo esperaba que algún día Él dijera que yo era un “buen meditador”. Su respuesta fue rápida y fuerte: “¡Nunca deberías pensar eso! Esto no será bueno para ti”. Procedió a contar una historia sobre un muchacho que era muy fuerte en sus meditaciones. Su nombre era Sheeli y todos lo alababan por sus meditaciones, llamándolo un “buen meditador”. Cuando Sheeli vino a ver a su Maestro, aquel Gurú lo reprendió, lo llamó “vil perro” y lo echó del Ashram. Sant Ji comentó que la raíz de la espiritualidad de aquel discípulo había sido cortada por la espada de la alabanza. El Maestro explicó que Él había tenido que utilizar el escudo del insulto para salvar la raíz espiritual de Sheeli de aquella espada, de la alabanza. Sant Ji añadió que los que son llamados “buenos meditadores” por el Maestro, se vuelven perezosos y se estancan. Entonces es mejor ser reprendido por el Maestro.32 32- Ay de mí, yo no recordé este consejo lo suficiente para seguirlo y en la primavera de 1978 Sant Ji necesitó salvar mi escasa raíz de espiritualidad usando el escudo de la reprensión. (Ver capítulos VII y VIII).

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La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 Yo dije: “Entonces, por favor repréndeme”. Lo cual, claro está, Él ya había hecho diciéndome que nunca deseara que me declarara un buen meditador. Citó a alguien que decía que todos los días oraba para mantener lo que le había sido dado. Él me miró y dijo: “Tu oración debería ser ésta: mantener lo que te ha sido dado”. Observó que yo estaba viviendo en el Ashram y teniendo la oportunidad de meditar y servir, esto sería muy bueno para mí. Indicó que todo estaría bien. Dijo que cuando uno está en su casa, entonces los asuntos aparecen, como los niños y otras responsabilidades, te puedes volver perezoso para meditar. Sant Ji dijo que Él solía orar al Maestro Kirpal: “Oh, no me alejes de Tu puerta”. Sant Ji se preguntaba cuánto tiempo tenía yo para llegar al colegio. Le dije que comenzaría pronto y que aún, tenía que comer. Entonces Él me preguntó a qué horas comía yo y respondí: “¡Justo después de esto!”. Estaba mirándome muy fijamente, y yo supe que Él sabía todo sobre mi condición actual, incluyendo mi sueño esa mañana, todo lo que yo le había dicho era que había meditado dos horas, y luego me había dormido cuando me recosté al lado de Nicky para que se durmiera de nuevo. Pero Él claramente sabía todo y fue tan amable y misericordioso. Preguntó si queríamos que nos devolviera el recipiente del yogurt, dijimos que no, que no había problema, que podían conservarlo. Pappú de todas maneras lo trajo, enfatizando en lo delicioso que estaba el yogurt. Hablamos más sobre el morral. En la India, dijo Sant Ji, las madres tienen que cargar al bebé (y aquí Él imitó a la madre colocando sus dos brazos alrededor del niño) y con esto, ambas manos quedan libres y el bebé también está libre. Le expliqué que yo lo tenía que usar, ya que traía el yogurt. Sant Ji se inclinó y dijo: “NICKY”. Y lo tocó suavemente en la mejilla y Nick se volteó y dijo: “Hola”, en voz bien alta. Y Sant Ji soltó la carcajada. En ese momento Él dijo que era hora de que nos fuéramos y reíamos en nuestro camino de regreso a casa, ansiosamente esperando nuestra “entrevista familiar” más tarde ese mismo día. 6 de Mayo de 1977 Entrevista Familiar con Charla sobre el Colegio Sant Bani En la tarde Chris, Nick y Karen pasaron por la Casa Grande y serpentearon por el camino destapado hacia abajo, sobre el puente y al lado del pozo, hacia la casa de Sant Ji, donde yo me uní en mi bicicleta. Cuando entramos, lo primero que Él dijo en inglés fué: “Familia Bicknell”. Y cuando salimos lo último que Él dijo, otra vez en inglés fué: “Familia Bicknell, buena familia”. Nos sentamos y Él nos habló, nos dijo que el yogurt era muy bueno para Su corazón, lo hacía sentir muy bien, ya que 151


El Arco Iris en mi Corazón era como el que conseguía en el Rajastán. Le dijimos que se lo traeríamos todos los días. Preguntó si Pappú debería ir a recogerlo, pero le dije que yo se lo traería cuando viniera a verlo con los niños. Sant Ji miró alrededor y dijo: “Olvidaste el morral”. Yo contesté que había venido en mi bicicleta, dije que simplemente queríamos verlo juntos en familia, ya que Chris había faltado en la mañana. Él dijo, con una sonrisa realmente dulce: “Lo entiendo”. Sant Ji le preguntó a Chris cuál era su nombre y Pappú dijo: “Chris”, yo mencioné que Chris era muy bueno cantando los Bayanes y Él le pidió que cantara, pero Chris era muy tímido. Sant Ji dijo que visitaría nuestra casa al día siguiente, el sábado 7. Hablamos sobre las casas en el Ashram, Sant Ji observó que la casa de Gerard era muy grande y yo dije que nuestra casa era pequeña. Preguntó si era suficiente para nosotros, que si nos sentíamos cómodos en ella y dijimos que sí. Sant Ji le habló un poco a Nicky y luego le pregunté si podríamos hablar sobre el colegio. Dijo que estaría bien, pero mencionó que cuando Él vió mi diario, pensó que este era un libro completo de preguntas, nos reímos y yo proseguí. Expliqué que éramos un colegio satsangui, financiado por fondos del Satsang y queríamos darle cabida a todos los niños de familias satsanguis. Aunque así sentíamos las cosas, la realidad era que algunos niños eran muy difíciles, tenían problemas para someterse a las normas de conducta del colegio, y le creaban problemas a otros estudiantes. Mencioné que no sabía cómo era esto en la India, pero que en los Estados Unidos algunos estudiantes requerían más ayuda que otros y que los profesores se sentían muy preocupados si no podían ayudar a un niño. La Junta Directiva se preguntaba si el colegio debería aceptar a todos los niños, o si habría algunos con necesidades emocionales demasiado grandes para poder servirles apropiadamente. Sant Ji cerró sus ojos y pensó sobre esto un momento. Cuando los abrió dijo que en la India o América los niños eran lo mismo, los mismos problemas existían. Dijo que enseñar era una tarea ardua, no importa si uno es del oriente o del occidente, es difícil y un gran trabajo. A esta edad los niños son traviesos y solo unos pocos no lo son. Él habló sobre los padres y que algunas veces cuando había mal ejemplo en el hogar, los niños seguían ese ejemplo. Si los niños no se portaban bien, entonces estaban reflejando el hecho de que sus padres no entendían el Sendero muy bien. Él dijo que cuando a un niño se le presentaba una nueva situación, el niño no conociendo nada mejor, reflejaba el entorno de la vida en el hogar. Dijo que 152


La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 deberíamos seguir enseñando a todos los niños con amor. Indicó que deberíamos tratar de servir a todos los niños satsanguis, afirmando que si el colegio les pide que se vayan, eso rompería sus corazones. Esto no es culpa de ellos, el problema yace en sus padres. Deberíamos trabajar con los estudiantes. Yo dije que queríamos que todos los niños se quedaran en el colegio, que no queríamos pedirle a ninguno que se fuera, pero que habíamos tenido que pedirle a una niña este año que se fuera porque estaba contaminando la atmósfera.33 Todos sentimos tristeza al decirle que no podría continuar, porque ella no cambiaba su conducta. Él dijo que si habíamos hecho eso, entonces deberíamos dejarlo así, pero deberíamos estar seguros de hacer a los estudiantes advertencias justas. Si les hacíamos una advertencia y les explicábamos qué estaban haciendo mal y por qué, y si aún así ellos no se portaban bien, si seguían contaminando el ambiente, podríamos pedirles que se fueran. Mencioné que algunas veces yo tenía dificultades con los padres y Sant Ji se rió y preguntó qué sería la vida sin esta clase de problemas. Observó que el mundo nunca funciona de tal manera que todos se acercan siempre con las manos juntas, inclinándose suavemente. Todos nos reímos mucho mientras Él imitaba tal gesto. Preguntó si a los padres se les permitía venir a visitar el colegio. Dije: “Sí, ellos siempre han sido invitados”. Me dijo que continuáramos enseñando con amor. Mencioné que algunas veces me había disgustado con algunos padres y su actitud, pero que ahora estaba aprendiendo. Me aconsejó no dejarme llevar por la ira, diciéndome que debería tener un corazón sereno. Observó que si alguien venía con ira y esa persona era recibida con Shanti (paz), esto alejaría la ira. Me dijo que debería ser fuerte y continuar enseñando con amor. Preguntó sobre el castigo físico en Sant Bani, cuando iba a sugerirnos que no lo usáramos, le explicamos que nadie era castigado así en el colegio. Esto llevó a una muy interesante charla, porque a los padres no les está permitido por la ley en los Estados Unidos castigar físicamente a sus hijos en la familia. Yo expliqué que incluso dentro de una familia, la policía podría intervenir. Preguntó si los niños podían ir a la policía, y que si los niños eran conscientes de que ellos tenían el derecho de hacer esto, yo respondí que algunas veces los adolescentes hacían esto, más que todo si los niños eran lesionados. Él se preguntaba si uno podía sobornar a la 33- “Contaminando la atmósfera” era una expresión que yo había aprendido de la señorita Sati, la rectora del colegio del Maestro Kirpal en el Manav Kendra, en la India. Ella usó esta expresión con relación a un estudiante en particular que había sido expulsado porque, aún después de repetidas advertencias, él no dejaba de ser verbalmente agresivo con los otros estudiantes.

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El Arco Iris en mi Corazón policía aquí, como se hacía en la India. Yo dije: “No, no es fácil sobornar aquí en los Estados Unidos”. ¡Él observó que en la India uno podía sobornar a algunos policías con solo una taza de té! Yo tenía el sentimiento de que deberíamos tratar de dar lo mejor de nosotros, de una manera amorosa, para atender las necesidades de cada niño, a menos que un niño estuviera realmente “contaminando la atmósfera”. Le conté que debido a todos los niños que se estaban mudando a esta área, construiríamos otro edificio y que un satsangui local nos ayudaría con una generosa contribución. Mientras un nuevo edificio me parecía una buena idea, la Junta Directiva quería que yo lo consultara con Sant Ji. Dijo que esta era una buena idea y que esto también era bueno para el satsangui que hacía este servicio. Manifestó que muchos más niños estarían llegando al área y que el colegio crecería más, de modo que deberíamos construir un nuevo edificio. Dije que construiríamos el edificio de tal manera que durante las giras pudiera ser usado como dormitorio y Él dijo que eso sería muy bueno. Le dije que teníamos previsto contratar a Shipp Webb y Él dijo que ya Shipp le había comentado esto, y que esto estaba bien. Cuando le mencioné nuestros planes de contratar a Jon Engle también, Sant Ji dijo que aunque Jon no le había dicho esto aún, era una buena idea. Sábado 7 de Mayo. Visita a los Hogares en el Ashram Sant Ji visitó nuestra casa la mañana del 7 y ésta fue una visita verdaderamente linda. Pappú me había dicho que bajara a las 9:00 por la correspondencia lo cual hice. Sant Ji salió de Su cuarto a las 9:30, ya listo para la caminata programada para las 10. Cuando estábamos afuera cerca de Su casa, Sant Ji palpó mi chaqueta de nylon y preguntó si este era el mismo material del que estaba hecho el sleeping bag (bolsa de dormir) que yo le había traído. Le dije que sí. Sant Ji caminó por todas partes visitando los diversos lugares y cuando llegó a nuestra casa: entró y se sentó en nuestro cuarto posterior. Nos dio una larga charla sobre cómo tratábamos de acomodarnos en este mundo, pero esta es una estadía temporal, si pudiéramos siquiera tener un vislumbre de la comodidad en Sach Khand, las comodidades de este mundo significarían muy poco para nosotros. Dije: “Bien, de todos modos es muy placentero tenerte aquí en nuestra casa”. Y Él dijo: 154


La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 “Estas casas son muy buenas”. Comentó lo bueno que era que las casas en América fueran tan limpias y que todo estuviera en orden. Uno podría verdaderamente encontrar una aguja e hilo si lo quisiera. En la India esto no es así. Añadió que uno puede predecir la sabiduría de una persona viendo cómo mantiene su casa. Sant Ji miró y dijo que los libros estaban en orden, las ropas estaban en orden y todo se encontraba colocado donde uno lo podía encontrar. Claro está, estábamos pensando: “Gracias a Dios organizamos todo”. Pero esto era bueno. Cuando le mostramos el salón de meditación, miró en mis ojos muy profundamente y dijo: “¡Aur bhajan karo!” (Haz más meditación). Yo mencioné algo sobre las paredes del cuarto, que las habíamos pintado para que se parecieran al Rajastán (usando una pintura rojiza de textura arenosa). Y Él dijo que nuestras paredes eran mejores que las del Rajastán porque las nuestras eran interiores. Allí llueve y luego tenían que volverlas a pintar. En un instante, Sant Ji se fue.34 Más tarde ese día bajé a la casa para ver si trabajaba con Pathi Ji en los Bayanes. Pappú no estaba por ninguna parte. Sant Ji estaba solo en su cuarto. Yo toqué la puerta y metí la cabeza. Él me vio y dijo: “Aao, aao” (entra, entra) y me envolvió con sus brazos, con un brazo alrededor de mi espalda me dijo en un hindi lento y claro, que estaba muy feliz ese día porque había visitado nuestra casa y que ésta estaba llena de amor, que Él había sentido ese amor. Yo respondí que no era mi casa sino Su casa. Le dije que después de que Él la había visitado mis meditaciones eran mejores. Me fui pero Lo volví a ver más tarde cuando Pathi Ji y yo regresamos. El Satsang esa noche fue muy poderoso. Sant Ji contó muchas historias, incluyendo el cuento del hombre que se puso tan furioso cuando no pudo encender el fuego que incendió el campamento entero.35 Después del Satsang, Russell y yo estábamos en Su salita cuando Él salió de Su alcoba vestido de forma casual sin Su turbante. Su cabello cogido arriba en un moño. Él me preguntó cuál era el significado de “Bicknell” y “Perkins”. Yo le dije que no sabía el significado. Russell explicó que el significado de muchos nombres en inglés se había perdido hacía mucho tiempo.

34- En otro momento durante la gira, Sant Ji y Pappú visitaron nuestra casa cuando no estábamos allí. Ellos nos dejaron una nota que simplemente decía: “Estuvimos aquí”. 35- Publicado como “El fuego de la Ira” en la Revista Sant Bani (Mayo, 1977 pg.3).

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El Arco Iris en mi Corazรณn

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La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 Lunes 9 de Mayo. Una Desafiante Entrevista Yo tenía que asistir a una reunión sobre educación a nivel del Estado fuera del Ashram el 9, entonces bajé a las 8:30 AM. Y le pregunté a Pappú si podía despedirme de Sant Ji. Pappú me dijo que entrara, que en ese momento no necesitaba tocar, Sant Ji estaba de pie con su cabello suelto, ya que recién se lo había lavado. Le dije que iba para Concord, la capital del estado y Pappú añadió que yo tenía que ir a una reunión todo el día. Él me dijo que fuera. Más tarde ese día le estaba contando a Karen cómo había entrado al cuarto de Sant Ji sin siquiera tocar en la puerta, y al oír aquellas palabras saliendo de mi boca, supe cuánto ego tenía. Yo oré pidiendo Gracia. Cuando regresé de Concord, Russell me dijo que Sant Ji requería nuestra presencia en una reunión que tenía pendiente con un satsangui, que tenía buenas intenciones, pero que tenía una tendencia a ser testarudo y difícil. Fuimos a la entrevista y claro está, el amigo se puso a discutir. Sant Ji le había pedido no hacer propaganda sobre la gira y el Satsang a través de afiches y cosas así, pero él había seguido con su idea y lo hizo de todas formas. Mientras Sant Ji intentaba ofrecerle guía amablemente, el hombre empezó a subir más y más la voz hasta que llegó a un tono estridente y beligerante. Cuando Sant Ji dijo: “¡Yo nunca te di permiso para esto, te dije que no hicieras ningún trabajo en mi nombre!”. El hombre en tono furioso proclamó que Sant Ji le había dado Su permiso y fue ahí donde Russell lo paró, Russell habló con voz firme diciendo: “Escuche, usted lo llama “Maestro” y lo llama “Santo”, pero no escucha ni una palabra de las que dice. En este momento esta es Su casa, este es Su lugar y cuando usted viene acá, lo escucha y lo trata con respeto. ¡Usted está sentado en la presencia de Dios!”. Esto fue dicho con mucha fuerza. El hombre se calló y estuvo respetuoso y educado el resto de la entrevista. Después de que el hombre salió, Russell le preguntó a Sant Ji si lo que había hecho había sido apropiado y Sant Ji dijo que esto había estado bien. En efecto, añadió Sant Ji, si Russell no le habla como lo hizo, hubiera insistido sobre lo mismo. Sant Ji luego preguntó: “¿Qué sentido tiene venir donde un Faquir y tratar de enseñarle cosas? Uno debería escuchar lo que dice el Faquir, Él te ayudará a entender”. Y luego Él repitió: “Uno debe escuchar lo que el Santo tiene que decir y Él te ayudará”. Sant Ji le pidió a Russell que publicara en la Revista Sant Bani, que todo lo relacionado con el trabajo de Sant Ji debería ser coordinado a través de Russell, que todo debería venir a través del Ashram de Sant Bani, en New Hampshire. Espero 157


El Arco Iris en mi Corazón que esto ayude a evitar situaciones como la anterior, donde una persona sale y hace cosas por su cuenta. Sant Ji añadió que más adelante, si fuera necesario, Él también escribiría una carta para ser publicada afirmando que todo debería ser coordinado a través del Ashram. Sant Ji nos contó que el día anterior, el seguidor de otro gurú había venido a desafiarlo, pidiendo ver la marca de loto en sus Pies.36 El hombre dijo que él podía ver los otros dos signos, pero que quería ver el tercero. Sant Ji le respondió: “Bien, tú puedes ver dos señales, entonces ¿cuál es la necesidad de ver la tercera? ¿De todas maneras para qué sirven aquellos signos? Sant Ji nos dijo que si un hombre va a Sach Khand, entonces ¿cuál es la necesidad de ver signos en Él? Russell comentó que él llevaba once años de iniciado cuando por fin vio la marca del loto en los Pies del Maestro Kirpal y esto sucedió porque el Maestro Kirpal se quitó Sus zapatos cuando ellos iban en el carro. Russell añadió que él nunca había tenido el deseo de ver eso, él lo tomó como su Maestro sin ver aquellas marcas. Yo no había pensado en buscar aquellas marcas antes, ni en el Maestro Kirpal, ni en Sant Ji. La mente, siendo como es, de pronto le dio nacimiento a un pequeño deseo que me sorprendió. Completamente sin anuncio, el pensamiento saltó “¡Caramba! Tal vez sería agradable ver esas señales”, yo pensé: “¡Oh, vamos!”. Y luego: “Bien, si Él las muestra… quiero decir yo no lo pediría, nunca pero. . . .” Sant Ji sentado en su cama, comenzó a quitarse las medias y mi corazón palpitó. Inmediatamente recordé que el Maestro Kirpal se había quitado su media para mostrarle a un amigo mío la marca del loto, cuando expresó su deseo de verla. Quitándose su medía completamente, Sant Ji comenzó a frotar su tobillo, yo miré debajo y había una costra redonda allí, pensé: “¡Oh Kent, cómo puedes ser tan idiota, allí está, ahí está mi marca de loto!”. Decidí que la costra de Sant Ji y el karma asumido que esta representaba eran suficientes signos para mí. Justo en ese momento, Sant Ji nos contó que Él le daba masajes al Maestro Kirpal, pero Él nunca pensaba sobre aquellas cosas. Él nunca se molestó por estos signos externos. Sant Ji explicó que a Él nunca se le permitió hacer mucho seva alrededor del Maestro Kirpal, pero que Él había intentado servir cada vez que podía. Mencionó que se había vuelto un buen actor, esto es, era bueno imitando y fingía llorar y ser muy infeliz si el Maestro Kirpal no le permitía acercarse. Le diría al Maestro cosas como: “¡Oh, yo soy joven y Tú eres mayor, entonces deberías permitirme servirte!”. Sant Ji terminó afirmando que Él nunca había recibido Amor como aquel. A través 36- La marca de la flor de loto es uno de los Signos Sagrados en el cuerpo físico del Maestro.

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La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 de toda la sesión Sant Ji estuvo secándose sus ojos con el pañuelo. Russell y yo retrocedimos manteniendo nuestras manos juntas hacía Él. 10 de Mayo. Desayuno con un Santo El martes 10 de Mayo fue una mañana muy especial para mí. Karen me despertó a las 4 AM, como yo había estado trabajando en la correspondencia y me había acostado después de media noche, realmente no estaba listo para levantarme, le dije que si no había problema me quedaba otra media hora para que me despertara a las 4:30 AM, lo cual hizo. Me levanté, tomé una ducha y me senté a las 5 AM. Tuve una muy buena meditación teniendo en cuenta lo cansado que estaba y aun cuando me dormí, soñé que estaba con Sant Ji. Cuando desperté aún estaba sentado en posición erguida sin ningún espaldar. Estaba lloviendo, entonces decidí que dejaría que Chris y Nick durmieran y esperaría hasta que Karen regresara para llevar el yogurt. Luego me di cuenta que al llevar el yogurt a las 8 AM no llegaría a tiempo para el desayuno. No era muy útil llevarles yogurt fresco cuando ya no lo necesitaran. Salí de la casa a las 7:30 AM, me encontré a Karen en el camino y le conté lo que pasaba, que había dejado a Nick y a Chris profundamente dormidos. Cuando llegué a la casa Sant Ji me saludó, pero como estaba hablando con Judith y Russell, yo seguí para la cocina para intercambiar las vasijas. Pathi Ji me preguntó si quería un chapati (el delgado pan de la India) y yo dudé ya que no estaba comiendo mucho grano. En ese momento Sant Ji apareció y dijo simplemente que yo debería comer allí. Él levantó su dedo y dijo: “Eyk roti”. (Un roti, otro nombre para chapati). Yo pensé: “Está bien, comeré aquí, muy bien”. Después de que Judith y Russell salieron Pappú y yo nos sentamos afuera en el piso de la sala y nuestro desayuno fue de verdad dulce. Yo también tomé un poco de yogurt. Sant Ji entró al salón y dijo que yo debería comer también fruta. Pappú corrió a la cocina y me trajo un banano y lo comí. Sant Ji estaba dando vueltas alrededor del salón mientras comíamos. Echó una mirada al mapa de los Estados Unidos y luego, viendo mis botas en el pórtico, preguntó si eran mías. Pappú tuvo que subir a la “Casa Grande”, la casa de huéspedes del Ashram. Sant Ji desapareció, me senté con Pathi Ji, me dijo que trajera solo media vasija de yogurt al día siguiente, ya que dos tercios era mucho y yo acepté. Sant ji entró al salón tan 159


El Arco Iris en mi Corazón silenciosamente que no lo escuché. De pronto las luces se encendieron, primero un juego y luego otro a medida que Él accionaba los interruptores. Yo dije: “Roshni data” (dador de Luz) y Él soltó la risa. Pensó al respecto un poco más y soltó de verás la carcajada y Pathi Ji se le unió. Él comenzó a hablarme en hindi. Yo estaba sentado en el piso y Él miraba hacia abajo permaneciendo de pie junto a mí. Cuando Sant Ji me hablaba en hindi tendía a hablar fuerte, comenzaba despacio y luego subía el ritmo. Yo no podía coger todo, pero cuando Él acababa algo de lo que estaba diciendo, yo entendía más. Él estaba muy feliz de saber que en el Colegio Sant Bani no golpeábamos a los niños, que no usábamos castigos físicos. Dijo que en la India este era un verdadero problema porque allí golpean mucho a los niños. Miré mi reloj, eran las 8 en punto y pensé: “Esto está realmente agradable, puedo demorarme hasta la 8:15 y luego correr al colegio”. Inmediatamente Sant Ji me preguntó a qué hora comenzaba el colegio y le dije que a las 8:15. Miró su reloj y dijo: “¿Bien, cuándo deberías irte?”. Yo dije: “Jaldi”, (pronto), ya que justamente terminaba mi desayuno. Dijo: “Vete entonces”. Mientras me miraba ponerme mi saco le dije que Karen lo había hecho, y Él dijo: “¡Aachaaa!”. (Bien). Mientras volaba a la casa, me di cuenta qué gran honor se me había dado, comer en Su casa. Yo estaba feliz de no haberme demorado trayendo el yogurt fresco, ya que fue servido en el momento en que yo entraba con él. Me reí y pensé decirle: “No crees que mi esposa debería ir contigo en la gira, si no, ¿quién hará el yogurt fresco?”. ¡Qué gran bendición! Bajo mi brazo llevaba el yogurt sobrante y Pappú me había dado más Sabji (vegetales cocinados) de la cocina. Cuando llegué a la casa todos comimos el Parshad Bendito. Durante estas primeras semanas yo estuve realmente ocupado. Dirigí el colegio (dictando varias clases), pasaba horas en el teléfono arreglando cosas, meditaba, comía, iba al pueblo a hacer mandados, hacía viajes a Concord y Boston, trabajaba con Pathi Ji en los Bayanes, iba al Satsang, asistía a varias reuniones y ayudaba en la correspondencia hasta tarde en la noche. Estaba exhausto, pero de una forma estimulante y muy feliz de aguantar el intenso ritmo. En la tarde Karen fue a una entrevista privada con Sant Ji. Ella se veía muy feliz cuando regresó a casa, entonces le pregunté si había algo que quisiera compartir. Ella mencionó que le había preguntado a Sant Ji si era verdad que uno podía perfeccionar el Simran en siete días. Yo ansiosamente le pregunté qué había dicho Él. Ella aún estaba bastante mast (intoxicada) por la experiencia, entonces solo rió 160


La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 y respondió: “Él dijo que un alma pura puede perfeccionarlo en siete minutos ¡ni hablar de hacerlo en siete días!”. Y ambos nos reímos. Después del Satsang de la noche del 10, Sant Ji pidió otra vez ver a todos los sevadares que vivían en Sant Bani. Cuando íbamos llegando, Sant Ji preguntó específicamente por Gerald Boyce y justo entonces Gerald entraba. Jonas Gerard dijo: “Ah, Gerald tendrá una larga vida” y Sant Ji dijo que sí, hay un proverbio en la India que dice que si uno está pensando en alguien y esa persona aparece, significa que tendrá una larga vida. Yo recordé que recientemente Él me había contado que había estado pensando en mí y preguntándose dónde estaría yo, cuando yo aparecí. Él estaba mirando su reloj y pensó: “Bien, es hora de que llegue Kent y sorprendentemente esta no era la hora programada para que yo viniera a Su casa”. Cuando estuvimos todos reunidos, Él nos contó una historia. En la India iba a celebrarse una boda y los familiares de uno de los novios dijeron que ellos no querían que estuviera presente ninguna persona mayor. Ellos querían que solo se permitiera la asistencia de gente joven. Por su parte, los familiares del novio querían invitar a un hombre mayor, entonces lo escondieron en un baúl. Explicando que el baúl contenía todo su vestuario, lo llevaron en la procesión. Cuando la familia de la novia hacía una pregunta o quería saber algo, los familiares del novio consultaban al hombre mayor secretamente para responder correctamente. Sant Ji se reía mucho mientras Pappú traducía y era difícil concentrarse en las palabras. Sant Ji concluyó que siempre que nos reuniéramos como grupo, deberíamos llevar nuestro Buda (hombre mayor y sabio) a Gerald con nosotros. Todos, incluido Gerald, reímos mucho. Nos dijo que más tarde nos daría más tiempo, añadiendo que no valía la pena grabar lo que estaba diciendo en estos momentos. Decidió vernos otra vez el domingo en la noche ya que no había Satsang en la noche. Nos dijo que entre millones de personas solo unas seis o siete consiguen oportunidades de servir como lo hacemos, de servir directamente. Mucha gente va a servir en las gurdvaras o iglesias, pero estábamos sirviendo a la gente que ama a Dios. Añadió que la gente que viniera sería inspirada por nuestro servicio a hacer más meditación. Relató que Sardar Rattan Singh acostumbraba servir en los templos y llevar a los devotos a los lugares santos para bañarse, y que sus donaciones de grano eran vendidas por los sacerdotes para comprar carne y vino. Lo primero que Sant Ji le dijo a Sardar Rattan Singh, después de que Lo encontró fue que dejara de comer carne y beber vino, y él lo hizo. Luego comenzó a llevar el grano al 77 R.B. y de 161


El Arco Iris en mi Corazón esta forma comenzó a ayudar a traer la gente al peregrinaje del Naam, en vez del peregrinaje al río “sagrado”. Sant Ji nos dijo que si vivíamos a la altura del Sendero, el Ashram se convertiría en un jardín fragante. Dijo que más gente se mudaría a esta área y que muchas personas de los alrededores recibirían el Naam, por nuestro ejemplo. Luego mencionó el colegio. Dijo que con el crecimiento del colegio, la gente oiría de él y querría esa educación para sus hijos, entonces el Ashram crecería. Él añadió que los niños llevaban esto al hogar, que ellos estuvieron viendo un Santo y que estaban afectados por sus buenos profesores. Ellos llevarían esto al hogar y algunos padres se interesarían.37 Aquellas fueron frases sorprendentes en cuanto al futuro tanto del Ashram como del colegio. Sant Ji dijo que deberíamos continuar haciendo nuestro Seva, deberíamos vivir juntos armoniosamente. Eso sería bueno para nosotros. En momentos de enfermedad deberíamos ayudarnos los unos a los otros, como sucedió cuando Karen se rompió las muñecas en el accidente y todos la sirvieron con amor. Eso hizo que su accidente fuera mucho más fácil de soportar, añadió que ella ahora ya casi lo ha olvidado. Luego dijo que el Seva era algo muy bueno y que deberíamos atender nuestro Seva primero. Al final mencionó que sería muy fácil, debido a nuestro Seva, saquear el Bayán de la gente que viene acá para meditar. Y todos nos reímos mucho. 11 de Mayo de 1977, Visita al Colegio El miércoles 11 de Mayo Sant Ji vino a visitar el Colegio Sant Bani. Él recorrió el edificio de piedra original y el añadido en 1975. Visitó todos los salones de clase. En uno, haciendo una pausa junto a un globo, habló sobre la necesidad de tener a alguien que ya haya viajado a cierto país para poder entender cómo es ese país, que los libros y los mapas no son suficientes. De la misma manera deberíamos tener algún adepto de los planos espirituales para guiarnos internamente.38 Los estudiantes, la Junta Directiva y unos pocos padres se reunieron en el espacio reservado para nuestra sesión matinal diaria (la comunidad reunida para comenzar cada día). 37- Y esto sucedió, varios estudiantes y sus padres se interesaron en el Sendero y recibieron la Iniciación. 38- Aspectos de la visita fueron tomados en película de 8 mm.

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La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977

Los niños cantaron algunos cantos devocionales para Sant Ji39. Sentado en una banca de madera, Sant Ji comentó que cuando yo fui a verlo en el Rajastán hace un año, lo primero que le había pedido era que visitara el colegio y por la Gracia del Maestro Kirpal, esto estaba sucediendo. 39- Ahora ese espacio corresponde al salón de clases de tercer grado.

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El Arco Iris en mi Corazón Añadió que estaba muy feliz de estar allí. Su charla grabada en una cinta fue dulce, graciosa y poderosa: “El edificio de nuestra vida está comenzando y la niñez es la piedra angular para cimentar la vida del hombre. Si estamos incondicionalmente estudiando las lecciones que nos están enseñando aquí y si hacemos nuestra vida pura, esto nos ayudará mucho en nuestro futuro porque cuando entremos a la universidad para estudios superiores, el efecto de este tiempo estará en nuestros corazones. Este no permitirá que ningún mal pensamiento llegue y será muy bueno para nosotros, para hacer nuestro futuro. Podemos adquirir las cualidades de nuestros profesores si los respetamos y los obedecemos. Porque si un estudiante respeta y obedece a su profesor, el profesor le dará a ese estudiante mucha atención, lo ayudará y lo amará mucho. Esto le conviene mucho para sus estudios. Estamos estudiando para nosotros mismos y por esto es que no deberíamos ponernos bravos o disgustarnos con nuestros profesores. En el futuro ustedes se darán cuenta cuánto les ayudarán estas enseñanzas, si las han obedecido. El Maestro Sawan Singh solía decir sobre su niñez: Cuando estaba estudiando en el colegio, vivía en un pueblo llamado Mehmah Singh Wala y Él iba hacía Nangwal, otro lugar para estudiar. Y cuando Él iba allí para estudiar, primero que todo iba a la casa de sus profesores, les limpiaba la casa y les lavaba la loza y de esa forma Él mostraba respeto y hacia seva para sus profesores. Aún más, cuando Él estaba estudiando ingeniería en Roorkee College Él respetaba y obedecía a sus profesores. Después de graduarse, sus profesores lo saludaban con mucho respeto y decían: “Ahora no hay ninguna diferencia entre tú y nosotros porque tú te has vuelto como nosotros”. Con mucha frecuencia Él contaba sobre un estudiante cuyo nombre era Kartar Singh, al que no le gustaba estudiar en ningún momento. ¿Qué hacía Él? Primero que todo no estaba listo para salir de la casa para el colegio y siempre lloraba e inventaba excusas. Algunas veces se tiraba al piso y de esa manera no iba al colegio. Pero si alguien lo llevaba al colegio, con alguna presión o algo así, cuando llegaba al colegio no obedecía, nunca hacía sus tareas, sacaba excusas y nunca respetaba a los profesores. Una vez vio que un hombre muerto llevado en un ataúd por cuatro personas y mucha otra gente lo estaba siguiendo, y como él sabía que siempre lo llevaban al colegio (porque él no iba), pensó que este hombre no estaba listo para ir al colegio tampoco y por eso lo estaban llevando. Como él tenía esa cualidad, por eso el pensaba que todo el mundo era así. Debemos obedecer a nuestros profesores y respetarlos porque todo lo que 164


La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 ellos nos están enseñando, es para nuestro beneficio. Se cuenta que en el Rajastán una vez un hombre estaba cargando cuatro medidas de trigo de un lado de su caballo y cuatro medidas de arena del otro lado, y en esa forma estaba cargando mucho peso sobre el caballo. Un hombre sabio venía de la otra dirección y le preguntó al hombre: “¿Qué estás cargando sobre el caballo?”. Él replicó: “En un lado hay cuatro medidas de trigo y para igualar el peso tengo que poner cuatro medidas de arena al otro lado”. Entonces el hombre sabio le dijo: “Oh tonto, ¿qué has hecho? Tú deberías poner dos medidas de trigo a cada lado”. Pero en vez de aceptar el consejo del hombre sabio, se puso furioso. No deberíamos actuar así, porque cualquier cosa que la gente sabe, cualquier cosa que los profesores nos dicen es para nuestro propio bienestar. Así estamos estudiando para nuestro progreso, no le estamos haciendo ningún favor a nuestros profesores, entonces si nuestros profesores nos dicen que hagamos algo, deberíamos hacer algo extra por ellos. Si ellos nos dicen que resolvamos una pregunta, deberíamos resolver una más, porque cualquier cosa que estemos haciendo, es por nuestro bien. No estamos haciendo un favor a nuestros profesores, entonces deberíamos respetarlos y obedecer cualquier cosa que nos digan que hagamos. En nuestros días en la India no había buenos arreglos en cuanto a colegios y educación, y entonces solo tres muchachos de nuestra aldea fuimos enviados al colegio. Uno era el hijo de un tejedor de la aldea y los otros dos éramos hijos de granjeros. Entonces cuando fuimos al colegio, nuestro profesor nos dio algunas lecciones para aprender, y se fue a hacer algún otro trabajo. Solo uno de los muchachos se unió a mí, ambos empezamos a aprender las lecciones. Pero el otro se encaramó sobre el muro del colegio y se puso a disfrutar la suave brisa que venía del otro lado. Entonces cuando el profesor regresó, preguntó si habíamos aprendido nuestra lección. Los dos la habíamos aprendido, entonces él estuvo muy complacido con nosotros. Pero el otro dijo: “No, yo estuve disfrutando la tibia brisa mientras estaba sentado en la pared. Es muy bueno sentarse allí, ¿por qué debería yo aprender la lección? Si yo quisiera aprender la lección, la aprendería por mí mismo, ¿por qué se preocupa usted por mí?”. Yo tuve la oportunidad de verlo más adelante cuando creció, estaba sufriendo mucho y arrepentido de no haber obedecido a su profesor. En los Estados Unidos no es usual castigar a los niños, pero en la India es exactamente lo opuesto, a los niños se les da un buen castigo si no obedecen a sus profesores. Entonces cuando aquel hijo del tejedor no obedeció al profesor y no aprendió la lección, el profesor lo castigó. Él le 165


El Arco Iris en mi Corazón dijo: “Agárrate las orejas”. (En la India agarrarse las orejas es una señal de arrepentimiento). Y cuando él le dijo que hiciera esto, en lugar de agarrar sus orejas, se acercó al profesor y le cogió las orejas, entonces el pobre profesor se sintió muy disgustado y al final le dijo que dejara el colegio, y de esa manera fue expulsado. Así es que con amor deberíamos estudiar de todo corazón y deberíamos espetar a los profesores, porque cualquier cosa que nos estén enseñando, es para nuestro bien y si los obedecemos, esto hará nuestro futuro brillante”. Después de la charla Sant Ji le pidió a Pathi Ji que cantara un Bayán y luego Él salió. Sant Ji, Pathi Ji, Pappú, Russell, Karen (con Nick a sus espaldas) y yo nos dirigimos a la oficina pequeña y Él señaló la silla del escritorio y me preguntó si yo no me disgustaba cuando alguien más se sentaba en mi silla. Me reí y dije que yo realmente no usaba mucho esa oficina. Sant Ji dijo: “Bien, tú sabes lo que quiero decir”. Él nos explicó que es de la naturaleza humana disgustarse cuando alguien más parece estar haciendo el trabajo o seva que se nos ha dado a nosotros. Él continuó diciendo que el servicio del Colegio Sant Bani, la educación de los niños, era muy importante. Necesitábamos hacer un buen colegio.

Viernes 13 de Mayo. Mi treintavo Cumpleaños. Consejos para hablar con los Padres que tienen Problemas con el Colegio El viernes 13, el día en que yo cumplía treinta años, fue un día muy interesante. En la mañana solo tuvimos Darshan. Yo no hablé con Él en ningún momento. Chris, Nick y yo bajamos el yogurt a las 7:30 AM. Nick encontró una pelota cerca de la silla (Dais) del Maestro, la plataforma donde Sant Ji se sentó para dar el Satsang. Estaba ubicado en el pequeño campo justo fuera de la casa, de frente al pozo. Cuando Nick vio que Sant Ji venía, gritó: “¿Ves mi pelota Sant Ji?”. Yo prudentemente le dije: “Nick, esa pelota no es realmente tuya”. Cuando Sant Ji se acercó, no obstante, Nick mostró la pelota y dijo: “Esta es mi pelota Sant Ji”. Sant Ji pasó por nuestro lado y dijo: “Chrissy… Nicky”, se rió y siguió. Yo regresé a mi casa con miedo porque tenía que llamar a un padre satsangui que con frecuencia desafiaba las políticas del colegio en relación con su hijo. Él ya me había llamado, pero había dicho que me llamaría nuevamente a las 10 AM. Como 166


La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 él no llamó justo a las diez, yo salí y de pronto sentí una fuerte urgencia de ver a Sant Ji. Se me ocurrió que yo debería consultar con Sant Ji antes de hacer esa llamada, entonces bajé a la casa y tuve la Gracia de que se me permitiera sentarme ante Él. Yo expliqué lo que pensaba que sería el asunto. Recientemente el colegio había establecido un salón de estudio para los niños que no habían hecho sus tareas o que estaban perdiendo el tiempo en clase. Este tenía lugar durante el segundo receso en un determinado salón, supervisado por un profesor. El hijo de este señor fue asignado, ya que con frecuencia el muchacho tenía dificultad para comportarse en clase. El patrón en el pasado había sido que cuando algo así sucedía, el padre me llamaba y decía que éramos injustos, y exigía un cambio. Yo expliqué que tenía problemas para hablar con corazón frío con ese hombre, como Sant Ji me había aconsejado hacerlo, por eso yo sentía que era importante hablar con Sant Ji sobre esto antes de llamarlo. Y expliqué que yo solo estaba adivinando sobre lo que trataría la llamada. Sant Ji se rió mucho y dijo: “Bueno, llámalo”. Y yo tuve el sentimiento de que Él estaba diciendo: “¿Qué se supone que debo hacer, hacer esa llamada por ti? Entonces también reí. Comenté que quizás yo no debería haber bajado hasta allí, que quizás era algo que yo necesitaba hacer y no debería haber molestado a Sant Ji con esto. Pero dije que había tenido una fuerte sensación en mi corazón de que debería venir a verlo antes de llamar. Él dijo: “¿Qué puedo decirte? Algunas personas tienen el hábito de discutir y ellos continuarán discutiendo. Si tú lo recibes con un corazón humilde, él no escuchará tu humildad”. Luego Él me dijo que había tenido largas charlas con unas pocas familias que no se la llevaban bien con el Ashram y el colegio, y que ellos sabían que cuando no se llevaban bien con el Ashram, no era la culpa de los sevadares. En sus corazones ellos sabían que era debido a sus propias fallas y faltas. Él explicó que en la India los padres no tenían nada que ver con el colegio. Ellos no tienen que opinar sobre la manera como se maneja el colegio. Los funcionarios del colegio pueden castigar a los niños y los padres no hacen nada al respecto. Añadió que en los Estados Unidos ni siquiera los padres podían reprender a sus hijos, así ¿cómo puedo esperar que el colegio funcione? En la India los estudiantes pensaban que los profesores eran como Yama, el Ángel de la Muerte, porque los profesores limitan la independencia de los niños. Entonces Él me dijo que no me pusiera nervioso cuando hiciera la llamada. Dijo: “Primero, recíbelo con amor y luego cualquier cosa que resulte será asumida por 167


El Arco Iris en mi Corazón Hazur (el Maestro Kirpal) sentado dentro de ti”. Dijo que ese padre era un devoto y otra vez me dijo que no me sintiera nervioso. Sant Ji salió del salón brevemente y Pappú me sirvió jugo. Cuando Sant Ji regresó, comentó que la gente era devota pero la ira podía robar esa devoción, la ira se interpone en el camino de la devoción. La gente entiende que los problemas se deben a sus propias fallas, pero es muy difícil cambiar nuestra naturaleza. Yo quedé con la clara impresión de que se esperaba que siguiéramos adelante y dirigiéramos el colegio, siempre haciendo lo mejor que pudiéramos y que deberíamos continuar el trabajo con los niños, pero quizás no preocuparnos tanto del problema de los padres. Antes de que yo saliera, Pappú mencionó que hoy era mi cumpleaños. Sant Ji dijo en inglés: “Oh, hohoho… ¡Haappy Varthday to you!”40. Lo cual repitió varias veces. Pappú Lo corrigió porque Él estaba diciendo “Varth”, en vez de “Birth”. Él entendió y todos nos reímos mucho. Yo Le dije: “La próxima semana es mi cumpleaños espiritual.41 Yo he estado 9 años en el Sendero y no he hecho nada”. Y Él dijo: “Koi bat nahi” (No importa). ¡Ahora estás haciendo algo!”. Y yo dije: “Sí”. Él dijo que yo estaba haciendo muy buen seva en el colegio y que tenía una buena oportunidad de hacer el seva en el Ashram también y todo eso era bueno para mí. Yo me sentía muy bien cuando regresé a mi casa. Sant Ji nos pidió que bajáramos esa noche y le mostráramos las diapositivas tomadas en la India. Éramos solo Karen y yo, y Sant Ji estuvo muy íntimo. Él realmente parecía disfrutar las diapositivas (casi nunca o escasamente había visto diapositivas). Dijo que verdaderamente estaban muy buenas y que parecía como si fuera de verdad la vida real. Eran muy reales. Cuando la figura de Babu Ji, con un colchón sobre sus hombros, apareció en la pantalla Sant Ji llamó a la imagen: “¿Babu Ji… Kya Hal Hai?”. (¿Cómo estás, está todo bien?). Más adelante cuando apareció la foto de Bant, le dijo que viniera, que se acercara: “Aaja, aaja”, (ven,ven). Él pidió verla otra vez: “¿Por qué te quedas parada allí? ¡Vamos, sal de ahí!”. Él se rió mucho a través de todas las series, y dijo que las diapositivas estaban muy buenas de verdad. Al final del show Él examinó el proyector. Luego me dijo: “Happy Birthday”, otra vez. Le preguntó a Karen qué había preparado para mí y ella se lo describió, a cherry-o cream cheese pie42. Él dijo: “Ahora deben 40- La “h” se pronuncia como “j” en español. (Nota del Editor). 41- Karen y yo nos iniciamos el 20 de mayo de 1.968. 42- Pastel de cerezas con crema. (Nota del Editor).

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La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 ir a la casa y comerlo”. Sí Señor, este fue un muy buen cumpleaños para mí en todo sentido. 14 de Mayo. Un Día Decisivo Muchas cosas sucedieron el sábado 14 de Mayo. La epopeya realmente comenzó el día anterior cuando una mujer tuvo una especie de crisis nerviosa. Ella había estado sentada fuera de la casa de Sant Ji, cerca del pozo y de pronto saltó y se sumergió en el agua. Casi nadie estaba cerca, pero cuando nos dimos cuenta de lo sucedido, Robert Schongalla hizo uso de sus excelentes habilidades de nadador para buscar en el pozo. Como no la encontró en el agua, un grupo de sevadares se organizó para ir al bosque y buscarla. Mientras tanto, cuando salíamos de la casa para ir más allá del bosque Sant Ji llamó de vuelta a Fletcher Lockey y le dijo que llevara una cobija, en caso de que ella la necesitara cuando la encontráramos. Mientras nos internábamos entre los árboles comenzamos a ver partes de su vestuario por el camino, camisa, shorts y luego la ropa interior. Fletcher la encontró y estaba desnuda. Ella regresó calmadamente y cuando se repuso, se subió a su carro y se fue del Ashram. Al día siguiente, el 14, ella regresó y originó más de una escena. Cuando una persona actúa de una manera en que indispone a otros, se despliega una cadena de acontecimientos que nos enseñó cómo manejar esta clase de invitados afectados mentalmente, hasta el punto en que molestan a los demás. Estos fueron momentos muy penosos y difíciles para todos los involucrados. A las 7:45 AM del catorce, yo estaba apenas alistándome para bajar a llevar el yogurt, cuando Karen regresó y me comentó que se había presentado un disturbio mayor durante la meditación. A petición de Sant Ji, teníamos fijado un tiempo límite para entrar a meditar y si uno llegaba después de que las puertas fueran cerradas, uno debería esperar hasta que la meditación terminara. Hasta ese momento había un flujo constante de gente llegando todo el tiempo, de modo que se establecieron “las meditaciones a puerta cerrada”. En mitad de la meditación, la mujer del incidente del pozo del día anterior había entrado con estruendo por la puerta de atrás del salón y exigía que la dejaran entrar al salón. El sevadar de la puerta la detuvo y Russell escuchando el ruido desde dentro del salón, salió para ver qué estaba pasando. Ella proclamaba que ella era la “Virgen Madre” y envuelta solo en una manta, quería que Sant Ji la viera en su forma original. Aunque ella no 169


El Arco Iris en mi Corazón lo logró, hubo bastante confusión y ruido. Yo tenía prisa de llevar el yogurt a la casa de Sant Ji, pero pasé por la casa de los Perkins en mi camino, pues Judith me pidió que entrara. Oí parte de la conversación y me enteré que la mujer ya había salido del Ashram, conduciendo tan rápido en su carro que la gente estaba preocupada de que alguien pudiera resultar herido. Yo asumí que ella había salido del lugar. Continué hacia la casa y Sant Ji, Pathi Ji y Pappú me preguntaron si yo había escuchado sobre el incidente. Dije que sí y que pensaba que ella se había ido. Sant Ji miró por la ventana. Comentó que no creía que ella se hubiera ido. Él estaba en lo cierto. La verdad es que ella estaba sentada en el pórtico detrás del salón del Satsang en ese momento. Sant Ji me pidió que me sentara. Mi plan era dejar el yogurt y correr, ya que había meditado solo 15 minutos y quería sentarme al menos una hora más. Pero Sant Ji dijo: “¡Belho!”. (Siéntate). Se trajo la mesa auxiliar a la sala, Pathi Ji trajo chapattis y Sant Ji me dio uno de Su plato, me dio la mantequilla y el cuchillo. Me hizo tomar un poco de chai. Comí mi chapatti y tomé mi té. Judith entró y mencionó que la mujer aún estaba aquí. Hicimos un plan, hacer que ella fuera a mi casa y el jefe de policía de Sanbornton la recogería allí y la llevaría donde ella quisiera. Yo sugerí que podría invitarla a tomar un té en mi casa y Sant Ji dijo que ese era un buen plan. Subí y la invité pero ella no quería ir. Yo le dije que Sant Ji había dicho que esto sería bueno y ella me preguntó por qué no había dicho eso primero. Entonces ella fue a la casa, tomó el té y luego el policía llegó. Todos le hablamos suavemente y finalmente aceptó que necesitaba ayuda. El policía la llevó a un lugar donde ella podría ser tratada. Otra persona que estaba también actuando de una forma extraña era un excéntrico discípulo del Maestro Kirpal cuyo comportamiento comenzó un poco raro pero aparentemente era inofensivo. Aunque varios asistentes habían mostrado preocupación por él, ninguno había sido molestado en lo más mínimo. Esto es, él inicialmente permanecía encerrado en sí mismo. Sin embargo, hablamos con Sant Ji y basado en lo que le contamos, Él dijo que mientras el individuo no molestara a los otros se podía quedar. Desafortunadamente no fue inofensivo, el hombre comenzó a decir más y más cosas estrafalarias y algunos asistentes se comenzaron a sentir mal. Él proclamaba que él estaba en el programa para controlar el clima, 170


La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 más adelante, él necesitaba estar allí para “proteger” a todas las mujeres de las oscuras fuerzas presentes, porque él era el Avatar.43 Cuando yo escuché estos sucesos, le hablé a Judith y Russell, y todos estuvimos de acuerdo que sería lo mejor si el hombre no continuaba asistiendo al programa. Yo me ofrecí para encargarme de la solución. Dick Shannon, Robert Schongalla, David Teed y yo encontramos al hombre y le hablamos. Él nos informó que él era realmente Jesucristo y que todos éramos agentes del Poder Negativo. Explicó que en esta era de Acuario, el hombre es perro y la mujer gato, y que él era el Gato Supremo que había bajado para liberar a todas las mujeres. ¡Añadió que él necesitaba permanecer en el Ashram para proteger a la gente de Sant Ji! Yo regresé y reporté a Russell y Judith de que realmente se trataba de un hombre desequilibrado y que lo que decía ciertamente nos había perturbado. Todos sentíamos que él debería salir y que sería mejor no involucrar a Sant Ji. Yo regresé con el hombre para decirle que era hora de que se fuera, pero comenzó a rogar por una mirada más de Sant Ji antes de irse. Prometió que haría cualquier cosa que Sant Ji le pidiera. Y continuó diciendo: “¿No es lo más justo? ¿Soy acaso un vagabundo de la calle para que usted me eche del Ashram?”. Yo vacilé, pensé que tal vez este discípulo del Maestro Kirpal tenía derecho de ver a Sant Ji. ¿Quiénes éramos para decidir su destino? Y en una verdadera violación a la confianza depositada en mí por Sant Ji, decidí que sería mucho más fácil para todos, si él escuchaba directamente de Sant Ji que él debería irse. Él estaba después de todo, diciendo que haría todo lo que Sant Ji deseara. Después de consultar esto, yo me dirigí a hablar con Sant Ji. Abajo en la casa, yo le conté todo a Pappú. Sant Ji se estaba bañando, pero en pocos minutos Él terminó. Pappú entró y le relató todo a Sant Ji. Desde donde yo estaba sentado podía escuchar la conversación y por el tono de la voz de Sant Ji cuando le contestaba a Pappú, yo supe que algo estaba mal. Pappú salió, parecía como un gato arrastrándose fuera del agua. Él dijo: “Esto está mal, tú deberías manejar esto solo. Sant Ji está molesto conmigo por llevarle tu pregunta. ¡Dijo que yo debería decir que manejaras el asunto y despedirte!”. Pappú no sabía qué hacer llegando a este punto. Yo me sentí terrible y dije que iría a resolver esto inmediatamente. Le pedí a Pappú que le dijera a Sant Ji que me sentía muy apenado por haberlo 43- Un avatar es alguien escogido por Dios, cuyo papel consiste en devolver el orden en un mundo que va al fracaso.

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El Arco Iris en mi Corazón molestado y Pappú respondió que él no podía volver a entrar en el cuarto de Sant Ji en ese momento. Yo dije: “No ahora, pero por favor dile en el momento que puedas en el día, que siento mucho haber hecho esto”. Justo en ese momento Pathi Ji salió del cuarto de Sant Ji y dijo: “Kent, aao”. (Entra). Yo dije: “Okay”. Pero Pappú me dijo que él no podía volver a entrar, que yo debería entrar solo. Yo le dije que él tenía que venir, ya que tenía que traducir. Y entramos. Sant Ji me pidió que me sentara. Me dijo que teníamos que aprender a manejar este tipo de situaciones sin involucrarlo. Esto era confuso para los indios, ya que ellos eran invitados aquí en Los Estados Unidos y no conocían nuestras costumbres, ni leyes. Cuando fuimos a la India, Él no nos había traído este tipo de problemas. Nosotros sabíamos todo sobre las leyes locales, deberíamos saber a quién llamar y Él no conocía las leyes o a quién contactar. Exactamente como Él me había aconsejado, cuando yo vine a comentarle sobre la llamada telefónica al padre problemático. Dependía de nosotros, teníamos que ser fuertes y aprender a manejar este tipo de cosas. Nosotros deberíamos ser fuertes en nuestro seva y confiar en el Maestro.44 Sant Ji dijo que no era bueno que la gente mentalmente perturbada entrara a una entrevista privada. Si algunos de los asistentes estaban causando problemas y molestando a otros, no se les debería permitir permanecer en el Ashram. Sant Ji explicó que a ellos se les debería pedir que se fueran de una manera en que apenas supieran que se estaban yendo. Añadió que sería bueno conseguir la ayuda de profesionales que tuvieran entrenamiento en el manejo de gentes con problemas mentales. Él fue muy específico, enviar a esta gente a verlo no era conveniente. Y me pidió que informara sobre esto a los otros sevadares. De una manera u otra, era nuestro trabajo asegurarnos de que los otros amados que se encontraban aquí para su beneficio espiritual no fueran perturbados por unos pocos que necesitaban ayuda profesional con urgencia. Yo me disculpé muchas veces por causarle cualquier trabajo, dolor o confusión. Él nunca dijo: “Oh, está bien”. O algo así. Él sencillamente continuó diciendo: “Este no es mi país y ustedes tienen que manejar estas cosas porque este es su lugar, su país”. En un momento, Él incluso dijo que si no podíamos manejar estas cosas, ¡entonces deberíamos ponerlo en el avión y mandarlo de regreso a la India! Sant Ji fue muy severo y poderoso en una manera que yo nunca había experimentado. 44- En dos Satsangs después de estos incidentes, Sant Ji dejó muy claro que necesitábamos confiar en el Maestro Interno y teniendo fe en el Maestro, deberíamos continuar y hacer el seva.

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La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 Aunque Él no estaba furioso, ciertamente le estaba hablando fuertemente a alguien que había cometido un gran error (yo). Era claro que yo estaba siendo reprendido externa e internamente. Cuando Sant Ji finalmente dijo: “Yo estoy aquí para su meditación y para dar Satsang”. Supe que yo realmente lo había defraudado. En ese momento Sant Ji pidió que prepararan té. Cuando llegó, Él me sirvió una taza de su propio té. Me dio la taza y cuando estuvo vacía me la volvió a llenar. Cuando me levanté para salir, yo tenía la impresión de que Él iba a poner su brazo alrededor mío y lo hizo. Me dijo otra vez que fuera y que hiciera lo que tenía que hacer, que no me pusiera nervioso y luego comentó: “¿Cómo sería el Satsang sin estas dificultades? ¿Cómo sería si todos vinieran muy amables con las manos juntas? Esto no funciona así”. Yo entendí que Él estaba diciendo que estos problemas se nos iban a presentar, no había cómo evitarlo, que era necesario aprender a manejarlos efectivamente sin involucrarlo a Él de forma externa. Estos surgían para que aprendiéramos, no para ir corriendo donde Él cada vez. Yo me dirigí a hacer “lo mejor que pudiera y dejar el resto al Maestro”. Inmediatamente encontré al hombre y tan amablemente como pude le dije que él tenía que salir del Ashram inmediatamente. Como él se resistía le expliqué que yo tenía la autoridad para decirle esto, que había sido dada por Sant Ji, por el Maestro Kirpal y por Russell y él respondió que el pecado caería sobre mi cabeza, yo le dije que estaba bien. Alguien estaba dispuesto a llevarlo de regreso a Boston, entonces él empacó sus cosas y salió silenciosa y pacíficamente. En el Satsang de la noche Sant Ji contó la historia de los dos devotos que deseaban ver a Dios. Ellos estaban meditando y se preguntaban cuánto tiempo pasaría antes de poder verlo, cara a cara. Narada era un sirviente de Dios que lo veía diariamente. Los devotos pensaron que sería una buena idea pedirle a Narada que le transmitiera su inquietud a Dios, lo cual hizo. Dios respondió que Narada le debía decir a uno de ellos que esto sería después de seis años, el otro devoto solo vería a Dios después de meditar por tantos años como hojas tuviera el árbol del pipal bajo el cual él acostumbraba meditar, entonces el segundo devoto debía contar las hojas del árbol para saber cuántos años necesitaba. Narada fue donde el primer hombre pensando que le gustaría el mensaje, que solo tendría que esperar seis años, pero este se puso furioso y gritó: “Seis años. ¿Por qué tanto?”. Luego le dio una golpiza a Narada. Narada pensó: “¡Caramba! ¿Qué va a pasar cuando le dé el mensaje al segundo hombre, diciéndole que tiene que contar todas las hojas del árbol del pipal?”. Entonces Sant Ji dijo: “Narada 173


El Arco Iris en mi Corazón tenía miedo de dar el mensaje de Dios”. Finalmente Narada sacó valor para ir y el segundo devoto le sirvió té, fue muy amable y no preguntó nada. Al final Narada le dio el mensaje: cuenta las hojas del árbol del pipal y en ese número de años verás a Dios. Ese hombre quedó maravillado al saber que Dios había prometido que un día él realmente vería la Su cara. No importaba cuántos años tomara, la realidad era que Dios había prometido que un día Él mismo se mostraría. El devoto saltó y bailó con tanta alegría que inmediatamente quedó unido con Dios y lo vio directamente. Mientras yo escuchaba la historia, una línea llamó mi atención, que el sirviente de Dios tenía “miedo de dar el mensaje de Dios” y yo comprendí: “Cuando Dios nos da una tarea, entonces necesitamos hacerla”.45 A la mañana siguiente yo tenía un deseo tan fuerte de sentarme a meditar que me senté mucho más tiempo del habitual. Al final me dormí y desperté a las 7:45 AM, cuando Karen entró. Yo había perdido la oportunidad de ver a Sant Ji temprano en la mañana cuando iba y regresaba de la casa al Salón y me sentí muy mal. Más tarde, Eric Perkins y yo estábamos sentados en el salón del Satsang cantando un Bayán cuando Él llegó y al final del canto me pidió que cantara otro. Luego, mientras Él contaba la siguiente historia, parecía dirigir muchas largas miradas llenas de amor directamente a mi corazón a través de mis ojos. Mastana Ji era un discípulo muy devoto de Baba Sawan Singh. Baba Sawan Singh le dio una cueva para que meditara. Un día Mastana Ji decidió subir a tomar té. Él mismo lo preparó y se sentó a la mesa en una silla, arriba de la cueva. De pronto Él vio a los dos hijos de Sawan Singh que venían y se asustó porque ellos vieron que él no estaba en la cueva, que no estaba sentado en meditación. Se preocupó por lo que ellos le dirían al Maestro Sawan Singh. Entonces Mastana Ji recordó: “¿Quién soy para tener miedo de alguien? Mi Maestro es Sawan Singh. El Señor de toda la Creación está sentado dentro de mí. ¿Entonces por qué debo tener miedo?”. Él se levantó y regresó a sentarse en la cueva. En ese momento Sant Ji preguntó por qué debería un hombre que es un iniciado de un Maestro Perfecto tener miedo de alguien en el mundo. Diciendo esto Él me miró directamente y oré para que yo realmente hubiera recibido el consejo. 45- Había muchos discípulos que estaban seguros que todo lo que se requería para sanar a un alma con problemas era una mirada del Maestro. De esta manera la idea de sacar a alguien del Ashram, sin la orden específica del Maestro, era cruel. Es más, no se pensaba que fuera una decisión que un sevadar debería tomar por sí mismo. Pero esto era precisamente lo que nos estaba pidiendo. Todos aquellos factores se combinan para hacer de tales situaciones un reto.

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La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 Yo rumié aún más sobre las razones detrás de su reprimenda. Externamente yo tenía que aprender a ser más fuerte, claramente, en ese tipo de seva. Después de que Sant Ji me habló y me dio té, Él envió a Pathi Ji para que me buscara con un nuevo mensaje.46 Pathi Ji dijo que Sant Ji no estaba disgustado conmigo, Él no estaba bravo conmigo, pero que yo tenía que ser más fuerte en mi servicio. Pathi Ji demostró cómo algunas veces en el Ashram en el 77 R.B. ellos tenían físicamente que sacar a la gente problemática. Él me agarró por el brazo, me empujó y dijo fuertemente: “¡CHELO! ¡CHELO!”. (¡Vete! ¡Vete!). Y Pathi Ji hacía ademanes amenazantes con su puño para realmente lograr su cometido. Yo recordé que Sant Ji me había dicho que Pathi Ji y Babu Ji se encargaban de todas esas situaciones en el 77 R.B. Que ellos nunca lo molestaban con esta clase de cosas. Pensé: “Sí, tengo que volverme más fuerte”. Luego yo recordé algo más. Una semana y media antes, cuando Él dijo que es mejor ser amonestado por el Santo que ser alabado como buen meditador, yo le había pedido que por favor me reprendiera.47 Las lecciones iban llegando duras y rápidas, pero siempre de la mano suave del amor. 15 de Mayo. Malaria Hasta este momento yo no había asistido a la meditación de la mañana con Sant Ji en el Salón porque tenía que atender los niños para que Karen pudiera ir. Yo realmente deseaba sentarme a meditar con Él, entonces le pregunté a Karen si yo podría ir la mañana siguiente y ella accedió. Sin embargo, hoy era el día en que los síntomas de un ataque intenso, de lo que más tarde supimos que era malaria comenzaron a manifestarse. En la noche, aunque Él no se sentía bien dio un hermoso Satsang. Se hizo el anuncio que la mayor parte del programa incluyendo las entrevistas y la meditación de la mañana con Él tendría que suspenderse hasta que su salud mejorara. Para asegurarnos de que Sant Ji no fuera molestado a toda hora, establecimos un sistema de sevadares para “prestar guardia” en la casa y sus alrededores. Mi turno era de 6 a 9 PM, entonces me dirigí y me parqueé en el pórtico. A las 8, Richard Hamilton vino y le hizo unos masajes en el cuerpo a Sant Ji hasta las 9:00. 46- Pathi Ji era muy paciente con mi así llamado hindi, y contando con tiempo suficiente, nosotros podíamos comunicarnos bastante bien. 47- Ver 6 de Mayo.

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El Arco Iris en mi Corazón Russell llegó en ese momento y Sant Ji quiso vernos a los dos en su cuarto. Nos sentamos en el piso. Al principio yo no dije nada, pero después de un rato Él me miro y dijo: “¿Aur?”. (“Y” o “más”. En este momento quería decir: “¿Sí, hay algo?”). Mencioné que tenía un chiste para Él y preguntó cuál era. Le expliqué que mañana yo planeaba ir a la meditación de la mañana con Él por primera vez, pero que ahora Él no iba a ir porque no quería sentarse conmigo, yo era tan bajo. Ambos, Russell y Pappú estaban festejando y cuando Pappú tradujo Sant Ji realmente se rió. Él tenía sus manos juntas en su regazo, levantó una mano y la dejo caer sobre la palma de la otra y dijo: “Yo te dije que habías estado en la India tres veces, entonces es bueno que Karen tenga estas sesiones. ¡No seas codicioso!”. Dije: “Ella puede ir las otras veces, pero mañana Tú no estarás allá”. Y Él se rió y dijo: “¡Sí, ve mañana!”. Me miró con gran amor mientras sonreía. El lunes 16 todas las actividades con Sant Ji fueron canceladas. Yo bajé en la noche para ayudar a Pappú con la correspondencia y Sant Ji me llamó cuando Él supo que yo estaba allí. Me preguntó cómo me estaba yendo y riendo le dije que la había pasado muy bien en el salón esa mañana, una muy buena meditación. Él respondió: “¡Y ahora tu turno se acabó!”. Y se rió de verdad. Yo dije: “Sí, ya se terminó”. Me preguntó cuándo terminaba el calendario escolar y le dije que el viernes 10 de junio. Él se preguntaba si nosotros íbamos a Vermont (su próxima parada en la gira) y le dije que de pronto el fin de semana podríamos ir. Él se volteó y le preguntó a Pappú si ellos podrían regresar pasando por Sant Bani en su camino a Boston, pero Pappú dijo que irían directamente a Boston. Yo le dije que nos encontraríamos con ellos en el aeropuerto de Boston antes de que salieran hacia el occidente. Sant Ji preguntó por qué no podía ir al programa de Boston. Le comenté que en este momento el Sangat de Boston estaba pidiendo a la gente no asistir a su corto programa, ya que las facilidades en la casa de Millie Prendergast eran muy limitadas. Él respondió que yo debería ir a Boston. Me ordenó: “¡Aao!”. (Ven). Dijo que este no sería ningún problema, que yo podía quedarme en casa de Millie. Si yo tenía algún problema para conseguir el permiso, yo podría hablar con Pappú. Sugirió que yo durmiera en el piso en el cuarto de Pappú. Y añadió: “Después de todo tú eres del grupo. Tú te has convertido en el tercer indio (con Pappú y Pathi Ji) como un miembro del grupo oficial. Ciertamente tú deberías ir a Boston”. Todo el tiempo estaba sonriente y muy amable conmigo.

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La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 Posterior Evolución de la Malaria y una sorprendente Sesión donde Sant Ji me hizo muchas, muchas preguntas Sucedieron tantas cosas entre el 18 y el 19 de Mayo que todo se convirtió en algo borroso, difícil de recordar con precisión. La condición de Sant Ji empeoró y pasó por ciclos muy incómodos, no importaba lo que hiciéramos por Él. Un doctor de los alrededores vino a verlo, pero no encontró nada. Richard Cardozo, un médico satsangui de Hannover, N.H. fue consultado y él sugirió que era malaria, dada la naturaleza cíclica de los ataques. Dijo que la única forma de saber era a través de exámenes en un hospital. Sant Ji pidió que lo llevaran para hacerse los exámenes de inmediato. Algunos pensaban que era más sabio esperar, pero Pappú, Pathi Ji y yo recordamos la historia del rey que estaba tan complacido con su ministro, que estaba dispuesto a destruir una valiosa copa hecha de joyas, porque él creía que las órdenes de su rey eran más valiosas que cualquier cosa material.48 Entonces se tomó la decisión de ir a Hannover, inmediatamente. Conducimos hasta el hospital y con ayuda de los experimentados colegas del Dr. Cardozo, se tomó una muestra de sangre y se identificó la infección de la malaria. Aunque la prueba completa fue muy extenuante para el ya exhausto cuerpo de Sant Ji, fue muy bueno conocer la naturaleza específica de los síntomas externos de la enfermedad. Este fue un tiempo de intenso Simran para todos, pero había una sensación de paz durante el largo camino de regreso al Ashram. Pathi Ji y yo estábamos embutidos en la parte trasera de la camioneta, con las manos agarradas casi todo el camino cuidando la forma reclinada de Sant Ji en el asiento del frente. Se decidió que yo debería quedarme esa noche en la casa con ellos.49 En la noche del 19 dormí otra vez en la casa de Sant Ji. Él tenía que tomar su medicina para la malaria a la 1:30 AM. Y me pidieron estar presente y disponible en caso de que se presentara algo imprevisto. A la mañana siguiente, el viernes 20, Karen me recordó que era nuestro noveno cumpleaños espiritual y también el décimo aniversario de cuando nos conocimos en Denver en 1967. Yo fui a la casa para verlo brevemente antes de salir para el colegio. Regresé nuevamente en la tarde para trabajar en los Bayanes con Pathi Ji. Sant Ji le había dicho a Pappú que 48- Ver Capítulo II. 49- Russel Perkins en la Revista Sant Bani, Julio, Agosto de 1977: “La primera Gira Mundial de Ajaib Singh. Parte 1: En Nueva Inglaterra”, pg. 39 – 42, para un recuento más completo sobre la enfermedad de Sant Ji desde una perspectiva diferente.

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El Arco Iris en mi Corazón cuando yo llegara, Él deseaba verme, pero Pappú lo olvidó. A las 4:00 PM, él lo recordó y fuimos al cuarto de Sant Ji donde permanecimos hasta las 5:30 PM. Sant Ji me entretuvo en una conversación muy variada y amplia pero no disponía de una grabadora en ese momento, tuve que esforzarme para recordar todo cuando salí. Esta fluyó tan libremente que no pude retener todo. Entre los temas que tratamos, cubrimos: * Buscamos sobre la “malaria” en el volumen I de la Enciclopedia que yo traje y yo le conté que en el hospital había visto el parásito a través del microscopio. * Viendo un mapa en la enciclopedia, letra “M”, Él sacó el mapa de los Estados Unidos y miramos todos los lugares que iban a visitar. Yo mencioné que yo volaría de Boston a Miami y me reuniría con ellos para la gira por Suramérica. Él le preguntó a Pappú: “¿Él no viene para acá, ni acá, ni acá?”. Mientras señalaba los lugares en el mapa, Pappú le dijo que no. Yo dije: “Yo voy, si Tú lo deseas”. Y me reí. Él respondió: “Si es cuestión de dinero, yo tengo US$200 que se podrían usar. Esto es seva”. Yo mencioné que justo esa mañana Russell me estaba diciendo que él tenía miedo de que Sant Ji me pidiera ir a toda la gira, y entonces ¿quién se quedaría a cargo de todas las responsabilidades aquí en el Ashram? Al final de la conversación Sant Ji dijo: “Bien, Russell estará afuera aquí y aquí, y aquí. Entonces tú tendrás que estar en el Ashram”. * La conversación se convirtió en una discusión sobre Los Estados Unidos. Sant Ji me hizo muchas preguntas. ¿Hace cuánto conseguimos nuestra independencia? ¿Habíamos luchado como lo hizo la India? ¿Cuánto tiempo estuvieron los ingleses aquí? ¿Por qué los Estados Unidos se unieron a Inglaterra durante la segunda guerra mundial? * Sant Ji habló bastante sobre Hitler. Yo le conté que yo había escuchado que un anterior representante del Maestro Kirpal incluía a Hitler en una lista de vegetarianos eminentes. Sant Ji preguntó cuánta gente había matado Hitler y yo le respondí. Él dijo que en la India la gente le temía mucho a Hitler y que ahora es como un proverbio, cuando alguien se vuelve muy tirano, le dicen que se está volviendo como Hitler. Él preguntó: ¿Por qué los Estados Unidos había peleado contra Japón y con Alemania y por qué los Estados Unidos había botado esa gigantesca bomba? Cuando yo expliqué que los Estados Unidos pensaba que así terminaría la guerra más pronto y salvaría vidas, Él dijo: “¡Teek hai! (como por decir: “entiendo” y no necesariamente que “estuviera correcto”). Él dijo que cuando alguien como Hitler llega al mundo, el Poder Negativo le da mucho poder y lo rodea de gente poderosa. 178


La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 Él habló mucho sobre esto. Preguntó: ¿cómo podía uno decir, que alguien que mató a siete millones de personas era vegetariano? * Él habló de las drogas y del tabaco. Me preguntó si yo alguna vez había fumado. Yo le conté que cuando yo estaba creciendo a todos los jóvenes se les enseñaba a hacerlo, no lo hacían nuestros padres, sino aquellos que nos rodeaban. Pensaban que tomar y fumar eran cosas buenas. Cuando le tradujeron, Él golpeó su frente con la palma de la mano y dijo: “Oooh, Oooh, Oooh…”. Y cerró sus ojos, frunció los labios, con una visión muy preocupada. Luego volvió a preguntar si yo alguna vez había fumado, y yo dije: “Sí, una vez”, y Él preguntó: “¿Una sola vez?”, y yo dije: “No, por un corto período de mi vida”. Yo expliqué que cuando salí del contaminado ambiente de New York y fui al aire limpio de Colorado, decidí que no debía fumar más. Preguntó si esto había sido antes o después de haber llegado al Sendero y le expliqué que había sido antes. Él observó: “Ahora el Maestro te ha encontrado. Te llevó hasta Él y fuiste elevado por encima de todas estas cosas”. Yo dije: “Sí, sin el Maestro yo me hubiera hundido en el océano del mundo”. * Hablamos sobre la marihuana. Yo mencioné la posibilidad de que fuera legalizada en este país. Y Él dijo: “Esto sería muy malo para el país. Esto sería como poner piedras en las embarcaciones de las generaciones venideras”. * Él me preguntó cuál era la diferencia entre el té y el café. Yo le dije que el té no me afectaba tanto como lo hacía el café. Yo pensaba que ambos tenían en común un mal ingrediente (la cafeína) pero el té tiene un segundo ingrediente y el café otro. Añadí que el café me ponía más nervioso. Él dijo que el café es más tamásico (de una naturaleza más baja y hace que las malas pasiones se eleven), dijo que en la India el té ordinario es dejado para los indios y el té de calidad exquisita y fina es exportado y por eso el té en la india es mejor para ti, es un té más barato y no afecta tanto el cuerpo y la mente. Luego me preguntó cuántas veces al día yo tomaba té, pero nunca respondí realmente y continuamos con otras cosas. * Él quería entender mejor cómo, aquí en los Estados Unidos los niños podían reportar a las autoridades si eran golpeados ya que esto era tan diferente a la situación en la India. Yo le expliqué que esto es un asunto de protección para que los niños no sean lesionados. Algunas veces los niños necesitan ser protegidos de padres que son raros o de conducta errada y abusan de sus propios hijos. Cuando Pappú tradujo cómo algunos padres realmente maltratan a sus niños dándoles castigo físico y por eso es necesaria la protección de la policía, otra vez Sant Ji se golpeó la frente con su mano y dijo: “Oooh, oooh, oooh…”. Añadió que Él sí pensaba que se trataba de algo así. 179


El Arco Iris en mi Corazón * Hablamos del por qué la gente inmigraba a Los Estados Unidos. Yo mencioné que los cuatro abuelos de Karen eran de Suecia. * Me preguntó si New York era la ciudad más grande del mundo. Y luego preguntó sobre las elecciones en Los Estados Unidos y cómo funcionaban, si había corrupción y soborno o no. * En medio de la conversación Karen llegó con el jugo de naranja fresco y una extensión eléctrica para Pathi Ji. Aunque Sant Ji estaba en piyama, cuando Él supo que era Karen, pidió que entrara. La saludó y mencionó que le había gustado la ropa que ella había lavado a mano. Sant Ji preguntó si tendría inconveniente en lavar más cosas. Ella dijo que sería un placer y más tarde yo llevé la ropa a casa. * Me preguntó sobre el libro de Bayanes, cuántos Bayanes iban a ser incluidos, yo le dije que 15 ó 20. Mencionó que otro Bayán que debería ser incluido, era Chare Padarete. (“Si alguien desea los cuatro dones: artha, darma, kama, moksha, debe llevar a cabo el seva del Sadhu”). * Habló sobre la posibilidad de estar cerca del Gurú y el seva. Explicó la diferencia entre seva y meditación: En la meditación nadie lo ve a uno, pero en el seva la gente lo ve y el ego se inflama. Cuando la gente comienza a cantar tus alabanzas y a mostrarte reverencia, esto es muy duro. Esto fue lo que pasó con la gente alrededor del Maestro Kirpal. Ellos comenzaron a pensar que podían controlar al Maestro, que eran los dueños del Maestro y podían hacer que Él hiciera esto o aquello. Me contó que un sevadar en Delhi algunas veces hizo que el Maestro esperara muchas horas sentado en el carro mientras él hacía mandados. Dijo que solo una persona entre miles guardaba el seva, mientras que la mayoría perdía el beneficio por estar demasiado apegados. Sant Ji me contó que el seva cuenta en la Devoción al Satgurú (Bhakti). Le conté que yo no pensaba que el seva y la meditación fueran lo mismo, aunque algunas personas decían que sí. Yo no había podido meditar el tiempo normal mientras Él estaba aquí. Mencioné que no estaba viendo mucha Luz y que no había podido meditar mucho, que con frecuencia estaba cansado y con sueño, y permanecía levantado hasta muy tarde con el seva. Me preguntó por qué yo no podía ir a la cama temprano y le conté. Le pregunté si podría tener cuatro horas de meditación mientras Él estaba aquí y Él dijo: “Tú tienes muchos deberes mientras estoy aquí”. Yo le dije que no quería ser como la gente que rodeaba al Maestro Kirpal y que tenía miedo de que nos volviéramos como ellos. Dijo: “No, ustedes no deberían hacer eso, ustedes deben tomar la acción de ellos como una lección y deberían aprender un buen comportamiento”. 180


La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 * Sant Ji habló cómo el ego disfruta y yo dije que algunas veces mi ego piensa: “Ah, soy un gran sevadar”. Sant Ji se rió y dijo que yo debería decir que no estoy haciendo nada, si no que el Satgurú está haciendo todo. Él mencionó que esto era lo que Hazur Baba Sawan Singh acostumbraba decir sobre Baba Jaimal Singh y lo que el Maestro acostumbraba decir sobre Sawan Singh, y ahora Sant Ji estaba diciendo: “Yo no soy nada. Soy un hombre como tú. Todo es la Gracia de Hazur”. Pappú y yo salimos tambaleando del cuarto de Sant Ji y nos sentamos en la alfombra de la sala. Los dos estábamos muy felices de ver que la medicina parecía ser efectiva y que la malaria estaba cediendo. Nos reímos recordando la sesión, única en mi experiencia. El sábado 21 de Mayo, Sant Ji me llamó a Su cuarto y me explicó que cuando Él regresara a Sant Bani en Agosto, quería hablar cuatro horas diarias sobre el Anurag Sagar (El Océano de Amor) de Kabir. Mencionó que ya había hablado sobre esto con Russell.50 En la noche, yo bajé después del Satsang pero la puerta de la casa estaba trancada. Me senté en el pórtico 15 o 20 minutos hasta que Judith y Russell salieron. Entonces entré para trabajar los Bayanes con Pappú. Antes de que saliera, Sant Ji me llamó y sirvió leche tibia para Pathi Ji, Pappú y yo. Caminando hacia mi casa me maravillé de Su trato tan amable conmigo. Domingo, 22 de Mayo. Malteada de Mango Karen y yo habíamos sido invitados a la casa de Sant Ji a tomar malteada de mango, al final de la tarde del domingo 22 de Mayo. Nos reunimos con unos devotos que estaban sentados en la sala. Después de un corto tiempo, Sant Ji salió de Su cuarto, habló brevemente al grupo, se despidió y retornó cerrando la puerta tras de Sí. Los demás, salieron. Sant Ji salió otra vez, se sentó en Su silla, exhaló un suspiro, nos miró y sonrió. Él le dijo a Karen que se acercara y luego pidió que le sirvieran malteada de mango. El Satsang de esa tarde había tenido lugar afuera bajo el ardiente sol y Sant Ji dijo que había estado muy complacido de vernos usando nuestros sombreros, para que nuestras caras se protegieran del sol. Nos habíamos sentado bastante lejos el uno del otro y aún esos pequeños detalles Él los había notado. Juntos regresamos flotando a casa, con el dulce sabor de la malteada de mango flotando en cada célula. 50- El trabajo sobre el gran volumen espiritual de Sant Kabir (1398 - 1518), El Anurag Sagar, se comenzó a hacer en 1979. Ver el capítulo IX.

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El Arco Iris en mi Corazón Andy Prokopis, Alejandro Correal y yo fuimos a Boston el lunes 23, para comprar varios comestibles en una tienda la india de abarrotes. También obtuvimos algunos periódicos recientes en hindi y punjabi. Cuando regresé, Judith dijo: “Él no va a ver a nadie más el resto del día, pero pidió que fueras cuando regresaras”. Yo me apresuré hacia la casa. Había comprado un toldillo para Él contra los mosquitos, y tuvimos un agradable intercambio al respecto. Había muchos alrededor de su casa y como la malaria es transmitida a través de los mosquitos, estábamos haciendo todo lo que se podía para minimizar el riesgo. Cuando le mostré el toldillo, me preguntó cuánto había costado. “Solo un par de dólares, más bien, casi tres”. El preguntó: “¿Saacha?”. (¿De verdad?) y yo dije: “Bien, fueron cuatro”. Y preguntó de nuevo: “¿Saacha?”. Estaba tendido en Su cama y yo estaba de pie hacia la parte de abajo. Me agaché y cogí Su pie y respondí: “¡SAACHA!”. Y soltó la carcajada. Él utilizó ese toldillo el resto de Su estadía en Sant Bani. El martes a mediodía Pappú y yo trabajamos una hora en los Bayanes, preparándolos para la publicación, luego yo regresé a las 2:45 PM y traduje una carta del inglés al español que Sant Ji había escrito a los satsanguis de Bucaramanga, Colombia. Vi a Sant Ji brevemente. Karen y yo regresamos nuevamente a las 7:20 PM para recoger mis libros de Bayanes, para cantar en el salón antes del Satsang y Sant Ji nos hizo entrar. Preguntó qué hora era y yo dije que nos podíamos quedar un momentico. Él dijo: “Está bien, cinco minutos”. Entonces nos sentamos. Yo me preguntaba si podría hacer una pregunta y Él dijo que sí. Mencioné que aún tenía problemas con los sueños, con malos pensamientos durante el sueño. Él respondió: “Cada hombre es un depósito de malos pensamientos y estos aparecen en los sueños. Pero ahora los estás reemplazando con buenos pensamientos. Entonces no te preocupes por los sueños. En algún momento el balance de buenos pensamientos pesará más que el de los malos, porque estás acumulando buenos pensamientos ahora. Él depósito está lleno con buenos pensamientos y estos fluirán en los sueños”. Él preguntó dónde estaban Nicky y Chris y le dijimos que estaban en la casa con una niñera. Otra vez, era sorprendente sentarse en frente de Dios mientras Él lo hacía parecer tan casual, dispuesto a entablar conversaciones sobre pequeñas cosas de nuestras vidas. La tibia y dulce leche continuaba fluyendo, espiritualmente y literalmente, desde Su inagotable copa hacia mi pequeño recipiente. Yo caí en cuenta que en menos de una semana, Él estaría saliendo del Ashram, y todo esto me parecería como un sueño. En la noche del 25, de pie en la sala, justo antes de salir para el salón del Satsang, Sant Ji parecía excepcionalmente radiante y 182


La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 poderoso. Era como sí Él estuviera dejando claro que los estragos de la malaria habían quedado atrás y estaba listo para el resto de la Gira. Sus largas miradas me llenaban totalmente y sentía tanto alivio al verlo de pie con toda Su Gloria sin sufrir en la agonía de una fuerte fiebre. Después del Satsang, otra vez fui a ayudar con la correspondencia, pero Sant Ji quería ver diapositivas. Él añadió que no había necesidad de ir a traer diapositivas, que era tarde, pero que si había algunas disponibles, estaría bien. Cuando con un gran resplandor en sus ojos, Él nos preguntó: “Bien, ¿prefieren dormir o ver diapositivas?”. Nos dejamos guiar y Pappú y yo riendo salimos por la puerta y corrimos hasta donde Larry May a pedir prestadas unas diapositivas. Sant Ji, Pappú y Pathi Ji disfrutaron el show inmensamente y les trajo la sensación de estar en la India como nada más podría haberlo hecho. Jueves 26 de Mayo. Sant Ji y mis Padres

Al día siguiente, el jueves, yo continué trabajando en la correspondencia en la casa de Sant Ji, incluyendo la traducción al español de Sus respuestas a las cartas de suramericanos. Yo estaba entusiasmado, este era el día en que traería a mis 183


El Arco Iris en mi Corazón padres para su encuentro con Sant Ji, cara a cara. Mi madre y mi padre vivían en un pueblo cercano y habían conocido al Maestro Kirpal Singh cuando Él vino en 1972, y también estaban ansiosos de conocer a Sant Ji. Cuando mi mamá y mi papá entraron a la sala y vieron a Sant Ji, juntaron sus manos y dijeron: “Namaste”. Sant Ji les dio la bienvenida cordialmente, riendo y sonriendo todo el tiempo. Él procedió a decirles que tenían un hijo competente. Explicó que, como ellos dos eran profesores, yo era un buen profesor. Él compartió con ellos que estaba muy complacido con mi seva y luego los invitó a que asistieran al Satsang esa noche. Les dio Parshad, tal como el Maestro Kirpal lo había hecho cinco años antes. Mi madre y mi padre otra vez juntaron sus manos, dijeron “Namaste” y se fueron. Yo regresé y Él estaba mirando con tanta intensidad, al mismo tiempo que una enorme sonrisa se dibujaba sobre el universo de Su cara. En el Satsang Él contó una gran historia sobre la mente. Explicó que la mente siempre le dice a uno que mañana es festivo, entonces puedes acostarte sin haber meditado y luego levantarte temprano en la mañana y sentarte. Tienes todo el día. Además, la mente añade, tienes la tarde, entonces no hay necesidad de meditar antes de dormirse. Y si uno se sienta, la mente pide que se acueste unos minutos más. Lo siguiente que uno sabe es que se despierta y ya es mañana. Todos rieron mucho. Sant Ji contó la historia de una cabra bebé que fue donde un tigre buscando protección. Al tigre realmente le gustó la cabra, tanto que hizo arreglos para que la cabra pudiera dar una vuelta sobre un elefante. A mis padres realmente les gustaron estas historias. Sant Ji también dijo que deberíamos hacer nuestro Simran y que en pocos días veríamos el cambio que habría. Dijo que por completar el trabajo del Simran, un satsangui podía adquirir muchos poderes sobrenaturales, pero que estos deberían ser usados para el trabajo interno. Si uno hacía mal uso de esos poderes, estos serían retirados. Después del Satsang el Dr. Cardozo visitó a Sant Ji para ver cómo iba evolucionando con relación a la malaria. Todos estábamos complacidos con el progreso. Yo regresé a la casa a las 10 PM y Sant Ji vestido con una pantaloneta, una camiseta y con una tela delgada enrollada sobre la parte superior de Su cuerpo, salió de su habitación para decir: “Buenas noches”. La noche del domingo 29, Sant Ji nos invitó a Karen y a mí a ver la película recién desarrollada sobre la estadía en Sant Bani, lo cual fue muy agradable. La calidad de la película era buena, y Sant Ji hizo muchos comentarios complementarios 184


La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 mientras íbamos mirando la película. Cuando Él nos escuchó a Eric Perkins y a mí cantando Bayanes en la banda sonora, dijo que teníamos muy buenas voces. En otro momento cuando estábamos cantando me miró largo rato y comenzó a sonreír. La película captó una secuencia de varios sevadares que empujaban un tractor atascado, lo cual me recordó una historia que Sant Ji nos había contado a Russell y a mí. Un discípulo occidental había ido a la India por su cuenta y logró llegar al 77 R.B. En su corta estadía él intentó ayudar con las tareas físicas, siempre comenzaba diciendo: “¡Uno, dos, tres, levanten!”, o “¡Uno, dos, tres, empujen!”. Entonces yo les grité a los de la película “¡Uno, dos, tres, empujen!”. Y Sant Ji se rió mucho. Después de la película, Sant Ji dijo que la noche siguiente, la última de su estadía en Sant Bani antes de su regreso en Agosto, yo debería estar preparado para cantar Bayanes durante una hora. Añadió que yo podía pedir a mis amigos que me ayudaran y que Pathi Ji también podía cantar. De todas formas, explicó que no estaba entre sus planes dar una charla. En ese momento se decidió que yo debería quedarme en las noches en la casa de Sant Ji, en vez de estar yendo y viniendo, si mi familia no tenía inconveniente. Así fue y mientras yo me acomodaba en el tapete de la sala, con mi “barriga” llena de leche tibia, me maravillé una vez más como Él me hacía sentir como en casa, en Su casa.51 Lunes 30 de Mayo. El Santo y una Bicicleta. El último Satsang en Mayo y las Mujeres de Netewala Sant Ji le había dicho a Pappú que cuando ellos regresaran a Sant Bani en Agosto, yo debía enseñarle a Pappú a manejar mi carro. El pensamiento de Sant Ji era que ellos podrían llevar el carro al campo de golf, lo que Sant Ji llamó: “El área abierta”. En ese lugar, ellos podían caminar juntos mientras Sant Ji le hablaba a Pappú sobre el Anurag Sagar de Kabir (El Océano de Amor). Sant Ji explicó que el Ashram, era muy cerrado, que el aire no era bueno. Añadió: “Aquí respiramos mosquitos”. Él sentía que el campo abierto de golf sería mucho mejor.52 51- Fue mi extraordinaria buena fortuna ser invitado a quedarme en Su casa poco tiempo después. Yo fui un invitado en Su casa durante las siguientes visitas a Sant Bani, y también cuando Lo acompañé a Sur y Centro América. 52- Con cada gira, los sevadares del Ashram parecían entender más lo que un Santo necesitaba para estar cómodo en este mundo, y con el tiempo procuramos más área abierta para Sant Ji. Los viajes al campo de golf en Agosto no se produjeron, y el Anurag Sagar solo fue publicado en 1.982.

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El Arco Iris en mi Corazón Yo estaba disfrutando algunos éxitos menores con la traducción de pequeños trozos de hindi al inglés y viceversa. Sant Ji estaba hablando con Russell y conmigo, cuando Pappú tuvo que correr a la cocina a revolver los vegetales. Sant Ji comentó: “Doe Pappú, iddar, uddar” y yo traduje: “Debería haber dos Pappús, uno que esté aquí y otro que esté allá”. Sant Ji me dijo que practicara hablando más hindi, pero Pathi Ji era mi única verdadera “víctima”. Sant Ji benévolamente le concedió otra entrevista al personaje que había sido beligerante con Él, pero pidió que Russell y yo asistiéramos. Esta vez no hubo ninguna necesidad de interrumpir, ya que la entrevista fue corta y dulce. Después que él salió, Sant Ji nos recordó a Russell y a mí que era muy malo ir donde el Sadhu y luego tratar de decirle qué debía hacer. Uno debería escuchar lo que el Sadhu tiene que decir y aprender de esto. En este momento, Sant Ji habló otra vez sobre los Bayanes en punjabi e hindi, refiriéndose a lo buenos que eran para la devoción de la gente. Russell mencionó que él amaba los Bayanes, pero que también le encantaban los discursos del Satsang, dando quizás una pauta, él pensó que sería bueno escuchar en el discurso de esa noche, el último que Sant Ji daría antes de salir para Vermont la mañana siguiente. Sant Ji comentó: “Bien, ustedes tienen la barrera del idioma. Pero los Bayanes son muy poderosos. Y viene mucha carga a través de ellos. Son una gran parte del Satsang”. Y Russell dijo que él de verdad amaba los Bayanes pero que amaba las charlas igualmente. Poco rato después de que Russell salió, Sant Ji también salió mientras Pappú y yo permanecimos en la sala trabajando con la correspondencia. Hice una pausa para dar un vistazo fuera de las puertas de vidrio corredizas y no lo vi, Él no estaba al frente cerca del pozo, ni tampoco atrás. Mi bicicleta estaba detrás de la casa del Maestro en la carpa para el Satsang y me pregunté si Él estaría cerca de ella. Yo estaba muy orgulloso de mi bicicleta, el mejor modelo francés de carreras de 15 velocidades con componentes finos. Gracias a la generosidad de mis padres, yo había podido comprarla poco a poco. Como residente de un Ashram que llevaba un estilo de vida algo ascético (o al menos no extravagante), no había cuidado mi lengua con respecto al costo de esta exquisita máquina. Cuando Sant Ji regresó, lo primero que preguntó fue: “¿Cuánto te costó la bicicleta?”. Yo me revolcaba en el piso riendo y cubriéndome la cara mientras pensaba: “Oh no, ¡no puedo creer que Él me esté preguntando esto!”. Sant Ji dijo: “No, no, solo dime una cantidad aproximada”. Entonces yo le dije que me había costado varios 186


La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 cientos de dólares. Luego me preguntó: “¿Cuántos cientos?”. Cuando yo contesté: “Cinco”. Los ojos de Pappú de verdad se pusieron grandes y blancos. Él repitió con incredulidad: “¿Quinientos dólares?”. Y yo dije: “Sí, quinientos dólares”. Cuando Pappú tradujo esto a Sant Ji, Él dijo: “Quinientos dólares. Bueno podrías comprar un carro con esa cantidad”. Yo me sentí aturdido y traté de explicar, diciendo que esta era realmente una bicicleta muy buena con partes importadas de muchos lugares del mundo. Luego, dije: “Espera que Karen se entere que tú me has preguntado esto”. Sant Ji respondió: “¡Oh, yo no le contaré a ella!”. Y yo dije: “¡Sí, pero yo lo haré!”. Y luego Él salió otra vez. Cuando Pappú y yo salimos al poco rato, Sant Ji estaba cerca de mi bicicleta, oprimiendo la palanca del freno. Cuando Él nos vio, rápidamente retrocedió un paso y puso sus manos detrás. Miró exactamente como un muchachito que ha sido cogido manipulando algo en un almacén. Pidió ver todas las características, entonces le mostré todas las partes de la bicicleta. Le expliqué cómo funcionaban los cambios. Él señaló los frenos y dijo: “Frenos”. Y yo dije: “Sí” y los apreté. Le expliqué por qué las manillas estaban en esa posición, para que uno tenga menos resistencia del viento. Pappú preguntó si era una bicicleta de carreras y le dije que sí. Pappú le tradujo a Sant Ji, que continuó asintiendo con la cabeza y diciendo: “Teek hai. ¡Aacha, aacha!”. (De acuerdo. Bueno, bueno). Él señaló el estribo y preguntó qué era y yo le dije. Luego pidió una demostración. Di una vuelta en círculo y regresé. Les dije que era muy liviana y Él la levantó para probar. Cuando yo le señalé cuáles componentes eran de Francia, de Japón o de Italia, Él recalcó: “Entonces los americanos también importan cosas” y Le dije: “Oh sí, muchas cosas”. Al final mencioné que yo entendía que el Maestro Kirpal también montaba en bicicleta y que yo había escuchado que Él decía que este era el medio de transporte más barato. Sant Ji dijo: “¡Aacha!”. Y regresó a la casa. En toda mi experiencia con los dos Maestros, muchos detalles de la “entrevista de la bicicleta” son únicos. Monté sobre mi bicicleta y me fui sintiendo que Sant Ji generosamente había bendecido mi extravagancia. Esa noche Sant Ji dio un discurso muy poderoso. Entre otras cosas contó la historia de Surdas, que Surdas se había sacado los ojos porque había tenido un pensamiento incasto. Él contó una segunda historia sobre un hombre que iba a la casa de una mujer impura todos los días. Un día, la estufa de su Maestro se había apagado y el hombre fue enviado a la casa de esa mujer por un fósforo. Ella le dijo que podría tener el fósforo si se sacaba los ojos y lo hizo inmediatamente. Al día siguiente el 187


El Arco Iris en mi Corazón Maestro usó una expresión común: “Los ojos han llegado”. Lo que normalmente significa que una persona tiene algo en sus ojos. Y cuando el hombre se quitó el vendaje, sus ojos habían sido restaurados. Luego Él contó la historia de Gunga, que estaba en camino de convertirse en un oficial del ejército hasta que mató a unos policías. Un día él vio a unos policías golpeando a gente inocente que no se detuvieron ante las súplicas de Gunga. Él se midió con ellos en la pelea y los mató. Después de eso Gunga se convirtió en un forajido y un ladrón. Más tarde fue iniciado por Baba Sawan Singh. Como discípulo de un Verdadero Maestro, Gunga se entregó a la policía, fue juzgado y declarado culpable y finalmente fue colgado por sus crímenes. Pero, Sant Ji dijo que Gunga estaba muy feliz cuando lo colgaron, ya que estaba recordando a su Maestro. Estas poderosas historias, hasta aquí apartadas de nuestro usual contexto occidental, parecían flotar en la atmósfera cargada de este último Satsang, echando raíces en el suelo del Ashram. Después del Satsang regresamos a la casa. Sant Ji nos invitó a Russell, Karen y a mí a ver las diapositivas del viaje al 77 R.B. en Abril (cuando yo tuve que ir a recibir al grupo), entonces corrí a la casa para traer los carruseles. Después de que colocamos el proyector en la sala, Sant Ji entró y se sentó en un sillón, vestido para la tarde en su ropa informal. Sant Ji se puso muy animado cuando pasamos un grupo específico de diapositivas. Estas eran fotos de las mujeres en el Satsang en Netwala, que cubren sus caras completamente con velos rojos.53 Él dijo: “Algunas mujeres cubren sus caras todo el tiempo y desde todos los ángulos. Y ellas vienen a verme y me dicen: “¿Te acuerdas de mí?”. Sant Ji imitaba las voces de las mujeres. Todos soltamos la carcajada. Después de terminar las diapositivas y encendimos las luces, Él explicó con detalles. Se quitó el trapo con el que había tenido cubierta su cabeza, lo dejó caer sobre su cara, e imitó nuevamente a las mujeres. Hizo mímica: “¿Te acuerdas de mí?”. Explicó que Él se había reunido con algunas mujeres durante 20 años y aun cuando Él nunca había visto sus caras, ellas siempre le preguntaban si las recordaba. Y concluyó: “Entonces yo les digo: “¡Sí!”. Y otra vez nos reímos mucho. Con la gracia de un artesano, Sant Ji rápidamente enrolló el trapo alrededor de Su cabeza, lanzó el pedazo suelto sobre Su hombro y entró en Su cuarto con pasos largos después de decir buenas noches a todos. Nos miramos, sonreímos, nos pellizcamos y nos dimos cuenta que el sueño era real. 53- Ver el capítulo III.

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La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 Martes 31 de Mayo de 1977. La Última Mañana El martes en la mañana, el 31 de Mayo, hubo un Darshan final. Sant Ji había pedido que se prepararan paquetes de dulces para distribuirlos a todos, y luego Él vino y se sentó en la tarima. Después de bendecir todos los paquetes, cantó Su “Canción a Kirpal” de la manera más melodiosa y fascinante, mientras el Parshad era distribuido a los devotos. Al final, se inclinó ante Su Maestro y ante Dios dentro de cada uno, bajó de la tarima y se introdujo en el carro para el viaje hacia el noroccidente, hasta el Kirpal Ashram en Vermont.54 Cuando la gente se levantó para dirigirse a sus carros, me dirigí hacia nuestra casa con Nicky en mis brazos y sobrepasé la caravana hacia la parte baja de nuestra calzada. Nos paramos con las manos juntas mientras Su carro pasaba lentamente. Él nos miró, juntó Sus manos, inclinó Su inmensa cabeza, sonrió y luego se rió. Miramos el carro que desapareció al final del camino del Ashram y giró a la izquierda hacia Osgood Road. Sábado 4 de Junio de 1977. En Vermont Sant Ji nos había pedido a Karen y a mí permanecer en el Ashram y mantener el horario cotidiano de Satsang y Meditación para los devotos que no podían viajar a Vermont. Él también nos dio permiso para ir de visita si podíamos. Como había clases en Sant Bani School hasta el 10 de Junio, teníamos mucho de qué ocuparnos en Sanbornton. Aunque fue muy difícil pasar de un contacto diario con Su presencia física a ninguno, no pude ir a Vermont hasta el sábado en la mañana, el 4 de Junio, mientras Karen, Chris y Nick se habían ido el día anterior. El espíritu de mi visita puede ser mejor comprendido a través de las siguientes notas, grabadas en mi pequeña grabadora Sony: Aquí estoy, el sábado 4 de Junio, creo que todo está bien, en el Kirpal Ashram. Son las 10 en punto y estoy sentado sobre las pequeñas y hermosas rocas lisas de Nina, las luciérnagas parpadean alrededor y el agua gotea al fondo. Ha sido un día muy hermoso. Cuando llegué no esperaba verlo inmediatamente. Judith me vió y me llamó al cuarto. Era un grupo de Darshan. Él me vió parado en la parte de atrás, sonrió y levantó Sus manos 54- El Kirpal Ashram ahora se llama “Wawasiki.

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El Arco Iris en mi Corazón juntas hacia mí. La gente salió después de 15 minutos y yo fui con ellos. Sant ji salió y vio la gente que estaba esperando. Cuando Él caminó junto a mí, me pidió que entrara otra vez. Yo entré y me senté, esto fue realmente dulce. Se me ocurrió preguntar algo. Yo quería decir: “Sant Ji, esta es una mala pregunta y me siento apenado de hacerla y es una pregunta muy egoísta, pero de verdad quiero saber si yo, Kent Bicknell, ¿puedo verdaderamente perfeccionar mi Simran? Me parece tan difícil. Y en el Rajastán Tú me dijiste que orara, pero yo también olvido orar. ¿Será verdaderamente posible, por decir en el próximo año, perfeccionar mi Simran?”. Pero no lo pregunté. Sus ojos eran magníficos cuando me senté delante de Su cama. Judith preguntó si la familia Wiggins podía entrar. Sant Ji dijo: “Que entren”. Entonces entraron y se sentaron durante 10 minutos. David preguntó si debería ir al Tour o no y luego ellos salieron. Sant Ji hizo que le trajeran té. Él mismo lo sirvió en una taza y me lo dio. Y luego me sirvió más de su taza. Él lo sirvió. ¡Qué bendición! ¡Qué bendición tan increíble! Ahora a vivir a la altura de esto. Se recostó en Su cama, pareciéndose a Baba Sawan Singh todo el tiempo. Estuvo hablando. Fue magnífico, yo simplemente permanecí sentado mirando a Baba Sawan Singh y Sus ojos eran esferas de Luz. Yo no diré si esto era externo o interno, no lo diré. Yo no sé. Eran exactamente rayos de Luz y Baba Sawan Singh estaba reclinado allí. Los tres, Sant Ji, Pathi ji y Pappú, estaban hablando. Y yo simplemente estaba sentado observando. Él me preguntó algo sobre la gente de Ananda Marga y yo dije que no sabía, pero que yo pensaba que Ananda Marga era un sendero de servicio. En el grupo de Darshan había estado alguna gente de Ananda Marga y le habían pedido ayuda a Sant Ji. Ellos se preguntaban si Sant Ji podría hacer algo para sacar de la cárcel a su líder. Sant ji dijo al final de la conversación que su líder sería liberado pronto. De todas formas esto fue simplemente magnífico y yo decidí no hacer mi pregunta sobre el perfeccionamiento del Simran, ya que no sentía que fuera correcto. Sant ji me preguntó si me quedaba hasta el Satsang al día siguiente y yo dije que ojalá pudiera, pero necesitaba regresar a Sant Bani a tiempo para hacer el Satsang. La hora del Satsang de la noche se acercaba, pero Sant Ji se levantó y salió a dar una vuelta. Yo lo miré desde la distancia y luego fui a mi cuarto a bajar mis cosas. Caminé al pórtico y allí estaba Él, subiendo hacía mí con 190


La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 Pappú. Todos los demás permanecieron atrás. Él me preguntó cuál era el programa. Le dije que no estaba seguro. Me preguntó sobre el canto de Bayanes y le respondí que teníamos que comenzar a las 6 PM en Sant Bani. Él respondió: “A esa hora también comienzamos aquí” y Le dije: “Bien, creo que alguien está allí cantando ahora”. Su amable respuesta fue: “Tú puedes venir y cantar un Bayán”. Yo dije: “Teek Hai”. Sant Ji caminó de regreso al pórtico de Nina y tocó las campanitas de viento para que sonaran. Él recogió un mazo y Pappú le dijo que era un “Ax” (hacha). Y Sant Ji dijo en inglés: “¡Ak-ss!”. Y lo repitió varias veces. Él preguntó qué eran los zapatos para nieve y hablamos sobre estos. Preguntó si eran esquís y yo le expliqué que eran diferentes de los esquís. Algo realmente hermoso sucedió justo antes de que saliéramos para la casa al otro lado del camino donde se iba a hacer el Satsang. Todos habíamos regresado a la casa principal y Sant Ji fue a Su cuarto un momento. Más temprano ese día, Él había estado observando los objetos decorativos colocados con mucho arte alrededor del cuarto, plumas, pedazos de vidrio de colores, piedras, etc. Había un abalorio de vidrio púrpura que Él había cogido y lo hacía girar rápidamente. Nina tiene un prisma en su ventana en el cuarto principal que realmente arroja un bonito y colorido arco iris de unas seis u ocho pulgadas de largo sobre los biombos instalados para la cocina. Y yo noté esto y pensé: “Oh, a Sant Ji le gustaría ver esto”. Entonces me contaron que el día anterior se lo habían mostrado, no había necesidad, pero pensé: “Hmmm…”. Cuando Sant Ji salió, Russell dijo: “Pappú, la letrina” y señaló hacia la puerta del área del baño. Sant Ji asintió y dijo: “Betho” o (siéntense). Yo me atravesé y me senté detrás de Russell. Eché un vistazo al biombo y ya no pude ver más el prisma de colores. Era un parche grande de colores, pero me imaginé que el sol había cambiado su posición en ese lapso de tiempo. Luego Sant Ji me miró, sonrió y rió, y se dirigió hacia mí. Lo escuché decir: “Ranga”, que significa: “Color”. Entonces miré hacia abajo. Justo sobre mi corazón, cubriendo mi corazón, estaba todo ese arco iris, el cual estaba ansiando que Él viera en el biombo. Y yo dije: “Mere hirde, mere dil me” (en mi corazón) y Él rió. Yo lo había buscado en el gran biombo y ¡estaba allí moldeado exactamente sobre mi corazón! Sentí este momento tan dulce, fue increíble. Bajamos el camino y nos dirigimos al Satsang. En el camino Nina me contó que iba a aprenderse “Apana koi Nají”. Ella también mencionó que había 191


El Arco Iris en mi Corazón sido muy agradable tener a Karen. Cuando llegamos al Satsang, recordé cómo Él le había dicho a Pathi Ji que cantara el Bayán de Sant Kabir sobre el Simran y todo el Satsang fue sobre hacer el Simran. Esta era la respuesta a la pregunta que no hice y que me estaba consumiendo cuando llegué. Hice lo posible por escuchar con mucho cuidado. La charla fue sobre el mismo Bayán que el Maestro Kirpal comentó, con los ejemplos de las niñas de la aldea y sus ollas y la vaca siempre pensando en su ternero, aunque éste se había ido. Todos hacemos simran o remembranza de las cosas mundanas de todos modos. Entonces tenemos la habilidad para recordar. ¿Por qué no comenzar a reemplazar la remembranza del mundo por el Simran de Dios? Sant Ji hizo una observación que realmente dio en el blanco. Él señaló que el hombre incasto siempre está listo para permanecer despierto toda la noche. Nunca lo molesta la pereza para estar con su esposa, para hacer cosas incastas con su esposa. De la misma forma deberíamos estar haciendo el Simran. Contó una historia muy simpática de cuando estuvo en el ejército y su escuadrón había sido rodeado por tropas enemigas. Antes de esto sus compañeros lo molestaban porque no comía carne, ni bebía vino. Cuando ellos iban a salir para el frente en Cachemira en 1947, todos lo molestaban más, diciendo: “Ahora vamos a ver qué tan fuerte eres”. Pero en este momento, cuando estaban rodeados por el enemigo, el oficial al comando había perdido la esperanza. Le ordenó a Sant Ji, que era el hombre que mandaba las señales, que enviara un mensaje urgente que estaban acabados, que no había esperanza. Entonces el oficial fue donde Sant Ji y le pidió que orara. Pero Sant Ji le dijo: “¿Por qué debería yo orar ahora? Ahora usted está dispuesto a orar porque está en problemas” y el hombre hizo una promesa de dejar de comer carne y beber vino si podía ser ayudado solo esta vez. El enemigo se replegó y las tropas de Sant Ji fueron salvadas. Sant Ji añadió: “Aquel hombre se volvió muy bueno”. Sant Ji contó más historias sobre el Simran, de no olvidar su Simran, aún en el mundo, en sus negocios, en sus trabajos, ustedes deben hacerlo, ustedes deben recordarlo. Después del Satsang regresamos a la casa principal con Sant Ji. Cuando pasamos al lado de mi carro, parqueado más bien lejos de la casa, Sant Ji preguntó por qué estaba tan lejos. Pappú explicó que solo los carros que se necesitaban para el seva podían parquear cerca de la casa, para minimizar el ruido del tráfico. Sant Ji le dijo a Pappú que hiciera un pedido especial a Nina 192


La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 para permitir un tercer carro cerca de Su casa. Sant Ji entró a la casa y yo no lo volví a ver. De nuevo yo dije, este ha sido un día muy dulce. ¡Buenas noches! Yo pasé la noche, y muy temprano en la mañana siguiente salí para Sant Bani. Como era de esperarse, el salón de meditación en el Ashram estaba casi desierto, ya que todos habían ido a Vermont. Dos o tres discípulos locales no pudieron hacer el viaje, no obstante y nos sentamos juntos y recordamos a Dios. Junio de 1977. Pocos días después en Boston Sant Ji y el grupo salieron de Vermont el 7 de Junio y viajaron a la casa de Millie Prendergast en Brookline, Massachussets. Como Sant Ji me había invitado a ir, así lo hice. Una noche Él habló a un pequeño grupo de sevadares de Sant Bani. Dijo que de niño Él nunca creyó en el sistema de castas y siempre se mezclaba con toda clase de gente, y no sentía miedo de beber agua de una fuente común que usaban las personas de baja casta. Su padre se molestaba por esto y contrató varios sacerdotes y pundits para “purificar” a Sant Ji. Mientras Sant Ji estaba hablando, se volvió hacia una pareja y le preguntó si ellos realmente tenían que regresar esa noche. Dirigiéndose al esposo, un hombre con licencia para realizar matrimonios, Él le preguntó: “Hay algún trabajo importante que tengas que hacer allá, ¿hay alguna boda?”. Luego dijo que ellos podían quedarse con Andy y Diane Prokopis. O, continuó: “Pueden dormir debajo de cualquier cama en esta casa. Ahora las noches son cortas. Ustedes se levantan a las tres y el día comienza a las cuatro. Cojan cobijas y vayan a sentarse en el cuarto de cualquiera, y digan que están meditando, nadie los sacará. Sant Ji habló largamente sobre la relación entre Baba Jaimal Singh y Baba Sawan Singh. Mencionó que cuando Baba Sawan Singh fue por primera vez donde Baba Jaimal Singh, a Baba Sawan Singh no le gustaba usar la palabra “Radha Soami”. Después Sant Ji refirió cómo Baba Sawan Singh había leído el Anurag Sagar (El Océano de Amor) por sugerencia de Baba Jaimal Singh. Sant Ji concluyó enfatizando que solo reciben la Iniciación los que el Maestro desea que lo hagan, que reciban el Naam. Dijo que Baba Sawan Singh tenía un asistente que le había servido durante muchos años, pero aquel amigo nunca se inició, ya que no estaba escrito en su destino. Los Santos vienen a este mundo, Él concluyó, solo para esparcir la “enfermedad” del Naam. 193


El Arco Iris en mi Corazón Después de dos deliciosos días en Boston, fuimos a despedir a Sant Ji en el aeropuerto. Yo conduje de regreso a Sant Bani para terminar las cosas en el colegio. Sant Ji, Pathi Ji, Pappú, Judith y Russell se dirigieron al occidente para una serie de visitas en California, Vancouver y otros lugares. Karen y yo permanecimos en el Ashram para que otros sevadares pudieran viajar y prepararnos para reunirnos con el grupo en Miami con destino a Bogotá, Colombia a mediados de Julio. Mientras esperábamos en New Hampshire, sucedieron dos cosas muy dulces. Un día tuve que llamar a los Perkins a California. Mientras estaba hablando con Judith, ella exclamó: “Oh, Sant Ji acaba de entrar al cuarto”. Yo le pedí que le dijera que le enviábamos nuestro amor. Un minuto más tarde ella dijo que Él nos enviaba Su Amor. Pocos días más tarde otra vez tuve que llamar, esta vez a Debbie Asbeck a la casa de Don y Charlotte Macken en Sebastopol. Yo hablé con Debbie y después de un momento Pappú se puso al teléfono. Él preguntó si yo quería hablar con Sant Ji, y yo dije: “¡Sí, claro!”. Cuando Sant Ji comenzó a hablar, esto era increíble. Esto fue diferente a cualquier otra experiencia que yo hubiera tenido en mi vida… Él no dijo casi nada excepto: “Kya Hal Hai” (¿Cómo estás?). Y “Teek Hai”, y “Aur Bhajan Simran” (Haz más meditación). Y yo respondí: “Hunh” (sí), y le dije en hindi que estaba haciendo tres o cuatro horas diariamente. Había largos silencios y Él comenzaba a reír o yo lo hacía. Pappú estaba al teléfono también y yo llamé a Karen para que pasara. En un momento Él preguntó: “¿Chrissy?”. Y yo dije: “Teek”, (bien) y luego: “¿Nicky?”. Y yo repetí “¡Teek!”. Hubo una pausa y yo pregunté: “¿Meri bibi? ¿Karen Ji?” (Mi esposa) y Él dijo: “¡Hunh, Hunh!”. (Sí, sí). Y yo dije: “¡Teek Hai!”. Al final yo dije: “Sat Sri Akal” y Él respondió: “¡Beek-a-nell Parivar ko, Sat Sri Akal!”. (Sat Sri Akal para la familia Bicknell)”. Pappú y yo volvimos a hablar. Después de un rato pregunté: “¿Pappú, Sant Ji todavía está en la línea?”. Pappú dijo Su nombre: “¿Baba Ji?”. Y no hubo respuesta, entonces Pappú repitió: “¿Baba Ji?”. Y lo escuchamos decir: “¡Hunh! ¡Hunh!”.55 Pappú le preguntó si Él estaba todavía en la línea y Él dijo: “Sí, solo estoy escuchando la conversación de ustedes”. Le pedí a Pappú que le dijera que de mí, lo único que podría escuchar era el ladrido de un insignificante perro. Cuando Pappú tradujo, Sant Ji respondió diciendo: “No, no, Kent es un muy buen amante”. Solamente reímos y reímos, y finalmente yo dije adiós, y Sant Ji dijo: “¡Bye, Bye!”. Karen y 55- Sant Ji casi siempre era llamado “Baba Ji” por sus discípulos indios y no “Sant Ji” como se hace en el occidente.

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La Primera Gira. Sant Ji en Amèrica. 1977 yo quedamos paralizados después de colgar nuestra llamada cósmica, ya que la experiencia había sido extraordinariamente hermosa.56 Robert y Wendy Schongalla llegaron de su estadía en California el 12 de Julio, vinieron a mi casa y me contaron que Sant Ji había estado tratando y tratando de telefonearme. La tarde en que ellos llegaron del Centro de Retiro Shamaz a Sebastopol, Pappú estuvo un buen rato en el teléfono y la mañana siguiente también. Ellos se dieron cuenta que Sant Ji continuó levantando el teléfono y diciendo: “Hello, hello” y ellos creyeron que Él estaba tratando de llamar a la familia Bagga en Delhi. Y luego supieron que Él estaba tratando de llamarme. Yo no supe por qué y nunca lo averigüé. Verdaderamente, solo Dios sabe. En relación a esto, Pappú me contó que Sant Ji estaba contando los días para volver a estar juntos, con frecuencia preguntaba: “¿Cuánto falta para vernos con Kent?”. Todos los días Sant Ji preguntaba: “¿Cuánto falta ahora para vernos con Kent?”. Y luego decía: “No contemos el día de hoy porque hoy ya casi se acabó y no contemos tampoco el día en que nos veamos, porque ese día lo veremos”. Robert me contó que Sant Ji había añadido un nuevo giro: “No vamos a contar el día de hoy porque hoy ya casi se acabó y tampoco vamos a contar el día que lo veremos, porque ese día lo vamos a ver. Pero tampoco contemos mañana, porque… Bien, ¡simplemente porque no lo vamos a contar!”. Sant Ji había reducido el tiempo a seis días hasta que nos volviéramos a ver en el Aeropuerto de Miami, para volar hacia la cálida hospitalidad de los cientos de devotos reunidos en las estribaciones de las espectaculares montañas de los Andes.

56- Con el tiempo yo tuve más experiencias telefónicas extraordinarias con Sant Ji. Una vez cuando Él estaba visitando Australia, Pappú me llamó a las 2:00 AM hora de América. Yo contesté el teléfono saliendo de un profundo sueño y Pappú me dijo que Sant Ji necesitaba el número telefónico de un discípulo indio que vivía en los Estados Unidos. Yo dije que no lo tenía, pero Pappú me respondió que Sant Ji había dicho que sí lo tenía. Yo me callé un momento, solté el teléfono, entré por casualidad en otro cuarto y abrí la tapa de un escritorio que escasamente usaba, metí la mano en una pequeña cajita y saqué un pedazo de papel, ¡en el cual yo había escrito el nombre y el número! En una gira posterior, en Su casa en Sant Bani Ashram, yo fui parte de una comunicación telefónica en circuito de cuatro vías que permitió a los prisioneros de habla hispana, satsanguis y buscadores que se habían sentido atraídos hacia Sant Ji a través del programa de la prisión, para tener una entrevista con Él. La belleza de esta experiencia, reforzada con la compasión de Sant Ji por sus discípulos en prisión, fue extraordinaria.

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El Arco Iris en mi Corazรณn

Bogotรก - 1977

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CAPÍTULO V SANT JI EN SURAMÉRICA, 1977 INTERLUDIO El lector debe saber que las notas personales, diarios y grabaciones de los que me serví para escribir sobre el primer viaje de Sant Ji a Suramérica fueron realizados de una forma muy irregular. Estuve tan ocupado en Suramérica que fue muy difícil sacar tiempo para grabar lo que estaba pasando. Al tercer día después de nuestra llegada a Bogotá, comencé a hacer un recuento del viaje hasta ese momento, introduciendo así mis notas: Ahora comenzaré los cientos de metros de grabación que hasta ahora no había tenido disposición de hacer. Hoy es 21 de Julio, creo que es miércoles, estoy en Bogotá. Estoy recostado en el cuartico pequeño en la casa de Sant Ji donde yo duermo. Ha sido una estadía absolutamente increíble en la que se supone que yo debería estar anotando todo. Pero hasta este momento no había podido ni siquiera grabar. No me queda tiempo para absolutamente nada. Para empezar, con tanto que hay por decir en cuanto al encuentro de Sant Ji con las almas anhelantes de Suramérica, me basé en una charla que tuve con Sant Ji después de la estadía allí. El primero de Agosto, volamos de regreso a Sant Bani, pero el programa completo en New Hampshire comenzó dos días después. Esto le ofreció a Sant Ji y a sus acompañantes la oportunidad de “descansar”, para ponerse al día en la correspondencia y otras tareas necesarias. Para ayudar a copar tiempo, en la noche del 3 de Agosto, se me pidió que hablara en el Satsang sobre el viaje a Suramérica.


El Arco Iris en mi Corazón Antes de la Charla, Sant Ji me preguntó cómo iba a empezar. Yo dije: “Cuando nos encontramos contigo en Miami”. Él continuó: “Cuéntame qué vas a decir”. Yo le conté algunas cosas en las que había estado pensando y Él dijo que estaba bien mencionar todo eso. Yo tenía una pregunta para Él. Yo había estado en todas las entrevistas como traductor y había escuchado algunas respuestas maravillosas a las preguntas de la gente, pero eran después de todo entrevistas privadas. Le pregunté si sería correcto compartir algo de lo que se había dicho, de una forma general y Él fue muy enfático cuando dijo: “Sí, eso está bien”. Luego añadió unas pocas sugerencias sobre lo que también debería decir. Todo esto está incluido en la narración que sigue.

Lunes 18 de Julio de 1977. Miami a Bogotá Karen, Chris, Nick y yo llegamos a Miami y estuvimos felices de ver a Sant Ji otra vez. Por alguna razón, yo pensaba que podría cumplir perfectamente con mis dos papeles, uno como hombre de familia viajando con dos pequeños y el otro como enlace para Sant Ji y el grupo con respecto al idioma español. Desde el momento en que subí al avión, en el aeropuerto en Miami, Sant Ji señaló que yo debería estar con Pathi Ji, Pappú y Él en todo momento para ir explicando detalles a medida que fuera necesario.57 Esto no fue fácil para mi familia y yo sentía como si me hubiera partido en dos al principio, pero con Su Gracia todo funcionó. Cuando Sant Ji llegó al aeropuerto en Bogotá, la multitud que estaba esperando estaba tan ansiosa de encontrarse con Él que la escena se convirtió en una ruidosa gritería. Yo estaba haciendo la traducción, ayudando a que el grupo pasara por la aduana, recogiera el equipaje, etc., todo esto mientras miraba sobre mi hombro a ver cómo le estaba yendo a Karen y a los niños. En un momento, cargando a Nick sobre mis brazos, corrí al carro donde nos íbamos a subir y alcancé a ver que una gran multitud había comenzado a rodear a Sant Ji. Entré volando de nuevo al aeropuerto, dejé a Nick en los brazos de Karen y salí corriendo otra vez. Me subí al carro y ya estábamos de camino al Ashram. Solo podía confiar en que Karen y los niños se las arreglarían y claro está así fue. Pude echarles un vistazo más tarde 57- Russell Perkins en la “Revista Sant Bani” de Enero de 1978: “La Primera Gira Mundial de Ajaib Singh. Parte IV: En Suramérica,” pg.20: “Hasta este momento, mis órdenes habían sido estar con Sant Ji y Pappú sin importar nada. Pero en Suramérica… fue a Kent, cuyo conocimiento del español es excelente, a quien se le ordenó estar con Sant Ji sin importar nada más…”.

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Sant Ji en Suramèrica. 1977 esa noche y aunque las cosas habían sido muy agitadas, todos estaban bien. Ellos se estaban quedando en la casa de un satsangui cerca del complejo del Ashram. El Ashram en sí está situado en un lugar muy pequeño y escarpado en un vecindario residencial58 y varias casas cercanas son propiedad de discípulos del Maestro Kirpal y de Sant Ji. No es posible subir en carro hasta la casa de Sant Ji y cuando parqueamos abajo al comienzo de una larga y empinada escalera rodeada de hermosos jardines, nos encontramos con una multitud de devotos. Parecía como si cada persona estuviera tratando, amablemente, de tocar a Sant Ji y todos gritaban: “Maestro, Maestro”. Mientras subíamos lentamente hacia Su casa pasando por el lindo salón de Satsang con su techo de paja y parpadeantes antorchas, verdaderamente se sentía como si todos estuviéramos volando. Yo no recuerdo que moviera mis pies, ya que la experiencia era mucho más parecida a estar suspendido en una ola, en este caso, una ola de inmenso amor. Russell Perkins, llegó antes que nosotros, observó este evento desde arriba y anotó: Yo bajé un poco la ladera y entonces pude ver: Parecía como un océano de gente moviéndose lentamente a lo largo del sendero, allá abajo en la montaña. Desde mi punto de vista, parecía un organismo gigantesco deslizándose muy despacio hacia la cima de la colina. Yo comprendí inmediatamente que Sant Ji debería estar en alguna parte en medio. Esperé y a medida que se iban acercando comencé a distinguir los individuos, unos gritaban con alegría, otros lloraban, todos danzaban, corrían alrededor y se movían lentamente hacia adelante intentando estar lo más cerca posible de Él. La total felicidad de esta multitud era incomparable. Cuando el océano se acercó, al fin lo vi. La Luz fluía de Su cara y Él estaba radiante. Cuando Él me vió, se detuvo y dijo: “Russell me has traído a la tierra del amor”. Entonces me sentí feliz. Este fue un anticipo para toda la estadía en Colombia.59 Así llegamos a la pequeña vivienda construída para Sant Ji. Igual que el salón del Satsang, la casita también tenía techo de paja y paredes en estuco blanco. Dentro había una alcoba y baño para Sant Ji, una pequeña salita para entrevistas y Darshans, una pequeña cocina y un altillo al que se accedía por una escalera perpendicular. Pathi Ji cocinó algo para Sant Ji y nosotros, después de lo cual Sant Ji se retiró. Pathi Ji, Pappú y yo cuidadosamente subimos por las escaleras y nos 58- Después el Ashram se trasladó al vecino municipio de Subachoque (Nota del Editor). 59- Ibid, pg. 20-21.

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El Arco Iris en mi Corazón estiramos sobre los colchones, preparados con mucho amor y cuidado. Los días y noches fueron tan intensos en Bogotá que escasamente había tiempo para tomar aire. Y dada la altitud de la ciudad (8.768 pies, cerca de 9000 en el Ashram), al respecto Sant Ji dijo: “Si uno se voltea en la cama, se queda sin aire”. Sant Ji pasó diez días en Bogotá y luego voló a un Ashram en las afueras de la pequeña ciudad de Bucaramanga, para estar tres días más en Colombia. Dondequiera que Él iba, las multitudes estaban allí, expresando el amor de los Santos tan emocionadamente, que Sant Ji comentaba con frecuencia que lo hacían recordar a los devotos de la India. Una de las primeras cosas que Sant Ji dijo fue que había realmente solo un lenguaje, el lenguaje del amor. Él añadió que el Poder Negativo había creado los diferentes idiomas para darnos una sensación de separación. El trabajo con cuatro idiomas (punjabi, hindi, español e inglés) condujo inevitablemente a malentendidos y tensiones y cuando esto sucedía yo pensaba: “Aquí está el Poder Negativo en acción”. Se me ocurrió que una manera de superar esto sería aprendiendo el idioma del amor o estudiar para poder hablar diferentes idiomas. Esto era el acercamiento que el Maestro Kirpal enfatizaba en Su plan para una escuela de idiomas en el MANAV KENDRA precisamente por esta razón, para romper las barreras entre la gente. “Te amo”, fue una de las frases que Sant Ji aprendió en español. Algunos colombianos aprendieron a decir “Te amo”, en hindi o punjabi, le decían “Te amo”, en hindi y Él les respondía: “Te amo” y a todos les encantaba. Era verdaderamente el lenguaje del amor y Sant Ji se reía con mucha alegría. Hubo muchas lecciones de flexibilidad, incluyendo recordatorios de no imponer nuestra voluntad al Maestro. Me tomó mucho tiempo responder al simple pedido de Sant Ji de permanecer con Él a todo momento. Por ejemplo, si alguien deseaba que yo le ayudara con la traducción, yo asumí que debería hacer este seva hasta que Sant Ji le dijera a la persona que buscara otro traductor diciéndole: “Kent no estaba disponible”. Una noche, solo un momento me demoré en el Salón del Satsang para ayudar al Dr. Molina a pasar por el oscuro camino, ya que él no tenía una linterna. Luego me di prisa por el sendero para abrir la puerta de la casa del Maestro. En esos pocos segundos, alguien detuvo a Sant Ji, comenzó a hablarle en español y Sant Ji le preguntó a Pappú: “¿Dónde está Kent? ¡Él debería estar con nosotros!”. En un siguiente Satsang, Él puntualizó que si a uno se le asigna un deber que cumplir, si a uno se le asigna un seva, entonces ese es el único seva que 200


Sant Ji en Suramèrica. 1977 cuenta. Dejar el deber asignado para hacer otro, eso no es seva. Como estudiante en bachillerato me interesé mucho por el español. Cuando me hice más hábil con el idioma, comencé a ahondar en la literatura española y suramericana y verdaderamente me fascinó. Yo continué estos estudios en la universidad. El viaje a Colombia fue mi primera experiencia en un país de habla hispana y me sentí como en casa. Por la cantidad de literatura que había leído estaba más que listo para la carga emocional que corre superficial y muy profundo por sus venas, la intensa honestidad, la alegría, la rica mezcla de catolicismo incrustada en la adoración indígena y la realidad de los sueños como mensajeros de verdades y visiones. Sentí el alma colectiva de los colombianos, venezolanos, ecuatorianos y mejicanos en lo más hondo de mí y el amor expresado fluyó algunas veces a torrentes, como si proviniera de una fuente. Inicialmente yo traducía las entrevistas privadas, mientras que Alicia Gómez, una devota colombiana que vivía muy cerca del Ashram, lo hacía en los Satsangs. Las entrevistas iban muy despacio, en parte porque mi español no era lo suficientemente bueno para hacerlo más rápido. Yo a veces tenía que preguntar para aclarar algo que no entendía. Algunas sesiones iban muy bien, mientras otras tomaban bastante tiempo. Yo me sentí mal cuando Sant Ji expresó su preocupación de que se “estaba perdiendo mucho tiempo”, añadiendo que en el tiempo en que Él veía a dos o tres personas aquí, Él había podido ver 20 o 25 en los Estados Unidos”. Él sugirió que sería de gran ayuda que la gente escribiera sus preguntas con anticipación.60 Sant Ji dijo e hizo directamente tantas cosas hermosas en aquellas entrevistas. Una vez una niña de 8 años entró solita a la entrevista y Sant Ji inmediatamente le pidió que se acercara, puso Su mano sobre la cabeza de la niña y derramó mucho Amor. Ella traía escrita su pregunta y yo la traduje al inglés: “Mi Amado Sant Ji, mi nombre es María Consuelo61 y tengo 8 años y te estoy enviando esta carta porque yo quiero la Iniciación completa en Luz y Sonido. Maestro yo sé que vas a decir “No” por mi edad, pero yo continuaré insistiendo hasta que digas “Si”. Yo prometo que nunca volveré a comer carne ni huevos, pero dame la Iniciación, por favor dámela. Yo pedí esta entrevista porque quería pedirte esto en privado. Yo sé lo que es el “Naam” 60- Después de unos pocos días Silvia Molina comenzó a traducir las entrevistas con mi cooperación. Esto funcionó mucho mejor. 61- El nombre ha sido cambiado.

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El Arco Iris en mi Corazón y yo, María Consuelo Gómez, he estado asistiendo al Satsang durante los últimos 3 años”. Durante toda la traducción (español a inglés, inglés a hindi) Sant Ji sencillamente le mostró Amor. Cuando la carta fue leída, Él le dijo: “Tú tendrás la Iniciación, pero tendrás que esperar 3 años, hasta que cumplas 11”. Le dijo otras cosas muy dulces, colocó Sus manos sobre su cabeza otra vez y ella salió. Afuera, alguien le preguntó qué había dicho Sant Ji y con gran alegría y un poco de desilusión, ella respondió: “Él dijo que yo voy a tener el Naam, pero en tres años”. Yo la vi alejarse, una pequeña muy decidida. Una mujer trajo a su esposo para que Sant Ji lo “convenciera” de la conveniencia de la dieta vegetariana. Sant Ji aunque muy amable, no se contuvo y el hombre sutilmente tuvo que cambiar su risa inicial, para escuchar calladamente. A un joven que parecía sumamente interesado en desarrollar poderes sobrenaturales, Sant Ji le relató un cuento con moraleja sobre un yogui que Él había conocido en sus días de buscador de la verdad. Ese yogui sabía cómo proyectarse desde su cuerpo y en su edad avanzada solía entrar en los cuerpos de los animales si necesitaba viajar una gran distancia. Pero, Sant Ji señaló, que ese yogui no lograba elevarse por encima de su cuerpo a los planos superiores. Lo sobrenatural era un tema más bien común en las entrevistas. La gente contaba, por ejemplo, que iba donde un médium y recibía un mensaje de un esposo que había muerto hace años o que soñaba estando en un picnic con el Señor Krishna y preguntaba si eso significaba que Krishna había sido el Gurú de esa persona en una vida previa. Otra persona hablaba de la habilidad que tenía un amigo para la bilocación, para estar en dos lugares al mismo tiempo mientras alguien más se preguntaba si era aceptable, con respecto al Karma, hacer exorcismos como medio para ganarse la vida. En casi todos los casos, Sant Ji explicó que aquellos eventos vienen de la mente y no estaban ocurriendo a ningún nivel más allá del mental. Entonces realizar exorcismos y buscar médiums no tiene nada que ver con la realidad de los Planos Internos. La gente se desilusionaba al escuchar esto y en algunos casos protestaba, pero Sant Ji era firme y claro: Los pensamientos que tenemos durante el día se convierten en los sueños que tenemos en la noche. Por otra parte, aunque esta fue la respuesta a la mayoría de las preguntas de esta naturaleza, no lo fue para todas. 202


Sant Ji en Suramèrica. 1977 Una pareja muy intelectual de Quito, Ecuador, llegó donde Sant Ji a hacerle algunas preguntas de prueba. El esposo, un abogado, preguntó: “Nosotros leímos una vez que el Maestro Kirpal te llamó al Sawan Ashram y no fuiste. ¿Por qué no Lo obedeciste? Sant Ji explicó que era una traducción equivocada. Él siempre obedeció los deseos de Su Bienamado Maestro Kirpal. Después de que Sant Ji respondió todas las preguntas, el hombre dijo, de una forma que me pareció muy extraña: “Yo no veo los ojos de mi Maestro en Tus ojos”. Sant Ji muy amablemente le dijo que Él respetaba la honestidad de sus preguntas. Luego le dijo: “Pero el asunto es que tú no has mirado en mis ojos. Has estado mirando al traductor todo el tiempo” (Lo cual era cierto). Y luego se volvió hacia la esposa y le dijo: “Y tú tampoco me has mirado a los ojos, has estado mirando al piso todo el tiempo” (También cierto). Él procedió a hablarles. Mientras lo hacía, miraba en los ojos de ellos y ellos miraban en los de Él. Esto transcurrió durante 5 minutos. Al día siguiente, el hombre retornó con un grupo de Darshan y yo le pregunté: “¿Cómo están los ojos hoy? Y él simplemente sonrió y dijo: “Maravillosos”. Cuando la gente supo que Sant Ji estaba dispuesto a decir en voz alta el Simran, los Cinco Nombres Sagrados en la entrevista privada (teniendo en cuenta que solo hubiese iniciados presentes), casi todos le pidieron que lo hiciera. Grupos de familia venían y al final después de las fotografías, los no iniciados salían y Sant Ji repetía el Simran con los iniciados. Sant Ji fue muy claro que no deberían estar presentes los no iniciados, aunque fueran bebés o niños. Con frecuencia me tocó salir con un bebé en brazos o con un niño en cada mano para que los padres pudieran permanecer y escuchar al Maestro decir el Simran. Una pareja mencionó que cuando ellos estaban manejando algunas veces repetían los Cinco Nombres en voz alta, cuando sus niños eran pequeños. Ellos preguntaban a qué edad los niños eran suficientemente grandes para entender, para no hacerlo más. Sant Ji les informó muy claramente que desde ahora no deberían hacerlo más, ya que repetir estos Nombres en frente de cualquier persona no iniciada, sin importar que sea joven, significa que ellos están dando la carga de los Nombres y no tienen permiso para darlos. Miércoles 20 de Julio. Bogotá Al atardecer, justo antes del Darshan de los niños que se efectuaba antes del Satsang grande, miré por la ventana del cuartico de las entrevistas y vi a mi hijo Christopher. Lo invité a entrar a la casa y para su delicia le ofrecí leche de la cocina. Mientras estábamos allí, Sant Ji salió de su cuarto, pero Chris estaba de espaldas. Él 203


El Arco Iris en mi Corazón se detuvo detrás de Chris y lo agarró por los hombros, haciéndolo girar alrededor como un padre jugando con su hijo. Chris levantó la mirada y se dio cuenta quién era y en su cara se dibujó una amplia sonrisa. Mientras Sant Ji charlaba con Chris, yo mencioné que él era un niño muy tímido y Sant Ji comentó: “Chris es un muy buen amante”. Bajé precipitadamente la colina para ir al baño y cuando regresé ya era hora de salir para el Darshan de los niños y el Satsang. Toda la gira fue así, siempre estábamos de afán y yo nunca dejaba de correr. En el Satsang esa noche, Sant Ji dijo que realmente es fácil decir: “Yo vivo en la voluntad de Dios”. Pero qué difícil es realmente vivir así. Como Él explicó, tenemos nuestra propia voluntad y lo que deseamos casi nunca coincide con la Voluntad de Dios. Después del Satsang, los guardias de la casa me contaron que un hombre de Caracas-Venezuela, estaba ansioso por ver a Sant Ji, ya que tenía que regresar a su tierra a la mañana siguiente muy temprano. Él tocaba el violín pero recientemente una severa lesión había deteriorado su mano. Su único deseo era tocar las manos de Sant Ji. Yo entré a preguntarle a Pappú, pero Sant Ji estaba en ese momento a punto de retirarse. Sin embargo, al escuchar la situación Él dijo: “Sí, que suba”. Entonces yo volé a traerlo. Mientras nos acercábamos a la casa, el hombre explicó que aunque no era iniciado, él creía en Sant Ji y simplemente quería ser curado. Yo le dije: “Pero los Santos no realizan milagros” y él respondió: “Bien, entonces solamente quiero verlo”. Sant Ji le dio la bienvenida y luego habló por un momento, diciendo que estaba muy contento de verlo y feliz de que él hubiera podido venir al Ashram. El hombre mostró su profesión levantando lentamente sus manos en el ademán de sostener un violín y luego hizo la mímica de una corta pieza. Él extendió su mano para mostrar que estaba lesionada. Mientras la escena transcurría yo quedé maravillado y admirado de la habilidad latina para mostrar sentimientos profundos, pero sobre todo estaba sobrecogido por la absoluta majestad de Gracia en acción. Sant Ji tocó la mano del hombre y le dijo: “Dios derramará Bendiciones sobre ti”. 21 de Julio de 1977, Bogotá El martes 21, Chris vino otra vez a la casa de visita. Él llegó en un momento en que no había nada oficial en el programa y Pappú y yo estábamos en el loft trabajando en la correspondencia. Sant Ji estaba solo en su alcoba. De pronto la punta de la 204


Sant Ji en Suramèrica. 1977 cabeza de Sant Ji apareció en la cima de la escalera, subió y entró en el loft. Vestido con su ropa casual, con una tela blanca anudada alrededor de la cabeza, se sentó y revisó algunas cartas en las que estábamos trabajando. Después de un momento, le dijo a Chris que se acercara y suavemente lo colocó sobre su regazo, yo traje mi cámara, Sant Ji miró a Chris y suavemente le apretó las mejillas para que Chris quedara sonriendo. Cuando tomé la foto Sant Ji estalló en risa, diciendo que Él “no estaba listo” y yo tomé otra foto.62 Sant Ji de verdad se rió con Chris. Se volvió hacia mí y preguntó si Chris alguna vez se había puesto bravo. ¿Tiene él ira? Yo respondí: “No, él es un buen niño, es muy sensible, siente las cosas profundamente”. Y luego Sant Ji me preguntó sobre Nicky y yo dije: “Ohhh, Nicky…” y ambos, Chris y yo nos reímos. Le dije que Nicky podía ser verdaderamente alocado. Sant Ji señaló que Nicky aún era un niño muy pequeño y luego Él comentó que Chris era un muchacho serio, un adulto. Este comentario inspiró a Chris, que tenía en ese momento siete años de edad a preguntar si podía acompañarnos en las caminatas, lo cual hizo desde ese momento. Esto le dio a Chris la oportunidad de hacer un seva útil. En una oportunidad sucedió que llegamos de una caminata y no nos dimos cuenta que nos habíamos quedado por fuera de la casa. Mientras Sant Ji y los acompañantes permanecían en el pórtico, Chris y yo nos dimos cuenta que él era lo suficientemente pequeño para entrar por una ventana que había quedado abierta. Lo ayudamos a subir para que entrara por la ventana, bajara por el otro lado y rápidamente él abrió la puerta, para la satisfacción de Sant Ji. Las entrevistas mejoraron un poquito, porque hice un esfuerzo para leer las preguntas de las personas antes de que se abriera la puerta. Vimos más gente que antes. Silvia Molina había comenzado a colaborar y esto fue de gran ayuda. En un grupo de Darshan de la tarde, Sant Ji explicó que en nuestro camino para alcanzar el Naam, necesitábamos hacer más Simran y para poder hacer más Simran necesitábamos hacer nuestras vidas más puras. Él mencionó que la mirada del Maestro, cuando el Maestro mira al discípulo amorosamente, ayuda a purificar el alma. Sentado allí, comprendí otra vez que yo no tenía idea de quién era Él o cómo trabajaba. 62- Estas diapositivas de un niño sentado en el regazo de Su Padre siempre han estado entre mis imágenes favoritas de Sant Ji.

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El Arco Iris en mi Corazón Él decía frecuentemente que cualquier iniciado de un Maestro Verdadero podía ser liberado en este período de vida. Y dijo esto de muchas formas y maneras diferentes. En algún momento, incluso añadió una frase con respecto a que Él había decidido que sus discípulos debían ser liberados en esta vida. Contó la historia de un hombre que hacía seva en la corte del Gurú Gobind Singh. El hombre estaba repartiendo Parshad un día y dos hombres que estaban sucios por estar trabajando en el campo llegaron. Los dos discípulos estaban tan ansiosos de recibir su Parshad que se les olvidó bañarse primero. El sevadar dijo: “¿Por qué están bailando como osos?”, y los hizo esperar. Cuando ellos dijeron que estaban de afán, el sevadar les dijo: “Bueno, tomen el Parshad que ha caído en el piso”. Ellos se disgustaron y lo maldijeron, diciéndole que él debería tomar nacimiento como oso. Cuando ese sevadar murió, regresó como oso. Ese hombre, ahora oso, había tenido un hijo que estaba creciendo al mismo tiempo que el oso. El hijo también fue a servir al Gurú en Su Corte. En algún momento, el oso fue capturado y entrenado para ser un oso danzarín. Un animal de exhibición que viajaba con el hombre que lo había capturado. Una vez ese oso vino a la Corte del Gurú y después de comenzar a bailar, de pronto comenzó a mirar fijamente a su hijo. El Gurú, después de un rato, se rió y le dijo al muchacho: “Tú tienes alguna relación con este oso”. Por lo cual el muchacho se sorprendió mucho. En ese entonces él era un hombre joven y dijo que hasta donde él sabía nunca había visto ese oso y luego el Gurú le contó toda la historia. Ese joven, ese discípulo se disgustó y preguntó: “¿Es este el fruto del seva para el Gurú? Voy a retirarme de Tu servicio si esto es lo que me va a suceder, si voy a regresar como un animal”. El Gurú Gobind Singh explicó: “No, esto tuvo que suceder para que él pagara ese karma, pero él será liberado”. Y cuando el oso dejó el cuerpo, fue liberado. Cuando algunos devotos suramericanos escucharon que Sant Ji había contado esta historia, se preguntaban como encajaba esta historia con la aseveración de los Santos en que, una vez una persona se inicia con un Gurú Verdadero, recibe el regalo del Naam y luego, si es necesario regresar a este mundo, nunca sería por debajo del cuerpo humano. ¿Cómo fue posible que este discípulo del Gurú Gobind Singh entrara en el cuerpo de un oso? Sant Ji explicó el hecho de que nosotros podríamos ser liberados en este período de vida, tenía otro lado de la moneda.

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Sant Ji en Suramèrica. 1977 En el momento en que el discípulo deja el cuerpo, el Gurú decide a dónde va el alma. El Gurú puede hacer con el discípulo cualquier cosa que sea necesaria para su crecimiento. La promesa fue que el alma del discípulo estaría en las manos del Gurú y no más en las manos del Señor del Juicio (el Poder Negativo, el Señor Kal). El Gurú nos dará cualquier cosa que necesitemos. Si necesitamos nacer como osos así naceremos. Sant Ji gentilmente señaló que la historia venía de las escrituras sikhs y que esto le había sucedido a un discípulo del Gurú Gobind Singh, no del Maestro Kirpal o Sant Ji. Él añadió que si un discípulo amaba al Maestro y estaba haciendo su mejor esfuerzo, en el momento de la muerte, el alma sería liberada. Aún las personas que no obtenían maravillosas meditaciones en ese momento serán liberadas. Algunas veces cuando Sant Ji hablaba, el concepto total de mitología hindú comenzaba a transformarse en la historia india y el poder total e inmensidad del Gurú que llegaba a través de Sant Ji, sentado en el estrado frente a nosotros dijo simplemente que el Gurú tiene la libertad dada por Dios, el permiso de Dios, para hacer lo que Él quiera. El Gurú, en efecto, podría liberar al mundo entero con una sola mirada si así lo deseara. Yo sentí que estaba viendo la verdad de estas frases y aquellos momentos me llenaron de amor reverencial y respeto. En una sesión, Sant Ji contó una historia que yo no había escuchado. Hablando de los días después que Baba Sawan Singh abandonó el cuerpo (el 2 de Abril de 1948), Sant Ji explicó que el Maestro Kirpal Singh se fue a Rishikesh a meditar y que se sentó a las orillas del río Ganges. Yo había escuchado esto antes, pero Sant Ji lo contó con más detalles, contándonos cómo la diosa del río Ganges encarnada en la forma de una hermosa mujer, vino a rendir homenaje al Maestro Kirpal. Muchas veces, dijo Sant Ji, la Diosa vino y agradeció al Maestro por purificar sus aguas. Ella le dijo al Maestro Kirpal que sus aguas se habían ensuciado por los millones de pecadores que habían estado lavando sus pecados, pero que Él había purificado las aguas nuevamente. Ella agradeció al Maestro Kirpal muchas veces por esto. Escuchando ese episodio, mi mente occidental se preguntaba: “¿Caramba, las diosas del agua estaban realmente viniendo a ver al Maestro Kirpal?”. Le pregunté a Russell si él alguna vez había escuchado esa historia y él dijo que sí. Una devota sevadar del Sawan Ashram en Delhi, la princesa Narendra (conocida cariñosamente como Khuku) se la había contado. Solo que Khuku añadió que Tai Ji (otra sevadar que acompañó al Maestro Kirpal a Rishikesh), también pudo ver a esa dama. Como 207


El Arco Iris en mi Corazón Tai Ji asumió que la mujer estaba molestando al Maestro Kirpal, le lanzó piedras, hasta que el Maestro le advirtió: “No hagas eso, ella es la diosa del Ganges”. Un discípulo occidental del Maestro Kirpal una vez se refirió a Él, con respeto y amor, como “Mr. Snatch bottom”63, porque cada vez que uno pensaba que Lo había descifrado, llegaba Él y lo dejaba a uno sin piso. Algunas veces parecía ser así con Sant Ji también. Uno solamente podía intentar hacer la tarea encargada de la mejor manera posible, sabiendo que en cualquier momento el trabajo según lo previsto a través de las limitaciones mentales podría ser deshecho desde arriba. Más de una vez, yo permanecí afuera en la puerta de la casa de Sant Ji después de terminadas las entrevistas, diciéndole a una gimiente alma o a una familia: “Lo siento pero no puede ver a Sant Ji ahora. Él ya se retiró, se fue a la cama, tendrá que esperar hasta mañana”. Repentinamente la puerta se abría detrás de mí y Pappú, o de pronto Sant Ji mismo, diría: “¿Sí?”, y yo explicaba: “Bien, estas personas te están esperando”. Y la respuesta era: “Entren, entren”. En tales momentos yo solo me reía y me sentía muy feliz por los afortunados discípulos. En otra entrevista, una mujer médico preguntó cómo podría evitar karmas en conexión con sus pacientes. La primera respuesta de Sant Ji fue: “Nunca hagas un aborto”. A medida que Sant Ji decía más, Silvia y yo no podíamos entender lo que Pappú estaba traduciendo. Y Pappú tenía dificultades para explicarlo todo. Nos seguimos haciendo preguntas: “¿Qué quería decir Sant Ji al indicar que ella no debería hacer malas prácticas, que ella no debería aceptar dinero de malas prácticas?”. Nosotros queríamos más, queríamos saber exactamente qué significaba esto. Así continuamos por un rato, hasta que Sant Ji finalmente dijo: “Mira, simplemente tradúcele a ella lo que yo estoy diciendo. Ella sabe lo que quiero decir, ella sabe”. Y esto era cierto. Ella ciertamente sabía lo que Él le quería decir. Una satsangui trajo a su madre moribunda hasta el pie del largo camino escalonado que conducía a la casita de Sant Ji. Como la mujer no podía salir del carro en el que había llegado, Sant Ji bajó para hablarle brevemente y darle su Amoroso Darshan. La mujer murió pocos días más tarde, después de que ya habíamos viajado a Bucaramanga. Su hija vino otra vez a ver a Sant Ji y le informó que la muerte de su madre había sido de una manera muy pacífica. Sant Ji la consoló, explicándole que ella había hecho un gran servicio a su madre al haberla llevado a verlo y por causa 63- Snatch, quiere decir rapar y bottom, piso. Es decir lo deja a uno sin piso. (Nota del editor).

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Sant Ji en Suramèrica. 1977 de ese encuentro había tenido una muerte en paz. Cuando el 3 de Agosto, Sant Ji se preguntaba qué le iba yo a decir al Sangat sobre la estadía en Colombia, Él me pidió que relatara la historia del amor de la gente de Suramérica. Se reía mientras me decía que no olvidara mencionar “lo de los besos y los sollozos”. Esto sucedía con frecuencia, que los devotos después de entrar y caer a Sus Pies, agarraban Su mano y comenzaban a besarla. Esto usualmente sucedía en medio de una combinación de lágrimas y risas. El otro lado de la moneda de este amor, expresado tan emocionalmente era la falta de disciplina. La gente estaba tan ansiosa de estar cerca de Él, que algunas veces olvidaba los límites y la cortesía. La situación mejoró sin embargo, cuando Sant Ji pidió “permanecer en la disciplina” y con frecuencia citaba a los norteamericanos por tener muy buen comportamiento. Pero la efusión de amor experimentada la primera noche, cuando Sant Ji llegó a lo que Él llamó “El Hogar del Amor”, continuó durante toda la visita. Pedirle a Sant Ji que firmara copias de fotos de Él, fue un fenómeno que comenzó en Bogotá y se extendió dramáticamente. Al poco tiempo, nosotros “montamos la tienda” en las entrevistas privadas. Manteníamos tabla y lápiz a mano, porque casi todo el mundo entraba con fotos. Mientras a Sant Ji parecía no importarle, nosotros comenzábamos a entrar en pánico. Estábamos pensando que si no deteníamos la práctica del todo, por lo menos deberíamos de alguna manera refrenar el flujo. Pero más personas entraban y le pasaban a Sant Ji varias fotos y Él sonreía, cogía el bolígrafo, se inclinaba sobre la tabla y con mucho cuidado, firmaba: “Dass (Sirviente) Ajaib Singh”. Una vez más, parecía que sabíamos tan poco sobre lo que le agradaría. En un momento, mientras caminábamos a lo largo de la fila de devotos organizada fuera del salón del Satsang, Sant Ji se detuvo delante de una mujer en silla de ruedas. Agarradas en su mano tenía varias fotos, esperando Su firma. El bolígrafo que le pasé no parecía funcionar muy bien sobre la superficie brillante de las fotos y Sant Ji pidió otro bolígrafo, alguien le pasó un felt-tip, que funcionó muy bien. Mientras subíamos por el sendero Sant Ji se detuvo y me dijo: “Tú eres un rector, deberías siempre tener variedad de bolígrafos64”. Aunque Silvia había comenzado a hacer casi toda la traducción de las entrevistas, 64- ¡Un cuarto de siglo después, yo puedo añadir que este fue un mandato de Maestro que he podido cumplir!

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El Arco Iris en mi Corazón aún nos movíamos demasiado lento para alcanzar a ver a todos. Una tarde habíamos visto solo 15 personas en casi 3 horas. Cuando quedaban 5 minutos del tiempo asignado, abrí la puerta que daba al exterior del saloncito de entrevistas y me sorprendió que había aparecido un nuevo grupo. Un sevadar me dijo que toda esa gente se iba a la mañana siguiente, entonces tenía que ver a Sant Ji ahora. Me sentí frustrado. Pregunté: “¿Por qué no habían recibido el primer turno para ver a Sant Ji en vez del último?”. Era difícil organizar todo esto de tal manera que funcionara ágilmente. Y yo me preocupaba por el tiempo que se hacía perder a Sant Ji. Al final de la sesión Sant Ji me habló. Dijo que en Colombia la gente no sabía redactar una pregunta. Mencionó la necesidad de la traducción de los libros espirituales al español, para que pudieran entender las teorías elementales de Sant Mat. Las personas pedían una oración para repetir todo el día o se preguntaban si era aceptable comer carne si uno realmente no había matado al animal, si uno había comprado la carne en una tienda, por ejemplo. Sant Ji daba la información más básica una y otra vez. Él señaló que en los Estados Unidos habría podido ver a 100 personas en el mismo tiempo en que aquí había visto apenas 15. La gente que hablaba inglés y sabía cómo hacer sus preguntas podían entrar y salir rápidamente, pero aquí estaba tomando mucho tiempo. La implicación era que yo debía hacer algo, pero yo no sabía qué hacer. Sant Ji se retiró a su cuarto a descansar y tomar un té. Después de que Él salió, yo comencé a llorar. Sentí que había hecho lo mejor de muchas formas, pero me sentía tan mal, frustrado por ser responsable del desperdicio de Su valioso tiempo. Colapsé en la esquina del salón, con la cabeza metida entre las rodillas sollozando a más no poder. Pappú no sabía qué hacer conmigo, entonces le contó a Pathi Ji lo que estaba pasando. Él estaba preparando chai para Sant Ji y cuando estuvo listo, se lo llevó al cuarto. Pathi Ji procedió a contarle a Sant Ji que yo estaba en el salón llorando. Sant Ji salió y lo primero que dijo fue ¡que yo le había arruinado su té! Pero esto fue realmente muy dulce, porque Él continuó explicando que se había sentido muy triste cuando escuchó que yo me sentía mal. Me preguntó: “¿Cómo puedo sentarme en el cuarto y disfrutar mi té, cuando sé que tú estás aquí llorando? Mi primer pensamiento fue: “Oh, Dios mío, ahora tengo un nuevo título: “Principal Sahib, el que arruinó el té del Santo” o quizás: “Arruinador del Té Sagrado”. Sant Ji dijo que yo tenía que ser fuerte. Él me dijo que este era solo 210


Sant Ji en Suramèrica. 1977 mi segundo o tercer día, desde que me uní a ellos en Miami, pero Él, Pathi Ji y Pappú habían estado lidiando con esto durante dos o tres meses. Al final pidió que me trajeran ese té y tomando de esa taza, el dulce chai definitivamente se sentía como una infusión de Gracia, me empecé a sentir mucho mejor y resolví seguir haciendo mi mejor esfuerzo para que las cosas se desarrollaran más ágilmente.65 Sant Ji salía a dar una caminata casi todos los días. Poco después de haber vertido mis lágrimas, el Dr. Molina, Russell, Chris y otros pocos acompañamos a Sant Ji cuando Él, a pasos largos subía por un camino quebrado detrás del Ashram. El terreno era una ladera de montaña boscosa que estaba siendo transformado en complejo residencial. La vista sobre Bogotá era fantástica. En un lugar particularmente encantador Sant Ji se detuvo y habló brevemente al grupo, haciendo chistes sobre la comida y yo. No había sido fácil conseguir la harina adecuada para hacer el alimento básico indio, el pan plano conocido como chapati o roti. Lo que conseguimos fue harina de trigo orgánica, pero ésta era demasiado burda o gruesa para hacer un chapati que fuera igual al que estaban acostumbrados a comer. Debbie Asbeck buscó arduamente una harina más fina y eventualmente la encontró, pero mientras tanto los chapatis quedaban tan duros y arenosos, que eran casi incomibles. Cuando nos detuvimos durante la caminata, Sant Ji se rió e hizo el comentario de que Él había estado hambriento desde que salió de la India. Dijo que en Vancouver Él había podido encontrar la dieta perfecta66 pero que en los demás sitios especialmente en Colombia había problemas con la comida. Y luego dijo: “Nuestro Principal Sahib está hambriento. Él conoce los chapatis”. Sant Ji continuó: “Él estaba llorando y gimiendo después de 2 o 3 días y nosotros hemos estado en esto todo este tiempo”. Todos empezaron a reír con gana, junto con Sant Ji, que estaba muy animado mientras hablaba. Para terminar añadió con una dulcísima mirada hacia mí: “Y después de esto yo lo acaricié como a un niño y esto fue algo digno de verse”. Este incidente de “la arruinada del té del Santo”, terminó proporcionándonos mucha risa de muchas formas en los años subsiguientes. Sant Ji se refirió a esto 65- Entre otras cosas, me di cuenta que sería útil anticipar las situaciones antes de que se presentaran. Por ejemplo, de ahí en adelante le pedí a los sevadares que ayudaran con las entrevistas, asegurándose de que la gente que tuviera que salir ese día fueran los primeros en la fila. 66- La presencia de una gran población india hace posible encontrar la alimentación básica de ese país.

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El Arco Iris en mi Corazón varias veces, siempre con humor amable en sus ojos y su voz. A Pathi Ji le gustaba mucho decir que: “¡America mai, Kent Bicknell bahot barda admi hai. Eyk Principal Sahib hai, Lekin, Colombia mai, chotta baacha hai!”. (¡En América Kent Bicknell es alguien muy importante, una gran peluca, un rector; pero en Colombia él es un niño pequeño!), el episodio también se convirtió en el tema de una de las caricaturas que dibujé para Sant Ji. Es una de sus favoritas. Aunque la historia sobre mi torpeza en las entrevistas que se convirtió en una caricatura para el Santo cae fuera de los límites cronológicos de este libro, puede ser relevante. Comenzando en 1979 y durante toda la década de los ochenta, yo acompañé a los grupos de hispano parlantes al Rajastán para la visita de Noviembre y Diciembre al Ashram de Sant Ji y con frecuencia estaba allí el diez de Diciembre, el día de cumpleaños de mi esposa Karen. Durante una de estas primeras visitas, yo hice una tarjeta de cumpleaños para Karen con un diseño en tinta del 77 R.B. y varios aspectos del Ashram. Yo le pedí a Sant Ji que firmara la tarjeta y así lo hizo. (“Love, Ajaib Singh”). Esta fue, lo sentí así, una linda manera de compensar el hecho de no poder estar presente en su cumpleaños. Al año siguiente Sant Ji me pidió que le hiciera una de estas “caricaturas”, lo cual hice con la mayor disposición. Esta caracterizaba a varios sevadares del 77 R.B. haciendo diversas tareas (con giros humorísticos) y Sant Ji lo disfrutó totalmente. Con los años yo produje más caricaturas para compartir con Él. En una ocasión volé a Delhi un par de días antes de que Sant Ji bajara del Rajastán. Cuando Él llegó, volamos juntos a Bombay para un programa de Satsang y Meditación. Él día antes de que Sant Ji llegara, el Sr. Oberoi me dijo: “Tú sabes Kent Ji, yo acabo de llegar del Ashram y Sant Ji está esperando con mucho gusto verte aquí en Delhi. Él está esperando con mucha ansiedad las caricaturas que has hecho para Él”. Yo no había hecho ni una caricatura, entonces ciertamente me dediqué a esa tarea esa noche. La caricatura que hice caracterizaba los chapattis de 1977, yo estaba en una esquina, llorando (por supuesto), Pathi Ji estaba tratando de cortar los chapattis con un serrucho y Pappú estaba ablandándolos con un martillo. Debbie Asbech estaba salvando el día, conduciendo un tanque de guerra sobre una fila de chapattis para hacerlos suaves y flexibles. Sant Ji miraba con una sonrisa, pacientemente esperando su comida. 212


Sant Ji en Suramèrica. 1977 Le mostré la caricatura a Sant Ji, explicándo cada detalle, mientras estábamos sentados en la sala en el aeropuerto en Delhi, esperando nuestro vuelo a Bombay. Unos minutos más tarde, Sant Ji se volvió hacia una discípula india que viajaba con nosotros y revisó la caricatura, pulgada por pulgada con ella, riéndose a medida que la miraba nuevamente. Más tarde Él me dijo: “Tú te diviertes haciendo estas caricaturas y mostrándomelas. Pero a mí me divierten mucho más que a ti. Cuando regrese al Rajastán, sacaré esta caricatura y se la enseñaré una y otra vez a los amados que vayan a visitarme y cada vez la disfrutaré”. Nuevamente, no pretendo entender los caminos de un Santo.

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El Arco Iris en mi Corazón Jueves 28 de Julio de 1977. Bucaramanga

El jueves 28 de Julio, volamos a la ciudad de Bucaramanga, localizada cerca de la frontera entre Colombia y Venezuela. El aeropuerto era una montaña cuya cima había sido cortada y los aterrizajes y despegues eran por no decir más, excitantes. Cuando llegamos nos dimos cuenta que estábamos más cerca del recientemente construido Ashram que de la ciudad misma. A esta última se llega descendiendo tortuosos caminos montañosos. Bucaramanga es el lugar más hermoso que yo haya visto en el mundo. Me hizo recordar unas fotos de la National Geographic, sobre el Valle Perdido de los Incas. Era una ciudad bastante grande, pero nosotros estábamos por lo menos a 40 minutos, subiendo, rodeada de picos y valles. Sin embargo la ciudad siempre era visible desde el Ashram y las luces nocturnas de Bucaramanga parecían como el Festival Divali en la India, el Festival de las Luces. Sant Ji estuvo muy feliz. El único problema era que no había agua corriente, entonces había que traerla. Por esta escasez de agua, los organizadores habían anunciado en Bogotá que no muchos devotos deberían viajar a Bucaramanga. Cuando Sant Ji supo esto, informó a los sevadares que era nuestro problema proveer lo que la gente necesitara y que todos los amados que quisieran ir deberían ser acomodados. Él sugirió que todos economizaran el agua y esto funcionó muy bien. Durante varios meses antes de que Sant Ji llegara, un significativo número de satsanguis de Bucaramanga se levantaba a media noche y se sentaba en meditación hasta las 5 AM y luego hacía Satsang antes de irse a trabajar. Sant Ji les dijo que el amor de ellos lo había traído hasta allí. Antes de Su llegada, sin embargo, algunas fricciones habían surgido entre el grupo. De una manera muy precisa Sant Ji concluyó: “El Poder Negativo vio todo el amor que tenían, entonces simplemente plantó algunas semillas de discordia entre ustedes”. Luego Él les dijo: “Si a ustedes se les da un seva, ese es su seva. Si ustedes dejan ese seva para hacer otra cosa que ustedes quieren, entonces no están haciendo seva”. Más tarde en la sesión, con ojos relucientes y una gran sonrisa mientras miraba a Russell, a Pappú y a mí, Él explicó que un hijo del Gurú Nanak se había convertido en el avatar de Gorakh Nath. De este hijo surgió el sendero de los dos primeros 214


Sant Ji en Suramèrica. 1977 nombres, teniendo en cuenta que son Cinco Sagrados Nombres y Él añadió que su primer Gurú. Baba Bishan Dass, era de esa línea. Los sevadares regresaron a servir con enormes sonrisas en sus rostros. La comida en Bucaramanga era preparada con mucho amor y servida muy ingeniosamente, en hermosos alrededores. La mayor parte de la comida era cocinada en una estufa de leña, usando ollas de barro nativas. Simples calabazos servían de tazas y cucharas y Sant Ji comentó que a Nina Gitana (que siempre mantenía todas las cosas elegantemente simples en el Ashram de Vermont) le hubiera gustado esto mucho. Como en otros lugares de la gira, todos los días Sant Ji venía y permanecía de pie en el Langar para ver cómo se servía la comida a los devotos. En Bogotá, Sant Ji había dicho que los lugares sobre los que los Santos habían caminado emanan grandes beneficios durante miles y miles de años, en efecto hasta el final del mundo físico. Siendo esto cierto, las semillas de futuros beneficios estaban ampliamente desparramadas sobre el polvo rojizo de los terrenos del Ashram de Bucaramanga, semillas regadas por las Sagradas Huellas de Sant Ji mientras caminaba por todos los terrenos. La estadía programada en Bucaramanga era solo de dos días y Sant Ji quería dar lo más posible durante este tiempo. Había poco tiempo para entrevistas y muchos querían verlo. Esto incluía iniciados y buscadores de Bucaramanga que no habían podido ir a Bogotá. En la primera sesión, en una de mis salidas a la puerta para llamar a la siguiente persona, me dijeron que un señor de avanzada edad, un plomero, había traído su violín para tocar una de sus composiciones a Sant Ji. Aunque no era satsangui, había ayudado a arreglar las tuberías improvisadas usadas para la casa de Sant Ji y ahora sentía inspiración para verlo. Yo me preocupaba para que todos los satsanguis pudieran ver a Sant Ji y le expliqué esto a la sevadar que estaba hablando por él. Ella respondió: “Sí, pero él ha venido y ha compuesto varias canciones con mucho amor. Es un hombre viejo”. Yo todavía no estaba muy seguro y ella observó: “Pero son nacidas del amor”. Yo recordé el dicho inglés que dice: “El camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones”. Y aunque yo quería ayudar, no quería pasarlo antes de las personas que habían estado esperando tanto tiempo. Les sugerí que él regresara a las 4 PM cuando hubieran terminado las entrevistas, pero sin compromiso. A las 3:45 PM escuché el sonido de un violín que él afinaba y la siguiente vez que abrí la 215


El Arco Iris en mi Corazón puerta, allí estaba esperando pacientemente con toda su familia. Cuando se acercaba la hora de terminar, le pregunté a Sant Ji si podía recibir al hombre y Él dijo: “Seguro, hazlo seguir ahora. Quiero escucharlo tocar”. Así lo hice y Sant Ji recibió una serenata en las montañas por un plomero violinista. Al final del concierto Sant Ji dijo: “¡Bahot aacha!” (Muy bien). “Es muy bueno, dile que yo no conozco el idioma, pero lo entiendo muy bien”. Luego Sant Ji preguntó: “¿Quieren tomar una foto?”. Y todos se pusieron muy felices. Lamentablemente mi cámara no tenía rollo.67 El plomero comenzó a tocar otra vez y todos se rieron. La familia mencionó que él tenía 75 años y Sant Ji comentó: “Hay un hombre en nuestra aldea que tiene 105 años y trabaja fuertemente. No eres muy viejo, no tengas esa idea de que eres muy viejo”. El hombre le pidió la bendición a Sant Ji y Él se rió y dijo: “Te amo, te amo”. Sant Ji había sido tan amoroso con el violinista y su familia, que yo quedé confundido otra vez sobre mi papel de fijar prioridades en las entrevistas. Un poco más tarde yo le dije: “Sant Ji, cuando estoy en esta posición de decidir quién puede verte y quién no, o quién debería verte primero, algunas veces mi cabeza dicta todas esas razones del por qué alguien debería o no debería entrar y luego mi corazón recuerda la historia de Harnaam.68 Y me di cuenta que yo no sabía lo que la gente necesitaba. Yo no sé quién debería verte ni cuándo, yo no sé nada de esto”. Sant Ji respondió: “Aquellas personas que vienen con amor a ver a un Santo, ellos obtendrán algo, así sean iniciados o no. Esto no importa, no importa para nada. Fue muy bueno que ese hombre viniera a verme y él recibirá mucho beneficio”. La respuesta de Sant Ji fue muy dulce y fuerte, e hizo que mi corazón cantara. Volviendo de mi alegría, observé que mi ego estaba muy feliz si parecía que había hecho las cosas correctas en Su Voluntad y muy triste si parecía haber errado. La verdad era que yo no sabía lo que cada quien “necesitaba”. Algunas veces, en medio de una entrevista, yo pensaba que sabía y Sant Ji decía exactamente lo opuesto. Otras veces estaba cerca y ocasionalmente, cien por ciento correcto. Algunas veces el consejo parecía tan duro, que yo pensaba: “¡Ay!”. Y la persona salía de la entrevista llorando. Al día siguiente la operación terminaría, sin embargo la curación 67- Steve Arky filmó la sesión con una cámara de cine de 8 mm. 68- Sant Ji había relatado con frecuencia la historia de Harnaam, un obrero que vio al Maestro Kirpal solo una vez. Meses después él estaba trabajando en el campo (en el primer Ashram de Sant Ji, el Ashram de Kunichuk) cuando falleció. Antes de morir le contó a Sant Ji que el Maestro Kirpal había venido a llevar su alma, aunque él lo había visto solo una vez y no era iniciado. Es más, Harnaam le informó a Sant Ji que el Maestro Kirpal vendría a verlo en el Ashram de Kunichuk y así fue.

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Sant Ji en Suramèrica. 1977 había comenzado y esa alma estaría en el cielo. Yo comprendí que Élera el único que miraba en su frente, leía su destino y daba exactamente lo que necesitaban.

Bucaramanga - 1977 217


El Arco Iris en mi Corazón Viernes 29 de Julio Iniciación. Visita a la Ciudad y una maravillosa caminata

El viernes 29 fue un día que se desenvolvió como un sueño milagroso. Los pocos momentos de pesadilla que surgieron estaban directamente relacionados con mis propias debilidades, como se verá. El día comenzó a las 2:00 AM, hora en que me levanté para colaborar con las Iniciaciones. Unos 20 devotos del área, jóvenes y viejos, de todas las profesiones y clases sociales, calladamente se reunieron fuera de la casa y entraron para recibir el Sagrado Naam. Cuando todo estuvo listo, Sant Ji se sentó en una silla alumbrado por las llamas vacilantes de 4 velas y todos los nuevos iniciados tuvieron experiencias internas al ser conectados con la Luz y el Sonido Sagrados. La atmósfera en ese salón era muy etérea, nunca la había sentido así.69 Después de la Iniciación que fue de 3 AM a 6 AM, yo estaba alistando el salón para las entrevistas de esa mañana. Karen, que estaba sentada en el salón del Satsang que queda cerca, me contó que ella escuchó a Sant Ji llamándome por mi “nombre”, “¡Principal Sahib!”. Desde su habitación Él me había llamado para preguntar: “¿Kya kam karte hai?”. (¿Qué trabajo estás haciendo?). Y yo le respondí en un vacilante hindi, que estaba limpiando el salón para las entrevistas. Entonces me preguntó si hoy, a diferencia del día anterior con el violinista, sí tendría rollo en mi cámara y se rió con gana. Habíamos hecho una hermosa caminata el día anterior y hoy, otra vez salimos. Los Andes eran tan especiales. En un punto al rodear una cresta en el camino, de pronto la vista parecía continuar para siempre. Mi corazón estando allí, cantó. Pero la mejor caminata: “La danza del sombrero colombiano”, estaba aún por venir. Al mediodía bajamos en carro hasta la ciudad de Bucaramanga. Sant Ji había sido invitado a visitar la casa de la familia Rosales, una familia grande, muy amorosa y devota en la cual todos sus miembros eran iniciados. A Sant Ji lo llevaron por toda 69- Russell Perkins en la Revista Sant Bani, de Enero de 1978 escribió: “El primer tour de Sant Ji, parte IV, Suramérica”, pg. 26: “Un día en Bucaramanga fue uno de los más increíbles de todo el Tour, el viernes 29. Comenzó con la Iniciación a las 3 AM en la casa del Maestro, un evento bajo una hermosa luz de vela. Valió la pena todo el viaje a Suramérica para ver a Sant Ji sentado en medio de las velas, iluminado por esta humilde luz. Veintiún hermanos y hermanas recibieron el Naam en ese momento”.

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Sant Ji en Suramèrica. 1977 la casa, visitando todos los cuartos. Sant Ji se sentó en una silla en la sala rodeado por la familia y unos pocos invitados. Yo me senté al fondo del salón y tomé varias fotografías. Después de dar una breve charla, Sant Ji cantó algunos Bayanes que no había escuchado antes y fueron muy amorosos, llenos de la añoranza y Amor del discípulo por el Maestro.70 El Parshad fue distribuido a todos generosamente y salimos a visitar otra casa. De regreso al Ashram, la caravana se detuvo brevemente para que Sant Ji pudiera bendecir el lugar donde se hace el Satsang. Hubo un momento en Bucaramanga cuando Sant Ji habló sobre el poder del Darshan, Él explicó que cuando el Maestro Kirpal lo hizo pasar al estrado con Él, Sant Ji se sintió aterrorizado al sentarse con ese Gran Poder y Él temblaba mucho. Yo pensé cuánto anhelaba Su Darshan y sin duda esto fue bueno para mí, mi alma lo sabía. Pero tristemente, también me di cuenta de que a veces simplemente olvidaba en frente de quién estaba sentado. Un poco lo atribuí a lo que puede llamarse “ir a la deriva”, causada seguro por la enorme sobrecarga experimentada, yendo de acá para allá de prisa casi a todo momento. Más insidiosos, sin embargo fueron los períodos de pesadilla de no estar contento conscientemente en el presente, en el “aquí y ahora”. Padecí una aguda enfermedad de malestar espiritual durante nuestro viaje a la ciudad. La ola de “desear y esperar”, algo que no me estaban dando, había comenzado en el avión de Bogotá a Bucaramanga. Yo esperaba que mi familia pudiera sentarse adelante cerca de Sant Ji, donde yo siempre tenía que estar. En vez de esto, ellos fueron ubicados al fondo del avión. Aunque no dije nada esto, me molestó, me preguntaba porqué dos jovencitos que debían a ayudar a Karen con los niños, fueron sentados cerca de Sant Ji. Silenciosamente furioso, arruiné la oportunidad del Darshan constante de Sant Ji que estaba justo al frente de mí. Dos días más tarde cuando bajamos a visitar la familia Rosales en Bucaramanga, para no decir más, pasé la mitad del tiempo deseando que Karen también fuera invitada. Otra vez me sentí molesto por lo que no fue, en lugar de estar disfrutando 70- Así describió esto Russell: “Más tarde esa mañana fuimos en carro a la ciudad de Bucaramanga, ya que Sant Ji había sido invitado a visitar varias casas allí. Primero fuimos a la casa de la familia Rosales (María Victoria Rosales es la líder del grupo de Bucaramanga) y después de recorrer la casa, Sant Ji dio un Satsang muy dulce y repartió mucho Parshad. Aquí cantó un Bayán que acababa de escribir o al menos Pappú y Pathi Ji nunca lo habían escuchado antes, y apenas podían cantar las repeticiones. Después fuimos a otras casas, incluyendo el sitio habitual de reunión del Satsang y regresamos al Ashram”. (Revista Sant Bani. Enero de 1978).

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El Arco Iris en mi Corazón lo que fue. Cuando hablé con Karen más tarde, ella me dijo que no se había molestado. Luego ella amablemente señaló que necesitábamos aprender a estar agradecidos por el lugar donde estábamos a todo momento, sentirnos contentos de que estuviéramos allí. Mientras reflexionaba sobre esto me preguntaba por qué había caído en un estado tan irracional. Yo recordé que una vez en la India, Sant Ji había dicho algo al respecto, para vivir junto a un Santo, un discípulo necesitaba haber alcanzado el tercer plano, estar suficientemente avanzado espiritualmente. Baba Sawan Singh comparaba los discípulos que vienen de lejos a ver al Maestro, con el ternero que va en busca de la leche. Mientras los que viven cerca del Maestro, son como garrapatas, succionando la sangre de la ubre de la vaca y ¿quién querría ser como una garrapata? Yo pensé en todas las historias inspiradoras sobre los discípulos a quienes el Maestro les pedía hacer tareas aparentemente imposibles y a los pocos, o con frecuencia al único que permanecía hasta el final. Un Maestro pidió a sus discípulos construir plataformas, luego derruirlas y volverlas a levantar en algún otro lugar. Eventualmente los discípulos se fueron, pensando que el Gurú estaba viejo y había perdido sus facultades, pero un discípulo continuó cumpliendo las órdenes de su Maestro. Comprendí, quizás por primera vez, que siempre que escuchara estas historias, no deseaba identificarme con los “¡desertores!”, sino más bien lo contrario. En mi niñez cuando leía historias sobre Caballeros, no me representaba como el malo y perezoso, ni como el campesino observador. Yo estaba en ese semental, mi armadura centelleando en la luz solar. Mientras más reflexionaba sobre mi estado, más entendía que, así como yo sentía la presencia de Dios encarnado como un fuego que calienta y da vida, este podría también quemar. El mundo era un lugar frío, y asistir al Satsang y recibir el Darshan eran oportunidades para venir, sentarse en el hogar y calentarse. Esto me hizo sentir muy bien. Y a continuación sería hora para volver al frío otra vez. De alguna manera, sin embargo, viviendo tan cerca de Él, ese mismo fuego comenzó a ser demasiado caliente. Permanecí demasiado cerca por mucho tiempo. Lo que quemaba no era Él, era yo mismo, cuando mi mezquindad salía gateando de su escondite una y otra vez. En lugar de inútiles deseos para tener oportunidades para servir, para dar y dar, se me estaba pidiendo ahora vivir esa entrega a todo momento. 220


Sant Ji en Suramèrica. 1977 Algunas veces, mi ego se resistía, ya que no había trascendido mi antiguo yo. Una noche Sant Ji habló de una cerda que tenía una camada de muchos bebés cada vez que daba a luz, lo cual ocurría tres veces al año. Todos esos cerditos se iban y comían el barro y la suciedad del mundo. Mientras que un tigre tenía solo un bebé y ese bebé crecía para ser el rey de la jungla, el rey de la selva. Sant Ji añadió que el Maestro Kirpal nos había hecho a todos tigres y que deberíamos crecer para llegar a ser emperadores. Y así era. Cuando, por ejemplo yo pospuse el chequeo de los últimos arreglos para la próxima sesión de entrevistas para tomar un aperitivo, me sentí más como un cerdo que como un tigre. ¿Qué era más importante, asegurarme de que la gente estuviera lista para Sant Ji cuando Él estuviera listo para ellos, o mi deseo de una tajada de mango? En Suramérica se me dio la orden de estar junto a Sant Ji en todo momento y esta fue una bendición enorme e invaluable. Pero fue muy doloroso ver surgir mis debilidades, incluso (y especialmente) justo en frente de Él. Y era imposible sentir que lo merecía o que había una justificación para todo lo que Él estaba dando. Me estaban sirviendo un plato densamente cargado, rebosante de alimento para reflexionar. Esa tarde, apareció en las entrevistas un buscador a quien no se le había permitido recibir la Iniciación en esas horas tempranas de la mañana. El día anterior, siguiendo las instrucciones del Doctor Molina, fui designado para informarle a ese hombre que no podía asistir a la Iniciación, ya que todavía no estaba bien preparado. No había estudiado la teoría de Sant Mat, no había asistido a los Satsangs y no cumplía con el tiempo requerido de vegetarianismo. Él estaba muy triste y me buscó por la noche. Me explicó que él conocía otros caminos del yoga y por eso pensaba que estaba preparado, que él tenía un trasfondo y estaba familiarizado con las enseñanzas de una manera general. Le dije que yo no tenía la autoridad para cambiar la decisión, pero le sugerí que fuera a la entrevista en la tarde siguiente. La siguiente tarde, por petición de Sant Ji fui a ver cuánta gente estaba esperando ya que se estaba acabando el tiempo de las entrevistas de ese día. Noté que aquel hombre estaba al final de la fila y le pedí a los sevadares que hicieran lo posible para que tuviera la oportunidad de entrar. Ellos dijeron: “Está bien, él puede entrar en el siguiente turno”. Cerré la puerta y le dije a Sant Ji que la fila no estaba tan larga. Él dijo: “Muy bien, entonces esto es todo por hoy”. Pero faltaban cinco para las cuatro, La hora programada para terminar. Yo gemí para mis adentros, saqué valor 221


El Arco Iris en mi Corazón y le conté a Sant Ji sobre ese hombre. De pie, junto a mí, Sant Ji agarró mi brazo fuertemente y dijo: “¡Leo!”. (Tráiganlo) y amablemente me guió a abrir la puerta. Cuando el hombre entró, se arrodilló en frente de Sant Ji y le ofreció un pequeño ramo de flores con una barrita de incienso en el medio. Como en cámara lenta, Sant Ji tomó las flores y cuidadosamente las miró una por una. Luego le dijo al hombre que recibiría la Iniciación, le aconsejó asistir al Satsang, para comprender la teoría. Sant Ji escribió: “Para Alissa con amor, Ajaib Singh, en una foto para la madre de este hombre y luego firmó otra foto para él. Fue maravilloso contemplar el minucioso cuidado que Sant Ji brindó a este intercambio y el efecto sanador en el corazón roto de aquel buscador. El hombre salió y Sant Ji sugirió que saliéramos a una caminata increíble. Sant Ji invitó a Russell y luego me mandó a traer “a la familia Bicknell”, para que nos acompañara.71 Cuando regresé con Karen, Chris y Nick, Sant Ji pidió que me pusiera “mi” sombrero. Era un gran sombrero de paja que estaba colgado en una pared de la casa, aparentemente con un propósito decorativo. El día anterior, Sant Ji había cogido el sombrero de la percha y lo colocó en cierto ángulo sobre mi cabeza, retrocedió para observar y todos nos morimos de risa. Él me dijo: “Tú siempre deberías usar un sombrero”. Yo pensé que me estaba sugiriendo que usara siempre sombrero, pero Pappú me explicó que lo que Sant Ji quiso decir fue que cuando usara un sombrero, este se me vería muy bien inclinado en un ángulo. ¡Debbie Asbeck comentó que si yo usaba mi sombrero siempre así, una de mis orejas se me congelaría en invierno! Agarré el sombrero, todos nos dirigimos a la puerta y bajamos la empinada carretera a la entrada del Ashram. En la intersección con el camino “principal”, una avenida un poco más ancha de tierra y polvo café rojizo, volteamos a la derecha y nos dirigimos hacia las colinas. Caminamos más de media hora hasta un lugar con una vista maravillosa de las montañas y valles que se veían más allá. Descansamos y Sant Ji sugirió que Pappú se probara el sombrero. Todos nos reímos y Sant Ji me pidió que tomara una foto, luego Pappú me tomó una foto con el sombrero, una de Russell y finalmente una de mi hijo Chris de siete años, usando el sombrero también. El sombrero iba de una cabeza a la otra con una buena dosis 71- Yo no había dicho una sola palabra a nadie (excepto Karen) sobre mi angustia porque mi familia se había perdido el viaje a Bucaramanga, pero como Baba Sawan Singh solía decir, ¡un Santo puede saber en qué estado se encuentra alguien solo con mirarlo, igual como uno puede decir si un frasco de vidrio contiene dulces o pimientos!

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Sant Ji en Suramèrica. 1977 de hilaridad y la serie de fotos que se generaron fueron publicadas en la Revista Sant Bani bajo el título de “La Danza del Sombrero Colombiano”72.

Bucaramanga - Danza del Sombrero Colombiano

Sin ninguna prisa, dimos la vuelta para regresar. Mientras caminábamos, Sant Ji tomó una mano de mi hijo Nick de dos años y yo lo tomé de la otra. Contamos “¡Uno, dos, tres, wheeeee!”73. Y lo levantamos por el aire, para su deleite. Después de un rato, Nick siguió y se adelantó, creando una foto genial, que Russell tituló: “Y un niño pequeño los guiará”, cuando fue publicada en la contraportada de Septiembre de 1977 de la Revista Sant Bani. 72- Revista Sant Bani, Septiembre 1977. Pg.20. 73- Se pronuncia ¡Uiii! (Nota del Editor).

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El Arco Iris en mi Corazón

En este momento, Sant Ji notó que se estaba haciendo tarde, la hora del Satsang estaba llegando. Comenzó a acelerar el paso y fue un verdadero desafío seguirlo. Clip-clip, clip-clip. Sus pies hacían clip-clip y todos corrimos detrás. Increíblemente, regresamos al Ashram exactamente a las cinco en punto, justo a tiempo. Entramos a la casa y, exceptuando a Sant Ji, todos estábamos sin aliento. Él se rió, nos agradeció por haber ido y se fue a su cuarto para seleccionar el himno para el Satsang.74 74- Russell Perkins en la Revista Sant Bani de Enero de 1978, escribió: “La primera Gira Mundial de Ajaib Singh, Parte IV: En Suramérica”, pgs. 26-27: “Después de un breve descanso, Sant Ji nos dijo que iba a hacer una caminata, esta fue la caminata durante la cual fueron tomadas las hermosas fotos de este lugar que aparecieron en la emisión de Septiembre, y los que Lo acompañamos, Pappú, Pathi Ji, Kent, Karen, Christopher y Nicholas Bicknell, y yo, la recordaremos siempre mientras vivamos. Comenzó como uno de los momentos más felices y se convirtió en algo mucho más, porque de un momento a otro nos dimos cuenta de que no íbamos a regresar a tiempo para el Satsang de las 5:00 PM. A Sant Ji no le gusta llegar tarde, y me lo había dicho muchas veces. Entonces comenzó a caminar rápido, más rápido y más rápido, hasta que Él no estaba corriendo, y una vez vi una caricatura de John Henry fijando rieles, y al ver las piernas de Sant Ji pensé en los brazos de John Henry compitiendo con la máquina que estaba colocando los rieles detrás de él, estuve físicamente al borde de mis capacidades para mantener el ritmo. Me encontraba a tres o cuatro pies detrás de Él. No pude llegar más cerca que eso, yo simplemente iba, iba e iba. Y mientras más cerca estábamos del Ashram, más rápido caminaba Él. Era como si esto no tuviera fin, simplemente continuamos yendo más rápido. Yo apenas estaba consciente de Pathi Ji que estaba dos pies detrás de mí. Pappú, Kent, Karen, Chris y Nick estaban en alguna parte en la Tierra de Nunca Jamás en lo que a mí concernía. Todo lo que quería hacer era simplemente no dejarme colgar más. Llegamos a la esquina de la calzada, que es muy empinada. El no desaceleró ni un poco, continuó moviéndose hacia arriba por esta empinada colina. Los satsanguis estaban allí para saludarlo, Él los saludó y continuó moviéndose. Llegamos al Ashram exactamente a las 5:00 PM”.

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Sant Ji en Suramèrica. 1977 Esta fue la última noche en Bucaramanga, el Satsang fue poderoso y conmovedor. Cuando regresamos a la casa, Sant Ji preguntó: “¿Vamos a caminar alrededor de las carpas?”. Los jardines del Ashram estaban salpicados del color de muchas tiendas de campaña. Eran los alojamientos para los devotos que llegaron desde muy lejos. Caminamos la corta distancia hasta las carpas y examinamos algunas incluyendo la de mi familia. Haciendo una pausa en otra carpa, Sant Ji señaló: “Ustedes son afortunados. Viven en las carpas debido a la devoción, a su devoción de Dios, en cambio yo tuve que vivir en carpas en el ejército”. Todos nos reímos. Luego Él dijo: “Verdaderamente este es un ejército. ¡El Ejército de Hazur Kirpal!”. Cuando Sant Ji descendió por el camino y se dirigió al área del Langar, era hora del crepúsculo. Él estaba todo vestido de blanco y el cielo verde oscurecía detrás de Él. Una luna llena, lo más llena posible, jugaba a entrar y salir de las densas nubes. Estas eran grises en los bordes, pero casi negras en el centro y la luna llena se deslizaba entre ellas. Tendidas muy por debajo se veían las parpadeantes luces de la ciudad. Sant Ji se detenía una y otra vez y solo después de mucho rato ascendió de regreso a Su casa que estaba iluminada por una lámpara. Después de que Sant Ji cerró la puerta, Russell se volvió hacia mí con una enorme y embriagada sonrisa en su cara y dijo: “¡Qué día!”. Los dos nos echamos a reír, completamente atrapados en el gozo de lo Divino. Mientras yacía en la cama esa última noche, me di cuenta que no solo el día había sido mágico, sino todo, incluso mi cabeza parecía transformada. Claramente la caminata había hecho su trabajo. Mi único pesar fue que Él hubiera tenido que darme otra dosis de medicina espiritual. Anteriormente, alguien le había preguntado a Karen si yo había asistido a la Iniciación esa mañana y cuando ella respondió que sí, la persona comentó: “Hombre, Kent tiene que mejorar después de todo lo que está recibiendo”. Estuve muy contento de que Karen me pasara ese comentario. La verdad era que no había estado lo suficientemente agradecido por todo lo que me estaban dando. A veces, de verdad, me había sentido como un paciente bajo anestesia y aunque tenía una vaga idea de que el doctor me estaba operando, no tenía la menor idea de qué o cómo estaba haciendo. Me recordaron que incluso una sola mirada hacia Él no debía ser subestimada. Como Él mismodijo en Bucaramanga, mirar cualquier parte del cuerpo de un Santo trae una gran bendición, ya que verdaderamente hablando, todas las partes de un Hombre Dios irradian. No podía dormir, entonces decidí dar un paseo bajo la luz de la luna. Agarré mi grabadora y mientras caminaba, un monólogo surgió: 225


El Arco Iris en mi Corazón Ah, las luces de Bucaramanga son ahora inmensas. Simplemente camino y camino. Estoy de verdad separado, pero ustedes saben que algunas veces sucede. En verdad no me he sentido así de bien en mucho tiempo. No quiero ir a dormir. Ese es el asunto. No quiero despertar mañana y “despertar”, quiero permanecer en este sueño. Es muy hermoso, muy muy hermoso. Bucaramanga es irreal. (Y comienzo a cantar: “Liken Valia“). Estuve meditando media hora, no lo sé, quince minutos, diez minutos, me parecieron cinco minutos, no sé. Abrí mis ojos y me sorprendió (risas, risas) encontrarme sentado sobre una colina en medio de los Andes, mirando a todas partes. Supuse que sería mejor regresar, dondequiera que el sitio de regreso estuviera. Y ahora estoy de regreso y me parece muy triste regresar y dormir. Esto es tan hermoso. No puedo dejar de pensar en cosas pequeñas como: “¿No sería bueno tener una casita sobre una de estas pequeñas colinas?”. Meditar aquí es muy bueno. Es el mejor lugar que yo pueda recordar. Me di cuenta de eso esta mañana cuando me senté, antes de comer. Saben, tenemos un horario de comidas tan interesante que nunca estoy seguro cuándo voy a comer. Pero parece que justo cuando estoy listo para meditar, entonces es la hora de comer. Siempre me dicen que coma, entonces como. Y quedo lleno. Hoy no comí cuando la comida estaba lista. Simplemente decidí meditar y lo hice. Y tan pronto como comencé a meditar esta fue una meditación de verdad. Y lo mismo acaba de suceder aquí. Y yo creo, creo que es el lugar. Y el Santo lo ha hecho. Ah. Está bien. A la mañana siguiente empacamos nuestras maletas y las acomodamos en los carros que nos esperaban para llevarnos al pequeño aeropuerto. Se organizó una enorme fila al lado del camino y el carro de Sant Ji iba muy lento para que las almas ansiosas pudieran tener una última vislumbre de su Amado. Las lágrimas fluían y la frágil disciplina se hizo añicos, cuando los devotos se desesperaron por verlo, tocarlo, hablarle, besarlo, cualquier cosa para retenerlo para siempre en sus corazones rotos. Llegamos al final de la fila y subimos las empinadas montañas en zigzag hasta el aeropuerto. El pequeño jet rugió por la corta pista y se dejó caer por el borde de la montaña. Estábamos de vuelta a Bogotá para pasar una última noche, ya que nuestro vuelo de regreso a los Estados Unidos estaba programado para el día siguiente. Una y otra vez, el enorme volumen de lo que Sant Ji dio fue sorprendente. Si 226


Sant Ji en Suramèrica. 1977 parecía que en un momento estaba entregando más que en otro, era solo cuestión de receptividad. La Gracia siempre estuvo fluyendo en abundancia. Como Sant Ji solía decir, citando a Baba Sawan Singh: “El problema no está en el que da, el problema yace en el que recibe”.

Sant Ajaib Singh Ji Aeropuerto de Bucaramanga - 1977

En la última noche en Bogotá, justo antes de que fuera tiempo de retirarse, Sant Ji salió de Su cuarto y me encontró solo. Me invitó a caminar con Él, solo los dos. Vagamos alrededor de los campos del Ashram, vimos muchos discípulos realizando sus tareas, pero ninguno nos vio. Era como si Él se hubiera puesto la legendaria capa de la invisibilidad. Bajamos las escaleras en caracol, continuamos más allá del Salón del Satsang hasta llegar a la casita cerca de la residencia de Alicia Gómez. Este era el lugar donde estaban alojados muchos norteamericanos. 227


El Arco Iris en mi Corazón Cuando nos detuvimos a mirar, más gente iba y venía. Hablamos algo en voz baja, pero más que todo permanecimos en silencio. Las luces estaban encendidas en la casa, entonces podíamos ver con claridad. En la cocina, algunos estaban comiendo, mientras otros simplemente estaban sentados hablando. Una persona estaba lavando la loza en el lavaplatos y aunque frunció los ojos para mirar por la ventana, no veía sino oscuridad. En un momento, una voz flotó diciendo: “Vaya… parece que escasamente he visto a Sant Ji hoy”. Lo traduje para Sant Ji y Él silenciosamente se rió y nos dimos vuelta para iniciar el largo ascenso hasta Su casa. Me pellizqué y pensé: “¡Wow, que alegoría! No podemos verlo, pero Él siempre está allí mirándonos”. El último día, Sant Ji pidió reunirse con la Junta Directiva del Satsang de Bogotá. Habló muy positivamente sobre Colombia como un país con futuro espiritual. Dijo que le encantaba el país y que la gente suramericana realmente Lo amaba. Le dijo a la Junta que Él había estado muy feliz al venir. Añadió que había sembrado muchas semillas entre la gente que vino a verlo.75 En un momento de la reunión un dedicado sevadar le preguntó a Sant Ji si estaría bien que él se retirara de la presidencia de la Junta. Explicó que se estaba sintiendo algo así como una quinta rueda, ya que el Dr. Molina estaba realizando gran parte del trabajo según lo autorizado por Sant Ji. Él no culpó a nadie, pero sentía que el trabajo podría ser hecho mejor si otro estuviera en su lugar. Añadió que estaría encantado de hacerse a un lado. Sant Ji no aceptó su renuncia. Con gran amor, señaló varios aspectos del trabajo que eran realizados por esa persona, aclarando muy bien que Él no quería que nadie más fuera el presidente. El sevadar juntó sus manos y se inclinó ante Sant Ji, aceptando la Voluntad del Maestro. Como la Junta se estaba levantando para salir, Sant Ji les pidió al Dr. Molina y a Russell que se quedaran. Cuando el salón quedó vacío, Sant Ji contó algunas historias extraordinarias de Su propia vida, ejemplos que demostraban que todos necesitan que se les reconozca el trabajo que están haciendo. Como Sant Ji amorosamente explicó, hasta que un alma va más allá de los planos bajos hacia Sach Khand, el ego es aún vulnerable a los ataques de “nombre y fama”. Sant Ji comenzó con una historia de Sus días de soldado. En un momento, Su división participó en combates en torno a Cachemira y ellos obtuvieron una victoria importante. Más adelante las tropas fueron a Amritsar para recibir honores por su 75- Es un hecho que la misión espiritual de Sant Ji en Suramérica se disparó durante las dos décadas siguientes.

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Sant Ji en Suramèrica. 1977 valor. Cuando ellos entraban a la ciudad, multitudes alegres alineadas a ambos lados de la calle colocaban guirnaldas de flores frescas alrededor del cuello de cada soldado. A Sant Ji también le colocaron una, pero Él nos dijo que se sintió mal cuando se dio cuenta que muchos soldados estaban recibiendo múltiples guirnaldas, ¡y a Él no le habían colocado sino una! La segunda historia fue de los días en el Ashram de Kunichuk. Sant Ji y Su buen amigo Sunder Dass estaban acostumbrados a dar Satsang una vez al mes. Una vez un gurú vino al Ashram con sus discípulos y después de hacer visita un rato, pidió dar el Satsang mensual que se avecinaba. Sant Ji estuvo de acuerdo. Poco después, sin embargo, Sunder Dass vino donde Sant Ji con una objeción. Él explicó: “Mira Baba Ji (Sant Ji), somos unos yoguis desnudos que hemos renunciado a todo. Lo único que nos queda es nuestro nombre y fama. ¿Por qué debemos dejar que este hombre tome uno de nuestros momentos para hacer el Satsang? Tendríamos que esperar otro mes antes de que podamos levantarnos y sentarnos en frente de toda la gente. Sant Ji estuvo de acuerdo con Sunder Dass, así que concluyó: “¡Sunder Dass y yo botamos a ese gurú y a sus seguidores fuera del Ashram!”. Hubo muchas risas cuando Sant Ji nos contó estas memorables historias que precedieron Su total Iluminación. Al final Sant Ji reiteró el punto importante. La alabanza y el reconocimiento son esenciales para todos los que no han trascendido a los planos más altos. Esta era, concluyó Sant Ji, el alma de las personas y a los que nos habían dado posiciones de responsabilidad necesitábamos recordar esto. El Dr. Molina, Russell, Silvia, Pappú y yo nos sentamos y reflexionamos en silencio después de que Sant Ji se retiró a Su cuarto. Los Maestros han explicado que aunque los Santos llegan a este mundo totalmente realizados Ellos adoptan el atuendo de identidad humana para enseñarnos. Siempre he recordado aquellas historias y las lecciones que Él nos dio a través de ellas. Me sorprendió que cuando Sant Ji residía en el Ashram de Kunichuk ya había alcanzado la meta de los primeros dos Sagrados Nombres que habían sido dados por Su primer Gurú Baba Bishan Dass. Y mientras ya había perfeccionado los dos primeros Planos, aún no se había encontrado con el Maestro Kirpal Singh, que llevaría a Sant Ji totalmente de regreso al regazo de Dios. En efecto entonces, Sant Ji nos estaba compartiendo como, aunque Él estaba muy avanzado espiritualmente, todavía no estaba por encima del ego. No pretendí saber cuál era el verdadero estado espiritual de Sant Ji, apenas tenía importancia. El punto fue que la compasión por la condición humana que fluía a través de aquellas 229


El Arco Iris en mi Corazón historias, así como la perspectiva alterada que ellas revelaban, iban a resultar muy inspiradoras en un futuro próximo y más allá. Más tarde en el día descendimos una vez más los escalones de piedra, esta vez hasta la caravana de automóviles en espera. Prolongados Darshans fueron dados a una fila casi histérica de devotos que surgían de manera amorfa hacia el carro de Sant Ji mientras abandonaba el recinto del Ashram. Una y otra vez, Sant Ji les repetía a los devotos: “Te amo… te amo”. Seguimos hasta el aeropuerto pasando por lugares de Bogotá llenos de tiendas a lado y lado de la estrecha calle. Otra vez Sant Ji señaló que Colombia y su pueblo le recordaban mucho a la India. En algún momento pasamos por un cartel gigante que hacía publicidad a los cigarrillos KENT. Sant Ji lo vio, lo leyó en voz alta y rió de buena gana. Reveló que cuando el grupo había estado viajando por los Estados Unidos, cada vez que veían un aviso de cigarrillos KENT, Él se reía y decía que estaban haciendo mi remembranza. No es la primera ni la última vez, que pensé: “¡Qué misteriosas son las Sendas de los Santos!”. Llegamos al aeropuerto, pasamos la aduana y con un último adiós a los muchos satsanguis a los que se les había permitido asistir, Sant Ji abordó el avión. En algún momento durante el vuelo a Miami, Sant Ji me habló de lo complacido que se había sentido de visitar Colombia. Mientras hablaba, parecía mirarme de arriba a abajo. Al final, de repente, dijo: “Cuando regresemos a Sant Bani, quiero tomar unas fotos contigo y tu familia. Tú debes arreglar esto. Tráelos a la casa un día y allí podemos hacerlo”. Luego añadió: “Y tú debes vestirte como un Rector”. Como yo usaba traje y corbata cuando viajaba con Él, entendí que quería decir que debería estar vestido así, al menos. Llegando a Miami, le pregunté si quería que yo estuviera junto al grupo una vez aterrizáramos. Se rió y dijo: “¡Te dije que mantuvieras tu mente conmigo, no tu cuerpo!”. Aterrizamos en Miami y todo se desarrolló sin contratiempos. Debido a que mis servicios como traductor ya no se necesitaban, me senté con Karen, Chris y Nick para el vuelo de Miami a Boston. Era el primero de Agosto y estábamos en “casa” otra vez, para tener otras tres gloriosas semanas.

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CAPÍTULO VI EL RETORNO A NEW HAMPSHIRE

Como se dijo en el capítulo anterior, no existía un programa formal para los dos primeros días después de que Sant Ji regresara a New Hampshire el primero de agosto. Me pidió que hablara al sangat sobre el viaje que recién había terminado y lo hice en la noche del 3 de Agosto. En la noche siguiente Sant Ji dio Satsang y al siguiente día, el 5 de Agosto, el programa de meditaciones, entrevistas privadas, grupos para Darshan y Satsang comenzó en serio. Nos habíamos deleitado en la Presencia Física de un Santo por tanto tiempo que parecía que nunca iba a terminar. Sin embargo los días enteros comenzaron a volar y mientras las palabras de la grandeza de Sant Ji se propagaban, las oportunidades para verlo se reducían, gente de todo el mundo comenzó a llegar al Ashram. Al final, varios cientos de invitados estaban asistiendo al programa diariamente.76 Cuando regresamos en Agosto, Sant Ji preguntó a mi familia si me permitiría permanecer en Su casa tiempo completo. El colegio ya no estaba en sesión, yo podría trabajar con Pappú en la correspondencia y con Pathi Ji en los Bayanes y era útil contar con alguien disponible que pudiera manejar la variedad de situaciones que se presentaban. Mi familia generosamente me dio el permiso. Me reunía con Pathi Ji y Pappú para ayudar donde se pudiera durante el día y en la noche me acostaba en la gruesa alfombra del piso de la sala. Fue otra vez un tiempo atareado, muy ocupado y parecíamos correr por todas 76- Russell Perkins y Michael Raysson en la Revista Sant Bani, Febrero de 1978: “La Primera Gira Mundial de Ajaib Singh, Parte V: Las Tres Últimas semanas,” pg.25. Sus comentarios dan una buena idea del alcance del día a día de la última etapa de la gira.


El Arco Iris en mi Corazón partes para cumplir con las demandas del horario. Haber tenido al Maestro Kirpal Singh residiendo allí en Octubre de 1972 fue algo glorioso, pero esa Divina estancia pareció llegar e irse en un abrir y cerrar de ojos. Para una visita de cinco días, la casa había sido adecuada para el Maestro Kirpal y dos sevadares que Lo acompañaron. Cuando Sant Ji vino, Él realmente vivió con nosotros. Dada nuestra ingenuidad colectiva, estuvimos siempre luchando para encontrar la mejor manera de hacer que Su cuerpo físico, atrapado como estaba en una tierra extraña, se sintiera lo más cómodo posible. El combate con la malaria pesaba mucho en nuestras mentes y queríamos hacer todo lo que estuviera en nuestras débiles manos para garantizar un entorno saludable. Pathi Ji y Pappú trabajaron más duro que nadie, ya que ellos cocinaban, traducían, cantaban, hablaban con Sant Ji, ayudaban en la correspondencia, entrevistas, Satsangs, organizaban prácticas de Bayanes para los devotos ansiosos de aprender los cantos devocionales, todo el tiempo dejando a un lado sus necesidades hasta que pudieran satisfacerlas. Ni siquiera les habíamos proporcionado las instalaciones adecuadas para las cosas básicas personales. ¡Habíamos construido un excusado exterior para ellos a corta distancia de la casa del Maestro, y pensamos que sería suficiente! Gracias a Dios aprendimos y como se indicó en el capítulo IV, cada vez que Sant Ji venía, habíamos renovado la casa, para que fuera mejor para Él y para los sevadares que hacían parte de Su comitiva. El ritmo en el que se desarrollaban los días me impedía prestar atención al mantenimiento de mi diario. Ciertos eventos grabados en la memoria, no obstante, después de casi un cuarto de siglo, aquellos centelleantes momentos aún brillan con mucha claridad. El cuerpo docente del colegio había estado discutiendo nuestra necesidad de más espacio físico y se mostraba entusiasmado con la posibilidad de agrandar las instalaciones ya existentes. Robert Schongalla y yo habíamos sido las personas designadas para hablar con los arquitectos sobre el diseño y una tarde pudimos hablarle a Sant Ji de nuestros planes.77 Un satsangui arquitecto de Boston había desarrollado un plan muy creativo que incorporaría las tres formas básicas, círculo, cuadrado y triángulo, en un complejo renovado para el edificio de piedra original y lo que se iba a añadir.78 77- Tomé extensas notas de esta sesión. 78- El edificio de piedra (1973-4) y la adición en madera (1975) ahora son llamados “el edificio de arriba”.

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El Retorno a New Hampshire Robert y yo fuimos a Su cuarto y nos sentamos en el piso en frente de Sant Ji, que estaba sentado de piernas cruzadas sobre la cama. Le mostramos los planos, explicando todo en detalle. Le conté que el Maestro Kirpal nos había aconsejado que construyéramos gradualmente, basándonos en la necesidad.79 Sant Ji dijo que si contábamos con el dinero, sería bueno hacer la construcción pensando en un plan a largo plazo. Explicó que esto era lo que el Maestro Kirpal había querido decir cuando dijo construir gradualmente pensando en lo que se necesitaba. Si teníamos el dinero para aumentar el espacio y si lo necesitamos, entonces no sería bueno moverse lentamente. Sin embargo, nos aconsejó no empezar a construir algo que quedara sin terminar. Hizo una pausa y añadió que, por otro lado, la Gracia podría llegar. Sugirió que Hazur Kirpal morando dentro de las personas podría inspirarlas a donar dinero. Sin embargo, solo se debía hacer planes para construir de acuerdo a la cantidad de dinero que tuviéramos con seguridad. No sería bueno planear la construcción de algo para lo cual no tuviéramos fondos. Y luego, con ese inconfundible brillo en Sus ojos, dio a entender: “Los trabajos espirituales nunca son dejados sin terminar, su edificio se hará”.80 Escuchando esto, yo mencioné la idea de construir por etapas, construir de forma modular, paso a paso, basados en las finanzas con que contáramos. Él dijo que estaría bien. Añadió que, en cuanto a lo que a Él concernía, cualquier plan que desarrolláramos estaría bien. El momento parecía correcto para tratar otro tema del colegio con Sant Ji. Mencioné que recientemente, quizás debido a la creciente emoción por conocer a Sant Ji y Su planeada visita, dos familias no satsanguis habían expresado preocupación de que el componente espiritual del colegio estaba siendo demasiado enfatizado. Ellos sentían esto como un cambio y no se sentían cómodos, porque ellos habían entendido que esto no sucedería en el colegio. Pensaban que no deberíamos “imponer” el Sendero a nadie. Una familia había llegado al extremo de retirar a su hijo de Sant Bani. Es cierto que nuestros profesores habían estado muy emocionados con la visita y su entusiasmo algunas veces se extendió hasta el 79- Carta del Maestro Kirpal Singh a Russell y Judith Perkins, 25 de Abril de 1973. 80- Con los años la planta física del colegio se ha expandido mucho, aunque el diseño descrito nunca se utilizó.

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El Arco Iris en mi Corazón salón de clases. Los niños no satsanguis se vieron atrapados en la atmósfera y alentados por parte de al menos un adulto para asegurar que fueran al Satsang y ver a Sant Ji. Dentro de este clima, me preguntaba qué tan directos deberíamos ser con respecto a ciertos aspectos de Sant Mat. Sant Ji pidió detalles, le di el ejemplo de cómo hablamos de las enseñanzas de Jesucristo. En este país se cree que Jesús comía carne y bebía vino, pero lo presentamos de forma diferente. Hablamos de los Evangelios Esenios. Y que Jesús estaba comprometido con la reverencia y respeto por toda clase de vida. Sant Ji afirmó: “La verdad es la verdad. ¿Por qué arrojar basura sobre el buen nombre de esa Alma Pura? La gente hace esta clase de cosas, hace este tipo de enseñanza, para esconder sus propias faltas”. Sant Ji se inclinó hacia adelante y continuó con gran poder: “Realmente no sabemos cuáles fueron las enseñanzas originales de Jesús. Pero Jesús nunca comió carne ni bebió vino y tampoco lo hizo ninguno de Sus seguidores. Los Santos conocen la verdad y esto es cierto. Pero a Ellos no les gusta discutir o debatir con la gente, porque la gente se vuelve argumentativa. La gente hace esto, presentando las llamadas enseñanzas para esconder sus faltas”. Sant Ji se refirió a un hecho similar en la religión sikh. Explicó que los sikhs, para justificar comer carne, dicen que el Gurú Gobind Singh comía carne. Dan el ejemplo que en un pueblo, el Gurú Gobind Singh supuestamente mató una cabra, la cocinó y luego tiró los huesos. Alguien lo vio haciendo esto y se quejó, entonces para mantener a esa persona callada el Gurú le dio algunas monedas de oro. Y esta era una historia contada para “probar” que el Gurú Gobind Singh no era vegetariano. Sant Ji sacudió su gran cabeza. Una vez, cuando un Sikh le estaba contando esa historia, Él preguntó: “¿Tú crees que el Gurú Gobind Singh estaba loco? ¿Hubiera tirado los huesos por ahí, incluso si se hubiera comido la cabra? ¿Y crees que ese gran Hombre Dios le hubiera dado monedas de oro a alguien, para sobornarlo para que se quedara callado? ¿Qué puedes estar pensando cuando hablas de un Gurú que se comporta en esa forma?”. Sant Ji nos contó que algunas veces el Poder Negativo toma nacimiento en la familia de un Santo. Cuando ese niño crece, distorsiona las enseñanzas del Santo. Difama 234


El Retorno a New Hampshire al Santo al escribir su propio libro e historia del Santo, la cual es distorsionada.81 Lo anterior llevó a Sant Ji a hablar sobre el nacimiento virginal de Jesús. Mencionó que la gente se preocupa si Jesús realmente nació de una madre virgen. Dijo que nadie sabe la verdad, nadie realmente sabe. Luego añadió que la gente dice que Kabir Sahib también nació de una madre virgen, pero eso no fue verdad. Mientras Sant Ji decía esto, recordé haber escuchado que Kabir Sahib había emergido de una flor de loto, sin madre ni padre terrenal. Mi mente comenzó a decir: “Oh, entonces Kabir nació de un parto normal después de todo”, cuando Sant Ji continuó: “La verdad sobre Kabir Sahib es que nunca tomó nacimiento de un ser humano”. Afirmó, añadiendo: “Él siempre entró en este mundo sin salir del vientre de una mujer”. Con nuestras mentes dando vueltas y haciendo cuentas, de nacimientos vírgenes y Santos que llegan a la tierra y solo aparecen, Robert y yo nos levantamos y nos despedimos. Fui a visitar a mi familia y toda la historia de la entrevista surgió. Karen dijo que ella apostaría que esta fue también la forma como Sant Ji llegó a estar entre nosotros, simplemente apareciendo. Estuve de acuerdo: “Sí, Él es Sant Kabir. Cuando Él me estaba contando todo esto, miró en mis ojos y dijo, ‘Los Santos conocen la verdad,’ mientras hablaba sobre Kabir Sahib”. Karen añadió: “Cada vez que yo me siento frente de Él y habla sobre Kabir, parece como si Él fue y es Kabir”. Añadí: “No hay duda sobre esto. ¡Él realmente ama a Kabir!”. Y nos miramos y comenzamos a reír como si estuviéramos ebrios de amor.82 Satsang del Domingo 14 de Agosto

Faltando una semana para la partida de Sant Ji, tuve una experiencia única, Sant Ji me pidió que me aprendiera un Bayán en particular, Nache Re, Mana Nache Re, Tu Sateguru Ague, Nache Re. (Danza, oh Mente, Danza, Danza en frente del Satgurú), escrito aparentemente por el Santo contemporáneo Mastana Ji, pero realmente es 81- Consultar el Anurag Sagar, para más información sobre el nacimiento del Poder Negativo en la familia de un Santo, y la subsecuente distorsión de las enseñanzas. 82- Ni Karen ni yo, teníamos ninguna base sólida para los pensamientos expresados en el parágrafo anterior.

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El Arco Iris en mi Corazón una composición de Sant Ji83. Cuando aprendí el Bayán lo suficientemente bien para cantarlo en público, Él añadió que le gustaría que yo fuera el Pathi para el Satsang del domingo siguiente. Esto es, quería que yo cantara los versos de este Bayán para que Él hiciera el discurso basado en ellos. Yo estaba asombrado, completamente pasmado, sin habla. 83- De una charla en el sitio de retiro de Sampla, India, 12-13-95, publicado en la Revista San Bani, bajo el título “Convertirse en el Niño del Maestro”: (Sant Ji relata). Estuve con Mastana Ji muchas veces a los Pies de Baba Sawan Singh. Durante los Satsangs tuve muchas oportunidades de pasar ratos con Mastana Ji. Él era mi viejo amigo, nos teníamos mucho amor el uno al otro, era un amante en el verdadero sentido de la palabra. Solía llamar al Maestro Sawan Singh Sawan el Emperador y solía recordarlo con cada una de sus respiraciones. En realidad, los Bayanes que ustedes cantan escritos por Mastana Ji, fueron escritos por mí. Pero después de que Mastana Ji partió, debido a que él no dejó ningún sucesor, hubo una persona que comenzó a escribir su nombre, diciendo que había escrito aquellos Bayanes. Pero yo no me sentía bien, después de que Mastana Ji partió, para borrar su nombre y poner el mío. Por eso escribimos el nombre de Mastana Ji. Pero en realidad, los Bayanes que ustedes cantan y que tienen el nombre de Mastana Ji, fueron escritos por mí. Mastana Ji solía usar tobilleras con campanitas en sus pies, como lo hacen las bailarinas, y él bailaba en frente del Maestro Sawan Singh. Yo también era muy aficionado a bailar en aquellos días, y en ese estado de ánimo escribí este Bayán: “Danza, Mente, danza, danza en frente del Satgurú”. En la presencia del Maestro Sawan Singh yo dije: “Así como Ranja (un gran amante del folclor indio) dijo: “Vengan conmigo todos los que quieran convertirse en faquires, porque yo ni me casé ni me casaré, y no hay nadie en este mundo que vaya a llorar mi muerte. Entonces todos los que quieran convertirse en faquires deben seguirme”. Así como el Maestro Kirpal (más tarde) me hizo sentar en el cuarto subterráneo para hacer la meditación, de la misma manera, el Maestro Sawan Singh había hecho una cueva subterránea para Mastana Ji e hizo que Él hiciera la meditación. También tuve la oportunidad de estar en esa cueva y meditar allí. Amados, cuando Mastana Ji daba la Iniciación, tenía una gran audiencia, pero sin embargo el amor que él tenía por mí era el mismo cuando estaba en la corte del Maestro Sawan Singh. Cada vez que yo lo visitaba, en frente de todos Sus seguidores, en frente de todo Su sangat Él me llamaba y me decía: “Bien, ahora cuéntale a la gente cómo era el Maestro Sawan Singh, ¿Qué apariencia tenía Él? Entonces, yo describía la Gloria y Belleza del Maestro Sawan Singh a todo Su sangat exactamente como yo lo había visto. El Maestro Sawan Singh era muy hermoso, era muy bien parecido. En realidad, Él fue el auténtico caballero Gurú. Tenía una cadena de oro atada a Su reloj, y siempre usaba ropa muy pulcra. Nadie nunca vio una sola mancha en Su ropa. Cuando sonreía parecía como si todo su cuerpo estuviera sonriendo y como si estuvieran cayendo flores de Su boca, cuando Él sonreía así, era tan hermoso, tan bien parecido, que incluso las hadas solían rendirle homenaje, porque ellas no eran tan hermosas como el Maestro Sawan Singh. En Su estilo Él estaría hablando con una persona y por el otro lado alguien más estaría temblando, al darse cuenta de sus pecados.

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El Retorno a New Hampshire Que Sant Ji quisiera que yo tomara el lugar de Pathi Ji en el estrado, incluso si fuera solo por esta única vez, no tenía absolutamente ningún sentido para mí, pero claro está acepté y el 14 de Agosto, esto se hizo. Mientras llegaba el día, trabajé duro con Pathi Ji para aprender las frases de manera correcta así como la pronunciación adecuada de cada palabra. Tenía una copia del Bayán, siete largos versos y el coro escritos en hindi y trabajé con esto. Entre tanto, en uno de mis viajes a Concord compré una gran bolsa de dulce de roca muy similar al que Sant Ji nos había dado a Robert, a Wendy y a mí como Parshad en nuestro primer viaje a Sus pies. Yo le ofrecí la caja a Sant Ji, explicándole que esperaba que esto les hiciera sentir a todos ellos que estaban en casa, en el Rajastán. Sant Ji tomó la caja, miró adentro, sonrió y afirmó que: “El dulce de roca es el mismo en todas partes. ¡No hay diferencia entre el oriente o el occidente!”. El 13 de Agosto, el día antes del Satsang, Sant Ji me llamó a Su cuarto. Me devolvió la caja de dulce de roca, diciendo que yo debería distribuirla entre mis amigos. Debí haber parecido confundido, porque Sant Ji con una amorosa sonrisa explicó: “En la India tenemos esta costumbre, verás. Cuando alguien consigue un nuevo trabajo, se espera que compre golosinas y las reparta entre los amigos y la familia”. Aunque estaba feliz de tener la caja en mis manos, no entendía qué había querido decir. Él se inclinó hacia adelante y dijo: “Tú tienes un nuevo trabajo. ¡Vas a ser el Pathi en el Satsang de mañana!”. Finalmente entendí y nos reímos de todo corazón. Salí de la casa y distribuí buena cantidad de Parshad entre los amigos y la familia, pero como era una caja grande, guardé una buena porción. Ese dulce de roca jugaría su papel en mi crecimiento espiritual, como se verá en los dos siguientes capítulos. Cuando llegó el momento de hacer mi “nuevo trabajo” me sentía nervioso, pero tenía la sensación de un fuerte apoyo de Él. Deduje que no me lo hubiera pedido si no fuera para mi propio bien, entonces respiré profundo, hice Simran y comencé a cantar cuando Él me miró y dijo: “Bolo”. (Habla). Me esforcé por estar alerta hasta cuando Sant Ji deseara que me detuviera para hacer el comentario. La mayoría de las veces me permitió cantar un verso entero y luego hablaba. El extraordinariamente poderoso Satsang fluyó, a pesar de las pocas palabras que chapuceé. El discurso que Sant Ji dio basado en Nache Re, Mane Nache Re fue publicado en 237


El Arco Iris en mi Corazón la Revista Sant Bani de Octubre/Noviembre de 1977, bajo el título: “Danza, Mente, Danza”. El Bayán describe cómo todos estamos atrapados en la red del apego y bailamos al son de Maya. Incluso los grandes del pasado como Brahma, Vishnu y Shiva, e igualmente famosos yoguis como Durvasa Muni y Shringi Rishi cayeron bajo las asechanzas del Poder Negativo a través de su sirviente, la dama Maya. En esta oscura Edad de Hierro, solo el Verdadero Poder del Satgurú puede vencer a Maya y de esta manera la mente debería: “Danzar en frente del Satgurú”, para “poder cortar el pecado del nacimiento”. Deberíamos: “Negociar con la Verdadera Mercancía: ¡La Verdad no conoce el miedo!”. Mientras los versos proseguían, Sant Ji contó historia tras historia de la caída de almas avanzadas, la mayoría al llamado de la lujuria. La historia de Shringi Rishi, que había contado en gran detalle en un Satsang dos días antes, no fue la excepción: Shringui Rishi vivió en el bosque por mucho tiempo haciendo la meditación. El rey Dasrath no tenía hijos y los astrólogos le dijeron: “Si Shringui Rishi viene a tu casa y realiza el Yajna (un cierto ritual religioso), solo así tendrás hijos”. Pero Shringui Rishi no estaba dispuesto a entrar en ningún pueblo y era muy difícil traerlo al mundo para que realizara el Yajna. Entonces el rey Dasrath anunció que ofrecía una muy buena recompensa a quien pudiera traer a Shringui Rishi. Una mujer aceptó el ofrecimiento y dijo que ella podría traer a Shringui Rishi. Se fue al bosque donde él vivía, se disfrazó como una mujer sadhu y observó qué estaba haciendo Shringui Rishi. Se dio cuenta que él no comía y siempre permanecía en meditación. Pero una vez al día iba a un árbol en particular y tocaba ese árbol con su lengua, pero no comía ni bebía ninguna otra cosa. Entonces en el lugar donde Shringui Rishi lamía el árbol con su lengua, la mujer colocó un poco de miel. Y al día siguiente cuando Shringui Rishi vino y puso la lengua en esa parte del árbol, encontró la miel y esta era deliciosa. Él nunca había probado la miel. Pero como era tan dulce, en vez de lamer una vez, lo hizo dos veces. Al siguiente día la mujer puso un alimento más nutritivo allí. De esta manera, Shringui Rishi comenzó a comer lo que ella ponía y su cuerpo se hizo fuerte, los deseos también fueron despertados. Él sintió deseos de disfrutar de la lujuria y aquella mujer estaba allí. 238


El Retorno a New Hampshire Con el tiempo ellos tuvieron varios niños y un día la mujer le dijo: “Mira, alguna vez estuvimos solo aquí, solamente los dos vivíamos aquí. Pero ahora tenemos niños y deberíamos mudarnos a algún lugar donde vivan otras personas, porque este bosque no es un buen lugar para criar a nuestros hijos”. Así, en ese momento Shringui Rishi tenía tres hijos y se decidió que deberían mudarse a la ciudad. De modo que se anunció que Shringui Rishi vendría a la ciudad donde vivía el rey Dasrath y todo el mundo se reunió para tener el Darshan del gran Mahatma. Pero la gente vio que Shringui Rishi venía trayendo un niño en sus hombros, otro en una mochila, como las que usan los americanos para colocar sus bebés, otro venía agarrado de su dedo y atrás estaba la mujer. Entonces la gente que estaba reunida para tener el Darshan de tan gran Mahatma vio que llegaba con tres niños y una esposa, se sintió muy desilusionada y dijo: “¿Quién puede pensar que es un Mahatma? La condición de este Mahatma es peor que la de la gente mundana”. Cuando se burlaron de él, se dio cuenta que había sido engañado por esa mujer y dejando los niños y la mujer, regresó al bosque.84 Cuando Sant Ji mencionó a Shringui Rishi, me miró directamente y su rostro resplandeciente se iluminó con una enorme sonrisa. Dos días antes, cuando Él contó la historia e hizo referencia a “una mochila, como las que usan los americanos para sus bebés”, Él también me había visto en el gentío y asintió con la cabeza y sonrió, señalando Su espalda como si Él llevara una mochila. Y después cuando bajábamos hacia la casa, mencionó que cuando vio a los americanos con bebés a sus espaldas sosteniendo de la mano a otros niños, recordó la historia de Shringui Rishi. Nunca he podido imaginar una buena “razón” por la cual Sant Ji me pidió que fuera el pathi ese domingo. La más obvia sería que yo necesitaba escuchar el tema del Satsang, para permanecer conectado con la Verdad, para no tener miedo y saber 84- Como se ha indicado, el 14 de Agosto Sant Ji dijo: “Antes de ayer, conté la historia de Shringui Rishi, seguramente ustedes la recuerdan”. No había ninguna duda que sí. Cuando la Revista Sant Bani publicó “Danza, Mente, Danza”, la historia completa de Shringui Rishi del 12 de Agosto fue impresa también. (Ver la Revista Sant Bani de Octubre/Noviembre. 1977, pgs. 15-16).

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El Arco Iris en mi Corazón que incluso los grandes Mahatmas, que han llegado muy lejos en las prácticas espirituales, cayeron víctimas de sus deseos. Otra fue la graciosa, pero sin duda más profunda conexión que Sant Ji disfrutaba haciendo entre el estado de Shringui Rishi y el mío. Finalmente, sin embargo, este fue un regalo que Él escogió y lo que de verdad importaba, y no la razón por la cual me lo dio, era como yo lo apreciaría y aprovecharía, o lo desperdiciaría. Una triste, pero entendible, consecuencia de la atención que recibí de Sant Ji en ese momento, fue que más de una persona me dijera cuánto envidiaba mi posición. Una amiga me contó que, cuando todos nos dirigíamos hacía abajo desde el Salón del Satsang hasta el puente cercano a la casa del Maestro y un guardia nos pidió que nos detuviéramos, había sido muy duro verme caminar hasta la casa con Sant Ji, Pathi Ji, Pappú y Russell y Judith. ¿Por qué esto me estaba sucediendo y no a ella, se preguntaba? Y luego, dijo que, más que experimentar alegría por lo que yo estaba recibiendo, ella sintió un ardiente resentimiento, incluso odio, hacia mí. No encontré nada que decir, algo que pudiera ayudar excepto darme cuenta que no podría juzgar a mi amiga por algo por lo que yo también había pasado. Como lo describí en el capítulo II y otra vez en el capítulo IV, yo también había caído presa de un sentimiento similar de estar deseando para mí (o mi familia) algo diferente a lo que el Maestro me estaba dando y recordé que Sant Ji me había dicho cuando nos encontramos por primera vez: Que fue la “suerte” la que me trajo cerca de Él. Hacia el final de la estadía, Sant Ji recordó a mi familia que viniera a sentarse con Él para tomar una fotografía. Yo, claro está, hice todo lo que pude para “vestirme como un Principal (rector)”, con un viejo abrigo de tweed sobre mi abotonada camisa y corbata. Hice esfuerzos para peinar mi cabello largo y rizado, pero como puede verse en las fotos de esa sesión, permaneció en su mayoría fuera de control. Solo puedo citar que en ese momento yo pensaba que me veía como un rector. Sant Ji fue muy dulce con mi familia y disfrutamos la especialidad de la casa, batido de mango. Sant Ji dijo que estaba muy complacido con nosotros y que estaría muy feliz de tener aquellas fotografías en el Rajastán. El recuerdo más fuerte que tengo de aquellos días finales es la de una afirmación pública hecha por Sant Ji, dada como un hecho. Él estaba explicando quién era realmente el Gurú con relación al alma. Señaló que, cuando finalmente 240


El Retorno a New Hampshire alcanzamos la meta, cuando llegamos al otro lado, entendemos que fue realmente la Meditación del Maestro la que nos salvó, que nos empujó a través de los planos internos. Pensamos que estamos haciendo toda esta meditación, pero la verdad es que, desde la perspectiva del Maestro, las prácticas que se nos han dado son similares a las muñecas y juegos dados a un niño para mantenerlo ocupado. Estas tienen su razón, sin duda. Al final, sin embargo, lo que nos llevará a Sach Khand es la Meditación de nuestro Maestro. Escuchando esto, se podría fácilmente pensar: “¿Entonces, cuál es el punto?”. Sin embargo yo nunca he entendido esta “realidad” de esa manera. La forma en que dijo esto tan casualmente, dejó muy en claro que si bien nuestro trabajo es meditar, nunca debemos olvidar la realidad: El Santo llevará a cabo el Verdadero Trabajo. El Maestro es y no los grandes Mahatmas o yoguis del pasado, o nosotros, quien realmente puede negociar con la “Verdadera Mercancía” y salvar nuestras almas. El ritmo continuó acelerándose hasta que las horas se fueron volando como minutos. No puedo restaurar el precioso mosaico de las piezas dispersas: despedidas finales en la casa, la prisa para unirnos a la caravana de carros hacia Boston, despedidas conmovedoras y dolorosas en el aeropuerto85. Al final, mientras caminábamos despacio para buscar nuestro carro, parqueado en una nublada y frenética carrera, quedamos con una extraordinaria combinación de lágrimas y alegrías desbordantes, aunado al vacío que nos embargó cuando las puertas del aeropuerto de Logan finalmente se cerraron tras la animada forma de Sant Ji que se despedía con la mano. Aunque fue un largo viaje de regreso a New Hampshire, de verdad teníamos un tesoro que acababa de ser confiado a nosotros. Había muchas semillas para cultivar y nos sentíamos listos para re-entrar “al mundo” una vez más. Tres semanas después de que Sant Ji, Pathi Ji y Pappú regresaran a la India, recibimos la más simple y dulce nota de Sant Ji. Leyéndola, podíamos fácilmente visualizar a nuestro Amado, bolígrafo en mano, inclinado sobre la hoja de papel, cuidadosamente firmando Su nombre, con Su Título: “Dass” o “Sirviente”. 85- Otra vez, para más detalles, ver Russell Perkins y Michael Raysson en la Revista Sant Bani, Febrero de 1978: “La Primera Gira Mundial de Ajaib Singh, parte V: Las últimas tres semanas”, pgs. 28-29.

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El Arco Iris en mi CorazĂłn 8 de Septiembre de 1977 Mi muy querido Kent Bicknell (Principal Sahib) Por todo el amor y respeto que tĂş y tu familia me mostraron, estoy muy agradecido contigo y Karen. El Amor de Kirpal para ustedes, Dass Ajaib Singh.

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CAPÍTUL0 VII VANIDAD ESPIRITUAL

Las cartas desde y hacia la India continuaron fluyendo a través de todo el otoño y el invierno de 1977. Sant Ji nos mantenía informados de los sucesos en el Ashram del 77 R.B., incluyendo las buenas noticias, que se estaba sintiendo totalmente recuperado de la malaria y las demandas físicas de la gira. En cada carta yo le enviaba amables saludos a los sevadares del Ashram de Sant Ji y en Sus cartas de respuesta, Sant Ji nombraba a cada uno, escribiendo que ellos enviaban su amor a mi familia y a mí. Siempre preguntaba por el colegio y el Ashram enviando Su Amor a todos los miembros. El 18 de Septiembre envió una segunda carta de agradecimiento por nuestro seva y ayuda durante la gira. En cada carta azul de correo aéreo, hablaba de la familia Bicknell muy amorosamente y nos llamaba Sus “queridos hijos”, siempre recordándonos hacer nuestra meditación diaria. Sant Ji escribía en punjabi pero yo estaba aprendiendo hindi, una escritura diferente. Esto significaba que Sant Ji dictaba las cartas para que alguien más las escribiera en hindi, aunque Él mismo encabezaba la mayoría y claro está las firmaba todas.1 Yo estaba muy ocupado, enseñando de tiempo completo en el colegio, dirigiéndolo y viajando a Boston cada semana para completar mis estudios de Doctorado como me lo había indicado Sant Ji. Con frecuencia me preguntaba por mis progresos para obtener el grado, recordándome que tanto Él como Hazur Kirpal estarían muy complacidos cuando alcanzara esa meta. Varias veces escribió que se sentiría muy feliz el día en que Él pudiera llamarme: “Doctor Kent Bicknell, ¡Principal Sahib!”. 1- Años más tarde, Sant Ji mencionó que Él mismo me había escrito una de las cartas solo, pero esto le tomó mucho tiempo, ya que Él no estaba acostumbrado a escribir en hindi. Luego, se disculpó por la forma de Sus caracteres.


El Arco Iris en mi Corazón Cuando pude incluir un segundo nivel de hindi como parte de mis estudios, ansiosamente le escribí a Sant Ji tan pronto como pude y Él siempre me respondía. Si un tema era complicado, sutil, o una respuesta fundamental para otros, entonces yo escribía en inglés. Guía para el Colegio Sant Bani Habíamos pensado inicialmente que el Colegio Sant Bani sirviera hasta el grado octavo solamente. Respondiendo a necesidades de la comunidad, comenzamos a aceptar estudiantes para el bachillerato en nuestro tercer año (1975-1976). En el otoño de 1977, teníamos cuatro seniors y naturalmente teníamos preocupación sobre cómo les iría más allá de las protegidas paredes de Sant Bani. Una segunda pregunta llegó de algunos padres que deseaban que pusiéramos menos énfasis en lo académico y más en las competencias vocacionales. Nos preguntábamos si sería apropiado comenzar más entrenamiento práctico para los estudiantes, para acompañar el programa académico. Con estos pensamientos en mente, le escribí a Sant Ji, refiriéndome a Él muy afectuosamente como “Pita Ji” (Querido Padre). 8 de Diciembre de 1977 Mi muy querido y Amado Pita Ji, Siento mucho molestarte, pero tengo dos preguntas sobre el colegio que quiero hacer. Karen estará yendo el próximo mes y llevará otro par de preguntas sobre el colegio en ese momento. La primera pregunta es sobre el High School. En el presente estamos preparando los estudiantes para ir a la universidad y animamos a los que pueden hacerlo para que lo hagan. Algunas personas sin embargo, piensan que la universidad es una pérdida de tiempo y dinero y que deberíamos estar preparando a los estudiantes mediante la capacitación en habilidades prácticas que les puedan ayudar a conseguir un trabajo en el mundo. Haremos ambas cosas algún día, pero en el presente estamos haciendo énfasis en la preparación para la universidad a través de estudios escolares en matemáticas, ciencia, historia, etc. ¿Está esto de acuerdo con Tus deseos? Algunas veces también nos preocupamos por los estudiantes cuando están saliendo para la universidad. Aquí ellos cuentan con un ambiente muy protegido y son apoyados por el Ashram. Pero en la universidad estarán rodeados de gente mundana involucrada en asuntos mundanos, placeres, 244


Vanidad Espiritual etc. Algunos estudiantes y profesores se preocupan que será muy duro permanecer fuertes en el Sendero y lo mismo para hacer nuevos amigos, etc. ¿Sin ser como la gente mundana qué puede hacer el colegio para ayudar a preparar a los estudiantes de High School para que salgan al mundo, especialmente a la universidad? Sant JI respondió lo que sigue: 17 de Diciembre de 1977 Mi muy amado Kent Bicknell Principal Sahib, Ambos tipos de estudio son buenos en sus propios lugares. Estoy complacido con esto. Pero como mencionaste en la carta sobre el entrenamiento práctico a los estudiantes y la preparación para hacer algún trabajo, estaré muy complacido si algún día por la Gracia de Hazur ustedes comienzan a dar ese entrenamiento en el colegio. No deberían preocuparse sobre el futuro de los estudiantes porque cada uno tiene sus propios karmas, su propio destino. Mientras estén bajo su guía, hagan lo mejor posible por ellos. Si las bases de un edificio son fuertes ese edificio no se caerá fácilmente. De la misma manera, si los estudios y enseñanzas que ustedes les dan hacen buena impresión en ellos, no serán desviados fácilmente. Si un estudiante que ha recibido buena educación en su niñez va con malas compañías, se dará cuenta de su error muy pronto. Así que por favor no estén preocupados por el futuro de los estudiantes. Hagan lo mejor. Tomamos ese consejo muy en serio y con los años ha habido progresos significativos para dar a los estudiantes más entrenamiento práctico2. Aunque esto cae fuera del rango cronológico de este libro, sería apropiado citar una conversación que tuve con Sant Ji seis años más tarde. Al personal del colegio, le preocupaba que estuviéramos tratando fuertemente de ser todo para todas las personas. Se empezó a sentir como si hubiese situaciones donde no estábamos cubriendo las necesidades de algunos estudiantes con dificultades de aprendizaje. Más aún, mientras los profesores intentaban enfocarse en un estudiante, o grupos de estudiantes, en una clase 2- Esto abarcaba desde “emular” oportunidades de prácticas profesionales durante los periodos en que se realizara algún proyecto, hasta espacios de arte con destrezas prácticas. Desde un curso práctico de economía en la secundaria, hasta clases de matemáticas para construir modelos simulados de inversión en portafolios y seguimiento de estos a través del tiempo.

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El Arco Iris en mi Corazón particular, otros estudiantes podrían no estar recibiendo lo que necesitaban. En ese momento, la solución obvia parecía ser crear una especie de vía doble para los estudiantes de la secundaria: Los que irían a la universidad y aquellos cuyo último grado probablemente sería un diploma de escuela secundaria. Le comenté esto a Sant Ji en una entrevista privada en el Rajastán en Noviembre de 1983. Kent: Nuestra política de “admisión abierta” presenta problemas cuando tratamos de ser una Escuela Secundaria preparatoria para la Universidad. La mezcla de orígenes y capacidades diluye la calidad de muchas clases, ya que los profesores a veces tienen que ir despacio, etc. Los más débiles se benefician pero algunas veces a alto costo para los otros estudiantes. ¿Deberíamos implementar dos o más caminos o pistas para la secundaria? Uno podría ser un programa para los que irán a la universidad, otro para los que irán a escuelas comerciales o técnicas, o a ninguna de ellas. Sant Ji: No deberían tener este sistema doble. Deberían hacer un examen o algo así como un test antes de admitir los estudiantes. Deberían recibir solo los buenos estudiantes, o los que pueden llegar a ser buenos después de algún tiempo. Kent: La gente siempre piensa que en la bondad de nuestro corazón deberíamos tratar de ayudar a todos. Así que cuando ponemos plazos, etc., piensan que no estamos haciendo el seva, cuando somos muy firmes. Pero me preocupa que caiga la reputación del colegio. Sant Ji: Solo se puede incrementar el nivel del colegio si únicamente aceptas buenos estudiantes y los preparas muy bien. Kent: Estoy hablando sobre la secundaria. En la primaria podemos seguir como vamos. Sant Ji: Sí y debes tener una política firme para el cierre de las inscripciones. Será difícil para ti, así como para los satsanguis aceptar esto ya que están acostumbrados a ser mimados, pero solo sucederá el primer año, más adelante sabrán que tú has asumido esta política, mejorarán sus costumbres y no será difícil para ellos. Así que sin duda debes adoptar esta política. En la carta a Sant Ji, del 8 de Diciembre de 1977, se hizo referencia a “otro par de 246


Vanidad Espiritual asuntos sobre el colegio” que Karen le llevaría cuando fuera a la India en Enero. Algunos padres habían hecho preguntas sobre el papel del atletismo y deportes de competencia en el curriculum del Colegio Sant Bani. Tales actividades me parecían normales y saludables. Mi padre había sido director y entrenador de atletismo (así como profesor de escuela secundaria), yo había participado activamente en los deportes en la escuela secundaria, en la universidad y aún después. Algunos padres satsanguis sin embargo, se preguntaban si la premisa básica de la competencia no estaba en conflicto con conceptos como ahimsa (no violencia) y la elevación por encima del ego. En consecuencia, Karen llevó el tema a Sant Ji en su primer viaje al 77 R.B. en Enero de 1978. Él le habló sobre el valor positivo del atletismo. Explicó que había aprendido los juegos en el ejercito añadiendo: “Yo mismo los he jugado, es muy bueno hacerlo”. Mencionó varias razones para incluir el atletismo en el programa del colegio. Primero, ejercitan el cuerpo. Luego, los niños se benefician porque reciben algo de emoción y finalmente, aprenden a progresar y a tener éxito. Siete años después, el 4 de Diciembre de 1984, revisé con Sant Ji las primeras declaraciones que Él le había dado a Karen con respecto al beneficio de los deportes. Él asintió con la cabeza y dijo: “Puedes añadir que incrementan el entusiasmo y emoción de los estudiantes así como el de los que los ven. Es muy bueno para la salud. ¡Incluso glorifica el nombre de la nación!”. Igual que todos los consejos del Maestro Kirpal y Sant Ji, estuvimos muy agradecidos por contar con la Guía Divina en asuntos aparentemente triviales. La vanidad Espiritual hecha raíces En la sección que sigue debe quedar claro que, aunque otras personas pudieron haber desempeñado varias funciones, solo yo soy responsable por mis acciones. Una de las lecciones más importantes que aprendí en esta epopeya personal, como quedará claro al final del capítulo VIII, es que Sant Ji me hizo responsable de lo que hice con lo que Él me dio. Por lo tanto, el recuento no debe interpretarse desde la perspectiva de que otra persona actuó de una manera irreflexiva e inadecuada. Solo yo actué mal. Todos hicieron lo que se suponía que debían hacer y todos crecimos y nos beneficiamos de esto. Una tarde al final del otoño de 1977, estaba sentado solo en mi oficina en el edificio de piedra del Colegio Sant Bani. Todos los estudiantes y el personal ya 247


El Arco Iris en mi Corazón habían salido y yo me había quedado para terminar algunas tareas en la agenda. Una madre satsangui y amiga se detuvo a saludar. En el curso de la conversación, pero completamente fuera del tema, ella me preguntó: “¿Sabe quién es usted?”. Respondí que sí, yo soy Kent Bicknell, ¡Principal Sahib! Me miró fijamente y dijo: “¿No, sabes quién eres en realidad?”. Me sorprendí y en ese momento sentí un leve escalofrío, literalmente me recorrió de pies a cabeza. En retrospectiva, hubiera sido mucho mejor haber tomado esa descarga “eléctrica” como un aviso, pero yo tenía muchas lecciones que necesitaba aprender. De modo que pregunté: “¿Bien, quién soy yo?”. La persona procedió a explicar que, basada en su observación del trato que me había dado Sant Ji en la gira reciente, ella estaba esperando mucho de mí. Esperaba que yo estuviera sinceramente cumpliendo con todos los aspectos del Sendero y que tomara Sus palabras muy seriamente. Me hizo la petición que pensara sobre lo que me había sido dado y que hiciera todo lo que estuviera a mi alcance para cultivarlo. Salió con elegancia, dejándome solo. Yo pensé y pensé en sus palabras. Llevaba practicando el Sendero casi diez años, pero sentía que había hecho verdaderamente muy poco progreso espiritual. El Maestro Kirpal Singh Ji solía decir que si un estudiante podía completar un grado cada año, entonces ¿por qué un devoto discípulo no podía hacer el trabajo de un Plano Interno por año? Deberíamos hacerlo, indicaba Él. ¡Yo sabía que, donde quiera que estuviera, no era en el Décimo Plano! Recordé el inmenso amor que Sant Ji había derramado sobre mí desde que nos encontramos la primera vez y cómo me había animado, una y otra vez, a ser fuerte y meditar. Me había pedido que fuera el pathi para ese Satsang y continuaba escribiéndome como: “Mi muy amado, rubí de rubíes, Kent Bicknell, Principal Sahib”. Me había permitido acercar tanto a Él físicamente, incluso dormir en Su casa y me había alimentado con muchos chapatis, tazas de leche tibia y chai. Al menos, pensé, tengo que dedicar más tiempo a las prácticas devocionales y entonces permitir que Dios se encargue del resto. Yo debía ir a la India en marzo, así que decidí trabajar realmente duro, desde ese momento hasta que lo viera de nuevo, con la esperanza de que pudiera verdaderamente llevar algunos frutos espirituales, en lugar de llegar una vez más, como un seco, vacío y débil recipiente. Comencé a meditar más y más y a trabajar en la repetición mental de los Cinco 248


Vanidad Espiritual Sagrados Nombres: el Simran. Cuando redoblé mis esfuerzos, vi que para tener algún grado de éxito, necesitaba ejercer más control sobre las áreas de mi vida que tenía a mi alcance. La dieta pensé, es fundamental ya que la comida es la “medicina” diaria que ingerimos para habilitar nuestro marco físico para funcionar. Mientras más me enfocaba en todo esto, con el pensamiento constante de que por fin estaba haciendo lo que ambos Maestros me habían estado pidiendo desde el día de mi Iniciación, más fácil resultaba hacerlo. Vi lo que me estaba ocurriendo como un resultado directo de la Gracia del Maestro fluyendo en mi camino. Cuando me di cuenta, estaba sentándome en meditación seis u ocho horas al día. Por la tarde, después de meditar un par de horas, me acostaba a dormir a las las 10:00 PM. A la medianoche o una de la mañana, yo me despertaba, sin ninguna clase de alarma y me sentaba cuatro o seis horas más. Durante el día trabajaba duro para estar recordando siempre al Maestro, muy específicamente a través de la práctica del Simran constante y/o el canto de los Bayanes. Todo el tiempo continué con mi vida normal compartiendo con mi familia, enseñando en el colegio y yendo a Boston una vez por semana para los estudios de mi doctorado. Estaba encantado con los resultados de mis esfuerzos. Me estaba sentando largas horas con verdaderos resultados. Estaba recordando al Maestro durante todo el día, más de lo que había hecho antes. Tenía mucho más control de mis pensamientos y para nada me estaban molestando los dos ladrones, la lujuria y la ira. Estaba tan extraordinariamente enfocado que me sentía “alto” o “embriagado” casi todo el tiempo, pero este era muy claramente un estado mental. A lo largo de esta etapa perdí treinta libras. A través de todo este período continué escribiéndole a Sant Ji en hindi y Él me contestaba con cartas muy dulces. Cuando le conté que estaba meditando mucho más y que estaba mejorando mucho en mantener más constancia en la repetición de los Nombres de Dios, y llevando una vida casta, Él me contestó afirmando lo complacido que se sentía al leer todo lo que le contaba. Dijo que se sentiría muy feliz de verme en marzo, que era muy bienvenido y que “Rajasthan ashram aapaka hi ashram hai”. (El Ashram en el Rajastán es también tu Ashram). Yo tomé todas Sus palabras como una aprobación adicional de mi reciente orientación. Me volví tan intenso, que si en algún momento olvidaba el Simran, por ejemplo, 249


El Arco Iris en mi Corazón en mi viaje de dos horas a Boston, me negaba uno de los dos chapatis que yo me permitía cada día. Dos rotis y una taza llena de arroz integral cocido era todo mi sustento diario, con té bancha y agua para llenar los vacíos. Evitaba el alimento mortal como galletas y pasteles. Sentía que estos estaban por debajo de mí, como si se hubiera vuelto muy evidente que estas cosas tan sabrosas no hacían más que hacernos esclavos de la pasión de nuestras lenguas. Si de pronto sentía sueño durante mis meditaciones entonces agarraba algunos bloques de Lego, (bloques de construcción con muchas protuberancias) que pertenecían a Chris y a Nick y los colocaba debajo de mis tobillos. Me salieron callos pues me sentaba directamente sobre el piso de madera sin cojines y por supuesto, no utilizaba nada como respaldo. En este Sendero espiritual generalmente está prohibido revelar nuestras experiencias internas. Hay sin duda muchas razones para esto, espirituales y otras, pero el Maestro habla de dos que implican la básica naturaleza humana. Si hablamos sobre nuestras experiencias con otros, podemos volvernos orgullosos. Por el otro lado aquel que la escucha, que puede no haber tenido experiencias, puede llegar a sentirse desanimado, deprimido y celoso. Si un discípulo persiste en la revelación de lo que está sucediendo internamente, el Maestro puede no dar más experiencias. Al dar los siguientes ejemplos del estado en que me encontraba, espero no estar violando esa orden. Estas fueron experiencias más bien externas, no internas. Pero fueron poderosas y más allá de lo común en mi vida cotidiana. Mis clases en la Universidad de Boston eran muy exigentes. La expectativa para cada curso era asistir a clase y tomar notas. Leer una tonelada de material por fuera y mantener y escribir un trabajo de síntesis de lo que había obtenido de estas dos fuentes de información. La lectura por fuera era onerosa en términos de compromiso de tiempo, especialmente si deseaba pasar mis noches y las madrugadas sentado en el dulce recuerdo del Señor. Cuando tenía que escribir un artículo para una clase, tendía a hojear los libros al azar y leer la sección donde abriera. A menudo encontraba grandes citas de esa manera y mis trabajos eran muy exitosos. Un profesor incluso escribió que estaba tan impresionado por mis citas, eran las mismas que él había escogido. No se me ocurrió pensar que estaba haciendo mal uso del Poder Maestro, como el hombre en el capítulo I, que lo usó para manejar su tractor. Deduje que mi método era una forma conveniente para tener más tiempo para mi meditación.3 3- Años más tarde un discípulo occidental, a quien yo escasamente conocía me preguntó si esto era cierto, pues él había escuchado que alguna vez yo había usado el Poder Maestro para escribir mis

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Vanidad Espiritual Una noche mientras estaba viendo una presentación de diapositivas en el Salón del Satsang en Sant Bani, una diapositiva de Sant Ji particularmente hermosa apareció en la pantalla. Estaba sentado arriba en el estrado, en frente del sangat indio. La diapositiva había sido tomada de lado y Su perfil era precioso a la vista. La persona que presentaba las diapositivas se detuvo en esa en especial, para contar una historia. Cuando yo miraba detenidamente la imagen, repitiendo mentalmente el Simran, quedé atónito cuando la forma proyectada de Sant Ji volteó Su cabeza hacia mí y asintió. Sorprendido y deleitado, caminé a mi casa esa noche sobre una nube y me senté muchas horas en meditación. Un evento final fue el que me causó preocupación, pero pensé que todo iba a quedar resuelto cuando tuviera la oportunidad de ver a Sant Ji en marzo. Una noche de invierno durante el apogeo de este período, solo yo estaba despierto en mi casa. Era cerca de las diez. Entre al baño un par de minutos, antes de acostarme. Mientras estaba allí, alcancé a ver mi cara en el espejo y recordando la pregunta que había dado comienzo a mi nueva fase, le pregunté a mi reflejo: “¿Quién eres tú?”. El Maestro Kirpal una vez escribió sobre el trance despierto auto-inducido experimentado por Alfred Lord Tennyson, cuando, siendo niño, Tennyson había repetido su nombre varias veces, en silencio.4 Me encantaría poder escribir que eso que es exactamente lo que me sucedió, que entré en algún estado de conciencia más alto. La verdad es, sin embargo, que yo sentí como si hubiera desaparecido. Cuando de pronto regresé, habían transcurrido tres horas. Yo no tenía idea de lo que había pasado, dónde había estado mi conciencia. Y aún hoy no tengo idea. Esa experiencia me hizo preguntar si todo estaba bien en mi pequeño cielo y estaba ansioso por ver a Sant Ji en persona, para poder hablar con Él sobre lo que me estaba sucediendo. ¿En todo esto, pensé alguna vez que yo podría llegar a ser un Maestro? Honestamente yo podría decir que no, pero la verdad es que otras cosas que pensé eran igual de dañinas. Cometí un error espiritual fatal. Mirando a mis hermanos y hermanas en el Sendero, comencé a pensar que yo, Kent Bicknell, finalmente estaba real y verdaderamente practicando el Sendero y que de alguna manera ayudaría a Sant Ji con Su carga. Claro está, todos los Maestros les han pedido a trabajos y graduarme. Me sentí apenado, no solo porque lo había hecho, sino porque obviamente lo había comentado a la gente y por eso se propagó hasta el punto de haber llegado hasta allí. 4- Ver el libro del Maestro Kirpal: “Simran: La Dulce Remembranza de Dios”, en El Camino de Los Santos, (segunda edición 1989), pg. 131.

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El Arco Iris en mi Corazón los discípulos hacer justamente eso, dedicarse a las prácticas espirituales que les han sido dadas y así hacer Su trabajo más fácil. Pero implícita en todas mis observaciones, había un juicio rampante sobre el estado espiritual de mis vecinos. Comencé a verme como miembro a un selecto grupo de discípulos que realmente tomaba el Sendero seriamente. Si pudiéramos cargar con algunas de nuestras deudas kármicas, la carga de Sant Ji sería más liviana. En palabras de otro discípulo que parecía estar comprometido en el crecimiento espiritual, Sant Ji podría ser liberado de suficientes cargas kármicas nuestras para convertirse en “el primer Maestro que pudiera disfrutar Su encarnación aquí en esta tierra”. Todo parecía tan noble. Dentro de cualquier grupo u organización, a veces surge la sensación de que algunos están en el interior, mientras otros no. Mientras puede haber almas fuera del común que no son molestadas por tales sentimientos, es simplemente humano que la gente se sienta privada de sus derechos cuando otros parecen estar en el poder. Ni el Ashram de Sant Bani ni el colegio estaban por encima de esta dinámica. En el primer capítulo, hice referencia a unos pocos discípulos que querían vivir en Sant Bani, convencidos de que el Ashram le pertenecía al Maestro y por eso ningún humano podría negarles ese deseo. Si no estuvieran en su “derecho” de tomar esta decisión, al menos el Maestro debería decidirlo, no los sevadares del Ashram. De la misma manera, no todos los padres satsanguis estuvieron de acuerdo con las políticas del colegio y con frecuencia citaron las Enseñanzas del Maestro, para aclarar un punto. Las personas somos seres humanos. Así como nosotros hacíamos lo posible por interpretar la dirección divina, era comprensible que surgieran diferentes perspectivas y los discípulos no estaban de acuerdo sobre ciertos detalles. Esto no era una novedad en el Sendero y el Maestro Kirpal Singh tuvo que emitir más de un mensaje para recordarle a todos la necesidad de trabajar juntos en armonía por la Causa Sagrada, en vez de dedicarse a disputas discordantes. Cuando comencé a hacer mis prácticas espirituales más y más intensamente, parecía como si muchos de los que se habían sentido privados de sus derechos sobre el Ashram y/o el colegio estuvieran más inclinados a comunicarse conmigo. Para ellos, de pronto parecía más “abierto” y “receptivo” a las cosas, como realmente eran y deberían ser. El apodo de “Sociedad de la Admiración Mutua” bien podría haber sido acuñado para nosotros, ya que nos complementábamos a fin de reconocer la 252


Vanidad Espiritual “verdad” y nos habíamos dedicado a la práctica de la meditación. Se habló sobre el concepto del khalsa, un grupo de discípulos avanzados que fueron importantes en la misión de Gurú Gobind Singh y nos preguntábamos si podríamos crear un círculo como ese alrededor de Sant Ji. Algunas personas hicieron referencia a dos clases de seguidores del Maestro, los que eran meramente discípulos y los que estaban comprometidos más profundamente. Cuando el Maestro Kirpal nos contó la historia de los esfuerzos de Bibi Hardevi, (Tai Ji) para cumplir con sus horas de meditación diaria antes de ir a Su encuentro, Él concluyó: “¡Una competencia así es buena!”. Razonamos que, para inspirarnos unos a otros, era aceptable hablar sobre las horas que estábamos dedicando a la meditación, los Bayanes que nos sabíamos de memoria y lo que significaban para nosotros sin revelar experiencias internas o comentar nuestro progreso general en el Sendero. Yo aún tenía algo del Parshad de dulce de roca que Sant Ji me había dado el día que me dio el “nuevo trabajo” como pathi para el Satsang. Él me había dicho que compartiera esto con mis amigos, así que sentí mucho placer en distribuirlo a los pocos elegidos. A medida que comencé a identificarme más y más con este pequeño círculo de discípulos, para cambiar mis viejas costumbres por las nuevas, lo obvio sucedió. Comencé a alejarme de mis antiguos amigos y colegas en el colegio y el Ashram, incluyendo a Judith y a Russell, aunque nunca falté a mis deberes en el colegio, después de todo (pensé) ese era un Trabajo Divino, encomendado a mí por los dos Maestros, la gente comenzó a sentir que me había distanciado. Y lo había hecho. Mientras estaba enseñando, sentado en reuniones o cumpliendo con mi deber en el patio, entendía que mi tarea más importante era mantener la constante y silenciosa repetición mental de los Nombres de Dios y luego todo se desarrollaría por sí mismo. Uno de los puntos más bajos y que consideré un punto alto en ese momento llegó en la fiesta escolar del día de San Valentín. Recuerdo estar allí de pie, mirando a los estudiantes y a los profesores disfrutando el amor compartido, el intercambio de tarjetas, rematado con galletas, pastel y ponche. Yo sonreía y sostenía pequeñas charlas, mientras que en secreto y con aire de suficiencia emitía juicios sobre todos. Condené a adultos y niños por igual como meros esclavos de sus lenguas. Solo puedo agradecerle a Dios que Sant Ji me mostró el verdadero valor de la comida como una expresión de amor cuando fui a sus Pies al mes siguiente. 253


El Arco Iris en mi Corazón Había grietas en mi Eden, no obstante, recuerdo una larga discusión con un discípulo muy devoto del Maestro. Discutimos la noción del poder protector del Simran. Nos preguntábamos si uno podría ser desviado por la mente, o por el Poder Negativo, si uno estaba comprometido en la repetición constante. El devoto pensaba que no, pero de repente recordé las historias instructivas de Sant Ji, contadas justo antes de salir de Bogotá. Sant Ji había contado anécdotas personales de Su tiempo en el ejército y de Sus días en el Ashram de Kunichuk. Allí, estaba bastante avanzado en las prácticas espirituales, habiendo logrado la meta de los primeros Dos Planos Internos. Aún así, explicó, que Él y Sunder Das no estaban por encima del “nombre y la fama”.5 Le dije a mi condiscípulo que yo no sentía que estuviéramos por encima de las asechanzas de la mente y el ego, incluso si pareciera que estuviéramos en un estado de continuo Simran. Mi deseo de estar en Su presencia física otra vez creció y creció y llegó a ser más dura la espera de mi turno. Las cartas desde y hacia el Rajastán continuaron y con cada grupo yo también mandaba un mensaje grabado para Sant Ji. Le hablaba en hindi y con frecuencia Karen, Chris, Nick y yo cantábamos un Bayán para Sant Ji. Él pacientemente contestaba la carta cada vez, comentando cuánto había disfrutado escuchando las dulces voces de la “familia Bicknell” en el casete. Ocasionalmente nos envió también un mensaje grabado. En un casete, grabé una variante a un Bayán, con una explicación del por qué lo había hecho así.6 Hay un himno de Gurú Arjan Dev Ji Maharaj el cual afirma: “El viento ardiente no sopla sobre el que tiene la protección del Gurú”. Esta es una frase más adecuada para el clima caliente de la India. Como quiera que nos encontrábamos justo a mitad de un gélido invierno en New Hampshire, fue así que yo cambié la palabra ardiente, tati por muy frío o gélido, tandi: Tandi vao na lag di ji, Gurandi Sharan Peya. (El viento frío no sopla sobre el que tiene la protección del Gurú). Grabé esto para Sant Ji y en mi quebrado hindi, le expliqué por qué. Cuando Karen fue al Rajastán en Enero, su interpretación del Bayán de Sant Ji: 5- Como se explicó previamente, no estoy sugiriendo que Sant Ji estaba dominado por el ego. Más bien, era Su manera de contarnos lo que necesitábamos saber. Ver capítulo V. 6- Esta no era la primera vez que había cambiado una letra en un Bayán. Una tarde en mayo de 1977, cuando yo era el único occidental presente en el 77 R.B., añadí versos a un Bayán del Gurú Nanak, Naam Gurú da Sacha Jora, Kur da Pasara. (El nombre del Gurú es verdadero, todo lo demás es falso). Simplemente contribuí con nombres de más cosas que eran falsas y Sant Ji le pidió a los aldeanos que repitieran los versos conmigo.

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Vanidad Espiritual Deki Bote Nirali Meima, Satesangue ki (Hemos visto la grandeza única del satsang) impresionó a Sant Ji y a los aldeanos. Ella tiene una voz tranquila, aguda y de alguna manera única. En una carta para mí que Karen trajo a su regreso, Sant Ji escribió: “Karen meri beti badi aachi hai. Usme bhajan bola. ‘Deki Bote Nirali Meima, Satsang Ki’ jo bhaut mitha tha”. (Karen, mi querida hija, es muy buena. Cuando ella cantó el Bayán, Deki Bote, fue muy dulce). En Febrero, continué dedicando mucho tiempo a las prácticas devocionales y la preocupación de los antiguos colegas continuó creciendo. Recibí notas anónimas, preguntándose qué me estaba sucediendo. Uno citó la Biblia, haciendo referencia al águila que voló demasiado alto para su propio bien. Una compañera de trabajo se sentía desesperada por entender la naturaleza cambiante de mi estado de ánimo. Años más tarde me dijo que una tarde, sin poder aguantar más, entró a mi oficina y buscó en todo lo que pudo, tratando de encontrar alguna pista, alguna carta de Sant Ji, algo que la ayudara a entender el cambio que se había operado en mí. Cuando Russell le escribió a Sant Ji y le preguntó si estaría bien que yo ayudara durante las Iniciaciones, Sant Ji respondió positivamente. Le dijo a Russell, sí, esto sería bueno. Añadió que yo amaba a Russell y tenía aprecio por él en mi corazón.7 Esta fue una respuesta confusa, ya que nos habíamos distanciado bastante desde los viejos tiempos de camaradería con Judith, Russell y la mayoría de los otros sevadares que vivían en el Ashram. Por fin llegó Marzo y con mucho entusiasmo reuní todo lo que necesitaba para viajar una vez más a aquellas desérticas arenas del Rajastán. Siempre en el pasado había sabido que no merecía estar en la presencia física de Dios, pero la Gracia o la Suerte habían permitido que esto pasara. Esta vez, sin embargo, yo me preguntaba si estaba finalmente “listo” para ver a Sant Ji. Estaba bastante seguro de que Él estaría muy complacido de verme, pero guardé un espacio en mi corazón para la posibilidad de que mis recientes esfuerzos no fueran lo que Él estaba pidiendo de mí. En cada nivel, sin embargo, estaba seguro que el miraría profundamente en mi alma y me dejaría saber lo que yo debería hacer. Cuando entré por la puerta principal, todavía no sabía que era un paciente llevado en silla de ruedas a la unidad de cuidado intensivo del Hospital de Todas las Almas. Las raíces de la vanidad espiritual habían crecido bastante profundas y su eliminación, un hermoso aunque doloroso proceso, requería una cirugía mayor. 7- Sant Ji se refirió a esta misma carta cuando me reuní con Él en Marzo. Ver Cap. VIII.

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Rajastรกn

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CAPÍTULO VIII CIRUGÍA ESPIRITUAL, MARZO DE 1978

Con un corazón rebosante y una bolsa llena con chapatis recién hechos, me dirigí al sur de New Hampshire para comenzar la aparente interminable serie de aviones, trenes, buses y jeeps que se requerían para viajar al Sant Bani Ashram, Aldea 77 R.B., distrito Sri Ganganagar, Rajastán, India. Varios colegas del Ashram y del colegio estaban en el grupo que salió de Sanbornton y a lo largo del camino, devotos de otras varias localidades se unieron. Mi nueva fuerza se manifestaba en una variedad de formas, mientras estaba sentado con los ojos cerrados durante horas y horas o mordisqueaba mi “simranizada” comida y todo el tiempo me preguntaba cómo mis vecinos podían comer lo que ofrecía la aerolínea mientras charlaban sobre cosas tan triviales como las noticias, deportes o el tiempo. Si mi mente no estaba comprometida en la repetición mental de los Nombres Sagrados, entonces seguro estaría cantando uno u otro Bayán. Rápidamente descubrí otro discípulo que parecía estar en mi misma situación y ocasionalmente intercambiamos miradas de complicidad durante el largo viaje. Llegamos a Delhi y fuimos recogidos en el aeropuerto por Pappú. Él había organizado todo muy bien y su familia otra vez fue muy amable con nosotros. Yo estaba muy feliz de verlo y él me dio todas las noticias sobre Sant Ji y los demás habitantes del 77 R.B. Después de que el grupo fue acomodado en la nueva casa de los Bagga en el vecindario de Delhi conocido como Bali Nagar, Pappú salió para completar los preparativos para el viaje y yo me uní. Había una gran cantidad de compras por hacer, porque en aquellos días Pappú llevaba al Rajastán la mayor parte de los alimentos que se necesitaban con el grupo.


El Arco Iris en mi Corazón Paramos en el mercado al aire libre de de Chandi Chowk para comprar enormes canastas de bananos, cajas de naranjas, manzanas y latas llenas de nueces de marañón crudas, la mitad de las cuales fueron tostadas por los Bagga cuando regresamos a la casa varias horas más tarde. A medida que nuestra vespa de tres ruedas se abría camino a través de las increíblemente estrechas y atestadas calles de la Vieja Delhi, respiré profundo y sentí que estaba verdaderamente en casa una vez más. Observando a Pappú haciéndole frente al volante con una competencia que parecía mucho más allá de sus veintiún años pensé en lo milagroso que era, cualquier cosa se podía llevar a cabo en la rica complejidad que era la Madre India. Nuestra última parada fue en la estación del ferrocarril. Recogimos los tiquetes para el tren nocturno a Ganganagar que salía esa noche y regresamos a la casa de los Bagga para unas pocas horas de descanso. Yo estaba extenuado, pero listo para salir. Hubo más contratiempos de lo normal en nuestro viaje al Ashram. En una estación se pidió a todos desembarcar. Varios devotos se pusieron muy ansiosos, pero los que ya habíamos hecho el viaje por esa ruta reconocimos la rutina, ya que era necesario cambiar algunos de los vagones antes de continuar. Esta vez sin embargo, se cambió el tren completo. Con todas nuestras pertenencias partió de la plataforma y desapareció de nuestra vista. La gente se agitó un poco, pero yo me limité a sonreír con aire de suficiencia y dije: “¿Bien, no es interesante? ¡Veamos que más nos trae la Voluntad de Dios!”. Quince minutos más tarde, el tren regresó y estábamos otra vez en camino. La demora hizo que el tren perdiera una conexión y llegamos a Ganganagar mucho más tarde de lo programado. En vez de una caravana de jeeps, había sido contratado un bus para la última estación al Ashram. Todos estábamos felices de ver la cara familiar sonriente de nuestro querido amigo Pathi Ji de pie al lado del bus de turismo indio decorado con mucho colorido. Abordamos y nos acomodamos para el viaje de dos horas y media sobre asfalto que se fue estrechando y finalmente se redujo a nada más que fina y pura arena. Cuando estábamos cerca del Ashram, nos encontramos con el nuevo jeep de Sant Ji parqueado en un puente angosto que marcaba un cruce de canales y carreteras. Sathi, el hijo de Sardar Rattan Singh, estaba al lado esperándonos. Pappú se bajó del bus, volteó, me llamó por mi nombre y luego se dirigió al jeep. Yo estaba sentado en la parte de atrás del bus y no pude responder rápidamente, así que 258


Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 arrancamos otra vez, siguiendo al jeep. Empecé a reflexionar sobre lo bonito que hubiera sido llegar al Ashram en el jeep, cuando pensé: “No, realmente lindo es estar en Su Voluntad, si se supone que yo esté en el jeep, allí estaré. El viaje no ha terminado aún. Y si no se supone que debo estar en el jeep, no quiero estar allí”. Eso duró hasta que el autobús pasó al jeep y de pronto quise saltar por la ventana y aterrizar en el jeep. “Ahhh”, pensé: “¡Dejo ir demasiado!”. El jeep adelantó al autobús y se detuvo delante de nosotros. Yo saqué mi cabeza por la ventana, Pappú me llamó otra vez y esta vez corrí a reunirme con ellos. Babu Ji, que estaba en el jeep, tomó mi lugar en el bus. Pensé: “Wow, esto es maravilloso” y luego me di cuenta: “Oh, el viaje aún no ha terminado”. A menos de cinco minutos del Ashram, el bus se varó. Cargamos más gente en el jeep y comenzamos a transportarlos al recinto del 77 R.B. Cuando giramos a través de las puertas abiertas del Ashram, Sant Ji no estaba a la vista. Me boté del jeep e inmediatamente alcancé a verlo, fluyendo alrededor de la esquina donde tuve mi primera visión de Él en 1976. Cuando lo escuché decir mi nombre a Pappú, estuve a Sus pies en un instante. Él me levantó y Sus ojos danzaban. Poniendo Su brazo alrededor mío, preguntó: “Kya hal hai?”. (¿Cómo estás?). Respondí con mucho entusiasmo: “Teek hai”. (¡Muy bien!). Sant Ji se volteó y habló al pequeño grupo en frente de Él. Dijo que aunque nuestra tardanza estaba en la Voluntad del Maestro de todas maneras se había preocupado por nosotros. Nos invitó a entrar al área del comedor para comer algo. Yo no tenía hambre, entonces después de unos momentos regresé al patio. Sant Ji y Pappú estaban sentados allí esperando la próxima entrada del jeep trayendo más amados. Sant Ji me invitó a acercarme y sentarme con ellos y volvió a preguntar cómo estaba. Respondí alegremente: “¡Humh, raji khushi, khushi¡”. (Sí, muy feliz, feliz) y Él sabía lo que yo quería decir esta vez. Sentí que Sus ojos le hablaban a los míos, fue maravilloso. Sant Ji envió a Pappú a comer. Señaló que yo debería ser el traductor. Cada vez que un grupo llegaba, Él les decía que se sentía muy feliz de verlos, que era la hora de comer y que después deberían ir a descansar, todo lo cual fui capaz de traducir. Entre las llegadas del jeep con nuevos amados, Sant Ji y yo hablábamos. Me preguntó cómo estaban los sevadares de Sant Bani y fui cauteloso en mi respuesta, sugiriendo que de “salud” todos parecían bien. Cuando me preguntó 259


El Arco Iris en mi Corazón por dos personas en particular, le indiqué que ellos parecían preocuparse mucho sobre las cosas, añadiendo que se disgustaban cuando las cosas no salían como ellos querían. Sant Ji me preguntó cómo estaba Karen y le dije que muy bien, muy fuerte. Mencionó que había escuchado el casete de Chris y Nicky cantando los Bayanes, así como mi coro alterado de “Tati Vao”, intercambiando un viento frío por uno caliente. Le dije que esto era verdad, los vientos estaban fríos en New Hampshire y los dos nos reímos. Notando que un discípulo occidental del grupo se había dejado de afeitar desde que Sant Ji lo vio la última vez, comenté: “Ahora él es un dardi vala”. (Hombre barbado). Sant Ji observó que en América no tenemos las presiones sociales, como sucede en la India, Su país. Si alguien tiene barba y se afeita o viceversa, la gente ejerce mucha presión sobre esa persona para que vuelva a ser como antes. Dejar crecer la barba o afeitarse es como una declaración de algo, no solo por cuestión de moda. Sentado allí, teniendo una conversación informal con Sant Ji comencé a sentirme tan en casa que estaba seguro de que tenía sangre de la India corriendo por mis venas. En retrospectiva, debe haber sido difícil para algunos de mis colegas recientemente distanciados llegar al Ashram y escuchar el saludo de Sant Ji filtrado a través de mí. Un poco más tarde Sant Ji (a través de Pappú) consoló a alguien que había estado visiblemente molesto. Cuando le oí decir a Sant Ji: “Está bien, no te preocupes, el Maestro va a hacer que todo mejore, todo volverá a estar bien”. El proverbial remordimiento de conciencia me hizo preguntar si el intercambio habría tenido algo que ver con las murmuraciones causadas por mi estado actual. Para el Satsang de la primera noche, me senté al fondo del salón. Hasta ese momento siempre me había ubicado tan cerca de Sant Ji como pudiera, pero honestamente pensé que estaba siendo humilde sentándome detrás de todos. Sant Ji inmediatamente me pidió que me sentara más cerca, indicándome un sitio al lado de Band y Parmeshri (mis cantantes favoritas), El dueto Eléctrico Enlatado (The Electric Tin Duet). Sant Ji le pidió a Bant un Bayán que los occidentales ya hubieran aprendido y ella cantó Mera Sateguru Pritam Piara. (Oh mi muy amado Satgurú, he olvidado Tu nombre). Luego le pidió a los occidentales cantar y alguien comenzó con, Tati Vao Na Laga Di Yi. Parmeshri sonrió a sabiendas y sustituyó 260


Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 “Tandi” por “Tati”, entonces yo también lo hice. Los niños de la aldea sentados detrás de mí comenzaron amorosamente a tirar de mi abrigo muy suavemente y, con un gran sentido de pertenencia, me fundí en el Satsang. Al final Sant Ji me pidió cantar un Bayán mientras Darshan Singh distribuía Parshad a todos. Canté, Sateguru Ke Guna Ga Le Bande. (Canta las cualidades del Satgurú, oh hombre y termina con los nacimientos y muertes). Atrás en el patio después del Satsang, intenté meditar, pero solo estuve cabeceando. Finalmente, después de que Pappú muy amablemente me trajo un vaso de leche tibia, dando traspiés encontré mi cama de lazos y me hundí profundamente en la noche. Lo siguiente que escuché fueron las notas largas y vigorosas de la campana de las tres de la mañana que Sant Ji tocó para ayudar a que nos levantáramos y nos sentáramos. La meditación de la mañana con Sant Ji fue bastante poderosa y otra vez sentí que finalmente estaba haciendo lo que Él me había pedido que hiciera. Además de una ligera tendencia a revisar el pasado y ensayar el futuro pude permanecer en el momento, repitiendo el Simran. En mi experiencia algunas veces una voz interna me habla cuando mi mente está suficientemente quieta y esa mañana me susurró: “Abandona todo menos el Simran”.8 Al final de la sesión, Sant Ji comenzó a preguntarle a la gente sobre sus experiencias, pero no llegó hasta mí. Cuando me sentaba y me quedaba mirándolo, me sentía más y más embriagado, lleno de alegría. Él dijo que mientras estuviéramos allí, nuestro trabajo era permanecer en la corriente del Simran, añadió que si uno permanecía haciendo Simran durante todo el día, entonces la constante repetición necesaria para la meditación sería mucho más fácil de lograr. Regresé a mi cuarto y grabé en mi diario que debería permanecer en esa corriente: “Ese Río que corre profundo, misterioso, oscuro, rápido y fresco, agua fresca, protección de uno contra el calor del mundo. Permanecer en esa corriente ahora. Y hacer que todos los ahoras se sumen por siempre”. Y luego, pensando en mi deseo de abandonar todo, escribí: “Absolutamente, absolutamente, absolutamente los amigos son falsos. Ámalos y Simranízalos”. De pie detrás de las largas mesas de madera con baldes cubiertos con tela frente a nosotros, Pappú y yo ayudamos a servir el desayuno a los occidentales. De una fuente constantemente renovada, distribuimos dos o tres chapatis calientes y rellenos a cada persona y luego repartimos generosamente cereal caliente sobre las 8- Siempre he entendido que este fenómeno es mi mente hablando, no el Maestro Interno.

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El Arco Iris en mi Corazón bandejas de hojalata que nos presentaban. Cuando todos comieron, nos retiramos al área semicubierta de la cocina para comer. Sentados en taburetes bajos de paja adornados con neumáticos de bicicleta reciclados, charlábamos tranquilamente. Sant Ji apareció ante nosotros. Poniendo Su mano sobre mi hombro, comentó: Sant Ji: ¡Tú solo puedes comer conmigo! Kent: Sí. Sant Ji: En Los Estados Unidos también, siempre comías conmigo. Kent : Sí. Sant Ji: El amor que tenías para mí en los Estados Unidos me hizo feliz. Kent: Ese amor venía de Ti. Sant Ji: Y las lágrimas que derramaste en Bogotá me hicieron feliz. Y todos nos reímos. Después de que terminamos, regresé al comedor y recogí una pila de platos. Cuando me dirigía al área de lavado, Sant Ji estaba de pie mirándome mientras me acercaba. Me puse en cuclillas y comencé a limpiar las bandejas, pero Sant Ji me dijo que no. Un sevadar se acercó rápidamente y agitando su dedo suavemente hacia mí, dijo: “¡Esta es mi tarea!”. Sant Ji procedió a decirme en hindi, que durante mi estadía, mi deber era sentarme a meditar, no lavar los platos. Pensando que se suponía que debía hacer lo que Él me pedía, salí a meditar más sin tener en cuenta que acababa de terminar mi desayuno. A la hora de comer era muy cuidadoso con las cantidades, aunque todo lo que se servía era Parshad. Me quedé con mi régimen diario de dos chapatis y una ración pequeña de sabji (vegetales cocinados), pero me permitía beber todo el chai que pudiera. Tomé los comentarios que me hizo Sant Ji como aprobación para tomar mi comida con Pappú y los sevadares indios y esa mañana trasladé mi cama de lazos al cuartico de Pappú. 262


Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 Yo estaba apartado de los otros occidentales, pero no me importaba. Entendí el exilio auto-impuesto de mis condiscípulos como un regalo. Como lo mencioné, Sant Ji nos había dicho que deberíamos realizar cualquier esfuerzo para “permanecer en la Corriente del Simran”, así que me sentía justificado y me limité a comunicarme con movimientos de cabeza y sonrisas, juntando las manos aún con los viejos amigos. Cada cosa que llegaba en mi camino, pensé, era una oportunidad para practicar el estar en el aquí y ahora, lo que el Maestro Kirpal llamaba: “El presente vivo”. E incluso, me mezclé con el sangat indio lo más posible, hablando hindi con el que tuviera paciencia de escuchar. Los indicios de hipocresía fueron empequeñecidas por mi alegría y por la sensación de que me estaba bañando en Su amor, saboreando finalmente el fruto de Sus palabras: “El Ashram de Rajastán es tu Ashram”. Parmeshri la sobrina de Pathi Ji, era una de mis complacientes víctimas indias. Ella me informó que Sant Ji le había puesto mi casete a los aldeanos y que ella había disfrutado mucho los Bayanes de la familia Bicknell. Dijo que todos incluido Sant Ji, se habían reído mucho cuando me escucharon cantar sobre la protección del Gurú de los vientos fríos, en lugar de los ardientes, a Sant Ji le gustó, dijo ella. Me preguntó si había nieve en New Hampshire y le dije que sí, ¡mucha! Añadí que cuando canté sobre la protección del viento frío, sentí el frío más suave. Ella sonrió y mencionó que Sant Ji les había dicho a todos que en los Estados Unidos yo era un gran hombre, el rector del colegio, pero que en Colombia me había convertido en un niño pequeño y había llorado. Finalmente habló sobre el Bayán de Karen, Deki Bote y salió cantando el Bayán en una excelente imitación del estilo único de Karen. Se me ocurrió que sería agradable quedarme y meditar unos días después de que el grupo partiera. Cuando Pappú le preguntó a Sant Ji si yo podría quedarme unos días más, Él se preguntó por qué. Pappú le relató mi plan y Él dijo: “Karlo”. (Que lo haga). Estuve feliz de recibir esa noticia. Pero estaba más ansioso por tener mi entrevista privada. Pappú le informó a Sant Ji, después de que se lo pedí que yo esperaba una larga entrevista con Él, ya que tenía muchas cosas que hablarle. Sant Ji dijo: “Está bien”. Cuando llegó el primer día para las entrevistas privadas, yo estaba ansioso. Por fin iba a poder consultar con Él, cara a cara, para ver si estaba, por así decirlo, en el camino correcto. Cuando Pappú me contó que estaba programándome para la 263


El Arco Iris en mi Corazón primera sesión en la mañana (9:00 a 11:00), le comenté que yo podría necesitar todo el tiempo. Le pedí a Pappú que la cambiara para las diez, por lo menos, para que otros que estaban muriéndose por verlo pudieran pasar primero. Cuando Pappú consultó con Sant Ji, Él dijo: “No, no. Kent no entrará primero. Tengo mucho tiempo para él. Él recibirá mucho tiempo”. Añadió que mi entrevista podría salir de Su propio tiempo, que yo podría verLo en cualquier momento, nueve en punto de la noche incluso. Pero, dijo otra vez, no debe ser tomado del tiempo de las entrevistas. Aunque esto me dejó sin un tiempo programado, acepté inmediatamente. Yo estaba muy ansioso de hablar con Él y también sentí que los acontecimientos estaban a punto de desarrollarse gráficamente y podría ser igualmente bueno dejar pasar más tiempo. La pregunta seguía carcomiéndome: “¿Estaba Él complacido conmigo?”. En el Satsang la noche anterior, yo me había sentado justo en frente de Él, hasta que me pidió que me apartara un poco. A medida que el Satsang avanzaba me iba sintiendo más y más intoxicado, apenas consciente de mi cuerpo y al final Él me pidió que cantara, Sachia Guru Mejerbana, (Oh Genuino Benefactor, tiñe mi vestido en el color azafrán, del Nombre del Señor). Cuando me acosté a dormir, pensé: “¡Caramba! Él realmente quiere que yo haga esto y realmente quiere que me vuelva fuerte”. Al mismo tiempo, comencé a preguntarme si me había apartado demasiado de las cosas pasadas. Recordé las sencillas rondas que Mildred Meeh les había enseñado a cantar a los estudiantes de Sant Bani: “Haz nuevos amigos, pero conserva el viejo. ¡El uno es plata y el otro es oro!”. “Yo ciertamente había hecho nuevos amigos, pero, con algunas excepciones, ¿cómo podría saber si había conservado a los antiguos? ¿Y estaban todos estos pensamientos compitiendo dentro de mí como una estratagema para distraerme del recuerdo del Señor? Cuando me levanté a la mañana siguiente mi cabello estaba lleno de pequeñísimas piezas de Parshad patasa (una oblea de azúcar fino). Yo había empleado mi sombrero como recipiente para la distribución del Parshad en el Satsang y aparentemente no alcancé a limpiarlo antes de utilizarlo como gorro de dormir. El diálogo interno continuó. Comencé a ver que un subproducto de mi celo había sido la crítica, tratando de juzgar el comportamiento de otros había invertido mucho tiempo en los últimos seis meses y no obstante desesperadamente deseaba Su aprobación. Grabé en mi diario que ahora entendía mi papel: “Ser fuerte, apoyar 264


Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 a todo el mundo, no estar preocupado y confundido, dar tanto amor como pueda, continuar manteniendo la fuerza interior, desarrollar esto, en la oscuridad, en el silencio”. Pero las palabras: “Preocupado y confundido” comenzaron a entrar en mi diario más y más. Un amigo preguntó cómo me estaba yendo y respondí que me sentía muy muy bien, pero que presentía que Sant Ji podría estar un poco preocupado por mí. Yo lo comparaba como la preocupación que un padre siente por un hijo que, aprendiendo a caminar, va tropezando. El padre tiene que seguir levantándolo, pero realmente no está disgustado. En el Satsang esa noche, Sant Ji hizo Su discurso basado en un himno de Sant Kabir. Uno de los versos hablaba del padre que ayuda al hijo que tropieza y Sant Ji lo explicó con mucho detalle. Dijo que cuando los niños están aprendiendo a caminar, el padre los levanta una y otra vez cuando tropiezan y caen. De la misma manera, el Satgurú utiliza el Satsang para levantar a los discípulos cuando tropiezan y caen. A través de todo el proceso, el Satgurú realmente ama a los devotos, Él solo tiene amor para ellos. Al final, cuando Sant Ji salió, yo dije en español: “¡Gracias!”. Y Él contestó también en español por encima del hombro: “¡Te amo!”. La siguiente noche, de camino al Satsang, Sant Ji me preguntó cómo me estaba yendo. Todo lo que pude decir fue: “Teek”. (Bien), ya que sentí que no había otra respuesta permitida. ¿Cómo podría no estar bien? Toqué Sus pies, pero Él me levantó, puso Su brazo y me abrazó. En el Satsang relató que el Maestro Kirpal nunca le permitió tocar Sus pies. El Maestro siempre lo levantaba y lo abrazaba. Cuando Sant Ji salió esta vez yo dije: “¡Te amo!”. Y Él respondió: “¡Gracias!”. Al día siguiente Sant Ji me invitó a salir a caminar fuera del complejo amurallado. Nos dirigimos a la puerta principal y Él comenzó a contar sobre la tierra vecina. Ellos habían podido comprar varias parcelas, explicó y estaba a punto de decir más cuando dos discípulos occidentales aparecieron en la esquina. Nos habían dicho que no saliéramos del complejo, pero estos dos habían salido para una caminata extensa. Estaban muy emocionados de ver a Sant Ji, y les habló brevemente. Esto terminó con nuestra caminata y traté de no sentirme decepcionado. ¿Cómo iba yo a saber cuál era el Mauj? (Voluntad Divina). Esa noche alguien me recordó que mientras más cerca estuviera uno de un Santo, más duras serían las pruebas. La mente tiene una forma de seducirnos con cosas 265


El Arco Iris en mi Corazón nobles, hermosas y sutiles. A menudo disfrazada como la obra del Señor, hecha “en Su Nombre”. Pensé profundamente sobre esto y el deseo de hablar con Él, se hizo más agudo. Este deseo fue reforzado a la mañana siguiente, cuando Sant Ji habló sobre cuán poderosa era la mente. Durante la segunda guerra mundial nadie en Su área se atrevía a entrar al ejército, porque los soldados eran enviados al campo de batalla. Cuando Sant Ji se ofreció de voluntario todos estaban sorprendidos de ver la valentía de ese muchacho tan joven. Pero a Él no le importaba. Más adelante, cuando llegó el momento de luchar con la mente, se dio cuenta que fue mucho más difícil dar la batalla contra la mente que ir al campo de batalla en la guerra. Explicó que lo sabía todo sobre la mente porque durante quince años fue un iniciado de Baba Bishan Dass, que lo hizo meditar bajo tierra. Todo ese tiempo tuvo que luchar con Su mente. Y cuando el Maestro Kirpal le dio la Iniciación, aún tuvo que luchar con Su mente. La mente es un adversario poderoso y astuto. Sant Ji nos habló sobre Su infancia. Él solía montar a caballo y al igual que Baba Sawan Singh, era experto en montar un caballo que ya estaba en movimiento. Era un jinete experto, con o sin silla. También le encantaba correr. De niño, Él sentía que tenía resortes en Sus pies y cuando corría, iba repitiendo los nombres del Señor con cada paso. Él nos contó que nunca permitió que nadie lo venciera en una carrera. En el ejército había sido el campeón de Su equipo en las competencias de carreras. En los juegos del ejército el campeón de otra unidad, uno de los poderosos Pathans fue a ver a Sant Ji, ya que había escuchado que Sant Ji era muy veloz. Cuando este soldado alto, fuerte y carnívoro miró a Sant Ji, se rió y después de burlarse de Él por ser un débil vegetariano, dijo que podría ganar la carrera llevando a Sant Ji en sus brazos. Cuando comenzó la carrera Sant Ji iba detrás en el primer tramo, como era Su estilo. Sus camaradas comenzaron a animarlo gritando, tanto que Él se sintió inspirado y arrancó a gran velocidad. Cuando adelantó al campeón de los Pathans, este quedó tan sorprendido que de repente se detuvo. Después de la carrera felicitó a Sant Ji, comentando que Sant Ji había pasado al lado tan rápido que él pensó que él se había detenido, entonces se detuvo. Estas historias nos transmiten la fuerza y la concentración que poseía Sant Ji desde Su infancia. Sant Ji continuó advirtiéndonos sobre la mente y contándonos historias de lo difícil que era verdaderamente practicar el Sendero. Aquellos años fueron la época de las “charlas caminando”. Todas las tardes Sant Ji nos llevaba fuera de la puerta del complejo por el camino de arena hasta que llegábamos a un caminito 266


Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 que conducía a la pequeña choza de barro donde Él había pasado tanto tiempo haciendo la devoción. Algunas veces sentado allí sobre una cama de lazos, otras veces deteniéndose en el camino, Sant Ji nos hablaba. En uno de los primeros días, al pasar por los campos de tallos de caña de azúcar, habló de la planta metafóricamente. La semilla es sembrada, germina y luego debe soportar calor, frío, viento y lluvia mientras crece. Cuando madura es cortada, luego triturada, después de lo cual su jugo se hace hervir y hervir. El resultado es un fruto dulce que todos disfrutan. Exactamente, este es el proceso para alcanzar nuestro Verdadero Hogar. En otra caminata, Sant Ji explicó que Él había meditado por muchos, muchos años antes de encontrarse con el Maestro Kirpal. Cuando por fin se encontró con el Maestro, Él lo vio como Su liberador. Por lo tanto, cuando el Maestro Kirpal le dijo que meditara tiempo completo, Sant Ji se resistió. Le preguntó al Maestro Kirpal por qué debía meditar tiempo completo, si ya el Maestro iba a liberarlo. Sant Ji dijo que Él ya sabía lo que era luchar con la mente, que era más fácil abrir la camisa permaneciendo de pie en frente de un cañón, que luchar contra el poderoso enemigo llamado mente. Más adelante, Sant Ji dijo que le había explicado al Maestro Kirpal que Él, Sant Ji no iba a liberar a nadie, que era suficiente que el Maestro lo liberara a él. En ese momento Sant Ji nos contó que el Maestro Kirpal lo había cogido por la oreja y le dijo que meditara tiempo completo y añadió: “Ya veremos si no vas a liberar a nadie”. Las advertencias continuaron. Después de una meditación de la mañana, alguien preguntó qué tan limpia debía realmente estar el alma, antes de que el Gurú la elevara a los planos más altos. Sant Ji respondió que tenía que estar muy limpia, tan limpia como la nieve o como el cristal y añadió que estas eran solo comparaciones. Habló que podemos pensar que hemos vencido a las cinco pasiones, pero que la mente astuta está ahí esperando para engañarnos. Nos puede parecer que hemos escapado de los cinco ladrones: la lujuria, ira, avaricia, apego y egoísmo en nuestra conducta externa, pero la mente es una fuerza tal que simplemente pasa desapercibida por un rato y luego nos ataca en nuestras meditaciones y de otras formas. Cuando Él llegó a la conclusión de que no entendíamos qué se requiere para decirle adiós a nuestras faltas de una vez por todas, lo que estaba royendo dentro de mí comenzó a sonar como un rugido. ¿Creía yo realmente, antes de venir que había logrado algo? 267


El Arco Iris en mi Corazón Perdí la noción del tiempo. Estaba seguro que era miércoles, para luego descubrir que era jueves. El viernes, 17 de marzo, mientras luchaba para convencerme de que no estaba ni “confundido o preocupado”, escribí: “Todo el tiempo se está practicando la cirugía. Y me imaginé que era un bebé que aún tenía que permanecer bajo anestesia”. En ese momento se puso de manifiesto que algo no andaba bien. En lugar de permanecer alerta durante los Satsangs de la noche, luchaba por permanecer despierto. Los viejos amigos parecían estar evitándome, expandiendo el círculo de espacio personal cuando nos encontrábamos en el patio. Los saludos y sonrisas me parecían congelados y forzados. Un día un compañero de trabajo en el colegio Sant Bani me llamó a un lado. ¿Él se preguntaba si yo estaba consciente de que algunos de los miembros del grupo estaban hablando con Sant Ji sobre mí? ¿Por qué? Pregunté. De lo que él había entendido, mis viejos colegas le estaban diciendo a Sant Ji que estaban muy preocupados por mí, ya que parecía que yo ya no era un apoyo para el Ashram o el colegio. Me había vuelto demasiado independiente, no era mi viejo, amable, cómodo yo. Sant Ji les dijo que hablaría conmigo, indicándoles que yo no debería estar actuando en la forma como la gente describía. Mi desesperación creció y todavía no se había fijado cita para reunirme con Él. Cruzando límites que no debería, traté de sacar información de Pappú. Él, claro está, no me dijo nada de lo que la gente le estaba diciendo a Sant Ji. Sin embargo yo lo molesté, hasta que al fin, justo antes de dormirse esa noche, me dio una pista: “Bien, es posible que Sant Ji te dé una pequeña paliza”. Le pregunté qué quería decir, pero no dijo nada más, excepto que no me preocupara, que era seguro que yo recibiría exactamente lo que necesitaba. Para entonces, ya habían pasado seis de los diez días que teníamos y Sant Ji no había arreglado un momento para verme. La duda y el dolor comenzaron a tomar el lugar de la alegre intoxicación y yo no encontraba la fuerza que me había acompañado los últimos meses. A medida que comencé a sentirme más y más pesado, yo me preguntaba a dónde se había ido la luminosidad. ¿Estaba la fuerza anterior basada realmente en un profundo orgullo? Sant Ji dijo en el Satsang: “Para los amantes verdaderos, el dolor nunca se va ni siquiera por un segundo”. Pensé: “¿Es esto lo que estoy experimentando? ¿Es este dolor exactamente un producto secundario del proceso de corte, trituración y ebullición de la caña de azúcar, con el fin de extraer dulzura al final?”. 268


Cirugia Espiritual. Marzo de 1978

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El Arco Iris en mi Corazón Comencé a preguntarme si Sant Ji nunca me iba a ver antes de irme. Me imaginé subiendo al avión en Delhi, todavía dando vueltas sobre cuándo conseguiría mi entrevista. Traté de decirme que, incluso eso sería “bueno”, mientras estuviera en Su Voluntad, pero tal auto-esfuerzo para sofocar mi creciente pánico fue menos eficaz. Mis preocupaciones cayeron en rápida sucesión. En el pasado, yo había juzgado a la gente por comer una dieta especial en unos horarios diferentes, ¿no estaba yo haciendo la misma cosa ahora? Estaba bien en tomar distancia, sobre todo en forma selectiva. ¿No había escrito el Maestro Kirpal en una circular sobre la humildad, que era imposible ser humilde si uno estaba todo el tiempo pensando en cómo ser humilde? ¿Podría yo alguna vez ser un “Rubí de Rubíes?”. ¿Si conscientemente estaba esforzándome por serlo? Sobre todo, sabía que necesitaba hablar con mi Padre. Alrededor del medio día, llegó finalmente el mensaje de que Sant Ji se sentiría muy complacido de verme, pero solo después de que Pappú y yo termináramos con toda la correspondencia. En aquellos días Pappú se encargaba de todas las cartas en inglés para Sant Ji y se las traducía una por una. Después de cada carta Sant Ji dictaba una respuesta en Punjabi en una grabadora. Pappú tomaba la cinta y él mismo escribía la respuesta en inglés. Al final, se le llevaba a Sant Ji la pila de cartas para Su aprobación y firma. No había máquina de escribir (ni hablar de un computador), por lo tanto en la medida de lo posible, yo escribía mientras Pappú dictaba, lo cual hacía el proceso más eficiente. Me puse tan feliz al escuchar que Sant Ji quería verme, que salí a tomar un chai. Poco después de regresar, Sant Ji salió de Su cuarto, nos vio sentados allí y nos dijo que deberíamos dedicarnos a la correspondencia. Comenzamos, pero yo pensé que necesitaba otra taza de té y me dirigí hacia el Langar, (el área de la cocina) a buscarlo. Sant Ji me vio cuando regresaba y esta vez dijo: “¡Jaildi! ¡Jaldi Karo!”. (Vamos, dense prisa y háganlo). Así que nos pusimos a esto inmediatamente y completamos quince de las sesenta cartas antes de que nos necesitaran para ayudar a servir el almuerzo. Después de almorzar, mientras Pappú estaba ocupado en otra cosa, yo salí y fui hasta la choza de Sant Ji y me senté a meditar, lo que me dejó en paz. En la tarde fuimos a caminar y otra vez, me sentí más alerta, pero noté que tenía que forzarme para hacer Simran, apenas el “dulce recuerdo” descrito por los Maestros. Cuando nos detuvimos en la choza, Sant Ji habló sobre el clima del Rajastán. Dijo 270


Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 que se ponía muy caliente a veces y que era difícil de soportar. En su país, Él dijo, ustedes tienen nieve y frío, pero en el 77 R.B. el calor era el problema. Comencé a pensar que Él podría mencionar que yo había cambiado las palabras del Bayán para describir la protección de los fríos vientos. Yo estaba esperando que dijera mi nombre a todo el mundo y esto me entristeció. ¿Qué había sucedido para no imponer mi voluntad sobre la Suya? ¿Qué había pasado con mi manta protectora del amor? De pronto me sentí débil y me parecía que me separaba de mi cuerpo. Después de esto me sentí tan cansado, que podría haberme echado delante de Él y dormirme. Apenas llegué a mi cama donde, después de darme cuenta que estaba lleno de preocupación y confusión, caí en un profundo sueño. Mi último pensamiento fue un tonto deseo de que mi madre estuviera allí con un poco de leche y galletas y me arropara. Cuando desperté era la hora para el Satsang de la noche. Intenté sentarme, pero sentía como un peso cósmico, sentado sobre mi pecho que me clavaba en la cama. Aunque no vi nada, era bastante real, todo lo cual fue muy aterrador. Tuve que forzarme hacia mis pies, balanceando la parte superior de mi cuerpo hacia atrás y adelante hasta levantarlo verticalmente. Sintiéndome totalmente entumecido, como si me hubieran dado un sedante, me dirigí al Satsang. No importa cuánto luché, no pude permanecer despierto. Observé los rostros brillantes y radiantes de mis viejos amigos y colegas, pero no pude mantener mis ojos abiertos. Al final me sentía asustado de que Él me pidiera que cantara un Bayán, para lo cual no estaba preparado. Él no lo hizo, pero cuando una devota colombiana comenzó a cantar lo que se convertiría en un himno amado para el Maestro, me pidió que me uniera a ella: Sant Ji, Sant Ji, Sant Ji, jubilosos te esperamos. A medida que salíamos del lugar del Satsang, cada uno pasaba junto a Sant Ji que permanecía de pie en la puerta, iluminado por una poderosa linterna de gas. Con Sus manos juntas Él nos miraba a los ojos, algunas veces por un período prolongado de tiempo y luego sutilmente nos hacía una señal para que avanzáramos. Yo me sentía muy apenado mientras llegaba mi turno. Qué tenía para ofrecerle ahora, excepto una conciencia llena de niebla. Apenas reconociendo mi presencia cuando me detuve frente a Él, rápidamente me hizo la señal para que avanzara. Permanecí afuera de pie con el grupo, aún ansioso de que posara su mirada sobre mí antes de cerrar las puertas. Cuando la última persona hubo salido, Sant Ji miró una vez más a todos menos a mí, se volvió hacia la persona que estaba a mi lado, sonriendo alegremente, dijo: “Buenas noches” y desapareció. 271


El Arco Iris en mi Corazón La única meta era mi cama, regresé a mi cuarto y me sentía algo así como un caracol arrastrándose a través de su propio rastro de baba. Abrí la puerta, pasé por encima del umbral de madera y me dejé caer en una posición boca abajo, los miembros torcidos. Mis párpados empezaban a cerrarse cuando con gran fuerza me llegó un pensamiento: “¡Oh Dios! Son las cartas las que se interponen entre nosotros. Él dijo que teníamos que terminar las cartas antes de que Él me recibiera. Tenemos que terminar todas esas cartas esta noche. Solo tenemos que hacerlo”. Pero Pappú se había quedado atrás para hablar con Sant Ji, de modo que no podía hacer nada yo solo, continué tendido en la cama. Me deje llevar del sueño, despertando de vez en cuando a la voz de Babu Ji cuando intentaba conversar conmigo. Cuando Pappú regresó, me desperté otra vez, determinado a hacer todo lo que pudiera para remover cualquier obstáculo que me estuviera alejando de mi entrevista con Sant Ji. Hice uso de toda mi fuerza para sentarme. Le anuncié a Pappú que estaba listo para hacer cartas, que definitivamente teníamos que terminarlas esa noche. Pappú, que sabía lo cansado y emocionalmente agotado que me encontraba, me miró con incredulidad y dijo: “¡Durmamos un poco!”. Cuando protesté, dijo: “Tengo dolor de cabeza y no puedo trabajar ahora, necesito un masaje. Tú estás listo, pero yo no. No es tu culpa. ¡Ahora, ve a la cama!”. Qué alivio. Como Christian en El Viaje del Peregrino, sentí un alivio de mi carga. Yo estaba listo para hacer lo que Sant Ji pedía, incluso si se requería un esfuerzo extraordinario. Esto no decía mucho de una prueba, pero para mí era enorme y me recosté con una abrumadora sensación de que, aunque las cosas no habían terminado, era maravilloso pensar que podía haber un fin a la vista. A la mañana siguiente a las tres me levanté y salí para despertar a Pathi Ji, para que pudiera comenzar a preparar el chai para los occidentales. Mi lugar preferido para la meditación de antes del amanecer era el langar, el área de la cocina parcialmente cubierta con sencillos hornos de barro calentados por chimeneas. Me senté largo rato sin moverme y el Simran fue dulce otra vez. De vez en cuando, tomaba conciencia de Sant Ji sentado en Su cuarto, cuando Él aclaraba Su garganta o tosía suavemente. Se me ocurrió que no tardaría en llegar el tiempo cuando yo no tendría acceso a esos recuerdos divinos de Su presencia. Mientras más tiempo estuve allí, más anhelaba estar con Él. El día anterior había dicho que nada era más 272


Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 hermoso que la Forma Radiante del Maestro y mientras oraba para recordar esto, realmente deseaba estar sentado y hablando con Él. Cuando Bant vino a hacer el té para Sant Ji, no pude contener mi deseo por un poco de ese elixir. Fui a buscar mi taza, todo el tiempo ensayando cosas ingeniosas que pudiera decirle a Bant en hindi para hacerle conocer mi deseo. Con la Gracia de Dios, vi lo que estaba haciendo y me detuve. Pensé: “¡Permite que Él cuide de ti, por el amor de Dios! ¡Permítele que cuide de ti!”. Tan pronto me senté para meditar una vez más, Parmeshri se acercó y se paró en frente de mí. Me tendió una taza de chai y me sirvió el excedente preparado para Sant Ji, incliné mi cabeza y sonreí. Apenas lo bebí me pregunté: “Cuántas veces más tendrá Sant Ji que enviarme otra lección de “¿exactamente lo que necesito?”. Mientras más pensaba sobre esto, más entendía que yo estaba sufriendo de un caso agudo de vanidad espiritual. Nunca había estado por encima, sin juzgar a los demás, pero desde octubre había permitido que esa “técnica” volara. Juzgaba a la gente si comía, los juzgaba si no. Criticaba lo que comía y lo que no. Estaba pendiente de quién dormía y quién permanecía despierto. Y ahora todo se estaba estrellando contra mí. Él dijo que deberíamos terminar con las cartas antes de verlo, de modo que pensé sobre lo que Él escribió en una de ellas. Él amorosamente explicó que la mente es una gran embaucadora que generalmente no le permite al alma salir del plano de la tierra. Y cuando se lo permite, se viene con un montón de trucos para evitar que el alma alcance su Verdadero Hogar. ¿Eran solo trucos de la mente mucho de lo que había experimentado, diseñados para atraparme más aquí? Sintiéndome golpeado y sacudido me senté, sumergiendo otra galleta de glucosa en mi caliente chai Parshad. Hoy era el día, un día para dejar ir, un día para crecer. Supe que Él tenía mucho que decirme. Mi primera oración fue que yo tuviera la fuerza para soportar Sus Palabras. Lo segundo fue que pudiera escucharlas y aceptarlas. Mi Primera Entrevista, Sábado 18 de Marzo Pappú estaba con Sant Ji, así que me senté en mi cama, esperando a ser llamado. Sintiéndome de alguna manera en juicio, sabiendo que otros ya habían “declarado” contra mí, me pregunté: “¿Bien, tienes algo que decir?”. Tomé la decisión de no grabar la sesión, ya que en más de una ocasión cuando Sant Ji me iba a hablar 273


El Arco Iris en mi Corazón sobre profundos asuntos personales, me había pedido que apagara la grabadora. Yo no quería una máquina zumbando entre nosotros.9 Sant Ji estaba sentado en una silla cuando entré en Su cuarto e inmediatamente me arrodillé y coloqué mi frente sobre Sus pies. Él me levantó, entonces me senté en el piso, muy cerca en frente de Él. Me dio la Bienvenida: “¡Ji Hunh. Swagat hai!”, refiriéndose a mí como: “Kent Bicknell, Principal Sahib”. Yo lo miré, sonreí y dije en hindi: “Sant Ajaib Singh, ¡Dios mismo!”. No, no, respondió Él rápidamente, explicando que Él era el sirviente de los Sadhus. Cité un verso de Su Bayán: Banda Banike Aia, Rabe Banda Banike Aia (Después de convertirse en Hombre, Dios vino) el cual Él había escrito sobre el Maestro Kirpal. Mi intención era decirle que Sant Ji era Dios Mismo. Prefiriendo no responder a este audaz arrebato, me miró amablemente y dijo: “¿Sí, qué tienes para mí? Cuéntame todo”. La siguiente hora y cuarto, hasta que Sant Ji me detuvo, abrí mi corazón y le conté con gran detalle todo lo que me había estado sucediendo. Hablé y hablé, pausando solo lo suficiente para que Pappú tradujera cada cinco minutos o algo así. Repasé, mi “progreso” contándole mucho de lo que he dicho antes y en el capítulo anterior. Comencé por decir que, después de una década en el Sendero, había orado para que pudiera comenzar a vivir a la altura de todo lo que me había sido dado. Hablé sobre las horas que me estaba sentando para la meditación diaria, los esfuerzos para hacer el Simran constante, los éxitos en ganar control sobre mi lengua y llevar un estilo de vida casto. Le conté cómo me sentaba sobre el piso de madera sin cojines, muchas horas seguidas con la espalda recta sin recostarme a la pared. Mencioné cuánto había disfrutado visitando otros Centros Espirituales dedicados a Él y que se siente muy bien acercarse a otros devotos que son muy serios en lo que respecta al Sendero. Sant Ji asintió con la cabeza afirmativamente cuando expliqué que había tomado referencias para mí como, por ejemplo, un “Rubi entre Rubies” como metas por las cuales debo esforzarme. Entendí que aquellas eran sus órdenes, que Él quería que yo fuera fuerte y no estar preocupado y confundido. Otra vez Él asintió. Y sacó un 9- El contenido de esta entrevista y de las dos siguientes fue reconstruido de extensas notas tomadas al salir. Las notas fueron en ese momento revisadas con Pappú, que amplió algunas áreas y le dio precisión a otras. Las palabras entre comillas no sontranscritas de una cinta, sino que son tan exactas como lo permite el recuerdo inmediato de dos personas que estuvieron presentes. El contenido es muy preciso.

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Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 pañuelo y secó Sus ojos, cuando le dije que estaba tratando de desarrollar un amor respetuoso, ese sobre el cual el Maestro Kirpal escribió en una carta a Su Maestro Baba Sawan Singh. Expliqué que estaba cansado de escuchar a persona tras persona compartir cuánto había ganado de su viaje a la India, para escucharlos cómo habían perdido u olvidado todo meses después de su retorno. Quería ser capaz de aferrarme a las semillas espirituales y ayudarlas a crecer en Su ausencia física. Intentando elegir mis palabras cuidadosamente, critiqué algunos viejos amigos y colegas al “expresar preocupación” por ellos. Me preocupaba cómo estaba siendo manejado el Ashram de Sant Bani y mencioné que me había distanciado de Judith y Russell específicamente. Como ejemplo, mencioné que un día Russell se había disgustado mucho conmigo porque me iba a visitar otro centro el fin de semana y no estaba disponible para hacer el Satsang dominical en el caso de que él necesitara ausentarse. Incluso hice preguntas sobre algunos de los sevadares del 77 R.B., me preguntaba si eran capaces de meditar lo suficiente debido a sus horarios. Refiriéndome a un hombre mayor, mencioné que me preocupaba cuando escuchaba a los occidentales cantar sus alabanzas. Ellos continuamente hablaban de lo buen sevadar que era, en su cara. Y también cuando hablaban sobre su viaje al regresar a los Estados Unidos. En ese momento, Sant Ji interrumpió mi monólogo. Dijo: “Muy bien, te he escuchado. Ahora permíteme decirte algunas cosas y espero que no te sientas muy molesto por estas palabras.Tómalas para tu beneficio”. Contuve mi aliento y dije: “Bien Baba JI, puedes darme una golpiza si quieres, pero por favor dime lo que necesito escuchar”. Él explicó que aunque estaba muy consciente de todo lo que yo Le había contado, sin embargo había escuchado con mucho cuidado cada palabra que yo había dicho. Y, añadió, que entendía todo esto. Él luego dijo que mientras mi entendimiento de lo que Él esperaba de mi había estado correcto, sin embargo tenía algunas cosas que decirme. Primero que todo, quería contarme sobre el sevadar del 77 R.B. a quien yo me había referido. En Su propia vida, Él siempre tuvo el hábito de solo rendirse a Su Maestro. Él se aferró al Maestro Kirpal y a nadie más. Él nunca alabó ni culpó la gente alrededor del Maestro Kirpal. Añadió que quizás por esto el Maestro 275


El Arco Iris en mi Corazón Kirpal le pidió vivir lejos de Él y entonces Él solo se agarró del Maestro Kirpal. Él habló de los que alaban a los sevadares indios por hacer el trabajo en el Ashram. Si esto es lo que los devotos occidentales vieron, entonces eso es todo lo que llevaron consigo cuando salieron. ¿Quién es, preguntó, quién está realmente haciendo todo el trabajo? Justo antes de que el último grupo saliera, los occidentales cantaron una canción de alabanza escrita en honor de ese viejo sevadar. Y Sant Ji dijo que el pobre hombre había estado tan complacido que ni siquiera intentó impedir que cantaran. Luego él se infló, su Ego se hizo muy grande y luego cayó. Sant Ji añadió: “Entonces si ustedes escuchan a la gente alabando a los sevadares, deberían decirles que los sevadares van a salir perdiendo por esto, así como los que están alabando. Díganles que solo se aferren al Maestro y a nadie más”. Él dijo que así como Él tenía amor y respeto por mí, Él amaba y respetaba a Judith y a Russell también. Él señaló que los occidentales le debían algo a Russell, ya que todos habíamos llegado hasta Sant Ji a través de sus esfuerzos. Me recordó que había dado una charla acerca del Poder Negativo a todos los sevadares del Ashram de Sant Bani en New Hampshire.10 Él reiteró: Si la gente vive en armonía, sin interrupción, entonces el Poder Negativo entra y remueve las cosas. Molesta a los amados, esta es la naturaleza de las cosas. Pero con la Gracia, los devotos pueden volver a estar juntos. Añadió que deberíamos escuchar esa charla cientos de veces. Yo le había contado que algunos pensaban que la dieta vegetariana en el Ashram no era suficientemente conductiva para un verdadero crecimiento espiritual, que el azúcar, los productos lácteos y otra clase de comidas deberían ser drásticamente reducidas, si no eliminadas. Él comentó que el Ashram no debería adoptar una nueva dieta, sino que debería continuar como se estaba haciendo. Si las cosas habían cambiado desde que Él se había ido en Agosto de 1977, entonces el Ashram debería regresar a sus viejas costumbres. Nos aconsejó sentarnos juntos como Junta Directiva y manejar el Ashram. En ese momento me dijo que, de alguna manera, mi resistencia estaba ocasionando el fracaso del Ashram. Afirmó que esperaba que yo fuera fuerte y me recordó que si yo fallaba, cientos fallarían también. Mi fuerza no estaba tomando la forma adecuada, lo que yo necesitaba, dijo, era paciencia. Me dijo que yo era prudente y 10- Ver: “El Enemigo Interno” en La Hora Ambrosíaca, pgs. 87-95, y el capítulo IV.

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Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 sabio, tenía un corazón frío y era fuerte. Por eso dependía de mí mostrar liderazgo en el Ashram, no para alejarme de la gente. Y repitió que debería ser paciente. Al comienzo traté de decir que no estaba realmente criticando a otros, que simplemente estaba observando y tratando de aprender de su conducta. Sant Ji me recordó que en Colombia Él me había dicho que debía ignorar las faltas de los otros. Si yo hubiera seguido ese buen consejo, dijo, entonces nada de esto hubiera pasado. Si la gente tiene faltas y debido a aquellas faltas decide dejar el Ashram, entonces ¿cómo podrán ellos algún día aprender a superar esas faltas? Y añadió, ¿supón que tú reemplazas aquellas personas por otras que tengan faltas aún más grandes? Sant Ji me aconsejó que si en el futuro, sentía que no podía soportar las faltas de alguno de mis colegas, entonces debería pasar esas faltas a Él, Él podría soportarlas. Luego dijo algo muy poderoso y lo repitió varias veces: Si el Ashram fracasa, la gente mundana se reirá y solo entonces la mente se dará cuenta de la terrible cosa ha hecho. Él señaló que yo ya sabía Su condición: Él era un faquir y hubiera preferido un programa diferente para sí mismo. Mejor hubiera pasado el tiempo bajo tierra, sentado solo en la remembranza de Hazur Kirpal. Debido a nuestro amor, sin embargo, se involucró con nosotros. En cualquier momento, no obstante, podría terminarlo. Él estaba muy feliz de estar con el Todopoderoso Hazur Kirpal, ya que el Amor del Maestro Kirpal era suficiente para Él. Él no necesitaba nuestro amor. Él me recordó que había planeado comenzar el trabajo de traducción del Anurag Sagar de Kabir, (El Océano de Amor) cuando regresara de la Gira. Aún no había comenzado el seva, porque sabía de todo este remolino que estaba sucediendo en el Ashram en New Hampshire. No comenzaría este trabajo, añadió, hasta que recibiera una carta de nosotros diciendo que todas las cosas allí habían retornado a la normalidad, tal como era antes. Tanto en el Ashram como en el colegio, dijo, deberían regresar al estado en el que estaban antes de que Él saliera en Agosto. Cuando regreses a Sant Bani, dijo Sant Ji, deberías abrazar a Russell, pedirle perdón y trabajar con él. Debería también informarle a Russell que el mismo Sant Ji me había pedido hacer todo esto. Sant Ji luego me preguntó: ¿Has leído la carta que le envié a Russell diciendo que tú eras un alma buena y podrías colaborar en las Iniciaciones? Le dije: “Sí, escribiste que yo tenía amor y aprecio por Russell en mi 277


El Arco Iris en mi Corazón corazón”. Él se rió y dijo: “¡Sí y escribiré que en el futuro también!”. Añadió que la gente estaba disgustada por el hecho de que Pappú y yo nos comunicábamos mucho, ya que imaginaban que yo podría estar guardando información sobre Sant Ji para mí solo. En el futuro, sugirió, yo podría enviarle mensajes a Pappú a través de Él y de esa manera nadie se molestaría. Sant Ji comentó sobre las visitas a otros lugares para meditar, refiriéndose de nuevo a mi necesidad de paciencia. Si vives en un Ashram, preguntó: ¿Entonces por qué necesitas buscar otro lugar para meditar? ¿Qué pensó la gente cuando vio que una persona responsable del Ashram de Sant Bani estaba yendo a otro centro espiritual? El Maestro Kirpal le había dicho a Él que todo lo que tenía que hacer era permanecer en un lugar y meditar y la fragancia saldría y atraería a los devotos. Debería continuar con mis meditaciones, concluyó, pero que debería además tener paciencia. Y, debería volver a mi antigua manera de estar involucrado en Sant Bani. A medida que nos acercábamos al final de las dos horas, mi mente estaba trabajando horas extras para procesar lo que acababa de ocurrir. En ese momento, sentí que Él no estaba ni disgustado ni complacido conmigo. La imagen que entró en mi cabeza fue la de un niño pequeño que se arrastraba detrás del volante de un potente vehículo y comenzó a conducir de una manera salvaje, llevándolo peligrosamente fuera de control. Sant Ji fue el padre amoroso que dijo: “¡Oh, mi Dios, él tiene que ser detenido porque va a matarse y a otros también!”. E hizo algo al respecto. Lo que se sentía era amor más que desagrado. Al mismo tiempo, yo estaba muy cerca de hundirme en un torbellino de total confusión y las lágrimas corrían por mis mejillas. Cuando terminamos, me levanté del piso y Él permaneció de pie a mi lado y colocó Su brazo alrededor de mí. Me aseguró que hablaríamos más, ya que me daría tiempo al día siguiente. Añadió: “Mi corazón está siempre contigo”. Luego me miró profundamente a los ojos y continuó en voz muy baja y con mucho amor: “Debes decirle a la gente que se agarren solamente de Kirpal, así como yo me agarré de Él”. Me agarré de Su manga y Le dije: “¿Puedo cogerte?”. Él me apretó muy fuerte, se echó a reír y dijo: “¡Ve Feliz!”. Me fui de Su presencia, e inmediatamente regresé a mi cuarto, determinado a capturar todo lo que pudiera recordar de esa sesión. Me acosté en mi cama y grabé pensamiento tras pensamiento a medida que iba surgiendo. Pappú tenía 278


Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 otro trabajo, pero cada vez que venía al cuarto, yo verificaba la exactitud de otra parte de la entrevista. Hablé y reflexioné largo rato y cuando terminé, todo lo que podía pensar era cuánto deseaba un vaso de leche con un plato lleno de galletas. Me levanté y me dirigí a el langar para satisfacer mi deseo. Cuando pasé al lado del pequeño espejo en nuestro cuarto, eché un vistazo a la imagen que me devolvía el espejo y me detuve. Me sorprendió, como nunca antes, que en lugar de la cara sonriente de adolescencia perpetua, lo que vi fue un hombre de treinta años. Me sentí mucho mejor, más ligero y supe que Él había comenzado a efectuar Su magia en mí. Razoné que Sant Ji no me había dicho que estuviera del todo mal. Más bien me indicó que había intentado las cosas de una manera incorrecta. No me dijo que dejara de hacerlo. Necesitaba paciencia y ser accesible, no distante. Sant Ji lo había analizado todo. Claramente, no fue un acto de amor sentarme en mi casa con el sentimiento de que era fuerte en mi meditación y en mi Simran y a la vez juzgando y condenando a todos los demás. Mientras algunos habían tratado de decírmelo, al parecer, se requerían las palabras de Sant Ji para que yo viera. Y no solo Sus palabras, pensé. Después de todo, estaba muriéndome por verlo desde el momento en que llegué, pero Él me hizo esperar una semana, hasta que sentí que se había vuelto distante y ajeno. Concluí que yo estaba “Errado en mi Rectitud” en la forma en que lo había hecho, lo cual de alguna manera se sentía mejor que estar equivocado. Yo estaba muy feliz ante la idea de verlo al día siguiente. No sabía que la cirugía espiritual apenas había comenzado. Esa tarde fuimos a dar un paseo fuera de este mundo. Sentía resortes en mis pisadas y todo el mundo en el grupo parecía intoxicado, borracho en Amor Divino. Cuando regresamos al recinto, Pappú y yo pudimos completar varias cartas antes de que llegara la hora del Satsang de la tarde. Y qué Satsang fue este. Sant Ji se sentó e irradiaba, hablando solo a través de Sus ojos. Mis cantantes favoritas, Bant Y Parmeshri, cantaron varios Bayanes, incluyendo: Mai to Kirpal se Vicherde ke, Roi Re (Habiendo sido separado de Kirpal, lloré), Yiseke Sire Upar Tu Swami, (Aquel que te tiene sobre su cabeza, oh Señor, ¿cómo puede sufrir algún dolor?) y Sant di Mejima Ji, Sun Le Mita, Sun Le Mita. (Escucha oh amigo, la Gloria de los Santos). Todo el Satsang, de principio a fin, fue exquisitamente hermoso ya que estaba impregnado de una fuerte sensación de desbordante amor. Esta era la fragancia que el Maestro Kirpal dijo saldría por sí misma de Sant Ji. A veces sentí un dolor en 279


El Arco Iris en mi Corazón mi corazón tan agudo que tuve que presionar mi pecho con la mano. La Taberna finalmente cerró y salimos uno a uno, luciendo saciados mientras desfilábamos diciendo “buenas noches” y flotamos de regreso a nuestras camas. Segunda Entrevista. Domingo 19 de Marzo A la mañana siguiente, el domingo 19 de Marzo de 1978, escuché la cinta de mis notas del día anterior. Si bien la mayoría de ellas tenían sentido, quedé encogido por lo arrogante que sonaba. Había grabado que yo estaba: “errado en mi rectitud”, ¿Qué diablos significaba esto? ¿No tenía límites mi ego? ¿Había realmente escuchado lo que Él me estaba diciendo? Mientras recordaba lo crítico que había sido con los otros en mi diatriba de apertura y mientras masticaba la absoluta y pomposa audacia de todo esto, quería meterme de nuevo bajo el edredón de algodón. Tenía la clara sensación de que había algo más por venir. Me preguntaba qué diría cuando llegara la segunda entrevista y sabía que tenía profundas disculpas que presentar. No era la primera vez (ni la última, de todos modos) que sentía un gran consuelo en el hecho de que al menos, Sant Ji sería capaz de ver el carácter verdadero de cualquier cosa que me hubiera traído y que Él sabría qué hacer, aún si yo no lo sabía. Entré en Su cuarto y me sumergí en el santuario de Sus pies. Cuando me levanté para tomar aire, me preguntó si me sentía mejor. Le dije que sí y añadí que me sentía mal del estomago por comer demasiada halvah (postre tradicional de la India, muy dulce y cargado con mantequilla clarificada) Obviamente, Él había querido decir más que mi salud física. Intenté disculparme con Él por todas mis faltas. En particular, me sentía mal por haber criticado tanto a los demás. Comencé con los sevadares en el 77 R.B., expresando remordimiento por haber juzgado a alguno de ellos. Sant Ji respondió que aquellos sencillos granjeros habían venido para estar diez días, solo para servirnos. No vivían en el Ashram, sino que dejaban sus hogares y trabajo para hacer el seva, para que los occidentales pudieran venir a meditar. Después de servirnos todo el día, explicó Sant Ji, ellos permanecían despiertos y se reunían con Él y necesitaban dormir en las horas tempranas de la mañana, cuando nosotros los que nos habíamos retirado temprano, podíamos meditar. Otra vez, recalcó lo importante que es que no traigamos regalos a los sevadares en 280


Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 el Ashram. Me dijo que anunciara esto públicamente. En el momento, dijo, vienen a servir por amor. Si ellos comienzan a aceptar los regalos que la gente les trae, entonces podrían esperar regalos más grandes y esto afectaría su espiritualidad. Al final ellos vendrían a servir para recibir regalos, no por amor al Maestro y esto sería muy malo para ellos, para nosotros y para el Ashram. En ese momento yo estaba seguro que iba a estallar en llanto y colapsar sobre sus pies, pero me las arreglé para asentir y callar. Se inclinó más cerca y una vez más, comenzó a hablar, diciendo que deseaba decirme algunas cosas. Primero que todo, dijo, que tenía que estar participando en el Ashram como lo hacía antes. Que tenía que relacionarme con Russell como lo había hecho en el pasado. En cuanto al colegio, era lo mismo. No debería contratar a un profesor sin haber consultado con todos.11 Luego Él repitió ese poderoso aspecto del día anterior, solo que esta vez añadió el colegio también: sería muy grave si el Ashram y el colegio fallan. En efecto, dijo, si el Ashram y el colegio fallan, sería el mejor truco que podría jugar el Señor Kal. Un amigo había escrito una carta a Sant Ji y me pidió personalmente el favor de que la llevara, pero yo había olvidado traerla el día anterior para entregarla a Sant Ji. El devoto que la escribió había sido un gran apoyo para mi elevado celo espiritual. Tenía un poco de miedo de que la carta pudiera alabar mis recientes esfuerzos, pero como no había manera de juzgar el contenido y había aceptado el encargo de entregarla personalmente a Sant Ji, escogí ese momento para dársela. Pappú comenzó a traducirla en voz alta para Sant Ji y pude entender lo suficiente para darme cuenta, que en efecto, tenía muchas cosas halagadoras sobre mí. Después de más o menos una página, Sant Ji se volteó hacia Pappú, levantó la mano y dijo: “¡Suspende la lectura!”. Se volvió hacia mí. Bajé la cabeza, murmurando que había pensado en quemar esa carta, pero me había sentido obligado a entregarla. Él respondió en voz baja: “Hubiera sido mejor que la hubieras tirado al fuego”. Me hundí más. Y luego Él comenzó. “Yo no amo a Kent”, afirmó: “Amo a mi Maestro sentado dentro de ti. Eso es lo que amo. En ese rubí te tienes que convertir. Hice de ti el Rubí de Rubíes para transformarte en el Rubí del Maestro Kirpal, no para convertirte en un rubí del 11- No recuerdo haber hecho esto, pero al parecer alguno de mis colegas preocupado de que yo pudiera hacerlo, había discutido esto con Sant Ji.

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El Arco Iris en mi Corazón mundo. El rubí atrae a las moscas. Deberías convertirte en el verdadero Rubí y no permanecer en el polvo”. Destacó que en la carta yo estaba siendo alabado como si fuera un dios y de la misma manera, yo había estado alabando a mis nuevos amigos. Luego señaló: “Y tú aún no me has hablado de tu familia. No me has contado de Chrissy, Nicky y Karen”. Pensé que no había podido ser peor, hasta que Él añadió: “Te estoy dando mi Amor. ¿No pudiste al menos haberme traído algo de amor de Karen, Chris y Nick? Su amor es el único amor que necesitas traer”. Me dijo que no me involucrara en dar y en recibir esa clase de alabanzas en el futuro. Debería continuar con mis meditaciones y prácticas espirituales, pero no debería involucrarme con la gente de una manera tan mundana, porque al final no se obtienen sino patadas. Después de decir todo eso, combinó un suspiro y una suave sonrisa y preguntó: “¿Tienes más cartas de esas para mí?”. En medio de mi vergüenza y lágrimas, sacudí mi cabeza. No. Al final, las palabras me abandonaron. Estaba aturdido y agitado. La arrogancia y el orgullo, gracias a Dios, se habían ido, aplastadas bajo el peso de mi humillación. Me senté y lloré delante de Él. Sant Ji no corrió a consolarme de una manera obvia. No, dijo: “Oh, está bien, vete tranquilo”. Más bien me recordó el consejo que me había dado en Mayo de 1977, cuando le dije que añoraba el día en que Él pudiera llamarme “buen meditador”. Me había ordenado no pensar en eso, ya que esto no era bueno para mí. Y me había contado la historia del discípulo que estaba siendo alabado por otros, que decían que era un buen meditador. El Gurú de ese hombre se había visto obligado a utilizar el escudo del insulto y la reprensión en público, para salvar las raíces de la espiritualidad del discípulo. Sant Ji repitió que era mucho mejor ser reprendido por el Maestro que ser alabado en público, ya que los que son alabados tienden a volverse perezosos en sus prácticas espirituales.12 Un rayo de esperanza se apoderó de mí. Nadie podía negar que acababa de ser reprendido, así que quizás había un final de todo esto. Él continuó mirándome con mucho amor y compasión fluyendo de Su cuerpo físico. No se pronunciaron palabras por un corto tiempo. Luego un nuevo sentimiento entró en la habitación. Se sentía como si un experto cirujano acabara de completar un aspecto particularmente difícil de una delicada operación y se necesitaba tiempo para ver si el paciente la aceptaba o rechazaba. 12- Ver capítulo IV.

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Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 Recuperé mi voz y me disculpé por lo que llamé mi “Idiotez”. Él fue misericordioso y asintió con Su enorme cabeza. Yo pregunté: “¿Por lo tanto, debo seguir firme con mi meditación, como era antes, solo que debo tener paciencia, amor y no estar separado de la gente?”. Él respondió con un vigoroso “¡Sí!”. Y luego, con una extraordinaria mezcla de amor, humor, compasión y sabiduría, Él resumió esto para mí en los términos más simples imaginables: “¡Quiero que regreses y seas el antiguo Kent!”. Sant Ji me abrazó otra vez y salió de Su habitación. Yo caminé de regreso en una densa niebla, los pensamientos se apilaban dentro de mí como árboles talados en el atolladero de un río. ¿Cómo podría transformar este enmarañado desorden en una ordenada pila de leños, para fresar en madera aserrada y reconstruir la estructura de mi vida? ¿Realmente había hecho un desastre de todo, incluyendo mi relación con Sant Ji, por ser demasiado entusiasta en nombre de la espiritualidad? Ese pensamiento me aterraba, como un gran abismo donde me veía tambaleando cerca del borde. Miré a Pappú y él, con mucha preocupación por mi estado emocional, sugirió que quizás no debería tratar de resolverlo todo en ese momento. Me aconsejó olvidarme de esto, diciendo que se aclararía más adelante. Mi cabeza se hundió en la almohada y escuché un sonido poco familiar. Podría haber sido el llamado de un pájaro exótico de la pared del patio, o quizás el mugido de la ternera recién nacida en el establo cercano. Sin embargo antes de que pudiera identificar lo que era, me hundí en un profundo sueño. Lunes 20 de Marzo Sant Ji había dejado claro a unos viejos amigos y colegas de que Él hablaría conmigo antes de que el viaje terminara y la gente se dio cuenta de que Él habló conmigo durante dos largas sesiones hacia el final. Algunos amigos, con los cuales había tenido muy poca comunicación recientemente, estaban ansiosos de hablar conmigo, para averiguar cómo estaba ahora que Sant Ji se estaba ocupando de los problemas en el Ashram. Quizás porque yo estaba de repente muy afectuoso, se sentía un poco como “¡Open season on Kent!”. (“Temporada abierta sobre Kent”). Una compañera de trabajo y buena amiga sacudió la cabeza mientras hablábamos y dijo: “Sabes, esto es sorprendente Kent. Tú eres un discípulo tan amoroso y devoto, ¿cómo pudo pasar esto? ¿Y a quién será el próximo que agarre el Poder de Kal?”. Me confundí un poco al darme cuenta que todas las tensiones y malentendidos en el Ashram eran ahora entendidos como el resultado de la manifestación del 283


El Arco Iris en mi Corazón Poder Negativo dentro de mí. Todo lo que dije fue: “Sí, la vanidad Espiritual es una verdadera y enorme trampa. Mi siguiente intercambio con otra vieja amiga fue demasiado. Esta persona se me acercó y dijo que ella realmente quería hablar conmigo. Le dije: “Desde luego” y encontramos un lugar tranquilo y sombreado del patio. Lo primero que me trasmitió fue que Sant Ji le había dicho que Él había dejado mucha riqueza de Espiritualidad en Sant Bani y que el Poder Negativo no pudo soportarlo. Así que el Poder de Kal vino y se manifestó en la mente. Tomé nota del uso del singular: “mente”, pero no respondí. Me dijo que yo no había sido el mismo durante los últimos meses. Que la persona que había estado sentada en la oficina del colegio ya no era yo, no era el compañero amable que ella había conocido durante diez años. No estuve en desacuerdo, ¿cómo podría estar en desacuerdo? Pero si expresé una cierta confusión sobre la manera como todo había pasado, yo estaba intentándolo fuertemente, yo estaba haciendo tanta meditación. Ella tenía una respuesta. “Bueno”, dijo: “Realmente odio decir esto ahora mismo, ya que podría ser mucho mejor para ti escucharlo directamente del casete de mi entrevista, pero cuando le pregunté a Sant Ji sobre eso exactamente, ¡Él dijo que tú no estabas realmente meditando! Explicó que si hubieras estado meditando de verdad, hubieras podido perdonar las faltas de otros y no criticarlos”. Yo estaba completamente destrozado y no pude encontrar ninguna respuesta. Ella me miró con una preocupación mezclada con compasión, sonrió dulcemente, me palmeó el brazo y me dejó solo para reflexionar. Pensé: “¿Sant Ji le dijo a ella que todas aquellas horas que me senté en meditación no eran realmente meditación? ¿Significa esto que lo que yo creía progreso espiritual, era realmente solo la apertura de la puerta al Señor Kal para que entrara y destruyera lo que Sant Ji nos había dejado? ¿Cómo podía ser? ¿Y si es así, entonces cuál es el punto? Como Sant Ji le dijo al Maestro Kirpal, ¿para qué sentarnos horas y horas, si Él nos va a liberar, especialmente cuando los frutos de mi meditación parecían estar podridos?”. Había demasiadas preguntas sin respuesta rebotando en las paredes de mi corazón y mi cabeza y supe que necesitaba otra sesión privada con Él. También sentí muy profundamente, tan profundamente como nunca, que Él absolutamente sabía lo que estaba haciendo conmigo y que esto se aclararía en algún momento. Con eso como una guía directriz, trabajé para permanecer abierto a cualquier cosa que 284


Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 me pudiera venir antes de que pudiera verlo a la mañana siguiente, la última de nuestra estadía en el Rajastán. Esa noche en el Satsang, Sant Ji hizo la charla basado en un himno de Sant Kabir sobre la hipocresía. Habló largamente de la grulla que intentó parecerse a un hermoso cisne. Al final, la verdadera naturaleza de la grulla se manifestó cuando ella se comió un pez. Sant Ji nos dijo que no creyéramos que otros tenían algún poder espiritual, sin importar lo que hicieran, solo lo tenía el propio Santo. Ese mensaje llegó directamente a mi corazón. Al final del Satsang, Eric Perkins y yo cantamos, Asi Mele Sateguru Ji (Estamos sucios, oh Satgurú, límpianos, límpianos). Cuando llegamos a la frase que dice: “Somos unos necios, Tú eres sabio y discernidor”, no pude evitar una gran sonrisa. Sant Ji me miró directamente, asintió con la cabeza muy amorosamente y devolvió la sonrisa. En algún momento durante el Satsang Sant Ji señaló que había dos personas que nos criticarán, el primero era el Santo. De una manera amorosa y suave, Él señalará nuestras faltas. La segunda es nuestro enemigo. Su enemigo vendrá y lo primero que hará será señalar sus faltas. Estuve muy agradecido porque después del Satsang, la amiga que había estado tan ansiosa por compartir conmigo lo que Sant Ji le había dicho, vino a disculparse por haber sido tan directa conmigo. Mientras yacía sobre mi cama de lazos esa última noche, comencé a reconsiderar mi plan de permanecer unos días extras en el 77 R.B. después de que el grupo partiera. Estaba ansioso por ver a mi familia y me preguntaba cómo podría sentirse Karen si antes de que yo regresara, tenía que escuchar de otros cómo el Poder de Kal se había manifestado en mí. Además, ¿estaría realmente listo para sentarme largas horas en meditación? Decidí pedirle a Sant Ji reconsiderar mi plan para quedarme. Martes 21 de Marzo 1978 Reprimenda Pública y Necesidad de una Tercera Entrevista La meditación de la mañana fue la mejor que experimenté durante todo el viaje. Una oración espontánea y silenciosa se elevó tan pronto cerré mis ojos: “Mira, Sant Ji, realmente necesito Tu ayuda. Yo no puedo hacer esto solo. No tengo valor para nada sin Ti. Sin Ti no soy nada”. Y Sant Ji me ayudó mucho. 285


El Arco Iris en mi Corazón Después de la meditación, Sant Ji dio una charla muy poderosa. Comparó a todos los discípulos con las ranas. El Maestro pasa el tiempo reuniendo todas las ranas y con suavidad colocándolas en una canasta, solo para que ellas salten y se salgan otra vez. Luego repite el proceso. También habló del proceso del apego entre dos personas. Cuando uno ama a alguien, Él dijo, comienza a comer, luego a dormir, básicamente a pasar todo el tiempo con esa persona. Uno siente dolor cuando tiene que separarse. Pero, tal es la naturaleza del apego, que puede llegar el día cuando uno odie a esa persona y no quiera verlo o verla otra vez. Sant Ji aconsejó que nunca deberíamos desarrollar tal amor por alguien, con el que sintamos dolor al partir o al separarnos, excepto por el Satgurú. Deberíamos desarrollar esa clase de amor por el Maestro. Hacia el final, Sant Ji entró en detalles, cómo el Maestro prepara al discípulo cuando desea darle algo. El Maestro no derrama Gracia sobre el amado públicamente, ni alaba a ese discípulo. En vez de eso, Él reprende a esa alma en frente de toda la gente. Él prepara la vasija públicamente reprendiendo al discípulo. Es así como el Maestro hace que el discípulo esté listo para recibir un regalo de Gracia. Al final, Sant Ji pidió que el Parshad fuera distribuido a todos. Mientras Pappú me estaba entregando una bolsa de patasa (galletas de azúcar fino), Sant Ji me miró, se rió, y para que todos escucharan, preguntó: “¿A quién le vas a dar tu Parshad Principal Sahib?”. Inmediatamente respondí: “¡A mi familia!”. Él continuó: “¿Oh, no al que te alaba?”. Y se rió con gana. Entendí al instante y reí desde mi corazón. Estaba sorprendido, nunca le mencioné que había reservado esa caja de dulce de roca para mis nuevos, amigos “especiales”, pero Él lo sabía. Teniendo en cuenta todo lo demás por lo cual yo había pasado, me sentí muy contento de estar recibiendo una reprensión pública de Sant Ji. Mi Omnisciente Pita Ji (Amado Padre). Tan pronto como Él salió del salón, un amigo se volvió hacia mí y comentó: “¡Vaya, esa fue una sorpresa!”. Lancé una sonrisa de gato de Cheshire y dije suavemente: “¡No!, no para mí”. Todos salieron para terminar de empacar para el retorno a Delhi, pero supe que Sant Ji regresaría al salón, entonces me quedé. Él entró, me vio y comenzó a hablar en hindi. Me dijo que debería terminar de alistarme, añadiendo que, como Él iba a viajar con nosotros, podíamos hablar otra vez en Delhi. En lugar de salir, comencé a llorar. Pappú regresó y traté de hablar, pero otra vez las lágrimas vinieron. Supe lo que tenía que hacer. Sabía cuál era la clave para desbloquear mi lengua. 286


Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 Algunas veces el Gurú dice que no hay necesidad de que le contemos todo lo que hemos hecho, porque Él ya sabe todo. En este caso, como yo sabía que Él ya sabía, supe también que tenía que confesarme delante de Él. Allá en Su casa en New Hampshire yo había tomado algo de Su alcoba, algo que yo no debía haber cogido. Lleno de remordimiento, saqué una bolsita plástica con semillas de cardamomo de mi bolsillo y se las ofrecí a Sant Ji. Le supliqué: “Por favor, Baba Ji, deja que me ocupe de esto primero”. Tal como le expliqué todo a Pappú la noche anterior, así Pappú se lo contó a Sant Ji. Sant Ji había dejado ese paquete de laichee (cardamomo) en Su casa en Sant Bani Ashram. Además de la especia, Él había guardado una caja de cintas, las grabaciones de Bant y Parmeshri cantando Bayanes bajo el cielo del desierto del Rajastán. Estas eran las mismas cintas que Él había grabado cuando me había pedido prestada la grabadora el año anterior, las mismas que Él escuchaba cuando estaba solo sentado en Su alcoba en Sant Bani. Yo tenía una llave de la casita del Maestro y había tomado Sus palabras, que Su casa era mí casa, yo había tomado Sus palabras muy profundamente al pie de la letra. De vez en cuando, me había metido a la casa y me había sentado a meditar. Como estaba familiarizado con Su dormitorio y dónde estaban las cosas guardadas, llevé una pequeña grabadora un par de veces y escuché las dulces cintas de las niñas de la aldea. Vi el paquete de las semillas de cardamomo y en un momento pensé que era completa remembranza y tomé algunas como Parshad. La racionalización llegó rápidamente. Pensé que quizás Sant Ji las había dejado para mí. Yo había tenido serias dudas, sin embargo, comprendí que estaba atrapado en total olvido, no en remembranza. Solo se me ocurrió pensar que podía traer el resto de la semillas para devolvérselas en el Rajastán y contarle lo apenado que me sentía. Los tres estábamos aún de pie. Sant Ji no tomó el cardamomo, sino que lo dejó en mi mano. Dijo: “Bueno, yo lo llevé de la India con un propósito y también dejé aquellas cintas de Bant allí con un propósito”. Él misericordiosamente añadió que podía escuchar las cintas: “Si no las dañaba”. Finalmente pude hablar, Le conté que yo pensaba que debería más bien regresar con el grupo y no quedarme. Dije que tenía miedo de que Karen tuviera que escuchar que yo había sido la causa de todos los problemas, que había sido tomado por el Poder Negativo. Sant Ji me dijo que regresara con el grupo. El Poder de Kal 287


El Arco Iris en mi Corazón no viene solo a la mente de una persona, explicó, viene a la mente de todos. Esa es la forma en que se manifiesta. La razón para que el Poder Negativo tuviera la oportunidad de entrar, se debió a que los amados no estaban fuertes en su devoción, en su Bayán y Simran. Añadió que la culpa de esto debía ser compartida por todos. Se inclinó hacia mí y dijo: “Tienes que hacer más meditación”. Balbuceé: “Pero, pensé que dijiste que mi meditación no era verdadera. Alguien me dijo que dijiste que si yo hubiera estado haciendo verdadera meditación, entonces hubiera perdonado las faltas de los otros sevadares”. Continué: “No supe si creerle a esa persona o no, pero esto me asustó. Si el Poder de Kal puede venir cuando estoy meditando…”. Él me detuvo. Primero que todo, comenzó: “Continúa con tus meditaciones”. Él añadió que es difícil de entender lo que realmente es la meditación. Luego me miró con más atención y declaró: “Dije eso para protegerte. Porque tú eres el director y tienes una gran responsabilidad con el colegio. Sí, tú debes definitivamente regresar con el grupo, porque ¿quién sabe lo que pueda decirse? Pero continúa con tu meditación, continúa con tu devoción”. Él continuó: “Tienes que convertirte en el Rubí de Kirpal, no en el rubí del amor mundano. Las personas que te estaban alabando estaban perdiendo debido a esto y tú igualmente estabas perdiendo. Si la alabanza hubiera sido solo para el Satgurú, entonces algo se hubiera ganado. Cuando la gente venga así a alabarte, no aceptes sus alabanzas. Simplemente ámalos. Ama a todo el mundo. Me disculpé nuevamente con Él por llegar en tal estado, tan lleno de mí mismo. Dije que estaba muy apenado. Él asintió con la cabeza y dijo: “Sí, no vuelvas otra vez orgulloso como si estuvieras inflado, sintiendo que eres algo grande, como me hablaste el otro día”. Me dijo que no debería ayunar, no es bueno que pases todo un día sin comer nada. Sonrió y añadió: “¡Y a mí no me importa si te sientas sobre el piso de madera o utilizas cojones!”. Ambos reímos. Era tiempo de irme. Sant Ji sonrió aún más ampliamente y preguntó: “¿Le llevarás mi amor a Chrissy, Nicky Y Karen?”. Y yo dije: “¡Oh, sí! ¿Puedo abrazarlos y besarlos por ti?”. Él se rió y respondió: “¡Humh, Humh!”. (¡Sí, Sí!). Luego, me agarró en un fuerte abrazo y dijo: “Si Karen estuviera aquí estaría dándole un abrazo como 288


Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 este”. Y me abrazó aún más fuerte. Siempre tan dulce, me sugirió que guardara las semillas de cardamomo como Parshad, añadiendo que debería tomarlas cuando meditara.13 Quedé envuelto en mi dorada manta de meditación, la misma con la que Lo arropé en el avión de Bombay a Boston cuando volamos a América, en Su primer viaje al occidente. Inclinándome ante Él, di un paso atrás, preparándome para salir. Algo me obstaculizaba, sin embargo, hasta el punto de detenerme. Miré hacia abajo y Sant Ji estaba parado en el borde de mi manta. Yo sonreí y dije: “¡Aja! ¡Atrapado por el Gurú!”. Y todos nos reímos. Yo estaba rebosante de felicidad. Dios había perdonado mi enorme locura. Como última palabra dije: “Por favor no permitas que esta rana se escape de tu cesta. Yo haré lo posible por estar ahí”. Floté fuera de la habitación y de regreso a mi cuarto, más liviano de lo que me había sentido durante toda la estadía. Junté todas mis pertenencias y me preparé para hacer el largo viaje de regreso al ruido y la confusión de Delhi.

13- Nunca me he imaginado que el “propósito” original al que Sant Ji se refirió en relación con las semillas de cardamomo fuera que El las hubiera traído para mí. Lejos de esto, yo entiendo que me las estaba regalando como una concesión que Él hizo, algo sacrificado para mi beneficio, quizás para salvarme de mi arrogancia. Si bien el incidente del cardamomo era lo más tentador para sacar de este libro, no se puede borrar de mi vida.

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El Arco Iris en mi Corazón Miércoles 22 de Marzo, de Regreso a Delhi Se nos dieron más oportunidades para ver a Sant Ji en Delhi, ya que Él hizo un programa para los satsanguis de la ciudad. Un gran número de devotos de la India vino al Satsang de mediodía. Me senté al fondo del salón, feliz de poder mirar desde lejos y tener una pared sobre la cual apoyarme. Sant Ji me localizó, no obstante y me pidió que cantara. Escogí, Sachia Gurú Mejarbana, (oh Verdadero Benefactor, tiñe mí vestido en el color azafrán del Nombre del Señor). El Satsang fue en Punjabi, sin ninguna traducción de Pappú. Presté mucha atención para ver qué podía asimilar. Y me sorprendí por ser capaz de entender más de lo habitual. Sant Ji utilizó una comparación con un campo de hockey que no logré entender, así que le pregunté a Pappú después. Sant Ji dijo que uno debería ser devoto de la misma manera como un jugador lo es en el campo de hockey. No importa cuán fuerte sea el opositor, a pesar de todo, el jugador experimentado y determinado lleva la bola al otro lado y anota el tanto. De igual manera, deberíamos hacer la devoción del Señor. Sant Ji hizo Satsang otra vez en la tarde, el cual también fue muy especial y con mucha carga. Antes de comenzar el discurso Sant Ji nos llamó a Eric Perkins y a mí para cantar un Bayán, entonces cantamos Deki Bote Nirali Mejima. (Hemos visto la Grandeza única del Satsang). Cuando Sant Ji me pidió que cantara otro Bayán, me pregunté si debería cantar Nache Re Mane Nache Re: “Danza, oh mente, danza frente al Satgurú. Canta las alabanzas del Satgurú, para que puedas cortar el pecado del nacimiento, “el himno en el cual Él había basado Su discurso en Sant Bani cuando yo fui el pathi (cantante). Él respondió muy entusiasmado: “¡Hunh, Hunh!”. (¡Sí!, ¡Sí!). Cuando canté ese himno, algo más allá se derritió dentro de mí. Sentí la flecha de Su amor clavarse derecho en mi corazón. Durante todo el resto del Satsang, Sant Ji se veía tan radiantemente hermoso que la palabra que llegó a mi mente y se clavó fue: “Maravilloso”. Él utilizó muchas de las frases de Nache Re, Mane Nache Re, para explicar cosas en la charla incluyendo cómo los grandes yoguis como Narada habían caído en solo un segundo. Los devotos de la India se sentaron y escucharon cada palabra, cada detalle. Sant Ji se rió e hizo chistes con ellos, suavemente exhortando a todos a dejar los malos hábitos y cultivar los buenos. Mientras las olas de Su amor se apoderaron de nosotros, la gente parecía ondear como tallos de trigo bajo un viento suave, solo que este campo era una mancha de colores brillantes y sedosos. Él terminó 290


Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 diciendo que cuando estamos cerca del Maestro físico, lo recordamos y pensamos que es bueno, pero tan pronto como nos alejamos de Su presencia, lo olvidamos. Miércoles en la Tarde, La Noche Final Esa noche experimenté síntomas de la rápida llegada de la “Agonía de la Separación” más que nunca en mi vida. A veces tenía problemas para respirar y el dolor en mi corazón me obligaba a hacerle presión con mi mano derecha. Aunque esto era hermoso. Sant Ji nos dijo que cuando regresáramos a nuestras casas, quedaríamos atrapados en nuestras vidas mundanas otra vez y nos olvidaríamos. ¡Todo lo que Él tenía, sin embargo, era nuestra remembranza, así que imagínense cuánto más estaría Él extrañándonos! Señaló que, los devotos que realmente aman y reconocen al Gurú son pocos. Al final, comentó sobre Dane Dane Sateguru Mera Yera, Vicherea Nu Melda (Salve, Salve, oh mi Satgurú, que reúne a los Separados) y me miró con una gran sonrisa. El desenlace físico fue rápido y dulce. Bimla, la hermana de Pappú, amablemente rellenó mis bolsillos de Parshad para el largo vuelo de regreso a casa. Mientras subíamos al bus para irnos al aeropuerto, Sant Ji permaneció de pie a la puerta del bus y dio a cada uno Darshan, transmisiones llenas de Amor de sus ojos a los nuestros. Cuando llegó mi turno, no pude evitar intentar agacharme y tocar Sus pies. Antes de que pudiera hacerlo del todo, Sant Ji agarró mis manos y me empujó hacia arriba. Con voz temblorosa, dije: “Te Amo” y Él respondió: “Gracias”. Subí a bordo y me hundí en una silla cerca a la puerta. Sant Ji subió los escalones y se detuvo en el pasillo para una larga despedida a todos. Se detuvo justo en frente de mí y Sus pies quedaron allí abajo. Nadie podía ver y la imagen cuando por primera vez toqué los pies del Maestro Kirpal paso delante de mí14. Rápidamente me incliné y toqué Sus pies. Cuando me levanté de nuevo, me miró y esbozó una gran sonrisa. Yo estaba muy triste de alejarme de Su presencia, pero finalmente me sentí capaz de continuar. Me sentí como si pudiera: “irme feliz”, como Él me lo había ordenado. Me di cuenta que, a decir verdad, yo no lo conocía del todo. No tenía la más mínima idea de quién era Él realmente y lo que podía hacer. Pero también entendí, que todo lo que Él estaba pidiendo era, que hiciera lo mejor posible con lo que se me había dado. Como Popeye, sentí: “¡Yo como lo que como!”. Y que era aceptable. En cuanto a saber quién era yo “realmente”, bueno, ya que Él me había 14- Ver capítulo I.

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El Arco Iris en mi Corazón dicho: “Volveré a ser el Kent de antes”. Un evento muy importante ocurrió después de regresar a Sant Bani Ashram. Crucé el campo que separaba mi casa de la de Russell y Judith, llamé a la puerta, entré y abracé a Russell. Me disculpé con él y luego “caminamos y hablamos”. Le dije que aunque Sant Ji me había pedido que hiciera esto, también a mí me salía de corazón hacerlo. Russell fue muy amable y generoso conmigo. También dije que Sant Ji esperaba una carta de nosotros, afirmando que estábamos de nuevo unidos en marcha como antes, antes de que Él comenzara a trabajar en el Anurag Sagar, (El Océano de Amor). Russell escribió una carta en inglés, y, después que la traduje al Hindi, la enviamos directamente a Sant Ji el veintisiete de Marzo. Russell escribió: Bienamado Sant Ji: Coloco mi cabeza en Tu regazo bendito. Me inclino ante el polvo de Tus Santos Pies. Kent es mi verdadero hermano y amigo. Has hecho todo mejor que nunca. Mi gratitud no tiene límites. Kent y yo trabajaremos para Ti conjuntamente, como hermanos, con la ayuda y cooperación de todos. Todo está perfecto. Por favor escribe El Anurag Sagar tan pronto como Te sea conveniente, ya que el mundo está a la espera de ese Bendito y Santo Libro. Por favor, por favor no te demores por cuenta de nuestra insensatez. Eso está terminado. Ambos lo prometemos. Nos vemos en octubre, si Dios quiere. Russell Sant Ji nos contestó directamente el 14 de Abril y yo le traduje la carta a Russell: Mis Bienamados Kent, Karen y Russell Perkins: Su carta del 27 de Marzo fue recibida. La leí y tomé nota de todo su contenido. Estoy feliz de que en el Amor de Hazur todos ustedes estarán trabajando juntos. Es mi deseo que Hazur los bendiga y el medio para alcanzar Su Gracia es la meditación. Junto con su trabajo, deben también siempre siempre meditar. Pronto comenzaré a escribir el Anurag Sagar, estaba esperando la carta de ustedes. Deben cumplir sus promesas al Bienamado Kirpal. En este Kali Yuga, el poder de Kirpal nos protege del sufrimiento. Comparado con el Poder de Kirpal, todo lo demás en este mundo es nada. Salve Kirpal, que en este Kali 292


Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 Yuga protege a Su bienamado Faquir, Ajaib, del Poder Negativo. El Poderoso Amigo Kirpal derramó Gracia y Misericordia. Aunque nuestras almas han estado separadas de Dios por edades y edades, el Poder de Kirpal puede salvarnos de las garras del Poder Negativo. Así que debemos orar a este Poder de Kirpal. El Poder Negativo siempre está buscando a los satsanguis como un cazador busca su víctima. Después de sentarse en medio de los satsanguis, Kal, el embaucador astuto, separa a los satsanguis. Todos los satsanguis deberían mantener la relación de hermano y hermana. Gurú Nanak dijo que hay Un solo Padre y todos somos Sus hijos. Con mucho, mucho Amor para ustedes y todos los demás Y mis mejores deseos estén con ustedes, Ajaib Singh Cuando recibimos esta carta, yo no tenía idea de cuán involucrado iba a estar yo en el “trabajo sobre el Anurag Sagar”. Sant Ji y Pappú comenzaron a traducir el poema épico de Sant Kabir poco después de haber recibido la carta de Russell, pero el proyecto se estancó cuando los grupos habituales a la India se pusieron en marcha de nuevo. Cuando el último grupo partió en marzo siguiente, quedó tiempo libre para continuar en serio. Me quedé para ayudar y la historia de ese seva, unida a la compañía de Chris, mi hijo mayor, durante todo el seva, se encuentra en el corazón del siguiente capítulo. Epílogo para el Capítulo VIII

Una noche o dos después de haber regresado, algunos miembros del grupo hablaron en el Salón del Satsang en Sant Bani, compartiendo sus historias de amor y crecimiento con ávidos oyentes. Yo estaba presente, pero todo lo que pude decir fue que yo había tenido una cirugía mayor y ahora estaba en cuidado intensivo para recuperación. Me había tomado medio año para construir mi vanidad espiritual hasta el punto donde me encontraba, en palabras de Sant Ji: “Totalmente inflado”. Me tomó otros seis meses para desentrañar la experiencia a la luz de Su consejo de orientación. Parecía como si casi todos los días me levantara y con gemidos y suspiros, entendía cada vez más qué tan equivocado había estado. Finalmente, en algún momento en la caída, toqué fondo. Solo entonces pude comenzar a 293


El Arco Iris en mi Corazón construir sobre lo que me había sido dado. Muchas, muchas lecciones llegaron a mí. Reflexioné sobre mi actitud en el día de la fiesta de San Valentín en el colegio en febrero y me estremecí. ¿Cómo podía haber sido tan crítico? En algún momento durante la visita al Rajastán, Sant Ji ofreció que iba a mandar preparar Halvah (el postre indio cargado de azúcar y mantequilla clarificada) como Parshad para nosotros. Cuando Él humildemente inquirió si sería conveniente, un devoto occidental respondió que no, era demasiado pesado y dulce. Con aún mayor humildad, Sant Ji respondió que Él comprendía que era muy empalagoso y por eso no lo hacía con mucha frecuencia. Otros discípulos intervinieron diciendo: “¡Bueno, nos gusta, por favor hazlo!”. Entonces alguien preguntó: “¿Nos das algo de dulce para nuestro interior?”. A eso Sant Ji replicó: “Eso llegará. Pero esta es una expresión externa de mi amor para ustedes”. Agregó que en la India la costumbre era preparar halvah, como demostración de mucho amor. Pensé sobre el punto de vista de Sant Ji, comida deliciosa como una expresión externa de amor y negué con la cabeza las nuevas “verdades” a las que me había aferrado en Febrero. Pensé sobre lo crítico que había sido con el sevadar del 77 R.B. que había sido alabado por todos los occidentales. ¿Era su historia exactamente una versión condensada de la mía? El servía y era notado. La gente alababa su amor y devoción, incluso le compusieron una canción. Él aceptó todo esto, su ego creció y luego él perdió por esto. Lo que yo hice parecía mucho peor. Regresé a la charla que Sant Ji había dado a los sevadares de Sant Bani en Mayo de 1977. Escuchándola otra vez, se sintió extrañamente como una predicción: Si los satsanguis se aman y respetan entre sí y hacen su meditación, entonces si el Poder Negativo no puede hacer nada a los meditadores, él se dirige a los sevadares. Y sentado en los sevadares, hala sus mentes en diferentes direcciones. Él dividirá a los sevadares y no les permitirá hacer su seva exitosamente… ¿Cómo mora él en los sevadares? Él viene y se sienta en sus mentes y por eso algunos piensan que son muy buenos sevadares, que están haciendo muy buen seva y que nadie es tan competente como ellos. Y algunas personas piensan que ellos son muy buenos organizadores. Así sentado en sus mentes crea este tipo de cosas dentro de los sevadares. Porque si algunas personas empiezan a alabarnos y a juntar sus manos ante nosotros, entonces no queremos permanecer con los pies en la tierra y 294


Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 comenzamos a volar. Pensamos: “Nosotros también somos algo”. Ahora cuando los sevadares van en diferentes direcciones y comienzan a pelear, el Maestro nos previene y nos regaña: “¿Qué han hecho? No deberían hacer esto”. Y luego los satsanguis se dan cuenta y se arrepienten. Pero no entienden los trucos del Poder Negativo. Cuando los sevadares comienzan a pelear entre ellos y se ponen furiosos, el Maestro nos regaña y nos dice: “Su trabajo es hacer el seva y tienen que dar ejemplo a la gente”. Cuando el Maestro lo está diciendo, nuestra mente empieza a presentar excusas al Maestro y la gente comienza a discutir y a explicarle al Maestro: “No, esto es correcto”, o “esto es erróneo”. Esta es la ley de la naturaleza: el alma que es afectada por los trucos del Poder Negativo, que comienza a encontrar faltas en el Maestro regresa al ciclo de los ochenta y cuatro lakhs de nacimientos y muertes.15 Escuchaba nuevas cosas cada vez que lo oía. Obviamente la descripción de “no queriendo permanecer con los pies en la tierra” y “volando” después de que la gente me alabara encajaba con lo que me sucedió. ¿Y qué pasa con nosotros “que no entendemos los trucos del Poder Negativo”, incluso después de habernos arrepentido? ¿Y habría alguna oportunidad de que yo pudiera comenzar a hallar faltas en el Maestro y regresar en el ciclo de nacimientos y muertes? Parecía necesario digerir cada palabra muy bien. Pensé más sobre la circular del Maestro Kirpal sobre la humildad. Las simples y elocuentes palabras guardaban profundas pistas sobre lo que me había estado pasando: La persona verdaderamente humilde no se compara con otros. Sabe que ninguno, incluso evolucionados, es perfecto, ninguno es completo en sí mismo. La persona humilde no ve a nadie mejor que otro, cree en la divinidad de cada uno, si alguien dice y afirma que es mejor que otros, entonces aún no es perfecto… Un hombre puede esforzarse en ser humilde, pero por todos sus esfuerzos puede llegar a ser aún más orgulloso. Existe el orgullo de la humildad, esta es una cosa muy peligrosa, por ser muy sutil para ser discernida por 15- De: “El Enemigo Interior”, en La Hora Ambrosíaca, pg. 88-89.

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El Arco Iris en mi Corazón el no experimentado. Hay algunos que pueden pasar grandes penas para ser humildes, ellos hacen que la humildad sea imposible de lograr. ¿Cómo puede un hombre ser humilde, si en todo momento está pensando en la mejor forma de ser humilde?16 El nuevo yo “espiritual” estaba constantemente comparándose con otros. E incluso con diez años de práctica en el Sendero, obviamente yo había sido demasiado “inexperto” para discernir el peligroso orgullo de la humildad que me envolvió. Recordé las palabras de Sant Ji en mi primera sesión en el Rajastán cuando Él me recordó que en Colombia me había aconsejado hacer caso omiso de las faltas de los otros. Si yo hubiera seguido ese buen consejo, Él afirmó, entonces nada de lo que tuve que pasar habría sucedido. Pensé cómo trabajan los Maestros. Ellos hablan del alfarero, que le da forma a la arcilla golpeándola desde fuera con una mano y todo el tiempo protegiendo la vasija desde el interior con la otra mano. Yo debía haber recibido una “golpiza” bien merecida, pero mientras más pensaba en esto, más sentía que Sant Ji me había dado solo en la medida que podría tomar, sabiendo que el resto se desarrollaría en los próximos meses. Mientras tanto, no obstante, percibí la tremenda Gracia de Su amorosa mano en lo interno. Yo no había estado “errado en mi honestidad”, sino que había estado errado, así de simple. Había dos áreas que permanecían como piezas de rompecabezas. Una llegué a entenderla, pero la otra nunca la entendí. Los Maestros parecen intercambiar las palabras “Poder Negativo” y “El Señor Kal” con “mente”. ¿Se había manifestado realmente en mí el Poder Negativo y alterado mi consciencia? ¿Había sido tomado por alguna entidad exterior, como en la película de terror Grado B? ¿Era ese el peso que yo sentía sentado sobre mi pecho cuando luchaba para levantarme e ir al Satsang? ¿O fue todo eso simplemente una manera pintoresca de decir que mi ego se había vuelto loco? Lo último lo puedo comprender y aceptar, lo primero fue mucho más duro y mucho más aterrador. Aún no lo sé y ya no creo que importe. Como se verá en el próximo capítulo, sin embargo, mientras nuestras mentes y egos puedan ser herramientas convenientes para el Poder Negativo, no hay ninguna duda de que esa fuerza es una entidad muy real en el universo descrito por los Maestros. En el Anurag Sagar (El Océano de Amor), Sant Kabir describe gráficamente el poder y la naturaleza del Señor Kal en detalle aterrador. 16- Maestro Kirpal Singh: “Humildad”, en El Camino de los Santos”. Pg. 345.

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Cirugia Espiritual. Marzo de 1978 La segunda pieza del rompecabezas era como reconciliar, aunque solo sea a nivel sicológico, las aparentemente contradictorias palabras de Sant Ji. Le dijo a alguien que mi “meditación” no era realmente meditación y luego Él me dijo que había dicho eso para proteger mi meditación. ¿Cuál de las dos era la correcta? Me tomó tiempo darme cuenta que ambas eran absolutamente correctas. Desde la perspectiva de la persona que habla a Sant Ji, yo no estaba meditando. Para ella era importante entender eso. Pero desde otro punto de vista, yo había estado meditando. De otra manera, ¿cómo podría Sant Ji animarme a seguir haciéndolo? Sant Ji nos da a cada uno exactamente lo que necesita. Un Santo no está limitado como nosotros. Dios, trabajando a través del Polo Humano, mira en nuestra alma, nos ve como un “frasco de encurtidos” y nos da lo que es esencial para nuestro crecimiento. Estos pensamientos me ayudaron a poner la experiencia entera en perspectiva. Sobre todo, sin embargo, entendí que había niveles operacionales en juego que yo nunca podría entender. Durante años después de esta larga “noche del alma”, me mido en términos de antes y después de mi “caída”. Me sentí como una vasija rota que ha sido reparada con éxito, pero la fisura estaba siempre allí, siempre aparente. Como la lengua que pasa sobre una calza floja en un molar posterior, constantemente “preocupado” por esta. Al principio andaba con pasos mucho más suaves alrededor de Sant Ji, con miedo de actuar espontáneamente como cuando Lo conocí por primera vez. Sería feliz si una conversación, entrevista o Darshan se sintiera como en “los viejos tiempos, antes de la caída”. Claro está era yo, no Él, que se centraba en esto. Todo lo que Sant Ji alguna vez dijo, en numerosas ocasiones, fue que Él estaba muy feliz de que yo hubiera vuelto a ser “el viejo Kent”. Una vez una amiga iniciada y yo estábamos viajando de regreso de la India, y, en el largo tramo entre Delhi y Londres, le conté gran parte de esta historia. Me sentí avergonzado y añadí que había sido una experiencia muy humillante. Ella me miró cuando terminé y dijo: “Qué tremendo regalo has recibido de nuestro Bienamado. ¡Qué regalo!”. Tan pronto como ella dijo eso pensé: “Claro. Ella tiene toda la razón”. Hacia el comienzo del capítulo VII, escribí que yo era el único responsable de lo que me sucedió durante este tiempo. No podría “culpar” de esto a nadie más. La experiencia me enseñó mucho, quizás más que cualquier otro dharma por el que hubiera pasado y las lecciones no han terminado. Mi infancia y juventud habían consistido de una serie de afortunadas oportunidades que siempre parecían 297


El Arco Iris en mi Corazón caer en el momento preciso. Yo no tenía conocimiento de que las circunstancias afortunadas de mi vida habían hecho todo muy fácil para que yo juzgara a aquellos cuyas vidas eran una lucha constante. Y por eso era crítico: de los amigos que luchaban con sus relaciones maritales, de la gente que “dejaba” el Sendero, de los discípulos que se quedaban dormidos durante el Satsang o la meditación. Ninguno estaba por encima de mi escrutinio. Al final recordé las Palabras de mi Bienamado Maestro Kirpal. Él nos animaba a correr hacia la meta como si estuviéramos en una competencia, añadiendo que no deberíamos mirar a la izquierda ni a la derecha para ver dónde iban los demás. Esto parecía estar en el corazón de la lección. Y, me había permitido pensar que mis esfuerzos habían derivado al progreso espiritual, que me había convertido realmente en algo por mí mismo. Supe finalmente que Sant Ji me había salvado de mí mismo. También era consciente de que cualquier oportunidad para una recuperación exitosa de tan profunda y delicada cirugía yacía en Sus Manos.

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CA P Í T U L O I X EL OCÉANO DE AMOR “Y la curación ha comenzado”, es el título de una canción del poeta y compositor Van Morrison y para mi, fue así. El hecho de que al despertar cada mañana entendiera más sobre mi enfermedad espiritual y sus efectos era a la vez saludable y duro. Me dediqué de nuevo totalmente y con pasión a mi trabajo en el colegio y mis estudios del doctorado, ansioso por volver a conectar en un nivel humano. Espiritualmente hablando, sin embargo, me sentía de piel fina, algo vulnerable y me acercaba a las prácticas con una cierta dosis de precaución. Intelectualmente sabía qué debía hacer, pero a un nivel profundo me sentía doblemente consumido. Estos tormentos eran auto infligidos y esto lo hacía el obstáculo más fácil de superar. Pero, se mantuvo un abismo emocional entre “saber” algo y actuar en consecuencia. Yo, dejé pasar el tiempo para completar mi rehabilitación y continué confiando en que el Maestro Kirpal y Sant Ji sabían exactamente qué estaban haciendo conmigo. En el Colegio Sant Bani nos estábamos acercando a un logro. Como lo anoté en el capítulo VII, el colegio se expandió para dar cabida al High School (últimos grados del bachillerato) y nuestros cuatro alumnos de grado doce, Carolyn Hammond, Melissa Powers, Steven Rucker y Evelyn Sanborn, iban a conformar la primera clase de graduandos. Escribí para pedirle a Sant Ji si sería tan amable de enviar un mensaje de apertura para ellos, lo cual amablemente hizo.1 En un hermoso día de 1- A través de los siguientes veinte años, Sant Ji continuó enviando mensajes de graduación a los graduandos de Sant Bani. Estos se han recopilado junto con otras inspiradoras palabras para el colegio tanto del Maestro Kirpal como de Sant Ji, en una carpeta titulada “Mensajes a las grupos de graduandos del Colegio Sant Bani”. (2001). La mecánica de la sencilla ceremonia de graduación del colegio fue establecida en esa primera graduación y así ha seguido hasta el presente.


El Arco Iris en mi Corazón Junio, los bachilleres (seniors) y sus orgullosas familias, estudiantes, profesores e invitados se reunieron en el césped en frente de la casa del Maestro. Con el estanque como telón de fondo, comenzó la ceremonia. Dos profesores hablaron sobre los estudiantes, cada uno de los graduandos compartió ideas con la audiencia y fueron entregados los diplomas. Mientras cada momento de esa primera graduación parecía lo más destacado, nada sobrepasó la sencilla belleza del mensaje de Sant Ajaib Singh Ji. 5 de Mayo de 1978 Queridos Hijos, En esta ocasión, les envío mis felicitaciones a todos los estudiantes que van a entrar en el mundo después de completar sus estudios de bachillerato. Los primeros días de la vida escolar son como los cimientos para el edificio de la carrera del hombre. Ustedes conocerán mucha gente en el mundo, verán muchas cosas en el mundo. Muchos altibajos podrán llegar, pero siempre recuerden su meta, que ustedes tienen que lograr. Lo más importante que todo estudiante tiene que hacer es respetar al profesor y dedicarse a sus estudios con toda concentración. Nuestro profesor o el profesor es una mina de conocimientos. Si lo respetamos, él nos dará la riqueza del conocimiento para lo cual vamos a la Universidad. Oro al Todopoderoso Dios que los guíe y los bendiga con sabiduría y correcto entendimiento en todos los aspectos de la vida. Mi amor y mejores deseos están siempre con todos ustedes. Con Todo Su Amor, Ajaib Singh El mensaje de Sant Ji no fue solo para los graduandos, incluso una lectura superficial dejaba claro que Él estaba hablando para todos. En el colegio de la Espiritualidad, Su colegio, yo había enfrentado “altibajos” y necesité recordar mi 300


El Ocèano de Amor meta. Y no había ninguna duda de que mi Maestro era verdaderamente “una mina de conocimientos”, que podía darnos la “riqueza del conocimiento”. Finalmente, estuve muy contento de que Sant Ji orara a Dios Todopoderoso para que nos guiara y nos bendijera con “correcto entendimiento en cada aspecto de la vida”. Las brisas de verano se posaban ahora sobre nosotros y era hora de reflexionar sobre la mejor forma de usar el recientemente adquirido “correcto entendimiento”. Sant Ji continuó escribiendo cartas y en casi todas deletreaba en hindi fonético, en español las palabras: “Te amo” y “Gracias”. Al comentar sobre la información enviada en mis cartas, Él estaba muy complacido de que los Perkins y yo “estuviéramos en armonía y amor” como antes y que yo hubiera alcanzado un poco de control sobre mi mente.2 También estaba feliz de que estuviéramos progresando en los planes para el nuevo edificio del colegio.3 El 28 de Junio, Sant Ji escribió que estaba complacido de recibir el amor de Karen y mío y que le había pedido al Maestro Kirpal que pudiéramos tener aún más amor y comprensión el uno con el otro. En una clara referencia a mi intento reciente por “rehacer” mi ser, señaló que, con la Gracia del Maestro “Las cabezas de familia” podrían alcanzar la Verdadera Meta: Llegar a los Pies del Maestro Kirpal en Sach Khand. Cuando Él ve amor en un hombre o mujer, escribió, Él se pone muy feliz, porque los humanos vienen a este mundo por amor. Pero advirtió, podemos ser engañados y dejar de lado el amor que tenemos por nuestro compañero. Preguntó: “¿Cómo podemos esperar amar a Dios, si no podemos siquiera amar a nuestro compañero?”. Luego nos contó sobre el 77 R.B. y a continuación nos recordó meditar todos los días. Concluyó, enviando mucho, mucho amor y “Te amos”, pero el mensaje central de esa carta me sacudió hasta la médula. Yo amaba a mi familia y nunca me había sentido distante de ellos como sí lo había sentido de mis viejos amigos y colegas. ¿Pero quién podía estar seguro de nada en el filo de la navaja de este mundo? El Maestro Kirpal solía decir que es como si el alma hubiera sido colocada en un tablón en medio del océano y se le dijera que no se moje. Reflexionando sobre 2- Carta del 5 de Mayo de 1978. 3- El edificio en particular al que se refiere aquí nunca fue construido. En corto tiempo relativamente, el colegio adquirió dos propiedades vecinas y convirtió las casas existentes en espacios para los salones de clase que se necesitaban.

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El Arco Iris en mi Corazón la carta de Sant Ji, me estremecí al pensar qué dirección podría haber tomado mi vida si yo no hubiera pasado por el quirófano de tan experto cirujano. A medida que avanzaba el verano, nuestro deseo de ver a Sant Ji crecía y crecía. Habíamos sido demasiado mimados el verano anterior, al haber disfrutado de su presencia física por tan largo tiempo y lo extrañábamos muchísimo. Karen tenía planes para ir en Enero y yo al mes siguiente. El colegio había arreglado su calendario para que los profesores pudieran ir a la India a finales de febrero y principios de marzo y como antes, fui programado para ir con ese grupo. Chris, de ocho años y medio comenzó a expresar un fuerte deseo de volver a la India.4 El deseo de Chris resultó ser más que un capricho, así que le escribió una carta a Sant Ji pidiéndole permiso para ir. 24 de Julio 1978 Querido Sant Ji, Hola, ¿cómo estás? Yo estoy bien. Me fue muy bien en el trabajo del colegio este año. Con la Gracia de Dios, Kent espera ir a la India este año. Me gustaría ir con él. ¿Puedo ir con él, por favor? Gracias por todo lo que me has dado. Con Amor, Christopher. Yo incluí esta carta con una de las mías y las envíe al Rajastán. Ambos recibimos respuesta a mediados de Agosto. La carta para Chris estaba escrita en inglés. 11 de Agosto 1978 Querido Chris, Yo estoy bien. Estoy muy contento de saber que te fue muy bien en el colegio este año. Espero que continúes así. Puedes venir con Kent al Rajastán 4- Chris nos había acompañado a Karen y a mí a ver al Maestro Kirpal cuando tenía once meses y otra vez cuando tenía cuatro años.

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El Ocèano de Amor cuando él venga. Sé un buen muchacho y obedece a tus padres. Envío mucho, mucho Amor para ti. Con todo mi Amor, Ajaib Singh La carta para mí estaba en hindi, con fecha del siete de Agosto. Sant Ji incluía noticias del Ashram del 77 R.B. Estaban en medio de una ola de calor que rompía records. Hacía tanto calor que Bant no había podido grabar ningún Bayán para mí. Pathi Ji continuaba haciendo el té, a pesar de todo. Y todos enviaban su amor y recuerdos a la familia Bicknell. Él estaba muy feliz de escuchar que Judith y Russell Perkins y “el Principal Sahib” volvieron a ser viejos amigos. Estaba muy complacido de saber que Karen vendría y que yo estaría allí en Marzo. Dijo que estaba bien que Chris viniera, pero que Él tenía un consejo: no deberíamos endeudarnos para comprar el tiquete. Nos envió muchas “Gracias” y muchos “Te Amos”. A finales de Septiembre, recibí una carta única de Sant Ji, escrita totalmente por Su propia mano. Como después explicó, le tomó mucho tiempo elaborar la escritura hindi, ya que Él estaba acostumbrado a escribir en la escritura gurumukhi del Punjab, un alfabeto totalmente distinto. Yo estaba acostumbrado a ver Su caligrafía en el panel de dirección y disfrutábamos las variantes de mi nombre como sonaba y se escribía en Inglés. (Una habilidad que había aprendido en el Cuerpo de Señales del ejército): “Kant Becknal,” “Kent Bicknal,” y mi favorita “Cent Bicnal”. Pero esta carta era especial, Él escribió: 22 de Septiembre de 1978 Mi Querido Kent Bicknell, Tu telegrama y carta llenos de amor llegaron con la Gracia del Maestro, el edificio del colegio con toda seguridad será completado y yo me sentiré muy feliz. Tú has entendido por qué los Santos aman a las almas, por qué razón. Los Santos tienen solo un deber. Los Santos toman las almas para llevarlas a Sach Khand después de liberarlas de las garras de los cinco 303


El Arco Iris en mi Corazón ladrones (lujuria, ira, avaricia, apego y egoísmo). En este momento hace mucho calor en el Rajastán. Pero con la Gracia de Hazur Kirpal, todo el trabajo se está realizando bien. Les envío mucho amor a Karen, Nicky y Chrissy. Todos los amados en el Ashram te envían mucho amor. Ajaib Singh El treinta de Septiembre, Sant Ji me escribió otra vez. Comenzando con: “Te amo,” continuó diciendo que estaba muy contento de que las cosas estuvieran marchando bien en el colegio y me recordó que esto era todo debido a la Gracia del Maestro. Mencionó que un grupo estaba ahora en el Rajastán y que estaba sentado en la remembranza de Dios. Al día siguiente, atendiendo a un pedido de los niños del Colegio Sant Bani para que Él volviera, Sant Ji escribió: 1 de Octubre 1978 Queridos Niños, Los amo a todos de todo corazón. Yo vendré al colegio pronto. Si ustedes quieren que yo vaya a su colegio, obedezcan a sus profesores y estudien de todo corazón. Le envío todo mi amor a todos. Ajaib Singh El 6 de Noviembre, llegó otra carta para mí. Sant Ji estaba muy feliz de que Russell hubiera regresado del Rajastán a Sant Bani y que una vez más, Él estaba muy contento de leer que estábamos manteniendo nuestra amistad. Dijo que yo debería conservar mi amor por el colegio y el Ashram y me animó a trabajar duro por el progreso de ambos. Concluyó con un “Te amo” para la familia Bicknell. El 11 de Enero de 1979, Sant Ji escribió que estaba muy feliz de leer que yo vendría al Rajastán como el “Viejo Kent”, porque el viejo Kent era muy amoroso. Karen se encontraba en el 77 R.B. con el grupo de Enero y Él mencionó que ella era Su querida hija. Comentó sobre el nuevo libro de Bayanes, afirmando que estaba muy satisfecho con él. 304


El Ocèano de Amor Para el cumpleaños del Maestro Kirpal Singh, el 6 de Febrero, Sant Ji envió otra carta. Mi Querido y Amado Principal Sahib, Kent Bicknell, Recibí tu carta. Estaré muy feliz de estar con el viejo Kent otra vez. Eso se debe a que dentro del viejo Kent había mucho, mucho amor. Para ti también, esto es muy bueno, haber vuelto a ser el viejo Kent. Estoy muy complacido de que vengas en el grupo de marzo y que vayas a estar una semana extra en Delhi con Pappú, para trabajar en la traducción del Anurag Sagar. Haz tu Bayán y Simran de todo corazón. Para Karen, Nicky, Chrissy, para toda la familia Bicknell, envío mi amor y mejores deseos. Ajaib Singh En el momento en que recibí la carta de Sant Ji, tenía poca conciencia de lo que el trabajo sobre el Anurag Sagar supondría. Sabía que Sant Ji había seleccionado una variante especial del texto de Sant Kabir y que Pappú había hecho un esfuerzo para traducirlo durante los calurosos meses del verano y otoño. El progreso se detuvo y de alguna manera se decidió que yo podría ser útil. El plan hecho para mí era permanecer en Delhi para trabajar con Pappú, después de que el grupo de marzo hubiera regresado a los Estados Unidos. Estaba encantado con la idea de ayudar, ya que Sant Ji había dejado muy claro que era el momento de hacer disponible este texto clave de la Espiritualidad para el mundo de habla inglesa. Yo no tenía ni idea, sin embargo, de que nuestro intenso trabajo en el Anurag Sagar (El Océano de Amor) iba a jugar un papel importante en mi curación. El gran día a finales de Febrero llegó. Chris ahora de nueve años y yo nos despedimos de Karen y Nick y nos dirigimos al aeropuerto. Habíamos decidido ser flexibles en términos de Chris, esto es, dejamos la decisión si él se quedaría conmigo o regresaría con el grupo hasta que viéramos cómo le iba en la India. Él estaba emocionado de subirse al avión en Boston, acompañado por varios de sus profesores favoritos del Colegio Sant Bani y por mí. Él fue un compañero de viaje perfecto durante el vuelo y nos reímos, comimos, cantamos, echamos chistes, charlamos y dormimos en nuestro camino a través de lo que Russell una vez refirió como “El Túnel del Tiempo”. 305


El Arco Iris en mi Corazón Sábado 24 de Febrero de 1979

Después de haber aterrizado en Delhi y descansado unas cuantas horas, subimos a bordo de un bus de turismo rentado para comenzar el viaje de más de doce horas hasta el 77 R.B. En menos de tres años, el tren nocturno como medio de viaje a Sus pies había sido relegado al pasado. Mientras aprovechábamos cualquier espacio a través de la congestión de motos, animales, carros, camiones, bicicletas, bicitaxis y peatones que componen el “tráfico” de Delhi, nuestro bus desaceleraba hasta llegar a paso de tortuga. Chris y yo mirábamos por la ventana y captamos una imagen que se grabó para siempre en las células de la memoria. Un muchacho había sido atropellado y muerto por un vehículo y su cuerpo yacía en el camino justo debajo de nosotros. Mientras avanzábamos a través del veloz nudo formado por espectadores, vimos el cuerpo descubierto, su propia vida filtrada en el asfalto. El tobillo de una de sus piernas extendidas estaba roto y el hueso descubierto. Nosotros entramos la cabeza y nos miramos el uno al otro con seriedad y luego hablamos en voz baja. Sentimos malestar en nuestro estomago y nos sentimos contentos de estar dirigiéndonos a los Pies de Dios en Persona. Llegamos después del anochecer y Sant Ji nos saludó brevemente. Nos dio la bienvenida a todos, diciendo que podía reconocer las caras de los que habíamos estado allí antes. Yo no podía distinguir ningún detalle de Su cara, ya que estaba iluminado desde atrás por dos linternas de gas de gran alcance. Chris se encontraba muy feliz de estar de pie junto a mí, mirando a través de la etérea escena y yo muy contento de tener a Chris a mi lado. Chris y yo escogimos nuestras camas en el salón grande que era el “dormitorio de los hombres,” y utilizando un vaso lleno de agua hervida de las botijas de barro, nos cepillamos los dientes bajo el cielo nocturno. Chris quedó profundo inmediatamente y mientras estaba recostado allí, pensé sobre una frase que había leído en la última Revista de Sant Bani. Un condiscípulo, escribiendo sobre su reciente viaje a Rajastán, afirmó que mientras él pudiera llenarse con el dulce e inocente amor del Maestro, estaría muy contento sin experiencias espirituales internas. Eso resonó en mí, ¿estaba yo sintiendo lo mismo? Me preguntaba cuál debería ser mi oración para este viaje y esto llegó: “¡Oh, Sant Ji, enamórame más de ti!”. Estuve muy feliz con la simpleza de este pedido y comencé a dormirme. 306


El Ocèano de Amor

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El Arco Iris en mi Corazón Repentinamente un pensamiento malvado pasó por mi cabeza, todo sin previo aviso. El año anterior yo había venido sintiéndome “espiritualmente preparado” y esperaba que las compuertas se abrieran. Pero no sucedió así. Ahora que había pasado por dolor y sufrimiento, que era otra vez el mismo viejo y habitual yo “sin preparación”, podría ser que ahora verdaderamente consiguiera algo de riqueza espiritual. Inmediatamente recordé la historia del discípulo que trató de recitar el Jap Ji sin distraerse.5 El Gurú le había dicho que si podía recitarla exitosamente, conseguiría cualquier cosa que deseara. El hombre comenzó y hacia el final se preguntó si él podría obtener un fino caballo de propiedad del Gurú. Cuando el discípulo terminó, el Gurú le dio el caballo, pero el regalo que el Gurú tenía listo para darle era la liberación completa. Reflexionando sobre esa historia, me sentí apenado de mi pensamiento. (“Ahora verdaderamente conseguiré riqueza”), pero también contento de ver que era el mismo idiota de antes, el viejo Kent. Suspiré, contento en la certeza de que el único medio por el cual conseguiría algo sería si Él me lo daba. Domingo 25 de Febrero Sant Ji no tocó la campana esa primera mañana, ya que nos había dicho que podíamos descansar lo que necesitáramos después de nuestro largo viaje. Como la mayoría del grupo, me levanté temprano para meditar. Chris, había dormido muy bien, se despertó y necesitaba ir al baño. Como ya no utilizábamos los campos y las letrinas que eran huecos angostos de treinta pies taladrados profundamente en la tierra, cada uno rodeado por paredes de barro no muy altas, quedaban al final del campamento. Chris agarró una linterna y estaba a punto de salir con los pies descalzos, cuando le susurré al oído que se pusiera unos zapatos. Sant Ji había sido muy específico de que deberíamos llevar calzado y ropa abrigada, para no enfermarnos. Chris se puso mis zapatos y salió caminando fuerte, arrastrando los pies, luego al regreso, pasó por delante de todos los devotos sentados en meditación. Nos reíamos sobre esto más tarde, entonces le sugerí a Pappú que quizás Chris y yo deberíamos apretujar nuestras camas en su habitación y él estuvo de acuerdo. A las cinco en punto, se sentía maravilloso sostener una taza de chai caliente en mi mano, tomando a sorbitos el dulce y nutritivo líquido, mientras contemplaba una vez más, el rojo resplandor de un amanecer en el Rajastán. No estaba seguro 5- El Jap Ji es una oración de los sikhs muy larga para recitar en la mañana, escrita por el Gurú Nanak.

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El Ocèano de Amor qué tan en “casa” me iría a sentir esta vez, pero las señales eran de buen augurio. Chris se levantó a tiempo para ver llegar a Sant Ji para la meditación a las 7 AM y luego retornó al cuarto hasta que pasara la hora. Durante la meditación mi mente vagaba de acá para allá y luego regresaba, pero trabajé duro y rápidamente encontré más paz de la que había experimentado en meses. La mejor parte fue estar sentado en frente de Sant Ji una vez más, verlo y escucharlo suavemente aclarar su garganta. Mientras hacíamos fila para pasar frente a Él en la puerta, me preguntó cómo me estaba yendo. Le respondí con entusiasmo: “¡Teek Hai! Gracias”. Él respondió: “¡Te amo!”. Y me saludó con un rápido “ademán” de Sus manos juntas. Chris estaba afuera en la puerta, Sant Ji le sonrió al verlo y él devolvió la sonrisa. Intenté sentarme en la tarde, pero estaba muy cansado, comencé bajo el sol y luego me moví a la sombra. Después de un rato, me encontré en mi cama y antes de darme cuenta estaba desplomado y profundamente dormido. Me levanté con un gran dolor de cabeza y otra vez, no podía sino reír cuando comparaba mi estado actual con el del año anterior. Me hubiera sentado erguido sin respaldo las dos horas enteras, completamente perdido en mi propio ser. “¡Caramba! Cómo ha descendido ‘el poderoso’”. Pensé con alivio. Pappú me presentó su plan. Él esperaba que pudiéramos tomar todo el tiempo que necesitáramos en Delhi para terminar el Anurag Sagar y luego regresar hasta el 77 R.B. para revisar todo con Sant Ji. Me encantó la idea, ¿quién no hubiera deseado ver a Sant Ji otra vez antes de regresar? Comencé a anticipar el retorno al Ashram con Pappú y me di cuenta que estaba de regreso en el Colegio de los Santos para otra de mis aparentemente interminables lecciones: “Vivir en el Presente, Curso Básico #101”. Cualquier cosa que estuviera haciendo, estuviera disfrutándola o no, podía estar seguro de que parte de mí se proyectaría hacia adelante pensando qué sucedería cuando terminara. En meditación, miraba en el Foco del Ojo y repetía el Simran, pero simultáneamente estaba esperando que terminara la sesión, meditando sobre lo que haría a continuación. Desde que conocí al Maestro Kirpal en 1970, esto sucedía así. Yo estaba muy contento de recibir el Darshan, todo el tiempo preguntándome cuando terminaría. ¡Y tan pronto como terminaba, me estaba preguntando sobre la próxima oportunidad! Me sentaba en meditación, disfrutándola, mientras me preguntaba cuándo llegaría la hora de la comida. Era como si estuviera en dos lugares al mismo 309


El Arco Iris en mi Corazón tiempo: fantaseando sobre el futuro mientras estaba en el momento presente. De nuevo, era como el discípulo que pensaba sobre el caballo del Gurú, el regalo al final. Fue muy difícil hacerlo de otra manera. El año anterior había pasado los primeros días patinando bajo anestesia y varios más saliendo de ella. Este viaje, pensé, sería maravilloso que lo más pronto posible pudiera estar despierto. Christopher estaba realmente comenzando a divertirse por su cuenta, totalmente en el momento de un niño de nueve años. Los cuervos eran plagas en el recinto, se posaban sobre lo que no les pertenecía y trataban de robar pedazos de todo lo que brillaba. Para espantar a los pájaros, Harmel, uno de los hijos de Pathi Ji, había tallado un arco simple, colgado con una cuerda y algunas inofensivas flechas torcidas. Chris alegremente se encargó de ese “seva,” y encantado de mantener los molestos cuervos en la bahía (realmente sin ningún peligro de causar alguna herida). En algún momento salí del cuarto y Jon Engle estaba ayudando a Chris a atar algunas plumas de papel para que el vuelo de las flechas pareciera más de verdad. Shipp Webb apareció en la esquina con una naranja y Jon jocosamente le sugirió que se la colocara sobre su cabeza en equilibrio como blanco para Chris. Fue un momento muy feliz y Pappú y yo le contamos a Chris varias historias de los Maestros que incluían un arco: la lección de mirar fijamente en el centro antes de disparar y la historia del muchacho que se convirtió en un experto arquero al adorar la estatua de un verdadero arquero. El muchacho había creado un ídolo del arquero maestro cuando el arquero dijo que no lo entrenaría. Sentí que Sant Ji me estaba enviando mucho amor de una manera muy silenciosa. Durante todo el primer día, no había experimentado la casi histérica alegría embriagante del pasado, sino que había un nuevo, agudo y más profundo amor, centrado en un trabajo serio, duro y verdadero. No había tenido ninguna entrevista o comunicación personal más allá de miradas y “Te amo”. Pero todo parecía verdadero y maravilloso. Cuando Sant Ji me pidió que volviera a ser el viejo Kent, un deseo latente durante mucho tiempo había llegado a buen término. Desde los trece o catorce años, yo me había estado diciendo que si quería tocar la guitarra, lo podría hacer sin problema, simplemente tenía que practicar y lo lograría. Año tras año dije esto, hasta que la frase se convirtió en: “Bueno, si hubiera comenzado a tocar la guitarra cuando tenía catorce, ¡podrías ser muy bueno ahora!”. Cuando regresé de la India en 1978, decidí intentarlo. Compré una guitarra acústica de vintage hecha por la 310


El Ocèano de Amor famosa Martin Company y pasé una buena parte del tiempo casi todos los días aprendiendo lo básico. Me encantaba, pero obviamente las horas dedicadas a pulsar las cuerdas no contaban en la meditación. Estaba bastante seguro de que antes de regresar a New Hampshire, hablaría con Sant Ji sobre la manera como estaba empleando mí tiempo. Y tuve la sensación de que mis prioridades iban a ser reorganizadas ligeramente. Después del almuerzo, Chris y yo salimos de las altas paredes del complejo a través de la puerta principal y nos dirigimos por el camino de tierra a visitar la choza que Sant Ji había utilizado para meditar en 1974. Mientras caminábamos dos niñas muy jóvenes de la aldea nos vieron y levantaron las manos para que nos detuviéramos. Ellas me llamaron por mi nombre: “Keyn-tah” cuando se acercaron y todos reímos. Ensayé mi hindi con ellas con algún éxito. Le dije a Chris que él debería tomarles una foto, pero prefirió no hacerlo. Cuando sugerí que yo tomaba la foto y que él se paraba junto a ellas para la foto, esto le gustó mucho menos, así que él tomó la foto. Ellas eran muy dulces. Caminamos hasta llegar al camino lateral que conducía al refugio. Al describir la choza de Sant Ji se puede decir que es simple, pero ello no nos da una idea de lo que es ese lugar bendito. Cuando nos detuvimos a mirarla, vimos que el techo era de paja, las paredes de barro y paja embadurnada, con agujeros para ventilación y el techo no era lo suficientemente alto para estar de pie, era abrumador. Sant Ji se sentó y se sentó, sin preocuparse por los pájaros, ni las hormigas, ni las ratas, ni la lluvia, el viento o el calor y recordó al Gran Maestro Kirpal. Sant Ji había recibido las Órdenes Internas del Maestro Kirpal para irse al 77 R.B. pocas semanas antes de que el Maestro se retirara de Su cuerpo físico el 21 de Agosto de 1974. A diferencia de la mayoría de los discípulos del Maestro Kirpal, Sant Ji sabía muy bien lo que se venía, pero Su sufrimiento al recibir la noticia “oficial” en esa simple choza en 77 R.B. fue enorme. La sencilla edificación fue vestida de gran y solemne dignidad, un monumento a la obediencia a la Voluntad del Maestro y a la agonía de la separación física de Él. Chris y yo nos miramos con sorpresa y lentamente regresamos al Ashram.6 En la meditación de la tarde mi mente estuvo a la deriva más que en la mañana y el sueño casi me vence un par de veces. Fue decepcionante, pero ¿qué podría hacer 6- A.S. Oberoi, Apoyo al Sangat Conmovido (1984), pg. 287-290.

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El Arco Iris en mi Corazón yo fuera de seguir el consejo del Maestro Kirpal de hacer lo mejor posible y dejar el resto en manos del Poder Maestro? Ese pensamiento era lo más importante en mi mente cuando salimos para dar una caminata con Sant Ji y por Su Gracia, el efecto fue magnético. Sant Ji no dijo nada durante la caminata, ninguna pregunta, ninguna palabra. Yo lo estaba mirando y me dio tal mirada que quedé sobrecogido con una dulce intoxicación, tanto es así que casi me provocó nauseas. Me sentí tan bendecido de verlo en Su gloria y sentir Su poder irradiando en oleadas, ya que era algo que yo no había asimilado durante bastante tiempo. Recordé que había estado pensando que tales experiencias no estaban sucediendo en el viaje y me reí una vez más de mis interminables intentos de análisis. El Satsang de esa noche captó la esencia de lo viejo. Las niñas cantaron cuatro o cinco Bayanes uno tras otro, todos con la misma tonada y luego Sant Ji le pidió a Pappú que cantara uno nuevo. Sant Ji estaba exquisitamente hermoso y mientras lo miraba, sonreí y sacudí mi cabeza con asombro y Él me miró y sonrió también. Era tan amable, amoroso y compasivo, Era el Ser que Todo lo Perdona. “Nosotros somos tontos. Tú eres sabio y conocedor, oh Satgurú”. Me llegó por dentro el pensamiento de que yo estaba muy manchado, tal vez destruido sin posibilidad de mejoría. Mi corazón suspiró y sentí deseos de llorar. ¿Qué más podría hacer? Sabía que Él me había perdonado, sin embargo una tristeza había penetrado muy profundo en mí. Como la hora se extendió y me bañé en las aguas sonoras y visuales de Su Satsang, entendí que no había un lugar en el universo donde yo estaría mejor. “Relájate, relájate”, me dije: “Y deléitate en Él con dulce remembranza”. Me encantaban los Bayanes, especialmente cuando los cantaban las niñas de la aldea, pero, como le había mencionado a Pappú esa tarde, mi propio entusiasmo para cantar había disminuido un poco (sin duda conectado con el período de mi intenso orgullo espiritual). Al final del Satsang, cuando desfilaba delante de Sant Ji, Él dijo que Eric Perkins y yo deberíamos aprender todos los Bayanes que las niñas habían presentado y deberíamos estar preparados para cantarlos antes de que terminara el viaje. Estos Bayanes habían sido escritos por Brahmanand y uno de ellos se convirtió rápidamente en mi favorito de todo momento: Gurú Bina Kone Sajai Narake Me, Gurú Bina Kone Sajai Re. (¿Sin el Gurú, quién te salvará del infierno?). Esa noche, cuando estaba acostado en mi cama sonriendo, me di cuenta que mi entusiasmo por los Bayanes de verdad había regresado, entrando directamente en mi corazón por Sus Órdenes. 312


El Ocèano de Amor Lunes 26 de Febrero

La campana sonó a las 3 AM y el día comenzaba a desplegar los tempranos ruidos de un área rural, inmersa en la agricultura. Los perros ladraban en la distancia, el funcionamiento de bombas para riego y una llamada a la oración de vez en cuando se escuchaban a la deriva por el aire frío del desierto. No había meditación con Sant Ji esa mañana. Estaba ocupado dando Iniciación a muchos cientos de almas ávidas de pueblos y aldeas cercanas. A medida que el día pasaba, pensé en lo bonito que sería preguntarle a Sant Ji: “¿Sacha hai ki mai purana Kent hu?”. (¿Sant Ji, es verdad que soy el viejo Kent?). Una silenciosa y confidente voz me dijo que llegaría el momento cuando Él se ocuparía de esto sin ninguna consulta de mi parte. En aquellos días, Sant Ji llegaba al comedor diariamente a la hora del almuerzo. Se sentaba en una silla al final de las mesas de servicio y saludaba a los devotos mientras pasaban por Su lado con sus bandejas cargadas de alimentos. Cuando todos estaban sentados, Él juntaba Sus manos y se retiraba a Sus aposentos. Cuando Chris pasó en la fila con su bandeja, Sant Ji lo miró y dijo: “Chrissy, Chris”. De regreso en nuestro cuarto, Pappú llamó a Chris y le entregó una caja de chocolates. Miré a Pappú y le pregunté: “¿Kyo?”. (¿Por qué?). Y él explicó. Sant Ji le había entregado la caja a Pappú, diciéndole que compartiera los chocolates con Chris, (y los dos fueron muy amables y me dejaron probar algunos). Chris estaba totalmente “en su elemento”. Estaba comiendo y bebiendo todo, a todo nivel. Mientras pensaba en ello, me di cuenta de lo bien que él se estaba portando. Ocasionalmente mi atención tenía que despegarse un poco de Sant Ji para ver lo que él estaba haciendo, pero por lo general estaba haciendo un trabajo increíble. Incluso en las caminatas, todo lo que tenía que hacer era darle una mirada de vez en cuando, ya que era muy hábil para cuidar de sí mismo. La meditación de la tarde fue de verdad y me sentí muy bien conmigo mismo. Quizás mis músculos espirituales no se habían atrofiado después de todo. Después de la sesión, Sant Ji nos llevó a todos a una caminata hasta la choza. Al igual que en la tarde anterior, hubo muy pocas preguntas. Habíamos ampliado las oportunidades para disfrutar de la deliciosa vista de Sant Ji que estaba de pie entre nosotros, con los campos de las altas cañas de azúcar detrás. 313


El Arco Iris en mi Corazón Hacia el final, Mildred Meeh se preguntaba cómo funcionaba la escuela en el 77 R.B. Sant Ji comenzó a decir que el sistema de educación era diferente en la India. Dependía de los padres y de los niños decidir si asistían, no había ninguna ley que forzara a nadie a ir al colegio. Explicó que el gobierno pagaba el profesor. Es más, no había ninguna regulación que dijera que el profesor no podía golpear al estudiante si consideraba que el estudiante lo necesitaba y esto era muy diferente a nuestro sistema. Añadió que los estudiantes ven al profesor cuando llega de la misma manera en que el alma ve al Señor de la Muerte cuando viene a llevarla. Así los niños le temen al profesor. En ese momento, Sant Ji le dijo a un sevadar que repartiera caña de azúcar para todos. Nos entregaron trozos cortos de los tallos semejantes al bambú y todos comenzamos a levantar la corteza hacía atrás con los dientes y luego a chupar la pulpa para extraer el jugo sorprendentemente dulce. Por el rabillo de mi ojo, noté que alguien todavía estaba grabando la sesión y me reí de solo pensar en la grabación: “¡Crunch! ¡Crunch! ¡Crunch!”. Continuamos en el trabajo de consumir el Parshad y Sant Ji, con una sonrisa y una carcajada, dijo que la vista del grupo comiendo caña de azúcar era muy hermosa. En el Satsang de la noche hubo otra vez muchos Bayanes. Las niñas cantaron, lo mismo Pathi Ji y Pappú. Al final, Sant Ji nos preguntó a Eric y a mí que si ya habíamos aprendido algunos de los nuevos Bayanes de Brahmanand. Si los habíamos estado practicando. Le expliqué que justo habíamos recibido las copias escritas a mano por Bant esa tarde, pero que trabajaríamos para tener uno listo la noche siguiente. Sant Ji respondió con un gran: “¡Aachaa!”. (¡Bien!). Cuando me fui a la cama, me di cuenta cuánto había comido esa noche y me preguntaba si tendría sueño en la mañana. Me había llenado de frutas y de las irresistibles nueces de marañón servidas para los occidentales. Después de engullir esos montones, me había reunido con Pappú en el langar indio, donde consumí chapatis frescos y palak (espinacas) cocidas en ghee (mantequilla clarificada). Resolví no comer nada pesado a la mañana siguiente y cerré mis ojos para dormir.

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El Ocèano de Amor Martes 27 de Febrero Antes del amanecer, sorpresa, sorpresa, tenía muchísimo sueño. Fue horrible. A la hora del té de la mañana, no cogí galletas y al final me sentí lo suficientemente despierto para estar “listo” para la meditación con Sant Ji a las siete. Él procedió a mostrarme qué era qué. Justo después de que nos dijo que cerráramos nuestros ojos y comenzáramos, sentí un tremendo dolor en una de mis piernas, después de lo cual comencé a sentir que me desmayaba. La sesión había apenas comenzado y yo estaba muriendo de deseos de que terminara. Se hizo muy difícil continuar sentado en ese salón. Lo único que me permitió seguir fue lo que Él había dicho: “Siéntense sin moverse y hagan Simran sin parar”. El hecho de que mi mente vagara al principio no era un fenómeno nuevo, ya que con frecuencia así sucedía hasta que recogía mis dispersos pensamientos en el Foco del Ojo. El día anterior había sido muy placentero, lleno más de meandros y buenos sentimientos, que bloqueo en la repetición del Simran. Pero en esta sesión yo escasamente me sostenía, haciendo Simran a cien millas por hora. Luego pensé: “¿No puedo siquiera hacer esto por una hora? Digo que Lo amo, ¿pero no puedo siquiera sentarme sesenta minutos?”. La idea de que doce meses antes, me consideraba listo para las grandes pruebas espirituales parecía absurdo, si no bizarro, especialmente cuando me estaba muriendo por saltar, lanzarme fuera de la habitación y huir al desierto. Era mucho más fácil sentarse a practicar la guitarra por largos periodos que sentarse una hora cuando uno está luchando contra el dolor físico y la necesidad de moverse. Por Su Gracia, no me di por vencido y con renovada determinación, continué la lucha. Sant Ji decidió alargar la sesión cinco minutos y era exactamente lo que yo necesitaba. En aquellos minutos finales mi cuerpo quedó atrapado en su estado de “estatua” y la paz y trascendencia se apoderaron de mí. Sant Ji me estaba permitiendo conocer qué tan “listo” realmente me encontraba. Al final de la hora, estaba exhausto pero plenamente satisfecho. Me había topado con algunas cosas muy difíciles de mí y con la Gracia, continué haciéndolo como Él lo pidió. Había sido duro pero necesario. Al final de la meditación, Sant Ji cantó Su Bayán: Chare Chete Jare Chete Parani, Bina Simran Pachotavenga (Con el comienzo del Nuevo Año, oh alma, vuélvete consciente del Señor, porque sin hacer el Simran te arrepentirás), el cual era a la 315


El Arco Iris en mi Corazón vez hermoso y educativo: “¿Cuándo te volverás humilde frente del Satgurú para que puedas alcanzar el perdón de tus pecados?”. Sant Ji nos había pedido que entráramos los zapatos antes de la sesión, ya que parecía que iba a llover, lo cual sucedió. Él caminó hacia las puertas de salida, mientras recogíamos nuestros zapatos y hacíamos fila para desfilar delante de Él. Cuando se abrieron las puertas de salida, allí estaba un Christopher sonriente, esperando para saludarlo. Sant Ji le dio unas palmaditas en la espalda y dijo: “Kya Hal Hai?” (¿Cómo estás?) Chris estaba muy feliz y lo mismo yo. Más tarde en la mañana Pathi le encargó a Chris una “tarea oficial”, mantener a los cuervos fuera del Ashram. Él salió con su arco y flechas, muy complacido por ser reconocido por una figura tan estimada como el querido Pathi Ji. Yo me recosté en mi cama y reflexioné sobre la meditación. Si yo fuera un soldado en el Ejército de Dios, me gustaría mucho correr a la primera señal de problema. Un artículo reciente en la Revista Sant Bani, tenía una declaración en el sentido de que no hay carga o dolor en el amor: “Dios”, pensé: “¡Qué insignificante amante soy!”. Me di cuenta que no era fácil meditar horas y horas, algo que había logrado con aparente facilidad el año anterior. ¿No nos había contado el mismo Sant Ji que hubiera preferido pararse en frente de los cañones con Su camisa abierta que enfrentar la mente? Yo era un cobarde, un corazón de pollo, pero de alguna manera me sentía bien, me estaba acercando a un punto de partida sobre el cual construir. Y la meditación de la tarde fue verdadera, con mucho menos lucha. La caminata de la tarde con Sant Ji fue muy divertida. Chris andaba por su cuenta, al lado opuesto de la multitud que seguía detrás de Sant Ji hasta el lugar donde se detuvo para hablarnos. Tomamos una ruta diferente a la de los días anteriores y una actitud juguetona nos rondaba, muchos se estaban adelantando, lanzándose, apretando los unos a los otros, todo de buen humor. Estábamos caminando por una zanja ancha con orillas escarpadas y la gente trepaba las orillas para adelantarse. En un momento parecía haber cuatro carriles y todos estábamos riendo nerviosamente como niños felices en un picnic con su amoroso padre. Sant Ji se detuvo en un claro y todos nos detuvimos detrás de Él, desplegándonos en un semicírculo. Él se dio vuelta y echó una mirada de persona a persona, dando Darshan a cada uno. Cuando Sus ojos se posaron sobre Chris, lo miró muy largo rato. Chris permaneció de pie allí con las manos juntas, mirando a Sant Ji. Yo 316


El Ocèano de Amor estaba detrás de Sant Ji, pero pude ver que Chris ni siquiera parpadeó. Su carita resplandecía como si tuviera un bombillo encendido dentro. Los niños de esa edad con frecuencia parecen ángeles cuando están durmiendo, pero él estaba bien despierto y resplandecía como un ángel. Después de la caminata, Chris comentó: “¡Muchacho!, cuando Sant Ji me miró…”. Y se colocó en la posición que había estado y comenzó a girar hacia atrás y hacia adelante. Le pregunté: “¿Sentiste como si te fueras a caer?”. Sonrió y dijo: “Sí, casi. Sant Ji me miraba y me miraba y yo me sentía, algo así, Whooooo-oooo”. Y continuó dando vueltas de acá para allá. La fiesta del amor definitivamente estaba comenzando. Durante la caminata alguien se había preguntado cómo crecer internamente. Sant Ji contestó que cuando uno probaba el Maha Ras (el Divino Néctar) interno, la mente era sometida. Otro discípulo comentó que él estaba tan lejos de ese estado, de saborear el Maha Ras y se preguntaba qué hacer. Sant Ji dijo que nunca deberíamos pensar que somos débiles. Nunca deberíamos inclinarnos delante de los cinco ladrones, lujuria, ira, avaricia, apego y egoísmo porque siempre tenemos al Satgurú de pie detrás de nosotros. El Satgurú es fuerte y nos ayuda a defendernos de las pasiones. Ser derrotado es diferente a rendirse y nunca nos deberíamos rendir. En el Rajastán, continuó Sant Ji, los agricultores eran considerados los fuertes y se pensaba que los comerciantes eran débiles. Estos tenían corazones débiles, pero los agricultores eran fuertes. Con mucha risa, Él relató la historia de un agricultor que se había metido en una pelea física con un comerciante. De alguna manera este se las arregló para sacarle ventaja al agricultor y estaba sentado sobre su pecho. El comerciante de pronto se asustó de lo que podría suceder si él permitía que se pusiera de pie, entonces le gritó a alguien que pasaba: “Por favor ayúdeme, no sé qué hacer cuando este agricultor se levante”. El que pasaba preguntó: “¿Por qué? Ahora tu estas encima de él”. Pero conociendo lo fuerte que era el agricultor estaba preocupado de que podría terminar derrotado por él. El Satgurú no podría ser derrotado, así que no tenemos que rendirnos y no deberíamos sentir miedo. Alguien preguntó si había algún riesgo en hacer demasiadas preguntas, añadiendo que había visto que algunas personas que hacían muchas preguntas caían en dificultades más adelante. Sant Ji se rió e indicó que si había visto eso, entonces debería acatar su propia experiencia. Añadió que, si la gente que hace todas esas preguntas se dedica mejor a meditar, entonces todas sus preguntas serían 317


El Arco Iris en mi Corazón contestadas desde lo interno. Sant Ji no pidió que se cantaran tantos Bayanes durante el Satsang esa noche, más bien dio una charla. No había desarmonía en este grupo y todos nos fuimos a acostar mientras “las visiones de la caña de azúcar danzaban en nuestras cabezas”. Sant Ji me contó que algunos Lo íbamos a acompañar a una parte de una ceremonia de boda en una aldea vecina el jueves (primero de Marzo). Y se suponía que yo vería a Sant Ji en la mañana. Miércoles 28 de Febrero Tenía mucho temor en mi corazón cuando fui a mi primera entrevista después de un año. Ya no estaba “inflado”. En cambio, la vergüenza se asomó en mí con un rubor en las mejillas. Me incliné ante aquellos grandes pies y Él me levantó rápidamente dándome la bienvenida con pleno amor. Le dije lo agradecido que estaba por todo lo que Él había hecho por mí y que ahora le debía mi vida. Siempre lo había amado, expliqué, pero cuando llegué a ser tan extremo, solo Su Gracia e intervención me salvaron. Sant Ji me miró con aquellos enormes y hermosos ojos y silenciosamente dijo: “Tú no sabes cuánto te ama este Santo. Y tú no sabes cuánto este Santo está orando y trabajando por ti”. Esto fue impresionante y quedé impactado. Él amablemente explicó que está en la naturaleza de la mente hacer aquellos trucos. Ahora mi mente había pasado por todo eso y así yo podría ser cuidadoso para reconocerla y evitarla en el futuro. Sonrió y dijo que estuvo muy feliz cuando le escribí y le conté que había vuelto a ser “el viejo Kent”. Y ahora, Él dijo, deberías permanecer siempre como “¡el viejo Kent!”. Escogí ese momento para mencionar que, como mi viejo yo, estaba ahora dedicando un par de horas al día a aprender a tocar la guitarra. Le pregunté si eso era malo. Con una mirada en Su rostro de total paciencia, Sant Ji explicó amablemente que, a pesar de que estaba bien participar en aquellas cosas, no debería dejar mis meditaciones. Debía asegurarme de hacer mis prácticas espirituales y todo lo demás que estuviera haciendo. Sant Ji me preguntó si Nicky estaba asistiendo al colegio y le dije: “No, pero va casi todos los días”. Sant Ji dijo: “Oh, eso está bien. Él adquirirá el hábito de ir al colegió”. Continuamos hablando sobre muchas otras cosas, con muchas risas todo el tiempo y me sentí más liviano cuando salí de Su cuarto. 318


El Ocèano de Amor En la caminata de la tarde, Sant Ji se detuvo y preguntó: “¿Alguien quiere traer caña de azúcar?”. Chris estaba afirmando con su cabeza, entonces traté de que me mirara para hacerle señas para que no lo hiciera, ya que no estaba seguro si él debería entrar al campo, entonces Sant Ji envió a todos a traer la caña, diciéndonos que tuviéramos cuidado con nuestras manos. Él se reía como nunca mientras todos entramos en las espesas hileras a romper los tallos. Cuando regresamos y comenzamos a chupar, nos dijo otra vez cómo nos veíamos todos de hermosos comiendo la caña de azúcar. Alguien preguntó si comer caña de azúcar era bueno para la meditación. Sant Ji dijo que el jugo era bueno para la digestión, pero que no tenía nada que ver con la meditación. La hilera era estrecha cuando salimos de ese lugar, así que seguimos a Sant Ji en una sola fila de regreso al camino principal. Cuando se detuvo en el camino esperando que todos llegaran, se dirigió a Chris y le preguntó: “¿Te gusta la caña de azúcar?”. Chris dijo: “¡Sí!”. Sant Ji se rió y dijo: “¡Comer caña de azúcar es tu meditación!”. Yo comenté: “¡Oh, si eso es así entonces él va a llegar a Sach Khand realmente pronto!”. Y Sant Ji dijo: “¡Zarur, zarur!”. (¡Seguramente, seguramente!). Todos estaban riendo en ese momento y cuando regresamos al complejo (recinto del Ashram) había más hilaridad divina reservada. Anne Wiggins había notado que la gente con cámaras era objeto de un tratamiento deferente por la mayoría. A los fotógrafos se les permitía acercarse a Sant Ji, retroceder en frente de Él, caminar delante de los otros, etc. Anne fingió su propia “cámara” de fino aire, hizo la actuación a la perfección. El resultado fue mucha diversión para todos, especialmente cuando Sant Ji reía y reía y le dio grandes oportunidades de Darshan a Anne. Cuando dimos la vuelta a la carretera y entramos por la puerta del Ashram, Anne se puso al frente para tomar una serie de sus fotos mágicas y nos sentimos ebrios de alegría. Sant Ji finalmente se desprendió de la multitud y entró en un cuarto para ver a un occidental que se encontraba enfermo. Chris y yo escogimos un lugar por donde sabíamos que Él iba a pasar. Cuando Él vino, dije: “Pita, Poot”, (Padre, Hijo, el nombre de un libro sobre la relación de Baba Sawan Singh con el Maestro Kirpal, un texto bien conocido para Sant Ji). Sant Ji juntó Sus manos, rió una vez más y repitió: “Pita, Poot”. En el Satsang de la noche, Eric y yo cantamos un Bayán “nuevo” de Brahmanand, 319


El Arco Iris en mi Corazón Gurú Bina Kone Sajai Narak Me, (¿Sin el Gurú, quién te salvará del infierno?), así como, Sateguru Ke Guna Ga Le Bande. (Canta las cualidades del Satgurú, oh hombre y termina con los nacimientos y muertes).7 Otros discípulos occidentales cantaron y después Chris y yo cantamos Takure Tume Sharenai Aia. (Oh Señor, he tomado refugio en Ti). Pasamos junto a Sant Ji y nos reunimos afuera de Su puerta para escucharlo decir: “Buenas Noches”. Chris me había dicho que aún tenía que escuchar a Sant pronunciar esas palabras en inglés, por lo que nos tocó hacer un esfuerzo especial para que Chris alcanzara a escuchar. La multitud era densa, de modo, que lo alcé y él se sentó sobre mis hombros. Cuando Sant Ji vio a Chris, se rió y preguntó: “¿Shringi Rishi?”. (Una referencia a la historia de un gran yogui que terminó con una esposa e hijos agarrados de su cuerpo, ver capítulo VI) y estallamos en carcajadas. Después de que Sant Ji cerró las puertas, Jon Engle se aproximó a nosotros y preguntó: “Sant Ji dijo: “¿Engi Rishi?”. Me reí y dije: “No, Jon, Él dijo Shringi Rishi”. Jon sonrió maliciosamente y dijo en broma: “¡Menos mal! Pensé que Sant Ji había revelado mi secreto, que yo, Jon Engle era ‘Engi Rishi’ y ¡me puse nervioso!”. Otra vez nos reímos, atrapados en la intoxicación del momento. Chris y yo bailamos todo el camino de regreso a nuestro cuarto al ritmo de un severo caso de risa. Nos cepillamos los dientes y fuimos al baño y mientras nos acostábamos Chris comentó: “Echo de menos a Nicky y sus poco amables costumbres” y ambos estallamos en risas otra vez. Jueves 1 de Marzo A las tres de la mañana del día siguiente, hora para el té preparado por Pathi Ji para varios occidentales, tuve una visita. Mi vieja amiga de Sanbornton, Anne Wiggins llegó con un mensaje. Dijo que antes de que terminara el viaje, yo debería tomar dos fotografías: una de la carita de Chris cuando estaba recibiendo el Darshan de Sant Ji y la otra de la cara de Sant Ji mirando a Chris.8 Le conté que Sant Ji había dicho que la meditación de Chris debe consistir en comer caña de azúcar y ella comentó que Chris había sido un maravilloso ejemplo para ella. Verlo a él siendo simplemente él, sin pretensiones, un pequeño duende corriendo al lado del 7- Como se explicó en los pies de pagina de los Capítulos I y VI, Sant Ji realmente escribió todos los cantos atribuidos a Mastana Ji. 8- Yo tomé estas dos fotografías, la de Chris mientras miraba a Sant Ji quedó un poco borrosa. La fotografía de Sant Ji mirando a Chris aparece en la portada de este libro.

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El Ocèano de Amor Santo, eso fue extraordinario. Era exactamente lo que ella necesitaba. Y añadió, en el Satsang de la noche anterior, Chris había ayudado a proporcionar uno de los momentos más importantes de su vida. Ella había estado mirando a Sant Ji, sintiendo tanto amor y cuando escuchó a Chris cantando Takure Tume (Oh Señor, he tomado refugio en Ti), lloró y lloró. Le agradecí mucho por aquellos pensamientos y comprendí que reflejaban los míos. Después de que ella salió, pensé cómo Él me había salvado, incliné mi cabeza y lloré.

Rajastán - 77RB Temprano en la tarde, varios satsanguis viajamos con Sant Ji a una aldea cercana para participar en una pequeña parte de una boda. Viajamos en jeeps y al llegar, subimos por una escalera exterior para entrar a una pequeña sala. El salón estaba repleto de devotos, sentados en el piso, esperando la llegada de Sant Ji. Habían reservado un área especial para nosotros, así que Judith Perkins, Gene Dittmer, Anne Wiggins, Don Macken, Chris y yo nos apretujamos allí. Sant Ji se sentó en una silla y dio un discurso informal que despertó oleadas de risas en el mar de caras amorosas. Él bebió un poco de leche, distribuyó Parshad y después llegó la hora de regresar. Algunos tomamos fotos, así que sugerí que Anne tomara una de sus fotos “especiales”. Ella me pinchó en las costillas con el codo, pero no antes de que Sant Ji le preguntara a Pappú qué había dicho yo. Cuando Pappú tradujo, Sant Ji se rió y dijo: “No, esa no es para acá, sino solo para nuestro grupo”. 321


El Arco Iris en mi Corazón Chris estaba muy emocionado de montar en el tractor de regreso al 77 R.B., al lado de una media docena de sevadares del Ashram. Cuando regresamos, Sant Ji fue otra vez a visitar al occidental que estaba enfermo. Saliendo del salón nos miró y preguntó: “Okay, Kent. ¿Quieres que Anne tome nuestra foto ahora?”. Yo asentí con la cabeza y dije: “¡Humh Ji!”. (¡Sí!). Sant Ji y yo procedimos a posar mientras Anne “tomó” una foto, gastando suficiente tiempo para cuadrar la foto y enfocar su cámara imaginaria. Este fue un momento muy alegre. Después de la sesión de meditación, regresé al cuarto y encontré una gran pila de caña de azúcar saliendo del sombrero de Chris. Él no se veía por ninguna parte. Al poco rato entró corriendo al cuarto. Señalando su sombrero, pregunté: “Chris, ¿qué has estado haciendo? Por supuesto él contestó: “¡He estado haciendo mi meditación!”. Le contó a Pappú que había estado comiendo tanta caña de azúcar, que podría ir a Sach Khand dos veces. Pappú le respondió que si él iba allí una vez, no querría regresar. Sant Ji nos había invitado a todos a caminar otra vez, entonces nos alistamos y lo seguimos fuera del Ashram y caminó hacia Su choza. Después de un rato, empezó a lloviznar. Sant Ji se detuvo y dijo: “Bien, toda nuestra ropa se mojará, así que debemos regresar”. Como estábamos muy cerca de la choza, Don Macken sugirió que podríamos caber adentro. Sant Ji estuvo de acuerdo y de alguna manera todos los cuarenta logramos acomodarnos. Sant Ji se sentó sobre la cama de lazos y el resto nos sentamos alrededor de Él en el piso sucio que estaba cubierto con costales. Pappú cantó Takure Tume y luego Jonathan Powell cantó el Kia Jua Ye Yaname Lia de Sant Ji. (¿Qué sentido tiene tomar nacimiento si no lo has apreciado y si no te has teñido en el color de la devoción al Satgurú?). La atmósfera estaba alegremente eléctrica y todos nos sentíamos embriagados. Sant Ji preguntó si algunos otros querían cantar, entonces comencé con el dulce himno colombiano de alabanza y todos se unieron: San Yi, San Yi, San Yi, jubilosos te esperamos. Poco después, Chris sacó su mano por la ventanita y comentó en voz alta que había dejado de llover. Sant Ji preguntó qué había dicho Chris, entonces Pappú tradujo. Sant Ji preguntó: “¿Es verdad?”. Otros respondieron que Sí. “Teek Hai”, dijo Sant Ji: “Entonces regresemos al Ashram”. Yo pensé: “Oh, esto se lo debemos a Chris. Si él no hubiera dicho nada nos podríamos haber sentado para siempre, hacinados en 322


El Ocèano de Amor este bendito lugar”. Pero todo el mundo estaba muy feliz para disgustarse con la precisa observación meteorológica de Chris y nos dirigimos de regreso al vigoroso paso establecido por nuestro Líder. En el Satsang de la tarde, Sant Ji comentó sobre un Bayán de Swami Ji Maharaj. Contó unas pocas historias que yo no había escuchado antes. Explicó que los Santos algunas veces prueban a la gente que viene donde Ellos, utilizando herramientas como la crítica, para mantener alejados a los que no están realmente interesados en las Enseñanzas. Los Maestros incluso pueden hacer cosas que parecen inapropiadas para probar la fe de los devotos. Un Santo tenía un discípulo que era un rey. Cuando el Santo visitaba al rey en su palacio, él descendía de su trono y le pedía a su Gurú que se sentara allí. Una vez el Santo llegó trayendo una botella llena de agua coloreada. Los espectadores pensaron: “Ah, el gato se ha destapado ahora. Este Santo lleva una botella de vino”. Comenzaron a criticar al Gurú y el rey pensaba de la misma manera. En algún momento, el Santo comenzó a derramar el agua sobre el piso y el rey pensó: “Humm. Un borracho nunca vertería su vino en el piso, debe haber algún secreto detrás de todo esto”. Le preguntó al Santo qué estaba haciendo y Él contestó: “Bueno, estoy apagando un incendio en un templo”. El rey mandó a alguien para comprobar y con toda seguridad, se había iniciado un fuego en el templo y el Santo se había aparecido allí para extinguirlo. El rey se dio cuenta de que lo habían puesto una prueba y había fallado. Otro Santo, para probar la fe de Sus discípulos, pasó la noche en la casa de una prostituta. Mandó a alguien al mercado a comprar comida que pareciera carne y algo que pareciera vino. Todos los discípulos comenzaron a criticar al Maestro y uno a uno, se fueron. En la mañana el Gurú salió de la casa y encontró que solo quedaba un discípulo. El Maestro le preguntó: “¿Por qué estas aún aquí?”. Él contestó: “Oh Maestro, si yo te dejara no tendría a dónde ir. ¿A quién me dirigiría? ¿A dónde se supone que debería ir?”. El Maestro entonces le dio la Sucesión a ese discípulo. Esa noche me acosté en la cama de lazos, mirando hacia arriba, veía las sombras siempre en movimiento sobre el techo texturizado, puestas en escena por la pequeña llama de la linterna de Kerosene. Me di cuenta que no tenía ni idea de lo que significaba ser “probado” y oré con todo mi corazón para que nunca lo fuera, 323


El Arco Iris en mi Corazón a menos que esta fuera Su voluntad. Recordé el consejo que me dio Sant Ji en Sant Bani en mayo de 1977, cuando expresé el deseo de que algún día Él dijera que yo era un buen meditador. Fuertemente me advirtió en contra de eso y sugirió que mi única oración debería ser, conservar lo que se me había dado.9

Viernes 2 de Marzo

Sant Ji nos había dicho que quería aumentar el tiempo que nos estábamos sentando en las mañanas a meditar. El viernes nos sentamos una hora y cuarto y fue muy agradable. Los enormes obstáculos de dolor físico y angustia mental, los cuales había enfrentado los primeros dos días se habían reducido a casi cero y ahora podía seguir el consejo de Sant Ji y “no pensar en la meditación como una carga”. La única dificultad que enfrenté fue que estuve “distraído” cuando escuchaba el crujido de Su silla o cuando aclaraba Su garganta y tuve que sonreír mientras luchaba con la urgencia de abrir los ojos para mirar. Yo estaba programado para tener una entrevista antes del almuerzo. Pero Pappú entró después del desayuno a decirme que Sant Ji había cambiado los planes. Estuve desilusionado por un momento, ya que estaba emocionado ante la perspectiva de sentarme en frente de Él, pero rápidamente recordé quién tenía la última palabra. Chris y yo nos reíamos mientras hablábamos de esto. Al final estuve contento por la demora, ya que me llegaron otros asuntos que quería charlar con Él. Me di cuenta que estaba empezando a disfrutar el momento presente y lo que este trajera, en lugar de estar constantemente en el juego de: “¡Oh, no puedo esperar lo uno o lo otro!”. Durante la caminata de la tarde, Sant Ji se detuvo y le pidió a Chris que viniera y se parara directamente en frente de Él. “¿Estás haciendo tu meditación?”. Preguntó. Chris respondió que sí. Luego le preguntó: “¿Te está yendo bien en la meditación?”. “¡Sí, muy bien!”. Respondió Chris, riendo junto con Sant Ji. Anne Wiggings le preguntó a Sant Ji si comer caña de azúcar como una “práctica de meditación” era solamente para los niños y Él, riendo aún más contestó con un enfático: “¡Humh!”. (¡Sí!). 9- Ver 6 de Mayo, 1977. Capítulo IV.

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El Ocèano de Amor Sant Ji contó la muy hermosa historia del discípulo que le llevaba agua al Gurú Gobind Singh. Esto era en una época de guerra y las fuerzas del emperador estaban peleando con los Sikhs (discípulos) del Gurú Gobind Singh. El discípulo cuyo seva era dar agua a las tropas, servía a los soldados de ambos bandos por igual. Uno de los soldados del Gurú Gobind Singh se quejó, preguntando por qué ese discípulo estaba ayudando a las tropas del enemigo y a las suyas también. Cuando el Gurú le preguntó al discípulo por qué estaba haciendo esto, humildemente le contestó: “Te veo a Ti en todas partes y dentro de todos, sin importar si esa persona es un amigo o un enemigo. Entonces ¿cómo se supone que voy a negarte el agua?”. El Gurú Gobind Singh estuvo tan complacido con ese discípulo, que le dio vendajes para que también ayudara al enemigo. En el Satsang de la noche, Chris y yo cantamos Dune Gate Viche Baye Rei Yi, (El Sonido está sonando dentro de ti, pero no lo obtendrás sin el Bienamado Maestro). Cuando terminamos, Sant Ji dijo: “¡Pita-poot bahot aacha!”. (¡Padre e hijo, muy bien!). No había duda de que Chris era un pequeño muy feliz, plenamente en su hogar a medio mundo desde Sanbornton, New Hampshire. Le encantaba ayudar con algún seva cada vez que podía y se sentía muy bien cuando le era permitido picar zanahorias y otros vegetales con Sardar Rattan Singh, Bhag Singh, Pathi Ji y otros. Pathi Ji era muy amable con nosotros. Él y yo algunas veces hablábamos largo rato y entonces calibraba su hindi a mi nivel. Él me contó que cuando yo estaba en América, Sant Ji y los sevadares del 77 R.B. se acordaban mucho de mí. La gente relataba diferentes incidentes en los cuales yo estaba involucrado ya fuera por algún percance o alguna cosa de otra índole y todos reían. Una historia favorita era cómo yo lloré como un niño en Bogotá. Pathi Ji me contó que algunas veces Sant Ji cantaba, Tati Vao Na Laga Di Yi (El Viento ardiente no sopla sobre aquel que tiene la protección del Gurú), sustituyendo mi variante en el coro: Tandi Vao (El Viento frío…), lo cual les producía más risa. Recibía estas cositas como bálsamo para mi tierna, pero fortalecida psiquis. El año anterior Sant Ji no me había dado nada, excepto amor y era justo lo que necesitaba, pero me dolía. Este viaje, era como si la dulzura misma de la atmósfera, rodando como las olas hacia la playa, desgastaran suavemente cualquier muro residual de confusión. Poco a poco, lentamente, los tabiques se fueron desmoronando, dejando en su lugar un palacio de paz. 325


El Arco Iris en mi Corazón Sábado 3 de Marzo Antes de dirigirme a la meditación, noté que Chris estaba muy bien preparado. Se sentó en su cama, con un libro de Bayanes en la mano y un libro de texto cerca de una rodilla, mordisqueando Parshad. Una pila de caña de azúcar se encontraba en frente de él, lista para ser atacada. Él me miró y sonrió mientras yo salía para el Salón de Meditación. Tuve la suficiente fortuna de poder ubicarme justo en frente de la silla que Sant Ji pronto ocuparía. La hora y quince minutos se pasó muy rápidamente. Después de que Pappú nos dijo: “Suspendan por favor”, una devota le preguntó a Sant Ji qué estaba haciendo Él mientras estaba sentado allí en frente de nosotros. Ella se preguntaba si Él estaba purificando nuestras almas. Mientras miraba alrededor del salón, qué estaba sucediendo exactamente. Sant Ji habló sobre las responsabilidades del Maestro. Estábamos allí y Él estaba trabajando con nosotros, pero también tenía almas muy lejos que estaba purificando. Los Maestros tienen un trabajo muy grande. Cuando Ellos descansan, en realidad nunca duermen. Su cuerpo no descansa, sino que van a los reinos superiores y continúan trabajando por nuestra salvación desde lo interno. Cuando regresé al cuarto y le conté a Chris lo que Sant Ji había dicho, él comentó: “¡Y Ellos hacen muy bien ese trabajo!”.

El Día Final, Domingo 4 de Marzo A media mañana del domingo, Sant Ji celebró el Satsang mensual para el sangat Indio. La gente llegaba en masa, a pie, en camello, en bicicleta, en moto, en bus desde Delhi y también en algunos pocos carros. Cientos de pares de zapatos era registrados y colocados cuidadosamente en una zona acordonada y los devotos se marchaban con pequeñas etiquetas numeradas en la mano, para sentarse con las piernas cruzadas en el Satsang. Una enorme carpa multicolor de paredes abiertas, había sido levantada para ese propósito y se llenó completamente. Una sección especial al frente fue acordonada para los invitados occidentales. Antes de la llegada de Sant Ji, cantaron muchos Bayanes, utilizando un sistema de sonido alimentado por baterías de carros y de tractor de 12 voltios. Nosotros entramos siguiendo a Sant Ji y ocupamos nuestro lugar, mientras Él subía al Estrado, inclinó Su cabeza ante los grandes Maestros y se sentó en frente de nosotros. Pathi Ji se sentó a la izquierda de Sant Ji, con el Texto Sagrado acunado 326


El Ocèano de Amor sobre un soporte de madera especial y del cual él cantaría un himno escogido. Después de un par de Bayanes, Sant Ji hizo una indicación a Pathi Ji para comenzar a cantar las líneas de apertura del himno que Él había escogido para basar su discurso. No había traducción para los occidentales, solo Darshan continuo, directo mientras el punjabi fluía de Sant Ji hacia el Sangat y el Amor de los Santos se reflejaba de nuevo en Él. No pude entender mucho de lo que se dijo, pero mientras más miraba, más intoxicado me sentía. Cuando Sant Ji decía algo chistoso, un suave murmullo de risas recorría entre los indios que estaban sentados alrededor. Estar sentado en medio de esa experiencia fue como ninguna otra cosa en este mundo. Después del Satsang, las multitudes fueron alimentadas en el Langar (Cocina Gratuita) del Maestro. Había mucha gente pululando alrededor, esperando ver a Sant Ji, esperando recoger sus zapatos, esperando sentarse para el almuerzo. Envié a Chris a conseguir un poco de caña de azúcar para pasarla por el extractor, un molino para los tallos de caña que producía un jugo fresco y dulce en abundancia. Chris salió corriendo y parecía estar demorándose mucho tiempo. Él era muy popular en el sangat indio, así que yo no estaba preocupado, Pappú y yo terminamos la correspondencia, lo que nos tomó un rato, pero Chris aún no regresaba. Decidí ir a ver. Salí por la puerta principal y me dirigí camino abajo. De lejos, muy lejos, alcancé a ver una pequeña, diminuta figura de camisa roja viniendo por el campo cerca de la choza de Sant Ji. Y allí venía Chris con tres tallos de caña. Los pasamos por el extractor y disfrutamos los “frutos” de nuestra labor. El Satsang mensual siempre llevaba el triste recordatorio de que los días benditos a Sus pies estaban llegando rápidamente a su fin. Íbamos a salir mucho antes del amanecer a la mañana siguiente, de modo que la tarde fue dedicada a los preparativos para despedirse, clasificando todos esos inconvenientes y fallas de última hora que siempre toman más tiempo del que uno piensa. Sant Ji estaba ocupado con el sangat indio y la meditación de la tarde se realizó sin Su presencia física. Lo vimos más tarde en la noche para un Bayán mandli, (festival de Bayanes) con los indios. El 28 de Febrero yo había enviado una carta a Karen y Nick, explicando que Chris probablemente se quedaría conmigo durante toda mi estadía en la India. Había incluido un mensaje para Debbi Asbeck también, ya que ella estaba ayudando a 327


El Arco Iris en mi Corazรณn

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El Ocèano de Amor que Karen y Nick la pasaran bien durante nuestra ausencia. Al final escribí que Sant Ji enviaba Su amor a Nick, a Karen y a Debbi. Firmé y luego Sant Ji firmó la carta también: “Love, Ajaib Singh”. El 3 de Marzo, la decisión fue clara de que Chris debería permanecer en Delhi y luego regresar con nosotros al Rajastán cuando Pappú y yo termináramos el trabajo sobre el Anurag Sagar. A la mañana siguiente, mientras subíamos abordo, desfilamos una vez más ante nuestro Bienamado Gurú, que permanecía de pie con las manos juntas cerca de la puerta del bus. Partimos antes de que saliera el sol. Muchos sollozábamos en silencio bajo el intenso dolor de esa partida física. Chris y yo, al menos, sabíamos que, en la Voluntad de Dios, regresaríamos aquí para ver a Sant Ji una vez más antes de regresar a New Hampshire.

Diez Días en Delhi con el Anurag Sagar (El Océano de Amor) Del 5 al 15 de Marzo Después de que los otros occidentales partieron, comenzamos en serio la traducción del Sagrado Texto de Sant Kabir, El Anurag Sagar (El Océano de Amor). El libro es un poema que utiliza el formato de dialogo para explicar la Creación y misterios del universo. Una y otra vez, Sant Kabir pacientemente responde las preguntas de Su discípulo, Dharam Dass y de paso va revelando la Verdadera Naturaleza de Dios Todopoderoso y las diversas trampas y engaños del Poder Negativo. El Gran Maestro, Baba Jaimal Singh, recomendó el libro en los más altos términos a Baba Sawan Singh. El libro ayudó a responder muchas de las preguntas de Baba Sawan Singh y poco después de leerlo, Él tomó la Iniciación de Baba Jaimal Singh. Baba Sawan Singh más tarde le contó a un devoto discípulo que, sin estudiar el Anurag Sagar: “Uno no puede entender totalmente la diferencia entre Kal (el Poder Negativo) y Dayal Mat (el Sendero del Verdadero y Misericordioso Dios), ni puede uno captar plenamente las Enseñanzas de Sant Mat”.10 Sant Ji había examinado una buena serie de textos variantes y escogió uno en 10- De Rai Sahib Munshi Ram, Con Los Tres Maestros, Volumen. II, pg. 187, como lo cita Russell Perkins en la “Introducción” al Anurag Sagar (El Océano de Amor) (1982), pag. XXXI. Mucha más información sobre el Anurag Sagar (El Océano de Amor) puede ser encontrada en la pieza preliminar sobre Sant Kabir y Dharam Das por Sant Ajaib Singh y la “Introducción” formal y a través de las copiosas notas de Russell Perkins.

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El Arco Iris en mi Corazón particular: una edición académica recopilada a principios de 1900 por un hombre Santo: Swami Yugalananda. El lenguaje del poema es el propio dialecto Braj de Kabir Sahib, un poco lejano del hindi moderno y un desafío para la traducción al inglés11. Con la ayuda de varias personas a lo largo del trabajo, incluyendo un discípulo de Sant Ji, Partap Singh, un profesor de colegio que tenía conocimiento del Braj, Pappú comenzó la traducción. Sin embargo, solo diez o quince por ciento del texto había sido traducido (la versión inglesa es de más de doscientas páginas) y marchaba muy lentamente. Hablamos brevemente sobre una estrategia, pero no pudimos ver ningún atajo. Como habíamos estado sentados a los pies de Sant Ji y Él nos había enviado a hacer este trabajo bendito, nuestros tanques estaban llenos, entonces nos dedicamos inmediatamente. Lo que tuvo lugar durante los próximos nueve días no se compara con lo que Pappú y yo hayamos experimentado antes (ni tampoco después). Nos encerramos en una habitación y antes de que nos diéramos cuenta, el seva nos estaba haciendo a nosotros, más que lo inverso. En todo momento era claro quién estaba realmente haciendo todo el trabajo y nos sentíamos como felices marionetas, encantados de que nuestras cuerdas fueran a todo momento haladas. La familia Bagga realmente se preocupó por nosotros al principio, ya que no queríamos detenernos ni siquiera para comer algo. El trabajo continuó y continuó, como lo registramos alcanzando dieciocho o más horas al día. Pappú se sentaba en la cama, estudiando las líneas del verso y yo me sentaba en una silla al escritorio, pluma en mano, listo a escribir en la página en blanco de mi libreta de notas de espiral todo lo que él dijera. Pausábamos de cuando en cuando para discutir una frase en particular, o la mejor manera de traducir algo al inglés, pero la mayor parte del tiempo Pappú hablaba y yo escribía, ambos sentíamos la divina presencia en todo momento. Me sentí muy privilegiado de ser el estenógrafo divino. Después de unas horas, intercambiábamos posiciones. Un suave golpe en la puerta podría indicar la llegada de un chai o una comida y suspirábamos, bebíamos, comíamos y nos dábamos prisa, inexplicablemente conducidos por el seva mismo. Nuestras palabras código, que aún usamos, llegaron a ser: “¿Kya likha?”. (¿Qué escribiste?), de Pappú para mí y “¿Kya bola?”, (¿qué dijiste?), de mí para Pappú. Los días pasaron y el cuaderno de notas comenzó a llenarse. En el camino, íbamos 11- Ver la “Introducción” de Russell Perkins al Anurag Sagar (el Océano de Amor) (1982), pg. XXX-XXXII.

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El Ocèano de Amor anotando todas las preguntas que teníamos sobre la mejor manera de traducir algo al inglés. En Dehli era el momento de Holi, un festival en honor a Prahlad.12 En el segundo día de festividades, las gentes se lanzaban agua y polvo coloreados (sin conocerse) y los grupos que celebraban pasaban por nuestra ventana. Nos sorprendió cuando un globo de agua irrumpió en la reja y su inofensivo contenido rojo salpicó dentro, pero nosotros nos reímos y continuamos trabajando. Chris estaba bien ocupado y atendido más amorosamente por los hermanos menores de Pappú, por lo que continuó su alegría. Tanto Chris como yo sufrimos suaves ataques de dolencias estomacales y visitamos el doctor con éxito. Pero este fue la única oscilación en la rueda giratoria del sagrado texto en inglés. ¡Y qué texto era este! No es posible capturar la esencia del Anurag Sagar aquí, ya que el libro tiene que ser experimentado en su totalidad. Lo que Pappú y yo encontramos tan fascinante no fue solo el asombroso contenido, sino también la paciencia con la cual Sant Kabir se ocupó de las consultas, dudas y confusiones del discípulo que en última instancia sería Su sucesor, Dharam Dass. Una y otra vez, Kabir Sahib llevó a Dharam Dass a grandes alturas internamente para revelarle Verdades Internas y Dharam Dass estaba muy agradecido de que todas sus ilusiones hubieran sido removidas. Incluso, en las siguientes páginas, a veces en solo una estrofa o dos, Dharam Dass planteaba más preocupaciones y preguntas. Este rasgo muy humano de Dharan Dass hizo fácil identificarse con él, ya que las mismas preguntas y dudas pasaban por nuestras mentes. El formato permitió que muchas de las enormes verdades del poema pudieran ser absorbidas más fácilmente.13 Kabir Sahib expuso la historia de la Creación en gran detalle. Kal, el Poder Negativo fue uno de los dieciséis hijos originales de Dios Todopoderoso, el Sat Purush. Kal hizo eones de prácticas devocionales y como recompensa pidió Su propio mundo, distinto del de Su Padre. Él quería gobernar sobre una creación aparte y para hacerlo introdujo las pasiones como la impaciencia, ira, lujuria y avaricia. Utilizando todas 12- En la antigua India, Prahlad era un devoto cuyo padre, un rey, deseaba que su hijo lo adorara solo a él y no a Dios. Prahlad se rehusó, así que su padre trató de matarlo. La hermana del rey tenía un don, que no podía morir a causa del fuego. Su hermano la convenció de que se sentara en el fuego con Prahlad en su regazo, pero ella fue consumida por las llamas y Prahlad permaneció sin ser tocado. Holi celebra este evento. El primer día, son quemadas pilas de madera y en el segundo, se esparcen colores por todas partes. 13- En cuanto a este escrito, puedo con seguridad añadir que no entiendo todas las Verdades de este gran libro.

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El Arco Iris en mi Corazón éstas, Él creó un mundo y luego atrapó a las almas allí. El Todo Misericordioso Sat Purush, viendo la agonía de las sufrientes almas, periódicamente envía otro hijo a este mundo, que es el dominio de Kal, para salvar las jivas (almas). Kabir Sahib le contó a Dharam Dass cómo los varios mundos entraron en existencia y en qué forma el Todopoderoso se había manifestado en las diferentes Edades o Yugas. Le explicó a Dharam Dass que el poderoso Señor Kal no se detendría ante nada para mantener las almas encerradas en Su reino, e incluso crearía falsos senderos para imitar el Sendero de los Maestros. En una desgarradora sección del libro, Dharam Dass lucha con fuerza con una realidad presentada por Kabir: Que el Poder Negativo estaba destinado a manifestarse en uno de los hijos físicos de Dharam Dass. Una y otra vez, Kabir Sahib encontró medios para explicar amorosamente, persuadir, bromear y de otra manera llamar la atención de Su discípulo a abrazar la verdad. Por el camino, fueron contadas hermosas historias, la más especial la saga de la reina Indra Mati, cómo ella llegó a los pies del Santo para la salvación de su alma y la de su esposo. La reina era muy devota del Sat Purush, en Su encarnación bajo el nombre de “Karunamai”. En medio de su amor por Dios, el Poder Negativo le envió varias pruebas extraordinarias, incluso haciéndose pasar por el Satgurú. Ella reconoció a Kal y se lo dijo, ordenándole al Poder Negativo retirarse de su presencia. Ese gran Poder le dio una palmada en la cara, y como ella cayó, gritó llamando a su Gurú, Gyani. (De nuevo: “Karunamai”, el nombre de Sant Kabir en Su encarnación en la Edad de Cobre, la Dwapar Yuga). En el pasaje que sigue Kabir Sahib detalla la liberación de la reina y su llegada al Verdadero Hogar de Su Padre, el Sat Purush, seguido por su sorpresa al encontrar que Dios y su Gurú eran Uno y el Mismo. El extracto, en su formato estándar de la declaración, explicación, citación, himno y copla, tipifica la belleza lirica y concisa de todo el poema. Kabir le dice a Dharam Dass: Yo no podía permanecer lejos después de escuchar tu llamado: Escucha Dharam Dass, esa es mi naturaleza. Cuando la Reina me llamó, en un momento estuve allí. Viéndome, ella se puso feliz y de su mente el miedo de Kal huyó. 332


El Ocèano de Amor Cuando llegué allí Kal se fue y el cuerpo de la reina fue purificado. Luego Indra Mati, juntando sus manos, dijo: “Oh Dios, escucha una solicitud mía: Ahora He reconocido la sombra de Yama y ya no voy a vivir más en este país. Oh Señor, llévame a mi propio país, ya que aquí hay muchos sufrimientos de Kal”. Después de decir esto se puso triste y dijo: “¡Llévame donde el Sat Purush ya mismo!”. Kabir le dijo a Dharam Dass: Primero que todo llevé la reina conmigo y terminó el tema del difícil Kal. Inmediatamente después su karma destino fue pagado y luego me dirigí a Sat Lok llevando a la reina. La llevé a Mansarovar, lo que la llenó de asombro. Le hice probar el Néctar de la piscina de Amritsar, luego coloqué sus pies en el Kabir Sagar. Más allá está el Océano del Surat (Atención). Llegando allí la reina se volvió pura. Cuando hice que se parara ante la puerta de Sat Lok, la reina se puso muy feliz mirándola. Las almas llegaron y abrazándola, cantaban la canción de bienvenida y realizaron el Arti. Todas las almas le rindieron honores y dijeron: “Eres un alma bendecida que ha realizado al Satgurú. Es bueno que estés libre de la trampa de Kal y que todo tu dolor y sufrimiento hayan terminado. Alma, ven con nosotras, recibe el Darshan del Sat Purush, e inclina tu cabeza ante Él. Indra Mati, ven con nosotras y recibe el Darshan del Sat Purush”. Indra Mati se unió a las otras almas y, llenas de emoción, cantaron la canción feliz.

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El Arco Iris en mi Corazón Todas las almas están caminando y orando por el Darshan del Sat Purush. Luego le pedí al Sat Purush: “Ahora da Tu Darshan a las almas que han llegado. Dáles Tu Darshan, oh Din Dayal. Sé misericordioso con ellas, oh Liberador” Luego la Flor floreció y estas palabras se escucharon: “Escucha, Oh Gyani. ¡Yog Santayan! Trae las almas y haz que reciban el Darshan”. HIMNO Gyani luego se acercó a las almas y se las llevó todas. Las almas se volvieron hermosas después de tener el Darshan del Sat Purush. Después de inclinarse, todas pusieron su atención en el Sat Purush. Luego, Él les dio un poco de fruta de Néctar que fue recibida por todas las almas. COPLA Así como el loto florece después de recibir la luz del sol. De la misma manera los sufrimientos de las almas por edades y edades terminan después de recibir el Darshan del Sat Purush.

EL ASOMBRO DE INDRA MATI, DESPUES DE ALCANZAR SAT LOK Y ENCONTRAR QUE KARUNAMAI Y EL SAT PURUSH SON LA MISMA FORMA

Cuando la reina vio la maravillosa belleza del Sat Purush y el vino del Néctar, Ella quedó abrumada y se aferró a sus Pies, ya que su alma era sabia y llena de buenas cualidades. Él colocó ambas Manos sobre su alma y ella se puso feliz como el loto florece a la luz del sol. La reina dijo: “Bendito eres Tú, oh Karunamai, que me trajiste aquí después de 334


El Ocèano de Amor finalizar mi ilusión”. Entonces el Sat Purush le dijo a la reina: “Vé y llama a Karunamai”. Kabir le dijo a Dharam Dass: Ella vino a mí y mirando mi forma, ella, mi sirviente, se sorprendió. La reina dijo: “¡Esto es sorprendente! No puedo ver ninguna diferencia. Cualquier cualidad que vi en el Sat Purush, ¡también la veo en Karunamai!”. Corriendo, ella, el alma sabia, tocó los Pies y dijo: “Oh Señor, ahora conozco todo sobre Tu naturaleza”. Tú eres el Sat Purush y dices que eres el sirviente. ¿Dónde escondiste esta Gloria? En mi mente conozco esto con toda seguridad: Que Tú eres el Sat Purush y nadie más lo es. He visto esto después de llegar aquí. Yo Te saludo, oh Ser Competente, que me despertaste. HIMNO Oh Morada de Misericordia, Tu eres el Bendito. Tu sabio Naam es el que suprime las preocupaciones. Tú eres indescriptible, inamovible, inmortal, constante, puro, glorioso y sin fin. Tu eres sin dudas, desinteresado, el apoyo del mundo, sin nombre, firme e indestructible. Oh Señor, Tú eres el comienzo de todo y el hacedor de todas las criaturas. COPLA Tú derramaste Gracia sobre mí y me despertaste, concibiéndome a mí como algo Tuyo. Tú cortaste la trampa de Yama y me trajiste al Océano de Felicidad”. Kabir dijo a Dharam Dass: Luego el Loto se cerró y todas las almas se fueron a sus moradas.14 14- El Anurag Sagar (El Océano de Amor) Pgs. 123- 126.

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El Arco Iris en mi Corazón Cuando llegamos al final del libro. Nuestro asombro creció. Leímos sobre sendero tras sendero, diseñados para parecer sólidos caminos espirituales, pero resultando de hecho hábiles engaños creados por el Poder Negativo para atrapar a las almas. Kabir Sahib afirmó que el alcance del Poder Negativo, el Señor Kal y Sus agentes como Yama, el Señor de la Muerte, era tan grande que este podía incluso sembrar dudas en las Encarnaciones. Al final Ellos serían salvados por el Sat Purush, claro está, pero nosotros no podíamos dejar de preguntarnos qué esperanzas había para pobres mortales como nosotros.15 Sin embargo la respuesta resonaba en todas las páginas, para nosotros así como lo fue para Dharam Dass. El único medio de salvación era tomar refugio en el Sagrado albergue del Maestro. Fueron la Gracia y la Misericordia del Sat Purush las que nos salvarían, sin esfuerzo de nuestra parte. Brahmanand había afirmado esto muy simplemente: Guru Bina Kon Sajai Narake Me, Guru Bina Kone Sajai Re (Sin el Gurú, ¿quién te salvará del infierno?). A los nueve días habíamos terminado y estábamos listos para viajar de regreso al Rajastán para revisar nuestras preguntas con Sant Ji. Esa noche completamente en sintonía e intoxicados por una semana y media de intenso seva, nos permitimos ir a visitar el Restaurante Volga en Connaught Circle, donde Chris y yo disfrutamos mucho la invitación que amablemente nos hizo Pappú: “Pizza estilo Americano”. Ordenamos sánduches de queso a la parrilla con tomates, también comimos un plato de papas a la francesa, pasando todo esto con Campa Colas y Fanta Naranja. Como si fuera poco pedimos porciones de helado de mango y pistacho de “¡Quality- Brand!”. Mirando la mesa llena de cosas deliciosas, ahogaba cualquier asomo de culpa dándome cuenta de que ciertamente era “El viejo Kent”. Luego recordé las palabras de Sant Ji sobre el Parshad de Halvah del año anterior, que fue una expresión de Su amor por nosotros, me relajé y lo disfruté intensamente. Nos fuimos a la cama esa noche y rápidamente nos dimos cuenta que eran las tres de la mañana. Nuestro carro alquilado y el conductor estaban afuera esperando, listos para el largo viaje de regreso al 77 R.B.

Jueves 15 de Marzo, de Regreso al Rajastán El viaje desde la ciudad y de ciudad en ciudad, sobre caminos cada vez más estrechos que finalmente se reducían a polvo, era más corto en carro que en bus. Pappú, Chris y yo podíamos parar donde quisiéramos y la pasamos muy bien en 15- Op. Cit. Pgs. 182 y 189.

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El Ocèano de Amor este viaje de diez horas. Recordamos a Sant Ji, así como varias historias que nos hicieron reír. Chris era muy hábil para escuchar discretamente conversaciones de los adultos. Él había aprendido que si permanecía callado, nadie particularmente notaría que él estaba cerca. Una noche antes de que hubiéramos regresado a Delhi, Pappú y yo estábamos hablando suavemente, asumiendo que Chris se había dormido, Pappú se preguntaba si deberíamos “comprarle a Chris una pelota”. Chris hizo un comentario, y le preguntamos si había escuchado. “Sí,” dijo él: “Pappú se estaba preguntado si ‘¡Chris estaría participando!’. Nos echamos a reír y le explicamos el chiste a Chris, que también pensó que era muy chistoso. De aquí en adelante, Pappú frecuentemente verificaba si Chris estaba participando”.16 Llegamos al Ashram alrededor de las dos de la tarde. El recinto era increíble, se veía tan diferente como estaba diez días atrás cuando nosotros tuvimos que salir. Tuve problemas para reconocer dónde estaba. Estaba vacío, vacío y parecía más como una de las aldeas de paredes de barro por las que pasamos cuando llegamos a la zona. Cuando los grupos de occidente estaban allí, el lugar estaba tan bien preparado que brillaba. Ahora, parecía como un lugar en el cual realmente vivía un pequeño número de personas. Quedé asombrado y me encantó. Era el Hogar del Santo, tal como se veía en el día a día, e incliné mi cabeza ante esta visión. Después de un corto rato, un grupo de sevadares regresó de regar los campos y allí estaba Sant Ji, justo en medio de todos, estaba vestido con un sencillo atuendo punjabi gris y se veía maravilloso. Me pareció más joven, como un hombre en su plenitud. Era como si se hubiera relajado y arrojado un poco ese Manto que nosotros los discípulos esperamos, la que tanto necesitamos de Él. Siempre estaba en Su papel de Santo, claro está, porque eso es lo que Él era y es. Pero de alguna manera, me pareció que había encogido una porción de ese enorme poder, detuvo algo de la Perfección, ¡para poder funcionar como un granjero Rajastani! Era uno de los sitios más increíbles que jamás había visto en mi vida, y nuevamente, estaba totalmente encantado de estar experimentando ese momento. Sant Ji se acercó a saludarnos, nosotros nos inclinamos y tocamos Sus pies. Nos preguntó cómo nos había ido con el trabajo: “¿Habíamos tenido éxito en nuestros esfuerzos?”. Le contamos que, con la Gracia del Maestro, habíamos terminado el trabajo. Pappú explicó que teníamos que hacer algunas preguntas, para aclarar ciertos puntos confusos en la traducción. 16- En inglés “participar” y “una bola” se pronuncian de manera muy parecida. (Nota del Editor).

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El Arco Iris en mi Corazón Sant Ji nos preguntó por los detalles de nuestro viaje y Pappú mencionó que había sido mucho más cómodo viajar en un carro todo el camino, mejor que en tren, jeep o bus. Sant Ji consideró esto por un momento y luego, volviéndose hacia mí con un brillo divino, preguntó: “¿Tu bicicleta? ¿Tu cicla?”. Le dije que estaban bien. Miró a Chris y preguntó: “¿Quieres que te traigan caña de azúcar?”. Y Chris dijo: “Sí, por favor”. Sant Ji nos dijo que descansáramos y regresó al trabajo. En poco tiempo, Bhag Singh, un sevadar ya mayor que vive en el Ashram, le trajo a Chris algunos tallos de caña muy buenos. Estábamos afuera sobre nuestras camas de lazos, comiendo la caña, cuando Sant Ji apareció otra vez. Nos miró a los dos y se rió. Le pregunté si podía tomarle una foto, ya que realmente esperaba poder captar el fenómeno del que estaba siendo testigo. Sant Ji replicó: “No, espera más tarde. He estado fuera en el campo”. Le supliqué: “Esta no es para ser publicada en la revista. A Karen realmente le encanta esa pinta gris”. Me miró, sonrió y dijo: “Kal” (mañana) y salió al campo otra vez. Nos sirvieron una deliciosa cena muy sencilla y Chris comió tanto como yo. Él no había estado comiendo mucho en Delhi. Pero desde el momento en que se encontraba dentro del recinto estaba dispuesto a llenar su plato. Quizás la caña de azúcar le estaba ayudando en la digestión, así como en su progreso espiritual. Cuando el sol se ocultó, la luna salió, brillante y llena, pero se ocultaba y salía detrás de algunas nubes grandes. Se estaba haciendo mucha construcción en el Ashram y los ladrillos estaban llegando en carga del remolque. En ese momento la atención se centraba en un nuevo patio y el aire de la noche estaba lleno de la música de los ladrillos cocidos que tintineaban, mientras eran arrojados del remolque. Escuché una conmoción y pude darme cuenta que uno de los tractores que transportaban los ladrillos se había quedado atascado a corta distancia del Ashram. El tractor del Ashram salió haciendo ruido para ayudar y la luna salía justo cuando este regresaba por las puertas del recinto. En medio de todo esto, saliendo como de una carroza apareció mi amado Sant Ji. Cuando el tractor se detuvo, Sant Ji saltó de prisa por delante de él, dando instrucciones verbales y señalando con ambas manos dónde debería ir la carga de ladrillos. Los faros delanteros proyectaban Su sombra sobre la pared. Chris y yo continuamos observando calladamente desde las sombras, mientras 338


El Ocèano de Amor Sant Ji agarraba una lámpara de kerosene y la levantaba para iluminar el sitio de trabajo. Harmel trajo una mesa y Sant Ji finalmente colocó Su lámpara al lado de una Lámpara de Aladino, que pronto fue bombeada lo suficiente para lanzar una luz intensa sobre la escena. Después de un momento Sant Ji se sentó en una silla y continuó observando la actividad. Cuando todos los ladrillos fueron descargados, se deslizó un momento de calma y Chris y yo decidimos que era mejor irnos a dormir. Pappú ya se había retirado. El comedor estaba sirviendo de dormitorio para muchos sevadares que habían venido a ayudar con la construcción. Nosotros entramos calladamente, cerrando la puerta tras nosotros. Justo cuando llegamos a nuestras camas, la puerta se abrió otra vez y Sant Ji entró. Se acercó a nosotros con una linterna grande en Su mano. Preguntó dónde estaba Pappú y le contesté que estaba durmiendo. Sant Ji dirigió el rayo de luz sobre la forma quieta de Pappú. Se volvió hacia mí y me preguntó qué aspectos del trabajo queríamos revisar con Él. Le contesté que eran “saval” (preguntas). Él preguntó: “¿Cuáles preguntas?”. Saqué mi libreta de notas y le mostré la lista de preguntas. Me preguntó cuál era la primera. En mi quebrado hindi Le expliqué que era sobre nuestra confusión sobre la descripción de Kabir de los tres Poderes del Satgurú. “Humh”. (¡Sí!), dijo Sant Ji. “¿Y la segunda?”. Esta es sobre la ceremonia del chowka, el coco y cuál es el significado de esto. “Aacha”, dijo Él. “¿Y la siguiente?”. Esta era una pregunta sobre Kabir que habló de un turbante, pero no pude hacer que Sant Ji me entendiera con claridad. Él continuó, señalando la siguiente pregunta de mi lista con Su dedo índice: “¿Y esta?”. Llegamos a la pregunta sobre los diferentes nombres de Kabir. Le expliqué a Sant Ji que algunas veces Él era “Kabir,” algunas veces “Yog Jit” y luego Él era “Nan Jit” y luego “Gyani”. Pregunté si estos nombres eran “¿sab eyk hai?”. (Todos lo mismo). Sant Ji asintió y dijo: “Humh. ¡Sab eyk hai!”. (¡Sí, son todos uno!). Después de revisar la lista un poco más, Sant Ji dijo en inglés: “Okay”. Cuando se levantó para salir dijo: “¡Buenas noches!”. Chris y yo nos reímos y nos pellizcamos ante lo que acababa de ocurrir. Esto fue nada menos que milagroso. Pathi Ji entró con dos compañeros más, los conductores de los tractores alquilados a los que se les había hecho tan tarde que necesitaban pasar la noche. Chris cayó inmediatamente, pero yo quedé despierto, escuchando la suave respiración de un cuarto lleno de sevadares exhaustos después de un largo día en los campos del 77 R.B. Trabajé un ratico en las notas y preguntas del Anurag Sagar, para estar seguro 339


El Arco Iris en mi Corazón de que todo estaba en orden para nuestra sesión con Sant Ji programada para la mañana. Cuando soplé la llama de mi linterna, me recosté en mi cama y me di cuenta que me sentía más lúcido de lo que me había sentido en mucho, mucho tiempo. Yo no estaba del todo dormido, esto es, no estaba rendido o algo así. De repente una intensa sensación me invadió, imposible de describir excepto en términos vagos, sentí que estaba a “mitad de camino”. Fue un estado tal de paz y belleza y sabía que era muy real. En el ojo de mi mente vi a Sant Ji una vez más montado en el tractor y se transformó en la Forma del Maestro Kirpal, que se convirtió en Baba Sawan Singh y luego, quizás Kabir Sahib. No puedo decir cuándo finalmente me dormí, pero en la mañana me desperté a la vista de los gorriones, entrando y saliendo de la habitación por encima de mi cabeza. Viernes 16 de Marzo El viernes por la mañana, Pappú y yo fuimos a ver a Sant Ji. Inmediatamente vi que estaba vestido de blanco reluciente y tuve que sonreír por dentro ante la ausencia de la ropa de trabajo color gris. Nos inclinamos y tocamos sus pies y luego nos acomodamos para una larga conversación. Al principio su barba se veía de un color amarillo dorado y luego se tornó totalmente blanca. Dejé de tratar de analizar y comencé a beber. Sentados en el Océano de Amor, comenzamos a hablar sobre el Anurag Sagar. Sant Ji nos explicó que los occidentales tendrían dificultades para entender el libro. Indicó que nosotros querríamos interpretar los eventos descritos en el libro, como mitos e historias. La realidad es, sin embargo, que cada palabra en el libro es verdad. Todo lo que Kabir Sahib describió a Dharam Dass sucedió. Los occidentales tendrán problemas para creer esto, pero todo fue verdad. Sant Ji nos contó que Baba Sawan Singh había querido traducir este libro al inglés, pero no lo había hecho porque era muy complicado. Sawan Singh hacía citas del libro con frecuencia y lo tenía en muy alta estima, pero terminó dejando su traducción al inglés para más adelante. El Maestro Kirpal también utilizó ese libro, pero le pareció muy complejo para traducir. Incluso en su idioma original, era un 340


El Ocèano de Amor texto difícil para presentar a los indios de hoy y que lo entendieran. Sant Ji se rió y añadió: “¡Y ahora, ha sido hecho bajo la dirección de un iletrado!”.17 Repasamos toda nuestra lista de preguntas. La mayoría de las respuestas de Sant Ji fueron incorporadas después en las extraordinarias notas, escritas por Russell Perkins y que acompañan el libro publicado. En algún momento preguntamos sobre uno de los nombres del Poder Negativo, ya que parecía ser muy similar a una de las Palabras Sagradas. Sant Ji explicó como un hecho, que los Cinco Nombres Cargados son los nombres de los Señores de los Cinco Planos Internos. Si esto fuera explicado a las almas, entonces sería difícil entender que estaban rindiendo homenaje al Señor Kal en Su Forma como Señor de las primeras dos Regiones. Pero, Sant Ji continuó, el Sat Purush lleva al alma a través de aquellas cinco regiones y la protege. Eventualmente el alma alcanza el regazo del Sat Purush, guiada por el Sat Purush en persona en la Forma del Gurú. La realidad es que a medida que el alma viaja por el camino Interno, tiene que rendir respeto al Señor de cada uno de los Cinco Planos. Sant Ji procedió a darnos instrucciones muy específicas. Con mucha fuerza dijo que, primero que todo, no deberíamos cambiar nada por nuestra cuenta. No debíamos dar nuestras interpretaciones. Cuando apareciera un término que no entendiéramos, como Jambu Deep, entonces no debíamos tratar de adivinar lo que Kabir Sahib quería decir con eso. Simplemente debíamos escribir “Jambu Deep” exactamente como fue escrito en la edición que estamos usando. No sería bueno que la gente pensara que estamos interpretando las cosas a nuestra manera. Él explicó otra vez que había varias ediciones y esta es la que Él escogió. Debemos simplemente traducir lo que está allí tan bien como podamos, sin reescribir o cambiar el significado de nada. Él miró la primera parte de la traducción, la que había sido escrita por otra persona y luego me dijo que la reescribiera de la misma manera como había hecho el resto. Dijo que no debería ser impaciente, que tenía que hacer un trabajo muy cuidadoso. La transcripción entera luego debería ser digitada y debería enviar una copia a Pappú para que él la revisara y después a Russell para su publicación. Antes de que se publique, Él definitivamente quería ver y revisar cada cosa. Y si 17- De hecho, Sant Ji era muy letrado. Fue un excelente estudiante en el colegio y como operador de señales en el ejército. Su conocimiento de las escrituras sikhs era asombroso.

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El Arco Iris en mi Corazón resultaren más preguntas sobre la interpretación, deberíamos consultar con Él y no utilizar nuestro propio juicio. Al final, me dijo que le trasmitiera todo lo que Él estaba diciendo a Russell. Sant Ji luego me dio una cinta llena con nuevos Bayanes. Yo le había sugerido un nuevo enfoque para grabar los cantos. Primero, se debería decir el título, luego se cantaría el Bayán y el sangat repetía después, de la manera exacta como deberíamos aprenderlos en el occidente. Sant Ji me pidió que los escuchara para estar seguro de que todo estaba correcto (¡Y estaba maravilloso!). Sant Ji dijo que Pappú y yo deberíamos comunicarnos frecuentemente, tanto como lo necesitáramos, para que el trabajo sobre el Anurag Sagar fuera llevado a cabo correctamente. Con una sonrisa, Él nos dio permiso para enviar cartas y paquetes de un lado a otro una vez más. Utilizando una vieja broma, el nos agradeció por nuestro “good kita”.18 Nosotros nos inclinamos y nos retiramos de Su presencia. Yo estaba cantando al salir, sabiendo que había hecho parte de una conferencia cósmica que tuvo mucha importancia, a pesar de mí. Los ajetreados días y noches en Delhi, unidos al largo viaje en auto del día anterior, hicieron que una siesta a media mañana pareciera más atractiva. Chris, Pappú y yo nos estiramos en nuestras camas de lazos y pronto quedamos profundamente dormidos. Me desperté con una sensación suave de tirón en los dedos de mis pies y tenía una vaga conciencia de que había estado ocurriendo por algún rato. Cuando abrí mis ojos, allí estaba Sant Ji, de pie, mirándonos. Pappú estaba sentado en la cama al lado de la mía y Chris se estaba sobando los ojos. Sant Ji, dijo: “Campa Cola” y señaló las tres botellas de la bebida en una mesa cercana. Él acababa de traer botellas frías para nosotros. Qué amable de Su parte y qué maravilloso para nosotros. Despertar con el Santo de pie cerca de mí y luego beber una botella de soda traída por Él, fue un tesoro que esperé mantener por siempre. ¡Que Él siempre me despierte cuando esté dormido! Chris y yo nos despertamos y salimos a observar el proceso por el cual el jugo de la 18- Un anciano satsangui había hecho reír a Sant Ji con su uso del inglés “good” y el punjabi “kita” (trabajo), para significar “un trabajo bien hecho”. Pathi Ji y otros disfrutaban usando la frase en ocasiones.

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El Ocèano de Amor caña de azúcar es convertido en gur, o azúcar crudo. El hermano de Pathi Ji, Darshan Singh y su esposa trabajaban arduamente en este oficio en una estufa al aire libre y el fuego estaba debajo de la tierra. Mientras las ramitas de la planta del algodón alimentaban el fuego, Darshan Singh utilizaba una pala de madera grande para agitar y remover una tina enorme del oro líquido espeso del cual se levantaba agua en forma de vapor. En otra parte del Ashram, dos bueyes con los ojos vendados caminaban alrededor de un molino, haciendo girar las ruedas para triturar la caña y extraer el jugo. Chris y yo tomamos un vaso lleno de jugo y pensamos en hervir la dulce savia de nuestros árboles de Arce en San Bani en New Hampshire. Para extraer la dulzura esencial, bien sea en oriente u occidente, se requiere un proceso similar. Luego bromeamos sobre el jugo, llamándolo la esencia de las meditaciones de Chris. Pathi Ji se acercó y tuvimos una conversación simple con su dulzura de siempre. Él trató de decirme que mientras ellos estuvieron de viaje en América, habían visto un aviso de una ciudad llamada “Kent Bicknell”. Yo le aseguré que eso no podía ser así. Lo que ustedes vieron, le expliqué, era una cartelera de publicidad de Cigarrillos Kent y ambos nos reímos. Pathi Ji con frecuencia preparaba el chai en la Gira y continuó haciéndolo para los grupos de occidentes en las horas de la madrugada. Cuando yo estaba presente, él me pedía que estuviera pendiente de que él se despertara para hacer ese seva. Como nos sentábamos a hablar en hindi, él comenzó con nuestra vieja rutina: Pathi Ji: Cada vez que quieras un chai, simplemente dices: “¡Pathi Ji! ¡Chai!”. Kent: ¿Así? ‘¡Pathi Ji! ¡Chai!’. (En un tono muy fuerte y brusco). Pathi Ji: ¡Humh, así! ¡Pero no ahora! (Y haló la manta sobre su cabeza para fingir que dormía). Kent: Pathi Ji. ¡Quiero un chai ya mismo! Pathi Ji: ¡No, ahora no, a las cuatro en punto! Nosotros recordamos que en Colombia yo le había pedido que me levantara a las dos de la mañana y cuando él lo hizo, yo dije: “¡No, despiértame a las tres!”. A las tres cuando me sacudió, lo cambié para las cuatro. Y así recordábamos aquellos maravillosos momentos que habíamos pasado juntos en Su presencia. 343


El Arco Iris en mi Corazón Temprano en la tarde, Sant Ji salió a dar una vuelta y chequear el progreso de varios proyectos. Mientras se dirigía hacia el caldero de gur caliente, regresé al cuarto y agarré mi cámara. Pappú estaba aún descansando, así que Chris y yo lo dejamos tranquilo. Sant Ji me explicó que era muy bueno comer el azúcar crudo, el gur, cuando está aún caliente. Que ayuda a la digestión y era un remedio útil para la diarrea. Sant Ji se acercó a Chris, que estaba vestido con una camiseta con la propaganda de Cog Railway en las montañas blancas de New Hampshire. Tomé una foto de los dos. Sant Ji miró a Chris, sonrió y colocó Su brazo alrededor de él. Despeinó el cabello de Chris, luego lo echó para atrás y acarició su frente. Nos unimos a Sant Ji cuando iba a ver las vacas en el establo. Nos dijo que en breve nos haría llegar gur caliente al cuarto. Cuando regresamos a la habitación, le sugerí a Chris que se pusiera su vestido blanco de la India, el traje suelto de algodón conocido como Kurta-pajama (camisa y pantalón). Chris lo hizo y cuando Sant Ji regresó, tomé otra foto de los dos, explicando que era “una foto de grupo”, algo muy popular con los grupos que visitaban el Rajastán cada mes. Entramos todos al comedor justo cuando Bhag Singh venía con un suministro grande del dorado Gur en un cubo. Sant Ji me miró, sonrió y dijo: “Cigarros Kent”. Yo dije: “Sí, en la India hacen propaganda a los cigarrillos Dsai Beede, pero en los Estados Unidos se venden los cigarrillos Kent”. Sant Ji se volvió a Chris y le preguntó: “¿Y cómo llamas a tu padre, cuál es su nombre?”. Chris respondió: “¡Kent!”. Y todos nos reímos.19 Luego Sant Ji preguntó: “¿Y quién es él para ti?”. Chris dijo: “Mi papá”. Él continuó: “¿Cuál es el nombre de tu hermanito?”. “Nick”. “¿Y el nombre de tu mamá?”. Chris respondió: “Karen”. Sant Ji se rió otra vez y dijo: “¡Nicky, Chrissy, Karen, Kent, Bick-a-nell Fami-lee!” (Familia Bicknell). Para enfriar el gur caliente, Bhag Singh coló un poco en un recipiente y comenzó a revolverlo vigorosamente. Todos mirábamos mientras la cuchara daba vueltas en el recipiente. Chris comentó que él pensaba que no podría comérselo todo de una vez. Sant Ji le pidió a Bhaga Singh que le echara más a la taza y luego más. 19- Cuando Chris tenía cuatro años, visitamos a unos amigos cuya hija llamaba a sus padres por sus nombres. Chris tomó este hábito y nunca lo dejó. Esto fue sin duda reforzado por el hecho de que los estudiantes en el Colegio Sant Bani siempre nos llamaban “Kent” y “Karen”. Cuando Sant Ji por primera vez entendió esto, le pareció muy divertido y con frecuencia le pedía a Chris y a Nick que nos llamaran en su forma acostumbrada.

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El Ocèano de Amor Él miraba atentamente mientras Bhaga Singh revolvía y de repente un globo del espeso líquido dorado surgió hacia arriba por encima del borde. Sant Ji lo cogió con Su dedo antes de que cayera al piso y cuidadosamente lo depositó nuevamente en el recipiente. Luego dijo que debíamos comerlo todo. No es demasiado, añadió y les ayudará a sentirse mejor, no causa más problemas. Sant Ji salió y Pappú, Chris y yo compartimos el postre bendecido. Esa misma tarde, Chris y yo salimos a caminar y vimos a Sant Ji a lo lejos, revisando los cultivos en un campo distante. Corrí por la cámara y tomé algunas fotos de Su pequeña y blanca forma, brillando contra el exuberante verde del campo. Pappú se le unió cuando regresó y luego Él nos hizo una señal a Chris y a mí para que fuéramos. Nos dijo que si queríamos ir a dar un paseo. Yo había dejado la cámara en el cuarto, entonces le pregunté: “¿Bina cámara?” (¿Sin mi cámara?), y Él respondió: “Oh, puedes ir a traerla”. Lo hice. Gracias a Dios.20 Sant Ji, Pathi Ji, Pappú, Chris y yo salimos por la puerta del recinto, volteamos a la izquierda y nos dirigimos camino abajo en dirección de la choza. Cuando llegamos al camino peatonal a la derecha, Sant Ji nos condujo a través de los altos tallos de caña de azúcar. Llegando a la choza, Pathi Ji sacó la cama y Sant Ji se sentó con las piernas cruzadas sobre la cuerda tejida. Los cuatro nos quitamos los zapatos y nos sentamos en frente de Él. Sant Ji le pidió a Chris que cantara un Bayán, pero Chris se demoró mucho en decidir qué cantar. Dijo que estaba pensando en esto. Sant Ji bajó la cabeza mirando amorosamente a Chris y esperó. Al fin Chris comenzó a cantar Takure Tume Sharenai Aia (Oh Señor, he tomado refugio en Ti) y Sant Ji cantó con él, dirigiendo con Sus manos de una manera siempre tan radiante. Cuando Chris llegó a la línea, Ana bolate meri bireta yani, yi bireta yani (Sin decírtelo, Tú conocías mis penas y problemas), Sant Ji estalló en risas y dijo: “Sí, sin que tú dijeras nada, yo conocía todas tus penas y dificultades, yo sabía cuánto deseabas comer la caña de azúcar, entonces hice que te la trajeran. No tuviste siquiera que decir una palabra. Y comiéndola, tus penas y dificultades se fueron”. Todos reíamos eufóricos y Sant Ji era el que más se reía. Luego le dijo a Chris: “Y Kent solía cantar Tandi Vao Na Laga Di Yi” y se rió aún más. 20- La serie de fotos que tomé en esa caminata, son inolvidablemente bellas y han estado siempre entre mis fotos favoritas del Maestro.

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El Arco Iris en mi Corazón Cuando terminamos de reír, Sant Ji me preguntó sobre el colegio, Él se preguntaba cómo le estaba yendo a los recién graduados, mencionando a Carolyn Hammond y Evelyn Sanborn por sus nombres. Preguntó quién estaba en la universidad y en cuál, entonces lo puse al día. Recordando los “fríos vientos”, Él preguntó sobre el invierno. ¿Cómo manteníamos la escuela cálida? ¿Los zapatos que usábamos aquí eran buenos para el invierno allá? Preguntó si Eric Perkins y Gina Matty se graduaban este año. Preguntó sobre otros estudiantes que había conocido durante la Gira y yo le dije que una niña que había sido muy devota se había metido en problemas y había dejado el colegio. Fue comprensivo con su situación, y moviendo la cabeza, comentó que en esa etapa de la vida de una persona, la mente es muy fuerte y ha llevado a muchos por mal camino. La mente ha derribado muchos jinetes fuertes.

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El Ocèano de Amor A continuación entramos en otro momento de hilaridad. Sant Ji me preguntó cuánto pagaba yo para hacerme arreglar el cabello. Quedé confundido. Le dije que costaba seis u ocho dólares hacerse cortar el cabello y que con frecuencia Karen me lo cortaba o yo mismo lo hacía. Él dijo: “¡Oh, eso es mucho!”. Sin embargo, Él se preguntaba cómo lo había encrespado. Hubo confusión por un momento y luego Pappú desentrañó el secreto. Alguien en el grupo anterior había mencionado que su esposa, una devota occidental bien conocida para Sant ji, recientemente se había hecho una permanente en su cabello. Su cabello que antes era liso era ahora muy ondulado. Para explicarle a Sant Ji cómo se veía ella, el hombre dijo: “¡Ahora su cabello luce muy crespo, como el de Kent!”. Entonces Sant Ji pensó que yo pagaba para que me “arreglaran” el cabello. Era difícil dejar de reír mientras le aseguraba a Sant Ji que lo que Él estaba viendo era mí “look” natural. Cuando el reloj de aquellos momentos sagrados quedó sin arena, Sant Ji se puso de pie y le dio un largo abrazo a Chris. Yo dije: “Chris ha estado realmente feliz aquí, más feliz de lo que yo nunca había visto”. Y Sant Ji dijo: “Estoy muy, muy complacido con Chris. Él es un buen muchacho”. Caminamos de regreso al Ashram, siguiendo las pisadas de aquel que “conoce nuestras penas y dificultades sin siquiera decirnos una palabra”. Esa noche dormimos como bebés.

Sábado 17 de Marzo Me desperté temprano para meditar, pero debido a que me apoyé en la pared, recibí somnolencia y dolor de cabeza por mi postura encorvada. A las 5 AM Sant Ji llamó a Pathi Ji por la ventana: “Gurdev Singh, Gurdev Singh Ji” y todo el mundo se despertó.21 Comimos un delicioso desayuno de chapatis frescos rellenos de papa rallada, todo ello acompañado por vasos de chai caliente. Sant Ji nos llamó justo antes de que saliéramos, fuimos a Su habitación y nos arrodillamos para tocar esos Sagrados Pies una vez más. Él preguntó: “¿Tienen algo que decir?”. Chris y yo con lágrimas en nuestros ojos, negamos con la cabeza. “¿Nada?”. Preguntó Él y luego dijo: “¡Humh Ji!”. Nos miró tan cariñosamente a los dos y luego dijo: “Dénle mi Amor a Karen y Nicky y a todo el mundo en el Ashram, a Russell y a Judith y a todos los premis” (Amados). Me miró a los ojos y dijo: “Tienes que ser fuerte y continuar con tu amor en el Ashram, como el viejo Kent”. 21- El nombre de Pathi Ji era Gurdev Singh.

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El Arco Iris en mi Corazón Había pensado preguntarle si podría continuar escribiendo mis “palabras de amor” en hindi, pero Él lo dijo primero: “Y debes continuar escribiéndome las cartas en hindi como antes. Pero no escribas que eres bajo e inútil. No escribas cosas como esas. Solo escribe las cosas buenas. Continúa escribiéndome las cartas en hindi, para saber de ti. Y debes continuar comunicándote con Pappú como antes”. Y lloré más. Él me dio un gran abrazo, un abrazo de oso y luego abrazó a Chris por largo rato también. Nos palmeó en los hombros, dijo adiós, y nos deseó un buen viaje para el regreso a nuestro hogar. Cuando estábamos subiendo al carro, me miró profundamente y dijo: “¡Te amo!”. Permaneció en la puerta, despidiéndonos, mientras nos alejábamos por la carretera. Mientras mirábamos, Su mano levantada se hizo tan pequeña que se fundió finalmente con Su blanca forma. Después de un rato, Chris me preguntó qué querían decir aquellas últimas palabras. Le dije: “Quieren decir: I love You, en español”. ************ Más o menos a una hora del Ashram, nos detuvimos un rato en el pueblo de Raisinghnagar y visitamos al conductor de Sant Ji, Sathi. Él era hijo de Sardar Rattan Singh, la persona sobre quien Sant Ji nos contó muchas historias divertidas a Robert, Wendy y a mí en Abril de 1976. Sathi “utilizó” el Poder Maestro para conducir el tractor que estaba dañado y derrotó a un yogui en una competencia de sueño.22 Chris y yo subimos tres tramos de escaleras hasta la terraza en el techo y disfrutamos de la vista, las vacas que paseaban pacíficamente por aquí y por allá en las calles y una fila de mujeres que llenaban sus cántaros de barro abajo en el pozo. Las vasijas de agua eran grandes, pero con práctica constante, cada mujer balanceaba el recipiente desbordante sobre su cabeza. Se alejaban en parejas o tríos, charlando y riendo mientras se dirigían de regreso a sus casas, la jarra equilibrada en punto muerto sobre sus formas ondulantes. La India es un bazar, un alboroto de vistas multicolores, olores y sonidos en un ambiente rebosante. Nosotros estábamos de regreso a los bosques cubiertos de nieve de Central New Hampshire, donde los fríos vientos nos esperaban. Después de una breve parada en la casa de los Bagga, Chris y yo nos dirigimos al aeropuerto para tomar el vuelo de medianoche a Londres, a Boston y a casa. En el avión hacia 22- Ver el capítulo I.

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El Ocèano de Amor Inglaterra, miré a Chris, durmiendo en la silla al lado mío y la cara angelical parecía más luminosa. Mis pensamientos se volvieron al manuscrito que yo llevaba. Dios solo sabe por qué razón Sant Ji me había escogido para ser el mensajero de un extraordinario libro que el mundo necesitaba: El libro de Sant Kabir Sahib, El Anurag Sagar. El Océano de Amor es nada menos que la verdadera historia de la creación, la caída y la redención de las almas, a través de la Gracia, la Misericordia y el Amor del Sat Purush, Dios Todopoderoso, trabajando a través de Sus Sirvientes: los Santos. Recordé cómo Sant Ji tenía la esperanza de empezar a traducir ese libro desde 1977, poniendo gran énfasis en su importancia. Recuerdo que tenía la intención de empezar en serio a Su regreso de la primera Gira, pero la falta de armonía en el Ashram de Sant Bani, de la cual yo llevaba tal vez la mayor parte de la responsabilidad, lo detuvo. En Marzo de 1978, yo vine a Sus pies, inflado del orgullo espiritual de mi nuevo ser, el Nuevo Kent, El Meditador. Sant Ji estalló mi burbuja, con la aguja del Amor y me puso de nuevo en el rumbo correcto. Él me había dicho que mi fuerza estaba arruinando el Ashram y me había indicado que tanto el Ashram como el colegio podrían haber fallado si yo hubiera continuado y que este hubiera sido la peor trampa que el Poder Negativo hubiera logrado. Y me dijo que le escribiera inmediatamente cuando la armonía hubiera sido restablecida, a fin de poder empezar a trabajar sobre el Anurag Sagar. Ahora ese libro había sido traducido, listo para el experto ojo editorial de Russell.23 Miré otra vez a Chris y pensé en la difícil situación del pobre Dharam Dass cuando Kabir le informó que su propio hijo era una manifestación del Señor Kal. Dharam Dass tuvo que echar al hijo de la casa. Yo nunca estaría listo para tales pruebas y qué tonto había sido al pensar que realmente había hecho algún progreso interno. El crecimiento en el Sendero no era mi logro, y yo no lo podía medir. Sant Ji lo dejó muy claro, una y otra vez, que me prefería como era, no como lo que yo pensaba que debería ser. Qué lección dolorosa había sido mi ruina. Con una punzada de vergüenza, me di cuenta que por una razón egoísta yo había 23- En el siguiente par de años, Russell trabajó estrechamente con Sant Ji para proveer notas que explicaron todo sin malinterpretar. Las notas ayudan a salvar la brecha de la incredulidad occidental que invariablemente aparece en la esfera de los contenidos del texto. Incluso el formato de las notas fue diseñado con gran cuidado. No hay números intrusivos (molestos) en el texto mismo y las notas fueron colocadas artísticamente en la página de la derecha únicamente, para evitar la interrupción de la lectura del libro.

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El Arco Iris en mi Corazón querido que Chris viniera conmigo. Me había sentido tan sensible desde el año anterior, que Chris me servía como un escudo, un amoroso niño detrás del cual yo podía esconderme. Aunque, la curación había comenzado y continuó a través de la felicidad de Sant Ji para ver al “Purane Kent”, (el viejo Kent), la amorosa, dulce, hilarante y profunda terapia de meditaciones difíciles, las meditaciones sencillas, los Darshans, la caña de azúcar, las falsas cámaras, los Bayanes, mi propio hijo como mensajero sin pretensiones que significa “Vivir en el presente” y el Anurag Sagar, El Océano de Amor. El mensaje central de ese libro, hasta donde yo pude entenderlo, era el mismo del Bayán de Brahmanand, que Sant Ji pidió que Eric Perkins y yo aprendiéramos: Guru Bina Kone Sajai Nareke Me, Gurú Bina Kone Sajai Re. (Sin el Gurú, ¿quién te salvará del infierno?). Nadie más podría. Solo Él. Chris continuó durmiendo mientras nuestros cuerpos se precipitaban al noroeste a través del Atlántico frío y gris y luego al sur sobre Newfoundland, hacia nuestro hogar. Cerré mis ojos y pensé en la vieja canción de Shaker sobre los regalos sencillos: “Cambiar, cambiar será nuestra pasión, hasta que de tanto cambiar, encontremos la correcta dirección”. Sant Ji tuvo éxito al hacerme retroceder, de manera, que para bien o para mal, fuera otra vez mi viejo yo. Pensé una vez más en aquellas palabras finales: “¡Te amo!”. Él me amaba. Él realmente, de verdad me amó. Y me sentí completo otra vez.

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CAPÍTULO X EPÍLOGO

Después de mi regreso del 77 R.B. en la primavera de 1979, Sant Ji continuó buscando nuevas formas para decirme que estaba complacido de que yo fuera otra vez mi “viejo yo.” En una carta fechada el primero de Octubre de 1979, Él entró en más detalles: Cuando escribiste que habías vuelto a ser el viejo Kent, me puse muy feliz, porque en el viejo Kent había muchas buenas cualidades. Al convertirte en el nuevo Kent, bien sabes cómo la mente se transformó y tú sabes que el nuevo Kent se había vuelto seco en cuanto a la Espiritualidad se refiere. Por eso me pongo feliz cuando escribes que eres el Viejo Kent. Sant Ji continuó refiriéndose a mi transformación hasta que recibí mi grado de Doctor de la Universidad de Boston, en el verano de 1981. En Junio de ese año, Él escribió que estaba muy contento de que estuviera a punto de completar mi trabajo de grado, ya que deseaba poder llamarme: “Doctor Kent”. En Agosto el saludo de Su carta decía: “Mere bahut pyare beta doctor Kent” (Mi muy querido y amado hijo, Doctor Kent) y continuó diciendo que estaba muy feliz de que hubiera tenido éxito al alcanzar ese grado. En las cartas posteriores con frecuencia Se refería a mí como el “Doctor Kent.” Y mientras las referencias al Viejo Kent se esfumaron, casi todas las cartas, hasta la última que recibí en 1997, estaban llenas de “Te amo”, a lo cual comenzó a añadir: “mucho, mucho”. En el otoño de 1979, uno de los grupos que se dirigía al Rajastán era reservado para devotos cuya lengua nativa era el español. Y yo comencé a acompañarlos


El Arco Iris en mi Corazón anualmente. Las ricas lecciones espirituales aprendidas por todos eran enseñadas en una atmósfera de profundo amor, la cual estaba llena de divina intoxicación, lágrimas y risas, incluyendo momentos de hilaridad (como cuando las llaves del carro de Pappú cayeron en el tanque de la gasolina por un descuido del asistente de la bomba). Sant Ji distribuía tanta riqueza, que el recuento de aquellos memorables eventos podría llenar otro volumen. Este libro, sin embargo, debe llegar a su fin. Más olas del amor y protección del Maestro fluyeron sobre la familia Bicknell, incluyendo cuando enfrentamos algunos momentos difíciles. En la víspera de la navidad de 1979, mi padre murió de una forma inesperada. Él había tenido la buena fortuna de conocer y apreciar tanto al Maestro Kirpal como a Sant Ji. Si bien es una situación emocionalmente desgarradora, Sant Ji fue un apoyo tan grande que mi corazón no se desmoronó. En una carta para mí (y dos para mi madre), Él dejó muy claro que mi padre había “ido a su Hogar Eterno” y no regresaría a este mundo. Nos escribió que no lloráramos, ya que: “….deberíamos llorar solo por el sakat (ser mundano, que no cree en Dios), quien tomará nacimiento otra vez en este mundo. El alma, que tiene el Darshan del Poder Maestro o tiene hijos satsanguis, incluso si no ha recibido la Iniciación, está protegido por el Poder Maestro. De modo que, acepta la Voluntad de Dios y ten paciencia. Enséñale también a la familia a ser paciente. Haz tu Bayán y Simran.” Toda mi familia, especialmente mi madre, apreció profundamente el amor, simpatía y apoyo que recibieron de Él. En Abril, Christopher, ahora de diez años, se rompió la pierna mientras jugaba en los columpios en el Colegio Sant Bani. Fue una fractura espiral del fémur, el hueso más grande en el cuerpo humano. Para sanar, pasó un mes en tracción, acostado sobre la espalda en el hospital. Un segundo mes con un yeso de cuerpo entero (bajo el cual contrajo la varicela) y un último mes con una bota de yeso. En varias cartas, Sant Ji envió mucho amor y simpatía a Chris, así como los mejores deseos por su rápida y total recuperación, con la Gracia del Maestro. Esto dijo en la carta del 29 de Mayo de 1980: Espero que él esté bien cuando yo vaya a Sant Bani Ashram. Le oro al Maestro Kir352


Epilogo pal para que haga que el querido Chris pague sus karmas y se mejore pronto. Por favor transmítele mi amor. Me alegra saber que Chrissy ha estado muy bien y su espíritu ha sido realmente bueno. Tú sabes que todos los que llegan a este mundo tienen que pagar sus karmas antes de regresar a su Verdadero Hogar. Tú sabes cómo el Poder Maestro ayuda a los amados. Cuando el Maestro Sawan Singh se rompió la pierna, Baba Jaimal Singh lo ayudó mucho. El Poder Maestro siempre reduce el dolor y ayuda todo lo posible. Estaré feliz de verte en Rio (de Janeiro)… Justo antes de que Chris se graduara del yeso para pasar al yeso que le pusieron para que pudiera caminar, Sant Ji, Pappú, Pathi Ji y su hija Bant, salieron de la India para la Segunda Gira Mundial. Ellos comenzaron en Ghana y luego volaron a Río de Janeiro para pasar una noche, antes de dirigirse al Ecuador. Yo me encontré con ellos en Río. Del Ecuador viajamos a Colombia y Venezuela y luego regresamos para pasar tres maravillosas semanas en Sant Bani. Él me invitó a Su casa una vez más. El 4 de Julio de 1980, Karen, Chris, Nick y yo fuimos invitados a ver a Sant Ji en una sesión privada. Nick de cinco años, entró al cuarto primero, extendió su mano para estrechar la de Sant Ji, Él se rió, y Nick se sentó y continuó haciendo una reverencia a Sant Ji con las manos juntas. Sant Ji se volvió hacia Chris, que podía maniobrar bastante bien en su bota de yeso y le preguntó todo sobre el accidente. ¿Cómo sucedió? ¿Cuál hueso se rompió? ¿Cómo se sentía ahora? Después de escuchar atentamente todo lo que Chris tenía que decir, Sant Ji contó una historia de Su infancia. Una vez, cuando Él tenía la edad de Chris, sus amigos decidieron escalar un árbol. Eran más o menos quince y todos se subieron en la misma rama y con el peso, la rama se partió y ninguno escapó de una lesión. Algunos se rompieron las piernas, otros se fracturaron la muñeca o el brazo. Sant Ji se rompió el labio con los dientes. Todos estaban asustados por lo que sus padres dirían, ya que consideraban que habían sido traviesos. Y decidieron esconderse. Fueron a la casa de Sant Ji y subieron por las escaleras hasta Su cuarto y se escondieron. Al poco rato, los padres salieron a buscarlos, pero no los pudieron encontrar, ya que Sant Ji y sus amigos permanecieron en ese cuarto todo el día. Sintieron hambre y sed y como no tenían vasos para el agua usaron sus turbantes para recoger un poco. En la noche los padres finalmente los encontraron y hubo un gran alivio. Sant Ji se rió y añadió 353


El Arco Iris en mi Corazón que los padres tienen que trabajar y preocuparse mucho, pero por los niños, solo tienen que llorar un poco. Chris disfrutó mucho esta historia de Sant Ji y sus traviesos compañeros, las palabras y las risas se escuchaban en varios niveles a la vez. Él le dijo luego a Chris que esperaba que su pierna se recupera muy pronto y Chris dijo: “¡Yo, también!” Hasta ese momento Sant Ji había estado centrado en Nick y Chris. De repente miró fijamente a Karen y le dijo a Pappú: “¡Oh, dile a Karen ‘Hola’!”. Pappú lo dijo y todos nos reímos. Él nos hizo saber que esta entrevista era para Chris y que nos volvería a ver después. Le pregunté si iría a nuestra casa y dijo: “¡Con toda seguridad!” y pocos días después, fue y se sentó con nosotros en nuestra casa. Después de que Sant Ji regresó a la India, pensé sobre todo lo que yo había pasado. Comencé a ver los acontecimientos de mi vida, especialmente mis viajes a la India y el tiempo pasado con Él, como no lineales. Es decir, que estos no se producen en una línea recta de pasado, presente y futuro. Más bien, eran de naturaleza cíclica, pero no repetitiva. Más exactamente parecían ser espirales y cada vez que volvía a examinar algo, era a través de un cambio de perspectiva, con suerte u optimismo desde un nivel un poco más alto. Escribí antes que los Santos tienen por naturaleza un punto de vista más elevado, pero los mortales como yo contamos con el paso del tiempo para poder ver las cosas más claramente. En el otoño de 1981, ocurrió un acontecimiento que me llevó a un conocimiento más profundo de los Santos y el Tiempo. En un fresco sábado de Octubre, pocas semanas antes de que yo me dirigiera al Rajastán con el grupo de habla hispana, recibí una fractura. Estaba jugando fútbol y la patada de un contendor golpeó mi peroné con tal fuerza que un pedazo de hueso fue eliminado. Le escribí a Sant Ji contándole sobre la lesión y justo antes de viajar a la India recibí una respuesta. Recordé Su carta de 1977 a Karen, pidiéndole que no fuera al 77 R.B. y como yo estaba enyesado, me había preparado para aceptar su Voluntad, fuera la que fuera. Con diccionario de hindi en mano, yo devoré Su carta, leyéndola una y otra vez. Aunque las palabras sobre el papel caían dentro de frases coherentes, la Verdad esencial de mis Bienamados, el gran Maestro Kirpal Singh y Sant Ajaib Singh brillaba a través de todo el texto. 354


Epilogo Sant Ji me informó que yo tenía que haber soportado seis meses de intensos sufrimientos pero, a través de la Gracia de los Maestros, mi deuda había sido reducida a casi nada. Él le había orado a Kirpal por mí y el Poder Maestro había manipulado mi destino y el Tiempo. Quedé asombrado. 12 de Noviembre de 1981 Mí muy amado Doctor Kent, Recibí tu amorosa carta, tu lesión me causó infinito dolor. Querido mío, tuviste seis meses de pesado sufrimiento. Pero después de escuchar mis oraciones, Kirpal cambió la horca en algo así como el pinchazo de una espina. Que la Gracia de Anaami Kirpal llegue hasta ti. Debes seguir estrictamente las pautas dadas por el médico. Haz sin duda tu Bayán y Simran regularmente. Para Nicky, Chrissy, Karen y todos, envío mucho, mucho amor y mis mejores deseos. Ajaib Singh El Tiempo, el Amor y la Gracia fueron el núcleo del misterio. Hablando del tema del Anurag Sagar, Russell escribió: “El poema se centra alrededor del impacto del Tiempo sobre la Eternidad y la respuesta de la Eternidad. Se trata de la Eternidad que es el Anurag Sagar u “Océano de Amor” y es la perversión del Tiempo sobre esa parte de Eternidad, a la cual toca, la que produce el Bhav Sagar: “Océano del mundo”. La única realidad que la mayoría de nosotros conocemos, el fingido mundo en el que estamos atrapados.” La Gracia y Misericordia del Maestro Kirpal y de Sant Ji me han liberado, en este momento, del “mundo simulado” que me atrapó, eliminando prácticamente todo el intenso sufrimiento que debería haber recibido. “Tiempo” en hindi es “Kal” y “Kal” puede significar “Ayer” o “Mañana” dependiendo del tiempo de la forma del verbo que lo acompaña. “Kal” es también otro nombre del Poder Negativo. ¿Y quién podría derrotar al Poder Negativo?, ¿quién podría derrotar el Tiempo, excepto los Maestros? Me di cuenta que el hermoso sobre aéreo azul del Rajastán desplegado sobre la mesa en frente de mí traía un mensaje preciso, imposible de ignorar. El Tiempo, esa pesadilla de toda la humanidad, esa gran máquina que rueda hacia adelante a 355


El Arco Iris en mi Corazón pesar de los esfuerzos de los dioses y los reyes, estaba en las Manos de los Maestros. Me sentí atrapado en el Océano de Amor. Con una inmensa sensación de alivio, entendí que nadie, mucho menos yo, podría salvarme del infierno. Solo el Gurú puede hacerlo. Dejé la carta y miré hacia arriba y eché un vistazo a una gran foto enmarcada del Maestro Kirpal y Sant Ji. Sonreí, sintiéndome muy feliz de estar exactamente donde estaba, sentado en el regazo del Señor con el arco iris de Dios en mi corazón.

FIN

3- Russell Perkins, “Introducción” El Océano de Amor: El Anurag Sagar de Khabir, pg. XXVII

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Bogotรก 2013


EL ARCO IRIS EN MI CORAZÓN Memorias de los primeros años de la Misión de Sant Ajaib Singh Ji. KENT BICKNELL


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